


Mucha gente piensa que el espacio sideral, el universo, es nuestra frontera final de la exploración y del conocimiento. Sin embargo, los océanos todavía son una región desconocida y nuestros mares, los que nos quedan a unos pasos de nuestras casas, aguardan por nuestros esfuerzos en investigación, para conocerlos a profundidad, mantener su valor ecológico y salvaguardarlos para que las generaciones futuras puedan beneficiarse de las oportunidades económicas y recreativas que estos ofrecen. Tal vez, lo irónico es que muchos conocen sobre el planeta Tierra o sobre nuestro sistema solar, pero conocen muy poco sobre los ecosistemas marinos y costeros y su extraordinaria biodiversidad, su fuerza y su energía física, así como su papel en la climatología. Como ciudadanos, debemos entender bien esa inmensa parte de esta biosfera que está formada por las aguas de los océanos.
Marejada surge como un medio de comunicación enfocado en educar a los hispanoparlantes acerca de la importancia de proteger nuestros mares y océanos de los complejos procesos climáticos y antropogénicos que los amenazan.
Marejada es una revista ambiental comprometida con la conservación y el desarrollo sustentable de nuestros recursos y atracciones marinas y costeras. Nuestro interés es educar al público general y llevarle información científica de una manera sencilla y fácil de entender. Para nosotros, uno de los puntos clave, en el marco de las investigaciones científicas aplicadas, es poder desarrollar proyectos dirigidos a solucionar problemas actuales que afectan los recursos marinos y costeros que nos rodean, al tiempo que facilitamos los resultados de estas investigaciones a los manejadores y los usuarios de estos recursos. Estos resultados deben ser publicados y puestos al alcance de la mayor cantidad de personas. Esta revista ambiental constituye ese espacio accesible para que los investigadores, los científicos, los usuarios de los recursos, los educadores, los manejadores y los especialistas publiquen artículos cónsonos a nuestra visión, al tiempo que el lector disfruta en este proceso del saber.
Marejada: una manera de acercarte más a la costa.
Marejada es publicada por la División de Comunicaciones y Publicaciones del Programa Sea Grant de la Universidad de Puerto Rico, bajo la subvención Núm. NA180AR4170089 del Departamento de Comercio de Estados Unidos y la Administración Nacional Oceanográfica y Atmosférica (NOAA).
ISSN 1947-1424
Para este número
Francisco Félix Canales Dalmau: Editor y Redactor de Información
Oliver Bencosme Palmer: Diseñador editorial
Raúl Omar Ortiz Arroyo (“Pichón Duarte”): Impresión
División de Comunicaciones y Publicaciones
Ruperto Chaparro Serrano: Director del Programa Sea Grant de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Mayagüez
Stephanie Díaz Pérez: Directora de Comunicaciones/Directora Editorial
Delmis del C. Alicea Segarra: Especialista en currículo y evaluación
Francisco Félix Canales Dalmau: Redactor de Información
Cynthia Lee Gotay Colón: Ilustradora científica
Fabiola Nieves Guerrero: Ilustradora científica
Oliver Bencosme Palmer: Artista gráfico/Diseñador editorial
Raúl Omar Ortiz Arroyo (“Pichón Duarte”): Jefe de imprenta
Wilmarie Cruz Franceschi: Traductora
Las opiniones y los puntos de vista expresados en esta revista no necesariamente reflejan los de la Universidad de Puerto Rico o los del Programa Sea Grant. La mención de marcas de productos no debe ser interpretada como un endoso a las mismas.
El 6 y 7 de marzo de 2025 comenzaron las vistas públicas sobre el borrador de la declaración de impacto ambiental (DIA) del proyecto “Esencia” en la casa alcaldía del municipio de Cabo Rojo. Entre las personas que participaron se encontraron distintos miembros de la comunidad caborrojeña y puertorriqueña, entre ellos expertos en temas ambientales, legales, políticos y culturales. Nuestra extensionista marina, Jannette Ramos García y nuestro director, Ruperto Chaparro fueron parte de esas ponencias. Las vistas continuaron a lo largo de esa semana y algunas personas pudieron expresar no solo su sentir, sino sus conocimientos y sus planteamientos sobre el impacto de dicho proyecto sobre el área oeste. Este número de nuestra revista Marejada recoge algunas de esas ponencias. Las mismas fueron editadas con el propósito de alertar y educar a los lectores sobre el gran impacto de esta propuesta y sus consecuencias en nuestra flora, fauna y modo de vida. Las fotografías incluidas en este número son de Pichón Duarte, quien presta su lente y su labor para que podamos contemplar las bellezas y crear consciencia sobre lo que significan estos espacios para las personas que viven en Puerto Rico y su importancia para nuestra calidad de vida y de los seres vivos que los habitan. Los recursos naturales son nuestro mayor bien. Son parte de nuestra verdadera esencia. Las personas interesadas en obtener las ponencias en su totalidad pueden comunicarse con nuestro programa escribiendo un correo a comunicacionespsg@uprm.edu
Francisco Félix,editor
Desarrollo costero NO sustentable en Puerto Rico, la destrucción planificada del litoral de Rincón y Cabo Rojo
Ruperto Chaparro, director Sea Grant Puerto Rico
Escribí la propuesta original para el desarrollo de la controversial ruta de bicicletas propuesta para Rincón cuando fungía como extensionista marino en los servicios de Asesoría Marina del Programa Sea Grant de la Universidad de Puerto Rico. Estos servicios se ofrecen gratuitamente a los municipios con el propósito de promover oportunidades económicas y recreativas basadas en el uso sabio de los recursos marinos y costeros. La propuesta se presentó a la Autoridad de Carreteras, más o menos para el 1998, cuando era alcalde de Rincón, el Honorable Rubén Caro Muñiz. La ruta se diseñó para transitar por la carretera, pues los fondos a los que sometimos la propuesta provenían del Intermodal Surface Transportation Efficiency Act (ISTEA) de 1991, acta que promueve cambios mayores en la planificación y política pública de la transportación con el propósito de reducir la congestión urbana y aumentar la seguridad de los ciclistas. El transporte intermodal o multimodal implica la combinación de diferentes medios de transporte. En otras palabras, lo que se buscaba con esta propuesta era ofrecer opciones de transportación que no requirieran el uso de automóviles para acceder a todas las playas, barrios costeros y al centro urbano de Rincón.
Otra de las ideas contempladas al escribir la propuesta, era unir a los otros pueblos costeros colindantes de Aguada y Añasco por medio de este tipo de infraestructura al promover que estos municipios sometieran propuestas similares a ISTEA. Este era un proyecto muy atractivo y que contemplaba unir a todos los pueblos costeros de Porta del Sol (desde Isabela hasta Guánica) por rutas de bicicletas, aprovechando que en estas áreas costeras por lo general no hay cuestas, los paisajes son espectaculares, los barrios son coloridos y tranquilos y los caminos se prestan para fomentar un ecoturismo de naturaleza con un impacto mínimo a los ecosistemas. El diseño original aprovechaba las carreteras, caminos y servidumbres como la antigua vía del tren para proveer acceso en bicicleta o caminando.
De allá para acá ha llovido mucho y bajo la administración del Honorable Carlos López Bonilla, con el visto bueno de la Autoridad de Carreteras (AC), la Junta de Planificación (JP) y el Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA), se le hicieron cambios al diseño original, sacándola de la carretera y proponiendo desarrollarla en la zona marítimo terrestre (ZMT). El nuevo diseño presentado no tomó en consideración el aumento en el nivel del mar, el libre acceso a las playas, los riesgos de eventos naturales extremos, como los huracanes, el oleaje, la erosión costera o las grandes marejadas que regularmente azotan las costas de Rincón y que ponen en riesgo todo desarrollo llevado a cabo en la ZMT.
La visión de la administración del alcalde López Bonilla no reconoce las rutas de bicicleta como infraestructura para proveer alternativas de transportación para reducir la congestión vehicular y ofrecer seguridad a los ciclistas. La nueva visión es de un paseo recreativo. Este nuevo diseño, invade los bienes de dominio público marítimo terrestre, sin ningún tipo de consideración a los derechos de todos los puertorriqueños, que somos los dueños de estos terrenos colindantes con la ZMT. Los bienes de dominio público son bienes que pertenecen a todos por igual y a nadie en particular y en Puerto Rico incluyen: el aire, las aguas superficiales y subterráneas, el mar y sus riberas, la zona marítimo terrestre, los terrenos bajo el mar, el cauce de los ríos y sus riberas.
Lo que no se esperaban, el alcalde, la AC, la JP y el DRNA, era la reacción de un sector del pueblo, que se ha educado y posee vasto conocimiento sobre lo que son los bienes de dominio público, el aumento en el nivel mar, las leyes y reglamentos establecidos para la conservación de los recursos naturales. Y aparte de estos conocimientos, tienen un compromiso inquebrantable con la defensa de la naturaleza, los recursos marinos y costeros y los bienes de dominio público marítimo terrestres.
La práctica del gobierno de Puerto Rico de apoyar proyectos imprudentes que no cumplen con la reglamentación del uso de terrenos se ha convertido en costumbre. Es insólito que el gobierno de Puerto Rico invierta fondos públicos para defender proyectos que
no cumplen con las leyes y reglamentos establecidos. Lo peor es el uso del cuerpo de la Policía de Puerto Rico y la fuerza de choque para atropellar a las personas decentes que protestan por evitar el crimen ambiental de la tala de árboles (sin consideraciones al Plan de Control de Erosión y Sedimentación (Plan CES), la destrucción de la playa y la pérdida de los bienes de dominio público marítimo terrestres, todo con unos permisos fatulos. Estas personas que protestan con todo el derecho que les otorga la Constitución de Puerto Rico, tienen un compromiso inquebrantable con la defensa de la naturaleza y los bienes de dominio público marítimo terrestres. Estas personas, sufren en carne y hueso los atropellos y la ineptitud del gobierno y de los manejadores de las agencias gubernamentales que tienen el mandato para hacer cumplir la reglamentación del uso de terrenos en Puerto Rico pero que no tienen el compromiso de ser justos, sensatos, inteligentes y prudentes a la hora de tomar decisiones y cumplir con su responsabilidad.
Es vergonzoso ver, y difícil de entender como la Autoridad de Carreteras, el alcalde del Municipio de Rincón, la Junta de Calidad Ambiental y el DRNA
continúan empeñados en desarrollar esta ruta de bicicletas con permisos vencidos, deslindes caducados, una Declaración de Impacto Ambiental del 2003, sin la celebración de vistas públicas y la aplicación del mecanismo de Exclusión Categórica para aprobar el desarrollo. El mecanismo de Exclusión Categórica solo se puede aplicar en desarrollos que no tengan un impacto ambiental significativo y no puede ser aplicado a desarrollos ubicados en áreas con riesgo a inundación, derrumbes o marejadas. No se puede aplicar en la zona marítimo terrestre o en la servidumbre de salvamento ni en proyectos con más de 15,000 pies cuadrados de construcción.
El paseo de bicicletas que se pretende desarrollar en la ZMT de Rincón tiene más 133,000 pies cuadrados de área de construcción, mucha de la construcción invade la ZMT y los bienes de dominio público. Este proyecto no cumple con los requisitos de separación requeridos a ser dedicados para uso público, no ha sometido el plano del deslinde de la zona marítimo terrestre certificado por el DRNA, se propone construir en áreas inundables por oleaje y marejadas que están sujetas a derrumbes y erosión. Por estas razones, no se entiende como la Oficina de Gerencia de Permisos (OGPe) del gobierno Central consiente este desarrollo ilegal y temerario en una zona de alto riesgo, sabiendo de la vulnerabilidad y fragilidad del océano, las costas y la destrucción sufrida por estos recursos con el paso de los huracanes María e Irma en 2017. La pregunta que tenemos que hacernos es porqué se permite y se autoriza el desarrollo de esta infraestructura costosa en un lugar tan frágil y que sufre de los procesos de erosión costera por el oleaje y por el aumento en el nivel del mar. ¿Será por ineptitud o habrá otras razones?
