



LIBRO COMPILATORIO DEL

Asunción - Paraguay 20 y 21 de julio de 2023
UNIVERSIDAD SAN CARLOS (USC) Y FEDERACIÓN PARAGUAYA DE SIEMBRA DIRECTA PARA UNA AGRICULTURA SUSTENTABLE (FEPASIDIAS)
Dirección Técnica
Ing. Agr. Diego Augusto Fatecha Fois, PhD.
Ing. Agr. MSc. Martín María Cubilla Andrada
Coordinación Operativa
Ing. Quím. Mónica Casanueva Ojeda
Ing. Agr. María Alejandra Maricevich Moreno
Ing. Agr. Lilian Martens Colarte
Revision Científica
Comité Científico del Primer Simposio Internacional de Siembra Directa
Coordinación de la Revisión Científica
Ing. Agr. Diego Guillermo Quehnan Sosa
Marikena Analy Caballero Martens
Revisión Literaria
Ing. Agr. MSc. Luis Villanueva Pérez
Grupo Editorial Atlas
Diseño y Diagramación
Grupo Editorial Atlas
Fotografías
Víctor Vega
Contacto
E-mail: simposio@sancarlos.edu.py
Web: https://www.sancarlos.edu.py/eventos-2023/
Teléfono: (59521) 615 500
Avd. Alfredo Seiferheld n.o 4889
Asunción - Paraguay
ISBN: 978-99989-0-122-3
DOI: 10.53997/QQZI8599
SPONSOR PLATINO
SPONSOR DIAMANTE
SPONSOR ORO
SPONSOR PLATA
SPONSOR BRONCE
CON EL APOYO DE
“La presente publicación ha sido elaborada con el apoyo del CONACYT. El contenido de la misma es responsabilidad exclusiva de los autores y en ningún caso se debe considerar que refleja la opinión del CONACYT”.
ORGANIZADO POR
UNIVERSIDAD SAN CARLOS
FEDERACIÓN PARAGUAYA DE SIEMBRA DIRECTA PARA UNA AGRICULTURA SUSTENTABLE
CON EL APOYO DEL
CONSEJO NACIONAL DE CIENCIA Y TECNOLOGÍA, EL PROGRAMA PROCIENCIA, FONDO PARA LA EXCELENCIA EN LA EDUCACIÓN Y LA INVESTIGACIÓN
CONFERENCIA DECLARADA DE INTERÉS CIENTÍFICO MUNICIPAL POR LA MUNICIPALIDAD DE BENJAMÍN ACEVAL, XV DEPARTAMENTO DE PRESIDENTE HAYES POR RESOLUCIÓN N.O 172 DEL 21 DE JUNIO DE 2023.
CONFERENCIA DECLARADA DE INTERÉS CIENTÍFICO POR EL CONSEJO NACIONAL DE CIENCIA Y TECNOLOGÍA (CONACYT) POR RESOLUCIÓN N.O 298 DEL 26 DE JUNIO DE 2023.
CONFERENCIA DECLARADA DE INTERÉS EDUCATIVO POR LA UNIVERSIDAD SAN CARLOS POR RESOLUCIÓN N.O 28 DEL 12 DE JULIO DEL 2023.
CONFERENCIA DECLARADA DE INTERÉS MINISTERIAL POR EL MINISTERIO DE AGRICULTURA Y GANADERÍA DE PARAGUAY (MAG) POR RESOLUCIÓN N.O 236 DEL 18 DE JULIO DE 2023.
ESTE EVENTO ES COFINANCIADO POR EL CONSEJO NACIONAL DE CIENCIA Y TECNOLOGÍA (CONACYT) CON APOYO DEL FEEI.
Universidad San Carlos, Filial Presidente Hayes, Ruta Transchaco km 40
Ana Clarizza Rivarola Sena, PhD. UNIVERSIDAD SAN CARLOS, PARAGUAY
Diego Augusto Fatecha Fois, PhD. UNIVERSIDAD SAN CARLOS, PARAGUAY
Marie Bartz, PhD. UNIVERSIDAD DE COÍMBRA, PORTUGAL
Horacio López-Nicora, PhD. UNIVERSIDAD SAN CARLOS, PARAGUAY THE OHIO STATE UNIVERSITY, EE. UU.
Ademir Calegari, PhD. INSTITUTO AGRONÓMICO DO PARANÁ, BRASIL
Ing. Agr. MSc. Ronaldo Eno Dietze Junghanns Rector, Universidad San Carlos
Lic. Arturo Villate Yaluk Presidente, Universidad San Carlos
Ing. Agr. MSc. Martín María Cubilla Andrada Presidente FEPASIDIAS
Ing. Agr. Diego Augusto Fatecha Fois, PhD. Coordinador del I Simposio Internacional de Siembra Directa
Ing. Quím. Mónica Casanueva Ojeda
Ing. Agr. María Alejandra Maricevich Moreno
Ing. Agr. Monserrat Pedrozo Gómez
Dirección de Investigación, Innovación y Extensión (USC)
Marikena Caballero Martens
Lilian Martens Colarte
María Celina Villagra Luraschi
Denis Flores Maidana
Federación Paraguaya de Siembra Directa para una Agricultura Sustentable (FEPASIDIAS)
Lic. Luisa Fernanda Chamorro
Lic. Víctor Vega
Paula Rojas
Adriana Ginzo
Alejandro Aguilera
Dirección de Comunicaciones (USC)
Lic. Nelson Araújo
Filial Presidente Hayes (USC)
Lic. Christian Chamorro
Daniel Riquelme
Dirección de Comunicaciones y Sistemas (FEPASIDIAS)
Lic. Tania Torales Dirección de Sistemas (USC)
La manutención de los recursos naturales resulta indispensable para la vida en el planeta. Una de sus principales aristas es el manejo y la conservación de los suelos, donde la siembra directa cumple un rol fundamental, ya que representa el sistema de producción agrícola más difundido y utilizado en Paraguay, basado principalmente en la conservación del suelo, en la reducción de los costos de producción, en el aumento de los rendimientos de los cultivos y en la mejora del nivel de vida de los agricultores.
Con base en esta premisa, la Universidad San Carlos (USC), en coordinación con la Federación Paraguaya de Siembra Directa y Agricultura Sustentable (FEPASIDIAS), con el apoyo del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT), a través del Programa PROCIENCIA, Fondo para la Excelencia en la Educación y la Investigación (FEEI), presentan el Primer Simposio Internacional de Siembra Directa, el cual contó con la participación de más de trescientas personas, conformadas por productores, profesionales y estudiantes.
El simposio tuvo como objetivo el intercambio de conocimientos científicos, la publicación de resultados de trabajos de investigación realizados, de experiencias en el manejo agronómico de sistemas de producción, así como el debate sobre las principales problemáticas actuales presentadas en el campo, la toma de decisiones, las posibles soluciones y las medidas de corrección de acuerdo con las distintas realidades que se presentan en todo el territorio nacional, que resultan muy importantes en la capacitación tanto de estudiantes como de productores y/o profesionales relacionados con el ámbito agrario.
Con el propósito de favorecer la comunicación y articulación de la academia con el sector productivo y los interesados, el I Simposio Internacional de Siembra Directa brindó un espacio a través de un evento de dos días, realizado el 20 y 21 de julio de 2023, donde reunió a expertos nacionales e internacionales para promover la colaboración entre las organizaciones que investigan y/o trabajan en la producción y su relación con las ciencias del suelo, donde fueron abordados temas como el Sistema de siembra directa y la biología del suelo, los Avances tecnológicos en el sistema de siembra directa, y el Manejo integrado de suelos y cultivos de cobertura en siembra directa.
El evento se dividió en dos partes importantes, el primer día fue dedicado íntegramente a presentaciones orales de varios expositores del ámbito local y regional, además de brindar un espacio para la presentación de trabajos en la modalidad de pósteres, y el segundo día correspondió a un día de campo, donde se expuso una colección de plantas de cobertura, así como la identificación de la macrofauna del suelo, la descripción del perfil de suelo y la importancia de las propiedades físicas del suelo en el manejo de un cultivo.
El primer día del evento fueron presentadas siete ponencias de expositores de Paraguay, Brasil, Argentina, Estados Unidos y Portugal. La primera exposición correspondió al Prof. Ing. Agr. Miguel Ángel Ken Moriya, quien habló sobre las dificultades, limitaciones y desafíos de la siembra directa, tanto en la agricultura familiar como empresarial, sus tres pilares fundamentales, sus inicios, los problemas presentados que afectaron inicialmente a la producción de cultivos y las posibles soluciones a la problemática de degradación que sufre el suelo como consecuencia de mudanzas e innovaciones que el sistema trajo consigo, ocasionando que el productor piense y actúe de una manera distinta.
La segunda presentación del día correspondió al Dr. Ursino Federico Barreto Riquelme, quien, en una ponencia magistral, compartió sus experiencias en el manejo y recuperación del suelo en un ecosistema degradado, con limitaciones significativas de textura y estructuración frágil, que conlleva a una baja capacidad de uso. Demostró que, mediante un buen manejo basado en los pilares de la siembra directa, no remover el suelo, utilización de plantas de cobertura y rotación permanente, acompañados de un buen plan de fertilización, se consigue proporcionarle al suelo todas las condiciones necesarias para el éxito en los sistemas de producción.
La tercera presentación del día correspondió al Dr. Ademir Calegari, quien habló sobre el uso adecuado de abonos verdes y su interacción y equilibrio con los organismos del suelo, resaltando los manejos inadecuados implementados en diferentes regiones de Paraguay y otros países, que no siempre siguen los principios de la siembra directa, basados en el éxito económico inmediato, que no respetan las necesidades de cada tipo de suelo o de los distintos sistemas de producción, que no hacen más que agravar los procesos de degradación ambiental y aumentar el desequilibrio en las relaciones suelo-agua-planta.
Posteriormente, el Dr. Fernando García, habló sobre el rol que el carbono y los nutrientes representan en un sistema de siembra directa, que siempre deben ir juntos en procura del éxito. Destacó por qué y cómo hacer agricultura, mencionó los objetivos de un desarrollo agrícola sostenible y los pilares en procura de este,
el rol del suelo y lo distintos que pueden ser en Sudamérica, la importancia de la fertilidad del suelo y la presencia del carbono como indicador global principal en la salud de un suelo.
La quinta ponencia correspondió al Prof. Dr. Telmo Carneiro Amado, quien mostró los últimos avances científicos en el sistema de siembra directa, la importancia de conservar el suelo y el uso de plantas de cobertura como el camino correcto hacia la recuperación sostenible. Expuso, además, experiencias en el manejo integral del suelo en diferentes ecosistemas a nivel regional, así como las dificultades físicas y químicas que este puede presentar limitando la producción de cultivos y cómo adecuarlos a fin de garantizar una alta producción.
La Dra. Marie Bartz, en la sexta charla, habló sobre los aspectos fundamentales de la biología del suelo y sus cuidados. Inició resaltando la degradación que los suelos vienen sufriendo a nivel mundial, los tipos de degradación y sus causas principales: la labranza convencional, el sobrepastoreo y la erosión. También resaltó la importancia de la macro y microfauna del suelo, dentro de las cuales las lombrices cumplen un rol fundamental por ser las responsables de realizar funciones vitales en un ecosistema del suelo, por ser geófagas y bioturbadoras del suelo, además de depredadoras y parásitas. Asimismo, sostuvo que el suelo es uno de los ecosistemas más complejos de la naturaleza que contiene una inmensa cantidad de organismos que interactúan y contribuyen a los ciclos globales que hacen posible toda la vida.
El Dr. Horacio López Nicora cerró de forma brillante el primer día del evento con su charla sobre los nematodos y su impacto en los sistemas de producción, destacándose el nematodo del quiste, el cual actualmente representa una serie de amenazas que pueden afectar significativamente la producción de cultivos. Mostró taxativamente los daños que causa, que pueden ser visibles unas veces y no tan visibles otras. Mostró su distribución en los suelos tanto de la Región Oriental como de la Región Occidental del Paraguay, y presentó la importancia del manejo integrado que conlleva en el suelo, cómo convivir con él, su alta capacidad a resistir condiciones adversas y, por sobre todo, cómo combatirlo en procura de una disminución de su población, mediante técnicas de tratamiento de semillas, uso de plantas de cobertura y variedades tolerantes y/o resistentes a su ataque.
El segundo día del evento, consistente en un día de campo, se trasladó a la sede de Presidente Hayes de la USC, situada en territorio chaqueño de nuestro país, donde se impartieron conocimientos distribuidos en cuatro estaciones, siendo la primera estación presentada por el Dr. Ademir Calegari y el Dr. Ronaldo Hojo, quienes mostraron una colección de más de veinte plantas de cobertura y la importancia de su uso y manejo.
La segunda estación estuvo presentada por el Dr. Telmo Amado y el Dr. Ursino Barreto, quienes resaltaron la importancia de las propiedades físicas del suelo dentro de un manejo, y su principal degradación, que representa la alta compactación del suelo. La tercera estación estuvo representada por el Dr. Fernando García y el MSc. Miguel Ken Moriya, quienes, mediante la realización de una calicata, describieron el perfil del suelo, sus aspectos morfológicos y capacidad de uso. En la última y cuarta estación, estuvieron la Dr. Marie Bartz y el Ing. Agr. Sebald Hahn, quienes realizaron una identificación de la macrofauna del suelo y una cuantificación de lombrices.
La Universidad San Carlos y la Federación Paraguaya de Siembra Directa para una Agricultura Sustentable se sienten comprometidos a seguir fortaleciendo el aprendizaje tanto de estudiantes como de profesionales y productores, a través de eventos científicos de este tipo, donde se imparten conocimientos y experiencias en el manejo en campo de los sistema de producción, fundamental para la toma correcta de decisiones, y se ve que el sistema de siembra directa es indispensable en procura de una agricultura sostenible.
Ing. Agr. Diego Augusto Fatecha Fois, PhD. Universidad San Carlos
Es grato presentar el resultado del trabajo conjunto realizado desde la Federación Paraguaya de Siembra Directa para una Agricultura Sustentable (FEPASIDIAS) y la Universidad San Carlos (USC), con el invaluable apoyo del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT). El I Simposio Internacional de Siembra Directa fue el fruto de una alianza estratégica que permitió juntar a la academia, la investigación y el sector productivo.
Desde la Federación se tiene como propósito fomentar y mejorar el sistema de siembra directa, donde se busca promover la investigación científica y técnica en un marco de cooperación entre socios, productores y profesionales, y en este sentido se vienen desarrollando actividades con la finalidad de difundir la utilización de sistemas de producción abocados a una agricultura sustentable para seguir aportando al desarrollo del país.
Los tres principios del sistema de siembra directa y de la agricultura de conservación deben ser aplicados de forma simultánea y son cláusulas pétreas para lograr la sustentabilidad: 1: mínima perturbación del suelo / cero labranza; 2: suelo cubierto permanentemente con rastrojos / plantas vivas; 3: rotación / asociación de cultivos y diversidad de especies.
Este libro contiene los resúmenes de ponencias presentadas por brillantes profesionales durante el simposio, que fue desarrollado enfocando la atención en la biología del suelo, los avances tecnológicos en el sistema, así como el manejo integrado de suelos y cultivos de cobertura; temas actuales y de gran importancia para el rubro productivo, que fueron abordados con sustento científico por profesionales especializados en estas áreas.
Enorgullece haber formado parte del equipo que llevó adelante este proyecto, y, al mismo tiempo, se agradece a cada una de las empresas auspiciantes, a todos los organizadores y profesionales que aportaron al mismo; y se espera que los resultados presentes en este material sean de utilidad para todos los lectores.
Sistema de Siembra Directa: ¡Cuida, Conserva y Regenera!
Ing. Agr. MSc. Martín María Cubilla Andrada Presidente de la FEPASIDIAS
histórico del sistema de siembra directa en
y beneficios de la adopción del sistema de siembra directa
SALIDA DE CAMPO - DÍA 2. UNIVERSIDAD SAN CARLOS FILIAL PRESIDENTE HAYES. 21 DE JULIO DE 2023
Estación 1: Demostración del manejo orgánico con abonos verdes o plantas de cobertura de otoño-inverno ..........................................................................
Estación 2: Rotación y diversificación de cultivos y la importancia de la fertilidad química y física del suelo
Estación 3: Importancia de la biología del suelo en el sistema de siembra directa ................................................................................................................................................
Estación 4: Calicata: manejo sustentable para una mejor salud del
DE LA APLICACIÓN EN DISTINTOS MOMENTOS DE INDUCTOR DE RESISTENCIA EN EL CULTIVO DE SOJA (GLYCINE MAX (L.) MERR.)
DEL BRADYRHIZOBIUM JAPONICUM EN EL CULTIVO DE MANÍ (ARACHIS HIPOGEA)
VARIEDADES DE CULTIVO DE COBERTURA DE VERANO Y SUS
Moriya, K. M.
Ministerio de Agricultura y Ganadería, Dirección de Extensión Agraria, Departamento de Suelos, Agua y Bosques, Paraguay. Contacto: kenmoriyar@hotmail.com
La siembra directa de calidad se basa en tres pilares: la no remoción del suelo, la cobertura permanente y la rotación de cultivos. La no remoción del suelo mantiene la estructura, en especial la parte superior que facilita una mayor infiltración de agua de lluvia. La cobertura permanente evita el impacto directo de las gotas de lluvia y se constituye en una barrera física para reducir la evaporación del agua del suelo. Asimismo, los subproductos del proceso de descomposición de los materiales vegetales por los microorganismos aeróbicos refuerzan los agregados. La cobertura también evita la radiación solar directa al suelo haciendo que el fitocromo, responsable del proceso de la quiebra de dormancia de las semillas, en presencia de rayos rojos e infrarrojos, activen la germinación de las semillas de malezas. La rotación de cultivo, por otro lado, contribuye a la diversidad y al equilibrio biológico, por tanto, mayor sanidad del suelo y de las plantas.
El proceso de difusión del sistema de siembra directa en Paraguay presentó desafíos. Al final de los años 80, los procesos de erosión hídrica y pérdida de la materia orgánica fueron críticos. La quema de rastrojos, la remoción con rastras o arados de vertederas como sistemas de preparación de suelos y prácticas culturales de control de malezas y plagas, agravaron los procesos erosivos
y la reducción de los rendimientos de los cultivos. Como la disponibilidad de maquinarias adecuadas a la nueva tecnología fue limitada, se recurrieron a las adaptaciones de discos de cortes en sembradoras y esparcidoras de pajas en las cosechadoras («sembradoras Frankenstein»), entre otras. Asimismo, la falta de conocimiento, la disponibilidad de semillas de abonos verdes y el reducido plantel de técnicos capacitados, obligó inicialmente a los agricultores al intercambio de experiencias con otros agricultores pioneros del Brasil.
La participación activa de instituciones públicas, privadas y de cooperaciones técnicas internacionales como el Proyecto Conservación de Suelos del Ministerio de Ganadería (MAG) GTZ, La Cámara Paraguaya de Exportadores y Comercializadores de Cereales y Oleaginosas (CAPECO), el Centro Tecnológico Agropecuario del Paraguay (CETAPAR/) financiado por las Agencia de Cooperación Internacional del Japón (JICA), las cooperativas agrícolas, las empresas proveedoras de insumos y las propias organizaciones de productores de siembra directa, hoy aglutinadas en la Federación Paraguaya de Siembra Directa para una Agricultura Sustentable (FEPASIDIAS) permitió un abordaje a través de la investigación, cursos, simposios, congresos y giras técnicas, sentando las bases para la adopción de la siembra directa como sistema de producción.
La implementación de la Siembra Directa, a partir de 1992 fue en constante incremento, hasta alcanzar 95 % de las áreas tractorizadas con producción de granos (soja) manteniéndose esos niveles hasta la fecha. Sin embargo, se han presentado inconvenientes como la aparición de malezas resistentes a herbicidas, costos elevados de herbicidas, lluvias intensas o sequías que contribuyeron a que algunos productores recurrieran a las rastras nuevamente, interrumpiendo temporalmente el sistema en sus fincas (siembra directa de baja calidad).
La disponibilidad de semillas de abonos verdes de calidad en el mercado, el abordaje de la siembra directa motorizada en la agricultura familiar, la investigación de propuestas alternativas de la siembra directa en nuevas áreas, tanto de aquellas áreas con problemas de drenaje en la Región Oriental como las nuevas áreas semiáridas incorporadas a la producción agrícola en la Región Occidental (Chaco), con alto potencial de salinización, se presentan como los principales desafíos a ser resueltos en los próximos años.
Destacado Investigador paraguayo en el sector de Ciencias del Suelo, Manejo y Conservación de Suelo - Física y Fertilidad de Suelo, Siembra Directa y Agricultura de Precisión. Larga trayectoria en investigaciones e importante acervo de publicaciones. Socio Gerente de la empresa FFBC Agrounión S. A. Investigador categorizado en el PRONII (Nivel 1). Ingeniero agrónomo egresado de la Universidad Nacional de Asunción. Maestría y doctorado en Ingeniería Agrícola con énfasis en Manejo y Conservacio´n de suelos por la Unidersidade Federal de Santa María, Brasil.
Barreto Riquelme, U. F. 1 (Dr. Ing. Agr.)
