Tangente 27, julio 2011

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>> Fotografía “Rupa Marya” voz y guitarra de Rupa & The April Fishes. Cortesía Rupa & The April Fishes Press.

Danza vital

Tándem Estudio

Desprogramarse

Poética del ciberespacio

Ni puta ni ingenua

La Zona Rosa ya no es la noche

Rupa & The April Fishes

Música para tontos o pescados

TOCATUVIDA. Año 3, N° 27, JULIO 2011, Magazine DE distribución gratuita , México


tocatuvida.com

EDITORIAL DIRECTORIO Dirección editorial Rodolfo Villagómez Peñaloza rodolfo@tocatuvida.com

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Anticlichés aturaron de dia da mentira, chotearon día de los inocentes y april fool’s day: cómo decirles a los show man y girls de la política del bisne que son de hueva y con sus alucinadas juergas diarias sólo desperdician espacio y tiempo de este planeta humano. Precisamente, desechando el lugar común: Siendo conscientes pescadillos de abril, como Rupa & The April Fishes; sintiéndose, a manera de comentario social y político, “gente que no cree en la realidad tal como se la presenta un orden superior”, sino en la suya propia. Vagabundear por un jazz manouche que cuenta las andanzas de la comunidad gitana o por las ragas indias con su nomenclatura de horas y de días marcando el compás de la respiración, jugando a la improvisación con elementos escasos que, sin embargo, saben a historia, a tradición vigente del espíritu. O, poética del ciberespacio mediante, no dejando que el mundo cambie, sino diciendo algo para que pueda cambiar, para hacer el mundo hermosamente salvaje. Desprogramarnos del viejo código de la acumulación --acumular poder, acumular riqueza-- que nos ha llevado al suicidio cotidiano, repetitivo. Saber que Joaquín ama a Cuba y no si viceversa, pero que en todo caso para el turista revolucionario la Isla es un tremendo fracaso histórico y Guillermo Cabrera Infante estaba muy equivocado cuando dijo tantas y tantas veces que Fidel había acabado con la idiosincrasia de La Habana que ahora canta a Sabina. No tomar una, metafóricamente parafraseando a Torri, sino mil copas de vino para ser felices siempre y apostarle a un “arte social”, a la danza como propuesta de vida y no de muerte, igualito que Tándem Estudio. Sumergirse en el ritual del desayuno de los menonitas chihuahuenses de alemán sonoro, recreado por un Carlos Reygadas que en su largometraje Luz silenciosa no le apuesta ni a la violencia, ni al cliché. O deambular como emo, hipster o burócrata en una Zona Rosa ni tan roja para ser puta ni tan blanca para canonizarse santa, pero eso sí, diría el máster Antonio Aguilar, siempre sincera: Reforma 222. Seamos anticlichés.

Coordinador editorial Renato Galicia Miguel renato@tocatuvida.com Música Fabián Aranda Calderón de la Barca fabian@tocatuvida.com Colaboradores Arturo Ríos Renato Galicia Miguel Almohada Carnívora Profe GomezLoza Hank Karina García Carmona Rodrigo Villegas Ruster Zahir Manuel Díaz editorial@tocatuvida.com Diseño Raúl Jiménez raul@tocatuvida.com Publicidad Javier Villagómez Peñaloza javier@tocatuvida.com Finanzas Carlos Salazar Ronces carlos@tocatuvida.com Ventas Lizeth Jaramillo lizeth@tocatuvida.com 55.137.055.82 Información editorial@tocatuvida.com ventas@tocatuvida.com Tel. 55.563.714.02 México, D.F. Año 2, N° 27, julio 2011. Tangente toca tu vida® es una publicación mensual editada y distribuida por Imaginario Colectivo/ Agencia de Comunicación. Editor responsable Javier Villagómez Peñaloza. Reserva de derechos de autor: 04-2010081319222100-102, Certificado de licitud de título en trámite, Certificado de licitud de contenido en trámite, ante la Comisión Calificadora de Publicaciones y revistas Ilustradas de la Secretaría de Gobernación. El contenido de los artículos firmados no refleja necesariamente la opinión del editor. Los artículos contenidos en esta publicación, con excepción de las imágenes, podrán ser reproducidas siempre y cuando se cite la fuente, solicitándolo previamente por escrito al editor. Tangente toca tu vida® no realiza intercambios de publicidad, ni acepta cortesías a cambio de reportajes, garantizando un punto de vista independiente. Tangente toca tu vida® investiga sobre la seriedad de sus anunciantes, pero no se responsabiliza por las ofertas o informaciones expresadas por los mismos. www.tocatuvida.com


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Prét-à-penser

Tik tok >>Renato Galicia Miguel

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l mejor crítico literario que he conocido no es ni Emmanuel Carballo, ni Gabriel Zaid, ni Christopher Domínguez Michael, ni Juan Domingo Argüelles o el santo de su devoción de usted, amable lector, sino un espontáneo de la librería La Proveedora Escolar de la ciudad de Oaxaca. Cuando en la mesa de novedades de los Auster, Fadanelli, Velasco y demás, vi los libros de dos poetas locales, nativo uno y mexiquense residente ahí otra, le pregunté al empleado más cercano:

>>Ilustración “Head case” por net_efekt bajo licencia de CC en Flickr.