Incluyo Otras Consideraciones de la Sección 6.4.2.2 del Reglamento Conjunto del 2020 de la Junta de Planificación de Puerto Rico, Delimitación de la Zona Marítimo Terrestre, que no se han cumplido por los proponentes:
a. Zona de Separación: Todo proyecto para la construcción de edificios, de segregación o de urbanización de terrenos, con frente a la costa o playas de Puerto Rico, se requerirá que se dedique, para uso público, una faja de terreno de veinte (20) metros de ancho mínimo, paralela y medida desde la zona marítimo terrestre. Tampoco se erigirán estructuras permanentes en una faja de terreno de treinta (30) metros de ancho, contiguas a la anterior.
b. Delimitación de la Zona Marítimo Terrestre:
1. Se dispone que, para todo proyecto de lotificación, urbanización y desarrollo de terrenos, así como para la construcción, alteración, ampliación y usos de estructuras o edificios en terrenos colindantes con el litoral, será necesario que se someta junto con los otros documentos y requisitos, el plano de deslinde de la zona marítimo terrestre certificado por el DRNA.
2. Esta certificación no se entenderá que concede derechos de propiedad permanentes, ya que lo que representa es el límite de la zona marítimo terrestre, a la fecha del plano, el cual podría variar cuando la naturaleza altere el contorno natural de la costa.
3. La vigencia de los deslindes certificados por el DRNA será de cinco (5) años.
4. Cuando por causas naturales o alteración humana, se provoque un cambio en la costa se podrá requerir un deslinde nuevo en cualquier momento antes del término de cinco (5) años.
El Programa Sea Grant de la Universidad de Puerto Rico apoya de todo corazón a los puertorriqueños y puertorriqueñas, hermanos americanos y ambientalistas que han sacado la cara para defender activamente nuestros recursos y atracciones naturales marinas y costeras. En esta lucha, hemos visto florecer a una nueva cepa de jóvenes profesionales, planificadores, ingenieros de costa, geólogos, artistas plásticos, trabajadores sociales, recreacionistas, biólogos, amantes de la naturaleza, amantes de las olas y las playas. Todos han demostrado su liderato y compromiso combatiendo inteligentemente este atropello del gobierno de Puerto Rico. También hay que reconocer a muchas de las personas mayores, veteranas de las luchas por la protección del acceso a nuestras playas, la conservación de los recursos y la defensa de los bienes de dominio público que han dicho presente y con su experiencia aportan a la conservación y uso sabio de los recursos naturales.
Extiendo una invitación a todos los puertorriqueños a unirse a la defensa de estos recursos naturales, los cuales tomamos prestados a nuestras futuras generaciones. La ruta de bicicletas solo se podrá desarrollar si se cambian los planos y se diseña fuera de ZMT, de otra manera no se les permitirá.
Por: Ruperto Chaparro
Soy Ruperto Chaparro, director del Programa Sea Grant de la Universidad de Puerto Rico, organización cuyo propósito es promover el uso sabio de los recursos marinos y costeros de Puerto Rico por medio de sus tres componentes: investigación científica aplicada, educación y servicios de extensión marina. Profesionalmente soy especialista en desarrollo de recursos naturales, recreación marina, recreación al aire libre y turismo costero. Está ponencia está basada en la revisión de la DIA del proyecto Esencia, así como en conversaciones con científicos, manejadores de los recursos naturales, economistas, ecólogos y otros especialistas en diferentes campos que me han expresado su sentir acerca de la amenaza ambiental y legal que representa el propuesto desarrollo “Esencia” para nuestros recursos naturales, para la economía y para el bienestar del pueblo de Cabo Rojo y de Puerto Rico.
Al revisar la DIA de “Esencia” me pude percatar que este proyecto presenta varias amenazas al bienestar de las comunidades locales en lo relacionado a un intento por privatizar bienes de dominio público marítimo terrestres que están clasificados como de alto valor ecológico. Estas acciones amenazan con reducir el acceso a estos recursos de gran valor recreativo y económico, que pertenecen a todos los puertorriqueños. El desarrollo de un proyecto tan ambicioso además amenaza el mercado de vivienda local, aumentando los costos de alquiler y valor de las propiedades, desplazando a la comunidad local.
“Esencia” propone eliminar la flora y fauna de los ecosistemas naturales del lugar y los servicios de infraestructura verde o ecosistémicos que estos ofrecen para sustituirlos por áreas urbanas e infraestructura necesaria para apoyar las facilidades y servicios propuestos. Servicios esenciales de infraestructura verde como la biodiversidad, la captura de carbono y la mitigación de inundaciones serán perdidos con la destrucción de los ecosistemas naturales. Entre la
infraestructura propuesta por los desarrolladores se incluyen plantas desalinizadoras de agua de mar, plantas de tratamiento de aguas usadas, carreteras, hoteles, hospital, aeropuerto, escuela, casas y condominios. También se propone la construcción de dos campos de golf, lo que representa la destrucción de ecosistemas sensibles donde habitan el guabairo y la mariquita. Los campos de golf, como es conocido, requieren del consumo de grandes cantidades de agua, recurso que sufre de limitaciones en esta zona y donde se utilizan enormes cantidades de pesticidas y fertilizantes que estarán descargando en los cuerpos de agua colindantes.
“Esencia” trata de impresionar scon una inversión de $2,000 millones, pero en realidad son subvencionados con $500 millones en créditos contributivos del gobierno de Puerto Rico y reciben una exención de 100% sobre el IVU para las compras de combustible, materiales de construcción y equipo operativo. Estos beneficios económicos se les conceden a los desarrolladores con dinero de nuestro pueblo para que destruyan los servicios de infraestructura natural que ofrecen los ecosistemas naturales, de los que no se tiene un estimado del valor de esta infraestructura. “Esencia” propone destruir 194 cuerdas de humedales, manglares, praderas de yerbas marinas, 340 cuerdas de vegetación de bosque seco, salitrales y habitáculos de aves, tortugas, peces, crustáceos y mamíferos marinos, todo con el apoyo monetario del gobierno de Puerto Rico. En otras palabras, OGPe al otorgar los permisos para “Esencia”, está cambiando chinas por botellas.
En una comunicación sometida por el U.S. Fish and Wildlife Service (USF&WS) a la directora interina de Planificación Física de la Junta de Planificación de Puerto Rico, Sra. Leslie M. Rosado Sánchez, se le informa que el proyecto “Esencia” puede afectar y no documenta adecuadamente los impactos a las especies en peligro de extinción o amenazadas, a los humedales y ecosistemas marinos adyacentes y que sin duda alguna resultarán en una pérdida, no un beneficio para esos recursos. Además, indica la carta, que “Esencia” pondrá una carga a la infraestructura local incluyendo la disposición de basura sólida, el tráfico, y un aumento en el uso de agua potable y en las descargas de aguas
usadas. El USF&WS son los manejadores y tienen bajo su cargo la conservación de las especies en peligro de extinción en Puerto Rico.
“Esencia” es, además, una amenaza para las actividades recreativas llevadas a cabo en el litoral de la Bahía de Boquerón, pues el deslinde de la propiedad de los bienes de dominio público marítimo terrestres, según indica el profesor emérito y oceanógrafo físico, el Dr. Aurelio Mercado, el agrimensor que realizó el deslinde erró al aplicar la marea astronómica para deslindar la propiedad. Este error en la utilización de la marea astronómica para deslindar la propiedad privatiza los bienes de dominio público marítimo terrestres y afecta el acceso del público a este bien común. Tampoco se toman en consideración la flora y la fauna, los humedales, dunas, salitrales y manglares al deslindar la propiedad.
“Esencia” es una afrenta a todas las leyes y reglamentos establecidos en Puerto Rico para la conservación de los ecosistemas, recursos y atracciones naturales. Este proyecto provocará daños ambientales irreparables a los habitáculos esenciales del guabairo y la mariquita, los cuerpos de agua y ecosistemas marinos colindantes donde habitan tortugas marinas, manatíes, delfines y diferentes especies de peces y crustáceos de importancia comercial para la pesca artesanal.
En lo relacionado a las actividades recreativas y al impacto visual en el paisaje natural que todavía podemos
disfrutar, podemos decir que, con la eliminación de la única área verde en la bahía, el proyecto “Esencia” reducirá el acceso visual a áreas naturales e ideales para la observación de la flora y fauna del lugar. Varias de estas especies están en peligro o amenazados de extinción. La presencia del proyecto no permitiría apreciar los recursos culturales que se encuentran en grandes cantidades y tampoco permitiría disfrutar de los paisajes y oportunidades recreativas ofrecidas (caminatas, bicicletas, observación de la naturaleza, natación, kayaks, tabla vela, tabla de remo, pesca, deportes náuticos, pasadías familiares, recreación pasiva, entre otros).
“Esencia” es también una grave amenaza a los bienes de dominio público marítimo terrestre, privatizando los mismos y eliminando el acceso a esa propiedad que le pertenece al pueblo. “Esencia” propone destruir la fauna nativa para establecer un resort de alta densidad poblacional que destruirá el encanto de Boquerón que consiste en naturaleza y una densidad poblacional baja. Según se propone en la Declaración de Impacto Ambiental, “Esencia” no cumple con las leyes y reglamentos requeridos para recibir los permisos que le permitirían llevar a cabo el desarrollo propuesto. Para recibir los permisos requeridos, el proyecto tiene que recibir cambios sustanciales.
Esencialmente, “Esencia” no es esencial. Esencial es la protección de nuestra cultura, nuestros recursos y nuestras atracciones naturales.
Nyctanassa violacea, ave nativa de Puerto Rico que habita en estuarios, manglares, humedales, lagunas, caños y en el mar.
Por: Ricardo J. Lugo, MS. Experto en gerencia de proyectos
y defensor de la pesca
sostenible
Mi nombre es Ricardo Juan Lugo del Valle. Tengo 66 años, soy pescador y residente de Boquerón. Tengo una Maestría en Estudios Ambientales y varias certificaciones en cumplimiento ambiental. Dedico mi tiempo de manera voluntaria a promover la pesca de manera responsable, sostenible y la protección de nuestro ambiente. También participo activamente en procesos legislativos para proteger los derechos de los pescadores y su bienestar. Además, soy miembro de la Asociación de Pescadores Artesanales de Boquerón y de la Asociación de Pescadores de Puerto Real en Cabo Rojo. Como la gran mayoría de científicos ambientales, soy testigo de una teoría de crecimiento económico basado en transferencias de bienes, desarrollos e incentivos que no consideran el costo ambiental y destruyen los ecosistemas en muchos lugares. También soy testigo de cómo estos fracasos financieros dejan una carga a las comunidades. Certifico que leí el “Borrador” de la Declaración de Impacto Ambiental (BDIA) y sus anejos. Dicho esto, me sorprende que se hayan dado incentivos antes de la aprobación de la DIA y que esos incentivos no estén condicionados a dicha declaración.
Un reporte hecho por Estudios Técnicos, Inc., contratados por el Departamento de Recursos Naturales (DRNA) indica que hay una preocupación por la población y por la destrucción del hábitat costero como resultado de las construcciones, el incremento de botes en la zona y las descargas de aguas usadas. De hecho, en el primer reporte ya está incluida la preocupación de acceso limitado a las playas como resultado de las construcciones. Para “Récord” yo participé en la encuesta para estos propósitos y “Esencia” no fue parte de esta evaluación. Este es el proyecto más grande y
complejo del área oeste. Por eso es importante señalar que el desarrollo hotelero y residencial vacacional “Esencia” tendrá un impacto significativo al hábitat de especies, la calidad del agua, la flora, la vida marina, la comunidad, el paisaje cultural y la economía de la zona. Por eso estamos aquí.
