Revista SuiGeneris #35

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Publicación Gratuita

ISSN: 2007-3119

Julio-Agosto-Septiembre 2015, Año 7 Número 35 www.SuigenerisFapsi.com

Revista oficial de la uanl a través de la Facultad de Psicología


Contenido EDITORIALES

Una publicación de la Universidad Autónoma de Nuevo León Ing. Rogelio Guillermo Garza Rivera Rector M.A. Carmen del Rosario de la Fuente García Secretaria General Dr. Juan Manuel Alcocer González Secretario Académico Lic. Rogelio Villarreal Elizondo Secretario de Extensión y Cultura Dr. Celso José Garza Acuña Director de Publicaciones Mtro. Álvaro Antonio Ascary Aguillón Director de la Facultad de Psicología Mtra. Magaly Cárdenas Rodríguez Subdirectora Académica Mtra. Nora Isela Macías Nuñez Subdirectora Administrativo Dr. Guillermo Vanegas Arrambide Subdirector de Proyectos Educativos y Asistenciales Dr. José Cruz Rodríguez Alcalá Subdirector de Posgrado Dr. Carlos Sánchez Sosa Subdirector de Investigación Mtro. Omar Méndez Castillo Director y Editor responsable Iris Reyes Escobedo Co-editora Christian Alanis Contreras Ivan Guerrero Vidales José Arturo Baruch Marínez T. José Vieyra Rodríguez Comité editorial Estefanía Dávalos Barragán Lorena Hernandez Ribbon Equipo de Redacción

1- “La anormalidad que nos habita: reflexiones sobre la función normal -anormal en la sociedad contemporánea” Por Ramón Chaverry 4- “La imagen, un cuerpo.” Por Martin Leal -Ciertamente padecemos de normalidad -Una mirada instituida -En cierta medida un cuerpo es un espejo de agua

10- “Adherencia terapéutica 'la alimentación como pilar del tratamiento en adolescentes con diabetes mellitus tipo 1'” Por Rosabel Novales TEMA CENTRAL 14- “Ana y Mia, La perfección en la anorexia y bulimia” Por Lic Martha hilda Armendariz Estrada

17- “Prevención de los trastornos de la conducta alimentaria” Por Dra Eva Trujillo Chi Vacuan y Juventino Cortez Gomez

19- “Relación de la capacidad resiliente y la obesidad.” Por

Gerardo Leija Alva

-Resiliencia y enfermedad -Obesidad y resiliencia

24 - “Prácticas alimentarias dentro de un contexto de inseguridad alimentaria 'una propuesta de investigación cualitativa desde la perspectiva de un adolescente'” Por Sandra Rubí Amador Corral y Dra. Martha Leticia cabello Garza -Fundamentos teóricos -Método -Conclusiones

LA ENTREVISTA 37- “Mae Lynn Reyes Rodriguez, Ph. D.” Por Staff 40- “Fatima Leticia Garcia Castro” Por Staff DOSSIER 42- “Sorori, Qué? hermandad entre mujeres, ¿mito, realidad o sueño?” Por Edén L. Sanchez -Mito -Realidad -Sueño -En sororidad

44- “El Ageism, o la discriminación por edad” Por Alexander Strauffon -Antecedentes -Qué es? -Hacia los niños y muy jovenes -Hacia el adulto-joven / adulto mediana edad -Hacia ancianos o tercera edad -Conclusion

MAKTUB 50- “Vaciendome” Por Faby Castillo

Ramiro Ruiz Castillo Diseño

50- “Llena de verdades” Por Rubén Tamez

Alfredo Rodríguez ''Larry'' Diseño de portada

53- “Hábitos, La otra chica 'Amelia'”

Lista de colaboradores en: www.suigenerisFaPsi.com

55- “La satisfacción oral” Por Osvel Becerra

52- “Náusea” Por Rubén Tamez Por Vania de la Garza Espinosa y Rosa Ma. Alvarado Resendiz

PSICOANALIZARTE QUID 58- “Los sonidos del deseo” Por Ivan Guerrero Vidales SUIGENERIS SUI GENERIS, Año 7, Nº35 , Julio-Agosto-Septiembre 2015. Es una publicación trimestral, editada por la Universidad Autónoma de Nuevo León, a través de la Facultad de Psicología. Domicilio de la publicación: Dr. Carlos Canseco y Mutualismo No. 110, Colonia Mitras Centro, Monterrey, Nuevo León, México, C.P.64460. Teléfono: +52 8183 33 7859 ext. 510. Fax. +52 81 83337859. Editor Responsable: Omar Méndez Castillo. Reserva de derechos al uso exclusivo No. 04-2010-030514053000-102. ISSN 2007-3119 ambos otorgados por el Instituto Nacional del Derecho de Autor, Licitud de Título y Contenido No. 14,927 otorgado por la Comisión Calificadora de Publicaciones y Revistas Ilustradas de la Secretaría de Gobernación. Registro de marca ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial: II83057. Impresa por: EDIREY, Narciso Mendoza 4024, Col. Niño Artillero, Monterrey, Nuevo León, México. Fecha de terminación de impresión: 23 de Diciembre de 2015, Tiraje: 1,000 ejemplares. Distribuido por: Universidad Autónoma de Nuevo León, a través de la Facultad de Psicología, Carlos Canseco y Mutualismo No. 110 Colonia Mitras Centro, Monterrey, Nuevo León, México, C.P.64460. Las opiniones y contenidos expresados son responsabilidad exclusiva de los autores. Prohibida su reproducción total o parcial, en cualquier forma o medio, del contenido editorial de este número. Impreso en México Todos los derechos reservados © Copyright 2015 suigeneris.fapsi@uanl.mx


Editoriales La anormalidad que nos habita:

Reflexiones sobre la función normal—anormal en la sociedad contemporánea Por Ramón Chaverry

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norexia, bulimia, obesidad mórbida, palabras nuevas que hemos aprendido a distinguir gracias a un proceso de psiquiatrización y sensibilización recientes. Trastornos que no nos son indiferentes y frente a las cuales tenemos siempre una postura política ¿no se piensa acaso a la anoréxica como triste resultado de una cultura capitalista que sobrevalora un modelo estético macilento y cadavérico? ¿No ofende a la sensibilidad del mundo subdesarrollado la bulímica que en sus hábitos vomita la comida que en otras latitudes es atesorada? En el imaginario ¿no es acaso el gordo mórbido la imagen obscena de la actitud burguesa que pretende engullir el mundo, digerirlo y convertirlo en mierda? ¿No hay en la apreciación de estos «trastornos» una valoración política y por la misma razón un uso político de los mismos? A estos fenómenos que nos interpelan de manera profunda trazando nuevas cartografías políticas que van de lo privado a lo público, las «ciencias» psi han dedicado todos sus talentos. Estos saberes han ensayado algunas explicaciones que van de las neuroquímicas hasta las que plantean una etiología meramente social (sin dilucidar aún de manera convincente la causa).

Dentro de estos últimos nos encontramos con los que han buscado clarificar la problemática desde el análisis de la conformación histórica de la subjetividad. La mirada «sociohistórica» que se arroja sobre esta problemática suele ser de azoro frente a la aparente novedad de estas enfermedades aunque ocurre, no pocas veces, que omitiendo las singularidades históricas de los fenómenos, se señala que estos trastornos alimenticios tienen una raigambre antigua, restando con ello actualidad y trascendencia al problema ¿acaso no podemos ver antecedentes de estos desordenes en las comilonas del imperio romano? Tal actitud autocomplaciente suele ser adversa a un espíritu verdaderamente histórico que tenga por objeto un diagnóstico del presente, tan necesario al mirar las singularidades de los acontecimientos. Sumados a esta mirada sobre el presente, consideramos que el acercamiento a estos desordenes amerita reconocer un proceso histórico de subjetivación. Más que ensayo de soluciones buscamos reconocer el horizonte de emergencia de esta nueva subjetividad que permitió un día la aparición moderna de estos trastornos. Partimos para este análisis de un desplazamiento que, desde el clasicismo, nos hizo distinguir lo normal de lo anormal como categorías que sustituyeron las ya clásicas bien y mal porque ¿quién podría negarlo? nos encontramos frente a valores políticos contemporáneos que se encuentran cruzados por estas divisiones maniqueas normal y anormal. Michel Foucault, en su amplio trabajo sobre Historia de la locura, y en los cursos que dedicara a este tema, ya había dado cuenta de este proceso de normalización de las sociedades. Allende las interesantes tesis presentadas por Foucault en torno a las causas de este encierro y sus detalles históricos ligados al capitalismo, a la 1


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disciplinarización de la sociedad y a la exclusión de la locura vía el encumbramiento de la razón, queremos mostrar un proceso que podríamos llamar de introyección de la función «normalidad—anormalidad». Usamos el término función porque en la construcción de la subjetividad no sólo son ambos términos funcionales el uno para el otro (se otorgan mutuamente sentido en su valor antinómico), también cumplen una función en el ámbito social. Daremos aquí cuenta los desplazamientos más importantes en este movimiento de interiorización de la función normal—anormal para, finalmente, reconocer la función que este proceso tiene para el proyecto de la sociedad futura. El primero de esto desplazamientos aparece con la exclusión y el encierro (s. XVII), es en ese contexto que comienza un lento pero sostenido proceso de identificación de lo normal y lo anormal. Esta fase se encuentra marcada por una anormalidad indiferenciada, en ella encontramos procesos de exclusión que abarcan a toda aquella población socialmente improductiva, locos, sí, pero también delincuentes, indigentes, etc. Podemos señalar como un rasgo característico de esta etapa que la anormalidad es vista como algo ajeno, no común, como propia de algunos individuos, no constituyente de la sociedad. Es por ello una irregularidad o un accidente dentro de la sociedad y no su constante. La segunda fase, de largo aliento, lleva a la liberación de las cadenas de los locos (s. XVIII), momento marcado también por una diferenciación de las anormalidades y la disposición de espacios definidos para ellos, esto es, el loco tendrá como espacio exclusivo el interior del hospital psiquiátrico mientras el delincuente encontrará su lugar en la prisión. Momento que da lugar a la emergencia de pericias judiciales y psiquiátricas diversas que busca determinar el lugar de los individuos en cuestión. La tercera fase (que por ser menos vistosa y por presentársenos como una continuación de la fase anterior, pasa desapercibida) consiste en la categorización de ciertos individuos que sin ser necesariamente «locos furiosos» pertenecen y son la base de la anormalidad futura. En esta 2

categoría encontramos al «individuo a corregir» y al «niño masturbador», de los que da cuenta Foucault, pero también encontramos aquí a la histérica de Charcot y Freud. Esta etapa se ve enmarcada por la entrada definitiva de los saberes psi en los diferentes ámbitos sociales (escuela, hospital, empresa, etc.). Por ello observamos una mirada patologizadora que cruza a todos los individuos. Es sin duda revelador que no haya una clara distinción en la Interpretación de los sueños de Freud entre los sueños de los individuos sanos y los enfermos, porque en última instancia, como se puede leer más tarde en El malestar en la cultura y El porvenir de una ilusión todos, en tanto que individuos sociales, renunciamos a la satisfacción de las pulsiones, y por ello pertenecemos a una sociedad neurótica. Con ello Freud ha entronizado una idea que consiste en pensar que una patología siempre nos habita y nos conforma como sociedad. Hacernos cargo de esta enfermedad social requiere de buscar los cauces socialmente adecuados, sublimación, para la satisfacción de las pulsiones. Frente a ello el postulado de las estructuras lacanianas ha sido un segundo paso decisivo en la firme marcha del habitar la función normal—anormal en los individuos.

La última fase consiste en la introyección normal—anormal en los individuos, alojamiento de la función en el seno de la subjetividad contemporánea. Si en las etapas previas se había observado más bien una manipulación externa


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para normalizar a los individuos, disponiendo de espacios de exclusión para los anormales, ahora encontramos un uso casi nulo de coerción externa. En esta fase la función normal—anormal no atañe sólo a los individuos que conforman el grupo de los anormales y que, vía las ciencias psi, se encuentren en la posibilidad de incorporarse a la masa normalizada para ser más funcionales o «felices». La función «normal—anormal» no se dirige a algo que somos en el presente, ni busca sólo psiquiatrizar o patologizar a los individuos, la función normal—anormal se juega en el enfermo que somos en potencia y no en acto, en esta fase se mira por el anormal que nos habita, el gordo que podemos ser en el futuro, la anoréxica que se asoma detrás de las dietas de las niñas. El individuo entonces vigila por la anormalidad que le habita en potencia. Ello conlleva a un sin número de fenómenos paradójicos, encontramos aquí que el anoréxico lucha contra el gordo que puede ser y ello lo hace pertenecer, sin considerarlo, a otro desorden. En todo caso el individuo vive vigilante de su pertenencia posible a un grupo de anormales. Somos entonces vigilantes soberanos de la anormalidad que podemos ser. Esto se traduce en una inversión existencial que más que dirigirse a las posibilidades del ser se restringe a disminuir las probabilidades de devenir anormal. Lo anterior tiene consecuencias de corte político pues esta introyección de la normalidad—anormalidad es también un posicionamiento político que nos transforma de sujetos

políticos a potenciales y eternos pacientes. La pacientización de los sujetos (sujetos vigilantes de la salud, en guerra con ellos mismos) apunta a una pérdida del sujeto político. En palabras del Tiqqun: «Se prepara una revolución que trata de impedir toda revolución futura. Trata de hacer de nuestro cuerpo un agente exclusivo de separación; quiere que cada uno se convierta en la excepción a una regla médicamente definida. Nosotros seremos entonces pacientes, los anormales» ¿Estamos acaso frente a una politización de la anormalidad o una pacientización de la política? Es así ésta la última función de la función, la defunción. Función con miras a para una pacientización, defunción del sujeto político. La psiquiatrización y medicalización que vienen, se avizora, será una ciencia de probabilidades y estadísticas. Apoyado de los avances genéticos se podrán prever anomalías, una de las cuestiones más polémicas de este tipo de avances es la posibilidad de elegir el color de piel de los niños, el color de ojos ¿acaso hay mayor prueba de esta preocupación por la anormalidad posible que la consideración racial? Exacerbación de la función normal—anormal de una sociedad que mostrará todo su potencial racista en la posibilidad de evitar en nuestros futuros cigotos devengan en individuos de piel oscura. De esta manera la función normal—anormal, en esta etapa, está por mostrar sus verdaderos frutos, nos encontramos en el dintel de una eclosión de saberes para la anormalidad del futuro, dietéticas para las enfermedades futuras, exámenes para locuras futuras. Horror de una 3


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pacientización obediente que vertida sobre la vigilancia de sí misma, sobre su salud, verá pasar el cadáver del sujeto político. Sobre el autor: Ramón Chaverry, Licenciado en psicología, maestro en filosofía de la cultura y religión, doctorando en filosofía del programa de Doctorado en filosofía por la facultad de filosofía y letras de la UNAM. Profesor de la asignatura de textos filosóficos en la carrera de Letras modernas. Especialidad en filosofía francés y filosofía clásica. Miembro del grupo de investigación Reflexiones marginales, autor del libro “El sujeto como objeto de sí mismo” y de ensayos y artículos filosóficos. Referencias de imágenes: [Foto de manzana mordida frente a un espejo]. (s.f.). Recuperado de http://www.superpadres.com/blog/como-detectar-y-tratarla-anorexia/ Fleury, R. (1795). Pinel Frees the Madwomen at the Salpetrière [Foto de pintura de Pinel]. Recuperado de https://www.patdeegan. com/blog/posts/historical-roots-peer-practitioners [Foto de barbie anorexica]. (s.f.). Recuperado de http://imageneschidas. com.mx/detalle.cfm?fotoid=409

La imagen, un cuerpo Por Martín Leal

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ace días me hicieron llegar por medio de redes sociales una fotografía en la que aparezco junto a dos amistades en una sala de exposición de arte. Este hecho, el de compartir imágenes en las que aparece uno, aparenta no tener mayor complicación para aquellas personas habituadas e inmersas en la dinámica contemporánea de registrar, evidenciar o testimoniar todo lo que aparenta ser peculiar de su vida y puesto en circulación por los diversos espacios virtuales. Acostumbrados a compartir imágenes de comida, de selfies, de la naturaleza felina, de los errores que detonan carcajadas, de las reuniones con amistades, perdemos de vista la circulación de asuntos más superficiales que hacen aparecer la cuestión existencial por la verdad, asuntos en los que inevitablemente uno termina enunciando más de lo que quiere o puede decir. No es que me excluya de la práctica de compartir aparentes peculiaridades, no me refiero a eso, la mayoría de los que participamos en el mundo tecnologizado ponemos en circulación los juegos de

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apariencias. No diría aparentes, no convocaría a la apariencia si no fuese complicado distinguir lo relevante, el instante revelador, a la vez inmediato a la vida aparentemente irrelevante, no así su fuerza, no así la conmoción, no así el registro sensible que disuelve toda posibilidad de aparente irrelevancia; como cuando sentimos que las cosas se vuelven más reales y corremos a enterar a otros de nuestra sorpresa, pero al mismo tiempo nos resulta incomprensible su inmediatez puesta por ejemplo en una imagen. De su inverso: lo que aparenta ser relevante y que en realidad es una nimiedad, algo verdaderamente irrelevante. He dicho apariencia y no superficialidad, he dicho relevante y no importante, porque todo lo superficial ciertamente importa, en el sentido en el que la superficie es tomada como un pliegue entre pliegues en el que emerge toda profundidad y todo extremo de exterioridad, toda relación y toda distancia, plano en el que la aparición aparece para comparecer. Superficialidad inmediata, siempre ahí, a la vista de todos los ojos iluminados por la luz de la sencillez de lo cotidiano, en la que se tiende el paño tejido con hilos de honestidad y obviedad. Irónicamente, obviedad oculta ante los propios ojos. En ese interés superficial, lo que emana del fulgor de esta imagen digital, nítida, clara y transparente como el lente mismo por el cual fue captada, con su respectiva distorsión, es el hecho de que me es relevante, no solo por su capacidad de dar imagen de lo que ya no es sino por la posibilidad de constituir un principio


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diferente de lo que ya es, esto es la distorsión misma; un extrañamiento y una claridad ante esta imagen. Peculiaridades que hacen que dicha imagen posea distinción y diferencia, clara aparición de la diferencia que me llegó de golpe provocándome una conmoción en la superficie de lo imaginado que recubre mi cuerpo. Una tarde tomando café con un amigo le platiqué de cómo mi extrañamiento me cautivó tanto como la primera vez que vi aquella escena del perro andaluz en la que se mira a un sujeto cortando el globo ocular de una mujer, exponiendo la fisonomía y pensamiento de un modo de ver las cosas. Tal acto de disección de una mirada, o mejor dicho, de miradas entrecruzadas, tal exposición de las entrañas de las miradas me acababa de ocurrir como dehiscencia en mis ojos, herida abierta hipersensible que atenta contra el mundo cotidiano en el que vivimos, haciendo aparecer los sueños de imágenes corporales, sueños de cuerpos soñados, silencios insistentes, los pesos de miradas dominantes, los conjuntos de máquinas inquisidoras, los conjuntos de instrumentos de tortura, las modulaciones corporales, los extravíos de sentido, las semióticas alimentarias, los comensalismos culturales, las privaciones de libertades corporales e incorpóreas, etc. Todo esto esparcido y a la vez asentado en y por el espacio social, en las conversaciones con mis allegados, en las políticas de salud pública, en los programas de televisión, en los aparadores de las tiendas, en los relatos amorosos, en los rituales familiares,

en la intimidad del cuerpo y los territorios subjetivos, en fin, por todas partes obviado. He decidido comenzar esta exploración al tema de la imagen corporal desde la posible caída de una mirada por dos motivos: el primero es por el grado de relación que tiene la mirada con el pensamiento y la imagen como partes constitutivas de la experiencia de realidad. El segundo es por el hecho de que mi formación como artista visual me coloca en posición de hacerlo. Dentro de la experiencia formativa de las artes visuales es común la elaboración de proyectos que examinen la identidad, tomando de esto la brecha entre la imagen corporal y la corporalidad, cuestionando los convencionalismos con los que se reviste al cuerpo y de los cuales se pretenden liberar. Ejemplificaré algunas cuestiones relacionadas con la imagen corporal a través de conversaciones con amistades y experiencias cotidianas en las que aparecen algunas particularidades del tema.

Ciertamente padecemos de normalidad Normalmente me rehúso a ser capturado por la mirada del otro mediante la cámara fotográfica, lo cual resulta muy cómico y a la vez complicado en un mundo altamente dependiente de la imagen, en donde en todo lugar se cuenta con alguna cámara preparada para disparar y captar el momento. Por lo general, cuando me percato de la presencia de un fotógrafo y veo el eje de la cámara dirigirse a mí como si fuese la mira de un submarino, me escabullo del encuadre implementando actos de escapismo nada discretos. Esta vez en aquella galería no tenía escapatoria, estaba comprometido por mis dos amistades, especialmente con una de ellas con la que constantemente comparto puntos de vista sobre las experiencias de vida y a quien le debo este escrito. Accedí a tomarme la foto sin saber lo que me habría de ocurrir después. No hace mucho dialogaba con esta misma amistad sobre la forma en que percibíamos nuestros cuerpos y si pensábamos en una imagen idealizada de nosotros mismos, recordándonos aquellas veces en las que a lo largo de la amistad 5


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habíamos recorrido nuestras inseguridades corporales y de cómo desde el enfoque del cariño del otro nos habíamos reconciliado con esos espacios. Afirmando con una determinación absurda de mi parte que había que afrontar la vida tal cuál se nos presenta, con toda su crudeza, como si las arrugas de la piel sumasen realismo a la imagen corporal, cosa que en realidad no es cierta si se trata de hacer aparecer lo real del cuerpo. Ella sonrió sabiendo que soy el primero en acobardarse ante cualquier sacudida de polvo que convierto en emergencia existencial, por ejemplo, lo que da motivo este escrito: ver las cosas tal cual son nos es imposible. No existe un puro ver desnudo al cual llamemos la verdad, pero sí nos aproximamos a ello a través del corte de la mirada expuesta, dándonos cuenta del grado de ilusión en la realidad, dejando entrever algo terrorífico e inspirador. En este sentido padecemos de una normalidad repleta de convencionalismos, hay que procurar todo aquello que preserve el orden del pensamiento dominante, en correspondencia al mundo. Todo lo que escape a esta taxonomía, a ese orden categórico, a ese principio geométrico armonioso, a esa perspectiva antropocéntrica, es anormal, y todo lo anormal nos aterra, empujándonos hacia la lógica de exclusión—inclusión. Hay que excluir todo lo que no sea semejante a lo ideal, toda diferencia radical, toda asimetría, todo lo inconexo, toda verdadera diferencia. Por eso debemos de tomar distancia de las nociones universales y aproximarnos a la comprensión de la parcialidad de la mirada. Mirar no es lo mismo que ver, la mirada es, por ejemplo, cerrar los ojos y seguir teniendo imagen de la realidad. La mirada es una fuerza; mirar es pensar, seleccionar, enfocar, desear, y poseer. La mirada es una proyección, un enfoque, un encuadre, una delimitación por la cual vemos y somos atraídos a las cosas que miramos en el mundo. La mirada se ejerce en cada giro de cabeza, en cada alto que hace el ojo en su recorrido por la superficie de lo mirado, en cada selección de nuevas centralidades en las que punzan insistentemente exigencias al palpitar de lo desconocido. Hay algo desconocido en 6

la mirada de quien mira, un punto ciego del que proviene la fuerza con la que se mira y un desenfoque alrededor del punto mirado, sumemos la imposibilidad de saber cada unos de los elementos constitutivos de su propia mirada y tendremos un conjunto de aberraciones ópticas o divergencias de la mirada. Paradójicamente, quien mira no puede mirar su propia mirada, si no es a través de lo que se refleja fuera de ella o hasta su caída, mirada que ya no mira con los mismos ojos.

