Relato ultimo asalto

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ÚLTIMO ASALTO: VERDAD VS. MENTIRA http://sergiovadillo.blogspot.com.es/ Cuando en junio del año 2006 inicié la andadura de empezar a escribir el blog Último asalto: Verdad vs. Mentira http://sergiovadillo.blogspot.com.es/ lo que no sabía es que, a la postre, iba a descubrir una pasión oculta entre la imaginación y mis experiencias personales: la escritura. Pues, todo empezó por el mismo motivo el practicar boxeo y escribir un blog, y fue por un acto de desasosiego y sedición impropia de estos tiempos perversos que corren basados en la falsedad y la traición, y sin un objetivo claro, pero con unos propósitos unánimes: provocar y remover conciencias, siempre de la misma manera, con los puños, en unos casos para escribir, y, en otros, para golpear. Con el paso del tiempo mi afición por la escritura iba creciendo, por ello empecé a escribir mis primeros relatos cuya temática utilizada fue una afición que me apasiona: el boxeo. Y a partir de entonces empecé a profundizar no solamente en la historia del deporte del boxeo en sí, sino de todos los aspectos que engloba: leyendas, boxeadores, valores asociados, libros, reglas y normativa, películas realizadas, historias de veladas inolvidables, aspectos psicológicos de los púgiles, etc. El Boxeo es un deporte revestido de un halo de solemnidad y atractivo. Esconde un elemento mágico que convierte su contemplación en una experiencia sensitiva, creando imágenes mentales que se graban indeleblemente en la memoria. Espectacular, real, autentico, emotivo, épico, cinematográfico, poético, duro y sensible al mismo tiempo, repleto de biografías de personajes únicos en su especie, el boxeo es un deporte sincero y noble. Fue eso lo que me cautivo de este maravilloso deporte al que no se llama juego, y por eso empecé a leer libros y coleccionarlos, así como ver innumerables películas. El deporte de las 16 cuerdas esta impregnado de un temblor poético en la reseña de sus combates. Los púgiles están plagados de historias mágicas de su vida que, en la encrucijada del cuadrilátero, olvidan por completo para dedicarse al arte de los puños. Un deporte olímpico que cada día capta más adeptos, al ser un ejercicio muy completo y dinámico que genera mucha confianza, seguridad y autoestima entre sus practicantes. Por otra parte, el boxeo ha sido y es una vía de escape para muchos jóvenes que consiguen evadirse de un entorno lúgubre y peligroso a través del gimnasio evitando situaciones conflictivas y desarrollando el instinto de supervivencia. España tiene una gran historia pugilística, y son innumerables los boxeadores que han sido campeones internacionales: Pedro Carrasco, Alfredo Evangelista, José Legrá, Paulino Uzcudun, Perico Fernández, Javier Castillejo… o en nuestros días Kiko Martínez


o Rubén Nieto. Además, cuenta con enormes fans como Javier Barben, Alex González, Hugo Silva, Miguel Ángel Silvestre, Dani Martin, Soraya Arnales, Natalia Verbeke… Respecto a mi afición por la escritura iba aumentando, incluso realicé un curso de guión cinematográfico que concluyó con el rodaje de un cortometraje basado en un guión escrito de mi puño y letra denominado “dosis”. Hasta que decidí escribir mi propia novela de boxeo: “Contra las cuerdas”, que todavía no ha visto la luz. Estuve practicando boxeo como amateur alrededor de 8 años y lo tuve que abandonar al trasladarme a vivir a tierras de Miguel Delibes, Valladolid, en detrimento del running y las maratones, aunque, para ser sincero, no sé si fui yo quien dejó el boxeo o, por el contrario, fue el boxeo quien me dejo a mí. Pero nunca olvidé el deporte de las 16 cuerdas. No sé que ha sido lo que me ha cautivado tanto de este magnifico deporte: si su arrojo, su literatura, su luminosidad, su leyenda, su misticismo, o, quizás haya sido que fue el boxeo quien me eligió a mí, y no al revés, como en la mayoría de los casos. En estos tiempos malditos que nos ha tocado vivir prima lo estético frente a lo ético, la cobardía frente a la valentía, la traición frente a la lealtad, el interés frente a los principios, lo artificial y superficial frente a lo natural, lo frívolo frente a lo personal; de hecho las mal llamadas “redes sociales” han perjudicado enormemente en las relaciones personales y de amistad entre todos. Es así que por algún tiempo empecé a escribir más en estas malversas “redes” mensajes escuetos que en mi blog personal, hasta que decidí cerrar de manera indefinida el blog Último asalto: Verdad vs. Mentira, a excepción de contadas ocasiones para ofrecer relatos puntuales e inéditos que intentaba metaforizar asemejando cuando un boxeador reaparece en el cuadrilátero. Lo que no sabía es que con el paso del tiempo y mi regreso a mi lugar de origen, Talavera de la Reina, iba a recuperar nuevamente la afición por la escritura y reabrir el blog, y la temática elegida iba a versar exclusivamente sobre el noble arte del pugilismo, al que tanto debo, con una serie de relatos reales y ficticios sobre historias maravillosas que solamente el cuadrilátero nos puede ofrecer. Algunas de ellas son hechos o lecciones de coraje y superación personal, de las cuales podemos aprender; y otras, son muestra de las consecuencias de la derrota y de su reverso, el fracaso. Lo que no puedo vaticinar es cuando se enfrentaran definitivamente la Verdad contra la Mentira en ese temido último asalto tal y como reza el titulo de este blog, pero de lo que sí estoy seguro es que queda muy poco después de los episodios funestos y desesperados que, parte de la sociedad ha tomado. Aunque como boxeadores valientes que somos no tenemos que temer a ese enfrentamiento porque como decía el intrépido Quijote: “La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre; por la libertad así como por la honra se puede y debe aventurar la vida, y, por el contrario, el cautiverio es el mayor mal que puede venir a los hombres”.


La vida es una metáfora del boxeo, o al revés, el boxeo es una metáfora de la vida. Sin fe y sin valor se puede perder una batalla que parecía ganada. En boxeo, aunque vayas ganando un combate a los puntos, si bajas la guardia puedes perderlo por KO en el último asalto. En la vida sucede lo mismo, no gana siempre el mejor, sino el que más persiste. Algunos golpes de la vida te dejan fuera de combate. El boxeador abandona su esquina con la mirada firme, sube la guardia, mantiene la distancia con respecto a su rival, esquiva, finta, pasito lateral, aprieta los dientes contra el bucal, suelta el aire, y, por último, golpea. El boxeo es un deporte al que no se juega, nadie juega a boxear.

¡Segundos fuera!

Fdo.: Sergio Núñez Vadillo http://sergiovadillo.blogspot.com.es/


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