¿Cuál se ha vendido más? --Ninguno—contestó convincente. Tú sí eres crítico literario-- reviré, y soltó la carcajada. Igual me sucedió ahora que en un programa del 96.1 les preguntaron a un niño y una niña de 12 y 13 años que llevaron un curso de radio su opinión del medio en México: --No escucho radio—dijo la una. --No me gusta que en el radio pasen tanto comercial—agregó el otro. Más contundencia, imposible. Aunque excepciones siempre hay como confirmaciones a la regla, en las estaciones de la radio mexicana ya no pasan música, ni difusión cultural, ni entretenimiento, sino comerciales disfrazados de rolas, consejos, rollos terapéuticos, fanatismo deportivo, pedante erudición, crítica chacotera, espots electoreros, no-

ticias y la peor publicidad, por eso nadie las escucha, aunque las tengan sintonizadas todo el tiempo. Salvo Horizonte 107.9, Opus 94.5, Radio Ciudadana en el 660, la anarco pirata la Ke Huelga que a cierta hora puede oírse en el 102.9, Radio UNAM en el 96.1 y 860, Radio Educación en el 1060, el Politécnico en Radio en el 95.7 y UAM Radio 94.1, las otras estaciones son publicidad pura, si no cree, dele una vuelta al cuadrante: “Tik-tok’: Kesha... ‘boom-boom-boom’: Black Eyed Peas… ‘siete maneras de incrementar el entusiasmo, un abrazo al corazón’: www.adrianaparamo.com... ‘oh, oh, oh, is magic, you know’: Selena Gómez… ‘Messi tiene problemas con sus compañeros, no salió bailando con Shakira’… ‘que viva el amor de enero a diciembre’: Tito El Bambino… ‘ey, ey, ey, México, qué bonito’: 97.7, ‘La número uno en éxitos’… ‘tú vas al súper o a la Comer”… La radio mexicana tiene estrategias comerciales tan cínicas como las de las editoriales de libros de superación personal, los cuales, como dice el escritor Emiliano Pérez Cruz, quien en su momento rechazó publicarle a Carlos Cuauhtémoc Sánchez Un grito desesperado, son de autoayuda pero para el propio autor y los sellos que los venden. Los sellos de superación personal realizan estudios de mercado para sondear las carencias emocionales de las personas, luego encargan a los “negros” que redacten un libro sobre el tema con más potencial y al final añaden la firma que más vende. El jueguito se confirmó cuando, ante el acoso de los reporteros, uno de los gurús bestsellerianos del orbe reconoció que no había leído su última novela, y a nivel casero lo corroboré cuando me enteré que en equis editorial uno podía no saber absolutamente nada de yoga, pero investigar del tema en la biblioteca e Internet, escribir el posible best seller, titularlo Relajación oriental / Cómo vivir 132 años, firmarlo como Esthate Thranquilo y ganarse limpiamente diez mil pesitos. Además de la conocida payola –el entre, la mordida, para que programen una rola-, en las estaciones de radio repiten inmisericordemente los comerciales y las canciones a fin de transmitir no sólo el mensaje-producto sino el prét-à-penser --como dirían Ignacio Ramonet y Noan Chomsky de las noticias, que también son comerciales, faltaba más--, es decir, lo que hay que pensar de él, que en este caso es única y exclusivamente una sola cosa: consumirlo. La peor de todas es “Alfa 91.3 de Toño Esquinca y la muchedumbre”, que mil veces vocifera “más variedad, mucho más música” y programa todo el día tik-tok-tik-tok-tik-tok-tik-tok…


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PASITO TUN-TUN

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>>Fotografía “Ni puta ni ingenua” por Rodolfo Villagómez Peñaloza.


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PASITO TUN-TUN

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Ni puta ni ingenua

La Zona Rosa ya no es la noche >>Hank editorial@tocatuvida.com

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esde que las familias venidas a menos de la colonia Juárez decidieron abrir las puertas de sus mansiones porfirianas y ofertar sus pertenencias, la Zona Rosa inició su declive hacia la boutique, el restaurante y el salón de belleza. Con el tiempo se maquilló de intelectual y cosmopolita, y entonces Pita Amor recitaba sus poemas mientras caminaba por Londres o Amberes; algunos intelectuales comentaban La región más transparente en el café Lautreac o en el Hotel Geneve; los juniors experimentaban su lado femenino a bordo de Mustangs y las señoras nice conversaban sobre la obra de Felguérez o visitaban la galería Cristóbal. A mediados de los años sesenta, la Zona Rosa era, en palabras de Vicente Leñero: “la pequeña metrópoli provinciana, el barrio más ingenuo, más esnob, más amanerado y más frívolo… La región más de dientes para afuera de la ciudad de México.” Hoy en día, lo más ostentoso que tiene es un centro comercial al que denominan Reforma 222. Por sus calles deambulan oficinistas ávidos de engullir comida chatarra, amanerados románticos y estudiantes de academias patito que buscan ropa y juguetes en la sexshop o un buen pozole en la siempre atestada Casa de Toño. La Zona Rosa ya no exhibe su árbol genealógico; sabe, está cierta, que su malinchismo y altivez se mudó a otras colonias como la Condesa o la Roma, en donde los jóvenes alternativos toman cursos de arte en Casa Lamm, antes de echarse unos buenos mezcales en el Redfly. Durante una década, la noche de la ciudad de México se vivía en Londres, Amberes, Niza, Hamburgo, Génova y Liverpool. El alboroto se concentraba en