Comentarios al borrador de declaración de impacto ambiental (BDIA)
Justicia ambiental: Debido a la magnitud y complejidad de este proyecto se debió llevar un proceso más inclusivo, formal y educativo a la comunidad. No es justo ni razonable para los residentes de Cabo Rojo que documentos como el “Reporte de Justicia Ambiental” que atiende la parte socioeconómica y cultural o el “Estudio de Capacidad de Carga del Segmento Costero”, por mencionar algunos, que documentan impacto directo e indirecto a las comunidades, sean publicados en inglés. Tampoco es justo y razonable la ausencia de datos demográficos de la población impactada directa o indirectamente que indique la capacidad de leer e interpretar el inglés. Esto es una falta a unos de los principios de Justicia Ambiental que establece el Reglamento 8858-2016 bajo Justicia Ambiental: “Se refiere al trato justo y participación significativa de todas las personas independientemente de su raza, color, origen nacional, cultura, nivel de educación o ingreso con respecto al desarrollo, aplicación y fiscalización de las leyes, reglamentos y políticas ambientales”. Nos tenemos que preguntar cómo podemos cumplir con estos requisitos, hacer partícipe al público y la comunidad sino tenemos los documentos en español que la población pueda entender e interpretar.
Economía y capital humano
En la segunda página del BDIA se establecen los beneficios financieros del proyecto. Aunque no es mi competencia, sí tengo mucha experiencia en análisis de costo y manejo de capital humano y no se encontró
ningún anejo que establezca como llegaron a los números presentados, ni la justificación de los incentivos otorgados, ni el análisis anual de gastos, ni las etapas especificas del proyecto, ni su flujo de inversión y el impacto a la economía local. Actualmente hay escases de recursos diestros y no diestros para trabajar en muchos sectores de la economía. Aunque este proyecto podría atraer personal para la construcción, esa ausencia de recursos creará una crisis en otros proyectos pequeños. Y no hay estrategia de mitigación para las empresas locales.
En cuanto a los empleos no está claro cómo se llegó a la cantidad reportada en la BDIA. Visité la página de “Job Posting” del hotel que se ha mencionado y pude ver los requisitos para los empleos de este tipo de hospedería en cuanto a lo académico, experiencia y dominio del idioma inglés, entre otros. Ya existe un reto local para conseguir capital humano para llenar estas plazas en negocios locales y esto podría tener un impacto ya que muchos de estos negocios locales tienen empleados que hablan inglés. Esto no se discute en ningún documento y podría impactar negativamente al comercio pequeño local. Tampoco se discute el reto demográfico de traer miles de personas a residir de manera temporera en lo que se construye el proyecto y el impacto ambiental y socioeconómico de la región. Este aspecto es preocupante si observamos la página IV donde se establece como una de las primeras obras unas “residencias para empleados”, lo cual amerita explicación ya que en el documento se indica que será fuente de empleo local.
No es correcto asumir que estos terrenos no añaden valor, que están baldíos y en desuso como se establece en el documento. Estos terrenos crean un balance ecológico, absorben dióxido de carbono y proveen alimentos a una población de vida silvestre creando un paisaje cultural que atraen ecoturistas locales y extranjeros. Este ecoturista es el que ha patrocinado por años los negocios de la zona. Uno de los daños no incluidos en el BDIA es la destrucción del paisaje cultural. La vista actual al horizonte sur que tantas personas se retratan con su fondo desaparecerá. El proyecto no ofrece mitigación alguna a este impacto visual.
En el pasado, los pescadores hemos escuchado la retórica de la bonanza que traerán los desarrollos económicos con un incremento de demandas y ventas. La realidad es que esto no se ha materializado ni con la marina de Boquerón ni con el Hotel Acuarios. Inclusive, no todos los restaurantes se han beneficiado. Se debe entender que el turismo interno impacta los negocios del poblado de Boquerón y algunos restaurantes del área al igual que Joyuda y Combate.
Evalué el modelo de suplido del único hotel que fue anunciado. Es bien estricto y definitivamente habrá que hacer inversiones para lograr suplir mariscos. Pero ese modelo no existe porque nuestros pescadores son artesanales. Habría que evaluar el modelo y demanda para justificar esa inversión. No todas las facilidades pesqueras localizadas cerca de desarrollos lujosos han visto materializados un impacto significativo en Puerto Rico. Sin embargo, desarrollos menos lujosos si han incrementado la venta a restaurantes locales. Hay que recordar que hay varios hoteles cerrados en Cabo Rojo.
Terrenos propuestos para el proyecto Aunque el Proyecto presenta que solo ocupará el 25% de los terrenos serán desarrollados, no se reconocen los campos de golf como terrenos ocupados. Los mismos no promueven un ecosistema natural debido a la cantidad de agua, fertilizantes, pesticidas y herbicidas que utilizan. Según se puede observar en uno de los planes conceptuales, básicamente las 1,500 cuerdas serán impactadas al remover toda la vegetación y cambiar el suelo. Eso creará un daño irreversible. El documento habla de las formaciones de cuevas. Estas no fueron analizadas ya que existe el riesgo de que la actividad mecánica de la remoción de la capa vegetal dañe o colapse esas formaciones. Estas cuevas deben ser evaluadas no solo por su integridad, sino también desde el punto de vista arqueológico y el tipo de fauna que apoyan. Hemos vistos otros proyectos que con el tiempo continúan desarrollando poco a poco los terrenos dentro de la propiedad que originalmente no estaban destinados a desarrollo. Como más adelante discutiré, la grama como monocultivo no es un remplazo aceptable para un hábitat de bosque silvestre y su biodiversidad. Además, la grama crea mayor contaminación debido a su mantenimiento. Foto:
Flora y fauna
El estudio presentado en el Anejo 2 del BDIA, “ESTUDIO DESCRIPTIVO DE FLORA Y FAUNA TERRESTRE”, establece el riesgo de daños significativos para la conservación de la biodiversidad de la zona. Reconoce el riesgo de la pérdida de conectividad debido a que se encuentra entre dos áreas de reservas. Establece que, aunque no se observaron algunas especies, no significa que no estén presente en el área a impactarse. El estudio alerta sobre el impacto de la remoción de vegetación y suelos, destruyendo los hábitats de las especies del área incluyendo las protegidas y alterando la cadena alimenticia que están en diferentes categorías de protección. De hecho, una especie que no es parte del estudio y se ha observado en la zona es la especie del aura tiñosa, que también sería desplazada. Un aspecto importante es la ausencia de un Estudio Entomológico para evaluar el impacto en la alimentación de estas especies y su probabilidad de sobrevivir ante la destrucción de su hábitat. Este estudio podría evitar el exterminio de estas especies o la migración de otras al no encontrar alimento. La remoción de la vegetación, el reemplazo del suelo y la alteración de hábitats pueden generar cambios en la composición de la vegetación y afectar la disponibilidad de recursos esenciales para la fauna local.
También, en la página 43 se menciona que la NOAA (Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica) no ha designado hábitats críticos dentro de la ubicación del proyecto como parte del Estudio Bentónico. El documento no incluye una revisión del “Federal Register”, (CFR) donde bajo las partes 223 y 226 establece la zona como hábitat crítico y se hace referencia aquí. La NOAA ha declarado áreas como hábitat crítico para especies como los corales cuerno de alce, cuerno de ciervo y especies de corales del género orbicella. Todas estas especies están en categorías amenazadas o en peligro. Los hábitats de estos corales incluyen la bahía de Boquerón en Cabo Rojo. Tampoco en la página XX ni en el estudio arriba mencionado hace mención que en 1 de febrero de 2024 se estableció esta área como hábitat crítico para el Mero Cherna (Epinephelus striatus) como especie protegida en peligro. El 15 de diciembre del 2022 cerró el periodo de comentarios para la posible inclusión del Carrucho (Lobatus gigas) en áreas designadas de confirmarse su listado.
Es de conocimiento general y de pescadores de Boquerón que esta área de praderas de hierbas marinas es el hábitat del carrucho juvenil. Es mi recomendación que esta información del estudio bentónico sea revisada y ampliada para cubrir las aguas de las lagunas que
recibirán las aguas de los propuestos campos de golf con concentraciones de fertilizantes, pesticidas y posibles herbicidas como parte de las aguas de escorrentías. Estos químicos serían perjudiciales para estos hábitats.
También se debe evaluar el estuario o lagunas adyacentes al proyecto las cuales son un hábitat importante para especies juveniles de ostiones que son parte de la economía y la cultura de Boquerón. Está bien documentado los impactos de los campos de golf en varios estudios publicados. Deben evaluarse los modelos de aguas de escorrentías para proteger las áreas durante y luego de la construcción para así desarrollar áreas de mitigación, lagunas de retención y percolación a través del proyecto para alcanzar cero descargas de aguas de escorrentías de calles. Se ha demostrado que las carreteras de brea tienen un impacto negativo en la vida acuática por su degradación y contacto con las gomas de los automóviles, patios, techos y campos de golf. Se debe establecer un plan de reclamación para cero descargas a las lagunas de la propuesta planta de tratamiento. Esto requerirá rediseño para así poder manejar la carga hidráulica de la misma. Hay que recordar que el balance de salinidad, oxigeno, nutrientes y carga hidráulica de agua dulce del estuario son elementos críticos y ha tomado cientos de años su balance. Cualquier cambio de manera aguda destruirá el hábitat de los ostiones.
En la página 36 se habla de “Animales Marinos” y se trata de establecer que no existe registro de anidación de tortugas en el área porque no las hay. Pero la pregunta debería ser: ¿con qué frecuencia se inspeccionan estas costas durante el periodo de anidación? En otros lugares de Puerto Rico personal de las agencias y voluntarios caminan las costas y marcan lo que parece ser evidencias de anidación para protegerlas de los bañistas. Yo personalmente he visto en muchas ocasiones tortugas y manatíes en esta área, la cual es perfecta por su estado natural y la ausencia de iluminaciones para que las tortugas marinas puedan anidar.
Impacto y mitigación
Este desarrollo presentado como está tendría un impacto significativo y los mismos estudios así lo establecen. Hay áreas que llevan 40 o 50 años sin ser intervenidas. La remoción de la capa vegetal creará una disminución en alimentos a las especies residentes, visitantes o migratorias que visitan la zona para alimentarse o aparearse. Es incorrecto asumir que la eliminación de la actual vegetación podrá ser remplazada por grama o áreas verdes tanto en las propiedades como los campos de golf. La evidencia más clara es el descubrimiento de la inmensa colmena
de abejas documentada en una de las formaciones. Su presencia testifica la actividad de polinización de este bosque que a su vez atrae insectos que son parte de la dieta de las especies. Estos son sistemas naturales que sustentan la biodiversidad y que toman muchos años en desarrollarse y que serían destruidos. Los sistemas naturales en balance no pueden ser remplazados por estructuras hechas por el hombre como la grama, un monocultivo que requiere miles de galones de agua, fertilizantes, pesticidas y que no apoyan insectos polinizadores. El ambiente semi artificial no apoya la vida silvestre. Otro ejemplo es el consumo de combustible, la generación de dióxido de carbono y la generación de partículas de los equipos para el mantenimiento de estas áreas. Se asume que apoyará un ecosistema frágil, estable y que establecerá una relación positiva. Nos preguntamos, existen miles de campos de golf en operación, ¿porque aquí no se incluye una lista de los pesticidas, herbicidas y fertilizantes a usarse?
Desafortunadamente, no se presentan planes de educación, prevención y mitigación como lo establecen los mismos estudios para la protección, manejo y conservación. Al no estar disponibles, se elimina la posibilidad de revisarlos antes de que se evalúe y se trate de aprobar en base a promesas.
Tipos y características de los suelos y formaciones geológicas
El reporte indica que la mayoría de estos terrenos no son aptos para agricultura. Estamos de acuerdo con la determinación del secretario González Beiró de que no necesariamente son aptos para la siembra. Sin embargo, sí se reconoce el potencial para el pastoreo. Desde el
punto de vista de seguridad alimentaria para Puerto Rico, creo que se debió hacer una evaluación más profunda para la creciente producción y demanda de productos de pequeños rumiantes (cabras y ovejas) capaces de ser sumamente productivos en áreas con las características de estos terrenos. Sin embargo, solo se evaluó desde el punto de siembras, a pesar de que hay evidencia del uso de estas tierras para la crianza de animales.
Humedales y reservas naturales
Este proyecto en sus etapas de construcción y operación de sus campos de golf tendrán un impacto y se presentan propuestas de mitigación. En las propuestas para proteger los humedales y reservas naturales se indica que se preparan planes, y se trata de presentar algunos puntos, pero no está claro cómo se manejaran las aguas de escorrentías de los campos de golf y otros desarrollos. Los lagos artificiales no necesariamente son barreras ya que, al estar llenos, no absorben o retienen aguas de escorrentías. Para lograr esto se requiere unos diseños con esos propósitos. Estas aguas cargan nutrientes, pesticidas, herbicidas y otros químicos peligrosos con efectos acumulativos y documentados en otros casos.
