GRAVELROAD MAGAZINE MAY 2017

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EQUIPO REDACCIÓN Oscar Martínez "Galys" Rafa Robledo MAQUETACIÓN Ángela Martínez DISEÑO Ángela Martínez COLABORA Pedro Miguel (Chuck Berry) FOTÓGRAFOS Rafa Robledo Oscar Marínez "Galys" Ángela Martínez Bob Zimmerman (Foto portada Marah) Marko Korkeakoski (Foto Marah) Joan F. Ribas (fotos Uncle Sal) Steven Dewall (Speedbuggy USA)


Muchos de nosotros nunca podremos decir como Serge y Dave Bielanko que hemos nacidos rodeados de rock, aunque nuestros hijos (o futuros herederos) en gran medida sí podrán hacer suya la afirmación de los hermanos Bielanko, siempre y cuando mantengamos viva nuestra pasión por la música. Por eso hemos decidido despertar de su letargo a nuestra revista, porque queremos que quede constancia para próximas generaciones de que un su día nos sentimos atrapados por las redes globales del rock&roll, esas que han unido a gentes de todas partes del mundo sin tener en cuenta su índole social, política o raza. Aquí cualquier etiqueta, ya sea garage, punk, blues, soul, R&B, southernrock, americana, indie, hard rock, jazz, funk,… nunca será motivo de discordia, uno puede sentirse más inclinado hacia uno u otro estilo, pero finalmente todos disfrutamos con lo mismo, de la música como concepto global. GRAVELROAD MAGAZINE viene para quedarse y con un principio fundamental: Sigamos disfrutando de la música!!! Galys (Gravelroad76)



El 18 de marzo de 2017 nos dejaba una de las leyendas más carismáticas y mediáticas del planeta rock. No deja de ser una pérdida brutal para este “mundillo”, a pesar de que le contemplaban ya 90 años. Hablamos de Charles Edward Anderson Berry, o lo que es lo mismo, Chuck Berry. Nacido en St. Louis, el 18 de octubre de 1926, compartió escuela en Summer High School, ni más ni menos que con la gran Tina Turner. Hablamos de un tipo codicioso y peculiar, pasó de tocar para el presidente Carter, a en ese mismo año visitar la cárcel por motivos fiscales. Pero centrémonos en lo musical. A mediados de los 50, su andadura musical comienza a destacar, y firma por la discográfica, Chess Records, encargada de lanzar “Maybelline”, uno de sus primeros éxitos que llegó al millón de copias. Esa catarata de riffs y composiciones con alma juvenil y rabiosa comenzó a empapar en la sociedad de la época. Ese “baile del pato”, despertó pasiones entre sus admiradores. Plasmó una serie de melodías arrebatadoras que ya forman parte de la historia del rock, como por ejemplo, “Roll Overbeethoven”, “Rock and Roll Music”, “Sweet Little Sixteen”, “School Day”, pero la que se llevó la palma, fue sin duda “Johnny B. Goode”, uno de los temas más versionados de la historia. De él dijo John Lennon, que si alguna vez el rock anda roll cambiase de nombre, pasaría a llamarse “Chuck Berry”. Un músico excéntrico y genial como pocos, al que tuve la gran suerte de poder ver en directo. Chuck Berry D.E.P.


Tenía la necesidad de crear una banda que pudiera llenar las pistas de baile todos los fines de semana”. Con este titular presentábamos la entrevista de Josh Hoyer para Graveleroad76, y con esta misma declaración de intenciones comienzo esta breve reseña de su show en la Mardi Gras de A Coruña, lugar donde Josh Hoyer y sus chicos consiguieron hacer de esta mítica sala una pista de baile cual fiebre del sábado noche. Estábamos ilusionados con poder presenciar a Josh Hoyer en directo, así que no lo pensamos mucho y nos tiramos a la carretera en dirección norte para cruzar toda Galicia y atravesar una vez más las puertas de una de las salas más emblemáticas del territorio nacional (imposible no fijar tu mirada en cada rincón y cada pared de este club en busca de algún trozo de la historia del rock), donde tras comenzar a sonar las primeras canciones ya resonaba por doquier: ESTÁ TODO VENDIDO, SOLD OUT! Josh Hoyer & Souls Colossal comienzan su show de modo pausado, ofreciendo un set list que viaja por sus tres trabajos discográficos, demostrando que para ellos todas sus canciones tienen hueco en su repertorio. Dando una lección de como ir engatusando al respetable, comienzan con una pausada y maravillosa “Close your eyes” donde Josh ya nos deja una buena demostración del poder de su voz, tras la cual continua “Every Day Every Night“, momento donde queda patente que el público allí presente venía sediento de ritmos funkies. Poco a poco nos vamos sintiendo atrapados por esa sonrisa permanente de Josh y su capacidad de mover a las masas con con un simple levantar de brazos, mientras Ben Kushner nos va embriagando con su prodigioso y sutil manejo de las seis cuerdas, y de repente toda la sala al unísono comienza a cantar ese estribillo: “EVERY DAY & EVERY NIGHT“. Dos canciones, 15 minutos y ya nos sentíamos afortunados de estar allí presentes. “Just Call Me” una canción Soul donde Mike Dee nos ofrece su primer sólo al saxofón (el primero de muchos), perfectamente acompasado por el bajo de James Fleege y la batería de Larell Ware. Este último en la parte final del concierto ofrecerá uno de los momentos de la noche con un sólo lleno de matices jazzisticos y ritmos étnicos tras los cuales la sala al completo terminará en un clamoroso y ensordecedor aplauso.


Josh Hoyer: “Tocamos en león la pasada noche y nos acostamos a las 6 de la mañana”. Ben Kushner: “Pero todas las noches son Mardi Gras“. Lo que sucedió tras ese breve discurso fue una apoteosis total, donde el público y banda aunaron sus fuerzas con un mismo fin, que la Mardi Gras terminara siendo una pista de baile, donde los cuerpos danzaban a ritmos Funk, Soul y R&B mientras sus rostros desprendían felicidad con cada una de sus fracciones. Runin From Love, Illussion, Natural, Tryin To Line. Cada canción era una sorpresa, porque nada sonaba como en el disco. La banda se impregna de la energía que tiene en frente a sus narices, y esos primeros acordes casi inaudibles de repente van sonando más fuerte y una canción que tendría que durar 5 minutos termina inmersa en una jam donde cada uno de los 5 músicos pone sus dosis de improvisación, alargándose dicha canción en otros 10 minutos de verdadero éxtasis colectivo. Nunca estuve en New Orleans, pero Josh Hoyer & Soul Colossal esta noche nos hicieron sentir como si estuviéramos en el mismo centro de Treme, disfrutando de una de tantas locas fiestas del carnaval de New Orleans, tirando collares de colores por el aire mientras la cerveza y el bourbon bañan nuestras entrañas y Dr. John, Professor Longhair, JBobby Womack, Donny Hathaway, The Meters, Booker T and The MGs, Otis Redding, James Brown, con su música poseen nuestras almas. No sabría que añadir más, simplemente: Thanks to Josh Hoyer, Ben Kushner, Mike Dee, Larell Ware,James Fleege. You have de power of Soul!