1USC Universidad San Carlos - FFBC Agrounión S. A. Import-Export
Contacto: federicobarreto1975@hotmail.com
¿Estamos manejando bien nuestros suelos? - Estudio de caso
La agricultura Paraguaya y regional iniciaron sus primeros cultivos con la implementación del sistema convencional, en el cual la preparación del suelo con el arado y la rastra eran la constante;la siembra, por lo general, se realizaba sobre el suelo sin cobertura. El problema central del sistema en áreas tropicales y subtropicales es la pérdida de la fertilidad de los suelos con la disminución de materia orgánica (MO), relacionadas directamente a la duración de la implementación del sistema convencional, el cual, que está más que evidenciado que no es un sistema de cultivo de agricultura sostenible. Puesto que la preparación intensiva del suelo rompe la estructura y la agregación, exponiendo a la MO protegida dentro de los agregados al ataque microbiano resultando en la dispersión de partículas de arcilla, microestructuras de arcilla + limo ocurriendo una reducción de la materia orgánica por la actividad microbiana provocando la dispersión de las partículas de arcilla, limo y microagregados (degradación del suelo) (Figura 1)
¿Qué sucede con los atributos del suelo con la pérdida de la MOS?
Por otro lado, el sistema de siembra directa fue introducido en nuestro país en el año 1990 como una cuestión de supervivencia. Este sistema propuso seguir varios principios básicos fundamentales, tales como el no revolvimiento del suelo o revolvimiento mínimo, tener una cobertura permanente del suelo (referente a cantidad, calidad y frecuencia de esa cobertura; lo ideal es que esté entre 10 a 12 t de cobertura por hectárea). Asimismo, tener una buena rotación de cultivos y, por último, pero no menos importante, incluir en el sistema la utilización inminente de abonos verdes y/o plantas de cobertura, las cuales se pueden adecuar e implementar en diferentes zonas y a los diferentes niveles de tecnología, es decir, tanto para grandes como para pequeños productores agrícolas.
Los beneficios directos e indirectos del sistema de siembra directa, en un manejo conservacionista del suelo, son muchos. El más importante de ellos es la protección de las características físicas, químicas y biológicas del suelo, haciendo que adquieran más resiliencia. Además, de preservar la fertilidad del suelo y ayudar a a su conservación.
El uso sustentable de los recursos naturales tiene como principal objetivo disminuir y, en el caso ideal, evitar el escurrimiento del agua y de los nutrientes y aumentar la eficiencia de su utilización. Esto se puede alcanzar por medio de prácticas que de forma continua optimicen las propiedades físicas, químicas y biológicas del suelo, y que aseguren que los nutrientes sean efectivamente ciclados (integración de cultivos y ganadería) con buena cobertura de suelo (FAO, 2002).
La cobertura del suelo es un principio fundamental en la agricultura de conservación. Es una herramienta útil para un manejo sostenible, que ayuda a mejorar las propiedades del suelo y favorece una mayor biodiversidad en el ecosistema agrícola. Los residuos de los cultivos se dejan sobre la superficie del suelo, pero puede ser necesario recurrir a cultivos de cobertura si el intervalo de tiempo entre la cosecha de un cultivo y el establecimiento del siguiente es demasiado largo. Los cultivos de cobertura mejoran la estabilidad del sistema de agricultura de conservación, no solo por el mejoramiento de las propiedades del suelo, sino también por su capacidad para favorecer una mayor biodiversidad en el ecosistema agrícola, que es de vital importancia para todo el sistema.
Una buena cobertura en el suelo es el punto clave que distingue a la agricultura conservacionista del sistema de agricultura convencional, el cual se caracterizan por dejar la superficie del suelo desnuda y desprotegida, expuesta a los agentes climáticos. Para llegar a garantizar una buena cantidad de cobertura o paja sobre el suelo, la siembra de plantas de cobertura y el aprovechamiento de la fitomasa producida por estas, en especial las Brachiarias, viene adquiriendo importancia año tras año. Asimismo, no se debe olvidar que actualmente existen numerosas especies de verano e invierno que pueden ser introducidas para la obtención de buena cantidad y calidad de cobertura vegetal para el suelo.
Por otro lado, en zonas en las que se producen cantidades menores de biomasa, como zonas con suelos arenosos erosionados y degradados, los cultivos de cobertura son beneficiosos pues protegen el suelo durante periodos de barbecho, movilizan y reciclan nutrientes, mejoran la estructura del suelo y rompen las capas compactadas y el famoso pie de arado de compactación, permitiendo una rotación en sistemas de monocultivo y pudiendousarse para controlar malezas y plagas.
Considerando todo lo mencionado más arriba, nos abocamos a encarar un sistema de producción en la búsqueda de una agricultura más sostenible. El caso descrito a continuación se registró en el distrito de Yby Yaú, departamento de Concepción, en el establecimeinto denominado Estancia Cuatro Santos San Antonio FFBC Agrounión S. A.
Inicialmente, se llevó a cabo la tradicional preparación del terreno, en la que se procedió a las operaciones de dos rastras pesadas, una rastra liviana, una niveladora y, por último, la segunda rastra liviana, la cual fue aprovechada para la incorporación del calcáreo, con la posterior la siembra de tres plantas de cobertura, 8 kg/ha de Milleto (Pennisetum glaucum), 6 kg de Crotalaria (Crotalaria sp) y 5 kg de ruziziensis (Brachiaria ruziziensis) con el principal objetivo de estructurar el suelo y dejar una buena cobertura para la siembra de la soja zafrina 2023 (Figura 2).
Figura 2. Detalles de la preparación del terreno, 2 rastras pesadas, 2 livianas, incorporación del calcáreo y siembra de plantas de cobertura. Yby Yaú, Paraguay, 2022.
Partiendo de la afirmación que en el sistema convencional la probabilidad de presentarse la denominada compactación de pie de arado, es alta, nuestro trabajo se abocó a verificar la ocurrencia de la compactación en este caso, en este sentido, se realizó una evaluación de diagnóstico de la compactación del suelo con la ayuda de un penetrómetro digital de la marca Falker para confirmar o refutar que este tipo de compactación ocurre con las primeras operaciones de preparación del terreno.
Como se puede observar en la Figura 3, se verificó una compactación de pie de arado a las profundidades de 28 a 30 cm con valores de compactación por encima de los 2000 Kpa, valores que son considerados como el nivel crítico de RP (resistencia a la penetración) o compactación del suelo. En la misma Figura 3 se puede constatar que se ha realizado la medición después de aproximadamente un mes en el mismo punto luego de una lluvia de 50 mm, la evaluación de compactación después de la preparación clásica del suelo, verificó que el perfil del suelo presentó una disminución de unos 10 cm, en otras palabras, el suelo fue aumentando su compactación.
La utilización de abonos verdes o plantas de cobertura, es una práctica agrícola milenaria para aumentar la capacidad productiva del suelo. Según nuestra experiencia se puede afirmar que, es una técnica para recuperar suelos degradados por cultivos sucesivos, mejorar suelos naturalmente pobres y conservar aquellos que ya son productivos.
Las plantas de cobertura son cultivos que se siembran con el objetivo de proteger el suelo contra procesos erosivos y la lixiviación de nutrientes, incrementar la fertilidad del suelo y la capacidad de retención del agua, aumentar la biodiversidad y disminuir el cultivo principal de posibles plagas y enfermedades. En la Figura 4 se pueden observar dos imágenes del antes y después de la siembra de las plantas de cobertura, aquí, específicamente, la implementación de un mix de plantas de cobertura (ruziziensis, milleto y crotalaria).
Básicamente, este proceso consiste en el cultivo de plantas, en rotación, sucesión, consorciación con los cultivos de interés económico o comerciales, que tengan como principal objetivo mejorar significativamente los atributos químicos, físicos y biológicos del suelo para así poder lograr una agricultura sostenible y que esta sea técnicamente eficiente, económicamente viable, socialmente aceptable y ambientalmente correcta.
El uso de abonos verdes y/o cultivos de cobertura es de vital importancia y tiene beneficios tales como: reducir lanecesidad de herbicidas y pesticidas; mejorar el rendimientos de los cultivos que les siguen en rotación; conservar la humedad del suelo (cuando son adecuadamente manejados); son eficientes para controlar la erosión del suelo; aumentan el contenido de material orgánico; adicionar nitrógeno y reciclar nutrientes; evitan la lixiviación de nutrientes, mejoran la estructura del suelo y mejoran la fertilidad del suelo.
FFBC Agrounión S. A., en busca de una agricultura sostenible, entiende y comprende que las plantas denominadas «abonos verdes o plantas de cobertura» tienen características recicladoras, recuperadoras, protectoras, mejoradoras y acondicionadoras de suelo. En síntesis, no puede faltar la utilización de las plantas de cobertura si se busca obtener un sistema de producción agrícola sostenible. La implantación de las plantas de cobertura en un sistema de manejo conservacionista es clave para la adopción total y completa del sistema de siembra directa, para poder así intensificar, preservar y potencializar la calidad de nuestros suelos.
En la Figura 5 se muestra el estado de las parcelas en las cuales fueron sembradas las plantas de cobertura. Asimismo, se puede observar el rollo cuchillo que fue utilizado para tumbar y aplastar los residuos vegetales sin enterrarlos, es decir, no se revuelve el suelo que se utiliza con el principal objetivo de mejorar su cobertura con el resto de las plantas de cobertura, en este caso, del mileto, la crotalaria y la ruziziencis.
Luego del tumbado de las plantas de cobertura, se llevó a cabo la fertilización del suelo utilizando herramientas de agricultura de precisión. Calcáreo, fósforo y potasio fueron aplicados a tasa variable de acuerdo con las recomendaciones teniendo en cuenta los mapas de fertilidad de suelo, que fueron generados como resultados del análisis de suelo. Recordando que se han corregido y fertilizado el suelo y la planta.
En la Figura 6 se pueden observar imágenes del momento de la siembra, controlando, en todo momento, que la velocidad no sobrepase los 5km/h para así asegurar una buena distribución de plantas por metro lineal y también la profundidad de estas. Para lo cual fue utilizado el piloto automático del tractor para asegurar las condiciones de siembra. FFBC Agrounión S. A. se destaca por la utilización de tecnología y la continua consideración de informaciones, conocimientos y experiencias en todo el proceso.
Por otro lado, en la Figura 7 se muestran imágenes del desarrollo y crecimiento del cultivo de la soja, donde se puede constatar el buen desarrollo del cultivo, con buena sanidad y sin problemas con malezas de difícil control, así mismo no se registraron inconvenientes con las enfermedades.
En la Figura 8, se muestran datos obtenidos sobre la resistencia a la penetración del suelo o compactación de este, en la figura se verifica que mediante todo el manejo que se llevó a cabo, el suelo en la Parcela 1, no se presentan niveles de compactación de 0-60 cm de profundidad, esto se considera como un resultado extraordinario, teniendo en cuenta que la compactación provoca alteraciones en el buen funcionamiento del suelo, pudiendo presentarse disminución de la macroporidad e incremento de la resistencia del suelo, que a su vez afecta el perfil radicular, reduce y afecta el volumen del suelo explorado por las raíces, reduce y altera la eficiencia del uso del agua y los nutrientes, disminuye el rendimiento entre 40 a 60 % del potencial genético de cualquier planta.
El crecimiento y metabolismo de las plantas son muy sensibles a la compactación del suelo. Con un buen manejo se puede mejorar la estructuración del suelo para la prevención y el tratamiento de la compactación, aumentando la materia orgánica, bioactivando el suelo y siguiendo los Principios del Sistema de Siembra Directa.
8. Parcela 1. Mapas del diagnóstico de la RP resistencia a la penetración del suelo en diferentes profundidades estratificadas y en una media de 0-60 cm y mapas del porcentaje de humedad del suelo.
En la (Figura 9), se muestran imágenes relacionadas al análisis biológico o BIOAS, el cual es un indicador de la calidad o vida del suelo. Se han analizado dos enzimas, la beta-glucosidasa y la arizulfatasa, las cuales son proteínas altamente especializadas en catalizar procesos biológicos, que se relacionan directamente con la adición y transformación de la materia orgánica en el suelo, es decir, la presencia de estas enzimas en el suelo, indica la presencia de varias cepas de microorganismos; en otras palabra, es un suelo sano y está bioactivado.
En la misma Figura 9 se comprueba que en la zona de mayores rendimientos se obtuvieron mayores valores de la beta-glucosidasa, lo cual puede ser atribuido a que esa zona tiene mejor formación de la cobertura en el suelo, probablemente, se registró una mejor estructuración del suelo y todos los beneficios que ello implica. Por otro lado, en las zonas rojas o de menor rendimiento, los valores biológicos también fueron menores.
Lo interesante en cuanto a Los resultados de nematodos (Pratylenchus sp.) es que se registraron mayor cantidad de individuos en las zonas con mejores rendimientos de soja y mayores valores de la beta-glucosidasa, esto significa que a pesar de que hay presencia de nematodos, el suelo está bioactivado, es decir, que existe buena actividad biológica y el suelo está en equilibrio.
Los nemátodos, son microorganismos comunes en los suelos, que en muchas situaciones y dependiendo del manejo de los mismos, en suelos muertos y sin actividad biológica, se dan las condiciones para que los nemátodos actúen de manera desfavorable al cultivo, ya que en estos casos sus enemigos naturales no están presentes en el suelo.
Figura 9. Parcela 1. Mapas de zonas de manejo, mapas de análisis biológicos beta-glucósidasaarisulfatasa y nematodos. Yby Yaú, Paraguay, 2023.
Para lograr una agricultura más sostenible, se deben integrar todos los conocimientos técnicos y científicos en su aplicación práctica (información, conocimiento y experiencia), y esa aplicación práctica debe tener viabilidad técnica y económica.
La implementación de una buena cobertura sobre el suelo es clave y de vital importancia para una agricultura más sostenible. La aplicación de la misma, más los principios del sistema de siembra directa, llevará a obtener como resultado el mejoramiento de las propiedades físicas, químicas y biológicas de los suelos.
Barreto Riquelme, U. F., Amado, T. J., Nora, D., Bortolotto, R., & Geib, L. R. (2013). Recomendações de Fertilização Fosfatada para as Principais Culturas de Grãos Sob Sistema Plantio Direto No Paraguai. Enciclopédia Biosfera, 9(16).
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Forsythe, W. M. Las propiedades físicas, los factores físicos de crecimiento y la productividad del suelo. Fitotecnia Latino Americana, 4:165-176, 1967.
Klein, V. A. 2008. Física do solo. Passo Fundo, Ed. Universidade de Passo Fundo, 212 p.
Cuenta con experiencia en Manejo y Conservación de Suelos y Aguas, trabajando principalmente en los siguientes temas: Sistemas de producción, siembra directa, rotación de cultivos, cultivos de cobertura, cultivos oleaginosos, diversificación de cultivos, prácticas de manejo y Conservación de suelo y agua. Ingeniero agrónomo egresado de la Facultad de Agronomía Eliseu Maciel (FAEM), UFPEL, Pelotas, RS. Maestría en Ciencias del Suelo - Universidad de Aberdeen y Doctorado en Agronomía de la Universidad Estatal de Londrina; con estudios en la Universidad de Paris e INRA (Francia), Kansas State University (Manhatan, USA). Actualmente es investigador del Instituto Agronómico de Paraná.
Calegari, A.
Pesquisador Sênior do Instituto Agronômico do Paraná - IAPAR
Contacto: calegarigremio@gmail.com
Os inadequados manejos implementados em diferentes regiões do Paraguay e outros países, nem sempre seguindo os princípios de um SPD (sistema plantio direto) com qualidade, aliados muitas vezes ao imediatismo de lucros econômicos, muitas vezes não respeitando as necessidades de cada solo ou dos diversos sistemas de produção tem contribuído para o agravamento dos processos de degradação ambiental e aumento do desequilíbrio entre as relações solo-água-planta. Esta dinâmica tem provocado severas alterações nos atributos físicos, químicos e biológicos do solo que, somados à aceleração da mineralização da matéria orgânica, com consequente diminuição da fertilidade do solo, tem levado diversos sistemas produtivos a uma crescente diminuição do potencial produtivo nas mais diversas regiões agroecológicas do Paraguay e em diversas regiões do mundo.
Os resultados de pesquisa ao longo dos anos, assim como a profunda experiência de produtores quanto ao uso das mais diversas plantas melhoradoras do solo (plantas de cobertura, plantas de serviço) tem demonstrado grande potencial na proteção e recuperação da capacidade produtiva dos diferentes solos agrícolas. Um desafio constante aos produtores é o DIAGNOSTICO de qualidade, onde são considerados os atributos biológicos, físicos e químicos do perfil do solo.
Assim, faz-se necessário conhecer se existem alguns desafios como compactação do solo, doenças radiculares, populações elevadas de fito nematoides, desequilíbrio nutricional nas camadas do perfil, entre outros, visando uma adequada definição de esquemas compatíveis de uso das diferentes espécies com os sistemas de produção específicos de cada região, e se possível nos limites de cada propriedade, considerando os aspectos ligados ao clima, solo, infra-estrutura da propriedade e condições sócio-econômicas do agricultor. Portanto, o conhecimento dos efeitos diretos e indiretos das diversas espécies/ famílias de plantas no solo e seus efeitos nas culturas comerciais subsequentes são fundamentais para o desenvolvimento de uma agricultura regenerativa/ agricultura sustentável.
As possibilidades do emprego dessas plantas podem visar, além da conservação e/ou melhoria da fertilidade, incremento na produtividade das culturas comerciais, aproveitamento de algumas espécies como alimentos e/ou forragem aos animais, ou ainda na produção de grãos para comercialização, ou na produção de óleo (biodiesel ou outros fins).
O imediatismo de uma grande parte dos agricultores, aliado ao não adequado diagnóstico do sistema produtivo como um todo, acompanhamento/ monitoramento por glebas (níveis de nutrientes, melhoria da matéria orgânica, rendimento das culturas, etc.), a pouca utilização de diferentes espécies (coquetel) de plantas de cobertura, além do inadequado uso de tem contribuído para que muitos produtores não alcancem rendimentos favoráveis estáveis ao longo dos anos.
Geralmente o consórcio pode ser feito de gramíneas + leguminosas ou gramíneas + crucíferas, polygonaceas, etc. ou ainda, misturar quatro, cinco ou mais espécies, que além de melhorar os atributos físicos do solo (agregação, estruturação), produzem resíduos com relação C/N intermediária, favorecendo a mineralização paulatina do nitrogênio. Ao longo dos anos através da adição de resíduos e pela ação da diversidade da Microbiota também há um maior equilíbrio e consequente maior acúmulo de carbono no perfil do solo. «No caso de cultivos singulares, a decomposição individual das leguminosas resultará em maiores riscos de perdas de N (lixiviação, volatilização), se comparado às gramíneas. Quando os resíduos de gramíneas são mesclados com resíduos de leguminosas, normalmente não há problemas com imobilização do nitrogênio e a mineralização paulatina favorecerá a disponibilidade e absorção pelas plantas. Além de favorecer o incremento da microbiota, enzimas produzidas pelos microrganismos e plantas que junto aos resíduos, aminoácidos, fungos micorrízicos irão contribuir para o incremento do húmus do solo (ácidos fúlvicos, ácidos húmicos e humina)» (Calegari, 2014; Wütke et al., 2014).
As plantas de cobertura individuais tem efeitos favoráveis, más com a utilização adequada de Mix de plantas (diversas espécies juntas), juntamente com a rotação de culturas no SPD, em condições equilibradas dos atributos do solo, através dos exsudatos radiculares (ácidos orgânicos e outros), enzimas e outras substancias sintetizadas pelos microrganismos e efeitos das raízes levará a um incremento na biologia do solo (macro, meso e micro fauna e flora), que irá promover uma melhoria nos atributos e aumento do potencial produtivo do solo.
Assim, as raízes das plantas, muito similares às hifas de fungos podem prover a estrutura mecânica para a formação inicial dos macroagregados do solo ao englobar as partículas e produzir os agentes cimentantes (exudatos radiculares), os quais irão estimular a atividade microbiana. Outro mecanismo comum de formação de macroagregados do solo ocorre através da atividade da fauna do solo, principalmente minhocas, formigas e cupins que, além disso, as minhocas contribuem para uma maior disponibilidade de nutrientes e conseqüente melhoria da fertilidade química dos solos. Resultados científicos mostram que no SPDq, observa-se uma elevada biomassa microbiana e abundância de minhocas superiores em relação ao preparo convencional (PC), Além da elevada biomassa microbiana, em geral, o SPD tende a favorecer mais as populações de fungos que bactérias, produzindo uma maior relação de glucosamina (derivados dos fungos) que ácidos muramico (derivado de bactérias) (Frey et al., 1999; Guggenberger et al., 1999). A estabilização preferencial de fungos sobre a biomassa bacteriana pode levar a uma ciclagem mais eficiente do carbono e do nitrogênio (Beare et al., 1992; Frey et al., 1999). O manejo dos diferentes sistemas de produção tem o objetivo de conduzir agroecossistemas, para que sejam produtivos, competitivos e sustentáveis a longo prazo; por isso, faz-se necessário identificar e integrar os componentes que irão contribuir para uma maior biodiversidade, como o uso de diferentes ativos biológicos (fungicidas, nematicidas, inseticidas, promotores de crescimento, tais como Bacillus, Trichoderma, Azospirillum, Pochonia, Paecylomices, Bradyrhizobium, etc., que irão em ação sinérgica, com plantas de serviço - efeitos radiculares, incrementar o equilíbrio das relações solo-águaplanta, com um aumento nas populações de inimigos naturais, diversificação na produção, uso/reciclagem/aproveitamento equilibrado de nutrientes e manutenção e/ou recuperação dos atributos do solo (químicos, físicos e biológicos). É importante a integração das práticas agrícolas, ordenadamente sistematizadas, que irão permitir avanços não apenas na agricultura como um todo, mas também nas condições socioeconômicas dos produtores rurais.