esas calles de la zona rosada: comercios, tiendas, librerías, cafeterías, bares, restoranes. Los juniors que iban a estudiar francés o inglés escuchaban un pésimo jazz y una que otra baladita, jamás música norteña o tropical. Quién iba a imaginarse que con los años, emos, skatos, otakus, hipsters, gays, lesbianas, punks, góticos y burócratas asaltarían el lugar y lo llamarían el espacio de la diversidad, la zona del respeto, el sitio donde puedes perrear, bailar salsa, merengue, tropical y hasta sentirte Ramón Ayala o Cornelio Reyna y cantar en Las Bohemias “los dos estamos idos de la mente”. Los políticos ya no pactan las elecciones en el Bellinghausen, los empresarios no cierran negocios en el Delmonico’s, los perfumados gigolós ya no van a la esquina de Amberes y Londres a ver a quién ligan. Los banqueros se mudaron a Santa Fe y su lugar lo tomaron las cajeras que se comen cinco de pastor con tortilla de harina en El Trompito o en La cochinita rosa y se arreglan el cabello con Enrique Bricker. Londres, Amberes, Niza, Hamburgo, Génova y Liverpool, la ciudad de México ya no concentra la noche en ustedes y aún así, en sus recovecos, los microempresarios compran calzones en By Under, el oficinista cincuentón se faja a su compañera de escritorio frente a las Pizzas Buga, el guía de antros ofrece los mejores lugares por la módica cantidad de cincuenta pesos o de ciento cincuenta si quieres ir al misterioso Cheong Ki Wa, el karaoke de los koreanos, y las chicas, que son chicos, mientras piden su martini en el Solid Gold, presumen su talento de escotes prolongados y minis morbosas. Sin ser lo suficientemente puta para ser roja, ni lo suficientemente ingenua para ser blanca, la Zona Rosa no desconoce su desaliñado look de nuevo siglo.


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miss elánea

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Desprogramarse

Poética del ciberespacio >>Rodrigo Ruster

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rimer acto: acostumbrémonos a leer o escuchar perpetuamente el siguiente enunciado: “Poesía es…” Así, incompleto siempre; ya que si en algo se han esforzado en forma inconsciente numerosos poetas y escritores al ejercer su noble oficio es en corroborar la imposibilidad de definir la poesía. Segundo acto: lo común es que la poesía sea una actividad exclusiva de presentaciones delicadas y somníferas. De galerías o librerías elegantes donde los poetas leen y el público escucha. Donde ellos ofrecen y el público compra. Tercer acto: en el ciberespacio no hay presentaciones, tampoco definiciones, pero la poesía ha encontrado una guarida. ¿Cómo podría llamarse esta obra? ¿Para qué sirve la poesía? En el principio fue el verbo, el que trasciende las barreras de lo real y de lo que no para darles nombre. Poesía. Canto de colores y sensaciones. Pintar el vacío de pájaros e ilusiones. Quebrar la razón y su cadena con delirios armoniosos y puntas de sagrado hilo. Parece que la poesía está en crisis, otra vez. Otra desde siempre. Sofía no la quiere. Le pide desconfiar del mundo. Son sólo sombras sus pinturas. Que el camino es duro. Que una esencia no es regalo. Que mire, observe, mire. Que piense, piense, piense. Y que la palabra nunca será mentira porque es moneda de la razón. Filosofía. Poesía y Filosofía. Como un hermoso ensayo de María Zambrano. Pero ella nunca conoció el ciberespacio. No conoció esa casa donde la poesía no paga alquiler, que ofrece la puerta abierta. No hay llave ni etiqueta mientras un poeta escriba-lea. Ahí se escucha la misma voz de los poetas. De un Gelman o del Mayor Sabines. Su ritmo pausado, la emoción que los rebasa. La red combina los lenguajes, un hipertexto, un vínculo video es y así… La puerta abierta para los que quieran escribir, la autopista hecha para encontrar, para quien quiera derribar el primero de los muros. El hipertexto es el nuevo caballo que va a todas partes. Adelante para todos y todas partes. La poesía al servicio de quien apriete el gatillo. Hemos llegado a la supercarretera de la poesía, y en ella, algunos poetas guiados por sus recuerdos y sensaciones más internas, recorren ese camino virtual de imágenes. Entrañable o lo contrario, la poesía se ha hospe-

dado en este nuevo siglo en la atmósfera del cibertexto bloguero y sus distintas posibilidades multimedia. Un inquilino de estas coordenadas en la ciudad de México es Yaxkin Melchy, poeta universitario o universitario poeta del universo electrónico, quien resguarda su propio espacio en y mantiene una red donde se articulan varios poetas, libros e impulsos culturales emergentes. Yaxkin ha usado la espada de la imaginación para encontrar rutas en este laberinto de algoritmos y palabras y nos comparte amablemente en Tangente sus impresiones. ¿Yaxkin, en tu perspectiva, qué posibilidades ofrece el ciberespacio a la poesía? Un territorio, un satélite, un sol, una Tierra, un Marte. A partir de los lenguajes, hibridarse con el ciberespacio es aprender a sembrar en él, y eso supone que nuestro criterio de lo poético se amplíe y se goce como una parte de la diversidad. El ciberespacio quizá sea una futura parte de nuestro cerebro; aún en construcción, y no se trata de solamente estar ahí, sino de desplazarse ahí, vivir ahí, salir, entrar; impregnar nuestros poemas con ciberespacios, y preñar el ciberespacio de contenido poético, de lenguaje poético; veámoslo como un nuevo planeta en el horizonte que nos reta a que aprendamos de él. ¿Qué diferencia existe en la poesía que se lee en la pantalla de la computadora a la que se lee en el papel? La poesía leída en computadora puede acompañarse de video, audio, interactividad e incluso retroalimentación inmediata. Creo que la poesía leída en papel arrastra una Historia de la literatura y un cuerpo que es el material mismo: la historia de ese papel. La poesía en pantalla no es mejor ni peor, tiene otro modo y otras maneras o accesos para que percibamos lo poético, hablamos de las interacciones como Internet que nos permiten acceder a través de la pantalla a contenidos que de otro modo sería casi imposibles de leer por su lejanía histórica o geográfica. Si consideras que la poesía ha caído en la monotonía literaria, ¿qué deberían hacer los poetas por evitarla? Imaginar y ser valientes, tal como se dice en uno de los manifiestos de Hora Zero: sumergirse en el caos y tener el valor de regresar de él, evitar el precepto del sentido o la forma; todo sentido es una contaminación de sentidos, la literatura como


