Mensaje Dominical
Enero 05/ 2014
La expansión es un camino de largo recorrido, donde las decisiones diarias irán mostrando el compromiso de una vida con claros valores. Este crecimiento no llega sólo es consecuente con un trabajo responsable, honesto, donde el esfuerzo por mantener la fidelidad a la instrucción de la palabra va generando nuevos espacios impensados. Una opción que no descarta ni descalifica a nadie, independiente de los errores del pasado, existen oportunidades claras a quienes están dispuestos a enmendar y dar un giro completo a la dirección que llevaban. Los testimonios son el mejor estímulo para quienes se atreven a responder a una promesa del creador con fe, aquella que esta dispuesta a dar los pasos que correspondan con fidelidad y constancia. El punto de partida en la expansión es una palabra, aquella que viniendo como promesa se abrace, caminando cada día con la certeza que llegará en el tiempo indicado. La confianza en esta palabra es honrada recibiendo lo que sólo el creador puede hacer, abrir puertas, extender el territorio, ampliar los espacios
Considere las siguientes preguntas, reflexione en ellas y responda con honestidad.
¿En tu caminar cristiano ha existido una palabra (promesa) a la cual has abrazado y seguido para su cumplimiento? ¿Cuáles han sido tus actitudes cuando la promesa no ha llegado, a pesar de haberla hecho tuya y esperar su llegada? ¿En algunos momentos has pensado que tus hechos del pasado te descalifican para recibir ciertas promesas del Señor? ¿Cómo lo procesas? Si las escrituras nos muestran que David es testigo, jefe y maestro, a pesar de sus errores. ¿Estás listo para buscar tus oportunidades? ¿Qué debes hacer? Dado que la expansión es le resultado de permanecer fiel al llamado del Señor. ¿Consideras que nuevos espacios se abrirán en este año para ti? No hay expansión sin honra, siendo así la expansión es fruto de ser honrado por el Señor. En tu criterio, ¿hay algo que debes fortalecer o abandonar para que la expansión se produzca?
Permanece fiel, la expansión no llega sola
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Promesa, Honra y Expansión Pst. Parrish Jácome Hernández
Texto: Isaías 55:5
El Gran Panorama
Los resultados que diversas naciones o conglomerados humanos han alcanzado son el mejor reflejo de procesos donde las acciones realizadas no fueron fortuitas. Las primeras civilizaciones que se recuerdan dejaron evidencia de un progreso que estuvo unido a romper el cerco, los límites que en un momento fueron impuestos como marcos de referencia invariables. Una tónica que se ha repetido en innumerables ocasiones, sean estas en espacios masivos, como también en los ámbitos personales, mostrando que los valores generadores de estos resultados son inalterables. Rescatarlos como elementos gravitantes a ser incorporados en el diario vivir es fundamental a quienes buscan un caminar con claras direcciones. Rastrear estas pautas permitirá encontrar un denominador común, presente en casi todos aquellos que enfrentaron estos procesos. En la concepción de unos se los denomina un sueño, en la percepción de otros una promesa, ambas expresiones son generadas mediante una palabra, aquella que al ser compartida cristalizó una imagen que comenzó a darle vida a lo que se escuchó. En el ambiente bíblico los registros son múltiples, destacando la palabra que recibiera un hombre llamado Abraham sobre la promesa de levantar a partir de él un gran pueblo. Esta promesa que fue tomando forma, afirmándose en sus generaciones, hasta llegar a su cumplimiento, es la expresión de honor a un hombre que con sus humanas falencias le creyó al creador y caminó en esa dirección. El cumplimiento gravita en una familia, que se convirtió en el principio de una nación, de un pueblo, extendido como la arena del mar. Esta trilogía manifiesta un proceso incuestionable, a partir de una promesa siempre llegará el ser honrado por parte del creador con una expansión que supera todo pensamiento u alcance. Ser fiel, perseverando con integridad y amor, será el sostén de un caminar que sigue su marcha.