Si a esto le añadimos que la descarga de la planta de tratamiento de aguas usadas podría tener residual de cloro y otros componentes químicos tóxicos a la vida acuática, será necesario evaluar en detalle esta actividad. No se ven canales, tampoco “Bioswales”, que son canales o lagunas secas diseñados para acumular el agua de escorrentías, remover particulado y contaminantes. En algunas ocasiones se usan plantas para que trabajen como si fueran “Bio-Remediación”, absorbiendo y removiendo los nutrientes y químicos antes que se filtren al subsuelo. Un aspecto que necesita más información es la de restablecer la conexión hidráulica superficial y mareal de los humedales ya que como se indica, los mismos funcionan como filtros naturales y al cambiar la conexión hidráulica podría reducir el tiempo de residencia de esta agua.
Es importante señalar que el poblado de Boquerón, conocido como la capital de los ostiones, se enfrenta a la posibilidad de perder los ostiones en todas sus
variedades. Los ostiones filtran el agua y cualquier cambio en la composición química del agua tendrá un impacto acumulativo en estas y otras especies juveniles que comienzan su ciclo de vida en estas aguas. Por eso son necesarios los estudios y evaluaciones de mayor profundidad antes de aprobar cambios al hábitat. La no inclusión de químicos a usarse es una deficiencia mayor de esta BDIA. En varias secciones se habla de planes de mitigación o de lo que se establece en ley o reglamento. Sin planes escritos para evaluar y retar su efectividad es imposible emitir un comentario. Creo que el riesgo es bien alto. El BDIA y los estudios presentados lo confirman. No creo que exista una compañía que provea un seguro de ambiental por el nivel de riesgo o que establezca que habrá una destrucción del hábitat y entorno.
Barreras costeras
Si miramos las fotografías (Anejo 16) de las condiciones de la verja verde o “Cyclon Fence” podemos apreciar la fuerza de las marejadas como resultado de estos fenómenos. De hecho, cuando hay marejada, las olas pueden verse desde las facilidades pesqueras en el poblado. Esto requiere una evaluación profunda porque podría ser una de las razones para el impacto de las llamadas “dunas”. El documento no indica de donde proveerá la arena para reconstruir esas dunas. Ya existe un precedente donde unas facilidades turísticas fueron multadas por el DRNA al violar las condiciones del permiso para añadir arena a un sector de playa.
Aguas superficiales y de escorrentías
No está claro el impacto de la pérdida de permeabilidad debido a las construcciones, paneles solares y la siembra de grama que, según el estudio del Proyecto, aumentará el agua de escorrentías. Aunque asume que se descargarán en los lagos, tengo que retar la capacidad y localización de estos porque si miramos el plano conceptual y localizamos los lagos, no está claro como la descarga pluvial puede alcanzar a los lagos en los campos de golf debido a la localización y altura. Sin lagos “secos” de retención en todo el perímetro colindante, se descargará agua dulce con posibles contaminantes, un detrimento al hábitat de las lagunas. Otra observación que no se discute es el efecto de impermeabilización creada por la finca de paneles; esto aumentará las aguas de escorrentías en eventos pluviales. Más allá del compromiso de crear unas lagunas de sedimentación durante la construcción, los planes de cumplimiento son difíciles de evaluar al no estar escritos.
Aguas subterráneas, pozos, consumo y tratamiento de agua potable
La BDIA no presenta análisis concluyentes para satisfacer demanda de 1.3 MGD de agua. Sin embargo, reconoce
los riesgos de la extracción de aguas subterráneas por las cercanías aguas salada. El sistema de membrana producirá miles de galones de agua residual ya que reconoce la posibilidad de agua salubre subterránea que genera agua alta en minerales, calcio y magnesio, y considera la evaporación para concentrar la sal y otros componentes químicos. Estamos hablando de unas lagunas de gran tamaño y un proceso complejo que no está incluido en los mapas presentados. Este proceso es crítico para este o cualquier proyecto y nos tenemos que preguntar cómo podemos aprobar una BDIA sin tener estos elementos claros. El uso de cloro para limpiar las aguas tanto potables como aguas usadas es un proceso que debe evaluarse por su riego, pero no se discute en el BDIA. Una vez más, creo que las áreas funcionales debieron haber estado agrupadas si es el interés que el público general pueda leer el documento con facilidad y comentar.
Zona costera
Boquerón se ha caracterizado por su actividad náutica y las actividades relacionadas a los recursos marinos. Sin embargo, la caracterización y definición del impacto negativo sobre los recursos marinos asociados a esta playa por la actividad marina se interpreta en este estudio al establecer que será monitoreada para evitar el hacinamiento y el impacto negativo. Esto establece la iniciativa para regular el acceso al recurso. Se habla de los vehículos 4x4 y todo terreno (ATV) y del daño causado, pero no se habla de la responsabilidad de los dueños de los terrenos o de las agencias pertinentes que están encargadas de proteger nuestro entorno. Tenemos que entender bien porque al revisar el documento se percibe la transferencia de una responsabilidad del Estado a una entidad privada. Y en este caso, no es necesariamente para conservar, sino Árbol caido posiblemente durante el paso del huracán María. Los árboles, arbustos y yerbas ayudan a evitar la erosio de la costa.
para desarrollar y aprovechar los bienes del pueblo de Puerto Rico. Queremos ser partícipes, como hemos sido en el pasado, a la hora de evaluar la solicitud de la concesión para el aprovechamiento y usos de los bienes de Dominio Público Marítimo Terrestre como parte de la aprobación de este y otros permisos. Como en otra parte del documento, no se establecen controles más allá de indicar que se cumplirá con los reglamentos vigentes. No se presentan planes de prevención y educación. Tampoco se presentan planes de acceso durante la construcción que podría durar varios años.
La playa de Los Pozos es la única en ese litoral en la que se puede nadar y dónde embarcaciones pueden anclarse. Esta playa, que también es usada por las comunidades locales y pescadores, será impactada por el proyecto propuesto. Su capacidad es bien limitada y es común ver embarcaciones pequeñas y medianas. En el anejo 20 titulado “Estudio de Capacidad de Carga del Segmento Costero” o “Carrying Capacity of the Coastal Segment of the Cabo Rojo Development Project” se trata de establecer límites de asistentes a la playa. La gran interrogante no discutida en el reporte es cómo esto afectará el acceso a la playa del público y cuántos estacionamientos serán reservados para los visitantes. ¿Cómo se manejará el acceso cuando los mismos estén ocupados? El Anejo 20 en la página 24 reconoce la disponibilidad de estacionamientos como uno de los componentes para el manejo de los usuarios del recurso natural. Es mi interpretación que la playa de Los Pozos se convertirá en una semi privada donde el acceso estará controlado por el proponente, que tendrá control de la cantidad de personas y automóviles que tendrán acceso.
El reporte señala que el proponente mantenga el desarrollo turístico según los límites de capacidad sin que afecte el acceso del público general, lo cual será un reto porque reconoce que, al mejorar el acceso, aumentarán los visitantes locales y de otras partes. Para ello, el estudio recomienda que se desarrollen prácticas para distribuir los usuarios a través de toda la playa. Aunque el documento no incorpora como se controlará el acceso por agua que típicamente es hecho con la instalación de boyas y sogas para proteger los bañistas, si establece que deberá monitorear para controlar la “carga”. Esto significará el cierre para embarcaciones, limitando así la posibilidad de que pescadores y locales tengan acceso a la misma.
Tendencias de desarrollo y población del área
Es interesante lo aquí presentado en cuanto al
desarrollo de Boquerón y básicamente señala a las agencias reguladoras a que tomen acción en cuanto a un proceso planificado y en cumplimiento. No estamos en desacuerdo, pero este tipo de proyecto aumentara la especulación, inversión, desplazamiento y aumento de los alquileres a corto plazo.
Volumen de movimiento de tierra
Más allá de indicar que se moverán 1.6 millones de metros cúbicos de tierra y que se compromete a tomar medidas mitigantes con el polvo fugitivo, perjudicial en la vida marina, la BDIA no incluye la cantidad de tierra (“top soil”) a ser utilizada, la fuente de esta y el impacto de esta actividad. Se incluye que de necesitar relleno se traerá de una cantera aprobada, lo cual tendrá un impacto en la comunidad de tránsito y polvo.
Desperdicios sólidos generados durante las fases de construcción y operación
Se estima que se generarán 1.6 millones de toneladas como resultado de la construcción y 35 toneladas diarias de material en operación. Aunque se considera que serán manejados fuera de las facilidades o la propiedad, en el análisis no se incorpora el impacto que estos camiones tendrá al vecindario y la vida útil del depósito sanitario. Esto es importante porque podría acelerar el cierre de las facilidades locales y aumentar el costo a los residentes en el futuro cercano.
Análisis de justicia ambiental
En los comienzos de mi ponencia discutí lo desafortunado de publicar estos estudios en inglés porque limita a nuestra población de entender este proceso cuando el mismo documento establece el trato justo y la participación significativa de todas las personas que puedan ser impactadas por este proyecto. Es de gran preocupación que estemos aquí y que la OGPe y otras agencias entiendan que esto no es significativo y que publicarlo en inglés no es relevante para la comunidad. Una vez más, para mí, este proceso no debe concluir sin que se dé la oportunidad a los ciudadanos a leer y entender estos reportes en español.
Análisis de parámetros socioeconómicos: El proyecto establece que creará empleos, pero no presenta un plan ante la realidad de la escasez de mano de obra en Puerto Rico. Tampoco establece si las empresas constructoras serán puertorriqueñas, más allá de las empresas de manejo de los desperdicios y la operación de las plantas de tratamiento que se contratará; no hacen compromisos de que se estará adquiriendo localmente
o importando directamente los materiales. Es de conocimiento general que actualmente son muchos los proyectos de recuperación que están impactados por la falta de mano de obra diestra en construcción, así que este proyecto podría afectar otros. En cuanto a los empleos, visité la página de internet del hotel que salió en la prensa y busqué los requisitos de las posiciones abiertas y claramente el nivel de educación, certificaciones y manejo del inglés serán requisito base para la gran mayoría de empleos. Este tipo de análisis no se llevó a cabo como parte de la evaluación demográfica. Lo que sí sé, es que muchos de los empleados en restaurantes locales podrían moverse a buscar oportunidades en estas nuevas operaciones, creando una crisis de falta de empleados a los restaurantes locales, algo que tampoco se discute. ¿Cuál será el impacto neto?
Salud
El proyecto presenta un centro de salud y señala que en el área no hay un hospital lo cual es correcto. Sin embargo, no entra en detalles, ni siquiera en horario, ni servicios. Entendemos su importancia, pero se debe ser claro con la comunidad en cuanto a este argumento, especialmente cuando hace unas semanas un centro local anuncio que podría estar cerrando.
Análisis de efectos adversos y cargas desproporcionalmente altas Según lo establece la misma guía, el impacto ambiental será significativo. La destrucción del bosque semi seco será de un 70%. La destrucción del hábitat de la flora y fauna que vive en el área del proyecto será cerca del 90%.
Las especies perderán su fuente de alimentación y con el tiempo migrarán o perecerán. Las áreas de conservación que habla el proyecto estarán bajo presiones y solo aquellas especies capaces de resistir el “estrés” sobrevivirán o poblarán algunos sectores. La propuesta reconstrucción no apoya las especies que naturalmente vivían y se alimentaban en el área. Incluyendo los insectos como fuente de alimento.
Discusión del impacto ambiental y medidas de mitigación para los siguientes parámetros
El proponente reconoce que el proyecto se encuentra en un área de alto valor ecológico, hábitat de especies de flora y fauna que están en peligro de extinción como humedales que son fuente de alimento para muchas
especies residentes y migratorias. Reconoce que se puede afectar negativamente todo este hábitat y que tendrá un impacto irreversible al área. También advierte que los cambios impactarán el hábitat de la fauna en peligro de extinción.