Geralmente os resíduos orgânicos que irão proteger a superfície do solo irão fornecer o carbono orgânico adicionado ao solo, o qual em um primeiro momento irá fazer parte da biomassa microbiana, passando em seguida para a fração lábil da matéria orgânica do solo, e finalmente para a formação de complexos
polimerizados, estabilidade física e/ou química nos estágios mais avançados do carbono. Além de ser um componente da fase sólida, o húmus, como colóide orgânico, apresenta efeitos muito valiosos na melhoria das características físicas, químicas, físico-químicas e biológicas do solo.
A manutenção e/ou adição da matéria orgânica ao solo através do uso da rotação de culturas, incluindo o adequado emprego das coberturas vegetais e o manejo dos resíduos pós-colheita, tende a promover melhorias significativas no sistema produtivo ao longo dos anos, por:
• Melhorar o estado de agregação das partículas, através da formação de complexos organo-minerais.
• Aumentar a capacidade de armazenamento de água.
• Contribui para um aumento da biodiversidade do solo, e ao incrementar a biologia do solo (micro, meso e macro [fauna e flora]), aumenta a quantidade de espécies de organismos e também os inimigos naturais que irão atuar positivamente no controle e equilíbrio de pragas (insetos, nematóides e outros) e doenças.
• Reduzir as perdas de nutrientes e melhorar a solubilização de nutrientes, facilitando o seu aproveitamento pelas plantas.
• Promover a complexação orgânica do alumínio e manganês que encontram-se em níveis tóxicos no solo.
• Aumentar a CTC efetiva do solo (dependente de pH).
• Melhorar o desenvolvimento das culturas, aumentando a estabilidade da produção ao longo dos anos.
Conforme Reicosky, Calegari, Heiheimer, Tiecher, (2018), com a agricultura intensiva convencional, o solo descoberto é exposto aos elementos sem nenhum material vegetal para capturar C adicional e fornecer nutrição e energia para a biologia do solo. «Precisamos ter certeza de que estamos usando nossos recursos (sol, solo, água, ar) de forma eficiente o tempo todo».
A vida é impulsionada pela energia. ¡A luz solar é a única energia renovável para a vida na Terra! Os principais ciclos de energia são o ciclo solar e o ciclo hidrológico que não é apenas a fonte da maior parte da matéria viva, mas também fornece o meio para todos os ciclos orgânicos. A agricultura é responsável pela captação e transferência da energia solar, mais alguns nutrientes do solo, em energia bioquímica e na segurança alimentar. As culturas de cobertura podem desempenhar um papel crítico no fornecimento de «cobertura viva contínua» desde que seja biologicamente possível.
A cobertura viva captura C e, em última análise, fornece proteção ao solo por meio de plantas vivas, plantas dormentes e resíduos de culturas mortas. O carbono capturado pelas plantas é a energia que permite a absorção de nutrientes e alimenta nosso sistema biológico e o ciclo de nutrientes associado, proporcionando nossa segurança alimentar. Através da fotossíntese, a combinação de CO2 e H2O sob a influência da luz solar para criar carboidratos que são a base da estrutura da planta e do manejo de C que permitem o crescimento das culturas e a produção de grãos como nossa principal fonte de alimento (Janzen, 2006, 2015; Reicosky e Janzen, 2018, no prelo). A gestão do carbono, seja o armazenamento de C ou a ciclagem de C, começa com a fotossíntese, onde as plantas capturam naturalmente o CO2 do ar e o convertem eventualmente em alguma forma de C do solo, onde pode ser armazenado por algum tempo ou pode ser transformado/reciclado através da utilização por atividade biológica e liberar algumas emissões de CO2. Esse processo ocorre há muitos bilhões de anos e, a menos que o solo seja perturbado pelo cultivo intensivo, liberando as emissões de CO2 de volta à atmosfera, ele atinge um equilíbrio natural. Kuzyakov e Cheng, (2004), usando traçadores C13 e C14, determinaram que o processo de fotossíntese é a etapa limitante na entrada e passagem do C no sistema radicular. Uma descoberta importante é que o forte acoplamento do efeito negativo da rizosfera na decomposição da SOM com a fotossíntese sugere que os organismos trabalhem para maximizar a fotossíntese em nosso sistema de produção. Em outras palavras, «cobertura viva contínua» se possivel, desde que biologicamente possível, deve ser nosso objetivo. Nosso manejo de C deve levar à produção de raízes e exsudatos (Bais, et al., 2006; Haichar, et al., 2008), grãos e resíduos, combinando culturas agronômicas e de cobertura para obter o máximo de C para serviços agrícolas e ecossistêmicos.
Queremos plantas vivas capturando C o tempo todo dentro dos limites biológicos porque esse crescimento ajuda a manter os microorganismos do solo ativos. O C capturado pela planta é a energia que alimenta esse sistema biológico e a ciclagem de nutrientes associada, proporcionando nossa segurança alimentar. Precisamos desenvolver métodos para estender a «temporada de captura de C» antes e depois da safra agronômica para utilização eficiente da energia solar. A agricultura de conservação e diversos MIX de culturas de cobertura podem ser usadas para prolongar a estação de captura de C. A utilização de espécies de cobertura vegetal antes da estação normal de crescimento e após a estação normal de crescimento virtualmente estende o período de captura de C para o ecossistema, mantendo a proteção do solo durante esses períodos normalmente de pousio. Nosso objetivo é cultivar algo desde que seja biologicamente possível dentro dos limites de temperatura e água que a natureza fornece. Mesmo nos
climas do norte, com temperaturas extremamente baixas, a presença de plantas de cobertura dormentes ou mortas é uma fonte de energia prontamente disponível quando as condições climáticas são adequadas, mas também fornece proteção contra a erosão eólica e hídrica durante esse período crítico. Embora sejam muitos desafios fazer isso economicamente, com um pouco mais de pesquisa e alguma manipulação genética podemos conseguir uma combinação de plantas que podem acumular C e proteger o solo 365 dias por ano.
É amplamente reconhecido que as culturas de cobertura são multifacetadas com relação às funções do solo que atendem, resultando nos inúmeros benefícios listados na. As culturas de cobertura podem melhorar a inclinação do solo, controlar a erosão e ervas daninhas e manter o conteúdo de matéria orgânica do solo. A compactação do solo pode ser reduzida e a infiltração de água, que pode lixiviar os nutrientes do solo (especialmente nitrogênio), pode ser reduzida. Assim, as culturas de cobertura podem ser usadas para reter e reciclar os nutrientes das plantas, especialmente o nitrogênio, entre os ciclos de cultivo. As culturas de cobertura também fornecem um habitat para polinizadores e insetos benéficos, bem como fornecem rotações para quebrar os ciclos de doenças das plantas.
As culturas de cobertura fornecem muitos benefícios aos sistemas de produção agrícola, incluindo retenção de solo e nutrientes, recursos e habitat para organismos benéficos e supressão de ervas daninhas. Todos esses fatores «estranhamente» sinérgicos trabalhando juntos melhoram a segurança alimentar, a qualidade ambiental, nossa qualidade de vida e lucratividade. Em regiões com estação de crescimento curta, temperaturas baixas podem impedir o estabelecimento de culturas de cobertura produtivas entre os períodos de cultivo de culturas de rendimento, os sistemas de cobertura viva podem oferecer aos produtores oportunidades para estabelecer culturas de cobertura no início da estação de crescimento, aumentando assim a duração da cobertura do solo, seja está morto, adormecido ou vivo. Culturas de cobertura podem restaurar a qualidade do solo e manter a saúde do solo por meio de melhor gerenciamento de carbono (Reicosky e Forcella, 1998; Franzluebbers, 2005; Blanco-Canqui, et al., 2015; Lal, 2015b; Raphael et al. 2016).
Cuenta con experiencia en Manejo y Conservación de Suelos y Aguas, trabajando principalmente en los siguientes temas: Sistemas de producción, siembra directa, rotación de cultivos, cultivos de cobertura, cultivos oleaginosos, diversificación de cultivos, prácticas de manejo y Conservación de suelo y agua. Ingeniero agrónomo egresado de la Facultad de Agronomía Eliseu Maciel (FAEM), UFPEL, Pelotas, RS. Maestría en Ciencias del Suelo - Universidad de Aberdeen y Doctorado en Agronomía de la Universidad Estatal de Londrina; con estudios en la Universidad de Paris e INRA (Francia), Kansas State University (Manhatan, USA). Actualmente es investigador del Instituto Agronómico de Paraná.
Investigador del Instituto Agronómico de Paraná desarrollando investigaciones en sistemas de producción y rotación de cultivos en el sistema de siembra directa en el oeste de Paraná y también en proyectos de agroecología. Ingeniero agrónomo por la Universidad Estatal del Suroeste de Bahía, Magíster en Agronomía (Fitotecnia) por la Universidad Federal de Lavras (2005) y Doctor en Agronomía (Producción Vegetal) por la Universidade Estadual Paulista Júlio de Mesquita Filho. Experiencia en el área de Agronomía, con énfasis en Fitotecnia.
1Calegari, A.; 2 Hojo, R. H.
1Pesquisador Sênior do Instituto Agronômico do Paraná - IAPAR; 2Pesquisador do Instituto de Desenvolvimento Rural do Paraná - IDR-Paraná.
1Contacto: calegarigremio@gmail.com ; 2Contacto: ronaldo@idr.pr.gov.br
Atualmente a demanda para a produção de alimentos saudáveis é o principal foco e por sua vez a busca para o cultivo destes tem se voltado justamente aliado à sustentabilidade onde os pontos fundamentais se baseiam na geração de renda, sendo economicamente viáveis, buscando ser ambientalmente seguro e socialmente justo. Baseado nestas informações o termo do momento está voltado não somente à preservação, manutenção dos recursos naturais, mas sim buscar uma nova forma de produzir onde a referência está voltado a agricultura regenerativa.
Sobres estes aspectos a forma de produção se fazem por conta de envolver um complexo de mecanismos que estejam integrados nas unidades produtivas e o homem do campo está cada vez mais compreendido em ser agricultor do que mero produtor de alimentos. Os modelos praticados na realidade agrícola estão altamente demandantes e dependentes de insumos e seguindo por tecnologias especificas e descomprometido com as condições ambientais. Busca-se a racionalização dos sistemas de produção com a interação de fatores como os sistemas integrados de produção agropecuária e outros aspectos voltados ao conservacionismo como o sistema plantio direto - SPD.
O sistema plantio direto - SPD surgiu devido aos problemas relacionados as perdas de solo pela erosão hídrica, onde principalmente em pastagens, cafeeiros e lavouras anuais, com os cultivos não adotando práticas conservacionistas. Apesar de outras ações que são fundamentais para a produção conservacionista, cujas práticas envolvendo o terraceamento, semeadura em nível, aptidão da terra, quebra-ventos, canais vegetado, estradas rurais, capacidade e uso do solo e manejo de insetos, doenças e plantas daninhas, são de extrema importância.
Dos três pilares que compõe o sistema plantio direto - SPD as plantas de cobertura são fundamentais para o atendimento dos mesmos. Relatamos que o primeiro fator, mínimo revolvimento do solo um ponto fundamental se dá pela regulagem adequada das maquinas de semeadura direta, pois se não considerar essa importância não se faz um ótimo plantio direto e consequentemente para se realizar o plantio direto deve-se ter palhada, principalmente com as plantas de cobertura. O segundo pilar que é a cobertura permanente do solo se atende em primeiro aspecto com as culturas comerciais ocupando cerca de 70 % do tempo e restando cerca de pelo menos 30 % para ocupar a área com o uso das plantas de cobertura. Finalizando com o terceiro pilar que é a rotação de culturas, onde a diversificação dos cultivos incluindo as culturas comerciais em esquemas de rotação e/ou sucessão de culturas, com a alternância de plantas de coberturas entre uma ou duas culturas comerciais.
A utilização de plantas de cobertura é uma prática que envolve inúmeras interações com os sistemas produtivos atuais e sua complexidade não é simplesmente plantar e/ou semear e manejar para o beneficio desejado. Primordialmente busca-se o diagnóstico do porque o emprego das plantas de cobertura, como parte do manejo de controle de plantas daninhas, controle de nematóides, adicionar palhada no sistema, descompactação e a aeração do solo, ciclagem e reciclagem de nutrientes, por fim aliado ao incrementar a qualidade do solo tanto química, física e biológica (Figura 10). Todos estes itens relacionados acima torna um simples fato de adicionar matéria orgânica no sistema pelo uso das plantas de cobertura. Posteriormente com um bom planejamento se faz o cronograma de ações a serem executadas e através das intervenções e registros, pelo acompanhamento técnico, e por fim elaborando o relatório das atividades e tornando referência de modelo tecnológicos sustentável.
A questão sobre quais espécies de plantas utilizar foram citadas anteriormente de acordo com os objetivos a serem solucionados, no entanto as mais empregadas são as que envolvem cinco famílias, sendo elas as gramíneas, onde as de verão por exemplo são a braquiária, milheto, sorgo, capim moa, capim pé-de-galinha gigante, de inverno, a aveia branca, aveia preta, centeio e triticale; as leguminosas, como crotalárias, mucunas, guandus, ervilha, ervilhacas, tremoços, estilosante; as crucíferas/brássicas como o nabo forrageiro, canola; as poligonáceas, como o trigo mourisco ou sarraceno; e as compostas/asteráceas como os girassóis. Sobre as quantidades que compõe essas misturas vão depender das proporções que as mesmas são desejadas em maiores quantidades, e por sua vez sendo calculadas e consideradas os valores referentes à porcentagem de germinação e vigor para sua correção, bem como o peso de 1000 sementes de cada material, uma vez que o peso varia de cada espécie e/ou cultivar, ou seja, uma espécie em maior peso na composição do MIX não quer dizer maior quantidade no arranjo populacional no campo (Tabela 1)
Posteriormente decido as espécies e as composições na sua mistura, a etapa de implantação é fundamental, pois decide o sucesso da eficiência das plantas de cobertura. O primeiro ponto é semear com a área manejada sem plantas daninhas já nascidas, uma vez que a depender das espécies nos MIXs não contribui para a inibição da propagação de sementes destas, por isso é essencial o manejo «no limpo». E por fim a quantidade de sementes a serem depositadas no solo por metro quadrado para garantir o fechamento da área, profundidade de semeadura, realização do uso de fertilizantes visando a adubação de sistemas e o espaçamento entre linhas.
Após a implantação, o ponto a ser planejado é a época de manejo das plantas de cobertura que por sua vez vai depender da data desejada de plantio da cultura subsequente. Alguns implementos como o rolo-faca, triturador de palhada, roçadeira, e até mesmo o manejo com herbicidas são considerados para esse manejo, ou mais de um. Normalmente a fase ideal é quando a maiorias das espécies do MIXs estiverem em pleno florescimento ou na primeira espécie que estiver em formação de grãos para evitar o manejo posterior com a entrada de herbicidas.
Uma pergunta a se considerar e que cada vez mais está buscando se realizar é o plantio no verde com as plantas de coberturas ainda verdes, com o manejo de rolo-faca, plantio e/ou aplicação de herbicida se necessário, e alternando também essas etapas como por exemplo, dessecar, após 3 horas, rolar e depois plantar.
Trigo mourisco IPR 91 e 92
Guandu anão IPR 43
Ervilha IPR 83
Nabo IPR 116
Centeio IPR 89
Aveia IPR Afrodite
Aveia IPR Cabocla
Aveia IAPAR 61
Aveia IPR Esmeralda
Aveia IPR Suprema
Triticale IPR Aimoré
Tremoço branco
Tremoço azul IPR 24
PMS (g) 28,39-37 18,85-20,66 102,15-132,63 15,03 46,45 23,41-28,40 170,71 65-80 17,6-37,5 6,03-14,33 14,96-17,79 334,01-355,11 23,38-24,5
Tabela 1. Dados referentes ao peso de mil sementes das espécies. IAPAR, PR, Brasil, 2023.
Um ponto importante é a quantidade de tempo que se tem para o desenvolvimento das plantas de cobertura na área de manejo, que é um ponto que se leva em consideração ao se buscar elevar a quantidade da biomassa, além das espécies envolvidas e consequentemente o incremento dos teores de nutrientes disponibilizados pelas plantas (Tabela 2).
Baseado nos pontos abordados sobre o manejo das plantas e seus benefícios podemos considerar que os MIXs de plantas de coberturas têm-se cada vez mais a busca por uma melhoria nos sistemas produtivos atuais nos quais o caminho para uma agricultura de processos é a solução e os mecanismos do uso de bioinsumos com a diversidade de ferramentas está na rota da sustentabilidade.
Milheto + crotalarias + nabo + mourisco
Aveia E. + nabo + guandu + mourisco
Aveia C. + ervilha + centeio + nabo
Aveia S. + aveia 61 + ervilhaca (2023)
Crotalaria ochroleuca (2018)
Aveia61+ ervilhaca + tremoçoB (2017)
Aveia61+ ervilhaca + tremoçoB (2022)
Aveia61 + ervilhaca (2021)
Tremoço branco (2014)
Aveia C. + nabo (2016)
Aveia C. + nabo (2017)
Aveia C. + nabo (2019)
Aveia C. + nabo (2022)
Centeio + nabo (2019)
Aveia E. + ervilha (2022)
Aveia C. + ervilha (2014)
Ervilha + nabo (2020)
Aveia C. + centeio (2015)
Aveia C. + centeio (2015)
+ centeio (2021)
Aveia C. + ervilha + nabo (2018)
Aveia C. + ervilha + nabo (2021)
Aveia C. + centeio + nabo (2019)
Aveia S. + centeio + ervilha (2022)
Tabela 2. Valores referentes a produção de biomassa. IAPAR, PR, Brasil, 2023.2023.
Profesor de fertilidad de suelos y nutrición de plantas de la Universidad Nacional Nacional de Mar del Plata (Argentina) y consultor de organizaciones de productores y agroindustrias. Fue director regional del Instituto Internacional de Nutrición de Plantas (IPNI) para el Cono Sur. Su principal línea de investigación, e interés en la extensión son el eficiente y efectivo uso de nutrientes, así como otras líneas de trabajo con el manejo ecológico de sistema de cultivos intensivos y sustentables.
García, F. O.
Consultor - Facultad de Ciencias Agrarias Balcarce (UNMdP, Argentina)
Contacto: fgarcia1957@gmail.com
La agricultura proporciona ingresos económicos a los agricultores, genera bienestar en las comunidades y suministra alimentos, fibras y bioproductos para toda la sociedad. Actualmente, la agricultura enfrenta el desafío de satisfacer una demanda creciente de alimentos y otros bioproductos de calidad, desacoplando dicha producción de externalidades negativas sobre la salud del ambiente y humana. Incrementar la producción en cantidad y calidad en ambientes y sociedades saludables contribuirá a alcanzar los objetivos de desarrollo sustentable propuestos por Naciones Unidas.
El suelo es un recurso natural finito, no renovable, que desempeña un rol central en el desarrollo de una agricultura sostenible, proporcionando el 95 % de los alimentos que se consumen en el planeta, entre sus numerosas funciones (Figura 11). En Sudamérica coexisten suelos y agroecosistemas contrastantes que enfrentan amenazas y desafíos como la erosión, el agotamiento de materia orgánica y nutrientes, la compactación, la salinización, la pérdida de biodiversidad y la contaminación, entre otros.
Figura 11. Funciones del suelo según FAO (2015).2023.2023.
Productores, agrónomos y científicos deben responder a las demandas y desafíos planteadas para lograr una agricultura sostenible basada en evidencia científica-tecnológica. Investigaciones y experiencias de los últimos 20 años han demostrado que hay cuatro pilares del manejo sustentable de los suelos: rotaciones + siembra directa + cultivos de cobertura + nutrición balanceada (Figura 12).
Figura 12. Prácticas de manejo sustentable para una mejor salud del suelo: rotaciones de cultivos, siembra directa, cultivos de cobertura y nutrición balanceada.
Estas prácticas de manejo, que interactúan fuertemente entre ellas, permiten mejorar la salud del suelo en cuanto a sus propiedades químicas, físicas y biológicas y con ello la producción. La fertilidad de suelos es la capacidad del suelo para sostener el crecimiento de las plantas al proporcionar nutrientes esenciales y características químicas, físicas y biológicas favorables como hábitat para su crecimiento (FAO, 2019) Por otra parte, la fertilidad de los suelos define las condiciones de «salud del suelo», un eslabón del concepto integral de «Salud», que encadena salud del suelo, salud de las plantas, salud animal, salud humana y salud ambiental.Los cuatro pilares de manejo están directamente involucrados en el mantenimiento y/o mejora de la fertilidad de los suelos. (Figura 13).
