Editorial
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Por Nirvana Gonzalez Rosa, Coordinadora General Interina de Taller Salud
Llega otro 8 de marzo, Día Internacio‐ nal de la Mujer Trabajadora y con ello la celebración de grandes logros y aporta‐ ciones de las mujeres a la historia de la humanidad, la conmemoración de las que lo hicieron posible, así como, una oportunidad para reafirmar y exigir el pleno ejercicio de nuestros derechos humanos. Este año reconocemos especialmente, con gran cariño y admiración a la com‐ pañeras Boricuas Mary Rivera y Mara Negrón, cuya presencia física se trans‐ formó para siempre dejándonos su fuer‐ za, su sabiduría y su gran compromiso por mejorar la vida de las mujeres. Mary, por su constancia y perseverancia por la defensa de los derechos repro‐ ductivos y los derechos sexuales y Mara, por su gran aporte a la literatura, su búsqueda y cuestionamiento constante de la filosofía y la enseñanza desde una mirada crítica y feminista.
Celebramos sus vidas y la de todas las que nos antecedieron. Porque hoy podemos estudiar, votar y ser votadas, elegir cualquier profesión u oficio, elegir sobre nuestra capacidad reproductiva y nuestra pareja (a pesar de los fundamentalismos y los que se oponen a los derechos humanos de las mujeres), a tener un salario digno, a vestirnos como nos plazca, a denunciar las violencias a las que seguimos siendo sujetas, a protegernos, a amarnos… Y esto, GRACIAS a las otras feministas, a las de antes, a las de ahora, a las de siempre. Porque estamos convencidas que se puede lograr una mejor humanidad si se respetan los derechos humanos de todas. LA SALUD DE UN PUEBLO COMIENZA POR LA SALUD DE SUS MUJERES