Este proyecto afectará el turismo como lo conocemos hoy ya que impactará el PAISAJE CULTURAL y NATURAL de la bahía de Boquerón. Muchos de los turistas locales y ecoturistas que visitan esta zona podrían perder interés ya que es precisamente lo que buscan: un balance de entretenimiento y una conexión con un paisaje natural. El Proponente, propone mitigaciones a su impacto negativo, pero no garantías que los impactos no comprometan la salud del hábitat. En este BDIA he podido observar cómo se segregan tópicos e información que consumen una gran cantidad de tiempo y en algunos casos como mezclan información. El proyecto habla de fases, pero no se ha encontrado un plan descriptivo con las fases, su impacto y mitigaciones, al igual que años asignados a las mismas.
Conclusión
Agradezco la oportunidad para participar en este proceso de escuchar a los ciudadanos y a los que no han podido hacerlo, pido que se les provea las herramientas y el tiempo para poder hacerlo y dar la oportunidad para expresar sus interrogantes. Luego de haber leído el Borrador de la Declaración de Impacto Ambiental, (BDIA) haber revisado los anejos, haber hecho investigación documental y evaluado el impacto significativo a este ecosistema según presentado por los consultores, es mi opinión que este proyecto no es viable.
La franja de costa alrededor de Los Pozos se ha conservado, en gran medida, libre del impacto humano. En esta zona se puede apreciar la naturaleza en su forma pristina.
Ariel E. Lugo , científico emérito del USDA Forest Service y ex director
del Instituto de Dasodonomía Tropical de Puerto Rico
Buenos días.
Mi nombre es Ariel E. Lugo, presidente de HANAEL Asociados Inc., una organización dedicada a la ciencia y la conservación de los sistemas ecológicos de Puerto Rico.
Me he dedicado al estudio y conservación de los bosques tropicales con particular atención a los de Puerto Rico. He leído y evaluado declaraciones de impacto ambiental desde el 1972, cuando era mi función principal como secretario auxiliar del departamento de Recursos Naturales.
Antes de compartir mis comentarios sobre la DIA del proyecto Esencia (de ahora en adelante Proyecto), quiero anticipar que no voy a comentar sobre los efectos del Proyecto sobre las especies en peligro de extinción o sobre los yacimientos históricos y prehistóricos en la propiedad. Entiendo que estos impactos deben considerarse durante la evaluación de la DIA y me acato a las opiniones de especialistas en estos dos asuntos ya que la distribución de las poblaciones de especies en peligro de extinción como el Guabairo y la presencia de yacimientos históricos y prehistóricos ocupan áreas significativas del Proyecto que confligen con las propuestas de construcción.
Considero que es prematuro evaluar la DIA del Proyecto porque para los puntos con mayor impacto ambiental aún faltan estudios cuyos resultados van a revelar impactos ambientales irrevocables dado la ubicación del proyecto en la zona árida de Puerto Rico. Más adelante explico mi punto de vista.
Primero, quiero comentar sobre la delimitación de la zona marítimo terrestre según aparece en la DIA. La delimitación de esta franja está equivocada al no incluir todos los manglares en la propiedad y excluir las dunas de arena. Los manglares son sistemas mareales
y parte de la zona marítimo terrestre. Los estudios del proponente describen manglares mareales y estuarinos en la zona histórica de los salitrales que ellos proponen restaurar. Tal zona está sujeta a la inundación periódica del mar y debe incluirse en la zona marítimo terrestre. Ni la DIA o el Departamento de Recursos Naturales y Ambientales explican porque esta región queda fuera de la zona marítimo terrestre. Lo mismo ocurre con las dunas de arena, sujetas a las olas durante épocas de temporal. Estas dunas son parte de la zona marítimo terrestre y junto a los mangles en las salinas contienen vegetación típica de la zona marítima terrestre.
La credibilidad del proceso de aprobación del Proyecto depende de una delimitación correcta de la zona marítimo terrestre dado la importancia de esta zona para la resiliencia costera y por ser un recurso no patrimonial del pueblo de Puerto Rico. Si de salida la demarcación de la zona marítimo terrestre favorece al interés privado sobre el público, quedaría patente ante el país lo viciado de la evaluación ambiental. Más aun, la DIA menciona el aprovechamiento de la zona marítimo terrestre pero no clarifica a que tipo de aprovechamiento se refiere ni el impacto ambiental sobre la zona marítimo terrestre.
Algo ya altamente conocido es que las DIAs prometen mucho, pero al final no se cumplen las promesas para detrimento de los gobiernos locales que tienen que resolver los problemas creados por esas DIAs deficientes. Un ejemplo claro en Puerto Rico fue la promesa de una compañía generadora de electricidad de exportar cenizas de carbón a la República Dominicana. Décadas después tenemos poblaciones en el sureste de Puerto Rico sufriendo las consecuencias negativas a la salud humana debido a las cenizas tóxicas en sus vecindarios. En el espíritu de justificar el Proyecto, la DIA promete la implementación de soluciones muy innovadoras para resolver problemas ambientales, retos de construcción y asuntos de mantenimiento. Por ejemplo, reciclar el agua y los desperdicios sólidos, utilizar el tratamiento terciario en las plantas de aguas sanitarias y restaurar sistemas ecológicos deteriorados como las dunas de arena y los
Cobana Negra, Stahlia monosperma, especie amenazada que se encuentra en la zona de la Bahía de Boquerón.
humedales. Le corresponde a los gobiernos locales y federales asegurar que las promesas hechas sean cumplidas y evitar endosar el Proyecto basado en promesas difíciles de cumplir para que el país pague las consecuencias más tarde.
La DIA promete que la infraestructura del proyecto será independiente del resto del país, algo que es loable, pero la DIA no presenta evidencia que así será ya que no ha completado la mayor parte de los estudios cuyos resultados son determinantes para saber si la promesa puede cumplirse o no. Esta situación es la que hace que la evaluación de la DIA sea prematura.
Los cuatro puntos discutidos a continuación sugieren que la DIA no cumple con el artículo 4(B) (3; partes a-e) de la Ley 416 del 2004. Estos puntos necesitan más estudio, análisis y discusión antes de que se pueda considerar aceptar la DIA o endosar el Proyecto.
1. La disponibilidad del agua no está asegurada. La DIA sugiere la instalación de pozos o la desalinización de agua de mar para satisfacer la demanda de agua del Proyecto. No se presenta evidencia de que exista un
acuífero productivo en la propiedad del Proyecto. Se reporta un pozo fuera de la propiedad que rendía 1,500 galones al día cuando la necesidad es de más de un millón de galones por día. La desalinización de agua de mar redundaría en una serie de problemas ambientales con la disposición de la sal al ambiente costero/ marino, algo que la DIA no toca y que el US Fish and Wildlife Service ha cuestionado. Claramente la DIA es deficiente y no cumple relativo a la evaluación del abasto de agua para el Proyecto. De aprobarse la DIA como está planteado el problema del agua, el gobierno desatendería el asunto más crítico en la zona más árida de Puerto Rico.
La Autoridad de Acueductos y Alcantarillados (AAA) sugiere que busquen de 2 a 4 mgd de agua en el canal de riego de la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE) en el valle de Lajas. Esa sugerencia refleja la falta de capacidad de la AAA para proveerle agua al Proyecto. La solución que propone la AAA, de estar de acuerdo la AEE, redundaría a que un desarrollo urbano le quite agua a la agricultura en el valle de Lajas con impactos en la agricultura no discutidos en la DIA. De aprobarse esta DIA como ha sido radicada, el gobierno
confirmaría que el sector agrícola carece de prioridad a la vez que pospone para el futuro la resolución del uso de agua en esta región, asunto que podría afectar las poblaciones ya establecidas en la región.
La AAA también recomienda ampliar la planta de filtración Betances de 2 a 4 mgd y sugiere que el Proyecto pague por la ampliación. La DIA no reacciona a esta propuesta.
El peor aspecto del análisis de la DIA sobre la situación del agua es que se proponga utilizar aguas subterráneas sin presentar un análisis hidrológico sobre la capacidad del acuífero local y la posibilidad de que el Proyecto empeore la intrusión salina del acuífero inutilizándolo para toda la región. El USGS coleccionó data para describir la cuña de agua salada en el acuífero de la región de Cabo Rojo. La DIA es silenciosa relativo a la salinización del acuífero. Además, la DIA no cumple y es inadecuada al no incluir un análisis sobre el impacto de los campos de golf sobre los acuíferos, humedales y la costa donde drenan. Esto a pesar de que la DIA propone desviar todas las aguas de escorrentía hacia los campos de golf.
Dado las innumerables deficiencias de la DIA y el hecho de que no cumple con el artículo 4(B) (3, partes a-e) de la Ley 416 del 2004, el gobierno debe rechazar la DIA hasta que se demuestre que las fuentes de agua están disponibles para el Proyecto sin afectar a los usuarios ya presentes en la región y dándole prioridad a la agricultura en las reservas agrícolas. Para sustentar una decisión técnicamente correcta sobre el asunto del agua para el Proyecto y la región de Cabo Rojo, se requiere un modelo hidrológico en tiempo real basado en insumos, extracciones y almacenajes de agua en los acuíferos y los cuerpos de agua superficiales de la región.
2. La disposición de los desperdicios sólidos no está resuelta. Para lidiar con las 35 toneladas de desperdicios sólidos por día (12,774 toneladas por año) del Proyecto, la DIA propone un esquema de reciclaje totalmente ausente en Puerto Rico gracias a que el gobierno central nunca le ha dado prioridad al asunto del reciclaje. Sin programas de reciclaje regionales que estén coordinados con el reciclaje del Proyecto, lo que sugiere la DIA no va a ocurrir y será necesario depender de la disposición de desperdicios sólidos por métodos tradicionales. Lo que está en juego es la capacidad de varios vertederos dispersos en la isla, incluyendo el de Cabo Rojo, junto
a las multas y edictos del gobierno federal en contra de todo el país. La DIA es deficiente y no cumple con el aspecto de la disposición e impactos de los desperdicios sólidos que genera el Proyecto. Una DIA revisada debe incluir un análisis de cómo el Proyecto va a disponer de sus desperdicios sólidos utilizando la infraestructura de Puerto Rico y debe analizar los impactos que tendrá el acareo de desperdicios sólidos por todas la Isla. Por el momento, la DIA solo discute su propuesta de reciclaje y deja pendiente para el futuro la discusión de su impacto sobre el sistema de desperdicios sólidos de Puerto Rico.
3. La conservación de las áreas verdes no está asegurada. La DIA indica que el 75 por ciento del área del Proyecto será dedicado a áreas verdes. Esta declaración requiere dos clarificaciones. Primero, el proponente debe distinguir entre áreas verdes antropogénicas (campos del golf y zonas de paisajismo) y áreas verdes no antropogénicas (“naturales”). La DIA las considera iguales desde el punto de vista hidrológico ya que ambas absorben y percolan las aguas de escorrentía y riego. La DIA ignora diferencias en la biodiversidad de esas tierras, siendo los campos de golf y las áreas de paisajismo inferiores en la conservación de la biodiversidad. Segundo, las áreas verdes no antropogénicas (naturales) requieren un nivel de protección y conservación superior a las áreas verdes antropogénicas. Lamentablemente en varios lugares de la DIA se indica que estas áreas verdes no antropogénicas se verán afectadas por la construcción y se menciona que la posible deforestación de bosques y la fragmentación de hábitats afectará la biodiversidad, incluyendo especies en peligro de extinción sin especificar la efectividad de las medidas de mitigación que proponen durante la construcción.
La protección de las áreas verdes no antropogénicas (naturales) durante las obras de construcción es un asunto que amerita más atención. Para asegurar que la construcción del proyecto no afecte las áreas de conservación es necesario saber el orden a seguir en la construcción, evitando un desparramiento por toda la propiedad de maquinaria y actividades de construcción. Esa es la implicación de lo que va a ocurrir según la DIA. Recomiendo que las áreas verdes maduras no deben fragmentarse ni deforestarse. Deben identificarse y protegerse durante la construcción.
