Revista Socios Nº19

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uan Martín administra las empresas de la familia, tanto Los Alamos de Rosauer S.A. (que es de su familia) como Los Juanes S.A. que además pertenece a sus tíos y primos. Juan José maneja los viveros, en tierras propias o alquiladas, y la comercialización de frutales. Es quien se ocupa de “ir al campo”. Y María Laura, que es docente, hace algunos años se sumó a sus hermanos y hoy es la encargada de la comercialización de los rosales. El padre, Juan Roberto, preside la firma y, como se dice en estos casos, es un libro abierto y el alma mater de este imperio. Los Rosauer nos reciben en las oficinas de Cipoletti (Río Negro), y nos cuentan cómo se levanta un florido imperio de 300 hectáreas cultivadas con frutales de pepita y carozo y más de 500 variedades de rosales de todo el mundo.

LO PRIMERO ES LA FAMILIA ¿Cómo comenzó la historia de la familia en esta actividad? J. Martín: Nuestro abuelo Juan Erich Rosauer, arrancó en 1920 en la localidad de Pomona haciendo sus primeras plantas frutales y, como era un fanático de las rosas, con el tiempo agregó los rosales. Así, fueron pasando los años y en la década del 60 llegó la segunda generación donde estaba mi viejo, mi tío y tía, y entre los tres hijos siguieron desarrollando el vivero y empezaron a ingresar en el negocio frutícola con las chacras. Ya en las décadas del 70 y del 80 agregaron frigoríficos a las chacras y un poco antes del año 2000 empezamos nosotros junto a nuestros primos, tercera generación, a integrar todo el negocio de la fruticultura, a comercializar la fruta y mientras tanto, siempre se fue avanzando con el vivero de frutales y rosales. En 2006 se dividió la empresa en varias sociedades y ahí, Los Álamos Rosauer S.A. (LARSA) quedó con el vivero en manos de mi padre Roberto Rosauer, que es uno de los tres hermanos. Yo me incorporé en 1998, Juan José ya hacía más de 4 años que estaba y mi hermana Laura se incorporó hace 8 años. María: Algo lindo es cómo empezó el vivero de rosales el abuelo, que al inicio se dedicaba solamente a plantas frutales. Traía variedades de rosas a través del tren con los ingleses. En ese tiempo, el sábado era el día en que los productores iban al vivero a buscar los frutales, entonces mi abuelo, a los 34 (Socios) ABRIL 2016


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