Fue en 2010 cuando de modo puramente casual me encuentro en internet con la actuación en directo de Nick Moss en el Buddy Guy’s Legends de Chicago, en plena presentación de su álbum “Privileged“. Sería un auténtico mentiroso si dijera que conocía su música antes de ese casual encuentro, lo cierto es que ni siquiera había escuchado hablar de él. Pero a partir de ese día, comencé a rebuscar información sobre su trayectoria musical y rápidamente me haría con ese “Privileged”, cuyas canciones me habían fascinado tanto viendo aquella actuación. Nick Moss es uno de los bluesmen más relevantes de la “ciudad del viento” en los últimos tiempos. Un hombre que durante años estuvo acompañando a grandes nombres del blues de Chicago, hasta el día que decidió a pesar de mil y una dificultades, ser amo y señor de su propio destino. Este inmenso bluesman que nos visitó por primera vez con su banda el pasado mes de Marzo cosechando un aluvión de buenas críticas y una buena asistencia de público en sus conciertos. Para nosotros ha sido un privilegio poder entrevistarlo y a pesar de no poder disfrutar de su música en directo decidimos publicar en la revista la conversación con este grande del blues justo antes de su gira española. Eres uno de los mayores destacar es Guy King, es natural de exponentes del Blues de Chicago. Israel pero ha vivido aquí en ¿Sigue Chicago conservando la Chicago durante muchos años y magia del blues? Y, ¿qué otras toca el blues extremadamente bandas de la ciudad del viento nos bien. Chicos extraordinarios como recomendarías? Joel Patterson, Joe Filisko, Cory Por supuesto que Chicago todavía Denison, Gerry Hundt, todos conserva la magia del blues! No siguen manteniendo viva la hay mejor lugar que Chicago para tradición del Blues. tocar blues, y escuchar el blues en Cuando digo que Nick Moss es uno directo!. Hay un buen puñado de de los mayores exponentes del bandas que salen de Chicago todo blues de Chicago no miento. el tiempo. Una de esas bandas en Tocaste junto algunos de los más particular es Joe Moss Band (risas), grandes, como: Buddy Scott, Jimmy sí es mi hermano mayor, pero sigue Dawkins y Jimmy Rogers. ¿Qué me siendo uno de los mejores, y podrías contar sobre ellos, qué cualquiera que conozca a Joe en recuerdos tienes de esos años y Chicago te dirá lo bueno que es. qué aprendiste de cada una de Otra banda que me gustaría esas experiencias?


Todos ellos me enseñaron a prestar atención al espacio vacío entre las notas, y todas las pequeñas complejidades y matices que hacen que esta música sea tan maravillosa! Aprendí a ser el frontman de una banda viendo a cada uno de estos tipos. Aprendí a interactuar con la gente fuera del escenario estudiando a cada uno de estos caballeros. Puedo decirte que uno de mis mejores recuerdos fue viajar por España con Jimmy Rogers! Recuerdo que fue allá por el 96 durante uno de los veranos más calurosos de Europa, así que ya te puedes imaginar, España estaba ardiendo de calor! Aun así, tocamos ante grandes multitudes verdaderamente entusiasmadas que adoraban el blues que Jimmy estaba tocando. Recuerdo que las chicas eran hermosas, la comida era deliciosa y el vino era abundante! (risas) Pasa el tiempo y creas tu propia

banda, Nick Moss and the Flip Tops. ¿Por qué tomas esa decisión y cómo fueron esos primeros años con tu propio proyecto? ¿Colaborabas con alguien al mismo tiempo? Era el momento de salir por mi cuenta y poner en práctica todo lo que había aprendido. Luché mucho al principio tratando de ser el líder de una banda tan bueno como con los que hasta ese momento había tocado. No era fácil reservar conciertos cuando prácticamente nadie me conocía, aunque ya había tocado muchas veces en la mayoría de esos lugares, pero para ellos seguía siendo sólo un hombre de acompañamiento por aquel entonces. Al principio de mi propia banda, seguía colaborando con Linwood Slim, que por aquel entonces vivía en Chicago. Eso duró dos años hasta que Slim regresó a California.


Paralelamente a la creación de tu propia banda, creas tu propio sello discográfico Blue Bella Records Label. ¿Qué te motiva a crear tu propio sello y con qué bandas has trabajado? Blue Bella Records fue creado como un medio para exponer mi propia música. ¡No pude conseguir firmar por nadie! Nadie me quiso dar una oportunidad, ni a mi banda o mi música. A lo largo de los años hemos trabajado con: La banda de jazz de Kilborn Alley, Bill Lupkin, Gerry Hundt, Matthew Stubbs y The Cashbox Kings, todos grabaron en Blue Bella Records. Sin duda recomendaría a cada uno de ellos! Es en 2010 cuando publicas “Privileged” y cambias el nombre de la banda. Canciones como “Louise”,”Privileged at Birth” o “Born Leader” hacen de “Privileged” tu disco más rockero hasta la fecha… ¿Cómo describirías este álbum? En 2010 publiqué el que sería mi primer álbum de blues no tradicional. Decidí que quería que fuera completamente diferente, así que cambié el nombre de la banda por algo más directo como Nick Moss Band. Este álbum fue mi propio homenaje a esas bandas de rock que crecí escuchando: Led Zeppelin, ZZ Top, Free, Blind Faith, Cream… estas son las bandas que me llevaron al blues. ¿Quienes forman actualmente Nick Moss Band y quién te acompañará en este tour? Generalmente somos una banda de cinco miembros, pero en nuestro próximo tour por España seremos una banda de cuatro piezas. Patrick Seals ha sido mi batería durante siete años, Taylor Streiff es mi teclista durante los últimos cuatro años y Nick Fane es el encargado del bajo y ha estado

conmigo durante más de tres años. Michael Ledbetter (corrígeme si me confundo), se incorpora a la banda en 2011, y es parte fundamental de “Time Ain’t Free” (2014). A partir de este momento el Boogie y el Blues abrazan definitivamente al Soul y el Jazz de New Orleans. ¿Cómo entra Michael L. a formar parte de Nick Moss Band? Michael se unió efectivamente en 2011, mientras me encontraba en pleno proceso de grabación. Cantó en algunos temas de ese CD, y sonaba tan bien que tenía que contratarlo, de lo contrario nunca sería capaz de hacer esas canciones en directo! Mike agregó un poco más a la grabación “Time Aint Free” cantando en algunas canciones y escribiendo otras de ellas también. Michael tiene una voz única y puede moverse fácilmente de un género a otro. Pudimos tocar muchos estilos diferentes debido al talento de Michael como vocalista. Recientemente ha dejado la banda, debido a algunos problemas médicos y un cambio de orientación para él profesionalmente hablando. “From the Root to the Fruit” (2016) es la confirmación de que la banda es una sólida construcción sostenida sobre pilares de Soul, Blues, R&B, Funk, New Orleans Jazz… Este album fue grabado en el estudio que tengo en casa. Se registró durante un período de un mes. La mayoría de las canciones están escritas por Michael y por mi. Quería hacer un CD que representara el blues y la música moderna como: funk, rock, soul … son todos primos y se relacionan perfectamente.¿Podemos afirmar que estamos ante el mejor momento creativo de la banda? ¡Espero que no! ¡Tengo mucho más música dentro de mí



“Este disco para nosotros es un paso adelante, estamos más cerca de la música que nos gustaría hacer”, esta es la respuesta que recibíamos por parte de Toño cuando nos presentaba su nuevo disco en GravelRoad76. Y efectivamente, tras poder degustarlos en directo he podido comprobar que han ido un paso más allá, profundizando definitivamente en esa música de raíces americanas de la que un día surgió la semilla que terminaría geminando en lo que hoy en día podemos destacar como una de las mejores bandas representativas del rock americana a estas orillas del gran charco. “Green Cookies” y “Behind The Hill”, son los temas que abren su nuevo disco y fueron los elegidos como punto de partida para esas dos noches de rock, sudor y.. . Los que en su momento fuimos aducidos por el country de Hank Williams, Johnny Cash, nos sentimos bendecidos por tener a una banda como The Soul Jacket tocando temas más propios de bandas de otros tiempos. Como también pasaría en esos instantes donde Jorge Mizer se hace cargo de la voz principal deleitándonos con esa maravillosa “Madeleine Kane” recordándonos a Neil Young o de The Band, en estos momentos echábamos de menos la presencia de una armónica sobre el escenario, le daría un toque más íntimo si cabe a una canción de por sí perfecta. Pero ya me he adelantado en el tiempo, porque previa a Madeleine, The Soul Jacket tendrían tiempo a volver atrás en el tiempo para deleitar a sus fans con viejos temas como “What’s Wrong America”, “Turkey” o “Brother II” entre otras, instantes donde los fieles seguidores volvieron a vibrar apasionadamente a base de Soul y el R&B aderezados por esa portentosa voz de Toño (una vez más).


