Tomo 56 - Parte 1

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143 DOMINGO 24 DE OCTUBRE DEL 2010

"SIN QUERERQUERIENDO" Por Ignacio Consuegra Bolivar.

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Estuve en Santiago cuando "desenterraron" a las 33 mineros. Y fui testigo que en la exitosa misi6n del rescate no solo participaron las expertos socorristas, sino tarnbien las mas de 17 millones de habitantes que conforman ese pals que hoy es reconocido en el mundo como el de mayor prosperidad econ6mica y social en America latina. Ese dia, despues de la jornada laboral, las generosas avenidas de la bella capital chilena se llenaron de banderas; los parques se convirtieron en lugares de encuentro, y las transeuntes festejaron entre abrazos el trascendental suceso. Un suceso, que en estos tiempos de terrorismo, desastres ecol6gicos y terremotos, reivindica los valores de la solidaridad, la convivencia y la vida. Les confieso que en media de tanto alborozo me senti confundido y hasta humillado. El gerente del hotel donde me hospedaba les habia concedido licencia a sus empleados para el festejo. Ellos mismos, con aplausos interrumpieron mi suefio, y no me qued6 otra opci6n que vincularme al jolgorio colectivo. Entonces, pense en mi pals. Me prequnte si esos 33 seres humanos hubieran corrido la misma suerte si hubieran sido humildes mineros colombianos. Y hasta se me vino a la memoria la imagen de los no se cuantos soldaditos de nuestra patria, que llevan, entre otras cosas, mas de una decade encerrados como cerdos (en media de alambres de pua) evocando las abominables escenas de los campos de concentraci6n nazi. Y recorde los titulares que habfa lefdo esa rnafiana en la prensa de mi ciudad, donde una enfermera "revienta" contra el pavimento a una criatura recien nacida, y un borracho asesina a un hombre porque le tropez6 sin culpa la botella de licor. iQue tiempos las que nos ha tocado vivir! -Me dije- recordando las torturas visuales en que se han convertidos las noticieros televisivos y las sangrientos titulares de la prensa local. Y par supuesto pense edemas. que en media de tantas irnaqenes de violencia cotidiana, ya hasta nos han salido callas en el alma. Par eso, aprovechando el dia libre, decldi dejar en el hotel la cara de turista, para confundirme entre la gente y recorrer la ciudad. De entrada, debo decirles que pensaba encontrarme con una ciudad devastada por el reciente terremoto. Sin embargo algunos transeuntes me hicieron saber que gran parte de las edificaciones han sido refaccionadas con la ayuda de un compromiso de solidaridad nacional. iAh! Se me olvidaba. En Chile al parecer ahora, no hay prevenciones con las visitantes. En las aeropuertos se recibe a los turistas coma si se tratara de viejos amigos. A nadie se le exige visa para ingresar al pals, y las colombianos no somos ni potenciales traficantes de droga, ni sospechosos de ninqun delito. Sencillamente somos colombianos, paisanos de Shakira, Garcia Marquez o el poeta Arte I. Asi pues, en media de alamedas, de plazas, de parques y amplios andenes, trato de orientarme para dirigirme al centro historico, no sin antes visitar el viejo mercado central, cuya limpieza y pulcritud nada tiene que envidiarle a una clinica

privada de alta calidad, y en cuyo interior funcionan restaurantes del mejor nivel de la ciudad.

Todo esto, coma diria el poeta Neruda, "al lado de la confraternidad conforman los componentes de una gran ciudad". Sin embargo, lo mas sorprendente es que las vehiculos detienen su marcha para que los peatones puedan caminar. Recuerdo entonces, que aun cuando pareciera increible, Santiago cuenta con alga mas de 9 millones de habitantes, y sin embargo no se percibe la superpoblaci6n. Y al fin, al llegar al legendario palacio de la Moneda (donde funciona la presidencia nacional) me acerco a dos jubilados que conversan animadamente, y les pregunto: LA que creen ustedes que se debe el buen momenta que hoy vive este pals? Y me dicen sin pensar: "A un renovado chileno, que afianza sus principios en la organizaci6n, el compromiso, la solidaridad, la confianza y sabre todo el repudio a la corrupci6n. Y claro, ahora de regreso a casa, cuando en la prensa capitalina denuncia en sus grandes titulares las comisiones que se feriaron en la alcaldia de Bogota, intuyo que nuestras ciudades, cada dia mas inseguras y conflictivas ( cundidas de delincuentes de todo tipo y pelaje) no pueden ser mas que pufiados de negocios que se inventan algunos avivatos con la excusa de no trabajar. Y por supuesto, como no soy amigo de que para demostrar la inocencia viajera se requieren exarnenes proctol6gicos, les prometo a las chilenos que sere un embajador ad honore de su imagen, y un amigo que sin duda muy pronto desee volver.

Ignacioconsuegra@hotmail .com


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