Descubramos a Emmanuel Dios con nosotros
El nacimiento de Jesús, el Mesías, fue así… (Mt 1,18)
Había una chica, María, prometida a su enamorado y, antes de vivir juntos, resultó que esperaba un hijo… (Mt 1,18)
En cuanto supo que estaba embarazada, María fue a toda prisa a casa de su prima Isabel, que vivía en un pueblo de la sierra… (Lc 1,30)
Mientras tanto‌ su enamorado decidió separarse de ella en secreto‌ (Mt 1,19)
Pero como era justo, la recibió en su casa‌ (Mt 1,24)
Por aquellos días, el gobernante emitió un decreto ley para “mejorar la economía del país”… (Lc 2,1)
Estas medidas provocaron una gran migración en el país: muchas familias se vieron afectadas… (Lc 2,3-5)
Cuando llegaron a sus nuevos destinos, no habĂa lugar para ellos en aquella sociedad‌ (Lc 2,7)
María dio a luz a su hijo en la calle y lo envolvió en una toalla porque no había vivienda ni atención para ellos… (Lc 2,6-7)
Unas familias pobres, que vivĂan por aquellos lugares, se enteraron del nacimiento ‌ (Lc 2,8)
Fueron al lugar donde se encontraba‌ (Lc 2,16)
Y vieron lo que les habĂan contado‌ (Lc 2,17-18)
Mientras tanto, las decisiones de los poderosos causaban la muerte de los mås indefensos‌ (Mt 3,16)
Por eso, José y María, con su hijo, tuvieron que emigrar… ¡al país de la esclavitud! (Mt 2,13-15)
Cuando regresaron, con mucho miedo, fueron a vivir a un pueblito de provincia, entre los más pobres, por lo que lo llamaban “el provinciano”… (Mt 2,21-23)
Lo más desafiante de esta historia, es que en ese niño estamos llamados a reconocer al Mesías, al Salvador… Ahí está presente “Dios con nosotros” (Lc 2,10-11)
Que el encuentro con Emmanuel, nos permita seguir comprometiéndonos para que nuestro pueblo tenga una navidad… un año nuevo… muchos años en los que la vida sea posible y sea feliz.