Existen numerosas propiedades químicas, físicas y biológicas que pueden definir la fertilidad delsuelo, pero sin lugar a duda, el carbono (C), constituyente central de la materia orgánica (MO), es el indicador más representativo en cuanto a la capacidad productiva y estado de salud. La importancia de la MO radica en su relación con numerosas propiedades del suelo:
• Físicas: densidad, capacidad de retención de agua, agregación y estabilidad de agregados, color y temperatura.
• Químicas: reserva de nutrientes como nitrógeno (N), fósforo (P), azufre (S) y otros, pH, capacidad de intercambio catiónico, capacidad tampón, formación de quelatos.
• Biológicas: biomasa microbiana, actividad microbiana (respiración), biodiversidad, fracciones lábiles de nutrientes.
Además, al ser el CO2 el principal gas de efecto invernadero, la capacidad de los suelos de mantener y/o secuestrar el carbono se presenta como una estrategia de interés a nivel global.
¿Cuáles son las evidencias para los 4 pilares del manejo sustentable de los suelos?
1. La rotación de cultivos y pasturas presenta numerosas ventajas comparada con los sistemas de monocultivo. Algunas de estas ventajas se relacionan con i) acumular mayores cantidades de residuos de distinta calidad que representan significativos aportes de C para el suelo; ii) diversidad de raíces y, por ende, de microorganismos del suelo, y iii) mayor eficiencia de uso del agua y del recurso suelo (intensidad de cultivo) (Studdert y Echeverria, 2000; Campos et al., 2015; Grahmann et al., 2020; Smith et al., 2023). En general, la inclusión de gramíneas en la rotación mejora el balance de C del suelo, tanto por la cantidad como por la calidad de los residuos y por permitir una mayor cobertura del suelo.
2. Bajo siembra directa, la no remoción del suelo y el mantenimiento de los residuos de cosecha en superficie permiten la protección de procesos erosivos eólicos e hídricos y un mayor contenido de MO en las capas superficiales del suelo respecto de situaciones similares bajo labranza convencional con remoción de residuos (LC). La menor oxidación de los residuos aportados, la menor erosión y, eventualmente, una mayor producción de residuos bajo SD mantiene mayores concentraciones de C que bajo labranza. Los efectos positivos de la SD sobre la fracción orgánica del suelo se observan también cuando se evalúan contenidos de N orgánico y fracciones lábiles de C orgánico del suelo. La investigación realizada en los últimos años en Sudamérica sobre los efectos positivos de la SD sobre la calidad de los suelos es extensa (Garcia-Prechac et al., 2004; Moraes Sa et al., 2015; Wingeyer et al., 2015).
3. Una alternativa para mejorar el balance de C en los suelos es la utilización de cultivos de cobertura (Amado et al., 2006; Joshi et al., 2023; Peng et al., 2023). Además de mejorar el balance de C, los cultivos de cobertura proveen numerosos servicios a los sistemas productivos como control de erosión, aporte de N, mejora de propiedades físicas, captación de agua en el perfil de suelo, control de malezas y otras (Pinto et al., 2017). Esta práctica incluye cultivos de distintas especies que se siembran entre cultivos de renta. Estas especies varían según la región, pueden ser gramíneas como avena, centeno, triticale, brachiaria, mileto y otros; leguminosas como vicia, guandú, crotalaria y otras que aportan N a través de la fijación biológica; y especies como, por ejemplo, nabo forrajero. El uso de coberturas está muy difundido en numerosas zonas de Brasil, Paraguay y Uruguay, y se ha expandido fuertemente en los últimos años en Argentina y Bolivia.
4. La nutrición balanceada produce una mayor acumulación de biomasa y un mayor rendimiento de los cultivos, contribuyendo positivamente al balance de MO de los suelos. A tal fin, la toma de decisión para la aplicación de nutrientes debe basarse en información científico-técnica que defina las mejores prácticas de manejo de la nutrición en cada región y agroecosistema. En este aspecto, es clave definir la mejor combinación de los 4 Requisitos de manejo de nutrientes (fuente, dosis, forma y momento de aplicación). Existen indicadores de eficiencia de uso de nutrientes que nos permiten evaluar cómo se están manejando estos a diferentes escalas (lote, establecimiento, región, país) (Fixen et al., 2014) (Tabla 3)
Índice Niveles típicos para N (maíz o trigo)
Eficiencia agronómica (EA)
Eficiencia de recuperación (ER)
Productividad parcial del factor (PPF)
Balance parcial del nutriente (BPN)
(U-U 0)/F
10-30 kg grano/kg nutriente
30-50 % ∆ kg nutriente absorbido/kg nutriente
40-80 kg grano/kg nutriente
>1.00 = Déficit
<1.00 = Exceso kg nutriente en grano/kg nutriente
Y = rendimiento, F = fertilización, R = remoción, U = absorción
et al. (2014).2023.
Los valores del BPN de N y fósforo (P) muestran desbalances en el Cono Sur de Sudamérica, con diferencias entre países: déficits para Paraguay, Argentina y Bolivia, y excesos para Brasil y Uruguay (Figura 14). Los equilibrios son centrales porque los déficits llevan a una potencial degradación de fertilidad, pero los excesos pueden resultar en una potencial contaminación de recursos suelo, agua y aire. A modo de ejemplo, para maíz, la productividad parcial de N aplicado (rendimiento/N aplicado) a nivel país indicaría déficits en Argentina, Bolivia, Paraguay y Brasil, y excesos en Chile, México, Perú y Uruguay (Figura 15).
Figura 14. Relación remoción/aplicación (BPN) de N y P para Argentina, Bolivia, Brasil, Paraguay y Uruguay, y comparación con otros países. Elaborado a partir de Fertilizar AC y Minagro (2016-2018), FAOSTAT, da Cunha et al. (2018), Causarano (2017), Mancassola y Casanova (2015), Edis et al. (2012), NuGIS-IPNI (2012)
Mas allá de estos indicadores generales de eficiencia de uso de nutrientes, el diagnóstico de la fertilidad de los suelos y cultivos a nivel lote y ambiente constituye el punto de partida para el manejo responsable de nutrientes. Sistemas de recomendaciones de la fertilización, como el planteado por Cubilla et al. (2012) para Paraguay, son claves para el uso responsable de nutrientes. El manejo de nutrientes debe adoptar un enfoque integrado que contribuya a la sustentabilidad, a través del uso de reciclados, la adopción de tecnologías de precisión, la innovación en productos biológicos y fertilizantes de menor impacto ambiental y mayor eficiencia, y el manejo de rotaciones y cultivos de cobertura.
Figura 15. Eficiencia de uso de nitrógeno (EUN) en maíz para distintos países de América utilizando el índice de productividad parcial (PPF) de N (rendimiento/N aplicado). Adaptación de la metodología del EU Nitrogen Panel.
Producir más con mayor calidad es una demanda global, pero esa demanda nos exige desacoplar la producción de externalidades que afectan los recursos naturales y la calidad de vida en el planeta. Debemos plantear nuevos paradigmas que respondan a este escenario. La innovación es clave y puede surgir desde la investigación, el saber local, la experimentación diaria de los agricultores y otras actividades, pero, sin duda, necesitamos de la integración de todos los «actores» de la cadena agrícola-alimentaria: productores, trabajadores, profesionales, científicos, vecinos, instituciones, empresas, Estado.
En definitiva, nuestra misión es proteger los recursos que utilizamos y gestionar efectivamente dichos recursos y los insumos que incorporamos al sistema. Estos son desafíos permanentes y constituyen nuestra responsabilidad actual y para las futuras generaciones.
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Bartz, M. L. C.
Centro Municipal de Cultura e Desenvolvimento de Idanha-a-Nova (CMCD), Portugal Organic Farming - Parceria para Agricultura e Produção Biológica, Centro de Agricultura Regenerativa e Biológica (CARe-Bio), Portugal Laboratório de Ecologia e Ecotoxicologia do Solo, Centro de Ecologia Funcional, Laboratório Associado TERRA, Departamento de Ciências da Vida, Universidade de Coimbra (SEEL-CEF-TERRA-UC), Portugal Federação Brasileira do Sistema Plantio Direto (FEBRAPDP), Brasil
Contacto: bartzmarie@gmail.com
O solo é resultado da ação a agentes abióticos, como água e temperatura, e bióticos (organismos do solo) através do processo de intemperismo do material de origem (rocha mãe). Existe uma grande variedade de tipos e de composição das rochas, assim como condições climáticas, que refletem na riqueza e diversidade de tipos de solo. Apesar de ser considerado um recurso renovável, para se formar 1 cm de solo na natureza, considerando os agentes relacionados anteriormente, leva de 500 a até 1000 anos dependendo da região climática. Portanto, considerando o nosso tempo de vida como ser humano (80 a 100 anos) este processo não é perceptível.
No entanto, devido especialmente a ação da desflorestação, atividades agrícolas e sobre pastoreamento, como causas principais, e o uso de más práticas de manejo e agrícolas, têm deteriorado e degradado, resultando em severos processos de erão hídrica e eólica. Este cenário que tem acontecido desde as civilizações mais
antigas até os dias atuais, compromete 30 % dos solos no mundo, impossibilitando a produção agrícola. Estimativas mostram que se este processo continuar nesta velocidade, em 2050 90 % dos solos serão impróprios para a produção de alimentos (animais e vegetais).
Esta situação de degradação deve ser considerada com um alerta, pois o patrimônio solo é responsável por prover uma série de serviços ecossistêmicos que garantem e promovem a vida no ambiente terrestre. Que podem ser destacados em 11 linhas (Figura 16):
1. Purificação da água e redução da contaminação do solo;
2. Regulação climática;
3. Sequestro de carbono;
4. Ciclagem de nutrientes;
5. Regulação das inundações;
6. Habitat para organismos;
functions
Soils deliver ecosystem services that enable life on Earth
7. Provisão de alimentos, fibras e combustível;
8. Fonte de farmacêuticos e recursos genéticos;
9. Base para fundações de construções humanas;
10. Provisão de materiais de construção;
11. Patrimônio histórico e culturas.
Destes 11 serviços que o solo provê para a humanidade, 9 possuem relação direta com a atividade agrícola (de 1 a 9), seja ela produção animal ou vegetal, mostrando a importância do cuidado, da proteção, da regeneração e da conservação deste recurso e quem é responsável por viabilizar parte destes serviços ecossistêmicos: a vida do solo.
O solo é a casa de ¼ da biodiversidade do planeta, onde mal se conhece 40 % desta vida. Há tanta vida no solo que numa colher sopa, cheia de rico solo, há mais organismos vivos que seres humanos no planeta (FAO et al, 2020).
A vida do solo é mais comumente classificada pelo tamanho: microrganismos (fungos, bactérias, protozoários, etc) e microfauna (nematoides, rotíferos e tardigradas), mesofauna (colêmbolos, enquitreídeos - microminhocas, ácaros, pseudo-escorpiões, dipluras e proturas) e macrofauna (minhocas, cupins, formigas, besouros, cigarras, grilos e gafanhotos, lesmas e caracóis, lacraias - centopeias, piolhos-de-cobramilipeias, aranhas, percevejos, tatuzinhos-de-jardim, etc.) (Figura 17)
Figura 17. Classificação dos organismos do solo quanto ao tamanho corporal (Orgiazzi et al.,2015).
Esta riqueza de organismos é responsável por realizarem funções vitais no ecossistema e que acabam por refletir nos ciclos biogeoquímicos do planeta. Essas funções vão desde a manutenção da estrutura do solo, regulação dos processos hidrológicos do solo, trocas de gases e sequestro de carbono, ciclagem de nutrientes, desintoxicação do solo, decomposição da matéria orgânica do solo, supressão de pragas, parasitas e doenças, fonte de alimento e medicamentos, relações simbióticas e assimbióticas com as plantas e suas raízes, afetando até o crescimento das plantas.
É possível ainda classificar os organismos do solo quanto a categorias funcionais, ou seja, quais suas funções e o que desempenham no solo: detritívoros (fragmentam e decompõem os restos vegetais e animais), geófagos (responsáveis pelo processo de bioturbação no solo através da construção de ninhos, câmaras, túneis, galerias e depósito de excrementos), predadores e parasitas (se alimentam de outros animais ou vegetais).
A complexidade que envolve a biodiversidade do solo reflete em uma ampla gama de relações e interrelações que configuram a rede trófica do solo e quanto maior a riqueza de organismos maior a possibilidade de ampliar essas relações que, através de suas funções, promovem o balanço dos processos químicos, físicos e biológicos no solo. É possível se fazer a analogia desta rede de interações com o funcionamento de uma cidade, ou seja, da mesma forma que em uma cidade cada cidadão ou setor possui uma função e responsabilidade para seu pleno funcionamento, assim são os organismos do solo em relação ao solo em si. Para tanto, para que essa reação em cadeia de processos e interações aconteça é necessário haver o alimento/fonte que são as plantas que cultivamos (os resíduos - palha, raízes e/ou parte aérea), em especial existe uma forte importância das culturas de cobertura, pois além de quantidade, também é necessário qualidade do alimento, além da proteção e do cuidado.
Considerando, portanto, a importância em se ter e manter o solo vivo e biodiverso, as práticas de manejo do solo possuem efeito direto sobre essa componente. O preparo convencional do solo (aragem, gradagem e subsolagem), bem como o uso excessivo de insumos (fertilizantes e pesticidas), afetam diretamente a sobrevivência e o desenvolvimento da vida no solo, ou seja, solos que são pulverizados e esterilizados, levando à sua degradação e perda de capacidade produtiva.
Desta forma, o Sistema Plantio Direto (Agricultura Conservacionista), atendendo aos seus princípios do mínimo revolvimento do solo, manutenção de cobertura permanente do solo (viva e/ou morta) e rotação e diversificação de culturas incluindo culturas de cobertura (Figura 19), é a melhor forma de manter a saúde do solo e a resiliência ambiental, permitindo que em condições ou eventos climáticos extremos, possa suportá-los melhor e estar preparado para manter sua produtividade produtiva.
Priorizando a saúde do solo, ativamos outra reação em cadeia, que é ter plantas saudáveis, o que leva à produção de alimentos saudáveis e consequentemente de um ser humano saudável. No entanto, globalmente ainda temos apenas 14,7% de áreas agrícolas sob Agricultura de Conservacionista e é imperativo que aumente a expansão desta forma de cuidar do solo para que possamos garantir a produção global de alimentos e a sobrevivência humana.
FAO, ITPS, GSBI, SCBD, and EC. 2020. State of knowledge of soil biodiversity – Status, challenges and potentialities, Summary for policymakers. Rome, FAO.
Orgiazzi, A., Singh, B., Wall, D., Barrios, E., Kandeler, E., Moreira, F., De Deyn, G., Chotte, J., Six, J., Hedlund, K., Briones, M., Miko, L., Johnson, N., Ramirez, K., Fierer, N., Kaneko, N., Lavelle, P., Eggleton, P., Lemanceau, P., Bardgett, R., Jeffery, S., Fraser, T., Behan Pelletier, V., Van Der Putten, W., Montanarella, L. and Jones, A., Global Soil Biodiversity Atlas, Publications Office of the European Union, Luxembourg, 2015, ISBN 978-92-79-48168-0 (online),978-92-79-48169-7 (print),978-92-79-74163-0 (Kindle), JRC95584.
López Nicora, H. D. Department of Plant Pathology, The Ohio State University, Columbus, OH, USA. Departamento de Producción Agrícola, Universidad San Carlos, Asunción, Paraguay. Contacto: lopez-nicora.1@osu.edu
En el vasto y complejo escenario de la agricultura, donde la emergencia constante de desafíos exige una búsqueda incesante de soluciones, resulta imperativo reflexionar acerca del impacto que los nematodos fitoparásitos ejercen. Estos microorganismos incurren en daños directos al sistema radicular, comprometiendo la absorción selectiva de nutrientes y la osmolaridad hídrica, lo cual se traduce en una resonancia negativa en el desarrollo morfofisiológico y la tasa productiva de las especies vegetales.
Cabe resaltar que estos agentes pueden actuar como vectores de patógenos secundarios, acentuando la severidad del daño primario y redundando en una mayor detracción de la capacidad productiva. Estudios han demostrado que los nematodos fitoparásitos son capaces de provocar reducciones significativas en la producción de soja, oscilando incluso por encima del 30 % en ciertos contextos, lo cual plantea una inquietud de envergadura en relación con la seguridad alimentaria y el entorno económico del país. Adicionalmente, ciertos nematodos pueden causar dichas pérdidas en rendimiento sin síntomas visibles.
Los nematodos son los animales más abundantes de la Tierra. No todos son dañinos, la mayoría son de vida libre y no se alimentan de plantas. Los nematodos, en su calidad de actores prominentes, orquestan un rol cardinal en los ecosistemas pedológicos. Parte de esta fauna nematológica subsiste en un estatus de vida libre, rastreando bacterias, hongos y otros congéneres nematodos como sustratos nutricionales. Concomitantemente, otros de su estirpe compilan un perfil fitoparásito, lo que implica que su régimen alimentario deriva de las entidades vegetales, adquiriendo en ellas un enclave nutricional y un refugio biofílico. Esta heterogeneidad en sus modalidades alimenticias induce a la forja de una trama trófica en el sustrato edáfico de enmarañamiento matizado, donde los nematodos forjan relaciones entrecruzadas con las demás microentidades bióticas y contribuyen a la morbilidad integral del medio edáfico.
Los nematodos desempeñan un papel esencial en la dinámica del suelo, sus actividades funcionales ejercen un impacto en la salud y la funcionalidad de los sistemas edáficos. Una fracción de estos subsiste en una modalidad de vida libre, persiguiendo bacterias, hongos y otros nematodos como substratos nutricionales. Estos organismos predadores presentes en el subsuelo forman parte de una intrincada cadena trófica en la que desempeñan roles depredador-presa, lo que regula las poblaciones y establece un equilibrio dinámico.
En paralelo, se configura una categoría de nematodos que exhiben un comportamiento fitoparasitario. Estos organismos encuentran su fuente de nutrición y refugio en el sistema radicular de las plantas, atribuyéndoles un papel de mayor complejidad en el sistema. No obstante, la consideración debe recalcar que su presencia contribuye también a la red trófica profunda del suelo. Al depender de las plantas como fuente de alimento, estos nematodos forjan interacciones directas entre la comunidad microbiana del suelo y las plantas, influenciando la vitalidad radicular y la disponibilidad de nutrientes.
Esta variabilidad en la ecología trófica de los nematodos genera una red intricada y en constante cambio. Las interacciones entre los nematodos, bacterias, hongos y otras entidades microbianas fomentan un tejido de relaciones que incide en la salud holística del suelo. Los procesos de mineralización, la circulación nutricional y la regulación de las poblaciones radican en estas interacciones sutiles, aunque fundamentales. Así pues, los nematodos no solo ejercen influencia en las plantas a nivel individual, sino que también rigen la función integral de los ecosistemas edáficos, impactando la robustez del suelo y la habilidad para albergar el crecimiento vegetal y la diversidad microbiana subterránea.
En el contexto de la producción de soja en Paraguay, la comprensión de estos interconexos lazos entre nematodos y la biota edáfica resulta crítica. Al formular enfoques para confrontar la amenaza de los nematodos fitoparásitos, es esencial contemplar las consecuencias eventuales de dichas medidas sobre la homeostasis ecológica del suelo. La sostenibilidad de la producción agropecuaria no solamente reposa en mantener rendimientos óptimos, sino también en asegurar la longevidad saludable de los sistemas subterráneos que sustentan el cultivo.
Pero es precisamente la relación entre los nematodos fitoparásitos y los cultivos agrícolas lo que debe captar nuestra atención, para poder llegar a comprender los desafíos que enfrenta la agricultura moderna, ya que estos nematodos pueden ser tanto aliados como enemigos en nuestra lucha por la producción de alimentos. Cuando se logra un equilibrio en la comunidad de nematodos, los beneficios para los cultivos y el suelo son evidentes. Sin embargo, cuando este equilibrio se quiebra, los fitoparásitos pueden proliferar y causar estragos en las cosechas.
Un ejemplo concreto de esta dinámica es el nematodo del quiste de la soja. En regiones como los Estados Unidos y América del Norte, este diminuto organismo se ha convertido en un enemigo formidable de la soja, uno de los cultivos más fundamentales a nivel mundial. A simple vista, la planta de soja puede parecer robusta y saludable, pero la presencia silenciosa del nematodo puede reducir el rendimiento en más del 30 %, sin mostrar signos visibles de daño.
Con investigación y experiencia en el campo podemos llegar a la conclusión de que el manejo integrado es esencial. La rotación de cultivos, una técnica que implica alternar diferentes tipos de cultivos en un mismo terreno, se ha convertido en una herramienta fundamental en la lucha contra los nematodos fitoparásitos. Esta práctica impide que estos organismos se adapten a una única planta hospedera y ayuda a mantener el equilibrio en la comunidad de nematodos en el suelo.
La resistencia es otro pilar en nuestra defensa contra los nematodos. A través del mejoramiento genético tradicional, hemos logrado identificar y seleccionar plantas que tienen la capacidad inherente de evitar que estos nematodos se reproduzcan. Este proceso, aunque es laborioso y requiere tiempo, es esencial para desarrollar variedades de cultivos capaces de enfrentar estos desafíos. La resistencia se convierte en una armadura invisible que protege a las plantas y a la producción agrícola en general.