Una mirada instituida Durante mi etapa como estudiante de maestría en artes, tuve la oportunidad de coincidir con un amigo y colega al que le aprendí un ejercicio muy revelador sobre la exploración al tema de la mirada. La dinámica es un show and tell (muestra y habla) de cualquier tema que se quiera hablar: se selecciona un número indeterminado de imágenes apropiadas de internet, se elabora un montaje, es decir, un criterio para determinar qué imagen va primero y cuál des-


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pués y posteriormente se intenta explicar a los compañeros el hilo de sentido con el que se cosen las imágenes. Si bien el acto de explicar las imágenes por medio de palabras no logra develar la totalidad de la mirada, algo se logra hilar de lo que se dice con lo que se muestra de manera velada, es decir, en el espacio ambiguo de la cualidad polisémica de las imágenes radica algo que se puede intuir; siempre hay una imagen que desentona del resto, imagen de la cual cuesta trabajo hablar o saber siquiera si tiene sentido. En aquel entonces, surgieron de entre el grupo que participamos en la dinámica una serie de cuestiones relativas a la pertenencia de la mirada a partir de la exposición del tema «la mirada de la mujer en occidente» propuesto por una compañera. ¿Es la mirada una construcción individual? ¿Qué de la mirada es social? ¿Cuáles son los cruces entre las historias singulares y la colectivización de las imágenes? ¿Porqué unas imágenes son más exigidas que otras? ¿Hay un poder mediador y facilitador de imágenes en los medios masivos de comunicación? En la inme-

diatez del dialogo de grupo logramos hilvanar respuestas orientadas a reconocer la relación entre sentido, lenguaje, conciencia y sujeto, comprendiendo la construcción del sujeto como un proceso social en el que se pliega algo de las formaciones sociales, siempre a entender del propio sujeto capaz de articular una expresión de sentido. Somos seres sociales por naturaleza, constituidos siempre del encuentro con otros en la producción constante de sentidos. Por eso la mirada, aunque se intenta instituir con un sentido determinado, no se puede universalizar, porque en cada singularidad hay un origen común y a la vez diferente de lo que se entiende y practica de la mirada. Siempre me ha costado trabajo entender la expresión “la mirada de occidente” como si fuese una sola y única mirada, una sola y única historia de un solo y único sujeto occidental al cual debiésemos de adherirnos. La mirada entonces es por definición una parcialidad de sentido en la que se despliegan historias singulares construidas socialmente en un proceso especular continuo con el mundo. Lo puede hacer a través del impulso de encontrar lo perdido, lo deseado, lo anhelado o en la construcción misma de una imagen—objeto en la que se encuentra un placer, un malestar, una inquietud de sí. En el vaivén entre una cosa y otra, entre una supuesta interioridad exterior proyectada en una exterioridad interior, se pone en juego una peligrosa función: el poder de ser representados. Cuando uno lo sabe, piensa dos veces en la posibilidad de ser captado mediante una cámara fotográfica. Sobreestimada o desestimada la imagen que tiene uno de sí mismo se confronta con la imagen que pueda tener otro de uno. Otro que no es el fotógrafo aparece para revelarnos nuestras desmesuradas virtudes o exageradas inseguridades en el espectro óptico de una mirada compuesta por planos a partir de dos ejes de articulación: eje horizontal de control y eje vertical de vigilancia. Ojo de buey comunicante situado en la base exterior de las entrañas del ajeno íntimo por el cual somos mirados constantemente, acusados insistente7


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mente, comparados reiteradamente, pero ¿cómo o de quién es ésa mirada de constante vigilancia y control sobre el cuerpo? O ¿Quién es ese ajeno íntimo que se posa en el borde interior—exterior de nosotros como juez intruso con velos de autoridad? Lanzo estas preguntas no con el fin de responderlas ni con la profundidad debida, ni con la prematura impertinencia, sino con el propósito de toda cuestión, la de poner en marcha el desplazamiento necesario para una persecución por la verdad en la que el movimiento mismo es la vía para volver tolerable las posibles respuestas. Esto me hace recordar una anécdota que me compartió una colega fotógrafa hace ya algunos años sobre su experiencia en el tema de la imagen corporal y la representación. En aquel entonces ella hablaba de sus primeras aproximaciones a la fotografía, describiéndose a sí misma como una persona tímida llena de inhibiciones a la cual le costaba trabajo situarse frente a una cámara, no se imaginaba siquiera que podría dedicarse a la fotografía como profesión. No fue sino hasta que un familiar le obsequió una cámara que comenzó con un simple pero poderoso experimento, giró el eje de la cámara en dirección a su rostro y se dio cuenta de la posibilidad de tener en sus manos la maleabilidad de la forma en que se es representado. Comenzó a tomarse autorretratos y a reflexionar sobre los puntos de vista del sujeto que mira y el sujeto mirado, al grado de cuestionar la estética dominante de la imagen corporal femenina y del artificio resultante de la objetualización de las zonas erógenas. Tener imagen de sí no es lo mismo que dar imagen o construir imagen de sí. Una imagen siempre informa, es decir, da forma de lo incrustado al cuerpo; una imagen corporal informa sobre la consistencia y organización de un cuerpo, por lo que su función en el continuo 8

proceso de identificaciones es dar acceso al estado de un cuerpo imaginado. Si dicho proceso se ve interrumpido, la morfogénesis del cuerpo se paraliza como si fuese una fotografía misma, un instante congelado que aprisiona al cuerpo. Algo así sucede con la circulación de estéticas hegemónicas de imágenes corporales que pretenden fijarse como imagen única del cuerpo, reflejando la diferencia como deformidad. La imagen única es injusta con la imagen del cuerpo, no existe una imagen justa del cuerpo, si tratásemos de ajustar la imagen de nuestro cuerpo con las normas ideales tendríamos que ajustarlo todo, espejo, mirada, percepción, pupila, etcétera. La imagen justa de un cuerpo ¿pero qué cuerpo? El cuerpo de la ciencia médica o el cuerpo de la subjetividad hegemónica neoliberal; el cuerpo disciplinar; el cuerpo de un objeto o el cuerpo de un síntoma. Un cuerpo no es, ni la carne, ni la forma imaginada, ni el obsequio del lenguaje; un cuerpo es estrictamente todo eso a la vez replegado en una singularidad existente. La apariencia, o mejor dicho a estas alturas, la trans—parencia de una imagen justa e inorgánica del cuerpo pesa como sudario sobre el cuerpo reprimido. Sea en la costosa finura de los huesos, en la obesa capa del ocultamiento, en la debilidad de la excesiva masa muscular o en la concepción mecánica del cuerpo y sus órganos, el objetivo es el mismo: desaparecer el cuerpo en la apariencia, situada en el peligroso horizonte de la muerte. Reitero, no hay imagen justa, la única imagen justa es la que se obtiene directamente de la muerte como máscara mortuoria de un instante original. Con el tiempo he aprendido a deslizar fugazmente la mirada sobre los desapercibidos para perturbar lo menos posible su condición, pero siempre fallo en conservar intactos los cuerpos que yacen en la tensión de existir. Siento cuando la mirada los rasga, sin ningún pesar,


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desinteresados e indiferentes de las situaciones del mundo se mimetizan muy bien en paisajes de ciudades decadentes en donde apenas llega algo de luz. Los desapercibidos hacen aparecer al otro inadvertido en su desfigurada normalidad, toman diversas formas como las vidas que apenas logran tener un cuerpo o los cuerpos que apenas y logran mostrarse vivos. Parecen no tener voz, no pronuncian ninguna palabra, no se atreven a elaborar pregunta alguna sobre el universo, son los cuerpos tenues en el abismo del universo, siempre contemplativos a las más delirantes ensoñaciones. A solas, ya no se ocupan de su vacío, son su vacío, se consumen en lamentos de vidas no vividas hasta que la propia se extingue.

En cierta medida, un cuerpo es un espejo de agua Hace poco, mientras esperaba a una compañera para dialogar sobre el retrato, sentado en la mesa de una cafetería sin comensales, empecé a divagar sobre todas las superficies reflejantes en las que de alguna u otra manera podíamos reflejarnos; vasos, saleros, mesas de aluminio, ventanas, etc. Fue finalmente a través de su reflejo sobre la puerta de cristal de la entrada de la cafetería la que me advirtió de su llegada.

Se disculpó por la demora a lo cuál le conteste que no había molestia de mi parte, puesto que desde hace un rato ya había llegado a mi pensamiento. Comenzamos a platicar de nuestras experiencias sobre el autorretrato, fijamos nuestra atención en los distintos ángulos que se pueden tomar del rostro y las intenciones que se vinculan a ello en la solicitud de la mirada del otro. Entonces lanzó la pregunta: ¿Por qué nos da tanto miedo mostrarnos tal cuál somos ante el mundo? Miró su reflejo en sus lentes de sol y me preguntó sin darme oportunidad de responder ¿Crees que exista un rostro real detrás de esta mascara? Seguimos el diálogo en dirección a todo lo relativo a nuestra cultura que niega el paso del tiempo sobre la naturaleza del cuerpo y el rostro, hasta llegar al tema de la cosmética del rostro femenino. Es Ovidio quien desarrolló todo un tratado sobre la cosmética vinculándola al amor y sus remedios; es Narciso, es Medusa, es Dorian Grey, es el puer aeternus, es la eterna juventud, son todos los nacimientos de Venus, todas las matrices de representación con las que suponemos similitud de origen le dije. Son todas y cada una de estas marcas de occidente las que construyen el espectáculo y comercio del rostro idealizado, terso, fino, bello, joven, sano y que se vuelve extensivo a cada poro de la piel. 9


Editoriales: La imagen, un cuerpo

Entonces hizo silencio y exclamó ¡Qué miedo envejecer, pero qué necesario es renunciar a lo que creemos que somos para continuar! Tras tal expresión, cada uno comenzó por su parte a atacar el silencio en tierras del olvido, buscando los espejos de agua en los desiertos en donde nuestra vejez alguna vez se reflejó. La edad del desierto es engañosa, presume una vejez por su apariencia madura y milenaria pero en sus particularidades y delimitaciones singulares nos damos cuenta que en aquel pedacito de arena apenas nace una planta. Por mi parte le expuse mi inquietud entorno a la vitalidad y a la vejez. Siempre me ha llamado la atención el neonato por su contenido vital y su potencialidad de ser. Me gusta pensar en la vejez como la conservación de esas dos cualidades experimentadas a lo largo de los años ¿Qué no son esas experimentaciones relativas a lo que somos las que encarnan los movimientos vitales que nos orientan a la tarea de hacer nuestro lugar en el mundo? Si alguna función le atribuyo al arte es la de proponer mecanismos de experimentación existencial conducidos a provocar experiencias estéticas transformadoras por las que podemos llegar a tocar el borde, lo real del cuerpo, con toda su fuerza revitalizante, toque necesario para la actualización de las virtualidades que devuelven a la singularidad su procesualidad orgánica.

Sobre el autor: Martín Leal, es licenciado en artes visuales interesado en promover y desarrollar el pensamiento crítica como punto nodal en el entrecruce entre arte, filosofía y psicoanálisis. Su práctica artística busca promover en el otro la adquisición de diversas herramientas y procesos de transformación singular y colectiva, en beneficio de su operar cotidiano. Referencias de imágenes: [Foto de comida en instagram]. (s.f.) Recuperado de http://z1035.com/ the-most-instagrammed-food-goes-to [Ojo de Rocky Balboa]. (s.f.) Recuperado de http://www. solocineclasico.com/2015/07/peliculas-anos-20-un-perro-andaluz-1929. html [Foto de Belinda enseñando abdomen]. (s.f.) Recuperado de https:// instagram.com/p/6GBXJ5P_7w/?taken-by=belindapop [Foto de persona en ropa interior]. (s.f.) Recuperado de http:// www.gettyimages.com/detail/photo/model-posing-for-amateurphotographers-at-high-res-stock-photography/tlp905055 [Foto de chica en pasarela]. (s.f.) Recuperado de http://www. thedailyluxe.net/2015/04/mbfwa-10-shows-that-stole-fashion-week. html [Foto de joven fotografiándose frente al espejo]. (s.f.) Recuperado de http://picturehouseblog.co.uk/2014/08/05/finding-vivian-maierdiscover-tuesdays-

Adherencia terapéutica. La alimentación como pilar del tratamiento en adolescentes con diabetes mellitus tipo 1

Por MSc. Rosabel Novales O. (rosabelno@upr.edu.cu), Dra. Aurora García Morey, MSc. Alfredo Novales

Amado y Lic. Sahily Palacios Paz

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l proceso salud-enfermedad es producto de complejas interacciones entre los aspectos biológicos, psicológicos, sociales, económicos y culturales. Estos elementos condicionan la subjetivación que realiza el sujeto de su estado de salud, en función de la cual despliega una serie de conductas que se pueden convertir en favorecedoras u obstaculizadoras de su desarrollo bio-psico-social. La diabetes mellitus tipo 1 constituye una enfermedad crónica, cuya prevalencia es cada vez más frecuente en el mundo actual. Requiere de un tratamiento intensivo y disciplinado a lo largo de la vida del sujeto e implica un constante monitoreo de la enfermedad. Esto supone im-

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Editoriales: Adherencia terapéutica

portantes modificaciones en el estilo de vida de quienes la padecen. Elementos como la dieta, el control de la glicemia, los cuidados al organismo y la necesidad de mantener una vida saludable; actúan como fuentes generadoras de estrés en los sujetos con diabetes mellitus tipo 1, que pueden llegar a ocasionar inestabilidad emocional, trastornos de la alimentación, dificultades en la comunicación y en el contacto social. Según Felipe Zuñiga et al. (2009) la diabetes mellitus tipo 1 se presenta frecuentemente entre los 4 a 6 años y los 12 a 14 años de edad. Estas edades coinciden con el desarrollo emocional, superación de angustias básicas y generación de la autonomía e individuación.

Esta forma de diabetes, conocida anteriormente como diabetes insulinodependiente, o de comienzo juvenil representa del 5-10% de las personas diabéticas. En Estados Unidos representa el 15% de todos los casos de diabetes mellitus con una incidencia anual de aproximadamente 15 casos por cada 100 000 habitantes menores de 18 años y ha sido estimado que 3 de cada 1000 niños desarrollarán diabetes mellitus tipo 1 antes de los 20 años. La incidencia en Cuba es 2.8 x 100 000 habitantes. (Rivero, A.M. 2005)

Los trastornos psicológicos más observados en la diabetes son los adaptativos, afectivos, trastornos ansiosos, alimentarios, de pánico, de personalidad (limítrofe, antisocial), somatomorfos y trastornos psicóticos. Se realizó una investigación con el objetivo de caracterizar la adherencia terapéutica y la alimentación como pilar del tratamiento en adolescentes con diabetes mellitus tipo 1, que son atendidos en el Hospital Pediátrico Provincial “Pepe Portilla”, de la provincia de Pinar del Río. Con este propósito se diseñó un estudio exploratorio-descriptivo, que emplea la metodología cualitativa y el diseño de estudio de caso, en una muestra de 15 sujetos. Entre las técnicas empleadas en la investigación se encuentran: revisión de historias clínicas, completamiento de frases, dibujo (espontáneo y temático), composición, entrevista y observación. Los resultados obtenidos señalan que, en la muestra de estudio, predomina la adherencia parcial al tratamiento en el 80% de los casos, mientras que solo el 20% se encuentran totalmente adheridos al régimen terapéutico. Emergen como principales preocupaciones de los adolescentes del grupo estudiado, si deben inyectarse la insulina durante toda su vida, y la dieta que deben cumplir. Elementos que, según refieren, les impiden compartir en ocasiones con su grupo de amigos, lo que puede incrementar los sentimientos de rebeldía hacia los demás e inclusive respecto al cumplimiento del tratamiento. Los niños y los adolescentes con diabetes mellitus tipo 1, requieren una alimentación balanceada que les aporte las calorías y los nutrientes para satisfacer no sólo las necesidades para el crecimiento y el desarrollo adecuados, sino también que les sea agradable. Así se propicia su adhesión al régimen. La dieta sobresale como el elemento del tratamiento que más difícil les resulta cumplir a los adolescentes parcialmente adheridos al tra11


Editoriales: Adherencia terapéutica

tamiento, lo que asocian a que sienten que su organismo les demanda consumir mayor cantidad de alimentos del que deben, por lo que perciben la alimentación como restrictiva y limitante. Sobre la alimentación refieren que es «algo difícil», «una obligación», «estricta», «muy dura de llevar», «rigurosa», «exigente». Una de las adolescentes del grupo investigado refiere que para ella la mayor dificultad de este pilar del tratamiento radica en consumir todos los alimentos que debe durante el día, asociado a su estado de inapetencia. Tres adolescentes del sexo femenino evitan ingerir alimentos en el horario establecido para las meriendas, con el propósito de perder peso corporal, lo que influye negativamente en su estado de salud, al provocar estados de hipoglucemia en su organismo. Es frecuente en estos casos la presencia de transgresiones a la dieta (no merendar-consumir menos alimentos), lo que se asocia a la preocupación por la imagen corporal en estas edades. En la literatura consultada, se observa un consenso de los autores al considerar que de todos los elementos del tratamiento de la diabetes mellitus tipo 1, el régimen alimenticio es percibido por los pacientes diabéticos como el más difícil a respetar (Haugbolle, L., Devantier, K., Frydenlund, B. 2002). Marcos Araneda (2009) refiere que los adolescentes son, en general, mucho más adherentes a los elementos médicos del tratamiento (controles glicémicos e inyecciones de insulina) que a los elementos relacionados con los hábitos de alimentación. Una de las adolescentes del grupo investigado, de 11 años de edad, ocupa gran parte de 12

su tiempo al monitoreo de la enfermedad, con el propósito de variar las dosis de insulina en función del resultado y poder ingerir mayor cantidad de alimentos. La madre ha observado que todo el tiempo está muy intranquila, ansiosa (presencia de onicofagia), lo que incide en la constante realización de glicemias y el impulso constante a ingerir alimentos. Esta adolescente refiere que las exigencias respecto a la dieta son demasiado altas y la preocupación que esto le genera hace que ingiera alimentos a escondidas de los demás miembros de la familia, lo que ha provocado estados de hiperglucemia, además de mostrarse agresiva física y verbalmente hacia su hermano, quien ha asumido el rol de velar porque la adolescente no cometa infracciones en la dieta, tanto en el hogar como en la escuela. El 80% de los adolescentes representan gráficamente su vida con la diabetes a través de la dieta como un aspecto de su tratamiento que les resulta restrictivo y limitante, ya que dibujan alimentos que otros pueden comer y ellos no, mientras que el 20% restante representan variedad de frutas y vegetales que favorece la evolución del padecimiento.


Editoriales: Adherencia terapéutica

Los adolescentes reconocen la importancia de una buena alimentación para el adecuado manejo de su enfermedad, plantean que es «muy buena», «te ayuda cantidad», «es muy importante», «es adecuada para mi salud», «me mantiene en buen peso». A pesar de lo cual les resulta difícil, estricto y riguroso su cumplimiento. Sobre la autora: Rosabel Novales Ojeda. Fecha de nacimiento 29 de julio de 1989, Pinar del Río Cuba. Excelentes resultados académicos durante la etapa estudiantil que le permitieron ingresar al IPVCE Federico Engels. Participación en concursos, actividades programadas por la institución, jornadas científicas estudiantiles. En el año 2007 ingresa a la carrera de Psicología, en la Universidad de la Habana, en la que se integra a la vida universitaria, a través de la participación en eventos deportivos, festivales de cultura. Se gradúa de Licenciada en Psicología en el año 2012, con título de oro, desde ese entonces se inserta como docente en el Departamento de Humanidades de la Universidad de Pinar del Río. Se gradúa de máster en Psicología Clínica en el año 2014, actualmente se encuentra cursando la Maestría en Ciencias de la Educación. Ha participado en eventos científicos, ha realizado publicaciones, además de haber sido galardonada con el Premio Jóvenes Forjadores del Futuro.

Referencias de imágenes: [Foto de dibujo abstracto, igualdad y diferencia entre amigos]. (s.f.). Recuperado de http://acupsi.org/articulo/77/metodologa-para-laaplicacin-del-dibujo-temtico-en-la-evaluacin-e-intervencin-psicolgica. html Novales, R. (2012). Caracterización psicológica de escolares con diabetes mellitus tipo 1 a través de sus representaciones gráficas [Foto de dibujo abstracto] Recuperado de de Psicología. Universidad de La Habana. Bibliografía: Araneda, M. (2009). Adherencia al tratamiento de la diabetes mellitus tipo 1, durante la adolescencia. Una perspectiva psicológica. Revista Chilena de Pediatría, 80(6), 560-569. Haugbolle, L., Devantier, K., Frydenlund, B. (2002): A user perspective on type 1 diabetes: sense of illness, search for freedom and the role of the pharmacy. Patient Education and Counseling. Vol. 47. Pp. 361-8. Rivero, A.M. (2005). El proceso de aceptación de la diabetes mellitus en los niños escolares de la provincia de Pinar del Río (Tesis de Maestría, Universidad de la Habana). Zuñiga, F., Inzunza, C., Ovalle, C. y Ventura, T. (2009). Diabetes Mellitus Tipo 1 y Psiquiatría Infanto-Juvenil. Revista Chilena de Pediatría, vol. 80 (5), 467-474.