Más aun, el Proyecto requiere corte y relleno como técnica de construcción. Es necesario incluir un
mapa de la ubicación de los cortes y de los rellenos e información sobre el volumen de relleno a utilizarse en cada sector del Proyecto. La DIA no cumple con su responsabilidad de discutir los impactos ambientales de los cortes y rellenos, particularmente sus impactos sobre la biodiversidad y la hidrología. La DIA indica que se utilizará una fuente externa de relleno para el Proyecto, pero no indica su procedencia para analizar los impactos en lugares fuera del área del Proyecto.
4. El futuro comportamiento del sistema hidrológico en la propiedad no se ha determinado. Aparentemente algunos de los causes naturales de la propiedad se van a rellenar y las aguas de escorrentía se desviarán hacia los campos de golf y eventualmente a los humedales detrás de la zona marítimo terrestre. La DIA no presenta un estudio hidrológico comprensivo que incluya la mezcla de las aguas de escorrentía con las aguas de lluvia. Tampoco se incluye la ruta de las aguas sanitarias hacia la planta de tratamiento terciario y los campos de golf. No se indica la ubicación de toda esa infraestructura hidrológica construida. La naturaleza de tal infraestructura hidrológica queda pendiente a más estudios de hidrología y diseño y es otra razón por la cual esta DIA es deficiente y no cumple con el articulo 4(B) (3, partes a-e) de la Ley 416 del 2004. Hasta que no se presente un mapa con los drenajes históricos y los de nuevo diseño y el tamaño de las charcas de retención, no será posible evaluar el efecto del Proyecto en la hidrología del lugar ni tampoco los efectos a los ecosistemas afectados.
La DIA propone la erradicación de la fauna no nativa para sembrar especies nativas asumiendo que, si una especie no es nativa, hay que removerla sin entender
el rol de estas especies en rescatar las áreas afectadas por actividades humanas pasadas. Aunque suene lógico pensar que las especies nativas son mejores para restaurar ecosistemas degradados, la realidad es lo opuesto. Son las plantas no nativas las que han colonizado las áreas degradadas en Puerto Rico. Lo han hecho sin ayuda del ser humano por medio de la sucesión ecológica, un proceso natural. La razón por la cual las especies nativas no han tenido éxito es porque la actividad humana ha degradado el ambiente y ya no es el mismo ambiente donde evolucionaron y fueron exitosas. La restauración de los sistemas degradados en el Proyecto debe aprovechar la sucesión natural permitiendo el establecimiento de las especies que la naturaleza favorece. Luego es posible complementar la sucesión natural sembrando especies nativas. La erradicación de las especies no nativas y la siembra de las nativas como primera opción va a fracasar y causará más degradación ambiental. En vez de crear resiliencia como repite la DIA; lo que harán es reducirla.
En resumen, para cada uno de los cuatro puntos presentados, faltan estudios por completarse y esos estudios pueden cambiar totalmente el panorama ambiental del Proyecto. Esta ponencia desmiente varios mitos del Proyecto incluyendo: que el Proyecto operará independientemente de la infraestructura regional y que es un proyecto de baja densidad con 75 por ciento del lugar dedicado a áreas verdes. Los costos a Puerto Rico de este proyecto pueden ser altos y, contrario a lo que dice la DIA, el Proyecto no va a ser autosuficiente con su infraestructura. Por ejemplo, hay costos asociados a la reparación de la red de carreteras cercanas al Proyecto, hay costos ambientales en el origen de los rellenos que puede afectar otras áreas
Vista desde las lomas hacia la Bahía de Boquerón dónde se llevará a cabo el desarrollo hotelero.
críticas, hay costos en la presión que el Proyecto le suma a los vertederos que van a requerir expansión, hay costos agrícolas si se extrae agua del valle de Lajas y costos por la salinización del acuífero si deciden extraer agua del acuífero. Si se construye la planta de desalinización, hay costos asociados a la disposición de las sales residuales de la planta y en los efectos negativos a los sistemas marinos costeros.
En el periódico El Nuevo Día del domingo 16 de febrero de 2025, aparece la siguiente cita del Sr. Roberto Ruiz Vargas, socio fundador y director de operaciones de la firma TRC que propone el Proyecto: “Siempre han sido proyectos de muy alto estándar, de bajo impacto, de muy baja densidad todos, y con ese enfoque de crear experiencias para nuestros huéspedes y compradores y para el público, en un ambiente elevado”. El Sr. Ruiz se
refiere a los proyectos de su compañía en otros países del mundo y emite la visión que tiene de esos proyectos. Las palabras relevantes al Proyecto en esta cita son “bajo impacto” y baja densidad”, lo mismo que argumenta la DIA. Sin embargo, el problema fundamental del Proyecto es su alta densidad y alto impacto ambiental, lo opuesto a los que sugiere la DIA y el Sr. Ruiz Vargas. En zonas continentales con amplias extensiones geográficas y baja densidad de actividad humana quizás diseños como los que propone el Proyecto se considerarían de bajo impacto y baja densidad. La propuesta del Sr. Ruiz Vargas, y reflejada en la DIA, no tienen cabida en la región de Cabo Rojo, la cual está limitada por el contexto isleño de Puerto Rico con alta densidad poblacional, baja extensión territorial, poca capacidad para disponer de desperdicios sólidos, y
serias limitaciones de abastos de agua en la región árida.
Al considerar alternativas al Proyecto, la DIA debió examinar el Proyecto con menos densidad de estructuras e infraestructura construidas. Tal alternativa no se consideró y solo se consideró el mismo Proyecto en distintos lugares de Puerto Rico sin analizar las limitaciones en esos lugares. Aparentemente la propuesta del proponente y su DIA es todo o nada. A falta de información y análisis de alternativas, la respuesta a la DIA debe ser nada.
Finalmente, las razones por la cual la DIA del Proyecto es deficiente y no cumple con el artículo 4(B) (3, partes a-e) de la Ley 416 del 2004 incluyen (en ningún orden particular):
1. No se discute el impacto ambiental del Proyecto sobre la zona marítimo terrestre.
2. No se discute el impacto ambiental del “aprovechamiento” de la zona marítimo terrestre.
3. No resuelve la disponibilidad de abastos de agua para el Proyecto.
4. No presenta análisis alguno sobre el diseño y ubicación de la planta desalinizadora de agua de mar, los impactos ambientales de la construcción y operación de esa planta, ni las medidas de mitigación para justificar la planta.
5. No presenta estudio alguno sobre la capacidad y condición del acuífero en la región del Proyecto.
6. No discute como se evitará la salinización del acuífero si se decide utilizar agua subterránea para el Proyecto.
7. No discute el efecto del Proyecto sobre la capacidad de la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados (AAA) y los impactos a los otros clientes de la AAA en la región.
8. No discute el impacto a la agricultura en el valle de Lajas de seguir la sugerencia de la AAA y extraer agua de los canales de riego de la Autoridad de Energía Eléctrica.
9. Es negligente al no presentar un modelo
hidrológico en tiempo real para asegurar que se optimiza el uso del agua en la región (o demostrar de que no hay agua suficiente para el Proyecto).
10. No discute los impactos ambientales de los campos de golf, incluyendo sus efectos en los humedales costeros, la zona marítimo terrestre y la biodiversidad.
11. No presenta un plano de ruta para la nueva hidrología que el Proyecto impone en el lugar, incluyendo los desagües pluviales y de las aguas sanitarias más los impactos ambientales de la nueva hidrología.
12. No analiza los impactos ambientales de la disposición de desperdicios sólidos y sus efectos en la infraestructura del gobierno de Puerto Rico, particularmente el acarreo de desperdicios sólidos a los vertederos en otras regiones de Puerto Rico.
13. No analiza los impactos ambientales de las actividades de corte y relleno en toda la propiedad del Proyecto.
14. Necesita un plan de conservación de biodiversidad en las áreas verdes asegurando que el plan distingue entre las áreas verdes naturales y las artificiales (campos de golf y áreas de paisajismo).
15. No presenta un estudio hidrológico completo incluyendo las aguas de lluvia, las aguas de escorrentía, las aguas sanitarias, las charcas de retención, las aguas subterráneas, la demanda de agua del Proyecto y los impactos de la construcción sobre la hidrología del lugar.
16. Necesita un plan de conservación para las especies no nativas que cubren las zonas degradadas y dunas costeras.
17. El análisis de alternativas es deficiente al no incluir alternativas con menos densidad de áreas construidas en el lugar donde se propone construir el Proyecto.
Muchas gracias.
Ariel
E. Lugo
Jannette Ramos García, extensionista marina del programa Sea Grant Puerto Rico
El desarrollo costero en Puerto Rico ha sido un tema recurrente de conflicto entre el crecimiento económico y la preservación del medioambiente. A lo largo y ancho de nuestro archipiélago, enfrentamos
una amenaza latente, persistente y arrolladora: la fragmentación de nuestra patria bajo la excusa del progreso que utiliza la naturaleza como un anzuelo para atraer a una clientela adinerada. En este modelo depredador, los ecosistemas costeros no se protegen ni se valoran por su función ecológica y social, sino que se convierten en simples activos para el capitalismo.
Ejemplos de esta tendencia sobran. En Punta Moncayo, Fajardo, se proyecta la construcción de un complejo exclusivo en un área de alto valor ecológico. En Aguadilla, el proyecto The Cliff amenaza con alterar irreversiblemente la costa y restringir el acceso a espacios de dominio público. En Luquillo, se rellenó un humedal para dar paso a otro desarrollo, a pesar del daño ambiental irreparable que esto supone. Vieques enfrenta una situación similar, con nuevos planes de desarrollo que ignoran las lecciones del pasado, como la historia del Hotel W, que tras el paso del huracán María cerró sus puertas, nunca reabrió y hoy es un símbolo del abandono y la especulación.
Este patrón se repite una y otra vez en todo Puerto Rico: desarrollos aprobados bajo la promesa de progreso, que en realidad solo benefician a los inversionistas y desarrolladores, mientras que el pueblo pierde acceso a sus recursos naturales, enfrenta la degradación ambiental y ve cómo su propio territorio es mercantilizado sin contemplaciones.
Un caso representativo de este fenómeno es el proyecto Esencia que surge como un heredero del fracasado Boquerón Bay, originalmente impulsado por Roberto Cacho a finales de la década de 1990. Este megaproyecto
propone la construcción de dos campos de golf de 18 hoyos, un centro comercial, tres hoteles, más de 1,500 viviendas, un edificio para empleados, un centro de trauma, un centro de deportes, múltiples canchas, un centro para artistas, restaurantes, caminos, un museo y una escuela privada de kínder a duodécimo grado entre otros. A pesar de la magnitud de la propuesta, el proyecto enfrenta un fuerte rechazo por parte de la comunidad local, especialmente pescadores y grupos ambientalistas, quienes temen la degradación de los manglares y otros ecosistemas marinos. Boquerón Bay, bajo la dirección de Roberto Cacho y la corporación Cabo Rojo Land Acquisition, pretendía desarrollar un complejo turístico con marina y casino. Sin embargo, el proyecto fracasó por falta de financiamiento y acumulación de deudas, a pesar de haber recibido $193 millones en incentivos y exenciones contributivas.
En 2023, la corporación revivió la iniciativa bajo el nombre de Esencia, asegurando financiamiento extranjero a través de los hermanos británicos David y Simon Reuben, conocidos como Reuben Brothers, y la firma Three Rules Capital. Los hermanos Reuben han estado involucrados en varios escándalos a lo largo de sus carreras. Por ejemplo, en 2019, se vieron implicados en el escándalo relacionado con el comerciante de arte Inigo Philbrick, quien fue acusado de fraude por vender múltiples veces la misma obra de arte a diferentes compradores. Se reveló que los Reuben eran propietarios de Guzzini Properties Ltd., una de las entidades que reclamaba la propiedad de una obra vendida por Philbrick. Además, en 2022, enfrentaron una demanda de prestamistas EB-5 relacionada con la reestructuración de la deuda en el proyecto Century Plaza de $2.5 mil millones en Los Ángeles. Los prestamistas alegaron que los Reuben reorganizaron la estructura de la deuda para tomar el control del desarrollo, lo que llevó a disputas legales prolongadas.