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contagio. Creo que por eso recurrir al hiperespacio, por ejemplo, va más allá de tener una presencia o temática común con el Internet, implica acceder a una forma de crear más propia de este movimiento, que se da a través de rutas, de vínculos, de encontrar nuevas rutas, dar click a los vínculos más excéntricos de la vida y de la literatura. Ahí seguro encontraremos los viejos misterios de la palabra, pero con nuevas formas de percibirlos. ¿Qué vínculos puede tener la poesía con otras expresiones sociales o de conocimiento? La poesía como palabra de empatía tiene el poder de convocarnos y de reunirnos. Podemos reunirnos para decir que algo no está bien con los partidos políticos o con la vida que llevamos cada uno de nosotros, para proponernos nuevas dimensiones políticas, retos, proyectos, y cómo coordinarlos. También, la poesía como palabra de placer nos convoca a juntarnos por el simple hecho de conocernos, de escucharnos para hacer la revolución o transformar la vida, la vida propia, algo que en cierta medida siempre se da cuando la poesía entra en acción. Qué queremos después con el lenguaje, sean palabras o HTML. Partir de ahí. ¿Para qué escribir poesía en la red? No digas algo que pueda cambiar el mundo, deja que el mundo cambie. Así nos han educado a la mayoría, incluso en las facultades de Filosofía y Letras, pero escribir en la red o mover nuestros escritos por Internet es justamente no calmarnos nunca mientras exista ese universo de expresiones que aparecen y desaparecen, se crean y se borran. La red es un acertijo por escribir; para qué escribir en la red: para hacer el mundo de la literatura aún más salvaje, hermosamente salvaje. ¿Para qué escribir poesía? Para mutar, para desprogramarnos del viejo código, que es el código de la acumulación: acumular poder, acumular riqueza, ese viejo código que nos ha llevado a la guerra genocida o al suicidio cotidiano, repetitivo: aburrirse hasta morir (de lo cual la escritura tiene gran responsabilidad). Pensamos más que en escribir en palabrar, pero como dice la poeta Cecilia Vicuña, el lenguaje puede devolvernos nuestros rostros: los del futuro. Y no es idealismo, ni onda hippie, sino el punto de partida de un lenguaje mágico del día a día. Sincerarse con la poesía sería anular a los poetas como figuras autoritarias y devolverlos a la tribu,

honrarlos, así como anular los libros como objetos de sacerdocio a fin de volverlos a leer como objetos de intervención: guiones, manuales. Escribir poesía es como salir a las calles a marchar, pero en calles que están dentro de nosotros, en nuestra mente y en el corazón. Para qué escribir poesía, qué tareas existen aún para nosotros. Mutar, marchar, poesía es la aventura de lo posible. Es maravilloso saber que nos pertenece, a todos, a cada uno.

>> http://destruccionmasiva.blogspot.com >> http://reddelospoetassalvajes.blogspot.com >> http://2012editorial.blogspot.com

>>Fotografía “Yaxkin Melchy” por Zyania Melchy.


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soundtrack

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Va pa’ Varadero, viene de Madrid

La Habana canta a Sabina Y vuelvo a Cuba: lo que más me fascinó la primera vez que llegué a la isla es que no había coches; los pocos que había eran de los años cuarenta. Y sigue sin haber publicidad. La única publicidad es: “¡Señores imperialistas, no les tenemos absolutamente ningún miedo!”. Pero no hay anuncios, ni coches, ni publicidad, y pones la televisión y hay un bioquímico de ochenta años que se permite el lujo de estar hablando tres horas sin un solo anuncio. Eso a la gente le parece muy aburrido. A mí, en cambio, me parece poesía. Joaquín Sabina

>>Rodolfo Villagómez rodolfo@tocatuvida.com

Turista revolucionario i Joaquín Sabina fuera cubano, estaría exiliado, vetado o en la cárcel, pero como no lo es, puede disfrutar de sus Ducados mientras pasea por el malecón de La Habana en busca de palabras y música. Joaquín Sabina ama a Cuba y no sabemos si viceversa. A veces le entristece la situación económica que se vive en la isla y otras tantas viaja para fotografiarse con Fidel, hablar con el ministro de cultura, leer sonetos e irse de rumba acompañado de mulatas que no confunden el corazón con la billetera. Joaquín Sabina ama a Cuba y no sabemos si viceversa, pero cuando llega a la isla espera que lo traten como al Hemingway de El viejo y el mar o simplemente como a un turista revolucionario mimado por el poder, que se da el lujo de firmar cartas en contra del Comandante y aún así platicar con él por más de cinco horas, al punto de que Fidel le pide el número telefónico de su novia. Sabina ama a Cuba y no sabemos si viceversa, pero el de Úbeda asegura que Cuba es un tremendo fracaso histórico y que Guillermo Cabrera Infante estaba muy equivocado cuando dijo tantas y tantas veces que Fidel había acabado con la idiosincrasia de Cuba y que la verdadera enfermedad

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en la isla era la castroenteritis. Joaquín Sabina ama a Cuba y no sabemos si viceversa, pero le gusta cantar con Carlos Varela, Chucho Valdés, el poeta Pablo Armando Fernández y leer su Ciento volando de catorce ante mil quinientas personas, al lado de Abel Prieto. Joaquín Sabina ama a Cuba y no sabemos si viceversa, pero siempre ha dicho que las jineteras más guapas del mundo son las cubanas y además son capaces de hacerle creer a cualquier gallego que se han enamorado. Joaquín Sabina ama a Cuba y no sabemos si viceversa, pero La Habana ha decidido nombrarlo, cantarlo. Cuba le canta al Flaco En sus idas y venidas a la isla, Joaquín Sabina ha descubierto y compartido noches y borracheras con diferentes músicos cubanos. Su relación con Pablo Milanés, Amaury Pérez y Pancho Amat ha dado como fruto un disco tributo titulado La Habana canta a Sabina, en el que también participan, además de los compositores ya mencionados, Carlos Varela, Frank Fernández, Ivette Cepeda, Buena Fe, Haydée Milanés (sí, hija de don Pablito), Carlos Kalunga, Chucho Valdés y Silvio Rodríguez. Disfrazada con sombrero de pajilla y barba de tres o cuatro días, la isla se va de rumba con ese gachupín, tan joven y tan viejo, que compuso la canción más hermosa del mundo en 19 días y 500 noches.