“GBTW” y “Big Chief” eran un perfecto cierre para un set list con más referencias a su último trabajo que sus predecesores. De estos dos temas me quedo con ese Big Chief, una canción que engloba todo lo que resume musicalmente The Soul Jacket: Batería y bajo siendo los pilares fundamentales sobre los que se sostiene esta nueva creación, dos guitarras que juegan entre sí hasta límites insospechados, unas teclas que dan ese toque justo de psicodelia y sensualidad, una voz que comienza con fuerza y termina siendo arropada con una perfecta sección de sonidos ancestrales, consiguiendo una atmósfera que nos extrapola frente a una inmensa hoguera en medio del desierto, donde el Gran Jefe canta a los dioses en busca de venganza mientras el resto de la tribu danza alrededor del fuego y el sonidos de las serpientes de cascabel se entremezcla con el estallido de la madera quemada y el retumbar de los tambores de guerra. Tras abandonar el escenario no tardarían mucho en volver y ofrecernos otro buen puñado de viejas y nuevas canciones: “Today Is A Cloudy Day”, “Flamingo”, o esa apisonadora llamada “People” cantada y coreada por todos los presentes.. Fue en estos momentos finales del concierto donde The Soul Jacket derrocharon todo su buen hacer sobre el escenario, al fin soltaban esas amarras y no se preocupan más que de disfrutar sin miramientos, sacando a relucir todo su potencial. La electricidad y la distorsión de apoderan de la sala, Guillermo puntea la guitarra hasta sacarle todo su jugo, Jorge distorsiona as otras seis cuerdas hasta romperlas, mientras Jann y Mauro aporrean el bajo y la batería sin miramientos, al tiempo que Toño se aproxima al público para hacerlos cómplices de la fiesta al tiempo que desgarra su voz y Xabier nos ofrece sutiles y apasionados acompañamientos a las teclas. El concierto había sido un éxito, pero ese final “Life Is A Carnival”, con la banda en pleno éxtasis, creo que fue el broche perfecto. La banda tocando esa jam mientras Toño abandonaba el escenario derramando un buen puñado de cervezas en el suelo ante un público enloquecido, nada más que añadir. UNA GRAN FIESTA DE ROCK!


sOUL JACKET - Untitled volume III

En este álbum hacen un extenso recorrido por esos estilos del rock enraizado en las praderas del viejo oeste y toda esa música transatlántica que tanto les han influenciado como músicos y personas. Si tuviera que destacar una canción no dudaría en decir GBTW, un tema Blusy donde Toño vuelve a deleitarnos con la fuerza de su voz y además se encuentra perfectamente arropado por la armónica de otro grande del rock nacional como es Álvaro, de The Milkyway Express. Un disco imprescindible sobre el que Toño nos contaba esto: ”De nuevo volvimos a contar con el estudio y el buen hacer de Hendrik Rover en Muriedas Guitartown, allí nos fuimos semana y media el pasado mes de Septiembre con la maleta cargada de canciones y como siempre grabamos en directo intentando captar con naturalidad la esencia de los temas. Este disco para nosotros es un paso adelante, el disco en el que estamos más cerca de la música que nos gustaría hacer. Creo que sí, que estamos ante nuestro álbum más completo, ya que en este nuevo trabajo nos empapamos de la música, la cadencia y las melodías de los años dorados del Laurel Canyon californiano, la psicodelia, el country rock y blues. Además lo hemos masterizado en los estudios Golden Mastering de California y no podemos estar más contentos con el sonido resultante.”



Desde el día que su ópera prima apareció en nuestro buzón supimos que debíamos corresponder y hablar sobre Uncle Sal. Compartir su música, colaborar con ellos, alegrarnos de sus triunfos y apoyarles en sus tropiezos. Han pasado dos años desde aquella grata sorpresa llamada “Little Cabin Music” considerada por vosotros como la mejor grabación nacional y los chicos tienen su continuación. “You Ain’t No, Bluesman” lleva apenas dos meses anclado en nuestro reproductor y lleva el mismo camino que su predecesor. Si no, al tiempo. El tiempo da y quita razones. El tiempo es el juez inexorable que pone a cada uno en su sitio. Es el turno de Uncle Sal. A este paso se no van a acabar las preguntas, porque repasando un poco nuestro archivo vemos que es la tercera vez que charlamos, lo cual se agradece. La primera se centró en vuestro debut, la segunda en la preparación de “You Ain’t No, Bluesman”, así que siguiendo el guión, ¿cómo está respondiendo el disco? Pues estamos encantadísimos, porque nuestro objetivo era mejorar lo que hicimos con “Little Cabin Music” y creo sinceramente que lo hemos logrado. Había cierta expectativa tras la buena acogida del primer disco, y por lo que parece a la gente le está gustando mucho este segundo. Con eso ya nos vale, con no decepcionar a la gente que nos sigue y nos apoya. Ya hemos dicho en otras ocasiones que “Little Cabin…” nos sorprendió gratamente, y “You Ain’t…” ha corroborado nuestras sospechas. ¿Es cuestión de

confianza, de trabajo, o van de la manos las dos? Lo de la confianza ha ayudado seguro. Con “Little Cabin Music” no teníamos experiencia ninguna en estudio, ni pretensiones. Por lo demás, hemos seguido el mismo proceso que la vez anterior. Ser espontáneos y grabar lo que sabemos hacer sin adornos ni florituras, ser Uncle Sal. Lo que pasa es que en año y medio también hemos aprendido tocar un poco (risas), también a sonar mejor, a tomarnos las cosas con más calma, a disfrutar de los bolos... y eso se ha notado en el estudio también. Los primeros discos suelen ser más espontáneos, más efusivos (una opinión personal), mientras que los segundos podrían ser más reflexivos, más elaborados. ¿Estás de acuerdo? ¿Siguen los vuestros esas pautas?


Creo que sí. Creo que nos hemos atrevido a hacer más cosas, y diferentes, en este segundo disco. También creo que cambia la perspectiva a la hora de componer. Antes de “Little Cabin…” los temas salían de manera más espontánea, directa y simple. Una vez que has pasado por la experiencia de grabar por primera vez, creo que ya en los siguientes temas que escribes piensas en cómo quedarán en estudio y en el disco. Al menos en mi caso, algunas canciones las he escrito con cierta intención para darle al disco matices distintos, más variados que en el primero. Sabemos el significado de su título, pero tal vez haya algún rezagado que desconozca la idea. Somos todo oídos. Pues creo que la mejor manera de

conocer la historia es comprar nuestro CD y leer el texto que figura en la contraportada y que lo explica (risas). Pero básicamente, la frase es ‘You ain't no bluesman if you don't play’, y significa si quieres sentir y disfrutar la música, hay que tocar, hay atreverse siempre a todo y no dejar pasar ninguna oportunidad. Como cuando nos invitaron a salir a tocar en un bar de Clarksdale, Mississippi y al principio no nos atrevíamos. Eso fue lo que nos soltó el tipo: ‘You ain't no bluesman if you don't play’. ¡Así que salimos a tocar! No cabe duda que aquella experiencia os marcó no sólo a nivel personal, sino en la propia actitud ante la vida y la música. ¿Esas sensaciones se reflejan en el disco?


