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VIDA CONSAGRADA
Domingo 8 de abril de 2012
Misioneros de Cristo Resucitado
Con la encomienda de mostrar a Jesús vivo Dulce Natalia Romero Cruz
L
a Congregación de Misioneros de Cristo Resucitado nació el 6 de septiembre de 1998, y fue fundada por la Madre Bertha López Chávez. Su carisma es ayudar a que las personas vivan la experiencia maravillosa e inigualable de un Dios vivo y cercano, para amarlo. “Desde entonces, la Madre Bertha ya trabajaba con personas enfermas de SIDA”, relató el Padre Óscar Daniel Martínez Gutiérrez, Superior de la Congregación. “Uno de los jóvenes enfermos muere, y ella siente un dolor tan grande en el corazón, que le dice a Dios que no podrá soportar tan gran dolor. En ese momento de oración, el Señor le regala una contemplación; se queda ciega temporalmente, y comienza a ver una luz y a escuchar las voces de aquellos jóvenes que había visto morir, que decían: ‘¡Ya viene Sor Bertha, prepárense!’ Cuando ella abre los ojos, el primer encuentro que tiene es con aquel joven que había fallecido diciéndole que allí es feliz y que hasta podía correr, cuando antes no podía ni caminar. Ahí, Sor Bertha se da cuenta de la importancia de compartir la experiencia de un Cristo Resucitado, principalmente a las personas que más sufren y las más marginadas por la Sociedad, a las que hay que comunicar esa experiencia de saberse y reconocerse como hijos de Dios”.
Nuestro Padre “Ése ha sido el lema y lo que el carisma ha aportado a la Iglesia. Es el carisma de promover y reintegrar la dignidad de la persona humana; llevarla a un encuentro con la Vida, con la fuerza del Evangelio, que es Cristo Resucitado, asumiendo los retos del mundo actual como Iglesia para hacer presentes los valores del Reino de Dios. Éste es el carisma, y es lo que ha intentado llevar a cabo la Congregación en estos 13 años
Padre Óscar Daniel Martínez Gutiérrez, Superior de los Misioneros de Cristo Resucitado.
de caminar; porque somos pequeños todavía”, compartió el Padre Superior. “Estamos intentando decirles a las personas que Cristo está vivo, que no se sientan solas, incluso en medio de las penas, las necesidades, el abandono y hasta en las enfermedades como el SIDA, el cáncer, la tuberculosis, etc. Ahí es donde también Dios está”.
En lo personal “Puedo decir abiertamente -continuó el Padre Óscar Daniel- que en mis planes no entraba Dios; pero yo sí entraba en los de Él. Quería ser futbolista profesional y también estudiar la Carrera de Arquitectura. Tenía pensado ser feliz casándome y tener unos diez
hijos. Sin embargo, el Señor me tenía preparado un mejor equipo y una familia mucho más numerosa. He comprobado que cuando hablan del ciento por uno es una realidad, ahora tengo 130 hijos huérfanos, y la mayor parte de ellos infectados de SIDA. “Dios es fiel a sus promesas y ha confirmado mi llamado. Soy de Fresnillo, Zacatecas, y vine a Guadalajara a trabajar, pero Dios ya me buscaba. En un Encuentro de Renovación, el Señor me regaló la chispa de la vocación y encendió en mí ese fuego ardiente. Le dije: ‘Tú ponme en el lugar correcto, y yo voy a seguirte toda la vida’, y aquí estoy trabajando y muy feliz”. El 11 de mayo, el Padre Óscar Daniel, cumplirá cuatro años de haber recibido la Ordenación Sacerdotal. Recién ordenado, fue enviado a Roma, Italia, a estudiar la Licenciatura en Teología Dogmática durante dos años con los Padres Dominicos, en la Universidad Pontificia de Santo Tomás de Aquino, conocida como Angelicum. “Estuve viviendo con los Padres Salesianos y fue una sorprendente experiencia, tanto por lo que aprendí en la Licenciatura, como por los Sacerdotes que estaban cerca de mí y me permitieron acercarme a ellos. Fue hermoso
poder estar cerca del Papa en El Vaticano, y también poder profundizar más sobre nuestra fe. “Ahora, aquí, en la Arquidiócesis de Guadalajara, ha sido una labor difícil, porque después de estudiar durante dos años y regresar a poner todo en práctica en lo Pastoral, me ha costado. Siempre he dicho que los libros y las teorías ofrecen cosas maravillosas, pero la práctica ayuda a forjar esa Teología. Esta experiencia la he basado en el cómo aterrizar las ideas y lo extraordinario de la Teología, en la caridad”. La Congregación de Misioneros de Cristo Resucitado también apoya a PAIPID, que es un proyecto de atención integral a la persona inmunodeprimida (SIDA) en Tonalá; tiene otra casa cerca de Chapala, que se llama Misión San Pablo, donde se atiende a 60 niños, y las Casas en Mérida, Cancún, Villahermosa, El Chad, en África, y la más nueva, en Haití. En estos lugares hacen labor Pastoral los dos Sacerdotes Misioneros de Cristo Resucitado y ocho seminaristas (uno terminando 3° de Teología; otro, el 2° grado; otro más está por terminar Filosofía, y los otros cinco, nivelando sus estudios básicos). Además de la atención a enfermos, en estos lugares proyectan su carisma.