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>>Fotografía “La Habana canta a Sabina” por agencias.

El encargado del asunto discográfico es el bilbaíno Imanol Ortiz, percusionista que encabeza una agrupación compuesta por músicos cubanos que mezclan cha-cha-chá, guagancó, son y jazz con ritmos tradicionales y flamencos llamada Somos Amigos. El disco homenaje comienza con otro homenaje, el de Sabina a las prostitutas, “Una canción para la Magdalena”, interpretada por Pablo Milanés a ritmo de bolero y continúa con una miscelánea de jazz, salsa, pop, swing, funk e instrumental, en canciones como “Quién me ha robado el mes de abril”, “Contigo”, “Que se llama soledad”, “Como un dolor de muelas”, “A la sombra de un león” y más. Si Cuba ya le cantó al Flaco de Oro, por qué no iba a cantarle a ese otro Flaco que, como Fidel, ha sobrevivido a numerosos presidentes norteamericanos y a uno que otro Papa. Joaquín a la cubana A las barbas de la revolución le salen más canas cada día, también a las de Joaquín, que desde un balcón en La Habana observa que en cada bicicleta caben tres y no obstante sigue con su sóngoro

cosongo, con sus jugueteos de gatas mulatas y mojitos en La Bodeguita, con su historia insensata en la Cuba de Fidel, en la Cuba de Castro, en la Cuba donde las personas ya no sueñan con serpientes, en la Cuba de Martí, en la Cuba de Guillén, en la Cuba de Lezama, en la Cuba de Sarduy, en la Cuba de Pedro Juan Gutiérrez y en la Cuba de tantos otros que la han vivido y escrito. Con la luna de marfil por encima, Sabina dice que es un hombre sincero y sin infinito, que antes de morir quiere vivir la vida un poquito. También dice que es caribeño y que es capaz de hacer una postal habanera con sus versos y su música. Difícil creerle que ha besado a todas las cubanas, pero es cierto que no soporta el rap y además, de ser posible, comería en un paladar y manejaría un Ford de los años cuarenta. Tropical, pirata y andaluz, el Joaquín a la cubana toca en el hotel donde Fidel Castro le bajó los pantalones a Al Capone, y aunque no tiene el cuerpo oscuro, ni las piernas ágiles, ni la cabeza crespa, las letras de Joaquín y la música cubana hacen que los soles redondos y risueños de La Habana sean interminables.


Música para tontos o pescados

Rupa & The April Fishes

>>Fotografía “Rupa & The April Fishes”. Cortesía Rupa & The April Fishes Press.


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WM

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>>Fabián Aranda Calderón de la Barca fabian@tocatuvida.com

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cá tenemos el 28, el de diciembre, para tomar el pelo y a las carcajadas burlarnos de las inocentes palomitas. Ya se sabe: que si Herodes y Jesús, que si la matanza, que si reírse de las desgracias. Pero en todos lados habas han de cocerse y nunca faltan los bromistas, los que gustan del ridículo ajeno y se quiebran la sesera para hacer pasar un rato agridulce a los incautos. Dicen por ahí que fue en el siglo XVI, que fue Carlos IX y que fue en Francia. Hasta entonces, las celebraciones del fin de año se ajustaban al calendario juliano iniciando el 25 de marzo y extendiéndose la juerga hasta el primero de abril, día en que se acostumbraba dar obsequios a la gente querida. Vino entonces Gregorio con número doce más uno y el asunto cambió. Pero en Francia y en muchos otros lugares, el populacho insistió en celebrar aquel día. Desde entonces se instauró como el día de las bromas, llevando por símbolo un pescado que, dicen también por ahí, representa la retirada del sol de la constelación pisciana. Poisson d’avril en Francia, dia da mentira en Brasil, april fool’s day en Estados Unidos. Todas versiones menos macabras que la nuestra para jugar y reír. Muchos siglos después nace una niña de nombre Rupa en la Bahía de San Francisco y comienza una de esas historias andariegas que se antojan para novela de Naipaul: ascendencia india, infancia repartida entre Estados Unidos, la India y Francia y doble profesión, cantante y médico ¿Cómo habría de saber aquel Carlos IX que tantísimos años después su decisión asociaría a una banda multicultural bajo el nombre de The April Fishes, Rupa & The April Fishes?

Pescao volteao Con los músicos, cuidado. Nadie ignora su manía de darle vuelta a todo y presentar al mundo, o a quien se deje, sus deliciosas versiones de lo que recogen en las veredas. Un giro radical y sueltan su dulce veneno: “nos sentíamos como los peces de abril, gente que no cree en la realidad tal como se la presenta un orden superior, gente que insiste en mantener su propia realidad. Es un comentario social y político”, confiesa Rupa. El asunto no queda ahí, pues los giros que Rupa & The April Fishes imprimen a la música son tan inusitados como paladeables. Sobre tarima acordeón, trompeta, cello, guitarra, percusiones y contrabajo: las posibilidades musicales son incontables. Pensemos por ejemplo en un jazz manouche que cuenta las andanzas de la comunidad gitana, por momentos melancólico y de a ratos alegre. Pero también dejémonos llevar por las ragas indias, con su nomenclatura de horas y de días marcando el compás de la respiración, jugando a la improvisación con elementos escasos que, sin embargo, saben a historia, a tradición vigente del espíritu.


