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Enfermedades y órganos, ¿por qué las diferencias en los nombres?

opinión

Enfermedades y órganos, ¿por qué las diferencias en los nombres?

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Rafael Peralta Romero

Periodista, catédratico universitario

Muchos se lo han preguntado: ¿Por llama hepatitis y no higaditis? Por igual podrían cuestionarse la relación entre dermatitis y un mal de la piel o por qué oídos.

Les adelanto que no se trata de incongruencias, sino resultados de hechos sociales y políticos y la inevitable presencia de la lengua, cual que sea, en todo acto humano: en el placer, en el dolor, en el arte, en la guerra, en el comercio, en la religión… en la ciencia.

Justamente en la ciencia, la lengua en buena medida en el castellano. Los nombres de las ciencias y las profesiones proceden mayormente del griego: zoología, psicología, antropología, ortopedia, ortografía, pedagogía, odontología, geometría, neurología… La voz anatomía procede del griego, pero ingresó al español por vía del latín tardío “anatomía”, artículo pretende ser una “disección anatomía humana y la relación de sus nombres en español con las voces que Iniciemos con hepatitis (del griego Con la voz hepatitis se nombra la es importante para entender otros nombres relacionados con el hígado: hepatología (rama que se especializa en ese órgano), hepatólogo (especialista en hígado). En la farmacología se conocen nombres de productos que llevan la raíz /hepat-/ que evidentemente combaten males hepáticos. palabra proviene del griego “otos”, de ahí que en la industria farmacéutica la raíz oto- sea empleada para crear nombres de productos destinados a la salud del órgano de la audición. El especialista de los oídos (oto-) generalmente lo es también de la nariz (rino-), de la laringe (lárynx, -yngos) y se le llama otorrinolaringólogo. De la raíz griega /dermat-/ se forman palabras castellanas relacionadas con la piel (dermatitis, dermatología, dermatólogo…) aunque la capa que cubre los músculos se nombre con una palabra procedente del latín: pellis. No tenemos una voz “pielitis”, aunque sí / mielitis/, del griego myelós, médula. Es médula espinal. Con la voz /celulitis/ nombramos mayormente la acumulación de grasa en ciertas partes, la cual produce rugosidad en la piel. Sin embargo, por su morfología (De célula e -itis) debería una segunda acepción, el Diccionario de la lengua española conjuntivo subcutáneo. “tendonitis”, derivación que parece lógica, pero el Diccionario académico no registra esa palabra, sino /tendinitis/. Aunque sorprenda a algunos. vagina sea llamada /vaginitis/, como tiene que ser (De vagina e -itis). Vagina ¿Vainitis? No, mejor vaginitis. Similar ocurre con su contraparte /prostatitis/ próstata. articulaciones, nos llegó por el latín que a su vez la tomó del griego “árthron”, voces hispanas relacionadas con las articulaciones emplean la raíz artr-, ejemplo: artrosis, artrología, artropatía…). vejiga? ¿Vejiguitis? No, por favor:

“cystitis”, y este del grigo kýstis La parte interior de la nariz (la mucosa) llame “naricitis”, pues lo cierto es que la conocemos como /rinitis/, (De rino- e -itis). Rino, del griego, nariz. ¿Será que el colon es una cola? Su griego “Kólon”, pero no tenemos claro por qué es colitis y no colonitis. Otro intríngulis del idioma, sin ninguna duda.

El futuro tiene muchos nombres. Para los débiles es lo inalcanzable. Para los temerosos, lo desconocido. Para los valientes es la oportunidad. Anónimo.

* Realiza cada una de tus acciones como si fuera la última de tu vida. Marco Aurelio. (Exemperador romano, 121-180 d.C.).

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