Los dos discos están impregnados de sensaciones y experiencias que vivimos durante ese viaje a USA. El viaje nos ha proporcionado inspiración para dos discos... y seguro que al menos para un tercero (risas). Además yo soy un apasionado de la cultura y la mitología sureña y del Southern Gothic como le llaman, y todo ello se respira verdaderamente en cada rincón del Sur, está presente y te llega. Incluso te atrapa, diría yo. Volvéis a contar con a los mandos de la nave y sumáis colaboraciones como la de Pere Navarro o la de The Moonshine Band. Cuando escribíais las canciones, ¿esas colaboraciones planeaban o surgieron como algo natural? Surgieron al componer las canciones. Especialmente en “Scarecrow's Waltz”, conforme le iba dando forma vi que sería perfecta la participación de The Moonshine Band, que es un grupo de folk de Ibiza con el que tenemos mucha afinidad, y que además son geniales. En cuanto a la trompeta... yo ya había pensado en meter algo de vientos en el primer disco pero al final no surgió y quería contar con Pere para este segundo. Obviamente, no se nos ocurrió mejor canción para ello que “Three Days In New Orleans”. Por cierto, dos canciones muy diferentes entre ellas, aunque tengan un común denominador. ¿Puede ser este álbum más heterogéneo que “Little Cabin Music”? Definitivamente sí. Por lo que te he explicado antes nos hemos atrevido a hacer más cosas, a ampliar las influencias y estilos a la

hora de componer. Creo que el disco muestra una evolución y refleja sobre todo que hemos aprendido cosas en este año y medio. Pero lo importante es que está gustando también a la gente que disfrutó con el primero... así que, ¡objetivo cumplido! “Three Days In New Orleans”, donde colabora Pere Navarro con su trompeta es la canción que amablemente cedisteis a GravelRoad76 para abrir boca al personal. Supimos su historia, sus secretos… ¿Podrías decir cómo surgió “Scarecrow’s Waltz”? Pues “Scarecrow's Waltz” surgió en un momento en que estaba escuchando bastante country (Kristofferson, Guy Clark...). Recuerdo que la escribí en mi coche mientras esperaba a mi hijo por las tardes los días que iba a natación (risas) y creo que es la mejor letra que he escrito hasta hoy, al menos la que más me gusta. Es simplemente una metáfora sobre la relación de pareja, sobre las dificultades que se pasan y sobre la voluntad de querer seguir adelante. A medida que el tiempo transcurre descubrimos nuevos detalles en “You Ain’t…”. Descubrimos calidad en diferentes arreglos, picardía y libertad. Compromiso. ¿Eso es Uncle Sal? Uncle Sal es sobre todo espontaneidad. Y es cierto que en este disco hemos trabajado algo más los arreglos, pero no es nuestro punto fuerte... eso sí, como ya he dicho, vamos aprendiendo. Y compromiso, total. Porque somos cuatro amigos que hacen su propia música, y todos convencidos.


No somos profesionales. No somos músicos ni tan siquiera. Somos entusiastas del Rock&Roll. En este tiempo, aparte de la estrecha relación con bandas de la isla, habéis hecho buenas migas con gente de la península como The Kleejoss Band o Los Brazos. ¿Ha cambiado vuestra agenda de contactos en otros aspectos? Sí. A raíz de la repercusión de “Little Cabin Music” tenemos propuestas para tocar en la península, y tenemos pendientes varias salidas que iremos cumpliendo en la medida de lo posible. También se han puesto en contacto con nosotros de alguna tienda de discos, como Elepé en Vigo o Revolver en Barcelona, para vender nuestros CD’s, lo cual nos hace mucha ilusión. Lo que no ha cambiado es vuestra alianza, la cuadrilla, la tan nombrada brotherhood. ¿Es importante sentir esa armonía?

Claro, en cierto modo forma parte de la banda. Es un motor. Es un grupo de gente con la que siempre tienes ganas de hacer cosas. Algunos están aquí en Ibiza, pero otros están en Valencia, Zaragoza, Madrid, Alicante... y todos ayudan y aportan y gran parte de nuestro éxito como banda se debe a ello. Han conseguido que nos lo creamos un poquito y nos tomemos más en serio, y eso nos motiva para mejorar. En esa sociedad hay dos personas de gran peso. Los artistas gráficos Rico Jazzbo y Joan F. Ribas… Sí, Ric es nuestro diseñador gráfico, y no hay mucho que explicar sobre su trabajo. Tan sólo hay que ver cómo ha sabido entender lo que es Uncle Sal y plasmarlo en sus dibujos. Y con Joan, aparte de encantarnos sus fotos, hemos conectado enseguida. ¡Son Brotherhood!


El blues es vuestra referencia, pero sois grandes seguidores de la música en general, una banda que encaja perfectamente en el universo GravelRoad76: Black Crowes, Allman, Steepwater, Neil Young… “Green Eyes/White Mansion”, un fantástico final, un momento especial. ¿Recuerdas cómo nació? Sí. Es de las últimas canciones que compuse antes de grabar el disco. Bueno, tenía hacía tiempo la melodía del bajo pero no me había puesto a trabajar la canción hasta unas semanas antes de entrar al estudio. Está bastante influenciada por la música de Jason Molina, uno de mis artistas preferidos, y es una canción muy especial para mí. De las que he escrito, quizás mi favorita. Está dedicada a Norma, mi chica, y los ojos verdes son los suyos, la mansión es mi mundo personal, que muchas veces hace que nos distanciemos y pasemos malos momentos... así que la canción es un agradecimiento a su amor, a su apoyo incondicional. Además el otro día un buen amigo, que estaba tomando algo en un bar con una chica, me dijo ‘Me encanta la canción “Green Eyes/White Mansion”...’ y señalando a la chica me dice ‘porque además, ella tiene los ojos verdes...’ y me llegó, porque para mí es una canción muy personal y con mucho significado, así que si también lo llega a tener para otros, mayor satisfacción. De eso se trata, de poder transmitir y llegar a la gente... Suponemos que las familias tienen una importancia capital y serán vuestro apoyo, pero ¿son vuestras

primeras críticas? ¡Nuestro apoyo, sí! ¡Qué paciencia tienen! Pero no suelen opinar demasiado sobre lo que hacemos. Saben que para nosotros es una pasión, una necesidad, por lo que tenemos mucha suerte en ese sentido, la verdad. Salir de Ibiza sabemos que es una tarea complicada, porque tenéis que manejar muchos condicionantes, aunque tenemos entendido que tenéis en mente alguna escapadita… Por lo pronto en agosto vamos a Torreperogil a participar en el Frank Rock & Blues Festival. Nos hace una ilusión tremenda, porque actúan bandazas, y porque nos han dicho otros artistas que el sitio y el trato son una pasada. Y después, para otoño, haremos alguna salida más, aunque todavía no podemos contar nada, pero os iréis enterando... ¿Hay alguna definición para vuestras actuaciones o eso es algo que la peña debería descubrir? Mucha pasión, entrega... No creo que se pueda describir, o al menos yo no sabría, eso lo debería hacer alguien que nos haya visto. Muchas gracias, si nos dejamos algo en el tintero, lo reservamos para un próximo encuentro, que seguro lo habrá.


Uncle sal - you ani't no bluesman

Rock&roll, boogie, swing, soul, blues. Una vez reunidas las canciones que glosarían esta reválida, afrontan la terapia de grupo que supone aislarse en un estudio junto a un aliado como Joan Barbé, que vuelve a ejercer labores de producción. Un disco que resume su experiencia llena de vida, la razón para entender esa “Hard Life” que nos rodea y se desboca con el implacable soplido de una armónica en “Delta Mud” o se conmueve con los bellos arrecifes de coral que podemos adivinar gracias a “Precious One”. Muchos ejemplos como para enumerarlos en cuatro líneas. Tan extenso como este impresionante panorama azul que nos sirve de hilo conductor, tan hondo como las fosas oceánicas que podemos encontrar, tan gigantesco como el tsunami “Soul Shakin’ Woman”, una corriente diabólica de considerables proporciones. Tras la tempestad llega la calma, llega la huida, el encuentro, la compañía, la soledad. El grito de libertad de marcada identidad canadiense y raigambre maña, ibicenca o chicaguense: “Green Eyes/White Mansion”, el desenlace final de Fernando, Francis, Gabe y Sandro. La ceremonia de Uncle Sal.