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Temática central:

Ana y Mía, la perfección en la anorexia y bulimia Por Lic. Martha Hilda Armendariz Estrada (martha.harmendariz@gmail.com)

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l presente texto constituye una aproximación entre consideraciones actuales referentes a los medios de comunicación en este caso el uso del internet en su relación con los trastornos de la alimentación pretendiendo enlazar con una perspectiva psicoanalítica. Es muy interesante la participación de blogs en particular referentes a Pro Ana y Pro Mía, que proporcionan información de un particular estilo de vida relacionado con ser anoréxica o ser bulímica. Si bien no es la causa precipitante ni tampoco

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condición para desarrollar tales estados, forman un punto de convergencia en casos que han requerido hospitalización. Se pretende crear una inquietud referente a la participación de las comunicaciones en el apuntalamiento del malestar o bienestar del sujeto. La anorexia y la bulimia nerviosa son los trastornos de conducta alimentaria, TCA, que se presentan con mayor frecuencia. En México ha ido en aumento el número de casos en los últimos años (Sámano 2013). La moda de la delgadez femenina y de una figura ideal propia de la primera etapa de la adolescencia


Tema central: Ana y Mía

fue propuesta en la década de los sesenta y ha persistido hasta la actualidad. La delgadez ha sido sinónimo de éxito al contrario la obesidad se ha asociado con una desgracia femenina. Los medios de comunicación popularizan la idea de la delgadez. Toro (1996), menciona la existencia de poderosos medios de comunicación, que llegan a casi todos los rincones del planeta, y, con ellos, la publicidad que amplifica el proceso. La industria adelgazante se extiende más allá de la moda, a ésta se incorporan los gimnasios, numerosos productos de farmacia, ciertas formas de dietética más o menos científicas y la cirugía estética. Causa o consecuencia de ello es que una parte significativa de la población adolescente femenina presenta insatisfacción corporal la cual se acentúa en períodos de malestar emocional y está dispuesta a realizar, y de hecho realiza, conductas de riesgo (dietas, vómitos, ejercicio excesivo) para adelgazar e intentar estar mejor con ellas mismas.(Morande,2005). Los medios de comunicación contemporáneos como es el uso de internet proporciona un medio de enseñanza fácil y rápido, de distinta índole a los usuarios, las redes sociales, páginas, sitios blogs constituyen una biblioteca informal (Sámano, 2013).

Desde hace aproximadamente quince a veinte años inició un movimiento en la red en Europa y Estados Unido denominado Pro Ana y Pro Mía, teniendo la finalidad de proporcionar una agrupación a las personas con diagnósticos de anorexia y bulimia, su identificación es de la siguiente forma; Ana para personas con anorexia, Mia para personas con bulimia.

El problema de la comida y la insatisfacción con la imagen corporal ha formado parte de la humanidad en la actualidad el protagonismo que brindan los medios de comunicación a través del internet en este caso en particular este sitio antes mencionado proporcionan un acceso fácil y rápido a una forma de vida. Bermejo (2011) menciona «el internet se ha convertido en cobijo de miles de jóvenes con problemas de alimentación». Pro Ana y pro Mía tiene millones de páginas y fieles seguidores que abogan por la libertad de expresión, poseen un lenguaje propio, códigos, signos de identificación cuyo objetivo es la pérdida de peso. La filosofía propia busca la perfección, autodenominándose princesas; una princesa es aquella persona que tiene anorexia o bulimia u otro trastorno de alimentación. La utilización de mariposas o libélulas que simbolizan lo etéreo, vestidos vaporosos, cuerpos escuálidos con coronas y diademas son sinónimos de belleza frágil. La identificación por medio de una pulsera en la mano izquierda, roja para Ana, morada para Mia, es usual. Los mandamientos y su particular forma de pensar gira alrededor de 15


Tema central: Ana y Mía

la siguiente frase: «Tenemos sueños y no es fácil cumplirlos cuando la sociedad tiene estereotipos y nos orilla a tomar ese camino para ser aceptadas por la sociedad y por nosotras mismas, es mejor muerta que gorda». Existen referencias para autolesionarse como una especie de castigo por fallarle a Ana o a Mía, el ayuno total prolongado es una meta para avanzados, la utilización de un lenguaje propio para designar a principiante y avanzados dentro del grupo forma toda una cultura alrededor de la pérdida de peso, (Bermejo, 2011).

pero en particular, trazan caminos para lo pulsional. La existencia de comunidades virtuales desde las que se suscita un empuje al síntoma y a la identificación con modelos universalizantes en torno al cuerpo, constituyen una forma de presentación que no es la causa ni determinan la aparición de los mismos síntomas más bien es una situación que se asocia y que no deja de ser importante pues constituye un modelo u objeto o ideal a seguir para relacionarse y vivir en este mundo. Sobre la autora: Psicóloga clínica en el Hospital de Psiquiatría 22 IMSS, 1998 al 2012. Consulta privada, supervisora residencia psiquiatría IMSS. Egresada Facultad de Psicología U.A.N.L en Psicología clínica infantil. Maestría en clínica psicoanalítica (2013—2015). Referencias de imágenes: [Foto de trastorno alimentación mariposa]. (s.f.). Recuperado de http:// img.teoriza.com/gonzo/anti-anorexia-bulimia-eres-mas-que-unaimagen.jpg [Foto de mandamientos Ana y Mía]. (s.f.). Recuperado de http://image. slidesharecdn.com/carlosigualmerida-140306014520-phpapp02/95/ carlos-igual-garrido-amenazas-a-la-seguridad-de-los-menores-en-lastic-13-638.jpg?cb=1394176381 [Foto de blog fondo de pantalla]. (s.f.). Recuperado de http:// empezando-a-ser-ana.blogspot.mx/ [Foto de personas con anorexia]. (s.f.). Recuperado de http://peru.com/ actualidad/los-diez/diez-casos-personas-anorexia-que-conmocionaronal-mundo-noticia-369562 [Foto de comic de Ana y Mía]. (s.f.). Recuperado de http:// paradiseandsmiles.blogspot.mx/2014/08/mundo-de-ana-y-mia.html [Foto de blog inicio de la carrera por la perfección]. (s.f.). Recuperado de http://anaymiacarreradekilos2014.blogspot.mx/ [Foto de blog hada perfección]. (s.f.). Recuperado de http:// princesita0408.blogspot.mx [joven llorando frente a computadora].(s.f) .Recuperado de: Bibliografía:

Desde un punto de vista psicoanalítico de este fenómeno es importante articular lo subjetivo el panorama social, y los múltiples rostros que toma el síntoma en la actualidad. En «El Malestar en la Cultura», Freud señala que en la economía libidinal de cada individuo inciden diversas condiciones exteriores, y que estas también condicionan los modos en que cada sujeto intenta encontrar la felicidad. Una de estas vías refiere a lo colectivo que con las exigencias culturales encausan parte de la vida psíquica y las relaciones con el mundo, 16

B. Bermejo, L. Saúl, C, Jenaro (2011) La anorexia y la bulimia en la red “Ana y Mia”, dos malas compañías para las jóvenes de hoy. Acción psicológica vol.8, No.1. S. Freud (1930) “El malestar en la cultura”. Obras completas, Vol. XXI, Buenos Aires, Amorrotu Editores G. Morandé (2005) Aspectos socioeconómicos y trastornos alimentarios de la desnutrición a la opulencia, Hospital del niño Jesús, Madrid. L. Sámano (2013) ¿Influyen el internet, las redes sociales electrónicas y otras herramientas educativas en el desarrollo de la anorexia nerviosa y bulimia?, Universidad de Morelia S.C. Nutrición Clínica y dietética hospitalaria. Toro J (1996). El cuerpo como delito. Anorexia, Bulimia, Cultura y sociedad. Barcelona: Ariel Ciencia.


Tema central: Prevención de los trastornos de la conducta alimentaria

Prevención de los trastornos de la conducta alimentaria

Por Dra. Eva Trujillo Chi Vacuan y M.C. Juventino Cortez Gómez

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a prevención de los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) es un trabajo complicado y de mucho esfuerzo. Actualmente, los trastornos como la anorexia y la bulimia son condiciones comunes en nuestra sociedad. Estos trastornos son observados a través de la manifestación de signos y síntomas exhibidos por la exageración de conductas y actitudes hacia la comida y el cuerpo consideradas normales dentro de nuestra sociedad. La gama de conductas puede llevarnos desde condiciones patológicas como la bulimia y anorexia, hasta algunas conductas que pueden ser socialmente aceptables como las prácticas asociadas a la ortorexia, la vigorexia o conductas alimentarias de riesgo. La pregunta central que tendríamos qué hacernos es: ¿Cuáles pueden ser los motivos por los cuales aparecen este tipo de trastornos? Los TCA son enfermedades mentales serias y complejas. La ciencia afirma con un grado razonable de certeza médica y científica que los Trastornos de la Conducta Alimentaria son significativamente heredables e influenciados por alteraciones en la función cerebral cognitiva, juicio y estabilidad emocional, y restringe las actividades de la vida de las personas afectadas por estas enfermedades. Por lo cual la etiología de los TCA es multifactorial e incluye una combinación genética, biológica, y vulnerabilidad temperamental que interactúe con circunstancias ambientales que aumenten el riesgo.

Sumado a esto, los modelos presentados en los medios de comunicación como «figuras ideales» o «ideales de belleza» son condicionantes para que los niños, jóvenes y adultos presenten disgusto con su figura corporal. Estas figuras ideales se convierten en los estándares de belleza. Si podemos analizarlo, el bombardeo continuo de publicidad de ropa, productos de belleza, entre otros, los cuales están asociados con creencias de que éstas figuras producen felicidad, armonía y sensaciones de autoestima, produce en el público una «necesidad» de alcanzar los ideales de belleza. Esta «necesidad» crea en las personas una alteración en la forma en que se perciben a sí mismos, por lo cual uno de los medios de alcanzar ese «ideal de belleza» se da al modificar los patrones alimentarios produciendo severas alteraciones que inicialmente aparecen como conductas alimentarias de riesgo, pero que eventualmente pueden derivar en trastornos como la anorexia y la bulimia.

En México, un porcentaje importante de la población sufre de obesidad o sobrepeso y diversas investigaciones indican que a mayor sobrepeso/ obesidad, existe una mayor insatisfacción con la figura y el peso corporal, y por lo tanto una mayor práctica de dietas bajas en calorías o restrictivas como consecuencia de esta insatisfacción corporal, que en gran parte es generada por la presión social a alcanzar un estándar de belleza de una cultura enfocada en la delgadez casi enfermiza, y que suele ser una de las puertas de entrada para desarrollar un Trastorno de la Conducta Alimentaria. (Stice & Shaw, 2010). 17


Tema central: Prevención de los trastornos de la conducta alimentaria

La anorexia es un trastorno alimentario que lleva a que las personas pierdan más peso de lo que se considera saludable para su edad y estatura. Las personas que manifiestan este trastorno pueden presentar un miedo intenso a aumentar de peso; además, presentan una alteración en la percepción y se sienten insatisfechas de su imagen corporal ya que aun y cuando se encuentran con peso insuficiente, siguen pensando en disminuir su peso. Es posible que hagan dietas o ejercicio en forma excesiva o que utilicen otros métodos para bajar de peso. La bulimia es un trastorno alimentario en la cual una persona tiene episodios regulares de comer en exceso (atracones) y siente una pérdida de control. La persona utiliza diversas formas, tales como vomitar o consumir laxantes (purgarse), para evitar el aumento de peso, ya que sienten culpa de haber consumido la comida en exceso. Al igual que en la anorexia, la persona presenta una percepción de su imagen corporal alterada, además de sentir una gran insatisfacción de su figura. A nivel mundial, existe una incidencia entre el 0.5% y el 3.5% de la población que presenta TCA (Benjet, Méndez, Borges, Medina—Mora, 2012). En México, son escasos los estudios que permiten determinar la cantidad de personas que presentan estos trastornos. En la población adulta se ha encontrado un porcentaje entre el 1.7% y el 2.5%, mientras que en los adolescentes aumenta hasta el 2.8%. En Adolescentes entre 10 y 19 años de edad, la ENSANUT 2012 arrojó que la proporción de sujetos con riesgo total de tener un TCA es de 1.34%. Sin embargo, estos datos siguen siendo poco representativos de un trastorno que aumenta considerablemente. Aunque los TCA no son exclusivos de los adolescentes, estos son la población más vulnerable a padecer estos trastornos. Por esta razón es muy importante encontrar métodos sensibles que permitan trabajar correctamente con la pre18

vención de estas. Los métodos de prevención de los trastornos de la conducta alimentaria han evolucionado de ser solamente medios de información sobre la importancia de la sana alimentación, estrategias de psicoeducación basadas en los cambios de hábitos, estrategias de modificación de conducta, hasta convertirse en sesiones de intervención grupal que se basan en estrategias cognitivo—conductuales para modificar principalmente las ideas distorsionadas sobre la imagen corporal. El Dr. Eric Stice diseñó un programa focalizado en la intervención de las ideas irracionales de la figura corporal en adolescentes que no presentan trastornos de la conducta alimentaria. Este programa es actualmente uno de los más eficientes en la prevención de los TCA. Se ha encontrado que los cambios en la percepción y satisfacción de la imagen corporal repercuten directamente en la conducta alimentaria. Por lo cual el foco de atención de este programa es hacer conciencia de las ideas distorsionadas sobre la propia figura corporal (Stice & Shaw, 2004; Stice, Rhode, Durant & Shaw, 2012). El proyecto de Body Project trata de extenderse por todo el mundo y México no es la excepción. Actualmente, Comenzar de Nuevo A.C., se encuentra trabajando en la parte clínica y de investigación del Body Project. Es sumamente importante conocer si este método de prevención también puede ser válido y confiable en la población latina, específicamente en la población mexicana. Por lo cual estamos desarrollando y contextualizando este método para nuestra población. Es sumamente importante consolidar este tipo de proyectos en nuestro entorno, que nos permita prevenir adecuadamente, además de detectar casos tempranos de TCA. En conclusión, el trabajo en la prevención de los TCA es vital para disminuir la incidencia de este tipo de trastornos en nuestro entorno. Si bien, como explicamos previamente, existen


Tema central: Prevención de los trastornos de la conducta alimentaria

muchos factores que contribuyen a la aparición de estos TCA, es importante prevenir y sobre todo enseñar la importancia de la aceptación de la figura corporal dentro de la población adolescente en México.

Stice, E., Rohde, P., Durant, S., & Shaw, H. (2012). A preliminary trial of a prototype internet dissonance—based eating disorder prevention program for young women with body image concerns. Journal of consulting and clinical psychology, 80(5), 907. Stice, E., & Shaw, H. (2004). Eating disorder prevention programs: a meta—analytic review. Psychological bulletin, 130(2), 206.

Relación de la capacidad Resiliente y la Obesidad Por Gerardo Leija Alva

E Sobre los autores: La Dra. Eva Trujillo Chi Vacuan es médico especialista en Pediatría por el ITESM, con subespecialidad en el Tratamiento para Trastornos de la Conducta Alimentaria. Es fundadora y Director Médico de la Fundación Comenzar de Nuevo A.C. y actualmente Presidenta de la Academy for Eating Disorders, y pertenece al comité directivo de la International Association of Eating Disorders Professionals. Tiene diferentes publicaciones de artículos científicos y libros en las áreas de pediatría y trastornos de la conducta alimentaria. El Lic. Juventino Cortez Gómez. Licenciado en Psicología por la UANL. Maestro en Ciencias con Orientación en Cognición y Educación por la UANL. Estudiante del doctorado en Filosofía de la Psicología por la UANL. Fue catedrático de la Facultad de Psicología. Actualmente es coordinador de el área de investigación en Comenzar de Nuevo A. C. Referencias de imágenes: [Simbología color naranja]. (s.f.). Recuperado de [Pantalón grande]. (s.f.). Recuperado de https://pixabay.com/es/ vientre-cuerpo-ropa-dieta-mujeres-2473/ [Reflejo distorsionado en espejo]. (s.f.). Recuperado de ://pixabay. com/es/p%C3%A9rdida-de-peso-adelgazamiento-dieta-494284/ [Logo de stop bulimia]. (s.f.). Recuperado de ://commons.wikimedia. org/wiki/File:STOP.jpg Bibliografía: Benjet, Corina, Méndez, Enrique, Borges, Guilherme, & Medina— Mora, María Elena. (2012). Epidemiología de los trastornos de la conducta alimentaria en una muestra representativa de adolescentes. Salud mental, 35(6), 483—490. Recuperado en 15 de julio de 2015, de http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_ arttext&pid=S0185—33252012000600005&lng=es&tlng=es. . Stice, E., Ng, J., & Shaw, H. (2010). Risk factors and prodromal eating pathology. Journal of Child Psychology and Psychiatry, 51(4), 518—525.

l estar expuestos(as) a eventos traumáticos o adversos en el transcurso de la vida y poder resistir las condiciones estresantes que preceden después de la situación negativa, es algo que muchas personas en todo el mundo han experimentado. Existen investigaciones que han evaluado estas consecuencias negativas y el impacto emocional que provocan. Sin embargo, en las últimas dos décadas se han publicado trabajos, que principalmente, se han enfocado en los mecanismos psicológicos y neurobiológicos involucrados en la promoción de la respuesta resiliente ante estos eventos (Feder, Nestler, Westphal & Charney, 2010). Esta respuesta es más común de lo que antes se creía, se han reportado que existen un gran número personas que la utilizan como parte de los recursos propios para salir adelante, (Manciaux, Vanistendael, Lecomte y Cyrulnik, 2001) A partir de los años 80’s algunos investigadores se interesaron sobre este tema, se centraron en resaltar el cambio de paradigma al enfocar ahora la atención no sobre los factores de riesgo, o las consecuencias psicopatológicas, que surgen a partir de estos problemas psicosociales, si no a la identificación de los puntos fuertes de una persona después de vivenciar situaciones difíciles (Richardson, 2002). Las primeras investigaciones se enfocaron, en niños y jóvenes quienes prosperaron y salieron adelante pese a que se encontraban en circunstancias difíciles tales como: la pobreza, la enfermedad mental de los padres, violencia física entre otras (Garmezy, 1999; Rutter, 1990; Werner & Smith, 1992) En general estas 19


Tema central: Relación de la capacidad Resiliente y la Obesidad

investigaciones reportan como los individuos utilizaron cualidades propias que les ayudaron a salir adelante, y sobreponerse, es decir, a ser resilientes. El propósito de estas primeras investigaciones, fue la búsqueda de los factores protectores ante eventos estresante e identificar las diferencias entre las personas que se adaptan a las circunstancias y los que sucumben a las exigencias o adversidades. A principios de 1990, el foco de la investigación se ha dirigido a la comprensión del proceso a través del cual las personas son capaces de superar las adversidades que experimentan (Luthar , Cicchetti , y Becker , 2000 ). Estudios posteriores se han enfocado en identificar esta respuesta como un rasgo, y como un proceso, que surge como resultado de varios aspectos medioambientales sociales y personales. A partir de estos estudios, se han tratado de identificar los componentes, factores, indicadores y antecedentes, lo cual ha complejizado su compresión y medición. Davydov, Stewart, Ritchie, & Chaudieu (2010) observaron que las discrepancias conceptuales de la resiliencia, dificultan la evaluación y comparación de los resultados de investigación de esta, y se dificulta realizar meta—análisis, y en ocasiones se hace difícil operacionalizar el constructo a efecto llevar a cabo su valoración. Por lo tanto, estos investigadores, concluyeron que la investigación en esta área debe proceder en primer lugar por la unificación conceptual. Fletcher y Sarkar, (2013) realizaron un trabajo cuyo objetivo fue el de realizar una revisión crítica sobre la variedad de definiciones, conceptos y teorías acerca de la resiliencia psicológica. En cuanto a la definición estos autores reportan que la mayoría de los investigadores coinciden en considerar a la resiliencia como la respuesta ante una adversidad y su principal consecuencia es considerada como una adaptación positiva. Otro debate sobre este constructo y específicamente sobre esta capacidad de recuperación es si esta es vista como un rasgo o un proceso. Fletcher y Sarkar realizaron una revisión de varios artículos en donde se enumeran los rasgos que son considerados factores de protección y 20

que se han identificado en la literatura como generadores de la capacidad de recuperación y adaptación positiva entre los cuales destacan: la resistencia o Hardiness, las emociones positivas, la extraversión, la autoeficacia, la espiritualidad, la autoestima y el afecto positivo. Sobre este último punto, algunos autores argumentan que la experiencia de emociones positivas es el reflejo de un modo resiliente de afrontar las situaciones adversas, pero también existe evidencia de lo contrario, por lo que se puede hablar de una causalidad recíproca. Así, se ha encontrado que las personas resilientes hacen frente a experiencias traumáticas utilizando el humor, la exploración creativa y el pensamiento optimista (Fredrickson y Tugade, 2003). La conceptualización de la resiliencia como proceso que llevaron a cabo Fletcher y Sarkar, encontraron que los efectos de los factores de protección varían contextualmente (de una situación a otra) y en el tiempo (con una diversidad de situación y a lo largo de la vida). Es por esto que aunque una persona puede reaccionar de manera positiva ante la adversidad en un momento de su vida, eso no quiere decir que la persona va a reaccionar de la misma manera a los factores de estrés en otros puntos de su vida. De este modo la resiliencia es una capacidad que se desarrolla con el tiempo en el contexto de las interacciones persona –ambiente, pero que en el momento que surge, llevara al individuo a un equilibrio y superación positiva de la situación. A partir de estos elementos los autores consideran que la resiliencia puede definirse como: “la capacidad


Tema central: Relación de la capacidad Resiliente y la Obesidad

que promueve el bienestar personal y protege a los individuos de la valoración negativa de los eventos generadores de estrés” (Fletcher y Sarkar, 2013). Otro fenómeno relacionado a la resiliencia es que se tenía la tendencia a asumir que las circunstancias negativas de la vida impiden la adaptación positiva. Sin embargo, Seery , Holman y Silver (2010 ) descubrieron que las personas con antecedentes de alguna adversidad durante la vida reportaron mejores resultados de salud mental y bienestar que las personas sin antecedentes de la adversidad (Neff y Broady , 2011 ; Seery , 2011). De hecho, en estas investigaciones se ha sugerido que la exposición a la adversidad con moderación puede movilizar recursos sin explotar, ayudar a involucrar a redes de apoyo social, y crear un sentido de dominio sobre las adversidades futuras. Es de este modo que autores como Zautra y su equipo se refiere a la resiliencia como el resultado

de una adaptación exitosa a la adversidad que conducen a las personas a llevar a cabo acciones más saludables después de las circunstancias estresantes (Zautra, 2008).