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A la vuelta de las ragas y el gipsy jazz nos espera un tango sensual y cadencioso, tango que sabe a puerto y veredita, a humo de tabaco que no cuenta días ni noches porque no le importa, como dice Luisa Valenzuela. Y si no basta con estos recodos, súmense los elementos para construir visitas a los ritmos de América: un atisbo de folk estadounidense, de suave guitarra corriendo la vida en carretera; un esbozo de cumbia derramando sudores bajo un sol cada vez más inclemente; un guiño de ska, con sus rasgueos inversos invitando a mover los codos. Encuentros más, desencuentros menos, la propuesta sonora de Rupa & The April Fishes revela su vocación vagabunda. No viajera, vagabunda, porque un viaje es cómodo y planificado. Lleva mapas y destinos, perdiendo en ellos esa sal de estar perdidos. La de Rupa es música vagabunda que atesora en su morral los destellos de florecitas crecidas sin ser sembradas. Nos recuerda que hace tiempo, cuando las calles no eran aún el lugar común de lo marginal, la música pregonaba libre sus dolores y sus risas, dueña absoluta del lugar. Tiempo de antes del hip-hop y el rock, tiempo sencillo de música sin cables ni policarbonato. Te conozco bacalao Sé que me cuentas historias en tu lengua de pescao. Sé que sabes lo que ignoro de cada rincón de este perro mundo. Sé que me sabes harto trucha en las temáticas de moda: que tengo un feisbuc, que cargo un aipod, que navego a diario mil horas en mi barquito dos punto cero, “descubriendo el mundo”, digo yo. Pero tú y tu lenguaje de agua, pero tú y tus historias increíbles. Te conozco bacalao o creo conocerte, mejor sería decir que me reconozco de cuando en cuando en tus letras. Rupa viene bacalao y salmón, peleando a contracorriente con sus decires juguetones, adecuando el idioma a los vaivenes de la música, redescubriendo su naturaleza fónica como “una manera de separarme melódica y rítmicamente del sentido literal de él. Quería aprenderlo a utilizar como trazos de pintura, en vez de palabras concretas. Entonces me dije, qué pasaría si compusiera en francés como una forma de explorar la música a través del sonido de las palabras y la melodía inherente al idioma. Y veo cómo eso influye en mi forma de componer y me permite una conexión mucho más inmediata con la intensidad emocional de lo que quería transmitir. Era música que intentaba explorar lo que significaba para mí ser quien era al crecer en lugares diferentes con todas esas historias increíbles y mi familia que me llevó por todo el mundo. Estaba intentando darle voz a esas cosas maravillosas que recibí a través de mi patrimonio cultural”, comparte Rupa. Más acá del juego, del deleite que oscila a capricho entre el francés y el español, la lírica de Rupa recorre a pie dos senderos de motivos: por un lado los inmortales, el amor, la luna, la soledad, las estrellas; por el otro, las historias que se despliegan en un mundo al que le ha cambiado el rostro: las fronteras, la migración, el poder. Una sensibilidad diferente es la de estos pescados pregoneros que gustan de contar sus relatos y sus sueños bajo la sombra de la memoria, como cuenta Rupa: “recuerdo estar yendo al pueblo con una de las mujeres de mi escuela. Y ella me dijo: ‘no te preocupes, te voy a presentar como india… de lo contrario van a pensar que eres árabe’, como si eso fuera algo horrible. Recuerdo que a los diez años ya era muy consciente de la cuestión de la raza y de cómo me percibía la gente y cómo me percibía yo misma. Por vivir al sur de Francia, la gente siempre asumía que yo era o roma (gitana) o árabe. Y siempre estaba muy pendiente de cómo la gente se relacionaba conmigo por mi color de piel, y cómo iba desarrollando mi propio concepto de identidad”.

Platícame una canción “El primer viaje a la frontera México-Estados Unidos con la banda fue en 2007, y escribí esta canción en el camino. Manejamos a lo largo de la antigua carretera 101, el camino real. Esta calle une las viejas misiones españolas del estado de California. En el camino, vimos jornaleros en el campo y hablé con los ayudantes de camarero latinos y con los cocineros de los clubes en los que tocamos y quedaron fascinados de que un grupo de gringos iban a Tijuana con el objetivo de simplemente ver la frontera. Empezamos a hacer preguntas simples como: ¿a quién

beneficia esta frontera y cómo puede una línea valer más que una vida? Desde que Estados Unidos ha incrementado la militarización de la frontera a lo largo de la costa oeste, los inmigrantes han hecho un viaje mortal a través del desierto, muchos mueren de sed o inanición. El final de la canción cuenta con un intercambio entre batería y bajo –un estira y afloja entre la vida y la muerte- y una oración de la comunidad del distrito de la misión sanadora Jorge Molina, pidiendo por el paso seguro de aquellos que buscan una vida mejor en los Estados Unidos. Muchas personas vienen a nuestra ciudad para realizar trabajos serviles, haciendo más dinero en una hora de lo que hacen en un día en México”.


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eXtraOrdinary rendition 2008 Cumbancha Records Divertimento sonoro a la usanza infantil. Escondidillas musicales que se guarecen en ritmos dispares de todos rincones. Bote pateado donde resuenan las historias de la calle. Ideal para volar papalotes con kilómetros de hilacho y sin navaja alguna.

Este Mundo 2009 Cumbancha Records

>>Fotografía “Rupa Marya” voz y guitarra de Rupa & The April Fishes. Cortesía Rupa & The April Fishes Press.