Maeso venía a la sala Radar de Vigo para deleitarnos con una buena dosis de viejas canciones y esas nuevas que conforman su último trabajo “Somewhere Somehow“, ante un público deseoso una vez más de encontrarse en su camino. El concierto comenzó con un buen puñado de temas llenos de matices jazzisticos y cargado de sutiles melodías, con impresionantes atmósferas envolventes donde tras una pausada base rítmica solamente destacaba la desgarrada voz de Maeso y los sigilosos puntéos de guitarra de Paco Rivas. “Back To Me, Back To You” fue un claro ejemplo de ello, pura improvisación donde las teclas del viejo piano (rescatado del estudio de la sala), contestaban a cada réplica de las seis cuerdas cual si estuviéramos ante una banda de puro blues con sabor a New Orleans. Maeso se sentía cómodo ante ese juguete adquirido del estudio de grabación y el ejemplo claro lo vivimos en ese enigmático final del “Back To Me…” A partir de este instante el concierto tomaría un nuevo derrotero, Maeso se cuelga la guitarra acústica y entre broma y respeto imitando la voz del trovador de nombre Bob Dylan, nos suelta esa maravillosa “Wonder And Wander” nuevamente cargada de pura improvisación y con uno de los momentos de la noche, cuando toda la sala al unísono acompañó al toledano cantando ese estribillo final. Tras ella y sin pausa nos suelta una calmada melodía de cuna, una canción para soñar, perfecta banda sonora para acompañarnos en un viaje solitario a través de nuestra malgastada vida, “It’s Been A Hard Day”, cuyo estribillo se te va clavando cual estaca en el corazón mientras el leslie se encarga de apaciguarnos el profundo dolor. Maeso sabe como contagiar a las masas, decide darle una vuelta de tuerca al show. Ahora la acústica queda reposadamente apoyada a un lado del escenario y se carga a los hombros la eléctrica para comenzar a darnos una buena dosis de distorsión y de la psicodelia. “Someday Maybe Someday” perfectamente aunada a “Must Been Dreaming”, dan constancia de ello, consiguiendo momentos de verdadero éxtasis colectivo entre un público necesitado de decibelios, esos que recibirían directo en plena sien con estas fantásticas visiones de dos de sus canciones más aclamadas a lo largo de los últimos años. Imposible no contagiarse del ritmo marcado por el final de “Must Been Dreaming”. La sala estaba en máximo fervor y mientras el zumbido de las guitarra zumbaban en el horizonte, comienzan a sonar las primeras notas en el teclado de “Keep On Striving”, perfecta canción para dar carpetazo al


concierto y a ese trío de ases con el que cerraba esta actuación: “Someday Maybe Someday”, “Must Been Dreaming” y “Keep On Striving”. Poco después salen de nuevo al escenario y disfrutamos de otro momento de humor, cuando comienza a cantar en castellano los primeros versos de “Hanging On A Wire”. ¿Un disco en castellano? seguro que terminaría en la lista de los más vendidos (reflexionamos en voz alta). Para un instante y vuelven a sonar las primeras notas de este “Hanging On A Wire” para cantarla en inglés, jugando con los tres teclados y consiguiendo un conjunto de sonidos siderales al tiempo que pone al límite la tensión de sus cuerdas vocales, dando continuidad con esa profunda “I Can’t Be True”. Pero no quedaba ahí la cosa, de repente se pone de pie, afloja las cuerdas de su guitarra y de la nada se sacan una versión eléctrica y descomunal de “You Gotta” con una consistente base rítmica acompañando a esas dos guitarras que juegan entre sí a base de efectos y puntéos intercalados de modo magistral por un Julián y un Paco Rivas que finalmente se encuentran face to face, sin ese piano de por medio. El final definitivo del concierto se va aproximando, pero no sin antes aunar fuerzas tanto público como banda en uno de esos momentos que tardaremos en olvidar. Un perfecto punto y seguido, porque volveremos a encontrarnos en el camino. Paco Rivas (guitarra), Paco Bastante (bajo) y Mario Carrión (batería), son sus actuales compañeros de viaje. Es cierto que me habría gustado tener sobre el escenario la presencia de Pere Mallén y esa Gibson distorsionada al más puro estilo Neil Young, pero al mismo tiempo se agradece tener a otro grande como Paco Rivas, la elegancia y sutileza en estado puro.


juliian maeso - somewhere somehow

Maeso es uno de esos que consigue con sus composiciones encoger el corazón. Tan sencillo como darle al play y captar el embrujo de “No Earthly Paradise”, una estructura de trazos bailables y corales que desde el primer minuto invitan a subir a la nave, despegar y observar el resplandor de unas estrellas (“Riding The Stars Above”) caprichosas y sensuales, estrellas que permutan su fisonomía entre los teclados y los metales, estrellas de una constelación (“Long Winter Drama”) descubierta años atrás por científicos como los señores Smith, Russell, Becker o Fagen. Los resultados de un homérico periplo dirección Saturno marcan el rumbo de otro viaje motivador nutrido de delicados detalles envueltos en papel de regalo como “Before They Leave”, o plácidas alegorías sobre la trascendencia de los sueños como “The Road Less Travelled”. La epifanía final es un punto y aparte, “It Can’t Be True”, profunda como el mar, infinita como el horizonte, progresiva, constante, perfecto adiós para esta nueva travesía llamada “Somewhere Somehow”. Un disco sin fronteras.


Recuerdo como si fuera ayer aquella noche en La Iguana Club de Vigo junto a David y Serge Bielanko. Era 2008 y venían a presentar su disco Angels of Destruction donde podrías encontrar canciones como “Wild West Love Song”, “Wilderness”, “Angels of Destruction! o esa divertida “Santos de Madera”, cuyo estribillo todos cantaríamos al unísono en una sala abarrotada. Antes de comenzar el concierto, muchos eran los rumores sobre los problemas personales entre los dos hermanos, así como algunas debilidades etílicas y otros vicios. Pero al contrario de lo que algunos presagiaban en un inicio, el concierto fue un ejemplo de buen hacer y desde el primer acorde hasta el último suspiro existió una perfecta conexión entre banda y público. Al término del show en todos los corrillos se escuchaba lo mismo: “Acabamos de disfrutar una de las mejores veladas rockeras que se vivieron en este emblemático rincón del Rock.” Los hermanos Bielanko para curar sus heridas personales tras esa gira decidieron separarse y seguir caminos diferentes, aunque Marah nunca desapareció del todo ya que Dave se empeñó en mantener la banda en la carretera. Pero el tiempo todo lo cura y finalmente los dos hermanos volvieron a aunar sus fuerzas y regresarían a España a finales del 2016 realizando una serie de conciertos donde dejaron patente que estaban en plena forma y con ganas de revivir el espíritu rebelde de los primeros Marah, pero en esta ocasión sin perder el control. A continuación hablamos os dejamos nuestra entrevista con Serge Bielanko, donde hablamos sobre el pasado, presente y futuro de la banda y de ellos como personas.


La última vez que te vi en directo fue en 2008 con "Angels Of Destruction". ¿Qué recuerdos tienes de esa época? Bueno, en realidad recuerdo esa fase de nuestra vida como un periodo agridulce. La banda en esa época perdió algunos de sus miembros más veteranos y eso fue realmente difícil. Pero aún así, cada recuerdo que tengo de tocar en España (incluso en esa gira), es realmente bueno. Así que a pesar de todo, siempre surge una sonrisa al ir hacia atrás en el tiempo y volver a ese tour. Entonces decides apartarte de Marah. Yo estaba casado por aquel entonces. Me mudé a Utah y allí tuvimos nuestro primer hijo, Violet. Durante ese periodo trabajé en la construcción y me pasé mucha parte de mi tiempo libre pescando truchas con mosca en las montañas. Dos años después del nacimiento de nuestra primera hija, nació Henry. Era momento de dedicarse al hogar. Como ya sabes, soy un hombre de familia. ¿Cómo y cuándo comenzó tu amor por la música y quién os inspiró para uniros y comenzar ese largo viaje juntos en el mundo del rock? Mi hermano Dave y yo fuimos criados en un mundo de rock-nroll. Mi padre tocaba la batería en diversas bandas cuando era más joven y mi madre era un gran fan de la música. Little Richard y The Stones solían sonar en nuestra casa cuando éramos pequeños. Con el tiempo, Dave quiso tener una guitarra para aprender a tocarla. Luego yo quise tener otra guitarra, siempre quería lo mismo que