Sin embargo, mucho de lo bueno puede ser malo. La identificación de una fuente específica de resistencia al nematodo del quiste de la soja llevo a su incorporación en más del 90 % de los cultivadores comerciales y su utilización por más de 30 años. Dicha acción generó una presión selectiva en la población del patógeno, lo
que ocasionó un cambio en el perfil virulento de este. El nematodo del quiste de la soja, por lo tanto, puedo adaptarse y reproducirse en dicho material resistente, volviéndolo obsoleto.
Comprendiendo el inminente e imparable avance y daño de dicho nematodo, y a través de la investigación se están identificando adicionales fuentes de resistencias y están siendo incorporadas a nuevos cultivares de soja. Estas nuevas herramientas nos permiten no solo rotar de cultivos para manejar al nematodo del quiste de la soja, sino también rotar fuentes de resistencia para evitar su adaptación a dicho cultivo de tanto valor económico.
Todo lo mencionado anteriormente nos recuerda que necesitamos más investigación científica en Paraguay. El establecimiento de resoluciones pragmáticas y eficaces ha resultado en la instauración de la Clínica Vegetal en la Universidad San Carlos. Esta entidad proyecta un enfoque colaborativo y multidisciplinario, con el propósito de tratar los dilemas que confrontan los productores, con afecciones fitopatológicas hasta problemáticas edáficas y entomológicas, la Clínica Vegetal se destaca como un paradigma diáfano de cómo la sinergia entre las especialidades puede proporcionar soluciones comprensivas ante las vicisitudes agrarias.
Debemos de dar importancia a la generación de datos autóctonos y realizar investigaciones en nuestras propias condiciones. Debemos de explorar respuestas, abordar investigaciones de campo intensivas, encaminadas a desentrañar los modos en los que los nematodos irrumpen en la producción agrícola en nuestro suelo nativo.
En investigaciones realizadas puedo certificar la incidencia del nematodo Heterodera glycines en múltiples zonas departamentales de Paraguay. Estos datos adquieren importancia para la toma de decisiones informadas y la formulación de pautas de gerencia pertinentes. En una búsqueda de respuestas, las investigaciones de campo intensivas para comprender cómo los nematodos impactan a la producción de cultivos en nuestro propio país. Los hallazgos confirman la presencia del nematodo del quiste de la soja en varios departamentos de Paraguay. Estos datos son esenciales para tomar decisiones informadas y desarrollar estrategias de manejo adecuadas.
El mensaje es claro: Paraguay tiene el potencial de enfrentar los desafíos agrícolas con enfoques basados en la ciencia y la innovación local. Nuestra investigación y generación de datos autóctonos son fundamentales para comprender la dinámica de los nematodos en nuestras condiciones únicas y para desarrollar soluciones sostenibles. La formación de jóvenes científicos es crucial para asegurar un futuro agrícola resiliente y productivo.
Telmo Amado, PhD.
Especialista en el área de Manejo y Conservación de Suelo, trabajando en los siguientes temas: siembra directa, recuperación de suelos, nitrógeno, materia orgánica, cultivos de cobertura, balance de carbono y agricultura de precisión. Revisor de 12 revistas internacionales. Miembro del Comité Editorial de Agriculture, Ecosystem & Environment y Agronomy Journal. Cuenta con experiencia en la relación Universidad - Industria - Empresa Privada. Extensa trayectoria en investigación científica y docencia. Consultor y Profesor Titular de la UFSM (Brasil) con vínculos con varias instituciones educativas de América y Europa.
MSc. Martín Cubilla AndradaNombramiento a nivel mundial por a revista No-till Farmer año 2023, con el título de “Leyenda de la siembra directa” o agricultura de conservación por los trabajos desarrollados a campo de difusión de estas prácticas sustentables a nivel internacional. Ingeniero Agrónomo y Máster en Ciencia del Suelo por la Universidad Federal de Santa María (UFSM), Río Grande del Sur, Brasil. Beca: Convenio Brasil - Paraguay. Beca: CAPES. Vocal titular Sociedad Paraguaya de Ciencia del Suelo (SOPACIS). Presidente de la Federación Paraguaya de Siembra Directa para una Agricultura Sustentable (FEPASIDIAS). Pro Secretario de la Unión de Gremios de la Producción (UGP). Tesorero de la Confederación de las Asociaciones Americanas para la Agricultura Sustentable (CAAPAS). Asistente de investigación del Departamento de Agronomía de la Universidad Estatal de Kansas (KSU), Manhattan, Kansas, USA. Beca: Gobierno del Estado de Kansas, USA. Gerente de Estación Experimental de Monsanto, Santa Rita, Alto Paraná, Paraguay. Programa de Breeding - Phenotyping para Sudamérica. Autor del libro: Recomendaciones de fertilización para soja, trigo, maíz y girasol bajo el sistema de siembra directa en el Paraguay, 2012 y 100 publicaciones en revistas técnicas, científicas, capítulos de libros, etc. Más de 35 conferencias nacionales e internacionales sobre agricultura de conservación.
LA TRAYECTORIA DE 150 AÑOS DE AVANCES TÉCNICOS Y CIENTÍFICOS EN EL SISTEMA DE SIEMBRA DIRECTA: 60 AÑOS EN ESTADOS UNIDOS, 50 AÑOS EN BRASIL Y 40 AÑOS EN PARAGUAY
1Amado, T. J. C.; 2Cubilla, M. M. 1Universidade Federal de Santa Maria, Brasil; 2FEPASIDIAS
1Contacto: telmo.amado@pq.cnpq.br; 2Contacto: martin.cubilla@fepasidias.org.py
El sistema de siembra directa (SSD) fue una respuesta a los altos índices de erosión e insostenibilidad asociados al sistema convencional y que tuvo su máxima expresión como el devastador fenómeno erosivo Dust Bowl, ocurrido en 1931 y
que alcanzó la región central de Estados Unidos, donde recientemente se habían convertido las praderas en campos de trigo. A pesar de las advertencias previas de H. H. Bennett y W. R. Chapline en el boletín del USDA titulado «Soil erosion: a national menace» («La amenaza nacional de la erosión del suelo») en 1928. Más tarde, Hugh Bennett lograría ser reconocido como el padre de la conservación del suelo por su sabia advertencia al desastre que se sucedería.
En 1935, como consecuencia de este acontecimiento catastrófico que supuso la ruina económica de miles de agricultores, se creó el Servicio Americano de Conservación de Suelos. En 1943, el extensionista Edward H. Faulkner publicó el libro Plowman’s Folly (La tontería del labrador), en el que cuestionaba la necesidad científica de frecuentemente revolver e invertir capas de suelo, mediante el arado y la rastra, para producir alimentos. En 1947, un agricultor de Iowa (Ray Hagie) desarrolló el primer pulverizador autopropulsado, equipo que más tarde sería muy importante para controlar malezas en sistemas sin arar ni rastrear. En 1955 con el lanzamiento del Paraquat en Inglaterra se avanzó respecto a las opciones para la desecación de la cobertura vegetal necesaria para proteger el suelo bajo siembra directa. En 1958 se obtuvo la patente de atrazina y en 1961, la de glifosato.
Con la apremiante necesidad de revertir la situación erosiva instalada en los cultivos americanos, el sistema de siembra directa comenzó a implementarse definitivamente en Estados Unidos a principios de los años 60, cuando las universidades y agencias de extensión de Ohio, Illinois y Kentucky intensificaron el trabajo de investigación y extensión. Pero fue principalmente en 1962 cuando el productor Harry Young, quien es considerado el agricultor pionero en el mundo al adaptar su sembradora para la siembra directa de maíz, y más tarde el agricultor David Brandt, lograron implementar con éxito el sistema en sus propiedades, que luego ganó popularidad.
Sin embargo, en 1962, la Universidad de Ohio fue pionera en el establecimiento de un experimento a largo plazo destinado a investigar la productividad en el sistema de siembra directa en relación con otros sistemas de preparación del suelo, tradicionalmente utilizados por los agricultores. Este experimento continúa realizándose hoy en día y se conoce como the Triplett-Van Doren no-tillage experimental plots (el experimento de Siembra Directa de Triplett-Van Doren), el más antiguo del mundo sobre el sistema conservacionista.
La mecanización agrícola evolucionó mucho en esta década y, en 1966, Allis Chamers desarrolló la primera sembradora diseñada para el nuevo sistema conservacionista. En 1966 se autorizó el uso del herbicida Paraquat como desecante en cultivos de trigo, con un curioso anuncio «tu arado ahora es el Paraquat», en alusión a la sustitución del control mecánico por el control químico de las malezas.
En 1967, Allis Chalmers mejor su sembradora para siembra directa, esta vez con gran aceptación por parte de los agricultores. En 1970, las universidades de Kentucky (Lexington) y Missouri (Sanborn Field) implementaron experimentos a largo plazo para investigar el sistema de siembra directa. Con esto, Estados Unidos pasaba a contar ahora con tres experimentos a largo plazo que superaron los 50 años de adopción continua del sistema de siembra directa.
En 1972, Frank Lessiter lanzó la primera edición de la No-Till Farmer Magazine (Revista Especializada en Siembra Directa), que todavía se publica hasta hoy y es el principal vehículo de comunicación técnica a los agricultores sobre los avances del sistema. En 1973, el profesor Shirley Phillips, de la Universidad de Kentucky, y el agricultor pionero Harry Young publicaron el libro No-Till Farming (Agricultura bajo Siembra Directa), probablemente el principal trabajo sobre el tema en la literatura internacional. Además, en el 2024 los dos autores y otros 25 agricultores pioneros fueron homenajeados en el primer Encuentro Nacional de Siembra Directa realizado en Hawái.
En 1976 se registró el herbicida Roundup (glifosato) para su uso en siembra directa, facilitando el control de malezas y, en consecuencia, la ampliación del área en la que se podía adoptar el nuevo sistema. En 1980, el presidente Jimmy Carter cuestionó por qué los agricultores movilizaban tanto su suelo si era posible utilizar una labranza mínima y la siembra directa. De 1978 a 1980, la superficie de siembra directa se duplicó en Estados Unidos, alcanzando 6,5 millones (M) de hectáreas (ha).
Si bien se celebró el aumento en la adopción del sistema, se planteó una reflexión interesante sobre cuál era la razón de que los sudamericanos alcanzaran en tres años el área de siembra directa que los norteamericanos tardaron 30 años en obtener. En 1981 se celebró en la Universidad de Tennessee el primer día de campo sobre siembra directa, pero fue en 1994 cuando el evento alcanzó una audiencia récord de 10 000 personas, lo que confirmó el creciente interés de los agricultores por el nuevo sistema.
En 1985, el gobierno estadounidense incluyó los servicios de conservación del suelo en la financiación agrícola (Farm-Bill). Este hecho fue un verdadero factor impulsor de la velocidad de adopción del sistema de siembra directa en la región central de Estados Unidos. En 1992, Trimble introdujo el sistema de posicionamiento RTK (Real Time Kinematic), que facilita las operaciones de las máquinas agrícolas, en particular sembradoras y pulverizadores. Ese mismo año se aprobó el uso del herbicida 2,4 D en soja bajo siembra directa.
Además, una investigación económica reveló que la siembra directa destaca por la economía de diésel y mano de obra que proporciona en relación con la siembra convencional y, también, por el ahorro de tiempo en la implementación del cultivo,
permitiendo la intensificación de la agricultura, con dos cultivos por año (trigo/soja) en algunas regiones. En 1994, la revista No-Till Farmer publicó el libro The Farmer’s Earthworm Handbook (El manual para el agricultor que cultiva lombrices de tierra), un gran éxito de ventas hasta el día de hoy. El trabajo resalta la importancia de las lombrices en la salud del suelo y la siembra directa.
En 1999, los agricultores con áreas bajo siembra directa se volvieron elegibles para recibir créditos por el secuestro de carbono, después de descubrir que la labranza convencional liberaba hasta 9 toneladas de CO2 ha-1 anualmente, mientras que las emisiones con labranza cero eran mucho menores. En 2002, la siembra directa se convirtió en el sistema de conservación más adoptado en los Estados Unidos, alcanzando aproximadamente 22,4 M ha, correspondientes al 20 % del área de cultivo.
En 2005 creció el interés por el uso de cultivos de cobertura asociados a la siembra directa y el USDA informó que el sistema estaba ahorrando 32,7 l ha-1 de diésel respecto al sistema convencional y, además, duplicaba la presencia de lombrices en los cultivos, que aumentó a 133 individuos m-2 frente a un promedio anterior de 70 lombrices m-2 en condiciones de preparación convencionales. En 2008, creció el interés en el uso del nabo forrajero como cultivo de servicio en el sistema de siembra directa y el Dr. Rolf Derspch, investigador con una exitosa trayectoria en Brasil y Paraguay, informó, en una conferencia en Estados Unidos, que el mundo estaba acercándose a los 100 M ha bajo el nuevo sistema conservacionista, de los cuales América del Norte representaba el 38 %.
En 2015, se estimó que el 73 % de los agricultores que adoptaron la labranza cero también cultivaron cultivos de cobertura, lo que representa el 9 % de la superficie total de granos de Estados Unidos o 26,1 M ha. En 2017, el USDA estimó que la erosión del suelo en los cultivos estadounidenses disminuyó en un 35 %, de 17,5 t ha-1 año-1 a 11,3 t ha-1. Además, por primera vez el área de adopción de siembra directa estadounidense supera los 40 M ha, posicionando a Estados Unidos como líder mundial. En 2020, un estudio de la Universidad de Michigan sostiene que, durante un promedio de 30 años, la siembra directa fue más productiva que la siembra convencional, destacando que los resultados del aumento de la productividad fueron más evidentes después de los 10 años iniciales.
El profesor Rattan Lal, investigador con mayor número de citaciones académicas en el área agrícola, de la Universidad de Ohio recibe la distinción 2020 World Food Prize (Premio Mundial de la Alimentación) por sus relevantes trabajos científicos, entre ellos su trabajo sobre el sistema de siembra directa y el secuestro de carbono. El distinguido profesor fue asesor docente de varios investigadores brasileños. En 2021, Estados Unidos alcanzó 44,5 M ha bajo sistema de labranza cero y 5 M ha cultivados con cultivos de cobertura.
En 2022 se celebraron 60 años de siembra directa desde la implementación pionera del sistema en Kentucky. Hasta este punto, la presente revisión se ha basado en el trabajo de revisión integral de Mike y Frank Lessiter, publicado en No-Till Farmer Magazine en enero de 2022 (https://www.no-tillfarmer.com/articles/11095-timelineof-the-no-till-revolution), que los autores de este capítulo agradecen sinceramente.
En Brasil, en 1972, el agricultor pionero Herbert Bartz, que después de un viaje de estudios a la Universidad de Kentucky con objetivo conocer la experiencia del Prof. Shirley Philips y el agricultor Harry Young Jr. con la siembra directa, decidió implementar el sistema en Rolândia, Paraná. El sistema fue introducido en el país con el objetivo de controlar la erosión bajo labranza convencional, que alcanzó proporciones en el rango de 25-40 t ha-1 año-1, lo que comprometió la sostenibilidad agrícola, la preservación de los recursos naturales y provocó el éxodo rural. Además, asociada a la erosión estuvo la pérdida de fertilizantes y correctivos y la necesidad frecuente de resiembra de cultivos, que en años de intensas lluvias coincidentes con el establecimiento de cultivos alcanzó hasta el 40 %, retrasando la finalización de la operación de implantación del cultivo y generando costos adicionales en diésel, semillas y fertilizantes.
El sistema también comenzó a ser probado en Rio Grande do Sul, en 1969, que atravesaba un proceso erosivo similar al de Paraná, a través de profesores del área de mecanización agrícola de la UFRGS (Universidad Federal del Rio Grande do Sul), en el municipio de Não Me Toque, pero fue discontinuado por un incendio que consumió la sembradora Búfalo, importada de Estados Unidos.
En el paisaje rural de los años 70, en casi todas las propiedades había cárcavas de varios metros de profundidad. Además, el cierre frecuente de surcos de erosión hacía que entre una cosecha y otra fuera necesario realizar trabajos de nivelación para que las sembradoras pudieran trabajar más eficientemente y reparar los caminos rurales anualmente. En 1972, un acuerdo entre el IPEAME (más tarde Embrapa) y el ICL en Paraná hizo posibles avances importantes para superar los obstáculos iniciales a la implementación de la siembra directa. Mientras tanto, el pionero Herbert Bartz ya utilizaba la sembradora Rotocaster, fabricada en San Paulo, aplicando los conocimientos adquiridos con Phillips and Young. En 1976, Bartz animó a Manoel Pereira, de Palmeira, quien tenía un suelo con una textura más arenosa y era muy susceptible a la erosión, a iniciar también el nuevo sistema, acompañado por Franke Dijkstra en Ponta Grossa. Con esto se formó una alianza entre los tres productores pioneros, quienes en los años siguientes se convertirían en embajadores del sistema, inspirando a otros agricultores con su propio ejemplo. La transferencia de conocimientos prácticos de productor a productor fue muy importante para la difusión del sistema, que pronto llegó a Guarapuava con el apoyo de la Cooperativa Agrária y Mauá da Serra y Londrina.
El bajo rendimiento de la sembradora Rotacaster, asociado a la movilización excesiva de la línea por la acción de la azada giratoria en el surco, estimulaba la emergencia de malezas de hojas finas y también provocaba costras superficiales en la línea de siembra cuando se presentaron fuertes lluvias después de la operación. Además, acumulaba fácilmente residuos vegetales (encharcamiento). A finales de los años 70, algunos productores de Paraná importaban máquinas de Inglaterra, Estados Unidos y Canadá. Pero el alto precio limitó el acceso de los productores, exigiendo a la industria nacional ofrecer productos más accesibles y también más alineados con los principios de la siembra directa con retención de elevada cantidad de rastrojo en la superficie del suelo.
En 1971, en Rio Grande do Sul, Fundacep CCGL inició trabajos de investigación liderados por los Ing. Agr. José Abrao y José Ruedell. Además, Embrapa - Centro Nacional de Investigaciones en Trigo, en Passo Fundo, liderado por los investigadores Werner Wusche, José E. Denardin, Rainoldo A. Kochhan, Siro Wietholter, Antônio Faganelo, entre otros. También se destaca el trabajo realizado por el ICI citado por Erivelto S. Román en 1973, que destaca las alianzas con Semeato, Imasa y la metalúrgica de Ibirubá para el desarrollo de las primeras sembradoras nacionales adaptadas al nuevo sistema.
En 1975, las universidades de Rio Grande do Sul y Santa María iniciaron investigaciones con el sistema. En 1976, el investigador Denardin estimó que Rio Grande do Sul ya contaba con 1600 hectáreas cultivadas con el nuevo sistema. En 1977, tuvo lugar en la UFSM la primera defensa de una tesis doctoral sobre el nuevo sistema con la autoría de José Arleu Machado, a la que siguió la publicación de un artículo científico en la revista brasileña de ciencias del suelo, de los profesores José Arleu Machado y Antônio Brum, en 1978, en el que destacaron la eficiencia del sistema para promover una mayor infiltración de agua en relación con la preparación convencional.
En 1977, Semeato, en colaboración con EMBRAPA-CNPT, desarrolló un kit de discos de corte especial para ser adaptado a las sembradoras modelo PS-6, representando un avance tecnológico importante con la intención de superar las limitaciones que presentaban las sembradoras convencionales utilizadas anteriormente. A finales de este año, Embrapa - Centro Nacional de Investigación de Soja, en Paraná, publicó un resumen de la primera reunión técnica sobre siembra directa (disponible en https://ainfo.cnptia.embrapa.br/digital/bitstream/item/191147/1/ID-6982.pdf ),}.
Con resultados de investigaciones realizadas en Paraná y Rio Grande do Sul. El IAPAR, a través del investigador Arcângelo Mondardo, informó sobre la eficiencia de la siembra directa en el control de la erosión del suelo en cultivos de trigo y soja en Paraná. Viera, Cogo y Cassol, por su parte, reportaron para Rio Grande do Sul un control de las pérdidas de suelo por siembra directa con relación a la convencional del orden del 75 %.
Estudios posteriores reportaron un control de pérdidas de suelo del orden de hasta el 90 %, sin embargo, la eficiencia en el control de las pérdidas de agua fue menos efectiva, del orden del 25 al 70 %, dependiendo de la cantidad de residuos mantenidos en la superficie y su calidad, la textura del suelo, grado de compactación, pendiente y longitud del talud del terreno y preexistencia de surcos que se convirtieron en caminos preferenciales para el flujo de agua. Como resultado, fueron necesarias otras prácticas de conservación complementarias para controlar las inundaciones en climas tropicales y subtropicales, caracterizados por grandes volúmenes de lluvia, como siembra en contornos, establecimiento de canales con vegetación, reubicación de caminos, descompactación y terrazas.
Los principales desafíos en la fase inicial de siembra directa fueron: a) incrementar los estudios sobre la eficiencia en el control de las pérdidas de suelo y agua; b) demostrar que el sistema proporcionaba una productividad competitiva en relación al sistema convencional; c) implantar exitosamente un estand adecuado de plantas bajo la presencia de 3 a 5 t ha-1 de paja en superficie; d) gestionar la fertilidad y corrección del suelo sin homogeneización mecánica de camadas mediante labranza y rastra; e) avanzar en estrategias de control de malezas, especialmente: Brachiaria, Digitaria (kapi’i pororó), Amaranthus (Amaranto), Euphorbia (lecherita), Cynodon (kapi’ipe’i) y Bidens (kapi’iuna), entre otras.