Por otro lado, la firma de arquitectos Álvarez-Díaz & Villalón, conocida por sus donaciones al Partido Nuevo Progresista, lidera el diseño del proyecto Esencia. Esta firma ha estado involucrada en diversos proyectos de alto perfil en Puerto Rico, y su participación en Esencia
subraya la conexión entre desarrollos inmobiliarios y esferas políticas en la isla. Desde febrero de 2024, Cabo Rojo Land Acquisition inició el proceso de obtención de permisos ante la Oficina de Gerencia y Permisos (OGPe) y otras agencias gubernamentales. En julio de 2024, se emitió un edicto de deslinde sin la notificación adecuada a los propietarios colindantes, incluyendo el Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA). La certificación del deslinde de tres millas de costa se realizó en un solo día, un proceso cuestionable dado el tamaño del área y su difícil acceso. El desarrollador afirma que el proyecto contará con cuatro accesos públicos, pero en las vistas públicas del proceso de Declaración de Impacto Ambiental (DIA) se demostró que en realidad solo habría dos accesos y ambos serían privados. Incluso si se respetaran los accesos prometidos, el público tendría un horario limitado para acceder.
El área destinada para el megaproyecto Esencia no solo tiene una gran relevancia histórica y ecológica en términos marinos, sino que también alberga una notable diversidad de fauna y flora terrestre. En particular, la zona es hogar de especies endémicas y en peligro de extinción, lo que aumenta aún más la preocupación por los impactos que podría generar el desarrollo. Entre estas especies se encuentran la mariquita y el guabairo, dos aves que están catalogadas como en peligro de extinción
y que dependen de los ecosistemas costeros y forestales de la región para su supervivencia. La mariquita, un pájaro que habita los bosques secos del suroeste de Puerto Rico, es especialmente vulnerable a la pérdida de su hábitat debido a la expansión urbana y la alteración de su entorno natural. De manera similar, el guabairo, una especie que se encuentra principalmente en las zonas de humedales y bosques ribereños, podría enfrentar una disminución significativa en su población si se destruyen o alteran sus hábitats naturales, los cuales están justo en la zona de influencia del proyecto Esencia.
En términos marinos, la bahía en la que se proyecta el desarrollo ha sido identificada como un hábitat crítico del manatí antillano, una especie en peligro de extinción, lo que subraya la importancia de esta zona para la conservación de la fauna marina. Además, este ecosistema costero es hogar de otras especies clave, como las tortugas marinas, las praderas de hierbas marinas, los corales y las chernas, fundamentales para la biodiversidad marina. La destrucción de estos hábitats no solo afectaría a estas especies, sino que podría tener repercusiones devastadoras para la salud ecológica de la región.
La laguna Rincón, situada cerca de la zona de intervención, es un área de gran relevancia para la pesca local, especialmente para la industria de los ostiones.
Cualquier alteración en su equilibrio ecológico afectaría directamente a los pescadores locales y a la economía comunitaria. La pérdida de este recurso, tanto en términos ecológicos como económicos, podría tener un impacto profundo y duradero en la vida de las personas que dependen de ella.
El proyecto Esencia ha sido calificado como un “proyecto estratégico” por la Junta de Planificación y la Junta de Control Fiscal, lo que le otorga incentivos fiscales sustanciales. Estos incluyen:
• $497,691,636.80 en créditos contributivos, lo que representa una significativa ayuda financiera que podría desviar recursos que podrían haberse destinado a otros sectores críticos de la economía.
• Exención del 90% en el CRIM por 10 años, lo que aliviaría la carga fiscal de los desarrolladores, pero afectaría a las finanzas municipales.
• Exención total de IVU por 10 años, lo que favorece a los proyectos comerciales asociados, pero resta ingresos a las arcas gubernamentales.
• Exención del 90% en impuestos sobre ingresos por 10 años, lo que favorece a los inversionistas del proyecto a expensas de la contribución fiscal regular.
• Exención total en licencias y arbitrios de construcción por 10 años, lo que abarata los costos operativos de los desarrolladores.
Estos incentivos, si bien pueden fomentar el crecimiento económico, también pueden tener efectos negativos sobre la equidad fiscal y la sostenibilidad de las comunidades locales, que se verían privadas de estos recursos públicos que podrían haberse utilizado para la mejora de infraestructura, educación o salud.
Esencia ha generado una serie de preocupaciones ambientales que han sido respaldadas por diversas agencias federales. La Agencia Federal de Pesca y Vida Silvestre ha expresado su inquietud por los posibles impactos que la construcción podría tener en especies protegidas, como el manatí antillano y la tortuga carey. La construcción en la zona de Los Pozos podría generar escorrentías y sedimentación, lo que afectaría gravemente los ecosistemas marinos y el refugio de vida silvestre cercano.
Además, la intervención en las áreas terrestres de la zona afectaría a especies clave como la mariquita y el guabairo, cuyas poblaciones ya están amenazadas por la pérdida de hábitat. La alteración de los ecosistemas de bosques secos y humedales podría ser catastrófica para estas aves, poniendo en peligro su supervivencia a largo plazo.
El Refugio de Vida Silvestre cercano también podría verse gravemente afectado por las obras de drenaje y la sedimentación derivada de la construcción. Esto comprometería tanto la biodiversidad como los servicios ecosistémicos que son esenciales para las comunidades que dependen de ellos para su sustento, como la pesca y el ecoturismo.
Esencia no es viable, precisamente porque los daños que ocasionaría a los ecosistemas locales y a las especies en peligro de extinción serían irreversibles. La destrucción de hábitats críticos y la alteración de los recursos naturales, como la laguna Rincón, no solo afectaría a la biodiversidad, sino que también tendría repercusiones devastadoras para las economías locales y para la calidad de vida de las comunidades cercanas. Por lo tanto, este megaproyecto constituye una amenaza directa e inmediata para la preservación de la naturaleza y el bienestar de las generaciones presentes y futuras.
Este desarrollo representa una amenaza irreversible para los ecosistemas costeros de Cabo Rojo y su rica biodiversidad. La acelerada permisología, la falta de transparencia y las exenciones fiscales masivas otorgadas sin una evaluación ambiental adecuada son razones fundamentales por las cuales este proyecto no puede ser aprobado. La alteración de hábitats críticos para especies en peligro de extinción, como el manatí antillano, la mariquita y el guabairo, así como la destrucción de valiosos recursos arqueológicos y pesqueros pone en riesgo no solo la fauna y la flora locales, sino también la economía y el bienestar de las comunidades que dependen de estos recursos naturales.
Es imprescindible que se priorice la protección de esta zona y que las autoridades, junto con la sociedad civil, se unan en defensa del patrimonio natural y cultural que representa. La construcción de Esencia no es viable, y en su lugar, debemos velar por la preservación de estos ecosistemas para las generaciones futuras, garantizando su sostenibilidad y protección ante proyectos que busquen sacrificarlos en nombre de un supuesto desarrollo económico.
Cynthia Burgos López, ecóloga paisajista, experta en manejo ambiental y directora ejecutiva de La Maraña
Estimados representantes:
Hace varias semanas el Centro de Periodismo Investigativo publicó una nota titulada “Colocan a Puerto Rico entre los 10 países del mundo más afectados por la crisis climática” para el año 2022, según un índice científico que analiza los efectos de los fenómenos meteorológicos, climáticos e hídricos extremos en términos de pérdidas económicas y humanas. El informe destaca que, a pesar de pertenecer al grupo de países de ingresos altos, Puerto Rico sigue siendo altamente vulnerable al cambio climático. Esto evidencia que contar con mayores recursos económicos no garantiza una mejor protección si no se implementan medidas concretas de mitigación y adaptación. La vulnerabilidad de Puerto Rico ante la crisis climática no radica en la falta de recursos, sino en la ausencia de estrategias efectivas de planificación y manejo del territorio que integren principios ecológicos y resiliencia ambiental (Méndez, 2025). La viabilización de propuestas como la de Esencia es parte los mismos patrones que han llevado al archipiélago a ocupar estos índices al priorizar un modelo de desarrollo desconectado de la realidad del lugar.
Esto se amplifica con la denominación de “Proyecto Estratégico” por parte de la Junta de Planificación1 a un proyecto que carece de una comprensión profunda del contexto y de la escala de los efectos que genera sobre los sistemas económicos, naturales y sociales, así como sobre la infraestructura y los ya limitados recursos de la región. La fragmentación de ecosistemas, la alteración de zonas de amortiguamiento y la conversión de áreas naturales en superficies impermeables no son impactos ¹ Mediante la Ley Núm. 75, citada, conocida como la “Ley Orgánica de la Junta de Planificación de Puerto Rico”, se le concedieron a la Junta de Planificación (Junta) diversos poderes con el propósito de guiar el desarrollo integral de la Isla de modo coordinado, adecuado, económico, el cual, de acuerdo con las actuales y futuras necesidades sociales y los recursos humanos, ambientales, físicos y económicos.
aislados que se limitan al área inmediata del proyecto. Son procesos que amplifican la vulnerabilidad climática y debilitan la resiliencia de toda la región.
Evaluar este proyecto desde una escala territorial y ecosistémica más amplia es indispensable para comprender sus verdaderas implicaciones. Limitar el análisis a los límites administrativos de los predios invisibiliza las interconexiones ecológicas, hidrológicas y sociales que sustentan la funcionalidad de los ecosistemas y comunidades colindantes. Este enfoque fragmentado ha sido identificado como una de las principales causas de la degradación ambiental y territorial (Harris, 2005). Por tanto, es imprescindible adoptar un enfoque de cuenca y paisaje, que evalúe las repercusiones ambientales, sociales y económicas a escala ecosistémica y regional, reconociendo las interdependencias entre las reservas naturales, los cuerpos de agua y las comunidades locales (Gould et al., 2017). Esto es clave en un contexto de cambio climático y vulnerabilidad acumulada en el territorio insular.
A continuación, puntualizo algunos temas que son fundamentales profundizar para validar los argumentos previamente planteados:
Localización y definición apropiada del contexto. Es fundamental que la localización y los ecosistemas colindantes sean descritos con precisión, reflejando su verdadera naturaleza y valor ecológico. No deben presentarse de manera genérica como “cuerpos de agua”, “caños” o “carreteras”, sino identificarse con exactitud, asegurando que la información refleje la realidad del entorno. Tanto las descripciones de localización de proyectos como la delimitación de las áreas colindantes deben ser más detalladas y reales, ya que la información actualmente presentada distorsiona y amaña su importancia ambiental y territorial. La integridad ecológica de las áreas protegidas depende en gran medida de la gestión efectiva de los paisajes circundantes, ya que las actividades externas pueden alterar los flujos hidrológicos, fragmentar hábitats e introducir contaminantes, comprometiendo así los objetivos de conservación dentro de la propia
área protegida (Hansen & DeFries, 2007). Esta distinción es crítica, ya que la proximidad a reservas naturales conlleva un nivel de sensibilidad ambiental significativamente más alto, lo que debería traducirse en criterios estrictos de planificación y desarrollo territorial para evitar la degradación del ecosistema. Asimismo, es imprescindible resaltar que el proyecto no solo colinda con el Refugio de Vida Silvestre de Boquerón, si no que se ubica dentro del área de influencia del Refugio de Vida Silvestre de Cabo Rojo, en ocasiones a menos de 1,000 pies del límite del proyecto. En otras palabras, este desarrollo de consumo masivo se plantea entre dos reservas naturales que se alimentan del agua que cae en las tierras en donde se plantea el proyecto.
Comunicaciones del proyecto no están alineadas con las acciones planteadas en la Declaración de Impacto Ambiental. Un proyecto de esta envergadura debe incluir un proceso amplio de participación pública, que no se limite únicamente a vistas públicas, sino que garantice instancias de consulta directa y toma de decisiones compartidas con la comunidad. La necesidad de este enfoque participativo es aún más evidente considerando las declaraciones del propio redactor del memorial explicativo, quien afirmó públicamente para News is My Business: “It’s a project that becomes part of the community”, pero no hay acciones concretas
en el documento que validen la manera en la que se está vendiendo el proyecto. Por otro lado, y cito: “De igual forma, los pescadores del área se beneficiarán del proyecto propuesto, ya que podrán ofrecer para la venta sus productos en los mercados a crearse dentro del Proyecto, así como a los residentes y operadores de los múltiples restaurantes y negocios recreativos propuestos en el complejo turístico.” Este planteamiento parte de una asunción personal y no de una consulta directa con la comunidad pesquera. En mi experiencia colaborando con este sector, y sin querer hablar por ellos, los pescadores no buscan ser absorbidos por desarrollos turísticos, sino contar con acceso libre a sus costas y sus villas pesqueras, espacios donde puedan ejercer su oficio, mantener sus prácticas tradicionales y fortalecer su comunidad.