conseguía Dave (risas). Pasaron los años y nuestro amor por la música creció progresivamente. Era mucho más que escuchar las canciones de la radio, era algo que teníamos dentro de nuestros corazones, un medio con el que expresar todas esas cosas que no sabríamos exponer de otro modo. Incluso a día de hoy, creo que no existe otra mejor forma de expresión verdadera, que la música. ¿Quién nos inspiró? Principalmente tendría que decir que fue nuestra madre quien nos inspiró. Ella siempre fue muy solidaria con nosotros para que pudiéramos tocar. No teníamos dinero y sin embargo se aseguró siempre de que tuviéramos guitarras y cuerdas, pequeños amplificadores y armónicas. Ella nunca nos obligó a renunciar de nuestro sueño, para conseguir un trabajo real. Podríamos asegurar que mi madre es tan responsable del nacimiento de Marah como Chuck Berry, Lou Reed, Hank Williams o cualquier otro. ¿Recuerdas tu primer concierto y tu experiencia al grabar vuestro primer álbum? Mi primer concierto con Marah fue en 1995 en un pequeño club de Filadelfia llamado The Firenze. Y fue una tragedia (risas). Fue terrible. Bebí tanta cerveza que olvidé los acordes de las canciones que habíamos escrito. En uno de esos momentos sobre el escenario intenté tocar la slide guitar, aunque realmente no tenía ni idea de como hacerlo (más risas). El resto de la banda era muy buena, pero yo no. Al recordarlo ahora me rio de ello, pero en el momento estaba seguro


de que no pisaría otro escenario en toda mi vida. Lo que es seguro, es que de momento seguiré sin tocar una slide guitar (risas). Nuestra primera experiencia grabando fue algo mágico. Grabamos el primer disco, Let's Cut the Crap y Hook-Up Later On Tonight, encima de un garaje de coches en South Philly con nuestro amigo / productor, Paul Smith. Era un genio, un científico loco y nosotros estábamos hambrientos como el infierno, por crear algo diferente a lo que habíamos oído antes. Nos llevó casi un año poder hacer esa grabación real, usábamos una pequeña mesa de 8 pistas, donde realmente sólo 7 funcionaban correctamente (risas). Fue un trabajo lleno de amor y nos divertimos muchísimo. Probablemente esta fue la mayor experiencia que cualquier chico de 20 años ha tenido a lo largo de la historia del mundo. Pasan los años y Marah termina siendo para muchos un grupo de

referencia, pero ¿qué bandas han sido pilar fundamental para crear el sonido Marah? Es imposible enumerarlos a todos. El gran número de bandas y artistas que influyen en cualquier otra banda o artista debe ser casi infinito, o así lo creo. Si sólo tienes tres, diez o incluso cincuenta, entonces sólo tendrás cincuenta ángulos de sonido y amor en tu álbum y en tus canciones, ¿sabes a lo que me refiero?. Tanto a Dave como a mí, nos encantó todo, desde Frank Sinatra a AC / DC, de Billie Holiday a Blind Lemon Jefferson y The Nils. Adorábamos a los Pogues. Amamos a Bill Monroe & His Bluegrass Boys, The Cure, Oasis, la música gitana, el Jazz, Steve Earle…. Nos encanta el sonido de los camiones rodando por la calle en medio de la noche, los perros ladrando, los amantes discutiendo entre si, el canto del pavo, Louis Prima, Loretta Lynn, Lemmy. Todo sonando a la vez.


No podemos obviar que Dave y tu habéis pasado por situaciones difíciles, como en toda relación familiar y profesional. ¿Estáis en este instante en uno de vuestros mejores momentos de la vida? Estoy seguro que sí lo estamos. Vivimos cerca uno del otro en el campo, en medio de las montañas. Tenemos niños en nuestra vida todos los días, mi hija Violet de 8 años y mis hijos: Henry de 6 y Charlie de 3, y eso es algo muy especial para los dos. Dave pasa mucho tiempo con ellos y él es un tío fabuloso. Todos vamos a nadar o pescar juntos. Hacemos picnics y los comemos en los parques, jugamos al béisbol bajo los rayos del sol. ¿El mejor momento de nuestras vidas? Sí, sin lugar a duda. Vuestra música va en sintonía con vuestro estado emocional. Sabiendo que estáis en un gran momento personal ¿Podemos esperar el regreso al estudio de grabación? Mientras hablamos, Dave y yo estamos preparando todo para un nuevo álbum. Hemos estado escribiendo nuevas canciones y hablando sobre hacia donde queremos dirigirnos. Paul Smith, nuestro productor en los dos primeros discos, volverá a trabajar con nosotros y estamos emocionados por ello. Además, esta versión de nuestra banda es la mejor que jamás haya existido. Así que cualquier disco que hagamos, cuando finalmente lo hagamos,

creo que será uno de los mejores discos que jamás alguien haya hecho. En cuanto lo tengamos, probablemente nos dirigiremos en nuestro coche hacia la puesta del sol con una buena cantidad de dinero y nuestros polos de pesca puestos. Adiós para siempre. (risas) Resides en Pensilvania junto a una gran comunidad Amish. ¿Como es tu vida fuera de los escenarios? Mi vida aquí en la Pensilvania rural se basa principalmente en las tareas de padre. Me encanta estar con mis hijos y los tengo conmigo todo el tiempo. Cuando no estamos juntos, escribo. Estoy trabajando en un libro. Escribo artículos en Internet sobre los niños, el divorcio, el amor, el ser padre y el corazón. Por otra parte, Dave cocina mucho y toca mucha música solo en su casa. Él cuida sus cabras y yo riego mis flores (risas). Es una vida más simple, incluso a menudo es difícil conseguir algo de lo que necesitas. Esta vida es dura a veces, pero la amo y vale la pena. Los Amish son como un retroceso en el tiempo. Ellos tienen una vida muy privada pero siempre muy respetuosos y por aquí son sólo nuestros vecinos. Todos nos llevamos bien. Siempre nos saludamos cada vez que nos cruzamos en el camino con unos de esos viejos carruajes tirados por caballos. Sin embargo, nunca llegamos a verlos en nuestros conciertos. Así que me imagino que no saben una mierda sobre buenas bandas (risas).


Volviendo a esa gira de 2008, nunca olvidaré la gran fiesta que vivimos y ese momento en el que todos cantamos juntos Santos de Madera. ¿Que significa España para ti y que me puedes contar sobre Santos de Madera? España significa mucho para mí. Es una tierra donde muchos han acogido con los brazos abiertos a nuestra banda y donde mucha gente también nos ha abrazado como seres humanos. Hemos hecho muchos amigos, gente a la que amaremos por el resto de nuestras vidas. Hay una cierta magia en España, algo atemporal y difícil de explicar. La encuentras en la noche cuando la gente se encuentra en los bares o camino a casa tras un día de trabajo. Cuando al mediodía cruzamos extensos campos y un granjero solitario fija su mirada en nuestra furgoneta su paso. La sientes en esos clubs cuando tocamos, donde la energía de los fans españoles hacen que cada noche sea especial. La encuentras en el mar y en las montañas del norte. La sientes en el vino y en el jamón. No sé lo que significa España para mí, sólo sé que significa mucho. Santos de Madera fue una canción que escribí sobre la primera vez que visité Zaragoza. La escribí antes del álbum AOD, por lo que probablemente sería en 2006 o 2007. Estoy muy orgulloso de esta canción. Pensé que necesitábamos una melodía que nos uniera para siempre con España. Y lo hicimos. Y ya que hablamos de música en directo. ¿Quiénes son los actuales músicos que componen Marah? David Bielanko, Adam Garbinski,

David Petersen y Mike 'Slo-Mo' Brenner. Todos ellos son geniales, leen un montón de libros y conocen bien su música. Cada uno de los chicos de nuestra banda tiene una mente muycreativa y un maldito corazón inmenso. Son padres, tíos e hijos y los instrumentos musicales que tocan reflejan una parte importante de lo que realmente son como seres. Marah es una banda de magníficas personas y grandes visionarios. Me encanta todo esto. Vuestro paso por España ha sido todo un éxito. ¿Tenéis pensado volver con un extenso tour? Hicimos una gira por España en octubre del 2016 y era la primera vez en mucho tiempo. Fue excepcional. Nos lo pasamos muy bien. Espero que podamos hacerlo de nuevo, con un montón de conciertos de nuevo y lo antes posible. Supongo que lo haremos definitivamente en 2018. Ya no podemos estar lejos de España. El mundo se está rompiendo en mil pedazos y cada vez queda menos tiempo, así que mejor pasarlo donde uno es feliz. Para ir terminando: ¿Cómo describiría Serge una de esas noches sobre el escenario? Mágica. Agotadora. Cruda. Inteligente. En un palabra, define Marah. Sexy