Resiliencia y enfermedad En los 90’s aparecen los primeros estudios sobre el impacto de la resiliencia sobre la enfermedad crónica (Kuh y Ben— Shlomo 1997). Kralik, trabajó con un grupo de personas con diabetes e hipertensión, mediante la utilización de procesos de interacción propias de la investigación—acción participativa (IAP), para generar una respuesta resiliente, que permitió el proceso de transición de aprender a adaptarse a la vida con una enfermedad crónica. En este trabajo de investigación se puso de manifiesto que se apoya en un fuerte sentido de autoestima, la capacidad de aprender de las experiencias y el desarrollo de la capacidad para adaptarse.

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Tema central: Relación de la capacidad Resiliente y la Obesidad

Aspectos que el autor considera centrales para vivir bien pese a padecer un enfermedad crónica (Kralik. 2006) Yi y colaboradores en un trabajo también con personas con diabetes, reportan que las personas con bajos o moderados niveles de resiliencia mostraron fuertes asociaciones entre el aumento del distrés y el empeoramiento en el nivel de azúcar en sangre a diferencia de quienes presentaron alta resiliencia, además de que bajos niveles de resiliencia se asociaron con menor número de comportamientos de autocuidado cuando se enfrentaban cada vez con más peligros. El autor concluye que los recursos de resiliencia como el optimismo, autoestima, autoeficacia y autocontrol predicen el nivel futuro de glucosa en sangre y protegen contra el empeoramiento del padecimiento (Yi et al., 2008).

Obesidad y Resiliencia La obesidad se caracteriza por un desequilibrio entre el ingreso de energía a través de la ingesta de los alimentos y el gasto de esta durante el funcionamiento diario del individuo. Cuando es más la energía que ingresa que la se gasta, y esto situación persiste durante el tiempo sin un control del organismo y de forma crónica, se produce la obesidad. Los malos hábitos y estilos de vida inadecuados en muchos de los casos, producen este desequilibrio. En los últimos años las investigaciones se han enfocado no solo en factores individuales como los genéticos o biológicos, como generadores de esta problemática, sino también en los fenómenos psicosociales como el estrés, la violencia y las adversidades. En un metanálisis realizado por Vámosi, Heitmann, Kyvik (2010) estos autores encontraron que los factores psicosociales que estuvieron relacionados con la obesidad del adulto fueron: falta de atención durante la infancia, abuso y los trastornos infantiles de ansiedad. Además, la depresión en la adolescencia tiende a estar relacionada con la obesidad en adultos, pero sólo entre las chicas jóvenes. Las dificultades de aprendizaje y destrezas escolares por debajo del promedio fueron también factores de riesgo. Otro estudio elaborado por Vámosi, Heitmann, 22

Kyvik (2010) revisaron 1650 respuesta de una encuesta nacional que abarcó los años 1995–2005 denominada National Survey of Midlife in the U.S. (MIDUS) encontraron que los encuestados que reportaron haber experimentado tanto la violencia física y psicológica de compañeros o familiares estuvieron clasificados como obesos, en contraste con los encuestados que reportaron nunca haber experimentado algún tipo de violencia por parte de los padres. También se encontró que en estas personas incremento en la ingesta alimentaria se dio en respuesta al estrés así como con historias problemáticas de la violencia y tuvieron mayor riesgo de obesidad en la etapa de adultos. En el 2012 Barbara Stewart—Knox y su equipo reportó un trabajo en donde se buscó entender el contexto psicosocial de la obesidad para lo cual entrevistó a una muestra que estuvo conformada por adultos de mediana edad ≥ 43 años quienes fueron reclutados en Gran Bretaña (GB) (n = 1182) y Portugal (n = 540). Las entrevistas buscaban explorar las asociaciones entre el índice de masa corporal (IMC), la circunferencia de cintura (CC), los factores demográficos que intentaron identificar que influyen sobre estas variables fueron: la actividad física, los hábitos dietéticos, acontecimientos de la vida, Resiliencia, Nivel de Humor, nivel de esperanza y el Estrés percibido. Entre los resultados relacionados con la resiliencia se reporta que una menor capacidad de resiliencia fue predictor de una mayor circunferencia de cintura. En un estudio realizado por Cameron y su equipo (2012) cuyo objetivo evaluar las consecuencias de vivir en un barrio de desventaja socioeconómica, así como los factores de protección que utilizaban ante la desventaja social. Los autores reportan que las mujeres clasificadas como resilientes a la obesidad tendieron a ser más jóvenes, nacidas en el extranjero, con más alto nivel de educación, soltera y tener ingresos ligeramente superiores a la media. Ellas participaron en una mayor cantidad de actividades físicas en su tiempo libre y consumieron menos comida rápida (Fast Food) y refrescos que las mujeres con sobrepeso / obesidad.


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Conclusiones El desarrollo de una respuesta Resiliente ante uno o varios eventos adversos es una posibilidad que se puede presentar y la consecuencia será una adaptación exitosa ante dicho evento. A partir de lo que se conoce hasta ahora la aparición de dicha respuesta por parte de las personas dependerá de vario factores, entre ellos, un ambiente social y familiar de apoyo y solidaridad, muestras de afecto positivo y negativo, siendo los primeros los que más predominan, mientras que los segundos serán específicos para enfrentar las situaciones de forma adaptativa y tenderán a desaparecer cuando ya se haya solucionado el evento activador. Esta respuesta dota a la persona de estrategias para poder enfrentar situaciones difíciles con pensamientos y emociones positivas y adaptativas. Cuando se adquiere una enfermedad de tipo crónico, la estrategia para enfrentarla deberá de ser muy concreta y con una elevada adherencia al tratamiento, ya que este será de por vida y de no seguirlo la calidad de vida se puede deteriorar de forma importante. La obesidad al ser considerada una Enfermedad Crónica no Transmisible, quien la padece deberá de realizar cambio en sus estilos de vida. Esta situación es generadora de mucho estrés, tanto para el paciente como para su familia, amigos y compañeros. En algunos casos esta problemática de salud viene seguida de años en donde se vivieron eventos adversos y no se tuvo la capacidad resiliente suficiente para

disminuir el impacto de estos sobre el individuo y su organismo, aunado a factores ambientales genéticos y conductuales, se desencadena la Obesidad. A partir de lo revisado en este trabajo, es muy importante que el tratamiento de la Obesidad, no solo sea de tipo farmacológico. El trabajo del psicólogo puede ir dirigido a identificar factores psicosociales que puedan estar influyendo en el desarrollo y mantenimientos de esta problemática. La resiliencia como esa respuesta adaptativa ante eventos adversos, puede ser de mucha utilidad para que el paciente pueda enfrentar la enfermedad vista como un evento adverso. La búsqueda de estrategias para que el paciente desarrolle esta capacidad es una tarea pendiente en el ámbito de la psicología de la salud. Este trabajo es solo una muestra de los conocimientos que ya se tienen y de cómo pueden utilizarse. Pero hace falta mucho más para poder decir que el desarrollo de la capacidad resiliente en personas con obesidad es posible, y de lograrse este puede generar una esperanza en la mejora de la calidad de vida. Sobre el autor: Gerardo Leija, Licenciado en Psicología con maestrías en psicología general experimental con Énfasis en salud y maestría en alto rendimiento deportivo. Se especializa en psicología de la salud y en PNL con enfoque en salud. Docente en varios centros y universidades. Trabajo psicoterapéutico en el Hospital de la mujer, psicólogo en el Reclusorio Preventivo Varonil Sur. Capacitador en Instituto Nacional para la Educación de los Adultos. Autor del libro: Aportaciones mexicanas al estudio y tratamiento de la obesidad.

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Prácticas alimentarias dentro de un contexto de inseguridad alimentaria. <<Una propuesta de investigación cualitativa desde la peerspectiva de los adolescentes>> Por MTS. Sandra Rubí Amador Corral y Dra. Martha Leticia Cabello Garza

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Introducción

as sociedades contemporáneas se caracterizan por un gran interés relativo a la alimentación debido a que en varios países del mundo se está desarrollando una transición en la alimentación que afecta la vida cotidiana de sus integrantes (Bertrán, 2009; Gracia, 2005; Luque, 2008). De acuerdo a Ortiz, Vázquez y Montes (2005), en México el estudio de la alimentación se ha abordado desde diferentes enfoques: a) como un asunto del Estado en el que se analiza la política social implementada para impulsar, o no la producción y el abasto de alimentos, donde conceptos como la soberanía, autosuficiencia y seguridad alimentaria forman parte importante dentro de este enfoque; b) un enfoque económico en el que se estudian los cambios en la dieta mexicana que enfatiza el


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creciente predominio de la industria alimentaria en el país; c) estudios nutricionales relacionados al consumo y al estado nutricional de grupos de la población, resaltando problemas de desnutrición o malnutrición en algunas zonas del país y d) los estudios antropológicos que estudian hábitos, costumbres y prácticas que rigen la alimentación de los grupos de la población. Es nuestro interés resaltar la importancia del estudio social de la alimentación, que si bien es un hecho biológico de absoluta necesidad para la sobrevivencia, también es un hecho eminentemente social ya que está asociado a representaciones, creencias, conocimientos y prácticas que son determinadas por cada sociedad en particular (Bertrán, 2009; Contreras; 2005). Las personas se alimentan en función de la sociedad y de los diferentes escenarios en que se desenvuelven, donde confluyen aspectos económicos, sociales, culturales, familiares, políticos y ambientales (De Garine, 2002; Gracia, 2005; Bertrán, 2010). Anteriormente la mayor preocupación de los países en desarrollo estaba relacionada con la escases de alimentos; el reto era cómo llevar alimentos a su mesa, cómo alimentar a los pobres y desnutridos y la seguridad alimentaria; tenía esa connotación (Contreras, 2005; De Jesús, 2010). Cabe aclarar que cuando se habla de seguridad alimentaria, se refiere a garantizar el aprovisionamiento de alimentos, sobre todo en los países industrializados; no obstante, el término de seguridad alimentaria ha adquirido otro significado que está relacionado al consumo de alimentos libres

de riesgos para la salud que implica que estos cubran los requerimientos nutricionales e higiénicos necesarios, además de que la forma en que se producen y adquieren sea socialmente aceptable (Contreras, 2005; Camberos, 2000). Es dentro de este contexto que se agrega un nuevo concepto: inseguridad alimentaria. Según Fernández y otros (2010), la inseguridad alimentaria se presenta cuando un individuo experimenta disponibilidad limitada o incierta de alimentos, lo que impide que consuma una dieta variada que le permita cubrir requerimientos nutrimentales, o bien cuando no tiene la capacidad de acceder a dichos alimentos. En los últimos años ha existido un interés creciente por el estudio de la inseguridad alimentaria relacionada con los problemas de salud de las sociedades debido a la estrecha relación entre ésta y el consumo de alimentos con altos contenidos de grasas y azúcares que pasan por largos procesos de industrialización antes de llegar a ser consumidos por la población y son considerados como los causantes de sobrepeso, obesidad y las enfermedades crónicas no trasmisibles (ECNT) (Organización de las Naciones Unidas para la Aumentación y la Agricultura, 2013). En los países desarrollados el concepto de inseguridad alimentaria puede tener dos connotaciones: a) que los alimentos sean higiénicos y que la manera en la que se producen y adquieren sea socialmente aceptable, y b) que la disponibilidad de alimentos es incierta debido a que va acompañada de que estos cubran los 25


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requerimientos nutricionales necesarios. Según Luque (2008), los entornos alimentarios son inseguros, puesto que en múltiples espacios se muestran alimentos para su adquisición, constituidos de manera creciente por las grandes cadenas de distribución y de los restaurantes de comida rápida, aunado a la publicidad que ejerce gran influencia en este rubro y a las múltiples opciones disponibles que se encuentran en los mercados alimentarios (Gracia, 2005). Dentro del contexto de inseguridad alimentaria, surge sin tregua el “ambiente obesogénico”, concepto que ha sido utilizado en México por las campañas de salud y por estudiosos de problemas relacionados a la alimentación. Definido como aquel que es consecuencia del avance de la industria alimentaria, la publicidad y diversas cuestiones estructurales, donde se incita a la población a consumir más alimentos de los que el cuerpo necesita (Muñoz, Córdova y Boldo, 2012). El ambiente obesogénico está conformado por la disponibilidad permanente de alimentos con alta densidad energética y por una estructura social-tecnológica que facilita el sedentarismo y tiene un factor poderoso para generar obesidad y problemas de salud relacionados con los alimentos (Laguna, 2009, De León, 2008). Datos presentados por la Organización Mundial de la Salud (2010), muestran que si bien el exceso de alimentos es bueno para la industria alimentaria, no parece serlo para salud física y mental de las personas. En las sociedades modernas conviven una cantidad enorme de productos alimentarios junto con miles de mensajes para evitarlos; en este sentido, los nuevos problemas derivados de la alimentación están asociados a la complejidad del sistema alimentario, que por un lado promueve el consumo, y por otro lado lo restringe con publicidad sobre la importancia de una buena alimentación para evitar enfermedades (Gracia, 2003; Díaz y González, 2008). Por otra parte es necesario tomar en cuenta que las personas eligen los alimentos que van a consumir en función del contexto social en el que se desenvuelven, por lo que es trascendental cuando se pretende incidir en problemáticas 26

relacionadas con el consumo de alimentos, analizarlo y estudiarlo como un proceso, es decir como un conjunto de comportamientos insertos en ámbitos privados y públicos, que generan un cambio en los estilos de vida, en su cultura y en las estructuras de la sociedad (Bertrán; 2010; Muñoz y Córdova y Boldo, 2012; Gracia 2005). Las prácticas alimentarias están fuertemente asociadas a factores culturales, nutricionales, socioeconómicos y demográficos; para conocerlas y analizarlas, se necesita saber lo que las personas consumen de manera cotidiana, pero es aún más importante lograr un entendimiento del por qué se consume, con quién y en dónde; es decir, comprender cómo interactúa ese contexto con los grupos de la población que son vulnerables. Uno de los grupos que más se encuentra en riesgo son los adolescentes. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2014) los adolescentes son un grupo vulnerable de la población que en las últimas décadas ha presentado importantes problemas de salud que están relacionados a la alimentación y a la nula actividad física. El sobrepeso, la obesidad, las prácticas alimentarias de riesgo, además de las enfermedades crónicas no trasmisibles, (ECNT) son mencionados por las últimas Encuestas Nacionales de Salud y Nutrición en México como problemas importantes que están afectando a los adolescentes de todo el país (Gutiérrez y otros, 2012). En México, el sobrepeso y la obesidad en los adolescentes ha aumentado casi tres veces en los últimos 20 años. El 30% de los adolescentes tiene sobrepeso u obesidad, es decir que más de uno de cada cinco adolescentes tiene sobrepeso, y uno de cada 10 presenta obesidad (Gutiérrez y otros, 2012). La prevalencia de sobrepeso y obesidad combinada en adolescentes según la última Encuesta Nacional de Salud (ENSANUT, 2012), es de 35.8% para la mujeres y 34% para los hombres. De acuerdo a esta encuesta, el 13% de los adolescentes se encuentran en riesgo de tener enfermedades relacionadas a la alimentación, porcentaje que aumentó en 5% en comparación con la Encuesta Nacional de Salud del 2006 (Oláiz y otros, 2006).


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Las conductas alimentarias de riesgo más frecuentes en los adolescentes son: la preocupación por engordar, comer demasiado y perder el control sobre lo que se come. Si de género se trata, en las mujeres, la conducta alimentaria de más alto rango es la preocupación por engordar (20%); y en los hombres, la conducta de riesgo más frecuente es el hacer ejercicio en exceso para perder peso (13%) (Gutiérrez y otros, 2012). Cabe mencionar que este tipo de conductas se puede considerar como la antesala a los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) como la anorexia y la bulimia. Aunque en México no existen cifras oficiales en relación a la prevalencia e incidencia de los TCA, algunos estudiosos del tema (Unikel y Romo, 2010) manifiestan la importancia de su estudio, ya que este tipo de trastornos ocupan cada vez más y con mayor frecuencia los servicios médicos y de salud mental de instituciones públicas y privadas. Desde una perspectiva social son pocos los estudios que han abarcado el tema de la seguridad e inseguridad alimentaria (Meléndez, Cañez y Frías, 2010; Sandoval, Domínguez y Cabrera, 2010). La mayor parte de las investigaciones encontradas se aborda la problemática desde enfoques epidemiológicos de la alimentación que tratan aspectos dietéticos relacionadas al riesgo de padecer obesidad y las con-

secuencias que de ella se derivan (Alvarado y Luyando, 2013; Calderón, Forms y Varea, 2010; Tapasco y Velázquez, 2011; Hernández y otros, 2012; Hernández y otros, 2011; Lara, Romero y Rovetto, 2009; Osorio y Amaya 2008; Castañeda, Rocha y Ramos y 2008). De acuerdo a Sandoval, Domínguez y Cabrera (2010), aunque estos enfoques se han limitado a investigar e incorporar aspectos sociales e individuales de la alimentación, no existen aquellos que estudien las experiencias de los sujetos dentro de esta problemática y su interacción social con los alimentos. En México hay pocos estudios cualitativos que aborden las prácticas alimentarias de los adolescentes (Álvarez, Eroza, y Ramírez; 2008), donde se muestre la manera en la que el contexto y cuestiones como la familia, la compañía, el lugar o las creencias que son factores importantes que se deben tomar en cuenta, estén presentes al estudiar la alimentación de los adolescentes. Factores que son aún más importantes si se quiere conocer de manera profunda por qué los adolescentes realizan prácticas alimentarias de riesgo, es decir qué es lo que lleva a un adolescente a consumir más alimentos (atracones o sentir que se pierde el control sobre lo que se come) o a consumir menos alimentos y tomar diuréticos, pastillas y laxantes para perder peso. El interés de este trabajo es estudiar las prácticas alimentarias de riesgo de los adolescentes y conocer cómo el contexto de inseguridad alimentaria impacta en su vida cotidiana y cómo las afecta o determina. Las prácticas alimentarias, es decir, lo que la gente come, por qué come y cómo o en dónde lo hace, están determinados según Luque (2008) y Torres (2003), más por los gustos individuales que por otros aspectos que a simple vista no parecen estar estrechamente relacionados con el consumo y las preferencias de estos, pero que los determinan y afectan, y es que existe una multiplicidad de factores económicos, ambientales y socioculturales que se entrelazan cuando se trata de elegir qué comer (Duana y Benítez, 2010; 2008; Osorio y Amaya, 2009). Este estudio busca conocer desde la perspectiva 27


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y la experiencia del propio adolescente el por qué elige consumir determinado alimento, qué es lo que más influye en la determinación de sus prácticas alimentarias y cuáles son sus principales motivos, preferencias y conocimientos acerca de los alimentos. En general se plantea investigar este tema a partir de un paradigma cualitativo, con el que se tratará de generar conocimiento científico y entender las diversas problemáticas relacionadas a la alimentación de este grupo vulnerable. Este estudio busca adentrarse en la subjetividad de la alimentación desde la vida cotidiana del adolescente y analizar las experiencias vividas de este grupo, que por sus características requieren ser estudiadas desde el ámbito social.

Fundamentos teóricos Una de las perspectivas teóricas en la que esta investigación se orienta es la teoría ecológica del desarrollo humano de Urie Bronfrenbrenner (1989), la cual resulta de gran utilidad para analizar los problemas derivados de la alimentación en sí misma y sus características multifactoriales, en donde están involucrados diversos contextos. Este enfoque será el marco para obtener una interpretación de la información de un evento en particular de los adolescentes: sus prácticas alimentarias, y entender la relación de éstas con aspectos individuales, familiares, sociales y ambientales (Bronfenbrenner, 1987). Desde el punto de vista del modelo ecológico, la evolución del individuo se entiende como un proceso de diferenciación progresiva de las actividades que éste realiza, de su rol y de las interacciones que mantiene con el ambiente. Se resalta la importancia de las interacciones y transacciones que se establecen entre él y los elementos de su entorno, empezando por los padres y los grupos de pares. De acuerdo con estas ideas, no podemos mirar sólo su comportamiento de forma aislada, sino siempre en relación al ambiente en el que el individuo se desarrolla (Fuertes y Palmero, 1998). La teoría ecológica plantea una causalidad recíproca entre los individuos y su ambiente, es decir, la conducta afecta y es afectada por su ambiente 28

social en diferentes niveles de influencia. Desde este punto de vista, las prácticas alimentarias de los adolescentes están influenciadas por las actividades que éste realiza, por su rol y por las interacciones que mantiene con el ambiente. En este estudio será importante analizar cómo esas interacciones y transacciones se van configurando entre el adolescente y los elementos de su entorno. Otra teoría que puede ser de gran utilidad para explicar la toma de decisiones en los adolescentes referente al consumo de ciertos alimentos ante el bombardeo de publicidad tanto para comer como dejar de hacerlo, y entender las consecuencias de las transformaciones de las sociedades tradicionales a las modernas que han desarrollado un típico modelo industrial y tecnológico en el rubro de la alimentación que conduce a una serie de cursos de acción, es la teoría del riesgo. Esta corriente sociológica trata de analizar la modernidad en sí, sus características específicas, sus retos y principalmente los riesgos que ella encierra, además de discutir la contingencia y el peligro para los individuos (Alfie y Méndez, 2000). Uno de los riesgos inminentes a nivel mundial son las consecuencias de la inseguridad alimentaria que se ha traducido en aumento de las tasas de problemas relacionados a la alimentación. Según este enfoque teórico, a partir de la globalización y la industrialización, las personas de los países desarrollados y subdesarrollados viven dentro de una sociedad de riesgo (Beck, 1998) o dentro de una cultura de riesgo (Giddens, 1996). En este contexto, el concepto de riesgo se


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entiende como la reflexión sistemática de que algo puede salir mal en la toma de una decisión, y es una previsión moderna sobre el hecho de que una decisión siempre tendrá un efecto aunque no se sabe de qué modo. El riesgo está caracterizado por el hecho de que, no obstante la posibilidad de consecuencias negativas que puedan existir, el individuo tiene que decidir de una manera o de otra y tiene que afrontar o sopesar la resolución tomada entendiendo que este riesgo es otro costo más de la comodidad de la vida moderna (Guiddens, 1996; Luhman, 2006). En el mismo orden de ideas, según Luhman (2006), una de las principales características del riesgo es que la explicación racional de éste, resulta ineficiente debido a que el adquirir más información, no necesariamente conduce a una disminución del riesgo, sino que puede aumentarlo ya que se ponen en juego más factores. Así, el desarrollo de la ciencia no puede considerarse como garantía de disminuir los riesgos que ya están presentes, o los que se puedan presentar en el futuro. En este sentido resulta necesario analizar el por qué a pesar de que existe un exceso de información, representado por políticas y campañas publicitarias así como programas de salud tendientes a controlar y prevenir los problemas relacionados a la nutrición, las problemáticas psicológicas, sociales, y de salud

relacionadas con la alimentación sobre todo en los adolescentes, siguen en aumento. La inseguridad alimentaria se inserta en la vida cotidiana de las sociedades actuales a partir de diferentes representaciones sociales; así mismo, las percepciones del riesgo varían sustancialmente dependiendo del contexto en el que se generan. En este sentido la nueva libertad que tiene el comedor contemporáneo a partir de una variada oferta de alimentos lleva incorporada una dosis de incertidumbre; así, la alimentación se convierte en objeto de decisiones cotidianas, pero para efectuarlas, las personas apenas cuentan con información coherente, influenciadas por los informes publicitarios (Gracia, 2007). La investigación propuesta busca conocer y entender desde la perspectiva del adolescente el porqué de sus decisiones al momento de elegir qué, cómo, para qué y en dónde o con quién comer. Para Guiddens (1996), uno de los aspectos más importantes dentro de la teoría del riesgo es analizar la tradición, o las prácticas dentro de las sociedades tradicionales, y los efectos o consecuencias que la modernidad ha infringido en ellas, debido a que lo individual y lo local se relaciona de manera directa con lo global; dentro de este contexto (postradicional), el vaciamiento de las sociedades tradicionales trae 29


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como consecuencia una serie de incertidumbres que ponen en riesgo la seguridad del individuo. El vaciamiento de la tradición se convierte en uno de los aspectos predominantes de las sociedades actuales que da lugar a infinidad de estilos de vida, en donde los medios masivos de comunicación y la información juegan un papel relevante. No obstante, dentro de un contexto postradicional, aún en las sociedades modernas, la tradición no desaparece por completo, y en algunos contextos, incluso puede llegar a florecer mediante discursos y prácticas en donde las costumbres locales que perduran tienden a desarrollar significados diversos. Es, pues, importante considerar y retomar los estudios tanto del enfoque de riesgo propuesto por Beck (2008), sobre todo cuando afirma que la integración de los mercados regionales está generando problemáticas comunes en la alimentación de las distintas sociedades y regiones del planeta, y que cuando menos pronosticable es el peligro, más peso ganan las variables culturales y sociales de la percepción del riesgo, con la consecuencia de que la diferencia entre riesgo y la percepción cultural del riesgo se desvanece, y las propuestas de Guidens (1996), rescatando la importancia de los valores y tradiciones culinarias regionales cuando se estructuren modelos de intervención social en este renglón. Este estudio pretende obtener evidencia científica de cómo el contexto influye en las prácticas alimentarias de los adolescentes de tres escuelas preparatorias públicas con diferente nivel socioeconómico dentro del área metropolitana de Monterrey, Nuevo León. Para ello se plantean los siguientes objetivos específicos: a) Conocer a partir de la subjetividad y el punto de vista del adolescente los motivos, preferencias y conocimientos de sus prácticas alimentarias en relación a su contexto escolar y su grupos de pares. b) Conocer a partir de la interpretación de la experiencia del adolescente de qué manera se determinan sus prácticas alimentarias y cómo influye el contexto familiar en torno a la alimentación. C) Encontrar si existen diferencias o 30

similitudes en las prácticas alimentarias de los adolescentes de diferente nivel socioeconómico.