En el agua dorao Por tu piel el nombre, querido goldfish, aunque nadie ignora que los hay blancos y de mil colores. Pero así semos prejuiciosos y comodinos aunque la vida se nos revele inmensa e inaprensible. Pez dorado que los nipones llaman nishikigoi o simplemente peces koi. Pez dorado que aparece en sueños o inmortalizado en tatuajes. Pez de amor y de amistad que se rehúsa a la cajita de la buena fortuna. Lo que a ti quisimos hacerle a la música: ponerle un nombre genérico y aprisionarla en una bonita esfera brillante. Acá los peces tropicales de colores y acá los betas, en este estante la salsa, en este otro el metal. Pero qué hacer con las nuevas especies, las desconocidas y las que la vida genera sin que nos demos cuenta. ¿World Fishes, World Music? Mejor olvidar las etiquetas y gozar el sonido, no importa de dónde venga o qué historias cuente. Rupa & The April Fishes es una de esas especies inclasificables, una de las tantas que agrupamos bajo el rótulo de World Music, pero que al oírla pone de manifiesto nuestra incapacidad para marcarlo todo. Multicultural por definición, Rupa & The April Fishes pone a prueba nuestra tolerancia hacia lo desconocido, nos envuelve y nos ayuda a construir una conciencia con dimensiones variopintas. Integrada en el suculento catálogo de Cumbancha Records, un sello fundado por Jacob Edgar, el etnomusicólogo responsable de compilar las colecciones de Putumayo World Music, el sonido de Rupa & The April Fishes resulta una invitación para despojarnos de las estructuras machaconas de la gran industria. Ni les importa ni necesitan definir su música, sólo tocarla, inocular el virus de la buena vibra y el amor por doquiera se monten: un café, un festival, cualquier esquina de barrio. No hemos de sentirnos extrañados si después de uno de sus conciertos descubrimos en nuestra espalda el dibujo de un pescado. Que nos tomen el pelo, que nos jueguen una broma, al fin y al cabo, en el fondo, todos seguimos siendo inocentes palomitas, pescadillos de abril.

Caleidoscópica colección de susurros a la conciencia. Catálogo multigenérico de pretextos para sonreír sin olvidar lo cruento. Bofetada policromática cargada de espinas y algodón. Ideal para montar a lomos de elefante sobre cualquier frontera.

Los Pescaos: >> Rupa Marya, guitarra y voz >> Ed Baskerville, cello >> Marcus Cohen, trompeta >> Aaron Kierbel, batería y percusiones >> Safa Shokrai, contrabajo >> Isabel Douglass, acordeón


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Danza vital

Tándem Estudio >>Al Paciano editorial@tocatuvida.com

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ada como una copa de vino para ser felices una hora, sugeriría Julio Torri, despuesito de padecer el tráfico de quincena en las calles de la Condesa, pero con qué cambiarle el ánimo a un México enfermo que soporta tanta violencia. La copa de tinto nos la ponen en la mano en la inauguración de Tándem Estudio –en el tercer piso del 184 de Colima, colonia Roma— y la respuesta también: apostando por un “arte social” y por la danza como una propuesta de “vida en lugar de muerte”. Eso dicen las bailarinas independientes Erika Sánchez y Saraí Valle, quienes pusieron en circulación ese espacio en colaboración con la Compañía Tándem, creada en 1994 por la maestra Leticia Alvarado, Premio Nacional de Danza José Limón 2010, y dirigida actualmente por ella y Alfonso Vallejo. Como a las veintitantos uno se come al mundo y no el mundo se come a uno, y si además se estudia letras hispánicas o actuaría en la UNAM y se pone en marcha todo lo que esas carreras dejan, se piensa en proyectos que impliquen un “arte social, no sólo para la élite”, porque “creemos que la danza tiene que regresar a la sociedad” y porque, ante situaciones tan complicadas como la que se vive en Ciudad Juárez, por ejemplo, con nuestro quehacer artístico nosotras “queremos decir vida en lugar de muerte”. Tándem Estudio ofrece mantenimiento integral al bailarín profesional con base en un entrenamiento en ballet, jazz, acrobacia, hip hop y otras técnicas, pero también capacitación a niños a partir del desarrollo de su creatividad e imaginación con técnicas mínimas de expresión a fin de que cuando lleguen a este arte de lleno posean una conciencia corporal y del espacio. El proyecto se logró con muy diversos y solidarios apoyos de orientación, conocimientos de gestión cultural, contaduría y requerimientos legales de gente del Ballet Nacional de México, Marisa de León, la compañía de teatro Las Reinas Chulas del Bar El Vicio y pintores de la Escuela de San Carlos, quienes montaron una exhibición para la inauguración de Tándem Estudio, entre varios más. Ante “un medio complicado, la suspensión de becas y subsidios a bailarines y compañías y la búsqueda constante de espacios, así como los problemas que implica que de pronto seamos bastantes y haya

muy poco presupuesto, a la danza todo el tiempo se le deje hasta abajo y como artistas no tengamos un sueldo, debemos colaborar entre nosotros”. A pesar de que “los recursos para el arte sean bajos, el presupuesto del gobierno para la cultura resulte cada vez menor y suene horrendo que haya quien piense que el arte no ayuda”, en palabras de la maestra Socorro Bastida, secretaria académica de la especialidad de danza clásica del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), nada menos que bailarina que inició carrera en la década de 1930 en la escuela pionera que después dirigirían Nellie y Gloria Campobello y bailó con el ballet ruso de Vasil, la Compañía de Alicia Alonso de Cuba y el ballet de Balanchine. Y todo porque, al final, la danza es vida. Ni cisne negro ni Billy Elliot, la danza en México vive con furor: de 25 años para acá “ha crecido muchísimo, ya desapareció el tabú por el que no dejaban estudiarla a los niños y por el certamen Opera Prima en Movimiento goza de una gran expansión”. La inauguración de Tándem Estudio es la muestra. Aunque después, allá vayamos los Tangentes de nuevo al tráfico inclemente y al intimidante clima violento. Ah, la danza y la copa de vino…

>> Tándem Estudio infoclasesdanza@gmail.com, sarai.valle@ gmail.com, pasionporladanza@gmail.com, www.tandemciadedanza.com; teléfonos: 55 33 91 81, 044 55 30 47 57 74 y 044 55 13 43 13 31


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>>Fotografía “Boston Ballet dancer Heather Waymack in Jirí Kylián’s Falling Angels” por Sabi Varga en The Boston Globe.