En la transición del sistema convencional a la siembra directa, el alto banco de semillas de malezas representó un obstáculo importante, que anteriormente se manejaba con frecuentes preparaciones del suelo (rastras) y el uso de desmalezadoras mecánicas para eliminar las malezas entre las hileras de cultivo. Es de destacar que los cultivos en general están muy infestados de malezas, justificando que los esfuerzos se concentraran en las áreas de control de malezas, mecanización, fitotecnia y fertilidad del suelo, ya que la construcción de la fertilidad era difícil con tasas tan altas de pérdida de nutrientes asociados a la erosión.
También destacan en esta fase inicial los trabajos de los consultores internacionales Hans Peeten (holandés), Rolf Derpsch, C. Roth, N. Sidiras, U. Kopke (GTZ-Alemania), Terris L. Wilis (ICI-inglés), quienes junto con los investigadores nacionales Ing. Agr. João Carlos de Moraes Sá, Ademir Calegari, Rui Casão, Osmar Muzilli, entre otros, formaron la base de conocimientos necesarios para comprender el nuevo sistema. El intercambio de experiencias entre investigadores internacionales y brasileños fue importante para acelerar el proceso de superación de los desafíos iniciales en la implementación de la siembra directa. Además, merece destacarse el intercambio de experiencias entre investigadores y consultores de Paraná y Rio Grande do Sul en esta etapa en la que había poca información sobre la aplicabilidad de la siembra directa en condiciones tropicales y subtropicales, muy diferentes de las condiciones templadas donde el sistema tuvo su origen.
En noviembre de 1978, cuando Rio Grande do Sul ya había alcanzado 4 M ha bajo labranza convencional y solo 2000 ha bajo siembra directa incipiente, ocurrió el fenómeno climático El Niño, catalogado como de fuerte intensidad o súper El Niño, lo que provocó lluvias torrenciales durante dos semanas sobre suelo desnudo e intensamente movilizado mediante operaciones de arado y rastra, lo que resultó en pérdidas por erosión sin precedentes en la historia del Estado, con la remoción de una capa de 10 cm en 192.000 ha y pérdidas económicas estimadas en alrededor de 33 millones de dólares, solo si se contabilizan los gastos con semillas, fertilizantes, correctivos y operaciones agrícolas perdidas (Gianluppi et al., 1979).
El colmatamiento de las presas de Passo Real, inauguradas en 1973, y de Ernestina, tampoco tuvo precedentes. El fenómeno pasó a ser conocido como Noviembre Vermelho por la tonalidad que adquirieron los ríos de la región tras la descarga de sedimentos Latosoles y puede ser considerado el mayor evento de erosión de la historia gaúcha y, probablemente, brasilera. En contraste con esta realidad experimentada por los gaúchos, en el municipio de Mauá da Serra, Paraná, donde la mayoría de los agricultores de origen japonés ya habían adoptado el sistema de siembra directa desde 1975, la anomalía de El Niño, según los informes de los productores, causó poca erosión.
En la UFSM, durante este periodo, se destacan los avances científicos aportados por la Prof. Ana Primavesi, quien trabajó en esta universidad de 1962 a 1975, siendo reconocida como pionera de la agroecología brasileña y preocupada por la vida del suelo, abordando el manejo ecológico del suelo de manera integrada con el medio. Sus investigaciones en suelo tuvieron como objetivo desarrollar una agricultura que favoreciera la actividad biológica basada en la recuperación del contenido de materia orgánica y la sustitución del uso de insumos químicos por la aplicación de técnicas como abonos verdes, fertilizantes orgánicos y control biológico de plagas.
Su libro Manejo ecológico do solo: a agricultura em regiões tropicais es considerado una obra de referencia sobre el tema con gran alcance internacional. En la UFGRS se destaca el trabajo sobre erosión realizado por los profesores Neroli P. Cogo y Elemar Cassol junto con la Secretaría de Agricultura del IPRN. En este contexto histórico, también destaca el equipo de la Operación Tatu, que junto a ASCAR (hoy Emater), tuvo como objetivo corregir la acidez del suelo y mejorar la fertilidad, allá por 1966, representando una base importante para la implementación del sistema conservacionista en las siguientes décadas.
En este importante trabajo, se destacan, entre otros, João Mielniczuk, Ibanor Anghinoni, Egon Klampt, Sérgio Volkweis, Marino Tedesco, quienes, junto con profesores de la Universidad de Wisconsin, reportaron la condición de alta acidez
de los suelos en la meseta norte del Estado. Posteriormente, a finales de los años 1970, el Prof. João Mielniczuk coordinó, junto con su colega Werner Wunsche, el Proyecto de Uso y Conservación Integrada del Suelo (PIUCS), que abarcó un área de 3,5 M ha en la Meseta Media de Rio Grande do Sul (sbcs.org.br/a-sbcs/socioshonorarios/joao_mielniczuk/).
En 1979, el Clube da Minhoca fue creado en Paraná por los tres agricultores pioneros de la siembra directa y otros agricultores innovadores, demostrando a través del nombre elegido la preocupación de los pioneros por la vida en el suelo y la armonía con la naturaleza. A finales de los 80 y principios de los 90, empresas como Semeato, Imasa, Fankhauser, Vence Tudo, Jumil, Baldan y Marchesan invirtieron en el desarrollo de sembradoras de precisión, ya que las adaptaciones a las sembradoras convencionales arrojaron resultados muy variables en cuanto a la implantación del estand de plantas deseado bajo siembra directa (disponible en https://www. agrolink.com.br/noticias/plantio-direto-exigiu-esforco-de-pesquisa-em-maquinase-equipamentos_153002.html).
El investigador Casão también sostuvo que las primeras sembradoras eran de flujo continuo y estaban destinadas a cultivos de invierno, ya que estaban diseñadas para grandes cantidades de semillas, de modo que la distancia entre ellas era pequeña (menos de 4 cm). En este caso, hubo necesidad de adaptaciones para cultivos de verano (soja y maíz) que requirieron mayor precisión por la menor cantidad de semillas y mayor penalización productiva por errores de distribución de plantas en la línea. Además, informó que las sembradoras disponibles en ese momento no funcionaban bien en suelos arcillosos, se atascaban en condiciones de gran cantidad de residuos, estaban influenciadas por las ondulaciones del terreno que dificultaban el mantenimiento de la uniformidad de la profundidad de siembra y debido a la frágil estructura mecánica, se rompían fácilmente.
En 1981, el Clube da Minhoca organizó el primer Encuentro Nacional de Siembra Directa en Ponta Grossa, en los campos generales de Paraná. En 1982, la industria Semeato lanzó al mercado la primera sembradora (TD 300) diseñada para la siembra directa. Las principales características que exigía el nuevo sistema en cuanto a sembradoras eran: a) mínima alteración del suelo; b) corte eficiente de paja en la superficie del suelo; c) evitar la acumulación de paja en el sistema de corte; d) evitar la deposición de semillas sobre la paja arrastrada al fondo del surco; e) mantener una profundidad uniforme a lo largo de la línea de siembra, especialmente en lugares donde cambia la textura del suelo o el grado de compactación, resultando en semillas muy superficiales o muy profundas; f) cierre completo del surco con ligera densificación para asegurar el contacto semilla-suelo; g) evitar el contacto directo de la semilla con fertilizantes químicos en la línea de siembra.
La mejora del picador de paja y la distribución uniforme de los residuos vegetales a lo ancho de la plataforma cosechadora fue otro problema común, provocando una acumulación de paja en el centro de la máquina, que posteriormente comprometía la eficiencia de las sembradoras. Otro problema frecuente fue el daño mecánico que provocaban los sistemas de dosificación en las semillas al aumentar la velocidad de siembra. Para asegurar la eficiencia del sistema de corte de las sembradoras, la paja debe estar muy seca, de lo contrario el efecto de plasticidad de los residuos aumentaría la deposición de paja dentro del surco.
Resumiendo, era mucho más sencillo sembrar en suelo desnudo, lo que, combinado con el control químico de las malas hierbas, a veces ineficiente o costoso, comprometió la productividad de los cultivos obtenida en el nuevo sistema, provocando adherencias y retiradas durante las décadas de 1970 y 1980. Denardin (1997) informó sobre el lento aumento en el área de siembra directa, ya que hubo muchos abandonos del sistema a los pocos años de su adopción. Como resultado, en Rio Grande do Sul, a finales de los años 1970, solo 164 agricultores que representaban 40 000 ha utilizaban el sistema, cifra que aumentó a 200 000 ha a finales de los años 1980.
A lo largo de esta trayectoria de perfeccionamiento de las sembradoras al nuevo sistema, Casão destaca la mejora en los sistemas de distribución de fertilizantes, semillas, la uniformidad de la profundidad de deposición de las semillas, el sistema de corte de paja y el refuerzo de la estructura física de las máquinas. La competencia creada entre la industria nacional estimuló el rápido perfeccionamiento de las sembradoras de siembra directa, que incluso comenzaron a conquistar el mercado internacional. Además de las sembradoras, el rodillo de cuchillas demostró ser más eficiente para el manejo de cultivos de cobertura invernal que la desbrozadora, la grada de discos o la trituradora, ya que estos últimos equipos, en climas tropicales y subtropicales, aceleraron enormemente la descomposición de los residuos vegetales. Paralelamente a la industria, los agricultores realizaron muchas adaptaciones a sus sembradoras en sus propiedades, sirviendo de inspiración para avances en los proyectos de la industria.
En 1982, estimulados por la exitosa experiencia del Clube da Minhoca do Paraná, surgieron los Clubes Amigos da Terra (CAT) de Rio Grande do Sul, que en 1982 cubrían 21 municipios del Estado, entre ellos Palmeira das Missões, Carazinho, Giruá, Erechim, Santo Augusto, Tapejara, São Luiz Gonzaga y Cruz Alta, entre otros con el objetivo de intercambiar experiencias y adquirir conocimientos sobre el sistema de conservación. Estos clubes jugaron un papel importante en la expansión del área de adopción que vendría en las décadas siguientes, algunos de ellos, como Palmeira das Missões y Tapejara, por ejemplo, todavía están en pleno funcionamiento hasta hoy.
En 1984 se crea la Fundación ABC, acercando asistencia técnica a los productores, con foco en la adaptación y desarrollo de tecnologías orientadas a la siembra directa. En 1985, la sembradora Gralha Azul fue desarrollada por el departamento de ingeniería agrícola de Iapar - Londrina-PR, equipos pioneros para pequeñas propiedades y avanzando en la mecanización para la siembra directa con tracción animal. Según el investigador Casão, el papel de la industria de maquinaria agrícola fue fundamental para el éxito de la expansión de la siembra directa. Avanzaba también la mecanización dirigida a las pequeñas propiedades.
En 1985, los investigadores Derspch, Sidiras y Heinzmann publicaron los resultados de un ensayo con lupino blanco (Lupinus albus), vicia villosa (Vicia vilosa), arveja (Lathyrus sativus), centeno (Secale cereale), avena negra (Avena strigosa), trigo (Triticum aestivum), nabo forrajero (Raphanus sativus), canola (Brassica napus) y girasol (Helianthus annuus), utilizados como cultivos de cobertura de invierno, sobre la humedad y temperatura del suelo y sobre el rendimiento de cultivos de maíz, soja y poroto en siembra directa. Los resultados de este experimento realizado en IAPAR demostraron que los niveles de humedad del suelo eran mayores en residuos de avena negra y menores en residuos de arveja y nabo forrajero.
Las temperaturas más altas se observaron en el suelo desnudo, alcanzando 44,8 °C a las 13:00 horas, a una profundidad de 3 cm y 29,8 °C bajo avena negra. Confirmando la eficacia de la avena negra en el control de la humedad térmica y del suelo, este cultivo de cobertura se convertiría más tarde en el más utilizado en el sur de Brasil. Los mayores rendimientos de maíz se obtuvieron después del lupino blanco, de la soja después de la avena negra y del poroto después del nabo forrajero. En 1986, Derpsch, Sidiras y Roth publicaron en la revista Soil Tillage Research los resultados de investigaciones acumuladas en Paraná de 1977 a 1984 sobre el control de la erosión mediante cultivos de cobertura y siembra directa y el sistema adoptado en Brasil ganó visibilidad internacional. Se destaca que gracias al trabajo realizado por los investigadores Rolf Derpsch y Ademir Calegari, en Paraná, la siembra directa en Brasil fue acompañada desde el inicio por la adopción de cultivos de cobertura, hecho importante para el éxito del sistema.
En 1985, en el centro de investigaciones de Fundacep CCGL, se implementó un experimento de larga duración con varias rotaciones que incluían soja y maíz en verano y cultivos de cobertura (Ruedell, Fiorin y Fernandes, 2022), que acompañó el experimento de siembra directa en la UFRGS en 1984 y el de Embrapa Passo Fundo también implementado en 1984, constituyen las tres experiencias de largo plazo en el Sur de Brasil. En 1990 se lanzó la revista Siembra Directa, única revista nacional especializada en el sistema, con amplio alcance entre productores y consultores.
La revista cumplió 30 años en 2021. Tiene una línea editorial similar a la de No-Till Farming en Estados Unidos, lo que permite a agricultores, consultores e investigadores
compartir sus experiencias con el sistema. En 1990 se creó la Associação de Plantio Direto no Cerrado (Asociación de Siembra Directa en el Cerrado) (APDC) y el sistema gradualmente alcanza cobertura nacional. En 1990, Amado publicó en la revista Onion Newsletter el artículo «Siembra directa en la producción de cebolla», basado en el trabajo desarrollado en Empasc (Epagri), en Ituporanga, en asociación con Laércio Torres y Edson Silva. Posteriormente, avanzaron las investigaciones sobre la producción de hortalizas bajo siembra directa, culminando con la publicación de un libro en 2018.
Casão Jr. (1992) divide la adopción de la siembra directa en tres fases principales: a) la primera de 1972-1980 definida como fase de generación de conocimiento, adaptación/desarrollo de sembradoras adaptadas, validación agronómica del sistema y pequeño avance en el área de adopción ; b) el segundo de 1980-1991, en el que convergen resultados de investigaciones y observaciones prácticas de agricultores y consultores sobre la eficiencia del sistema, la nacionalización de sembradoras y otras máquinas destinadas a la siembra directa y el control químico de malezas se hace más fácil gracias de los avances y la disponibilidad de los nuevos ingredientes.
Proliferaron proyectos de extensión y cursos intensivos sobre el sistema, y se puede observar el surgimiento de nichos de adopción en Paraná y Rio Grande do Sul con éxito en el control de la erosión, en la economía del diésel, en la mano de obra y en el tiempo, en la obtención de una productividad competitiva; c) la tercera fase desde 1991 hasta la actualidad, en la que hubo una adopción vertiginosa como resultado de los programas de difusión, las acciones del Clube da Minhoca, los CAT y la FBPDP (Federación Brasileña de Siembra Directa), los encuentros nacionales y la experiencia adquirida en las fases anteriores.
En una conferencia en la UFSM, el Prof. João Mielniczuk hizo una retrospectiva sobre la adopción de la siembra directa en Brasil, muy similar a la presentada por Mike y Frank Lessiter en Estados Unidos, quienes definieron el proceso como una gran suma de pequeños pero importantes y acumulativos avances en diferentes áreas que hicieron posible pasar de cero a más de 205,4 M ha bajo siembra directa (14,7 % del área agrícola mundial), distribuidas en 102 países (Kassam, Friedrich y Derspch, 2022), convirtiéndose en el mayor caso de éxito de un programa de manejo y conservación de suelos en áreas agrícolas.
En 1991, Claudino Monegat publicó el libro Plantas de cobertura do solo con importantes informaciones sobre los experimentos realizados por Empasc (Epagri) en la agricultura familiar en el oeste catarinense. En 1992, Rolf Derpsch y Ademir Calegari publicaron Plantas para abono verde de invierno, circular técnica de IAPAR. Además, Calegari publicó una síntesis de los resultados de investigaciones sobre siembra directa y rotación de cultivos. Experiencia en Latosol Roxo (1985-1992).
En 1993, reuniendo a varios investigadores, se publicó el libro Adubação verde no sul do Brasil, que recopilaba experiencias obtenidas en Paraná, Santa Catarina y Rio Grande do Sul. La voluminosa producción técnica sobre la importancia de los cultivos de cobertura fue fundamental para el avance exitoso de siembra directa en Brasil.
En 1992, se realizaron cursos intensivos de siembra directa en Cruz Alta y Passo Fundo (RS), en los que el productor Vinfried Lehl sostuvo: «¡El momento del cambio es ahora! Si la mayoría de los agricultores brasileños están pasando por momentos difíciles y una pequeña porción vive en una situación más cómoda. ¿Por qué es eso? Porque vieron a tiempo el momento oportuno para pasar a una agricultura donde no perdemos nuestro mayor bien, que es el suelo» (disponible en https:// www.plantiodireto.com.br/storage/files/12.pdf ).
En 1993, la Fundación ABC publicó los resúmenes del Curso Intensivo de Siembra Directa en Paja. En 1994, Doran y Parkin (1994) introdujeron el concepto de calidad del suelo, enfatizando que la producción agrícola debe estar asociada con la preservación de la calidad del aire y del agua y la salud humana y animal y que el suelo es la base de estas complejas relaciones. Se intensifica la preocupación por la recuperación de las reservas de carbono del suelo y de la actividad biológica. A finales de los años 90 se introdujo el concepto de salud del suelo, enfatizando la importancia de mantener vivo el suelo a partir de la diversificación de la biología del suelo encaminada al funcionamiento eficiente de este.
A partir de los años 90, tanto en la región sur como en las principales regiones agrícolas de Brasil, el sistema mostró una rápida adopción hasta alcanzar 36 M ha, según João C. M. Sá en 2022 (disponible en https://planetacampo.com.br/plantiodireto-deve-alcancar-75-das-areas-plantadas-no-brasil-ate-2030/) posicionando al país junto a Estados Unidos como los de mayor área de adopción. De 1993 a 1998, se formó una alianza entre empresas públicas y privadas y se creó el Programa Metas: programa para visibilizar y difundir el Sistema de Siembra Directa en la meseta de Rio Grande do Sul. Semeato integró empresas del sector con el objetivo de viabilizar proyectos de investigación coordinados por Embrapa, que también fue responsable de realizar investigaciones técnicas y capacitaciones. El proyecto contó con asistencia técnica pública y privada, y su objetivo fue capacitar técnicos para el nuevo sistema conservacionista.
En 1994, se realizó en Cruz Alta el IV Encuentro Nacional de Siembra Directa, que recibió aproximadamente 10 000 personas en tres días, siendo un punto de inflexión en la adopción de la siembra directa en Rio Grande do Sul. En 1998, Embrapa lanzó el libro Colección 500 preguntas 500 respuestas Sistema de Siembra Directa, aportando una síntesis de los conocimientos sobre el sistema hasta entonces.
En el año 2001, la Fundación Agrisus fue creada por el ingeniero agrónomo Fernando Penteado Cardoso, apoyando proyectos de investigación, organizando eventos y viajes de investigadores sobre la temática de siembra directa. En 2004, João C. M. Sá desarrolló un modelo conceptual en el que dividió la siembra directa en cuatro fases: 1) Fase inicial de 0 a 5 años en la que hay mayor demanda de nitrógeno, aumento de materia orgánica y reordenamiento de la estructura del suelo; 2) Fase de transición de 5 a 10 años en la que se intensifica la acumulación de materia orgánica y disminuye la demanda extra de nitrógeno; 3) Consolidación Fase de 10-20 años de aumento de CTC, mayor almacenamiento y disponibilidad de agua para las plantas, aumento de la calidad del suelo; 4) Mantenimiento > 20 años fase de alto ciclo de nutrientes, flujo continuo de carbono y nitrógeno en el perfil y actividad biológica diversa, el suelo alcanza un alto nivel de calidad dando como resultado una alta productividad de las plantas.
Este modelo conceptual propuesto por Sá fue confirmado por otros estudios sobre siembra directa a largo plazo que resaltaron la necesidad de una o más décadas para captar todos los beneficios del sistema conservacionista. En un estudio sobre siembra directa realizado durante 30 años por la Universidad de Michigan, se evidenció que los beneficios en el aumento de la productividad y la disponibilidad de agua para las plantas comenzaron a hacerse más evidentes después de 15 años (Crusser et al., 2020). Ambos estudios refuerzan la necesidad de mantener la siembra directa de forma continua sin interrupciones.
En 2002, Merola y Kluthcousk en el Cerrado iniciaron el sistema Santa Fe, que consistía en un consorcio de maíz con brachiaria, permitiendo una integración cultivo-ganadería con ventajas para ambas actividades, en particular por el aporte de cobertura de brachiaria, factor que protege el suelo, promueve la regulación térmica, aumenta la infiltración y el almacenamiento de agua del suelo, mejora las condiciones químicas, físicas y biológicas y reduce la presión de los patógenos del suelo. Normalmente, en la sembradora de maíz se colocaba una caja para semillas pequeñas, posicionando la brachiaria entre las hileras de maíz. Alternativamente, la brachiaria podría sembrarse al voleo con la primera dosis de fertilización con nitrógeno.