Método Se propone un diseño cualitativo-fenomenológico para conocer cómo los adolescentes construyen y experimentan desde su cotidianeidad sus prácticas alimentarias, además de indagar qué es lo que las determina y cuáles son los aspectos del contexto que influyen. Este tipo de estudios permite tener una visión holística del problema, muestra una manera efectiva de comprender y abordar la realidad y constituye un recurso creciente para la generación de conocimiento científico y la búsqueda de solución a la problemáticas que afectan a las poblaciones, ya que permite conocer de manera profunda el proceso de salud y enfermedad, valorar el contexto en tiempo y espacio, así como reconstruir la subjetividad individual y colectiva, incluyendo las creencias, los valores, las emociones y los significados (Bertrán, 2009) . La postura cualitativa se ubica en el paradigma de la comprensión y otorga un particular valor a los procesos que de manera cotidiana viven y enfrentan los adolescentes, sus modos de


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vida, comportamientos y prácticas relacionadas con la alimentación. El diseño fenomenológico

de este estudio será pertinente para conocer y entender un fenómeno social que debe ser mostrado a partir de la manera en que el adolescente reacciona y actúa en su vida cotidiana a través del análisis de su conciencia, la cual está definida por su intencionalidad, es decir, por la particularidad de estar siempre abierta y referida a algo y donde su interacción con el entorno resulta fundamental para el entendimiento del fenómeno y de su interpretación (León 2007; Rodríguez, 2007). La población a la que se orienta este estudio son adolescentes de 15 a 19 años que se encuentren al momento de la recolección de datos estudiando en preparatorias públicas o privadas del Área Metropolitana de Monterrey, N.L., solteros, que no trabajen, y que vivan con sus padres o alguno de sus padres; lo anterior buscando que la muestra sea lo más homogénea posible. Otro de los factores importantes a considerar es el nivel socioeconómico, debido a que la alimentación de las personas está influenciada por este aspecto (Contreras y Gracia, 2005, Torres, 2003; Luque, 2008). Estos autores establecen

la importancia del poder adquisitivo relacionado con el acceso y el gusto a cierto tipo de alimentos, la cantidad de alimentos que se consumen y su disponibilidad. Uno de los aspectos principales de esta investigación es estudiar las prácticas de alimentación del adolescente en diferentes niveles socioeconómicos y analizar de qué manera éstos influyen en sus prácticas alimentarias. La manera de clasificar el nivel socioeconómico fue partir de dos condiciones: 1) del monto que se solicita al estudiante pagar su colegiatura y 2) y una pregunta considerada en la aplicación del estudio de elegibilidad en donde se solicitó a los adolescentes un rango promedio de los ingresos de los padres. Se considera el ambiente escolar como escenario para la realización del estudio debido a que éste tiene un gran impacto en las practicas alimentarias de los adolescentes, especialmente en el tipo y calidad de alimentos que consume; así mismo los adolescentes pasan gran parte de su tiempo en las actividades escolares y extraescolares donde conviven con sus compañeros de clases, los cuales ejercen una gran influencia en su comportamiento alimentario, ya que la alimentación constituye una forma importante de socialización y recreación (Osorio y Amaya, 2009b). El tipo de muestreo fue no probabilístico, por conveniencia (Hernández, Fernández y Baptista, 2010), para tal efecto se consideraron adolescentes que accedieron a dar información al investigador previo un estudio de elegibilidad, considerando para tal efecto a Valles (2007), quien propone un conjunto de criterios de naturaleza práctica para la selección de los sujetos de estudio en las investigaciones cualitativas, y las oportunidades que se tienen de contacto con autoridades institucionales, que además fueron en algunos casos sugeridos por las mismas. En este sentido, las preparatorias constituyen un escenario en donde se puede encontrar de manera natural a los sujetos del estudio para realizar la recolección de los datos, además de que puede proporcionar un ambiente más formal que no sería fácil de obtener en su casa o en un lugar o espacio público. 31


Tema central: Prácticas alimentarias dentro de un contexto de inseguridad alimentaria

El acceso a la información proporcionada por los adolescentes fue algo que facilitó el levantamiento de los datos, ya que la alimentación en un hecho de la vida cotidiana necesario para la subsistencia humana; asimismo, en las preparatorias de esta entidad se cuenta con una amplia población que se encuentra cautiva por lo menos 4 horas diarias 5 días de la semana La técnica utilizada para la recolección de datos de este estudio fueron las entrevistas cualitativas semiestructuradas, las cuales son eficaces para explorar las prácticas alimentarias de los adolescentes sobre el consumo de alimentos; examinar lo que el adolescente consume y prefiere consumir dentro y fuera de la preparatoria con sus pares; conocer a cerca de las dinámicas familiares presentes alrededor del abastecimiento, preparación y consumo de alimentos dentro y fuera del hogar; explorar los criterios que utiliza para seleccionar dichos alimentos entre las diferentes opciones existentes; y encontrar algunas diferencias y similitudes en los hallazgos del estudio según los niveles socioeconómicos de los participantes. Aspectos éticos de la investigación fueron cuidados por el investigador, aplicando a cada entrevistado un consentimiento informado donde se asegura la confidencialidad y privacidad de sus identidades. Las preguntas que guían la entrevista están divididas en dos secciones: en primer lugar, ítems sobre los datos generales y sociodemográficos (ver tabla 1). TABLA 1. PARTE BÁSICA DE LA ENTREVISTA

ÍTEM

32

DESCRIPCIÓN

1. Nombre

Pseudónimo con el cual será identificada en la investigación

2. Edad

Número de años cumplidos

3. Genero

Sexo del entrevistado

4. Domicilio

Entidad, municipio en donde radica

5. Escuela

Institución de procedencia

TABLA 1. PARTE BÁSICA DE LA ENTREVISTA

ÍTEM

DESCRIPCIÓN

6. Estado civil

Especificar si el adolescente es casado o no

6. Ocupación

En caso que el adolescente trabaje

7. Miembros del hogar

Especificar el número de personas que viven con el adolescente

En segundo lugar, dentro de la serie de preguntas se buscará saber sobre los tipos de alimentos que comen los adolescentes a diferentes horas del día, así como diferentes días de la semana (dedicando un sección a los fines de semana), si lo hacen dentro o fuera del hogar y los tipos de marcas que consumen, haciendo énfasis en los gustos, la preparación y si lo hace solo o acompañado. Para ello, las dimensiones generales de análisis se estructuraron en tres aspectos principales. En primer lugar, Meta categorías que incluyen la dinámica familiar, el nivel socioeconómico y el contexto escolar (ver tabla 2); en segundo lugar, las categorías generales que incluyen los motivos, preferencias y conocimientos sobre el consumo de alimentos (ver tabla 3); y por ultimo, subcategorías que abarcan aspectos relacionados al tipo de alimentos, consumo fuera y dentro de casa, frecuencias y horarios de consumo, disponibilidad, abastecimiento, preparación, entre otros (ver tabla 4). TABLA 2. METACATEGORÍAS

ÍTEM 1. Dinámica familiar

DESCRIPCIÓN "De qué manera influye la familia en la elección, preparación, abastecimiento y consumo de alimentos fuera y dentro de casa. La influencia en los motivos, preferencias y conocimientos acerca de los alimentos"


Tema central: Prácticas alimentarias dentro de un contexto de inseguridad alimentaria

TABLA 2. METACATEGORÍAS

ÍTEM

DESCRIPCIÓN

2.Nivel socioeconómico "Qué influencia tiene el nivel socioeconómico en la elección, preparación, abastecimiento y consumo de alimentos fuera y dentro de casa La influencia en los motivos, preferencias y conocimientos acerca de los alimentos" 3. Contexto escolar

"De qué manera influye este contexto en los horarios de consumo, el acceso a alimentos dentro de este contexto. La influencia de los pares en la elección y consumo de alimentos y si determinan o afectan sus motivos preferencias y conocimientos acerca de los mismos."

TABLA 4. SUBCATEGORÍAS

ÍTEM 1. Tipo de alimentos

Marcas, tipos, alimentos naturales, alimentos industrializados.

2. Consumo fuera y dentro de casa

Diferencias que existen entre los diferentes lugares de consumo

3. Diferencia entre semana y fin de semana

Cambios en el tipo de alimentos, los horarios de consumo, la compañía para consumirlos

4. Horarios de consumo

Cuantas veces se consumen alimentos al día, en qué horarios, así como consumo de alimentos fuera de horarios establecidos (desayuno, comida, cena)

5. Frecuencia de consumo

Cuáles son los alimentos que más se consumen, por semana y en qué días específicamente

6. Disponibilidad

Cuáles son los alimentos que están disponibles en el hogar, la escuela y otros lugares de consumo.

7. Abastecimiento

¿Quién se encarga de comprar los alimentos que consume el adolescente?, ¿En qué lugares?

8. Preparación

¿Quién prepara la comida?, ¿cómo la prepara? ¿Por qué la prepara?

TABLA 3. CATEGORÍAS GENERALES

ÍTEM 1. Motivos

2. Preferencias

3. Conocimiento

DESCRIPCIÓN Aspectos relacionados al lugar de consumo, la compañía, el tiempo que se tenga para el consumo, la ocasión (fiestas, celebraciones, etc.) si se está realizando o no dieta, que exista alguna restricción para el consumo de alimentos, así como la publicidad en relación al consumo de alimentos. Aspectos relacionados a los gustos, el precio, saciedad, tiempo, horarios, compañía (familia, amigos). Aspectos relacionados a la calidad y el valor nutrimental, y si provoca o no daños a la salud.

DESCRIPCIÓN

TABLA 5. ESTRUCTURAS DE COMPORTAMIENTO (HEIDEGGER, 1997)

ÍTEM

DESCRIPCIÓN

1. Sentido referencial

Analizar el contexto en el que se encuentra inmerso el adolescente (dinámica familiar, contexto escolar, publicidad, acceso, disponibilidad, convivencia, socialización.)

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Tema central: Prácticas alimentarias dentro de un contexto de inseguridad alimentaria

TABLA 5. ESTRUCTURAS DE COMPORTAMIENTO (HEIDEGGER, 1997)

ÍTEM

DESCRIPCIÓN

2. Sentido de ejecución

Analizar cómo y de qué manera el adolescente realiza sus prácticas alimentarias (motivos, preferencias, conocimientos)

3. Sentido de contenido

Está relacionado a encontrar los patrones y modelos que se desprenden del análisis del sentido referencial y de ejecución.

El método fenomenológico-interpretativo de Heidegger (citado por De la Maza, 2005), distingue tres estructuras de comportamiento que serán la pauta metodológica para el análisis de los resultados de este estudio. En primer lugar es importante distinguir el sentido referencial, es decir , aquello hacia lo que se dirige; para este estudio será considerado como el contexto en el que se encuentra inmerso el adolescente, en el cual realiza sus prácticas alimentarias. En segundo lugar, es importante analizar cuál es el sentido de su ejecución, es decir, tiene un significado especial debido a que indica de

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modo general el cómo se realiza la vida, además determina de qué modo concreto se realiza la referencia al objeto y cómo este objeto se hace presente, por lo que es importante estudiar el cómo y por qué de las acciones dentro de la vida cotidiana relacionadas a la alimentación. Por último, el sentido de contenido, relacionado con descubrir los patrones o modelos de las prácticas alimentarias a partir de la conciencia, subjetividad y experiencia del adolescente. Estas tres estructuras servirán como una guía dentro del análisis fenomenológico de este estudio. Con el fin de facilitar el análisis y la interpretación de los datos se utilizará un software muy útil para segmentar textos o citas, codificar, escribir comentarios y anotaciones, llamado MaxQdA, ya que brinda la oportunidad de realizar un análisis fenomenológico partiendo de las estructuras de comportamiento.

Conclusiones Los problemas de alimentación en la población han sido abordados desde un enfoque principalmente nutricional, son pocos los abordajes realizados desde una perspectiva más social que involucren el estudio de las estructuras y los comportamientos alimentarios en los adolescentes.


Tema central: Prácticas alimentarias dentro de un contexto de inseguridad alimentaria

Esta propuesta trata de incidir en esta problemática a través de una aproximación cualitativa que aporte conocimientos y genere un mejor entendimiento de la manera en la que el ambiente y los varios contextos de interacción del adolescente influyen en sus prácticas alimentarias. La investigación social cualitativa en el ámbito de la salud constituye un recurso creciente para generar conocimiento científico y encontrar solución a las nuevas problemáticas que confluyen en una sociedad y en una cultura de riesgo, ya que permite conocer de manera holística el proceso de salud y enfermedad, valorar el contexto y la subjetividad individual y colectiva, incluyendo las creencias, los valores, las emociones y los significados del objeto de estudio. Problemáticas como las que aquí se presentan relacionadas con la alimentación y la heterogeneidad de nuestras sociedades tan diversas exigen un esfuerzo de redefinición constante y adaptación del entorno para poder hacer intervenciones basadas en evidencia científica pero con un sentido humanista, atendiendo los discursos que tienen los actores de nuestro quehacer profesional. Considerando que la alimentación está fuertemente asociada a factores culturales, nutricionales, socioeconómicos y demográficos, se necesita saber lo que las personas consumen de manera cotidiana, pero es aún más importante comprender el para qué o por qué lo hacen, enfatizando el punto de vista social de los protagonistas. Al igual que en el resto de la población, las conductas alimentarias de los adolescentes se han ido complejizando a través de los años debido a factores sociales, económicos, personales y ocupacionales, por lo que conocerlos desde la subjetividad y la detección oportuna de conductas asociadas a la nutrición representa una oportunidad para la prevención y tratamiento de los problemas o trastornos relacionados a la alimentación que cada día afectan más la salud de los adolescentes.

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La entrevista Mae Lynn Reyes-Rodríguez, Ph.D. Por Staff

Dra. Mae Lynn Reyes-Rodriguez

Catedrática asociada en el Center of Excellence for Eating Disorders del Departamento de Psiquiatría de la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill. Ella completó sus estudios de maestría y doctoral con una especialidad en psicología académica investigativa y una segunda especialidad en psicología clínica en la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Rio Piedras. En el 2003 fue becada por el Instituto Nacional de Salud Mental de los Estados Unidos para realizar estudios post doctorales adaptando la terapia cognitivo conductual para la bulimia en mujeres adultas en Puerto Rico. En el 2008, se traslada a la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill con el apoyo del Instituto Nacional de Salud Mental de los

Estados Unidos para adaptar tratamientos en latinos en los Estados Unidos. Actualmente es la investigadora Principal del estudio PAS —Promoviendo una Alimentación Saludable en el cual adapta la terapia cognitiva conductual en mujeres adultas con trastornos de la conducta alimentaria. En el 2014 recibió la beca «IBM Junior Faculty Development Award» de la Universidad de Carolina del Norte—Chapel Hill con el Proyecto «Fotonovelas: Raising Eating Disorders Awareness among Latinos/as». La Dra. Reyes—Rodríguez tiene numerosas publicaciones en revista arbitradas por pares y es co—autora de varios capítulos de libros en el tema de trastornos de la conducta alimentaria y otras condiciones co—mórbidas como depresión en diversas poblaciones.

¿Q

ué la llevó a dedicarse en esta área de la alimentación? Estando en escuela graduada de psicología en la Universidad de Puerto Rico, tomé un curso sobre los trastornos de la conducta alimentaria y me sorprendí al saber que no había estudios en Puerto Rico que documentaran la prevalencia de estas conductas. Desde ese momento comencé a colaborar con la profesora en la traducción y adaptación de cuestionarios para medir estos trastornos y continúe realizando estudios posteriores a través de mi tesis de maestría y la disertación doctoral. La falta de profesionales especializados en el área en Puerto Rico me llevó a continuar trabajando en el tema.

¿Qué tipo de formación usted cree que se debe de tener para poder trabajar los casos relacionados a la alimentación? El trabajar con personas que sufren de trastornos de la conducta alimentaria es un reto porque usualmente no hay un deseo de parte del paciente a cambiar, hay una fuerte pulsión de muerte y, son conductas que se interceptan con la parte médica, nutricional y psicológica. Esto requiere que el profesional de la salud tenga una visión holística del ser humano y un adiestramiento específico que le permita tener las herramientas clínicas para trabajar con los retos que conlleva tratar un trastorno de la conducta alimentaria. Es recomendable que en adición a la preparación que se requiere para la profesión seleccionada, que el profesional busque realizar estudios adicionales (ej. certificaciones, postgrados) en cursos especializados en trastornos de la conducta alimentaria. ¿Cómo se ha visto la evolución de este tipo de trastornos desde hace un par de siglos? 37


La Entrevista: Dra. Mae Lynn Reyes-Rodríguez

Desde el siglo 17, en el que se comienza a definir casos de anorexia nerviosa hasta el momento presente ha habido un avance significativo en los estudios de los trastornos de la conducta alimentaria, pero no ha sido suficiente. Mencionó significativo en el sentido de que se han desarrollado clasificaciones que, intentan cada vez ser más claras en la identificación de los síntomas y su taxonomía. Sin embargo, esto no ha sido suficiente en el sentido de que, aunque ha habido avances de tratamiento en la bulimia nerviosa y se ha reconocido el trastorno por atracón como un trastorno separado, no tenemos aún tratamientos efectivos para tratar la anorexia nerviosa. Hay mucho que aprender todavía en relación a modelos de prevención, eficacia y efectividad de tratamientos y etiologías. Hay unas iniciativas como ANGI (Anorexia Nervosa Genetics Initiative) liderado por la Dra. Cynthia Bulik que, en un esfuerzo global (Estados Unidos, Suiza, Australia, Dinamarca) están colectando muestras de sangres de personas con historial de anorexia nerviosa y personas sin historial de anorexia con el propósito de identificar factores genéticos asociados a la condición. Por otro lado, aunque hoy en día sabemos que estos trastornos ocurren en todas las razas, etnias y en ambos géneros; los estudios clínicos y de investigación no necesariamente están en un mismo nivel de avance en todos los sub—grupos. Por ejemplo, los alcances realizados con los varones están muy por debajo de los avances que se han realizado con la población femenina. Todavía hay mucho que aprender. ¿Acorde a su investigación cuáles son los principales trastornos en la alimentación que se presentan actualmente? Actualmente el trastorno de la conducta alimentaria más prevalente es el trastorno por atracón, seguido por la bulimia nerviosa y luego la anorexia nerviosa siendo el menos prevalente. Este patrón de prevalencia es similar en la población caucásica como en la población latina, especialmente la que reside en los Estados Unidos. De acuerdo a la Asociación Americana de Psiquiatría, las prevalencia de estos tras38

tornos se estiman entre un 1% a 4% en mujeres jóvenes. Estas prevalencias pueden variar por género, edad y países de procedencia. ¿En su experiencia se puede considerar que predomina algún tipo de personalidad o indicadores en las personas que padecen este tipo de trastornos, y cuáles son? Se ha encontrado algunos estilos de personalidad más frecuentes en algunos de los trastornos de la conducta alimentaria. Los estilos obsesivos, de evitación y dependiente tienen a estar más prevalentes en la anorexia nerviosa mientras que en la bulimia nerviosa se puede observar el trastorno histriónico, dependiente, obsesivo, impulsividad y el trastorno límite. De igual manera hay algunas condiciones emocionales que pueden estar co—mórbidas en estos trastornos como lo son la depresión, ansiedad, traumas, riesgo suicida, entre otras. Una evaluación comprensiva es necesaria para identificar las áreas de trabajo que son meritorias y desarrollar un plan de tratamiento individualizado que responda a la necesidad del paciente. ¿Cuáles son los factores ambientales que se pueden considerar que influyen en que se presenten los trastornos en la alimentación? Sabemos que la presión social hacia un tipo de figura (ej. figura delgada), y la asociación que se establece entre la delgadez con el éxito y felicidad son factores que contribuyen al desarrollo de insatisfacción corporal que, a su vez, pudiera poner en riesgo a personas que presenten otros tipos de factores de riesgo individual y genético. Es importante señalar que no hay un factor único que promueva los trastornos de la conducta alimentaria. Todos, en la sociedad, estamos expuestos a la misma presión social, pero no todos desarrollamos un trastorno alimentario. La combinación de factores sociales, individuales, familiares y genéticos pueden crear la combinación perfecta para el desarrollo de trastornos de la conducta alimentaria.


