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DISFRUTAR DEL PAISAJE

Disfrutar del paisaje

MANUEL LÓPEZ NAVARRO

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Manuel López Navarro, es natural de Morón de la Frontera (Sevilla) y posee una amplia experiencia docente y conocimiento del sistema educativo, al haber ejercido como Maestro, Profesor de Secundaria y finalmente como Inspector desde la primera convocatoria de oposiciones (1998) cuando se recreó, con la LOPEGCE, el Cuerpo de Inspectores de Educación.

Es también licenciado en Ciencias Económicas y Doctor en Economía Aplicada Cuantitativa.

Ha desempeñado todo tipo de cargos directivos, incluyendo la dirección en tres centros distintos. Ha ejercido como docente en el Sáhara (10 cursos) y en Marruecos (6 cursos), habiendo sido condecorado con la medalla y diploma de la Orden de África.

Como Inspector ha recorrido todas las zonas educativas de la provincia de Cádiz.

Para quienes sientan curiosidad por sus propuestas: "Rompiendo esquemas en educación" www.edudactica.es/Ensayos.html

El pasado 7 de mayo se jubiló D. Manuel López Navarro, Inspector de Educación y asiduo colaborador de esta Revista.

Desde aquí le damos la enhorabuena y queremos desearle una nueva etapa de tranquilidad y disfrute de la vida. Algo que hemos aprendido a valorar aún más en estos tiempos.

Esperamos que este no sea su último artículo sino el primero de una nueva etapa en la que, lejos del trasiego, nos comparta su valiosa experiencia y sus útiles consejos.

Como bien dice en su artículo, ha llegado a la jubilación, es decir Júbilo + Acción: Libertad de horarios, de tareas, de jefes; Tranquilidad para hacer lo que te gusta y cuando quieras…

Ahora … ¡a disfrutar del paisaje!

Me acabo de jubilar, después de una amplia carrera en el ámbito educativo (maestro, profesor e inspector). De todos los tópicos y símiles que te dicen al llegar a esta etapa (Jubilación viene de Júbilo + Acción: Libertad de horarios, de tareas, de jefes; Tranquilidad para hacer lo que te gusta y cuando quieras…) el que más apropiado me parece es el del deseo de “disfrutar del paisaje” (no confundir con mirar obras de construcción). Se entiende fácilmente si en la familia se es conductor único: en los viajes, los demás podían deleitarse con el paisaje, el conductor, ojos a la carretera, se perdía los detalles de los bonitos escenarios naturales, seguridad antes que disfrute. Pues bien, ahora, sin la obligación del trabajo, puede uno observar atentamente el paisaje, disfrutar mientras otros conducen. Y esto me lleva a algunas reflexiones.

1.- Lágrimas en la lluvia.

“Blade runner” es una película de ciencia ficción de culto, de Ridley Scott, en la cual unos agentes especiales (Blade runners) deben eliminar a unos “replicantes” (modernos robots, similares a humanos) rebelados por tener fecha de caducidad. El protagonista, Harrison Ford, se enfrenta al final de la película al replicante jefe, que le ha vencido y lo tiene a su merced, pero se salva porque el replicante (papelón de Rutger Hauer) siente llegada su hora, y lo perdona antes de morir, dejando unas frases para la leyenda: “He visto cosas que vosotros, humanos, jamás creeríais. Todas se perderán en el tiempo, como lágrimas en la lluvia”. Pues, cabe preguntarse, el conocimiento y experiencia de los que se jubilan, ¿dónde va? ¿se han de perder como lágrimas en la lluvia? Compete al sistema, dirigido por no jubilados, buscar la forma de aprovechar esos “saberes”, porque su integración lo haría más eficiente. Pero no parece probable en un horizonte cercano.

2.- Convicciones por decantación temporal.

O por el paso del tiempo, de forma más prosaica. Llegamos a convicciones de gran cohesión o nivel, a base de observaciones, experiencias vividas, conocimiento de casos similares, con una certidumbre de mayor grado que la expresión verbal o argumentada que podemos hacer de las mismas. Dicho de otra forma: con la edad sabemos cosas, llegamos a convencimientos, que no alcanzamos a transmitir adecuadamente, sea por ineficacia comunicativa nuestra o porque el aprendizaje activo requiere que la asimilación no sea solo por trasvase, sino contando con experiencias propias. Valga un caso paradigmático: David Attenborough, naturalista y divulgador científico, toda una vida viajando, describiendo y presentando en documentales las maravillas naturales, ha llegado a importantes convicciones sobre conservación de especies, cambio climático, impacto humano sobre el medio ambiente…, que ha recogido en su último documental ”Una vida en nuestro planeta”, a modo de testamento de jubilación, ¡a sus 95 años! Pues bien, pese a sus buenas dotes comunicativas y profundas convicciones, que llegan fácilmente al gran público, cada uno sigue con sus propias opiniones/valoraciones, incluso negacionistas, del cambio climático, de la evolución, del impacto de la superpoblación… Sigue influyendo más el corpus de creencias sociales, culturales y religiosas, que la racionalidad que nos hace humanos.