Además, el sistema Santa Fe introdujo el concepto de implementar un cultivo de cobertura sin necesidad de ninguna movilización del suelo, y en algunos casos ni siquiera la de una sembradora. Sistemas similares son la siembra aérea de aceven en cultivos de soja en una fase avanzada del ciclo o incluso la resiembra natural de aceven. Posteriormente, este concepto fue mejorado y se denominó «puente verde» aprovechando el ancho del brazo del aspersor autopropulsado para distribuir semillas del cultivo de cobertura mientras el cultivo principal aún completaba su ciclo. Estos sistemas reducen los riesgos de compactación y ahorran tiempo, diésel y favorecen el ciclo cerrado de nutrientes.
En una publicación de 2003, el Dr. Fernando Cardoso catalogó el sistema de siembra directa del siglo xx como el mayor avance técnico-científico en las áreas de manejo de suelos y agricultura sustentable. En este periodo, la agricultura de precisión avanza con importantes aportes a la siembra directa, ya sea mediante el control del tráfico de máquinas agrícolas, la reducción del tráfico aleatorio de máquinas, el guiado de las máquinas mediante señales satelitales, la trazabilidad, la distribución de semillas con sensores distribuidos en equipos principales como las sembradoras, pulverizadores y cosechadoras, corrección de fertilidad y acidez a dosis variables, entre otros. Una nueva etapa está entrando en la industria de la maquinaria agrícola, la de las máquinas inteligentes con aplicación precisa de insumos y también asistencia técnica a los productores a partir de datos recolectados en la misma propiedad. La demanda de datos y análisis de laboratorio en agricultura para el manejo de suelos y plantas en sitios específicos se está intensificando.
Amado & Eltz (2003) atribuyeron el fracaso de los sistemas de manejo basados en movilizaciones frecuentes y monocultivos en condiciones tropicales a los siguientes procesos: a) mantenimiento de suelos desnudos o con baja cobertura durante periodos de lluvias de alta intensidad, hecho que favorece las pérdidas de la capa superficial del suelo y agua; b) la disminución acelerada del contenido de materia orgánica, que compromete las funciones productivas y ecológicas de los suelos; c) ocurrencia de compactación en la capa de 10 a 17 cm (pie de retícula) lo que limita el desarrollo radicular de los cultivos, la infiltración y almacenamiento de agua en el suelo y favorece las pérdidas de suelo y agua concentradas en surcos en las zonas más empinadas del cultivo.
En Rio Grande do Sul, uno de los investigadores que mejor entendió los principios del sistema y ayudó a su difusión entre agricultores y jóvenes estudiantes fue Dirceu Gassen. Entre sus memorables frases sobre agricultura y siembra directa nos dejó la reflexión de hacer bien lo básico y con pasión: «La diferencia entre agricultura de baja producción y agricultura de alta producción está en el cerco. De un lado hay un dueño y del otro lado hay otro dueño, entonces la diferencia está en el conocimiento aplicado por hectárea, y esto lo podemos ajustar incluso un poquito mejor, conocimiento aplicado por metro cuadrado». Dirceu adquirió reconocimiento internacional al participar en varias ediciones como expositor en el principal evento de siembra directa de Estados Unidos (No-Till in the Plains) y Argentina (AAPRESID).
En 2003, Itaipú Binacional creó el programa Cultivando Agua Buena (CAB), un conjunto de iniciativas socioambientales relacionadas con la seguridad hídrica en la región, la conservación de los recursos naturales y la biodiversidad con múltiples acciones de capacitación en siembra directa. En 2011, el entonces
presidente de la FBPDP (Federación Brasileña de Siembra Directa) Herbert Bartz y el coordinador Ivo Melo firmaron un convenio con Itaipú Binacional para evaluar la calidad de la siembra directa (PDQ) en la cuenca del Paraná III, iniciado en 2010. La CAB obtuvo el premio internacional Agua para Vida de la ONU-Agua en 2015.
En 2004, se realizó la expedición Rally de Zafra, que recorrió las principales regiones agrícolas brasileñas con el objetivo de captar las percepciones de los agricultores sobre el sistema. Las principales razones que citaron para adoptar la siembra directa fueron: aumento de la productividad, control de la erosión, mejora de la calidad del suelo y ahorro de tiempo, diésel y mano de obra. El Rally de Zafra se encuentra en su edición número 20, brindando información relevante sobre la siembra directa con base en la percepción de los agricultores.
En el 2009, con la introducción del componente forestal, se inició el Sistema de Integración Cultivos-Ganadería-Bosques (ILPF) a través de MACEDO (2009). El sistema tiene un gran potencial para el secuestro de carbono y los servicios ambientales. En el 2010, el gobierno brasileño creó el programa ABC (Agricultura Baja en Emisiones de Carbono), que incentiva la adopción de la siembra directa.
En 2012, la Hacienda mutuca en Arapoti (Paraná), pionera en la construcción de un perfil profundo favorable al enraizamiento y la diversificación de cultivos, obtuvo el premio de productividad regional y el segundo puesto en el CESB (Comité Estratégico Soya Brasil). El resultado respalda el trabajo de investigación sobre el tema realizado por el profesor Caires, de la UEPG de Paraná y Djalma Sousa de Embrapa, en el Cerrado, destacando la importancia de la corrección profunda del suelo con el objetivo de mayor aprovechamiento del agua y el tiempo, estabilización temporal de la productividad bajo siembra directa. Este es un tema clave para el suceso de la siembra directa, debido a que los más importantes procesos ocurren en la capa superficial del suelo, la presencia de raíces en capas de subsuelo es muy importante, para lo cual se hace necesario corregir la acidez en una capa más espesa, con algunos agricultores alcanzando 1 m libre de aluminio tóxico a las plantas.
En 2013, el pionero Herbert Bartz recibió el título de Doctor Honoris Causa por la Universidad Estatal de Londrina. Ese mismo año, John Landers recibió el título de Agrónomo del Año de la Asociación de Agrónomos de Goiás. Trabajando en el Cerrado desde los años 70, Landers participó de la Asociación de Siembra Directa del Cerrado (APDC), en 1992. Coordinó el primer encuentro de siembra directa en el Cerrado (Goiânia, 1993).
La formación de Clubes Amigos de la Tierra (CAT) tuvo lugar en más de cincuenta localidades de los Cerrados (región centro-oeste, MG, SP, TO, BA, PA, AM) que contribuyeron a la nacionalización de la siembra directa. Fue autor de las siguientes
obras: Fascículos de experiências de plantio direto no Cerrado, en 1994 y del libro O meio ambiente e o plantio direto (1998 - ediciones en portugués e inglés). Fue editor del boletín Direto do Cerrado, brindando información a los agricultores sobre el nuevo sistema de conservación. Su destacada actuación le valió importantes premios internacionales, como el Premio Internacional de Excelencia Ambiental de Heidelberg (Alemania, 2005) y la Order of the British Empire (OBE), otorgada por la reina Isabel II por servicios a la agricultura sostenible en Brasil en 2006 en Reino Unido (disponible en https://www.infoteca.cnptia.embrapa.br/bitstream/ doc/979889/1/JohnLandersinglesdenascimentobrasileirodecoracaoPaginaRural. pdf. También coordinó tres eventos de Siembra Directa para pequeños agricultores entre 1996 y 2001.
En 2017 comenzó la era de la agricultura digital, la ciencia de datos y la agricultura 4.0 con la difusión de las plataformas digitales, el acceso a imágenes satelitales del estado de desarrollo de los cultivos, el uso de vehículos aéreos no tripulados, la transmisión de datos del campo compartidos con diferentes actores (concesionarios, consultores, gestores), un avance en la gestión y en la forma de prestar asistencia técnica y asesoramiento. La trazabilidad acerca al consumidor final al productor, por lo que el primero ahora tiene información de cómo se produjeron los alimentos a consumir. Avanza la automatización en maquinarias agrícolas.
En su libro Growing a revolution: bring our soil back to live (Construyendo una revolución: para traer vida de nuevo a nuestros suelos) publicado en 2018, David Montgomery, después de visitar propiedades agrícolas exitosas en todo el mundo, concluyó que el desarrollo de suelos saludables se basa en prácticas de agricultura de conservación que estimulan la actividad biológica del suelo, la «red alimentaria del suelo», para construir suelos fértiles que, a su vez, produzcan plantas sanas y un medio ambiente sano. En común, las propiedades visitadas por el investigador implementaban las prácticas de no perturbar el suelo (siembra directa), mantener el suelo cubierto durante todo el año, utilizar cultivos de cobertura y practicar la rotación de cultivos. Por tanto, principios basilares de la siembra directa y agricultura conservacionista.
En 2018, avanzó el uso de insumos biológicos en la agricultura brasileña, especialmente asociados a la siembra directa, y creció el interés por la agricultura regenerativa. También está creciendo el uso de policultivos (> 3 especies cultivadas en consorcio) como estrategia de diversificación de cultivos, ciclo de nutrientes, diversificación biológica y recuperación del potencial productivo del suelo.
En 2020, Embrapa Cerrado celebró su 45.o aniversario y lanzó BioAS (Bioanálisis de Suelos) a través de la investigadora Ieda Mendes, que fue el resultado de 20
años de estudios y permitirá, a través del análisis de la actividad enzimática, inferencias sobre la actividad biológica de los sistemas agrícolas a gran escala. Es de destacar que la siembra directa asociada a cultivos de cobertura fue uno de los sistemas que mejores resultados presentó en cuanto a actividad enzimática. Además, los análisis de ADN del suelo están avanzando, lo que permite un análisis aún más profundo de la comunidad microbiana y avances en el uso de bioinsumos en la agricultura.
En el 2022, la siembra directa cumplió 50 años en un evento realizado en Foz de Iguazú por la Federación Brasileña de Siembra Directa en Paja. El libro se publicó sobre resultados comparativos durante 32 años de los sistemas de siembra directa y convencional de Ruedell, Fiorin y Fernandes, y presenta datos acumulativos del experimento a largo plazo. Los rendimientos de trigo, soja y maíz acumulados por tres décadas fueron mayores en la siembra directa en un 14, 13 y 15 %, respectivamente, en comparación con la siembra convencional. Las mayores diferencias a favor de la siembra directa se produjeron en años con déficit hídrico y en sistemas que incluían rotación de soja con maíz seguida de cultivos de cobertura (Fiorin, Ruedell y Fernandes, 2022).
Los autores informaron que: en años con déficit hídrico severo, la siembra directa tenía un contenido de agua un 20 % mayor en la capa de 0 a 20 cm que la labranza convencional. Campos, Amado, Tornquist y Fiorin (2022) reportan una tasa de secuestro de carbono a los 19 años del experimento de 0,5 Mg ha-1 año-1 en siembra directa con rotación de cultivos en relación con labranza convencional sin rotación. Nicoloso, Amado, Rice, Pires y Fiorin (2022) después de 22 años encontraron un aumento de carbono hasta 1 m de profundidad en siembra directa con rotación y un aumento de macro agregados que contribuyeron a la protección física del carbono agregado a través de residuos vegetales.
Resultados similares fueron reportados por el experimento a largo plazo UFRGS realizado por Cimélio Bayer y João Mielniczuk, pero destacando que el rango de secuestro puede ser amplio, oscilando entre 0,04 y 1,33 Mg ha-1 año-1 (Bayer, 2003). Con esto, cabe destacar que la calidad del manejo, la rotación de cultivos, el uso de policultivos de cultivos de cobertura asociados a insumos biológicos, el mayor uso de leguminosas en la composición de los policultivos y fertilizantes orgánicos se destacan como prácticas complementarias necesarias para incrementar el potencial de secuestro bajo siembra directa. La FBPDP y el investigador João C. M. Sá estiman el área actual de siembra directa en Brasil en 36,8 M ha, lo que representa aproximadamente el 56 % del área agrícola del país, con potencial para secuestrar 56 M t de CO2 atmosférico anualmente.
Además, según el investigador, datos de varios estudios con siembra directa asociada a una alta y diversificada adición de residuos sugieren que es posible recuperar el pasivo de carbono perdido en la atmósfera cuando el campo nativo se convierte a la agricultura en un horizonte de 49 a 77 años, basado en las tasas de secuestro de carbono de la siembra directa. Con la recuperación de las reservas de carbono y nitrógeno total en el suelo, también hay una mejora en la agregación, lo que resulta en una mayor infiltración y almacenamiento de agua en el suelo y en la aireación, lo que con efectos combinados promueve la actividad biológica, especialmente de los organismos promotores del crecimiento de las plantas. Con esto, el suelo gestionado bajo siembra directa se convierte en la base de la seguridad alimentaria y la sostenibilidad ambiental, dos de los principales desafíos globales en la actualidad.
Breve histórico del sistema de siembra directa en Paraguay
El sistema de siembra directa es un sistema de cultivo relativamente reciente. Su inicio ocurrió en Inglaterra, en la década de los 40. En los años 60 tuvo inicio en los EE. UU., y en Brasil surgió a inicios de los años 70, simultáneamente en los Estados de Paraná y de Rio Grande do Sul. El Sr. Herbert Bartz (Rolândia, PR) es considerado el pionero del sistema en el Brasil, habiendo iniciado sus parcelas comerciales bajo el sistema en el año 1972, con auxilio del Ing. Agr. Rolf Derpsch (Dijkstra, 1983; Borges, 1993). En Paraguay, en el año 1976, cuando un grupo de productores paraguayos visitó la finca del señor Herbert Bartz en Rolândia, estado de Paraná, Brasil, y en 1977 se introdujeron las primeras máquinas Ibirubá de siembra directa (SD) a través de la Cooperativa Colonias Unidas Agrícola Ltda. de Colonia Obligado en el departamento de Itapúa.
En 1981 y 1982 fueron introducidas máquinas sembradoras de diversas marcas en la zona de Itapúa. En los años 1980 hasta 1984, se realizan los primeros ensayos comparativos entre SD y sistema convencional, en la chacra experimental de Alto Paraná en la colonia Pirapó. Durante el año 1982 hasta el año 1984, con el apoyo de la COTIA de Brasil, fueron realizados los primeros seminarios sobre SD en las colonias Japonesas de Alto Paraná e Itapúa (Cubilla y Moriya, 2000). De 1986 a 1990 el CETAPAR-JICA realiza capacitaciones de productores líderes sobre SD a través de cursos, intercambios de conocimientos entre los mismos productores y giras técnicas al Brasil. Al mismo tiempo se instalan ensayos comparativos de SD versus labranza convencional. En 1990 en el Centro Regional de Investigación Agrícola (CRIA) el Proyecto de Fortalecimiento de la Producción de Granos Principales MAGJICA seleccionó la SD para potenciar la producción de granos en la parte sur del departamento de Itapúa. En el mismo año se formó el primer grupo de productores en SD integrado por 12 agricultores denominados GRUPLADI.
En 1992, se realizó el primer Encuentro de Productores en Siembra Directa del Paraguay. En el mismo año, según encuestas del Consejo Permanente Japonés para el Estudio del Cultivo por el Método del SSD y el Centro Regional de Investigación Agrícola (CRIA), los principales problemas del sistema eran el control de malezas, problemas en la germinación, pocos rastrojos, plagas en la soja y enfermedades en el trigo.
En agosto de 1993, se fundó la Federación Paraguaya de Siembra Directa para una Agricultura Sustentable (FEPASIDIAS). En marzo de ese año, se realizó el primer Congreso Nacional de Siembra Directa del Paraguay y en mayo se dio inicio al proyecto Conservación de Suelos MAG-GTZ, que dio un fuerte impulso a la capacitación de técnicos, especialmente a los dedicados a la asistencia técnica de productores de soja y trigo. Los cursos fueron desarrollados con la cooperación de la Cámara Paraguaya de Exportadores de Cereales y Oleaginosas (CAPECO). El mismo año también se iniciaron las investigaciones sobre abonos verdes, sistemas de labranzas y efectos residuales de herbicidas en los departamentos de Alto Paraná y San Pedro. En setiembre de 1994 se realizó el 2.o Encuentro de Productores de SD en Paraguay.
En 1996, se realizó el Primer Encuentro Latinoamericano de SD en la Pequeña Propiedad, donde se demuestra la viabilidad del sistema en las pequeñas propiedades. A partir de esa fecha, el Ministerio de Agricultura y Ganadería dio mayor impulso a la difusión del SSD a los pequeños productores.
En 1996, también se iniciaron los trabajos de investigación sobre producción de soja en campos nativos en el departamento de Misiones, conjuntamente con la CAPECO, Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) y la Asociación Rural del Paraguay (ARP), Regional Misiones. Los trabajos fueron destinados a determinar las variedades promisorias para la región, la corrección de la acidez de los suelos, el manejo de la fertilización y control de las malezas nativas. También se dio impulso a la demostración de la SD a través de parcelas de producción en establecimientos de ganaderos y escuelas agrícolas. A partir de 1997 hasta el 2000, el MAG, junto con el CETAPAR-JICA y la CAPECO, dictaron cinco cursos de un mes de duración sobre agricultura sostenible tomando como estrategia a la SD, dirigido a profesores universitarios, escuelas agrícolas, investigadores y técnicos de la asistencia técnica pública y privada.
En el año 2001, se realiza en CAPECO el seminario de encerramiento al proyecto de conservación de suelos MAG-GTZ, liderado por el Ing. Agr. Rolf Derpsch, con presencia de destacados líderes pioneros del sistema y de la CAAPAS. A continuación, del seminario viajamos con toda la delegación, entre ellas la del Departamento de Suelos de la UFSM (Telmo Amado, Flavio Eltz, Martín Cubilla, Ademir Wendling, Jonatas Bredow, James Uitdewilligen, Charles Pontelli,
Paulo César Conceicao) a Naranjal, donde la Asociación de Siembra Directa de Naranjal (ASIDINAR) realizó su tercer simposio sobre SD y se presentaron trabajos científicos realizados en dicha universidad. Este simposio fue realizado junto con la reunión anual de la Confederación de Asociaciones Americanas por una Agricultura Sustentable (CAAPAS).
En el año 2002, se realizó el primer seminario-taller en CAPECO, titulado «Padronización de análisis de suelos y conducción de experimentos de calibración para la recomendación de fertilizantes y encalado en SD en Paraguay», organizado con los profesores Telmo Amado, Flavio Eltz, Thomé Lovato y Luiz Finamor de la Universidad Federal de Santa (UFSM), y el profesor João Mielniczuk de la Universidad Federal de Rio Grande del Sur (UFRGS), RS, Brasil, como también el Programa Nacional de Manejo, Conservación y Recuperación de Suelos del MAG, con el Ing. Agr. Ken Moriya como director. Al año siguiente, 2003, la CAPECO y la UFSM firmaron un acuerdo de cooperación técnico, científico y cultural, con objetivos de realizar la padronización de los métodos laboratoriales de análisis de suelos del Paraguay, cooperación para establecimiento de una red nacional de laboratorios, y la conducción de los primeros experimentos de calibración a campo, para obtención de recomendaciones de fertilizantes para los principales cultivos de granos del país.
El convenio, aparte de haber publicado el primer libro sobre fertilización para los principales cultivos de granos bajo siembra directa (Cubilla et al., 2012), ha generado tesis de posgrado de estudiantes paraguayos en aquella universidad, cuatro maestrías (Cubilla, 2005; Wendling, 2005; Hann, 2008; Fatecha, 2010) y una tesis de doctorado (Barreto, 2008). Estos trabajos permiten realizar hoy en día, recomendaciones para la fertilización química de N, P y K en trigo, soja, maíz y girasol cultivados bajo el SSD.
A la fecha se cuenta con 11 organizaciones de productores Asociados a la FEPASIDIAS, de los cuales 2 son de pequeños productores, una de Paraguarí (ASIDIPAR), dedicadas a la recuperación de suelos, y la de Edelira (ASDTA), dedicada a la producción en SSD, siendo actualmente un centro de irradiación de la tecnología.
La Asociación de Siembra Directa de Naranjal (ASIDINAR) es una de las que conforman la federación. ASIDINAR ha realizado tres simposios (1996, 1998 y 2001) para fomentar la rotación de cultivos y la rotación de productos fitosanitarios, con el fin de disminuir la incidencia de enfermedades, plagas y la resistencia de malezas; que son hoy un motivo de las rastroneadas de algunas parcelas de SD, liberando carbono y dejando el suelo desnudo sin cobertura, exponiéndolo a erosiones intensas por las fuertes lluvias ocurridas últimamente. De esta forma, pierde la naturaleza, el agricultor y consecuentemente, el país.
En el año 2007, se realizaron otros dos cursos, con la coordinación técnica y financiera de la GTZ, con el apoyo de la Facultad de Ciencias Agrarias sede Caazapá y el MAG, a través del PNMCRS y técnicos especializados del IAPAR con 300 horas de clase. En el 2014, se llevó a cabo un curso intensivo para 249 nuevos técnicos de la Asistencia Técnica del MAG, municipalidades, gobernaciones y cooperativas agrícolas, con recursos del Proyecto Manejo de los Recursos Naturales y el Programa Nacional de Manejo, Conservación y Recuperación de Suelos. En 2015, 70 Ingenieros Agrónomos de la Asistencia Técnica del MAG a través de un Proyecto Académico de Especialización en Conservación de Suelos con enfoque en cadenas de valor para la agricultura familiar fue dictado por la Dirección de Posgrado de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Asunción.