La Entrevista: Dra. Mae Lynn Reyes-Rodríguez

¿Qué tipo de tratamientos y seguimientos son los más recomendados para este tipo de casos de acuerdo a sus investigaciones? Hay varios acercamientos que son utilizados con resultados positivos para tratar algunos de los trastornos de la conducta alimentaria. Cuando se trabaja con niños y adolescentes, se recomienda que se incluya intervenciones familiares tanto en el manejo de la anorexia como en la bulimia. Cuando trabajamos con poblaciones de adultos, para la bulimia se ha encontrado que las intervenciones cognitivas conductuales son efectivas. En el caso de la anorexia, no se ha identificado un tratamiento en específico como el más eficaz, pero se ha encontrado buenos resultados en algunos pacientes con los modelos de tratamientos dialéctico conductual, terapia cognitiva conductual y modelos psicodinámicos. En adultos, también se ha comenzado a integrar intervenciones de parejas y con otros familiares con el propósito de que el paciente pueda tener un apoyo emocional durante su proceso de tratamiento. ¿Cómo se pueden manejar los equipos interdisciplinarios? Un equipo interdisciplinario es esencial para el tratamiento de los trastornos de la conducta alimentaria. Esto incluye un médico psiquiatra, una nutrióloga, un terapeuta y un médico internista o pediatra dependiendo la edad y las circunstancias médicas del paciente. La comunicación entre los miembros del equipo es importante para desarrollar un plan de tratamiento que armonice con las necesidades del paciente y que no haya procesos contrapuestos ni duplicidad de servicios. El profesional con

mayor experiencia y peritaje en el tema de los trastornos de la conducta alimentaria puede asumir el liderazgo del equipo y coordinar la comunicación entre los miembros del equipo. Actualmente existen diversos programas de internamiento completo y parcial y de servicios ambulatorios que están diseñados desde un modelo interdisciplinario. Si el profesional de la salud está trabajando un caso desde la práctica privada, es importante que armonice un equipo de colaboración de forma externa. ¿Cuáles son las dificultades que se pueden presentar al trabajar con este tipo de trastornos de la alimentación a nivel investigación y a nivel clínico? Una de las mayores dificultades en la clínica como en la investigación es la pobre adherencia de los pacientes al tratamiento, especialmente con el paciente con anorexia nerviosa. Usualmente son pacientes con un bajo nivel de motivación hacia el tratamiento, en parte porque no hay un reconocimiento de la condición por parte del paciente y la distorsión de su imagen corporal, aspectos que son ejes centrales de los trastornos de la conducta alimentaria. Los ensayos clínicos, también reportan un alto porcentaje de abandono de tratamiento, lo que dificulta tener datos confiables que nos permita entender los factores asociados a tratamientos efectivos. Poder contar con una red de apoyo social, familiar puede hacer una diferencia en la adherencia al tratamiento. Esta es parte de la tesis que estamos explorando en el Proyecto PAS (Promoviendo una Alimentación Saludable), en donde hemos observado que la integración de algún miembro familiar como parte del tratamiento, aumenta la adherencia al tratamiento en pacientes con bulimia y trastorno por atracón. Referencias de imágenes: Reyes-Rodríguez, M. (2015) [Foto de Mae Lynn delante de un librero] Reyes-Rodríguez, M. (2015) [Foto de estudio de Mae Lynn] Reyes-Rodríguez, M. (2015) [Foto de Mae Lynn en una conferencia]

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La Entrevista: Fátima Leticia García Castro

Entrevista a Fátima Leticia García Castro Por Staff

Fátima Leticia García C.

Psicoterapeuta y tallerista en clínica Zirel desde hace cuatro años. Su área de especialidad es la clínica y el tratamiento a pacientes diagnosticadas con TCA. Estudió la licenciatura en psicología en la Universidad Insurgentes. Realizó su tesis en «conductas alimentarias de riesgo, depresiva e ideación suicida en mujeres adolescentes con diferentes niveles de marginación». Presentó su examen profesional el 6 de junio del 2008. Tiene varios diplomados, entre ellos, diplomado en «psicología clínica y salud» en el Instituto Nacional de Psiquiatría “Ramón de la Fuente Muñiz» y Depto. de Salud Mental y Psiquiatría en la Facultad de Medicina UNAM. Septiembre 2010 – Agosto 2011. Otro diplomado fue en «trastornos de la Personalidad», Universidad Camilo José Cela. Instituto Español de

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Resiliencia. Septiembre – Diciembre 2013. Mientras realizaba a la par su maestría en «psicología clínica» en la universidad Anáhuac México Sur. Enero 2012 – Diciembre 2013. Ha laborado como docente del módulo de Evaluación, Diagnóstico y Tratamiento de los Trastornos de la Conducta Alimentaria en el Instituto Nacional de Psiquiatría «Ramón de la Fuente Muñiz». Docente a nivel posgrado en la escuela dietética y nutrición del ISSSTE. Docente en el Instituto de Posgrado de Psicoterapia Cognitivo Conductual. Y funge como terapeuta particular del 2011 a la fecha.

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uáles son los principales trastornos en la alimentación que se presentan actualmente y cuáles son sus índices en México? Los trastornos alimentarios que existen principalmente son: Anorexia Nervosa, Bulimia Nervosa, Trastorno por atracón, Trastorno de Evitación/Restricción de la Ingestión de Alimentos y Trastorno Alimentario No especificado. La edad de aparición es entre los 12 y 25 años. La mayor prevalencia está en el género femenino (10:1). Aproximadamente 90—95% son mujeres diagnosticadas con Anorexia y 80% de mujeres diagnosticadas con bulimia.

¿Se puede considerar que existe algún tipo de personalidad o indicadores en las personas que padecen este tipo de trastornos? ¿Cuáles son? Sí, dentro de los indicadores personales se pueden tomar en cuenta: baja autoestima, sobrepeso u obesidad en la infancia, miedo a madurar, inseguridad, alteraciones cognitivas, tendencia al perfeccionismo y autocontrol, introversión, sintomatología depresiva. También existen factores familiares que influyen: Obesidad de algún familiar, Hábitos


La Entrevista: Fátima Leticia García Castro

alimentarios inadecuados, Conflictos familiares, Familiar con algún Trastornos Psiquiátrico, Límites inadecuados, Preocupación de los padres por el peso, figuras y dietas, Estilos de crianza inadecuados, Abuso psicológico, físico o sexual. Otro de los factores que influyen es el Social, donde se incluyen: Profesiones o Deportes, Estereotipo de Delgadez, Concepto de Belleza Asociado a la Delgadez, Obesidad= Descuido, Burla, Rechazo, Delgadez= éxito, salud y aceptación, Presión social hacia la delgadez por mencionar algunos factores. Desde el punto de vista psicológico, ¿qué puede provocar los trastornos en la alimentación? Lo que mencione hace un rato son algunos de los factores predisponentes, sin embargo el modo en el que las pacientes interpretan los eventos que viven de manera cotidiana les afecta a nivel emocional, es decir, a las pacientes les cuenta trabajo describir cuáles son sus emociones con exactitud y las traducen en conductas alimentarias que poco a poco las van llevando al deterioro físico. Dentro de todas las corrientes teóricas, ¿existe un enfoque psicológico más efectivo para el tratamiento de este tipo de trastornos? ¿Cómo se manejan estos casos interdisciplinariamente?

Cada corriente psicológica postula el aporte que le da al manejo de este tipo de trastornos, pero la práctica clínica nos dice que la terapia cognitivo conductual tiene un impacto favorable para el tratamiento de pacientes con TCA, pues con algunas intervenciones emocionales, cognitivas y conductuales se construyen mecanismos sanos de afrontamiento para la vida de las pacientes enfocándonos en el aquí y ahora. ¿Las edades, razones y lo relacionado a estos trastornos se han modificado con el paso del tiempo? ¿Qué considera que suceda en el ambiente para que esto se favorezca? Dentro de los factores que considero que ha influido para la disminución de la edad de aparición es: el fácil acceso a los medios de comunicación y medios electrónicos sin una regulación de figuras jerárquicas o de autoridad que guíen o monitoreen la información que esta tan a la mano en la actualidad. Referencias de imágenes: Clínica Zirel (2015). [Foto de Fátima sentada en silla negra]. Clínica Zirel (2015). [Foto de mujeres en junta alrededor de una mesa]. Clínica Zirel (2015). [Foto de Fátima sentada frente a otra joven en un cubículo]

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Dossier Sorori ¿qué? <<Hermandad entre mujeres: ¿mito, realidad o sueño?>> Por Edén L. Sánchez (ensororidad@gmail.com)

Escuchando, presenciando, representando un modelo, reaccionando, profundizando, haciendo de espejo, riendo, llorando, sintiéndose afligidas, inspirándose en la experiencia y compartiendo la sabiduría de la experiencia, las mujeres del círculo se apoyan mutuamente y se descubren a sí mismas a través de las palabras.» —Jean Shinoda Bolen 1

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ace algunas semanas se popularizó en las redes sociales la campaña #DenunciamÉesta #YoAborté, siendo uno de sus principales objetivos detener la criminalización de las mujeres que deciden abortar. Algo que llamó mi atención (más allá de la propuesta y la valentía de las mujeres para prestar su imagen públicamente) son las diferentes opiniones y reacciones que se han suscitado hacia las mujeres, y no exactamente al tema del aborto. Veamos: Esta campaña ha servido para denunciar casos de violencia hacia quienes abortaron o se unieron a la causa, muchas mujeres han sido agredidas a través de la red e incluso violentadas físicamente. Ante un tema tan polémico como lo es la salud sexual y reproductiva de las mujeres, las diversas opiniones no se han hecho esperar, siendo las que nos incumben y traen aquí aquellas como: «¿la golpearon por abortar?, se lo merece», «eso le pasa por abrir las piernas», «por andar de fácil», «si tuvo sexo, que se aguante». Hacia este punto, el tema del aborto desaparece, la legalidad y condiciones insalubres en que se realizan estas prácticas en el país pasa a

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un segundo plano, a quién le importa cuántas mujeres mueren por abortos mal practicados cuando lo que interesa es si fue su culpa o no. Retomemos entonces la intención de la campaña: ¿Denunciarás a tu hermana si ésta decidió abortar? ¿Denunciarías a tu madre, hija, tía, prima, amiga? ¿Denunciarías a otra mujer? En el presente artículo hacemos una reflexión sobre la sororidad: ¿Qué es? ¿Existe? ¿Es posible llegar a una cultura de hermandad entre mujeres?

Mito «Las mujeres podemos destrozarnos, pero jamás nos haremos daño» Cuántas veces no hemos escuchado esta frase que hace alusión a una supuesta solidaridad femenina; sin embargo, si volvemos a leer resulta difícil no preguntarse ¿cómo despedazarnos sin hacernos daño? Por mucho tiempo, las mujeres hemos sido capaces de ser nuestras peores enemigas y lo creemos, sólo aquellas cercanas a nosotras son dignas de confianza, mientras que las demás, «las otras», permanecen alejadas sin posibilidad de tregua. Ante el desencuentro en que vivimos entre mujeres, el feminismo parece ya no ser suficiente para lograr acercarnos entre congéneres, surgiendo así una nueva propuesta para relacionarnos: la sororidad.

Realidad Pregúntate lector (a): ¿Tú odias a las mujeres? Actualmente, la cultura machista en que vivimos nos ha hecho pensar que por el hecho de estudiar, votar, tener un trabajo, ya está todo logrado en el tema de género, pero ¿qué ocurre si al tener un trabajo el compañero varón gana


Dossier: Sorori ¿qué?

más por ejercer las mismas funciones que una mujer? Se cree que por poder elegir nuestra vestimenta somos libres, pero ¿qué sucede cuando sin importar lo que portemos somos acosadas en las calles? Piensa en cuántas veces te has enojado con una mujer por decirte «No». Cuántas veces has emitido un juicio de valor que la responsabilice de haber sido víctima. Ahora cuestiónate de nuevo: ¿Odias a las mujeres? La clase social, los estudios, la raza, el credo, etc., podríamos hacer una lista aún más larga de todo aquello que nos separa; sin embargo, aunque las diferencias parezcan irreconciliables, la sororidad llega como medio de encuentro, «significa amistad entre mujeres diferentes y pares, cómplices que se proponen trabajar, crear, convencer, que se encuentran y reconocen para vivir la vida con un sentido profundamente libertario»2 . Es a través de la hermandad entre mujeres que podemos permitirnos sanar y perdonar ese odio que hemos aprendido.

Sueño

¿Pero cómo lograr esta nueva forma de relacionarnos? ¿Es posible una hermandad que no juzgue ni traicione y además nos apoye en el proceso de empoderarnos? Jean Shinoda Bolen retoma la teoría de la resonancia mórfica del biólogo Ruper Shldarke, cuyo postulado expone: «la conducta de una especie cambia cuando las modificaciones dentro de ella alcanzan un nivel crítico, es decir, cuando se manifiestan en un número exacto de sujetos; a raíz de ello, el comportamiento y los hábitos de la especie entera experimentan una transformación»3.

Así mismo, esta autora habla de los círculos de mujeres. Se trata de espacios cuya estructura igualitaria evita el uso de jerarquías; brinda seguridad pues todo lo que se dice en el círculo se queda en el círculo; no se emiten juicios de valor y hablamos siempre desde nuestras vivencias, no desde lo que creemos la otra debería hacer; no estamos para dar consejos pero para escuchar, sostener y apoyar a las demás, respetando sus decisiones. Prestarnos a escuchar facilita el reencuentro con otras mujeres, y en el transcurso, con nosotras mismas, La propuesta de feministas como Luce Irigaray, Shinoda Bolen, Marcela Lagarde, Julieta Paredes, entre otras, nos convoca a hacer crecer esta nueva cultura; nosotras también tenemos un sueño y es reconstruirnos como hermanas, no se trata de amarnos o ser las mejores amigas (aunque pueda ocurrir y advenir como resultado), sino de sembrar la lealtad para cosechar paz. Creemos que a partir de la sororidad es posible desmontar la violencia de género y crear una cultura de respeto ante las diferencias, dando la posibilidad a que en temas como el mencionado inicialmente, seamos capaces de crear pactos y llegar a acuerdos sin lastimarnos ni segregarnos.

En sororidad Tenemos un largo camino por delante, no hay día que no escuchemos que una mujer fue asesinada por su pareja, que aparezcan noticias de matrimonios de niñas con hombres mayores. En algunas culturas aún se practica la mutilación de los genitales femeninos, y en una aparente menor escala, en nuestro diario vivir, aún pensamos que si una mujer fue maltratada fue porque algo hizo para provocar al otro, aún se cuestiona la ropa que traía una víctima de violación. 43


Dossier: Sorori ¿qué?

Existen diversas asociaciones que trabajan el tema de género, desde los grupos terapéuticos, refugios para mujeres, etc. Mujeres con Nombre nace también de este sueño que compartimos, somos una asociación que busca la igualdad de género a través de la prevención de la violencia de género y promoción de la salud integral de las mujeres sostenidas en una ética sororal, esto a través de la creación de diversos espacios como: • Círculos de mujeres • Grupos de lectura • Talleres (prevención, autoconocimiento, feminidad, etc.) • Psicoterapia individual Parece difícil coincidir en tiempos, vivimos a prisa, pasamos del trabajo a la casa y viceversa, pero si hoy no es momento para nosotras, ¿entonces cuándo? El mundo puede esperar, hay que darnos un respiro, reunirnos en sororidad y empezar a reencontrarnos. Sobre la autora: Licenciada en psicología egresada de la UANL. Se especializa en clínica infantil así como en el trabajo grupal con mujeres desde un enfoque de género. Como escritora ha realizado diversas publicaciones literarias en la revista Sui Géneris, a su vez se lleva la coordinación de la sección Maktub (cuento y poesía). Referencias: 1

Bolen, S. (1999). El millonésimo círculo. Barcelona: Kairós.

Lagarde, M. (s/f). Enemistad y sororidad: Hacia una nueva cultura feminista. Julio, 2015, de Mujeres.net Sitio web: http://e—mujeres. net/ateneo/marcela—lagarde/textos/enemistad—y—sororidad— nueva—cultura—feminista 2

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Bolen, S. (1999). El millonésimo círculo. Barcelona: Kairós.

Referencias de imágenes: [Foto de logotipo "mujeres" dibujo de perfil]. (s.f.). Recuperado de https://mail.google.com/mail/u/0/?ui=2&ik=5759d543eb&view=att &th=14e9ce075716976b&attid=0.2&disp=safe&zw

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El Ageism, o la discriminación por edad Por Alexander Strauffon

Hoy día, la discriminación tiene muchas modalidades. Si bien en muchos lugares del mundo la mayoría de éstas incluso están tipificadas como delito, las formas de discriminación tienen la peculiaridad de disimularse muy bien. Justificarse como «tradiciones», y perderse en una odiosa nube de aceptación (o resignación, sería adecuado decir) donde encuentran terreno fértil para seguir, y seguir. Algunas de dichas formas son más que conocidas. La discriminación por raza, sexo, discapacidades o enfermedades se han visto por mucho tiempo y han llegado a los medios, se les ha expuesto, se les conoce incluso en libros y películas donde se retrata la crueldad y rigidez que representan. Otras más son la nota roja y violenta: crímenes basados en ideas discriminantes, cometidos ya sea por un individuo solitario o un grupo organizado bajo dichas ideas, y dispuestos a la violencia con tal de imponerlas. Pero oh, mis queridos amigos, he aquí el jodido detalle. Y es que no se necesita que haya crímenes en nombre de, o grupos con tatuajes o ropajes y capuchas y estandartes ardientes para que una discriminación sea grave. Tal vez sea un error incluso la creencia popular de que las hay moderadas y severas, y en realidad sean todas igual de serias. Y es aquí donde atraigo la atención de ustedes sobre una de éstas a la que no se le pone tanta atención como a las otras y persiste como una plaga: el ageism, o el discriminar por la edad.

Antecedentes Enumerar los factores facilitadores de éste problema y a su vez listar épocas y lugares donde estuvo presente es una tarea imposible. Tan solo el desglose de los mencionados factores daría para un libro de 800 páginas mínimo. Pero espero sea suficiente con decir que esto ha sido reforzado a lo largo de la historia por


Dossier: El Ageism, o la discriminación por edad

la tradición religiosa y social de las civilizaciones. Costumbres e ideas arraigadas constituían como ahora lo que para los individuos formaba parte de su identidad, y el seguir y fomentar esas creencias aunque fuesen dañinas para otros o no muy lógicas les era esencial (creían) para continuar y evitar vivir en el caos.

Como sabemos, la mejor manera de implementar una medida o regla abusiva y cruel es ponerle una bonita envoltura, ponerla junto con otras que se ven creíbles, ensalzarla y exagerarla para que se vea necesaria. Y con ello tenemos detalles penosos en la historia donde la adolescencia era suprimida y se obligaba a los niños a saltar a la adultez, a gente con mucho por dar aún se les desplazaba llamándoles viejos de forma prematura y desechándoles como trastos viejos y, en suma, un abuso basado en ideas mal aplicadas, por no hablar de la inmoralidad de imponer reglas de descarte y maltrato sobre quienes no lo merecían. En la tribu Todras de Bilgiris, en el distrito de Madrás, se forzaban a púberos a contraer matrimonio, práctica común en diversas culturas. Ahí se añadía la creencia de que la niña, habiendo pasado a mujer, había además pasado a ser la propiedad no solo del esposo sino de los hermanos de éste, por lo que niñas pequeñas eran puestas a ser ultrajadas por hombres que hacían fila por su turno. En civilizaciones con tradición islámica se imponen otras tantas cosas sobre las niñas que en otras partes del mundo serían tipificadas como abuso sexual y corrup-

ción de menores. En contraste, otros sitios del mundo pusieron a pequeños inexpertos a cargo de naciones con una corona en la cabeza mientras que los viejos pasaban a ser un elemento que palidecía en la sociedad, considerado indigno; así mismo, las costumbres relativas a la gente anciana de otros lugares impresionaron tanto al escritor Rudyard Kipling que le dieron la idea para mostrarnos en su Libro de la Selva al lobo líder Akela, ya viejo y cansado, etiquetado como «Lobo Muerto» y condenado a morir despedazado por los otros lobos debido a que ya falló en la cacería y fue derribado por la presa, y no tiene ya fuerza. Para favorecer los números en guerras, tanto en el pasado como presente, se hizo que niños en la pubertad fueran 'ascendidos' a adultos para engrosar las filas de un ejército, algo que sigue pasando en sitios remotos y a su vez se enmascara ahora con los grupos de corte político estilo «Juventudes del (inserte partido político o religión aquí)». Las famosas fiestas de 15 años, que en otro tiempo eran prácticamente una puesta en escaparate para decir que se invitaba a un cabrón de la edad que fuera y con dinero se quedara con la chica. Costumbres de purgar de la tribu o pueblo a los viejos a la mínima señal de decaimiento y/o empujar a los niños a experiencias decisivamente de impacto e irreversibilidad. Y todo bajo el cobijo de la tradición y el orden, el pensamiento impuesto que aún ahora impera del «Nosotros decidimos porque somos mejores que ustedes, por lo tanto, los niños, los adultos de media edad, y los ancianos deben hacer lo que nos viene en gana, porque así lo quiere Dios/la patria/etc».