Si bien la relación musical de David Lowery y Johnny Hickman se ha mantenido en sus veinticinco años de existencia, los hermanos Bielanko han tenido sus épocas de alianza y desavenencia. No vamos a convertir esto en un espacio para el cotilleo rancio, pero de todos es conocida la ruptura sufrida en 2008 que felizmente desapareció años más tarde. Estamos aquí para hablar de las bondades que adornan a las dos formaciones, su eficacia y su extraordinario comportamiento en las distancias cortas, porque esa es otra de las características de todos ellos: su fortaleza escénica y su amplio abanico sonoro que les sitúa en tantas escenas como puedas imaginar. Uno sigue defendiendo el rock como argamasa para construir ambos planetarios, ya que embutir por ejemplo a Marah en un traje tan ajustado como el folk o limitar a Cracker en una parcela como el country encuentro tan recurrente como innecesario. Autores unos de obras del calibre (caso de estos últimos) de “Kerosene Hat” -¿quién no ha sucumbido ante la belleza de “Euro-Trash Girl”?- y otras muchas que no desmerecen su crossroads de armonías y melodías como “Gentleman’s Blues” o “Greenland”, o creadores otros de álbumes como “Kids in Philly” (nos referimos a los primeros), una selecta miscelánea de relatos que mostraba a unos hermanos seguros, capaces y voraces, y discos como “Angels Of Destruction!” con el que llegaron a acariciar el cielo con las yemas de los dedos, sin embargo supuso ese momentáneo choque de trenes mencionado anteriormente. Dos bandas, Cracker y Marah. Dos parejas, Hickman y Lowery, Serge y Dave Bielanko. Una gira paralela que tendrá su punto más álgido la noche ambas bandas que compartan el mismo escenario en el Kafe Antzokia, concretamente el seis de mayo.



No dejamos pasar la oportunidad de ver en directo a este inmenso trovador que el año pasado obtuvo unanimidad en juicios y opiniones sobre una obra que permitía prever su enorme potencial gracias a un título revelador: “These American Blues”. Un trabajo nostálgico, audaz, cuidado y orgulloso por el legado de los doce compases, la esencia, el blues. Unas arenas movedizas que te absorben e inmovilizan, unas delicadas melodías que adquieren otra dimensión cuando tu epidermis se altera. Una excitación, una sensación de paz y lucha interior difícil de evitar. Con una exigua demora respecto al horario previsto, suben al tablao del familiarmente conocido como Antxiki Levi y sus compañeros de aventura entre palmas y ovaciones; un breve saludo y al tema. El ritmo creciente “Central Time” es el encargado de abrir la caja de Pandora, donde tus pies marcan consciente o inconscientemente el compás de una canción tabernaria, expeditiva, desafiante, perfecto prólogo para provocar los primeros brincos cuando aparece “These American Blues”, los primeros coros, las primeras muestras de sorpresa por la solvencia y eficacia de Paul Benjaman en las seis cuerdas, un tipo que ofreció una extraordinaria master class. Solos estratosféricos, ritmos picantes y slides salvajes sin pedales ni historias. A pelo. A mano. Todo acompasado con una diestra espectacular, un fingerpicking que sacaría los colores a más de una starlete. Descanso, tranquilidad, armonía, amor, “Love Comes Around”. Una historia sentimental que encoje el alma y pone en alerta en su versión directa. Una estructura compacta como una formación que a pesar de algún incómodo murmullo carente de diplomacia coquetea constantemente y solicita la colaboración del público con “Wrong Way To Hold A Man”, un cántico que emerge de la tierra y recuerda melodías nativas gracias al preciso ritmo de Dylan Golden Aycock en los tambores, la cadencia de Jordan Hehl al bajo y la épica de guitarras que conducen al precipicio.


Solemne, tántrico, ceremonioso. Todo cobra significado sobre el escenario, todo parte del sentimiento, se perpetúa con la misma emoción y constatas la entidad, la identidad y la naturalidad de unos tipos orgullosos de sus raíces cuando te paralizan con “Held In High Regard”, un rapapolvos en toda regla en el que Parham se cuelga la eléctrica por primera vez, llegando más tarde a otro de esos momentos en los que la mente se evade: “Waiting Game”, una dulce serenata que crece, prospera y finaliza en un homérico desarrollo a cargo del omnipresente señor Benjaman. Para enmarcar ese slide. Para enmarcar la actuación de un cuarteto que llora soul, respira country, siente blues, baila rock&roll y ofició una velada donde los relatos ganan en profundidad. Se transforman. Evolucionan, se renuevan; “Badass Bob”. No podemos decir más. No podemos sino recordar la penetrante y ronca voz, los diálogos a doce cuerdas, la huella de Pomoma y la confianza de un caballero oriundo de Oklahoma que nos sedujo con su música, su poesía y su melancolía. Lamentablemente se aproximan los minutos finales, pero en esta ocasión ese final lo has de escribir tú. Lo debes descubrir con “I’m Behind Ya”, sentir cantado “Chemical Train”, intuir prestando mucha atención a “All The Ways I Feel For You?” o experimentar con “Two Cookies”. Lo debes intentar.


Speedbuggy Usa es una banda sobradamente conocida por todos nuestros lectores. Proceden de Los Angeles y vienen comandados por el gran Timbo, un frontman capaz de encandilar con su presencia a cualquier amante de Elvis y con su música a los fans de sonidos country, bluegrass, punk, rockabilly y por supuesto rock&roll de la vieja escuela de los 50. La historia de Timbo está llena de situaciones críticas a lo largo de su vida, zancadillas de ese destino que justo antes de comenzar sus últimos preparativos antes de salir para Europa, le vuelve a azotar con un incendio arrasando completamente su hogar. Pero a pesar del desgraciado suceso, gracias a la ayuda de sus buenos amigos vuelve a remontar el vuelo, y aunque en un primer momento parecía que la cancelación de la gira sería inevitable, finalmente ha cogido suficientes fuerzas como para retomarla con más ganas que nunca. Así que durante el mes de Abril y Mayo (en España), tendremos el privilegio de poder disfrutar en directo de una de la bandas más underground del planeta, Speedbuggy Usa. Vendrán a presentar “Kick Out The Twang”, su disco más completo hasta la fecha, un álbum que hará las delicias de los amantes de los sonidos de raíces, Honky Tonk, country rock, rock&roll 50 y sobre todo del sonido Speedbuggy USA. Pero mejor que sea el propio Timbo quien nos hable sobre todo ello.


Esta gira estuvo a punto de cancelarse por el incendio que arrasó tu casa. ¿Como viviste esa situación y que te ha motivado a seguir hacia delante con la gira? Sufrir un incendio en tu propia casa es una experiencia verdaderamente desgarradora y extremadamente estresante. Pero no se puede retroceder en el tiempo, uno siempre debe mirar hacia delante, coger fuerzas y seguir luchando en la vida. Gracias a Dios nadie sufrió daños personales. Durante el incendió agarraba cualquier cosa que podía salvar de las llamas. Tuve la suerte de poder guardar mi guitarra Gretsch White Falcon de 1960 que me regaló Stephen Stills (Crosby, Stills, Nash & Young, Buffalo Springfield…). También pude salvar la mayoría de mis instrumentos, pero perdí todo los ordenadores con todos los archivos, un montón de fotos, muebles, etc, etc. Perdimos todas las ilustraciones que teníamos preparadas para sacar Kick Out The Twang. El día del incendio mandábamos todo para la impresión del CD y el vinilo, y gracias a nuestros buenos amigos pudimos juntar todas las ilustraciones en un flash. Mi amiga Pamela Esposito de www.pamespositodesign.com se encargó inmediatamente del trabajo gráfico para el CD, y Rich Leal de Stay Loyal en Los Angeles hizo el trabajo artístico para el vinilo. ¡Estoy listo y con ganas de ir a Europa para daros el mejor espectáculo que verán este año! Vuestra última visita a España fue en 2013. ¿Algún cambio desde entonces?