El suelo es el recurso natural más precioso e importante dentro de la propiedad agrícola. Conociendo esta importancia, muchos productores no le prestan la debida atención, lo que hace que al transcurrir el tiempo el suelo sea menos productivo. La sustentabilidad de la agricultura depende, entre otros factores, de las prácticas conservacionistas que minimicen la degradación de los suelos y reduzcan sus pérdidas. En este caso, el suelo merece atención especial, ya que con el uso adecuado de este, la actividad agrícola se torna viable económicamente y no produce daños al medioambiente. La filosofía del sistema de siembra directa tiene en su esencia el equilibrio del ecosistema, ya que posibilita la autosustentación en términos económicos, sociales y ecológicos.
La siembra directa, al principio, procura recuperar los suelos de baja aptitud y capacidad agrícola, haciendo que pequeños, medianos y grandes productores permanezcan trabajando en sus propiedades: es el sistema de exploración agrícola que más se aproxima al equilibrio de la naturaleza.
El sistema de siembra directa tiene su fundamento en la ausencia del revolvimiento del suelo, en su cobertura permanente, y en la rotación y diversificación de cultivos. Es la forma de manejo conservacionista que envuelve todas las técnicas recomendadas para aumentar la productividad conservando o mejorando continuamente el ambiente. La erosión fue la principal razón que llevó a agricultores a adoptar el sistema, una vez que causaba intensa degradación ambiental, tornando la actividad agropecuaria casi insustentable.
La cobertura muerta (mulch) existente actúa como agente aislante, impidiendo oscilaciones bruscas de la temperatura del suelo, contribuyendo a la mejor evaporación del agua almacenada, permitiendo mejor aprovechamiento de la humedad, suportando los veranicos con más seguridad y estabilidad de producción.
Otro aspecto importante de la conservación de la humedad es la uniformidad de la germinación de las semillas y el crecimiento inicial de las plántulas.
Tomándose como base los principales problemas causados por la erosión y los resultados de investigación, se puede afirmar que la siembra directa implica:
- aumentar la vida útil de máquinas y equipamientos, reduciendo el gasto con combustibles y manutención;
- a largo plazo mejora la fertilidad del suelo;
- posibilidad de incorporar áreas marginales al proceso productivo;
- a largo plazo reduce el uso de herbicidas, tanto por el efecto de cobertura permanente del suelo con la cobertura (paja) como por el efecto alelopático de la cobertura;
- regula la temperatura del suelo;
- posibilita el desenvolvimiento de enemigos naturales de plagas y enfermedades;
- mayor productividad de los cultivos;
- mayor equilibrio biodinámico del suelo;
- expande el periodo de posibilidad de siembra;
- reduce el costo de prácticas mecánicas, como en la construcción de curvas de niveles;
- reduce a medio y largo plazo el costo de producción, por causa del mejor uso de fertilizantes, agroquímicos, número de implementos agrícolas y como de la mano de obra.
La siembra directa es una tecnología eficiente en la superación de las limitaciones provenientes de la explotación inadecuada del suelo y ha proporcionado mayor sustentabilidad a la agricultura, debido a que promueve:
a. protección permanente al suelo;
b. reducción significativa de los niveles de contaminación de los cursos de aguas;
c. estabilidad ecológica de la región;
d. alteración de la composición de la flora y fauna, garantizando un equilibrio entre las especies benéficas y maléficas al sistema productivo;
e. eliminación de la necesidad de quemas;
f. rendimientos más estables en el transcurrir del tiempo con impacto mínimo en el recurso natural, garantizando un equilibrio mayor entre el uso de insumos y la cantidad producida.
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La agricultura cumple un rol fundamental en la economía de nuestro país, y como tal, es esencial que los agricultores, investigadores y profesionales del sector agrícola estén al tanto de las últimas tendencias y avances en la agricultura sostenible. Durante el segundo día del Primer Simposio Internacional de Siembra Directa, en el campo de prácticas de la Universidad San Carlos Filial Pdte. Hayes, se llevaron a cabo actividades que proporcionaron a los asistentes valiosas experiencias prácticas y conocimientos que contribuirán significativamente al avance de la agricultura sostenible en la región.
Una de las características más destacadas fue su enfoque en la experiencia práctica, los asistentes fueron divididos en grupos y se embarcaron en recorridos guiados por el campo experimental. A lo largo de estos recorridos, se realizaron paradas técnicas en estaciones que ofrecieron una visión detallada de diferentes aspectos de la agricultura sostenible. Las experiencias prácticas proporcionadas en las diferentes estaciones permitieron a los participantes adquirir conocimientos concretos y aplicables a sus actividades agrícolas. El enfoque en la agricultura sostenible, la precisión en el manejo de cultivos y la comprensión de las interacciones del suelo son elementos esenciales para enfrentar los desafíos actuales y futuros en la agricultura.
Este simposio demostró ser un valioso recurso para fomentar la colaboración y el intercambio de conocimientos entre expertos de diferentes países, contribuyendo así al avance de la agricultura sostenible en la región.
Ademir Calegaris, PhD. (Bra) y Ronaldo Hojo, PhD. (Bra)
Los especialistas realizaron una demostración del manejo orgánico con abonos verdes o plantas de cobertura de otoño-invierno, la cual destaca la importancia crucial de estos cultivos en la práctica de la siembra directa. Estos cultivos de cobertura son esenciales para mantener una mínima alteración del suelo, un requisito fundamental para la implementación efectiva de la siembra directa. La cobertura permanente del suelo y la rotación de cultivos también son aspectos claves en este enfoque. La utilización de cultivos de cobertura implica complejas interacciones con los sistemas de producción existentes, lo que subraya la necesidad de un diagnóstico detallado para comprender las razones detrás de estas prácticas, destacando su importancia en la agricultura sostenible.
En esta estación, los investigadores hablaron sobre lo esencial de la rotación y diversificación de cultivos en el suelo químicamente pobre de la filial de Presidente Hayes. Este suelo enfrenta una alta compactación, con un nivel máximo de 6300 kilopascales, lo que compromete su estructura física. Los disertantes dieron opciones para mejorar la fertilidad química y física, la cual requiere una estrategia integral. La rotación de cultivos ayuda a evitar el agotamiento de nutrientes específicos, mientras que la diversificación fomenta la biodiversidad beneficiosa para el suelo. Además, es crucial abordar la compactación mediante prácticas como la labranza mínima y la introducción de cultivos de cobertura para mejorar la estructura del suelo y permitir una mejor absorción de nutrientes.
La Ph. D. Bartz expuso sobre la importancia de la biología del suelo en el sistema de siembra directa, la cual radica en la diversidad biológica de las lombrices que habitan en el perfil del suelo. Estos organismos desempeñan un papel fundamental en la recuperación del suelo. Su actividad mejora la estructura del suelo, aumenta la aireación y promueve la descomposición de materia orgánica. En el contexto de la siembra directa, estas lombrices son especialmente beneficiosas, ya que contribuyen significativamente a la salud del suelo al promover un ambiente microbiológico equilibrado y fértil. Su presencia refuerza la sostenibilidad del sistema de siembra directa al facilitar la biodiversidad y la recuperación del suelo de manera natural.
En esta estación, los investigadores hablaron sobre las propiedades del suelo que presenta la calicata en Presidente Hayes, el cual es un suelo químicamente pobre y arenoso con baja capacidad de intercambio catiónico, que ha sufrido una explotación intensiva debido al cultivo previo de caña de azúcar. Para abordar esta situación, los expertos proponen una estrategia de manejo sustentable centrada en la siembra directa y la utilización de cobertura, como la brachiaria. También se evidenció la presencia de limo en el suelo, la cual está relacionada con la retención de humedad, un factor crucial para mejorar la salud del suelo. La importancia de esta ponencia radica en la importancia de implementar estas prácticas, que no solo podría revitalizar el suelo agotado, sino también contribuir significativamente a su sostenibilidad a largo plazo.
1Corvalán, L.; 2Villanueva, L. E.; 3Molinas, A.; 4Benítez, M. C.; 5Arias, R. 1Egresada de la carrera de Ingeniería Agronómica de la Universidad San Carlos, Alfredo Seiferheld n.° 4989, Asunción.
2Profesor de grado y estudiante del Doctorado de Ciencias Agrarias de la Universidad San Carlos, Alfredo Seiferheld n.° 4989, Asunción, luis.villanueva@usc.edu.py.
3Profesor de posgrado de la Universidad San Carlos, Alfredo Seiferheld n.° 4989, Asunción.
4Profesora de posgrado de la Universidad San Carlos, Alfredo Seiferheld n.° 4989, Asunción.
5Profesor de la Universidad San Carlos, Alfredo Seiferheld n.° 4989, Asunción.
La investigación se realizó con el objetivo de evaluar la incidencia de la aplicación de distintas dosis de silicato natural en el rendimiento de soja (Glycine max (L.) Merr.) en una parcela manejada bajo el sistema de siembra directa y rotación de cultivos. Se formularon como objetivos específicos determinar el rendimiento de soja en kilogramos por hectárea en los diferentes tratamientos y realizar el análisis económico calculando el margen bruto. El experimento fue instalado en una propiedad ubicada en el distrito de Bella Vista, departamento de Itapúa, al sureste de la Región Oriental del Paraguay. El diseño experimental fue de bloques completos al azar (DBCA) con cuatro tratamientos y cuatro repeticiones cada uno, totalizando 16 unidades experimentales. Los tratamientos constituyeron en T1: 100 kg/ha de silicato natural; T2: 200 kg/ha de silicato natural; T3: 300 kg/ha de silicato natural y el T4: como testigo sin aplicación de silicato natural. Las variables analizadas fueron el rendimiento de soja expresado en kilogramos por hectárea y el margen bruto. Los datos obtenidos fueron sometidos a un análisis de varianza y las medias fueron comparadas a través del test de Duncan al 5 % de margen de error. En cuanto a los resultados obtenidos, en el tratamiento T1 se registró un rendimiento igual a 3028,75 kg/ha, el tratamiento T2 obtuvo un rendimiento igual a 3178 kg/ha, el tratamiento 3 arrojó un valor igual a 3028,5 kg/ ha y el tratamiento T4 obtuvo un rendimiento igual a 3178 kg/ha, los resultados no presentaron diferencias estadísticas significativas entre los tratamientos. En cuanto al análisis económico, el tratamiento T4, consistente en el testigo sin aplicación de silicato natural, arrojó el mayor margen bruto con valor igual a G/ha 2 267 562. Según los resultados obtenidos, no se rechaza la hipótesis nula, debido a que no hubo diferencias significativas entre los diversos tratamientos.
Palabras clave: fertilización, siembra directa, silicato natural, soja.
1Lezcano, E.; 2Villanueva, L. E.; 3Borgognon, J.; 4Armadans, A.; 5Ruiz, A. 1Egresado de la carrera de Ingeniería Agronómica de la Universidad San Carlos, Alfredo Seiferheld n.o 4989, Asunción.
2Magíster, profesor de grado de la Universidad San Carlos, Alfredo Seiferheld n.o 4989, Asunción, luis.villanueva@usc.edu.py.
3Magíster, profesor de grado de la Universidad San Carlos, Alfredo Seiferheld n.o 4989, Asunción, juan.borgognon@usc.edu.py.
4Magíster, profesor investigador de grado de la Universidad San Carlos, Alfredo Seiferheld n.o 4989, Asunción, andres.armadans@usc.edu.py.
5Magíster, profesor de grado de la Universidad San Carlos, Alfredo Seiferheld n.o 4989, Asunción, anibal.ruiz@usc.edu.py.
En el distrito de Pedro Juan Caballero, Departamento de Amambay, se llevó a cabo la investigación con la aplicación en diferentes momentos de inductores de resistencia en una parcela de cultivo de soja (Glycine max (L.) Merr.) en siembra directa. La investigación se desarrolló con el objetivo de evaluar la respuesta del cultivo a diferentes momentos de aplicación de inductor de resistencia. Los objetivos específicos fueron cuantificar el número de vainas por planta, medir la longitud promedio de las raíces, determinar la altura promedio de plantas y realizar el análisis económico de los tratamientos. La hipótesis nula menciona que no habrá diferencias significativas. El diseño experimental fue de bloques completos al azar con 4 tratamientos y 5 repeticiones cada una, totalizando 20 unidades experimentales. Cada unidad experimental abarcó un área de 30 metros cuadrados. Los tratamientos fueron T1 testigo sin aplicación de inductor, T2 inoculación de la semilla en presiembra, T3 inoculación de la semilla en presiembra y tres aplicaciones foliares, y T4 con tres aplicaciones foliares. En todas las aplicaciones la dosis empleada fue de 500 ml/ha. Las variables medidas fueron número de vainas, longitud de raíces, altura de planta y rendimiento del cultivo. Para la variable cantidad de vainas, los resultados arrojaron que los tratamientos T2, T3 y T4 fueron estadísticamente iguales entre sí, mientras que el T4 (33,22) fue significativamente superior al T1 (23,10), en tanto que los T1, T2 y T3 fueron estadísticamente iguales entre sí. En cuanto a las variables longitud de raíces y altura de plantas, no hubo diferencias significativas entre los tratamientos.
Con respecto al rendimiento, los valores obtenidos muestran que los tratamientos T2, T3 y T4 fueron estadísticamente iguales entre sí, mientras que el T4 (1685,24 kg/ha) fue significativamente superior al T1 (1520,50kg/ ha); sin embargo, el T1, T2 y T3 fueron estadísticamente iguales entre sí. El análisis económico muestra que el T4 posee el mayor margen bruto con G/ha 1 156 888. Se rechaza la hipótesis nula.
Palabras clave: inductor de resistencia, momentos de aplicación, siembra directa, soja.
1Gamarra, A.; 1Vera, M. R.; 1Romero, P.; 2Karajallo J. C.; 2Andino, S.; 2Villalba, J.; 2Sánchez, H. 1Ingeniero Agrónomo, FCA-UPE, Universidad Privada del Este, Paraguay; 2Prof. Ing. docente de la Facultad de Ciencias Agropecuarias, Universidad Privada del Este, Ciudad del Este, Alto Paraná. krajallojc@hotmail.com
El cultivo de maní, perteneciente a la familia fabáceas, necesita de nitrógeno, es por eso que la utilización de bacterias fijadoras es muy importante; en este caso, el Bradyrhizobium japonicum. Además, la densidad de siembra es considerada como uno de los factores relevantes para obtener el máximo rendimiento en los cultivos. El experimento fue realizado en una propiedad privada ubicada en el distrito de Juan Emilio O’Leary, barrio Ka’a Jovái, con el objetivo de evaluar el efecto de diferentes densidades en el cultivo de maní con y sin aplicación de la bacteria. El diseño utilizado fue, de bloques completamente al azar con arreglo bifactorial 3 x 2, siendo el factor 1 la densidad de siembra y el factor 2 la inoculación, 6 tratamientos y 4 repeticiones, totalizando 24 unidades experimentales. Las densidades utilizadas fueron de 60 x 90 cm, 60 x 70 cm y 60 x 50 cm, la concentración del inoculante fue de 5 x 10⁹ de bacterias, aplicando 5 ml kg semillas-1. Para los análisis estadísticos se utilizaron el análisis de varianza (ANAVA) y para la comparación de medias se utilizó la prueba de Tukey al 5 % de probabilidad de error. Los resultados no arrojaron diferencia estadística haciendo un análisis por separado de densidad y uso de inoculantes. En cuanto a la cantidad de vainas, el promedio fue de 302 vainas; grano por vainas: 1,83 granos; peso de 1000 semillas: 18 g, rendimiento: 1099 kg ha-1. Hubo interacción de factores para la variable semilla por vainas, las mismas obtuvieron 1,95 en densidad de 60 x 90 cm sin inoculante y 1,6 para la densidad 60 x 50 cm con inoculante. Los tratamientos con inoculante demostraron una leve mejoría para las variables estudiadas, que con el uso continuo puede aumentar la producción del cultivo.
Palabras clave: Rendimiento, inoculante, bacterias, vainas, suelo.
1Ledesma, C.; 1Sanders, D.; Godoy, F.; 2Karajallo, J. C.; 2Garcete, M.; 2Paster, E. 1Ingeniero agrónomo, FCA-UPE, Universidad Privada del Este, Paraguay; 2Prof. Ing. docente de la Facultad de Ciencias Agropecuarias, Universidad Privada del Este, Presidente Franco, Alto Paraná. krajallojc@hotmail.com
La utilización de cultivo de cobertura es una tecnología sostenible que se utiliza para manejar, conservar y recuperar suelos y por ende mejorar el rendimiento de los cultivos. El experimento se llevó a cabo en el Distrito de Los Cedrales, con el objetivo de evaluar el efecto de diferentes variedades de cultivo de cobertura de verano sobre las propiedades químicas del suelo. El diseño utilizado fue de bloques completamente al azar con 5 tratamientos y 4 repeticiones T1: Testigo; T2: Crotalaria juncea; T3: Cajanus cajan; T4: Canavalia ensiformis; T5: Mucuna pruriens. Las variables evaluadas fueron concentración de nitrógeno, fósforo, calcio, magnesio, potasio y materia orgánica, para los análisis estadísticos fue utilizado el análisis de varianza (ANAVA) y para la comparación de medias se utilizó el test de Tukey al 5 % de probabilidad de error, donde la dimensión total del experimento fue de 400 m2, dividido en 20 unidades experimentales. El análisis de suelos se realizó en el laboratorio de la FIA-UNE. Los principales resultados fueron: el rango de nitrógeno en el suelo fue de 0,13 % y 0,15 %. El fósforo del suelo fue entre 21,58 y 30,73 mg dm3. En cuanto al calcio, presentó una variación de 4,87 cmolc/dm3 y 5,71 cmolc/dm3. El magnesio presento variables de 1,64 cmolc/ dm3 y 1,71 cmolc/dm3. En cuanto al potasio, el rango de variación estuvo entre 0,93 y 1,20 cmolc/dm3. La materia orgánica tuvo un rango de 2,61 y 3,06 %. La utilización de cultivo de cobertura no influenció sobre las propiedades químicas del suelo evaluados en el primer periodo de utilización.
Palabras clave: Nitrógeno, fósforo, potasio, materia orgánica, mucuna.
20 DE JULIO DE 2023
Invitados especiales del I SIMPOSIO INTERNACIONAL DE SIEMBRA DIRECTA: Martín Cubilla, MSc. Comité organizador FEPASIDIAS; Ing. Agr. Ronaldo Dietze, MSc. Rector USC; Man Mohan Kohli, PhD. Investigador PRONII III, especialista en trigo; Ing. Agr. Luis Cubilla Ex Presidente de FEPASIDIAS, referente nacional en el Sistema de Siembra Directa.
Federico Barreto, PhD. Destacado Investigador paraguayo en el sector de Ciencias del Suelo, Manejo y Conservación de Suelo - Física y Fertilidad de Suelo, Siembra Directa y Agricultura de Precisión. Disertación: “Experiencias de la implementación de la cobertura del suelo en la búsqueda de una agricultura más sostenible”.
Fernando Garcia, PhD. Profesor de fertilidad de suelos y nutrición de plantas de la Universidad Nacional de Mar del Plata (Argentina) y Consultor de organizaciones de productores y Agroindustrias. Disertación: “Carbono, nutrientes y el Sistema de Siembra Directa: Juntos para el éxito”.
Marie Bartz, PhD. Bióloga, especializada en la ecología y taxonomía de las lombrices de tierra. Disertación: “Aspectos fundamentales de la biología del suelo y sus cuidados”.
Horacio López Nicora, PhD. Investigador asociado de mycology investigation and safety team en The Ohio State University. Direstación: “Nemátodos y su impacto en el sistema de producción”.
Panel de preguntas con los disertantes: Ing. Agr. Sebald Hahn, Especialista en sistemas de riego y fertirrigación; Federico Barreto, PhD.; Ademir Calegari, PhD. experto en Manejo y Conservación de Suelos y Aguas; y Miguel Ángel Ken Moriya, MSc. Especialista.
Momento de reconocimiento al Ing. Agr. Luis Cubilla Ex Presidente de FEPASIDIAS (centro) por su invaluable trabajo para el desarrollo del Sistema de Siembra Directa en Paraguay. Martín Cubilla, MSc. Comité organizador FEPASIDIAS (Izq.) y Marie Bartz, PhD, disertante internacional (der.).
Cierre de disertaciones. Diego Fatecha, PhD. Comité Organizador USC; Jonadan Ma, Presidente de FEBRAPDP; Martín Cubilla, MSc. Comité organizador FEPASIDIAS; Marie Bartz, PhD. y Ademir Calegari, PhD. disertantes internacionales; Lilian Martens Secretaria FEPASIDIAS y Ing. Quí. Mónica Casanueva Directora de Investigación USC.
Demostraciones a campo. Participantes de la Estación 1: Demostración del manejo orgánico con abonos verdes o plantas de cobertura de otoño-inverno a cargo de Ph. D. Ademir Calegaris (Bra) y Ph. D. Ronaldo Hojo (Bra).
Demostracioens a campo, traslado de los participantes entre estaciones.
Vista aérea del campo experimental de la Filial de Presidente Hayes USC, con la calicata de la Estación 1.Cierre de las demostraciones con los disertacntes y participantes del día de campo.
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