¿Qué es? Como dije ya, el ageism es una forma de discriminación basándose en la edad del individuo. Lo común al escuchar esto es que la gente piense en la gente anciana y la forma en que se les desplaza, creyendo que ya no pueden hacer mucho o entender lo que pasa. Pero si bien es cierto que lo mencionado va incluido, no es en sí lo único. 45


Dossier: El Ageism, o la discriminación por edad

El espectro del ageism implica el sentirse con derecho a limitar lo que jóvenes, adultos a mitad de la vida y ancianos, puedan decir o hacer, y la validación de sus palabras y hechos. Mediante una y mil excusas, el discriminador por la edad va por la vida apuntando su dedo acusador, creyendo que quienes llegaron ya a los 30 o pasan de eso deben ya estar muertos por dentro, o de igual forma ataca a los polos extremos. Con fría auto—justificación y sin detenerse a pensar vomita sus imbéciles juicios sin importar a quien ofende sin adecuadas bases. Y por desgracia se le tolera, pues bien enmascarado está y no exalta tanto los ánimos como lo hace en la actualidad quien vocifera contra otro color de piel u otra preferencia sexual. Y si bien esas mencionadas merecen debida atención, el ageism debería tenerla por igual, pues es como la hipertensión: un mal silencioso pero que sin duda, daña. Podrá leerse exagerado, o digámoslo sin tapujos, mamón en sí. Pero día a día vemos pruebas de sus efectos. Desmoralizan en menor o mayor medida a individuos que, de no recibir esos inmerecidos juicios, quién sabe si podrían hacer más.

que llegó con bandera de buen gobernante, se perpetúan en ese puesto de autoridad ahogando los derechos individuales del menor bajo la lógica discriminatoria de la edad, el famoso «no tiene edad aún para entender», y por más que pasen los años no van a quitarse esa apreciación, pues es obvio que la diferencia de edad entre padres e hijos siempre va a estar ahí, y con ello la cómoda excusa de seguir demeritando lo que el hijo tiene por decir solo porque «para ellos, siempre será un niño pequeño».

Hacia los niños y muy jóvenes Hay un extenso listado en cuanto a lo que es la hipocresía del mundo adulto hacia los menores de edad. El limbo en el que se les coloca a la hora de acomodarles en tal o cual contexto es prueba de ello. Cuando niño X o niña Y son molestos, padres y otros muchas veces vociferan sobre que ya deberían comportarse como adultos, que ya están 'grandecitos'. Pero a la vez, que no vengan a avisarles ya con pruebas que su retoño anda asaltando o secuestrando, porque ahí sí es pequeño, su angelito menor de edad, que «es demasiado joven para entender lo que hace». Esto es una forma de ageism, el distorsionar lo que en realidad el menor es o no es, o lo que ha hecho. Por supuesto que la disciplina y el cargo de padre o tutor exigen el tomar decisiones por ellos muchas de las veces, hablar en su nombre, y delimitar su rango de acción para que no corran peligro; pero esa tarea muchos la toman muy a pecho y cual dictador 46

En sociedades machistas, y que esto no sea excusa para dar vuelo a un debate sexista, se ve esto y algo más aplicado a las niñas. Algo que toca la fibra sensible de muchos es decirles que está mal la sobreprotección. Lo he visto en directo y he conocido casos por terceras personas donde explotan ante la mera idea de que se les confronte con la verdad. Pero sea que quieran admitirlo o no, el padre que suele tildar de su niña por siempre, su princesa, y otros apelativos a la hija, y con eso justificar que no la deje saber cosas ni hacer cosas aunque vaya llegando a los veinte, es un mal padre, pésimo padre, y la niña es víctima de vejación sexista y por la edad. Un daño por partida doble.


Dossier: El Ageism, o la discriminación por edad

En las películas hemos visto esto. El personaje de John McClane en Die Hard, queriéndose meter en la vida sexual de su hija y prohibir que se le acerquen, e intimidando por ser un policía. Lo mismo en Bad Boys con el señor Smith y Lawrence, donde creyeron los guionistas era muy graciosa una escena de un padre enfermo de celos (y como muchos en realidad, con fijaciones incestuosas ocultas) apuntándole con la pistola al muchacho con quien va a salir la hija, o en la película Click, con el ya de por sí difícil de ver Adam Sandler interpretando a un insoportable sujeto que da a entender que impedirá que su hija tenga sexo hasta que tenga 30 y tantos, e incluso le dice al hermano de ésta cuando ya son adultos que «no deje que nadie la toque excepto él». Un enfermo juego de control donde la edad es excusa de control, arma de ataque, y algo que vuelven un concepto relativo a conveniencia. Éstos y otros incidentes pasan a diario. De forma continua se escucha el «ellos qué saben, son niños». Se les juzga como si la edad fuese atributo moral, dando por sentado o que todos los niños mienten por ser niños, o todos los niños dicen la verdad, por la misma razón. Ésa es una falacia monumental que les discrimina por reducirles a objetos, o a autómatas con paradigmas predecibles. En vez de juzgar por el mérito y veracidad de lo que el menor dice, e investigar su autenticidad, se van por ese camino que les deja reducidos a recursos mal interpretados en vez de personas para así servirse de ellos para sus fines. Al diablo el respetarles y juzgar no por edad cronológica sino por la calidad de sus palabras y acciones, mejor la manipulación. Y esa fórmula la conocen de sobra los padres en pleitos legales de divorcio, los movimientos político—sociales extremos, y las cadenas de televisión, por mencionar algunos.

Hacia el adulto—joven / adulto mediana edad

Para no prestar a confusiones en la forma en que se les designa en este artículo, tomaremos por adulto joven de los 20 hasta los 40 años. Muchas veces la adolescencia se prolonga aún más

de lo que debería y en los recién cumplidos 18 y hasta los 20 y tantos se asienta lo que sigue. De igual manera, a los 40 existen cambios físicos que si bien ya se van dando a lo largo de los 30, se dan a notar más llegada dicha edad, por lo que ya serían adultos maduros encaminándose a la tercera edad. Hoy día, pareciera que los muy jóvenes y los muy grandes gustan de lanzar juicios atacantes sobre todo por internet. Al parecer están convencidos de que al tener ya 25, 30, o ya pasar de 30 significa que debes estar muerto por dentro, que no mereces seguir con tus gustos de adolescente como los videojuegos o los cómics, que no debe gustarte la misma música e incluso quieren decirte cómo vestirte. El error de apreciación de los muy jóvenes ante el adulto joven es muy común. De niños todos veíamos como muy grandes a los que no lo eran tanto; a los de preparatoria, por ejemplo. Y ni hablar de los de 20 y tantos; cuando uno estaba en primaria decía que eran ya señores. Pero aunque es un error comprensible, ¿es justificable en nuestros días? Un mundo con base en la comunicación en masa y acceso a la información debería tener ya un mejor concepto de lo que cada etapa de la vida es. Incluso lo que son los niños al observar a los adultos. Pero en parte por la esperada formación de identidad que les lleva a separarse del grupo o rango de edad de sus padres, y parte por lo inculcado por el entretenimiento y la cultura pop (en Los Simpson critican esto en una parodia donde una conductora de TV apenas suena la alarma de que cumple 25 y la reemplazan en pantalla) son insensibles. «Ya tiene N años, debería dejar de hacer eso», «Tienes N años de edad, tú deberías ya hacer cosas de acuerdo a esos años que tienes», «A ti te deben gustar solo personas de tu misma edad». Cuidado con los súper jueces del mundo, eh, porque esas y otras estupideces las riegan aquí y allá. Como si hubiera un switch o software de actualización que debiera entrar y hacer que por tener 30 ya una chica guapa de 20 no debe gustarte, o por esa misma edad u otra tienes que entrar desesperado a ese cuadrado concepto que se han creado tanto los de generaciones 47


Dossier: El Ageism, o la discriminación por edad

más viejas como los de las más jóvenes. Debes vestir siempre de traje, no hacer bromas, para algunos ni deberías ya estar usando internet y solo dedicarte a trabajar y llenarte de hijos a la par de deudas. No mereces ya divertirte con juegos, música, y otras cosas porque cometiste ya el gravísimo pecado de tener más números en el conteo en el que todos estamos por igual. Así que vamos por partes, ya que al adulto joven le llueve más que a Francia en la Segunda Guerra Mundial, por lo visto. En primera, quienes le atacan con esos juicios y son de ese mismo grupo de edad: que no sean hipócritas. Sobre todo porque si investigas y a ese que te juzga, te salen unas inmadureces tamaño colosal. Seres de poco criterio estancados en el «mi inmadurez es chida y aceptable, la tuya no». ¿A qué me refiero? A lo más común: el fanatismo deportivo, las ritualísticas carnes asadas, o eventos, con mil fotos subidas a las redes sociales para el efecto «mírenme, no estoy solo, mírenme» son también signos de inmadurez. Del niño desprendido de la teta o que no tuvo aplausos sino vergüenza al entrenarse a cómo controlar el hacer caca, que ahora navega esas aguas de niño—adulto (sin olvidar los celos patológicos, tan comunes en esos niño—adultos señalados) y encima cree tener el derecho de descalificar a otros por su edad y decirle al niño, al de su propia edad, y al viejo, que merece hacer y qué es indigno ya de realizar o disfrutar. Sin palabras. 48

Y en cuanto a niños y ancianos que furiosos atacan al adulto joven, se los digo en forma más breve: se entiende que quizá ustedes mismos fueron víctimas del ageism alguna vez, pero por algo existe la frase «Como te ves me vi, como me ves te verás». Modas y costumbres están en constante movimiento. Niños: verán lo mucho que irán cambiando al paso de los años. Y gente de la tercera edad: ya vieron cuántos acontecimientos clave ocurrieron en su camino por la vida, y cuando ustedes no estén más, dichos cambios seguirán ocurriendo. Intentar cuadrar su idea de lo que un adulto joven debe ser y hacer al presente es querer que se use tecnología y métodos de hace 50 años o más, y lamento remarcar lo obvio, pero eso está perdido ya y quien merece decidir qué hace el adulto joven es el adulto joven mismo, no ustedes.

Hacia ancianos / tercera edad

La forma más conocida de ageism es aquella hacia el adulto maduro ya con deterioro propio de su edad e historial médico, y el individuo ya asentado en la tercera edad. La clasificación se da de forma fría y radical, el respaldo de que se trata de exactitud demográfica viene de diversas instancias. La realidad es que con muchos es un potencial desperdiciado, y con otros, aunque desvalidos, no debemos olvidar que son personas con derechos.


Dossier: El Ageism, o la discriminación por eda

El absurdo inconstante, presente en la mentalidad de quienes discriminan a los ancianos, les lleva a decir cosas como que las estrellas de rock y artistas sí pueden comportarse como si tuvieran décadas menos de edad, pero que «la gente común» no. Ahora resulta que debes ser una celebridad para ganarte tu derecho de divertirte. Otros se valen del argumento protector, que como son más frágiles, mejor contenerles, ya que su cuidado es difícil. El anciano, en efecto, puede ser un individuo difícil de tratar e impedido a hacer ciertas cosas, pero relegarle a ser como un mueble es tan extremo como sería ir a abandonarlo a un lugar remoto a dejarle morir. Su conocimiento y experiencia debe aprovecharse y asegurar que llegue hasta donde se pueda, pues no se sabe a quién podría llegar que le resulte de ayuda. Aparte, es bastante ya el tener que lidiar con la incertidumbre de la cercana muerte, para además agregarle a un estúpido que se cree con derecho de decirle que por su edad y no tan joven apariencia no merece ir a bailar, hacer bromas, estar en Youtube o Facebook, o en suma, vivir.

Conclusión Debemos comprender ya que dar o restar valor a alguien solo porque tiene una edad determinada es una inexactitud y acción poco inteligente, similar a basarse en su color de piel, peso, condición médica, o nacionalidad. Si bien estos rasgos pueden servir para la elaboración de

un perfil analítico o predictivo en la aplicación de ciertas disciplinas, no es algo por lo que nos debemos dejar llevar en el día a día. Si escuchamos a un menor decir algo, o se nos dice de algo que ha hecho, hay que ver si existen bases y elementos comprobables. Basarse en la metodología observacional y no dejar que costumbres o sentimentalismos nos cieguen. Lo mismo va para el trato a los ancianos. Porque hay niños inteligentes y veraces, en contraste con algunos que les rodean con más edad y menos calidad como personas. Y entre ancianos hay quienes se valen por sí mismos y los que no, algunos fueron dejados solos sin justificación, y otros porque por sus malas acciones años atrás obtuvieron esa represalia de parte de sus allegados. No hay absolutos, y cada caso se juzga en sus hechos históricos y no juicios subjetivos. Recuérdenlo siempre cuando quieran dejarse arrastrar por la cómoda fórmula absoluta del «Es niño, por tanto es bueno/malo» o «Es un anciano, de seguro es bueno/malo». De los adultos jóvenes, además de lo dicho antes, queda por resaltar esa palabra tan importante: Respeto. Y es que lo que cuenta no es si la persona de pronto se comporta como niño hiperactivo a veces, o así se vea ante otros por sus gustos. Lo que importa es que sepa tener seriedad y sobre todo ética cuando la situación lo amerite, y sepa respetar el bienestar y derechos de otros. Comprobemos que así sea, y sigamos ese ejemplo también. Menos prejuicios, y más aceptación genuina. Sobre el autor: Psicólogo autor de libros autopublicados y bloguer. Referencias de imágenes: [Foto en blanco y negro de niños en guerra]. (s.f.). Recuperado de https://www.pinterest.com/pin/10766486580262755/ [Foto de niños fashionistas]. (s.f.). Recuperado de http://www. clutchmagonline.com/2014/10/baby-fashionistas-social-mediahappened-kids-dressing-like-kids/ http://tartanmouth.blogspot. mx/2015/04/growing-older-in-tv-quotes.html [Foto de la serie “friends”]. (s.f.). Recuperado de http://tartanmouth. blogspot.mx/2015/04/growing-older-in-tv-quotes.html [Foto de señora adulto mayor poniéndose mascara]. (s.f.). Recuperado de http://sharronhinchliff.com/2014/06/11/unconscious-bias-what-we-allshould-know-about-implicit-ageism-and-sexism/

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Vaciendome Por Faby Castillo

Sintiendo... Cayendo de nuevo, vaciando todo esto de mi, pensando que es lo mejor, pero a la vez sintiendo que no, no me siento satisfecha con esto, no me siento bien, no lo siento ya, pero... es la mejor forma de hacerlo, de no mostrarlo, de decirme a mi misma: cuan tonta soy... Que no puedo escapar de esto, por mas que lo intente.... Sumiéndome.... Sin saber cuanto tiempo ha pasado, si días, meses o años, sin saber cuanto tiempo, pero sin poder parar... Llenando el cuenco... Escondiéndome, sin levantar sospecha alguna... Sin que nadie se entere... Preguntando si a alguien le importo... Se que solo fingen que les importo pero aun así no hacen nada.... Vaciándome... Sumiéndome... Cayendo en este abismo, pidiendo ayuda sin pedirla, sin gritar, anhelando que alguien me tienda su mano, y... Me ayude a volcar el cuenco a dejarlo atrás, a velarlo.... Pero solo fingen, a nadie le importa y ¿cómo ayudarme? 50

Si, tal vez no quiero hacerlo, sumiéndome en el mismo hoyo que tal vez.... Yo he cavado para mi...

Referencias de imágenes: [Foto de joven preocupada sentda viendo hacia abajo]. (s.f). Recuperado de https://pixabay.com/es/chica-preocupada-mujer-a-laespera-413690/

Llena de verdades

Por Rubén Tamez (ruben.tamez88@gmail.com)

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on la panza llena de verdades. Así me suelo levantar en las mañanas, con la panza llena de verdades. Bueno, al menos de un tiempo para acá, hace ya un buen tiempo. Aunque no sé qué tanto tiempo en realidad… pero lo que sí es que no ha sido, para nada, un buen tiempo. Aunque siendo sincera si ha sido bueno, al menos para mí. Eso de que no ha sido un buen tiempo lo digo por que eso me dicen a cada rato y yo lo repito, por aquello de las incomodidades que puedo causarles. Por que si algo he aprendido es que a los demás como que les incomoda, como que les aturde, como que les duele que les digan que eso que


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andan diciendo no es cierto, o tan siquiera, que es posible que no sea cierto, eso a veces es peor porque la posibilidad es lo que los empequeñece. Cuando nos enfrentamos y nos damos de palabras eso es lo que me imagino, que se empequeñecen. Veo mis palabras como la sombra de un gran oso que se va agigantando en la pared y frente a ella se hacen diminutos todos y se acorralan y sólo se les queda la esperanza en la garganta y por eso gritan, escupen apenitas sus últimas aspiraciones de convencerme de algo que no conocen bien. Eso me imagino. Y lo que sigue es ya el último recurso: utilizan la violencia sin medida y entonces es por eso que yo les digo que sí a todo y les sigo el juego. Sólo de vez en cuando me fastidio y me da por renegar, pero la mayoría de las veces asiento, con la cabeza y con el cuerpo y así mantengo la fiesta en paz. Ya no me resulta complicado desde que aprendí a distinguir. Así es, ya sé distinguir, distinguir entre quién vale la pena para hablar y quién no, distinguir entre aquellos, los otros y éstos, mis otros.

Eso fue básico. Los otros, los de allá, fueron creados no sé muy bien para qué, a veces afirmo que para joderme la vida, que para eso están, entonces me cago de risa y ya sabes, me ven raro, pero aún cuando soy la pura seriedad y la máxima obediencia me ven raro, así que no tiene mucho caso que me comporte de una u otra manera para evitarlo ¿Sabes? Mejor me comporto sólo a como me siento mientras no empiecen con sus golpeaderas. Desde que me di cuenta de eso ya no veo a los ojos de nadie, sólo me veo los míos, y por eso he dado más de que hablar ¿De qué sirve ver ojos que no saben ver? Eso no lo entienden, trata de decirles eso, para que veas, te harán lo mismo que a mí y entonces preferirás mirar a gachas y así viendo de las rodillas para abajo, hasta el piso, también podrás encontrar a tus otros, así como yo te decía que tengo mis otros. Los de acá, mis otros, fueron creados (aunque tampoco sé muy bien por qué) por mí y eso es lo que vale. Aunque bueno, se me viene ocurriendo, ahora que te veo los ojos y veo como me miras, que los hice nacer para eso, para tener a quién mirar y quien me mire a los ojos, por que vaya que sí se ocupa. Una ocupa de miradas por que tiene ojos, si no los tuviera no sé qué otra cosa ocuparía, pero ahorita que los tengo y los tengo sanos, los ocupo para ver, pero sólo vale la pena ver a quien me quiera ver, por que el chiste es que me miren profundo. Tú ahorita me vez a los ojos, pero pronto lo dejarás de hacer, de hecho ya has empezado a dejar de verme profundo así muy como que no quiere la cosa, si algo sé muy bien es distinguir cuando el ojo se cansa y se da una distraída viendo hacia otro lado para descansar, moviéndose rápido; cuando se mueve y se queda quieto contemplando algo o contemplando nada es porque lo que veía o ya no le gustó o ya no le interesó o ya le aburrió. Eso lo distingo fácilmente. Lo que dicen que no distingo es la realidad. Dicen que vivo en la locura. No sé mucho de lugares y mapas pero hasta donde sé, hasta donde me alcanza la inteligencia, la locura no es un lugar. Me queda claro que he estado donde siempre he estado. Si bien una se mueve, una 51


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camina y avanza, al final una no se va. Bueno podría una escaparse, pero la verdad no lo he hecho porque no se me ha ocurrido, aunque qué más quisiera yo, a veces me dan ganas de irme a algún otro lado, pero es que no sé de ninguno más, siempre he andado por acá por eso, porque sé que a dónde corra es lo mismo, si me arrancara corriendo por el mundo acabaría en donde mismo, siempre regresaría y ni para qué la cansada. Ah, porque sí sé que la tierra es redonda, eso sí lo sé, y sé que antes decían que no, que era plana como una tabla y que si llegabas al final te caías y que a quienes decían que era redonda como un coco no los bajaban de gente loca ¿Ya ves? ¿Me entiendes? Que vivían en la locura les decían, como me dicen a mí, y eso que tenían razón, tenían la maldita razón, sólo que nadie sabía ver bien. Tienes que ser muy ciego para no ver que la tierra es redonda y que casi todo es así, redondo. No sé por qué la gente todo lo ve a cuadros ¿Me entiendes? No creo que lo hagas. De seguro también me vez así,

te dijeron sin que te dieras cuenta que yo soy un cuadrado, y sólo así me puedes ver. Pobre de ti. Ya hace rato que no soy una niña y esa es otra cosa que no entienden y, además, ni que ser niña significara ser estúpida, más bien pensar eso es estúpido y de seguro tu también piensas eso. Pobre de ti, esa es la verdad, pobre de ti. Por eso nadie me aguanta, por que dime tú ¿Quién está por gusto con una mujer que tiene sombra de oso y la panza llena de verdades? Nadie. Al menos nadie de éste mundo, me queda claro. Y lo colorado de tu rostro me deja ver lo incómodo que estás y ni se diga tu sudor y además tu estúpida sonrisa. Pobre de ti. Por cierto ya es hora de que te vayas yendo, por qué ya distingo el tipo de mirada que traes, esa de cuando el cerebro no les da para más y sólo me siguen viendo para sacar provecho de que me tienen en frente. Cuando eso pasa todos acaban viendo las mismas cosas y acaban viendo en la misma dirección que no lleva a ningún lado. Vete ya y deja de perder tu tiempo viéndome a las tetas, que también están llenas de verdades, de verdades que a todo mundo incomodan.

Náusea

Por Rubén Tamez (ruben.tamez88@gmail.com)

Digamos que el baño es el mundo interior de una chica. Siempre habrá al menos un espejo y en el espejo, alguien desconocido para conversar. La chica podría mirarse y decir: soy un globo aerostático. Mejor desinflarse en la regadera. Mejor un cabello enroscado en el azulejo. Mejor una cucaracha con tacones rojos y tutú. Podría recordar que cuando fue su cumpleaños hubo una fiesta en su casa y nadie la felicitó. Podría comerse un pastel de fresa podrido: tener hambre ya no es necesidad. Después llorar hasta la última gota sobre la margarita sin pétalos: el amor no es una flor. Podría pensar que la vida es una tontería, poner sus dedos en la garganta, cerrar sus ojos y arrojar el Referencias de imágenes: mundo [Foto de mujer de espaldas frente al espejo]. (s.f.). Recuperado de http:// wersioceano.blogspot.mx/2014/04/elfinal-de-una-busqueda.html

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«Hábitos» «La otra chica» Amelia Por Vania De la Garza Espinosa y Rosa Ma. Alvarado Reséndiz

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espués de despertar hice mi rutina cotidiana, me pese y me siento orgulloso ya que baje otros 200 gramos en dos días. Creo que estoy haciendo las cosas bien. Todos los días repito mi mantra «es mejor ser delgado que saludable». Mis padres me siguen insistiendo en que me veo más delgado, ellos se preocupan; lo que no entienden es que me enorgullezco de lo que me repiten, pero me fastidia su insistencia por verme comer; yo no necesito comer, solo necesito hacer ejercicio para compensar la asquerosa comida que ingiero.