Creo que esta es nuestra cuarta o quizás quinta visita a España. Hemos sufrido algunos cambios de miembros a lo largo de los años, pero la base principal de la banda siempre ha sido la misma. Siempre avanzando con la escritura y la música sin tener miedo del cambio. Y darlo todo en nuestros shows. Tras escuchar “Kick Out The Twang” creo que estamos ante vuestro trabajo menos Cowpunk y más Roots. No creo que hayamos abandonado realmente el lado Cowpunk de SpeedBuggy, o al menos en la energía de nuestros shows en directo. Nuestro nuevo álbum “Kick Out The Twang” es un álbum de rocking roots como bien dices, donde tocamos de todo: desde rock’n’roll, Cowpunk, country, bluegrass y Rockabilly, con un guiño al gran Joe Strummer. ¿Dónde fue la grabación y por qué “Kick Out The Twang”? El disco fue grabado en Los Angeles (California) concretamente en los estudios Hijack Recording, producido, mezclado y masterizado por el guitarrista de SpeedBuggy, Mr Seth. Me surgió el nombre mientras escuchaba “Kick Out The Jams” de MC5. Los discos de Speedbuggy como este “Kick Out The Twang” tienen mucha esencia rockera.


Los 90. Sin lugar a dudas fue un gran momento, hicimos muchas giras en los Estados Unidos, y la mayoría de las canciones se tocaban con una velocidad vertiginosa, queríamos estar al día con NOFX, Bad Religion y otras bandas punk con las que tuvimos el privilegio de tocar y salir de gira. En este nuevo tour traemos preparadas algunas de esas viejas canciones “Get Around” aún tiene ese olor punk.¿Sobre que trata? “Get Around” es una canción sobre alguien que no se preocupa por nada ni nadie de los que tiene a su alrededor y conduce su vida directamente hacia un hoyo bajo tierra. Háblanos de tus influencias, tu primer disco, tu primer concierto… Estoy influenciado por una amplia gama de artistas. Me encanta la música de los años 50, Elvis, Little Richard, Hank Williams y Jerry Lee Lewis, la música de los 60, The Stones, Creedance Clearwater Revival, Buck Owens, The Who. De los años 70 me encanta The Clash, The Jam, etc… La lista es tan grande que es difícil para mí recordar todos. Escucho tanta música, amo el country, rock and roll, rockabilly, punk rock. El primer disco que compré sería uno de Johnny Cash o un disco de Sammy Davis Jr. , hace tanto tiempo que ni siquiera me acuerdo (risas). El primer concierto al que fui fue en el Grand Ole Opry donde vi a Conway Twitty y Earnest Tubb. Tus letras hablan sobre el día a día, las desgracias personales… ¿Cómo vives la era Trump?

Escribo sobre el trabajador y los problemas que todos tenemos. Escribo sobre alcohólicos, drogadictos y criminales. Escribo sobre la esperanza perdida y el estar en el final de tu vida. No escribo nada sobre política, pero creo que el mundo siempre ha tenido problemas para tratar a las personas de manera justa y compasiva, desde el pasado hasta el presente. Creo en un mundo de amor. ¿Cómo es la vida de Timbo fuera de los escenarios? Mi vida es como el Libro de Job, excepto que todavía no tengo lepra (risas). Pero podría ser peor… Podría ser como el Libro de las Revelaciones. Volviendo al tour, ¿qué músicos te acompañan y qué esperas de esta gira? Estoy realmente emocionado por esta gira. Traeremos con nosotros un buen número de nuevas y viejas canciones, y un montón de nuevo merch para vender. La banda en esta gira se compone de Jamie Dawson, Seth Von Paulus y Max Porkrib. Te deseamos mucha suerte… ¿Algún mensaje final para nuestros lectores? ¡¡¡¡No te pierdas nuestros conciertos!!!! Te traeremos el espectáculo más grande de la tierra, un verdadero rodeo del Oeste Salvaje, caballos, búfalos, vaqueros, indios, trenes de carruajes, peleas, disparos, y un montón de otras cosas que ni siquiera puedo mencionar (risas). Ah, y por cierto, Speedbuggy USA estará tocando (risas).



Buena asistencia para el concierto que Joanne Shaw Taylor ofreció en Azkena Bilbao, en lo que sería su estreno del fugaz periplo peninsular que le llevaría posteriormente a Madrid y Barcelona.Comenzaba el show de Shaw. Iniciaba con la apertura de su última obra. Abría con un aperitivo llamado “Dyin’ To Know” que parece entusiasmar a unas primeras filas colmadas de cámaras fotográficas y demás dispositivos prestos a inmortalizar el instante. Tras la alegre introducción a ritmo de boogie y los primeros aplausos, la británica recuerda que viene con muchas ganas y nada que perder (“Nothin’ To Lose”), banda sonora perfecta para coger carretera y gritar libertad, meditar o caer rendido ante el poderoso desarrollo tantas veces imaginado y por fin disfrutado en vivo. Echamos de menos los ecos femeninos que aparecen en la grabación de “Wild”, pero para eso estaba el personal contribuyendo con la coral. Primer cambio de Telecas en “No Reason To Stay”, primera plegaria perfectamente acompasada por sus eficaces compañeros: Luigi, el acróbata de las cuatro cuerdas que se entregó en todo momento, Drew aportando continuidad y profundidad con teclados, guitarras y voces, y Oliver, el atrincherado del conjunto tras un enorme metacrilato y sus plateados tambores.


A esas alturas los asistentes ya tenían cogido el pulso a una actuación que transita entre el shuffle texano y el sonido de Chicago, entre los malditos (benditos) doce compases y sugestivos ritmos bailables. Entre inmensos acantilados (“Diamonds In The Dirt”) y ardientes melodías (“Watch ‘em Burn”), maravillosa oportunidad para volver a quedar cuasi petrificados con la destreza de Joanne a la guitarra, estupenda ocasión para ceder nuestra privilegiada posición y disfrutar el concierto bajo otro punto de vista. Retrocedemos con la mirada centrada en el escenario y sabedores que desde esa perspectiva puedes captar detalles que desde las primeras filas se escapan. Estampas, figuras, recuerdos. Añoranzas, suspiros, alientos. “Time As Come”, otra pieza que transporta a un onírico vergel conducida no sólo por la salvaje guitarra, sino por la dulce voz de Joanne que somete a la audiencia con continuos desafíos. Puntualicemos. Algunas veces bien recibidos, en otras se podían adivinar ciertos semblantes de hastío. No pasa nada, nosotros siempre transmitiremos las buenas vibraciones, la sensualidad, el ímpetu. El compromiso, la pasión. Siempre dispuestos a “Ready To Roll”, una purga que hostiga y obtiene la respuesta de un complaciente público en constante movimiento, pudiendo apreciar desde el nuevo puesto de vigilancia la indómita marejada producida por brazos y cabezas. Sabíamos que se acercaba el final de una provechosa velada, y “Tied & Bound”, una crepitante espiral que nos enganchó años atrás (en esta ocasión perteneciente a “Almost Always Never”) hace acto de presencia. Vigor, sudor, ardor. Majestuoso Drew con unas espirituales teclas, solemne Joanne con una intensa y abatida guitarra. Una solícita Les Paul que emociona y consigue el griterío de un personal en gran parte rendido ante el pundonor de una banda que por momentos muestra el cansancio de una gira que, al igual que el día de autos, está llegando a su conclusión, y para ello nada mejor que finalizar con “Goin’ Home”. Su bienvenida al mundo del rock utilizada como despedida. Otro incipiente boogie para coger carretera. Otro ritmo para soñar con Joanne.



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