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>>Fotografía “Luz silenciosa” por Agencias.


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Las palabras y el instante

Luz Silenciosa >>Erre editorial@tocatuvida.com

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l trabajo cinematográfico que ha venido realizando Carlos Reygadas, al margen de los reflectores de la industria cultural, resulta interesante tanto por sus innovaciones narrativas —escasos diálogos que no se contrarrestan ni se parodian; largas secuencias en donde el instante es fundamental y actores no profesionales que pertenecen al lugar elegido para llevar a cabo la filmación—, como por la coherencia que muestran los relatos a pesar de su orden lineal y formal —tiene un principio y un fin que busca mostrar, a través del presente de sus personajes, instantes precisos y cotidianos—. De ese modo, el realizador mexicano ha filmado tres largometrajes estupendos (Japón, 1998; Batalla en el cielo, 2005 y Luz silenciosa, 2007) en donde el oxímoron“particularidad universal”, influencia del cine de Kurosawa, termina por ser imprescindible: lo que sucede en un lugar específico, con una comunidad específica, ocurre en el mundo entero. Luz silenciosa se filmó en una comunidad menonita del estado de Chihuahua, próxima a Cuauhtémoc, en donde se habla un alemán antiguo bastante sonoro. Cuenta la historia de Johan (Cornelio Wall), padre de familia que sufre una crisis existencial al encontrarse enamorado de dos mujeres: Esther (Miriam Toews), su esposa, y Marianne (María Pankratz), su amante. Las profundas creencias religiosas y la rigidez de vida que imperan en el sitio mencionado, propician la indecisión de Johan, el sufrimiento de Esther, la confusión de Marianne y un conflicto moral cuya solución pareciera estar determinada por la espiritualidad. La tensión narrativa, fundamentada en el silencio, es imprescindible para el desarrollo del trabajo. Al inicio observamos una secuencia espléndida que muestra el amanecer de un hermoso valle. Paulatinamente, la cámara se acerca a la casa de Johan y Esther para mirar el ritual del desayuno, e inmediatamente se aleja para mostrarnos los caminos de la población y sus habitantes. Si bien es cierto que el director nos acerca a la disyuntiva sentimental de Johan, justo en el momento en el que éste derrama lágrimas en su cocina, es en la conversación con su amigo Zacarías cuando nos enteramos de lo que está sucediendo. El consejo de su padre, la compañía de su amigo y la obediencia de sus hijos alteran de manera singular el estado emocional del personaje. La cinta resulta interesante, entre otras cosas, porque a pesar de ser un largometraje de ficción y no un documental, observamos las costumbres y modos de vida de un grupo menonita incrustado en el norte del país. Sin violencia, exento de lugares comunes y con propuestas cinematográficas innovadoras, el largometraje de Carlos Reygadas, merecedor al premio del jurado en la sexagésima edición del Festival de Cine de Cannes, es conmovedor y original, con un lenguaje cinematográfico en donde el silencio y las miradas se complementan, de manera estupenda, con las palabras.

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>> Karina García Carmona editorial@tocatuvida.com

Seguir soñando La música de la palabra se hace tangible. Las almas empatadas a un mismo ritmo bailan. La mano tuya tomando la mía… Quiero seguir soñando. El momento caluroso del perenne abrazo. El sencillo movimiento de caminar contigo. El apasionado diálogo entre dos rostros… Quiero seguir soñando. La búsqueda fructífera en la mirada turbia. La carne que supera el miedo, el tedio, el sinsentido. La brisa refrescante de no sentirse inerte…

Hoja en blanco Hoja en blanco, aún no escrita, aún inútil. Posibilidad infinita, frustración y pensamiento retenido. Hoja en blanco donde pasan la vida, las palabras difusas, la música de mística métrica, los colores que definen el ánimo, las formas que te trascienden. Hoja en blanco de nostálgica belleza, compendio de irisaciones que retan al ojo, síntesis de mundos innombrados, arma de doble filo, semeia indeterminada de libertad molesta, de moral culposa. Secreto que a voces se mantiene en silencio. Hoja en blanco, sin remitente alguno, con destinatario eterno, no definido, no requerido. Deseos no dichos, verbos no realizados; ideas, ideales, pasiones y versos ocultos. Callada blancura vociferante de anhelos.


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Salve palabra Salve Palabra, bendita tú eres. Palabra dichosa que del pensamiento sales para pintar de verde lo que incoloro se hallaba. Bendita Palabra, bienaventurada eres, recreas y retas al sabio y al necio. Salve Palabra, llena eres de gracia. Bendita tú y bendito el fruto de tu vientre fundante. Incomprensible Palabra, misterio infranqueable, a veces te temo pero amorosa me llamas. Odiosa Palabra, incómoda Logos, por ti no me rindo al siglo en que vivo. Salve Palabra, bendita tú eres.

>>Ilustración “Niños pequeños” por laboratorium.cat bajo licencia de CC en Flickr.


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