Batallé para levantarme de la cama, siento que el cuerpo no me responde como yo quisiera; a veces solo me dan ganas de quedarme tirada y no hacer nada más que comer. Todo el día tengo hambre a pesar de apenas haber pasado la hora de comida, es como si no pudiera llenar un vacío; siempre necesito buscar un bocadillo. No me gusta lo que tengo, es un cuerpo que no siento propio, toda la ropa que veo en los aparadores es muy chica y sé que no me quedaría bien. Caminando por la escuela me percato que todos me voltean a ver, estoy seguro que la gente me envidia porque me veo mejor que ellos, mi ropa, mi cabello y sobre todo mi delgadez. Los demás hablan de mí, pero es porque sé que todos quisieran verse como me veo. Siento mucha hambre, pero lo único que hago es disfrutar de los calambres que me causa, es una señal de que voy por el camino correcto. Alguien hace un comentario sobre que me veo más delgado, sé que lo dice en forma de burla pero yo lo siento como un halago, así que no me importa en lo absoluto. Estando en la escuela, siento las miradas en mi cuerpo y no en mis ojos. Nadie me mira al rostro, como si fuera desagradable estar en mi presencia; percibo el morbo que sienten; aparentemente les doy asco; me toman como el ejemplo de lo que no quieren ser. Camino en dirección a mi asiento y me tropiezo, la gente se ríe y yo trato de aparentar que no me afecta, pero en realidad me hace sentir horrible. Me da hambre de nuevo, no puedo esperar a la hora del descanso para poder comer. Escucho que alguien se burla de mi peso, a pesar de que estoy acostumbrada a este tipo de comentarios me duele mucho escucharlos. Me veo en el espejo, creo que todavía necesito bajar de peso, aunque se me pronuncian los huesos todavía tengo algunos bultos de grasa en mi cuerpo. Repudio estos sobrantes que tengo, debo disminuir las calorías que consumo, tomar laxantes y aumentar de tiempo mi sesión de ejercicios. Es casi insufrible verme en el espejo, ni siquiera cubre todo mi cuerpo, solo se refleja una pequeña parte de mí. Odio verme de esta forma, 53


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mi familia no comprende que me siento demasiado gordo, me insisten en que estoy bien, que estoy creciendo y por mis actividades necesito comer bien. No puedo dejar que regrese toda esa grasa que ya he perdido. Todavía recuerdo cuando mis compañeros se mofaban de mi gordura, me dolían todos los comentarios y sobrenombres, esto no puede volver a suceder, debo recordar «es mejor delgado que saludable». Debo terminar con esto, necesito hacer un cambio en mi vida, me siento mal, no puedo reconocer bien mis sentimientos, pero sé que todos mis problemas son por este cuerpo, quiero mejorar y ya no sentirme así. Necesito ayuda. Me recomendaron un medicamento para bajar de peso, creo que lo conseguiré, me advirtieron que era muy fuerte, pero vale la pena el sacrificio. Este paso me acercará más a mi meta, necesito pesar 40 kilos y solo me faltan 5. El nutriólogo hizo una dieta personalizada para mí. Me pesó y me dijo que necesitaba comenzar a ejercitarme, por lo menos una caminata de 30 minutos. Me voy a morir de hambre con esta dieta, seguro no importará si agrego uno o dos bocadillos extras. Las instrucciones del medicamento dicen que es una píldora con el desayuno, pero prefiero tomarme dos, tomar mucha agua y no desayunar, eso acelerará el proceso. Ana, la chica gorda de mi salón, es asquerosamente obesa, me da temor llegar a parecerme a ella si no continuo con mi estilo de vida. Me da pereza hacer ejercicio, el cuerpo me pesa, siento mi ritmo cardiaco demasiado acelerado, además, no quiero verme como Héctor, el chico huesudo de mi salón. Debo tomarme las cosas tranquilas y después 54

de esta sesión de ejercicio creo que tengo derecho a una golosina. Me siento mareado, con náuseas y fatiga, seguro fue por haber comido el desayuno que mi madre me preparó y obligó a comer; para compensar tome 5 pastillas y dos litros de agua. Empiezo a ver manchas borrosas y empiezo a temblar, no tengo control de mi mismo. Volví con el nutriólogo, estuvimos hablando acerca de mis hábitos y dice que son inadecuados, también me prestó algunos libros para conocer mi problema; creo que tiene razón y necesito esforzarme un poco más para mejorar mi salud y mi apariencia. Quiero sentirme bien y creo que puedo cambiar mis hábitos alimentarios. Creo que estoy en el suelo, no siento mi cuerpo y solo comienzo a sentir como se cierran mis ojos, comienzo a dudar si fue correcto presionarme tanto… Referencias de imágenes: [Foto de mujer con anorexia de espaldas en ropa interior]. (s.f.). Recuperado de http://www.nuestramirada.org/photo/anorexia-2 [Foto de ofrenda de comida hacia mujer con anorexia]. (s.f.). Recuperado de http://salud.uncomo.com/articulo/cuales-son-los-sintomas-de-laanorexia-28270.html


PsicoanalizARTE La satisfacción oral Por Osvel Becerra

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l lactante que no mama es por que ha llegado a la satisfacción de la Trieb –Mejor conocido como mamar plenamente; ¡La derivación mamaria u objeto sexual! ¡Ser juglar del seno! ¡Qué estupenda es esa recitación 4. Hay una urgencia a devorar, manar y mamar cuando se es particularmente un bebé. Cuando el bebé no urge es que su satisfacción ha sido plena y que ya no urge; la madre ya no deriva el seno a la boca del bebé. Si la boca convocó al seno quizá así sea el caso de alguna o alguno de nosotros. Las dosis de leche que el bebé contiene en su cuerpo es proporcional al deseo de la madre. La restricción única comienza con el falo de la madre o su seno y matriz. No es un asunto que toque a Karen Horney, no obstante que ella haya reconocido en el falo de la madre una ulterior envidia al hystera, nos trae de vuelta una compleja situación que vale la pena recordar; la plenitud del goce es el placer y el bebé lactando es la semblanza de la belleza moderna, de la causa freudiana y del fin de la burguesía de la boca o imperio del silencio oral. No es envidia la que tienen los hombres a nada más que a la política o poder que confiere el falo o tener política material o inmaterial. Es el falo lo que de alguna manera encuentra una posición radical en la boca, y es que éste se muestra como precursor del complejo de Οἰδίπους en una intrincada serie de situaciones que derivarían en el seno materno que quizá se ha sexualidado o secularizado; no obstante, es aquel seno materno del que bebé Οἰδίπους la cimiente que haya hecho alguna vez civilización posterior en Tebas. Hagamos recuento de la política de Tebas. Ésta prohibía de alguna manera el incesto, de tal manera que su gobernante mostró a sus gobernados que ésta sería la suerte de todo aquel que le aconteciera lo que a él con su madre. Eso sucede a cada rato en los procesos psíquicos

primarios; la remembranza con la lactancia o el mito de Tebas en el neurótico más que un cliché, o un concepto, es una política. Ya habiendo dicho lo anterior, la política de la madre neurótica es hacer con el seno y la boca un vaivén, dura entre ocho meses pero será la relación que la boca haga con el perfume de la leche que emana del seno. La política de la madre psicótica, en cambio, será menoscabar la ley o hacer un emblema contra otro, una señal de una situación de poder que no se ocupa más que de disfrutar placenteramente, mamar y que la mamen, pero gozándolo con deseo de pornografía o situaciones mentales que confieren a su vida sexual perturbada desde la infancia por diversas situaciones que a veces comienzan desde la primer bocanada de aire. La situación oral es completa y compleja, sería que el neurótico sufre del complejo Oral, dirían entre chistes los viejos –porque teníamos más de cuarenta, dirían Jung y Freud. La madre que se vea en la dura necesidad de no poder con el poder bucal del otro reflexiona que necesita hablar de la situación que le acongoja desde el principio con el psicólogo para trabajar los complejos psíquicos que conmueva tener para ella que dar leche o placer, goce o fantasías a otro. Es menester para el psicoanálisis dejar de hablar sobre lo trastornado que tratan los médicos. Los médicos han hecho una labor tremenda por la cura de los trastornos alimenticios, impulsada en su mayoría por doctores afines al psicoanálisis y a la Internacional. Los psicólogos no tendríamos que pensar como ciencia experimental que el psicoanálisis se encuentra en una crisis teórica o metodológica, sino en crecimiento y desarrollo pero fundamentada en los descubrimientos e inventos de S. Freud hasta 1939. Oponerse a cualquier ultraje del se-

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guimiento del trabajo de Freud y sus seguidores, a las traducciones y a las copias. No queda más que recordar; más entonces por que no tocar ningún tema concerniente a un trastorno, pues el punto de vista experimental desde el psicoanálisis de Freud ha encontrado que el sujeto se sujeta a un estadio, a un barrido. A un objeto, a un Otro y un otro. Estar en psicoanálisis es el alivio al malestar causado por la oralidad y su satisfacción o plenitud pues los llamados carentes de algún asunto nutricional o trastorno alguno reflejan que en ninguna medida se sienten incompletos y que de hecho por estar llenos y satisfechos no comen. La compulsión a la repetición es una situación compleja que repite la entrada y salida del sujeto en un nudo más allá del principio del placer; esta casi a un lado. Como humanos, eso nos sucede en comer y en diversas actividades que conciernen a partes del cuerpo tales como el ano y la boca. Los sujetos cuentan con alguna locura siempre que los hará llegar al psicoanalista después de ver diversos tratamientos psicológicos, médicos o psiquiátricos para el malestar en la cultura al que las medicinas calman pero no curan, o desafecciones psíquicas que no sujetan al sujeto al deseo del mismo. Sobre el deseo, es importante señalar que no sé que consista en cada caso del mundo el deseo, por que a pesar que el analista hace como un genio de la lámpara con Aladdin pero cuando se es bebé es obvio que la leche y la madre son reducciones necesarias para evitar ahondar en 56

cualquier otro tema que involucre a la leche y a la madre; por ejemplo la economía, geografía, política y otras existencias que ocurren al segundo de lo que saca una instantánea o pretende completar; eso que dicen llaman Real. Lo real acontece a los obstruidos del ano y de la boca cotidianamente; no es por eso que se ven los añicos de la televisión comercial o la industria farmacéutica. El psicoanálisis no esta prescrito para nadie, por lo menos no desde 1920, cada quien puede tomar su tiempo sin peligro inmediato de muerte por inanición, deshidratación o cualquier otra situación que requerirá de un analista, pero también primero de un hospital. La prevención no ocupa al psicoanálisis pues sabemos de antemano que lo real es imprevisible y para los casos estadísticos hacen políticas públicas para la cura de la enfermedad en la población, pero cualquiera que se quiera salir de esa norma es bienvenido al psicoanálisis, a tener solo otra y es hablar de lo que se venga a la mente inmediatamente. El psicoanálisis que trata las relaciones orales de la boca siempre es elegante para tratar el síntoma que aqueja al psicótico. La psicosis es algo que se suele ocupar de trastornos del psiquiátrico por que así lo han querido en Francia y en México; no obstante, la parafrenia para impulsar el espíritu freudiano no es otra cosa que la pérdida o alejamiento de la política compartida. La política que actualmente aqueja a la moda y devastó supuestamente la imagen, es


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una farsa para desatender el deseo de muerte que inunda a la población por las situaciones infructíferas para la vida en regiones del mundo o relacionadas a su medio local e internacional por razones arquetípicas y filogenéticas. Es interesante recalcar que el deseo de muerte o la urgencia, deriva y empuje a morir surge a cada instante de vida aún sin restricción en los primeros años de esta. No es común discutir sin una política, por eso la política del psicoanálisis es aceptar de antemano sobretodo que creemos que nos vamos a morir; por lo menos el Ego conoce y le displace constantemente aquella derivación de los procesos psíquicos primarios que hace diversos síntomas complejos como no mamar o no dar

de mamar; por decir, la causa materna nunca está tan acompañada del sujeto que se solape en el psicoanálisis para dejar a un lado solamente la creencia de un padre o su reconocimiento en el espejo que pudiese trocar para mantener una relación con lo imaginario público o símbolos públicos que nos mantienen circulando por la comunidad sin parecer o ser señalado; son cuestiones que se conocen por estar al común de la cotidianidad o ser un ciudadano psicoanalista o en psicoanálisis. Referencias: 4 Notas en una cátedra de A. Baños, 2012. Referencias de imágenes: Ramón R. (2015). [Foto de partes de rostro repetidas].

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Los sonidos del deseo

Por Iván Guerrero Vidales | gv.ivan8@gmail.com

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omer puede ser considerada la acción más determinante al momento en que hablamos de satisfacción de necesidades, esto se debe a que una gran cantidad de actividades cotidianas dependen esencialmente de la energía que nuestro cuerpo genera en función a los alimentos que ingiere. Nombremos algunos ejemplos, ¿no incita a ponernos de pie y relevar el sueño por el deseo de comer? ¿Es posible mantener un alto vigor con el estómago vacío? ¿Quién piensa en los altos estándares morales y divinos mientras escucha el gruñir grotesco y terrenal de las tripas? Evidentemente, las frases populares suelen ser jocosas hacia los asuntos de la vida, aunque eso no significa que su sabiduría pueda tomarse de manera superficial. Esto parece suceder con la frase que dicta <<hacer de tripas corazón>>, pues la primera imagen que pasa por la mente es cómica y en un sentido literal carece de significado; sin embargo, en un sentido figurado refleja una realidad extraña que, en el fondo, parece revelar lo que sucede en la algarabía del alma cuando a trastornos de la alimentación se refiere. En perspectiva, el hambre está relacionada con el deseo, el cual si no se encuentra cubierto genera malestar. Este mismo deseo tiene dos vertientes por donde fluir, la física y la emocional. De esta manera, los trastornos alimenticios se forman a raíz de una serie de conductas que ponen en riesgo el bienestar de las personas en relación al consumo de calorías que su cuerpo procesa. Por ejemplo, es conocido que en la anorexia el deseo se «estanca” pues la persona niega o purga el apetito a consecuencia de una preocupación excesiva por subir de peso o reducirlo, mientras que en el caso de la bulimia el deseo se «desborda» y lo acompaña el sentimiento

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de culpa junto a la medida compensatoria para eliminar lo ingerido. Debido a la polaridad del deseo, encontramos que en los trastornos alimenticios se refleja una falta de moderación frente a las formas de comer. Pero antes de que esto suceda podemos comenzar a identificar pequeños hábitos del día a día que confabulan y crean variantes de la conducta que pudieran representar un riesgo para la salud, aún y cuando sean mejor vistos socialmente en relación a sus aparentes beneficios físicos. Esto es lo que parece suceder en el caso del vegetarianismo, que es la tendencia a ingerir alimentos que no sean de origen animal, y para esto hay una amplia gama que incluye al vegano, el vegetariano lacto—ovo, el vegetariano lacto, el semi—vegetariano, el frutariano, el pescetariano, el crudívoro, y la lista puede seguir acorde a lo que se imagine eliminar o agregar a la dieta o a lo que quiere llegar a ser la persona quien elige este modo de vida. Efectivamente, el estudio del vegetarianismo cuenta con evidencias sobre sus beneficios a la salud en relación a personas no vegetarianas (ver Figura 1). Por ejemplo, entre quienes prefieren una dieta vegetariana (sin distinguir el tipo) se encuentran menores índices de obesidad, menores concentraciones de colesterol y menor riesgo de padecer enfermedad isquémica cardiaca (Key et al., 1999).


Quid: Los sonidos del deseo

Sin embargo, algo que ha llamado la atención de los especialistas está relacionado con la posibilidad de que sea el vegetarianismo una encubierta (o sublimación en términos psicoanalíticos), que permita el paso hacia los trastornos alimenticios, y esto tiene que ver precisamente con los motivos por los cuales la persona que selecciona algún régimen alimenticio más estricto, siendo el más llamativo, por las mismas razones que la anorexia o la bulimia: la preocupación (en cualquier intensidad) por el peso. En una encuesta realizada por el Gabinete de Comunicación Estratégica (2014) se encontró que las principales creencias de los encuestados acerca de los motivos por lo que alguien decide un estilo vegetariano son en un 47.8% por salud, un 12.3% por estética (estar más delgado o en otras palabras bajar de peso – palabras en itálicas por el autor), entre otros; adicionalmente, la prestigiada revista Times (Wellness Club, 2012) realizó un estudio cuyos resultados arrojaron datos similares, ya que las personas encuestadas comentaron que una razón importante para elegir el vegetarianismo era por motivos de salud, en un 32%, y bajar de peso, un 3%. En definitiva, estos números pertenecientes a temas relacionados con el peso representan focos rojos debido a la posible relación entre el vegetarianismo y los trastornos alimenticios. Diversos estudios refieren que aunque la línea es sutil, parece dirigirse a ese término. Bardone— Cone et al., (2012) refiere en su estudio que en comparación a un grupo control, las mujeres con

historial de trastorno alimenticio tenían mayor probabilidad de haber sido vegetarianas (52%), de ser vegetarianas al momento del estudio (24%) y de tener como principal motivo razones relacionadas al peso (42%); otros autores mencionan que en relación con personas no vegetarianas, los vegetarianos muestran mayor culpabilidad después de comer, mayor preocupación sobre ser delgado, mayor uso de laxantes, realizar ejercicio de forma extrema, vomitar para perder peso, realizar atracones de comida, muestran mayor preocupación sobre su apariencia, mayores niveles de depresión y menor autoestima, mayor obsesión sobre el peso y la dieta (referencias resumidas por Herzog, 2010). La dificultad de identificar si este comportamiento representa un riesgo se debe, como sugiere Ross (2012), a la posibilidad de justificar la conducta alimentica restrictiva en función al consumo de calorías y otros beneficios (Figura 1), además de contar con mayor aceptación en términos sociales y morales. Esto hace que la decisión de convertirse en vegetariano sea más sencilla, aunque para mantenerse los costos económicos, sociales y personales son muy elevados. Ante esta situación se emplean diversas formas para controlar la conducta antes de que se convierta en un asunto delicado de salud, por ejemplo, si se decide iniciar a ser vegetariano, sería conveniente acudir con un especialista para elaborar un plan apropiado y dar seguimiento, inclusive recibir orientación psicológica sobre las posibles dificultades a las que se pudiera enfrentar la persona, tal como identificar y comprender sus motivaciones, evitar obsesionarse por mantener la dieta de forma estricta, inclusive preparar a la persona para sobrellevar un posible fracaso en su intento por cambiar su alimentación; sin embargo, ¿qué otras opciones existen una vez que la conducta se convierte en trastorno? Desde la psicología positiva surgen algunas formas en que se puede mejorar el funcionamiento emocional y mental de las personas. En primera instancia, se parte de la idea de que comer debe ser una actividad placentera, pues en esencia es parte de la naturaleza humana, y como tal, debe ser <<saboreada>> (término que utiliza 59


Quid: Los sonidos del deseo

la psicología positiva para atender, apreciar y mejorar las experiencias positivas de la vida). El <<saborear>> implica otro concepto importante de la psicología positiva conocido como <<atención plena>>, relacionado al hecho de estar <<presentes en el momento>>. Al respecto, Johnson (2009) ha encontrado en su práctica que al utilizar lo que denomina <<Mindful Eating>> (cuya traducción sería Alimentación con Atención Plena) se logra saborear la comida con intención y alegría, lo cual conlleva a disfrutar realmente el acto de comer. Para lograrlo, la autora enlista siete habilidades que corresponden a: estar consciente, la observación, estar en el momento, estar atento al ambiente, no criticar, dejar ir y la aceptación; incluye además cuatro principios (Figura 2) que orientan las habilidades de la persona para adquirir una atención plena. Estas estrategias pueden tomarse como una excelente forma de poner en perspectiva la decisión vegetariana y estar plenamente conscientes de lo que deseamos y cómo lograrlo sin poner en riesgo el estado de salud. De esta manera, no es que comer carne, en cualquiera de sus versiones, sea un gusto extravagante, pero una decisión más razonable frente al absolutismo de eliminar los productos de animales pudiera ser el reducir la cantidad de carne que se consume, resolución que incluso muchos vegetarianos (84%, en Faunalytics, 2014) han reportado; igualmente, los beneficios nutritivos que contiene este alimento son variados y en ocasiones se requieren de múltiples fuentes alternativas para generar lo que un solo producto es capaz de proveer, cuya adquisición se pudiera complicar por limitantes económicas 60

o de inexistencia de producto en el lugar en donde vivimos. Pero si el tema en cuestión es ocultar un malestar con las emociones de uno mismo, entonces el conflicto es distinto y vale la pena prestar atención pues, como hemos visto, ese repudio hacia la carne pudiera evidenciar, simbólicamente, un rechazo frente a nuestra propia naturaleza humana, refiriéndonos específicamente la necesidad básica de comer. Y así es como la frase popular de <<hacer de tripas corazón>> entra en escena pues, ante la lucha interna por el temor hacia algún malestar profundo que nos aqueja, es importante hacerle frente con una consciencia plena, con seguridad en lo que se desea y con optimismo en caso de que una recuperación sea necesaria. No olvidemos que aunque las tripas suenen grotescas, hay que escuchar lo que nos dictan, pues nos hablan de las carencias del alma.. Referencias de imágenes: Russell (1917). [Tabla obtenido del libro Political Ideals]. [Ilustración sobre consumismo]. (s.f). Recuperado de https://www. pinterest.com/pin/23221754304081534/ Lo innecesario os es imprescindible [Ilustración]. (s.f.). Recuperado de http://mundoiphone4a.blogspot.mx/2012/02/lo-innecesario-os-esimprescindible.html (2013). iDiots [Imagen de cortometraje]. Recuperado de http:// www.milenio.com/tendencias/idiots-robots-Big_Lazy_Robot_0_197380558.html Bibliografía: Russell, Bertrand (1917). Political Ideals. New York: The Century Co. Russell, Bertrand (1938). Power: A New Social Analysis. New York: Routledge. Dahl, R. A. (1957). The concept of power. Behavioral science, 2(3), 201-215. Recuperado desde http://datateca.unad.edu.co/contenidos/332573/12._The_Concept_of_Power_Robert_Dahl_.pdf Rodríguez Núñez, A. (2012). Gonzalo Fernández de la Mora, (Pról. De P.C. González Cuevas). La envidia igualitaria. RIPS. Revista de Investigaciones Políticas y Sociológicas, . 175-176. Recuperado desde http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=38028440001# Simon, B., & Oakes, P. (2006). Beyond dependence: An identity approach to social power and domination. Human Relations, 59(1), 105─139. Recuperado desde http://hum.sagepub.com/cgi/content/ abstract/59/1/105


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El equipo de la revista SUI GENERIS agradece y felicita al Dr. Armando Peña Moreno por su gran gestión como director de la Facultad de Psicología así mismo, felicita y augura el mayor de los éxitos al Dr. Álvaro Ascary Aguillón como nuevo director de nuestra facultad.

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