3.- Fronteras invisibles en Educación.

Manejamos en Educación términos como inclusión, equidad, éxito educativo para todos… Pero apenas si llegamos a afectar la corriente que empuja a cada alumno/a como un destino marcado para el final de su escolaridad. La maldición del ISC, podemos llamarlo: donde el índice socioeconómico y cultural sea bajo, el porcentaje de alumnado con éxito educativo será bajo. Y al revés. No es solo falta de inversión, es también consecuencia de estrategias poco apropiadas, de esquemas obsoletos, que ya no funcionan, que llevan a que seamos (estudio de la ONG Save de Children y ESADE en los países de la OCDE) uno de los países que más segrega a los alumnos en centros según su renta familiar (solo por detrás de Turquía y Lituania), concentrando alumnado de bajos recursos socioeconómicos en un mismo centro (los medios de comunicación, en su afán por titulares alarmistas, ha venido en denominarlos “centros gheto”, algo injusto). Que existen las fronteras sociales (clases, castas en su versión más rígida) es una realidad, que también deberíamos intentar, al menos, difuminar, pero que los centros educativos, que han de ser los artífices de una buena formación para todos, sigan asistiendo a la maldición del ISC, es un sonado fracaso de todo el sistema político y educativo.

4.- Caballos de Troya.

En la actividad política es muy conocido: muchos enemigos del sistema operan desde dentro del propio sistema. Separatistas, independentistas o fascistas amigos del partido único serían los más notables, pero también están los que torpedean o quieren dejar sin efecto medidas legales como el aborto, la eutanasia o la educación ciudadana en determinados valores humanos. Se dice que la grandeza de la democracia lleva a permitir estos caballos de Troya mientras no hagan uso de

la violencia… Podría discutirse. En un rango menor están los que, aparentemente bienintencionados, no calculan los efectos de sus acciones y demandas, llegando a resultados opuestos o nulos respecto a los fines pretendidos. Un ejemplo sería el del 15-M, movimiento de los indignados, pretendidamente de izquierdas, del que ahora se cumplen 10 años. Cuando llegó una crisis económica feroz (externa, en una primera fase estallido de burbuja de hipotecas basura, Lehman Brothers y demás. En una segunda fase, crisis de deuda soberana de los países), conocida ahora como “La Gran Recesión”, muchos ciudadanos, indignados, solicitaban más medidas sociales, subvenciones a personas antes que a bancos, cambios laborales… O eran simples despotricadores con ánimo de abatir al vigente gobierno de la izquierda… El resultado fue: división de la izquierda, escindida y con mucha abstención en las elecciones, y… mayoría absoluta para un gobierno del PP, del que puede aventurarse decir que sería menos proclive a las medidas sociales. ¿Qué ganó, pues, el 15-M? Bueno, dejarnos claro que la crispación y la irritación no son adecuados para tomar decisiones. En la misma línea podemos poner a los movimientos en defensa de la escuela pública, marea verde, por la dignidad de lo público, etc. Son bienintencionados y tienen razón de ser, ya hemos hablado antes de los “colegios gheto”. Pero caben dudas de que sus acciones, protestas y plantes “dignifiquen” la escuela pública, antes bien introducen un ruido perturbador que aleja a potenciales usuarios ante pérdida de clases, noticias de problemas, propaganda negativa… Yo les diría que para alcanzar los fines que proclaman deberían repensar sus acciones y superar la mera confrontación.

5.- Lucidez, escaso tesoro.

Sí, era juventud divino tesoro, pero la juventud no es época de lucidez, las hormonas están a otra cosa… La lucidez, quizás el mejor atributo de la inteligencia, se gana con la edad, aunque no siempre en proporción directa. Lucidez es claridad de ideas, tener el norte diáfano, saber qué conviene hacer y cómo. No todas las personas inteligentes son lúcidas, puede faltarles funcionalidad, sentido común, realismo…. Aunque todos estamos en el mismo barco, la lucidez debería ser especialmente exigible a quienes manejan el timón o diseñan el rumbo a tomar, esto es, a los dirigentes políticos, para evitar populistas y demagogos al frente del país. Decía Ghandi que “Cuando un idiota gana el poder, los que lo eligieron están bien representados”. Pues, eso. Traslademos la necesidad de lucidez a los directivos educativos y a quienes serán guías de la formación de los escolares, los docentes. Deben tener claridad a la hora de diseñar y de llevar a cabo esa formación, desligándose de viejas prácticas hoy innecesarias y nada productivas. ¿Oposiciones basadas en conocimientos? Si ya decía, en el siglo XIX Jaime Balmes aquello de “Sed fábricas, no almacenes” … Si hoy no tiene sentido almacenar contenidos sino saber manejarse con los enlaces a contenidos… ¿Cómo es que siguen primando los exámenes memorísticos sobre contenidos? Lo lúcido sería: desempeño docente basado en la creatividad, para el desarrollo en clase y como tareas, de actividades diversificadas y atractivas que vayan produciendo los aprendizajes.

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