Para afirmar que una población se beneficiará de un proyecto, es imprescindible preguntarle directamente a quienes serán impactados y no asumir sus intereses o necesidades. La integración de un sector en un modelo económico ajeno a su dinámica tradicional no equivale automáticamente a un beneficio. En ausencia de evidencia de que los pescadores fueron parte del diseño del proyecto y que este responde a sus expectativas y necesidades reales, esta propuesta carece de fundamento y podría, en lugar de beneficiarles, alterar
su forma de vida y limitar su acceso a los ecosistemas que sostienen su actividad económica sostenible actual.
Si realmente se busca hacer lo que se dice cuando se está vendiendo el proyecto, el mismo debe diseñarse e implementarse con su participación activa desde el inicio, garantizando que sus voces, preocupaciones y necesidades sean reflejadas en la planificación y ejecución del desarrollo. El que no existan acciones concretas de parte de los proponentes en cuanto a temas comunitarios es una clara muestra de que las comunicaciones del proyecto no están alineadas con las acciones.
Impacto al suelo y a los ecosistemas
Y cito: “Esencia se presenta como un desarrollo de baja densidad, ya que se estima que ocupará menos del 25% del total de los terrenos, de los cuales un 15% será ocupado por huellas de edificios y 10% por calles de acceso y otros componentes de infraestructura. El restante 75% de los terrenos objeto de desarrollo se propone como áreas verdes, incluyendo amplias áreas de paisajismo, dos campos de golf y áreas a designarse como zonas de conservación.” En este caso, la cabida del terreno y la cabida del proyecto son equivalentes, validando que habrá intervención en el 100% del área, lo que significa que no se dejarán zonas sin alteración, en total contradicción con la Ley de Especies en Peligro de Extinción (Endangered Species Act, 1973). En esta coyuntura destaco el concepto de conservación y su significado. La conservación según la Ley de Especies de Peligro de Extinción significa el uso de todos los métodos y acciones necesarios para lograr que cualquier especie en peligro o amenazada se recupere al punto de que ya no necesite protección bajo esta Ley. No se trata de destruir un área, intervenirla y luego sembrar para llamarlo conservación.
Por ejemplo, Leader-Williams et al. (2011) definen la conservación como “acciones que aumentan directamente las probabilidades de que los hábitats y las especies persistan en estado silvestre”- contrario en su totalidad a lo planteado en el documento. La conservación planteada en el proyecto carece de sustancia, ya que no surge de un análisis ecológico que identifique y proteja áreas de alto valor ambiental desde la fase inicial de diseño. Un enfoque verdaderamente sostenible requeriría que la preservación de áreas críticas- como zonas de recarga y zonas de amortiguamiento, fuera un criterio prioritario en la planificación del proyecto, en lugar de una medida compensatoria sin fundamento ecológico. Las áreas verdes según descritas en el documento actual solo cumplen un rol estético, recreativo y de jardinería. Solo cumplirían una función ecológica real si permanecieran sin intervención, manteniendo su estructura natural y contribuyendo a la conservación del ecosistema original. Sin embargo, al estar sujetas a modificación, paisajismo o transformación en áreas recreativas, su capacidad para sostener los procesos ecológicos y la biodiversidad desaparecerá. Si realmente existieran espacios de importancia ecológica para los proponentes dentro del proyecto que debieran ser protegidos desde el inicio, permitiendo que las estrategias de diseño se ajustaran para garantizar su preservación efectiva. En cambio, cuando la “conservación” se presenta como un elemento secundario o compensatorio dentro del proyecto, sin haber definido primero qué áreas requieren protección, básicamente es lo mismo que jardinería. Es crucial definir qué se considera “áreas verdes” y “paisajismo” dentro del proyecto, ya que estos términos suelen ser utilizados como espacios estéticos consistiendo en espacios con césped ornamental, especies exóticas o jardines diseñados con criterios estéticos. Esta “conservación” que se plantea es el tipo de intervención que impone una presión adicional
Los caminos dentro de la zona del desarrollo hotelero son de dificil acceso.
sobre las especies locales, al generar competencia con flora y fauna local, necesitar grandes cantidades de agua y fertilizantes que terminarán en los cuerpos de agua.
Un manejo integrado y planificado de cuencas —enfoque indispensable para proyectos de esta magnitud— debe partir del reconocimiento de que el área propuesta para el desarrollo se encuentra en la confluencia de dos cuencas hidrográficas la del Valle de Lajas y la del Valle Costero de Lajas (USGS, 2025). Esta división es crítica, ya que define que las aguas superficiales fluyen hacia el norte en el caso de la cuenca del Valle de Lajas y hacia el sur en la cuenca del Valle Costero de Lajas, terminando en ambos casos en los Refugios de Vida Silvestre de Boquerón y Cabo Rojo, respectivamente. Este comportamiento hidrológico evidencia que ambos refugios, y el agua potable de la región, dependen directamente de la calidad y cantidad de agua que fluye en el área donde se propone el proyecto.
Estos refugios son esenciales porque proveen servicios ecosistémicos clave para toda la región, tales como regulación climática, control de inundaciones, protección costera, provisión de agua y captura de carbono. Estos servicios no solo son vitales para la salud ambiental, sino que también sustentan la economía local a través de actividades sostenibles como el ecoturismo y la pesca responsable, además de contribuir a la resiliencia comunitaria ante el cambio climático. A su vez, estos refugios cumplen funciones sociales, culturales y educativas fundamentales, al servir como espacios de educación ambiental, generación de conocimiento científico, recreación al aire libre y preservación del patrimonio natural de la región. La alteración de las zonas de amortiguamiento reduciría severamente la capacidad de estos ecosistemas de seguir brindando estos servicios esenciales, desencadenando impactos ambientales, sociales y económicos en cascada que comprometerían el bienestar, la seguridad hídrica y la estabilidad económica de las comunidades de todo el suroeste de Puerto Rico.
El desarrollo propuesto, que incluye 5,000 inodoros, duchas y bañeras, junto a extensos campos de golf, representa una intervención masiva que interceptará el flujo de agua actual que se encuentra en precariedad denunciado desde hace más de 20 años ya por las comunidades locales. En adición, el uso intensivo de químicos, agua, sumado al aumento en descargas residenciales, pone en riesgo directo la salud de los ecosistemas y la seguridad hídrica de las comunidades locales.
Según el documento, el concepto de desarrollo y planificación de Esencia se basa en cinco (5) principios fundamentales de protección y mejora de los recursos naturales, entre ellos: la protección de la zona costera para promover resiliencia; la protección de corredores de drenaje natural; la preservación de áreas con pendientes mayores de 30%; la protección de zonas de mangle; y la protección y mejora de áreas de humedales. Estos principios son meramente retóricos, ya que ni el memorial explicativo, ni las imágenes presentadas, ni otros documentos oficiales evidencian acciones concretas para su implementación, por lo que deben ser eliminados.
Un ejemplo lo es la idea de que los corredores naturales y áreas de campos de golf servirán para facilitar la conectividad entre las áreas de conservación. Esto es una afirmación errónea que carece de veracidad científica. Un campo de golf no cumple las funciones de un corredor ecológico, ya que está compuesto por superficies artificiales, vegetación exótica y manejo extractivo e intensivo de agua y químicos, elementos que no favorecen la conectividad, la calidad del agua, ni la biodiversidad local. En lugar de fortalecer el paisaje, este tipo de desarrollo introduce barreras artificiales y alteran los flujos naturales de especies, recursos y procesos ecológicos. Adicional ha sido ampliamente investigado que los campos de golf, particularmente en regiones con escasez de agua- como Cabo Rojo-, ejercen una enorme presión sobre los recursos hídricos locales, a menudo agotando acuíferos y desviando agua de ecosistemas esenciales (Millington & Wilson, 2016). Por lo tanto, esta sección debe ser eliminada del documento, ya que carece de fundamento y contradice los principios de las disciplinas científicas de manejo del paisaje. El proyecto, tal como está diseñado, no protege ni mejora los recursos naturales, sino que los fragmenta, impermeabiliza, sedimenta, destruye zonas de amortiguamiento y les altera de manera irreversible ignorando aspectos fundamentales de la Ley de Agua Limpia (Clean Water Act, 1970).
Plan de Ordenamiento Territorial (POT) del municipio de Cabo Rojo
En el mismo se establece la protección de áreas de alto valor cultural, ecológico, agrícola y escénico, incluyendo el Faro de Los Morillos, la Ciénaga Bajura, la Reserva Guaniquilla, el Refugio de Aves y Vida Silvestre, las playas, salinas, humedales y acuíferos, el Bosque Estatal de Boquerón y las reservas agrícolas de Guanajibo y Lajas. Sin embargo, el documento no presenta estrategias concretas de conservación para estos espacios, sino que
Humedales de la franja de costa de la Bahía de Boquerón.
plantea que su protección se logrará a través del desarrollo de infraestructura turística destinada a “facilitar las operaciones de proyectos existentes y futuros”.
Este planteamiento carece de sustento técnico y científico, ya que no se explica ni se justifica cómo la construcción de infraestructura turística, áreas verdes y campos de golf van a garantizar la protección de ecosistemas sensibles. El desarrollo de infraestructura no equivale a conservación, y, de hecho, en muchas ocasiones representa una amenaza directa para la integridad ecológica del área si no se diseña bajo principios de desarrollo sostenible. Se recomienda eliminar que cumple con el POT Cabo Rojo ya que según la DIA no hay información que valida esto.
Acceso a la costa Y cito: “El proyecto propone mejorar el acceso público a la costa con el objetivo de fomentar el uso y disfrute responsable de los recursos costeros. Para ello, plantea la creación de cuatro accesos vehiculares a la playa, cada uno con instalaciones sanitarias y áreas de estacionamiento para el público en general, asegurando su cumplimiento con la reglamentación vigente. Además, se prevé la inclusión de accesos peatonales seguros, con distancias caminables hacia la costa para facilitar la llegada de las personas a la playa.” Sin embargo, ¿cómo puede considerarse una mejora al acceso
la creación de cuatro accesos en 2 km de costa que actualmente están abiertos? En lugar de facilitar el acceso, la implementación de estas infraestructuras será una barrera hacia el libre uso de la costa, imponiendo un modelo de control y regulación que limita el derecho de las personas a disfrutar de estos espacios sin barreras físicas ni económicas. El acceso a la costa es un derecho garantizado en Puerto Rico y no debe depender de infraestructura ni de propietarios privados. Esto está claramente estipulado en Ley de Puertos y Costas (Ley 1511979)- Reglamento de la Zona Marítimo-Terrestre.
La implementación de infraestructura que centralice y regule el acceso, puede restringir el uso libre y equitativo de estos espacios, afectando el disfrute de la comunidad y promoviendo un modelo de exclusión en áreas que son y han sido históricamente de acceso público. Las aguas abiertas y las playas que se han convertido en espacios restringidos y, en ocasiones, en enclaves privatizados desarrollados desde el extractivismo, han provocado la pérdida de biodiversidad y, en particular, la disminución de las poblaciones de peces. Proyectos de infraestructura costera y marina a gran escala, han destruido hábitats importantes. Estas profundas transformaciones socioecológicas han tenido un impacto en las geografías de acceso y control de recursos, y, en consecuencia, en la capacidad de distintos actores para acceder, utilizar y
beneficiarse de los espacios costeros y marinos (Hein et al., 2024)
Ante un clima cambiante y una condición insular
Los riesgos en las costas se han intensificado con la erosión costera, el aumento en el nivel del mar y las marejadas ciclónicas. Estos fenómenos han convertido las costas de Puerto Rico en una de las preocupaciones ambientales más urgentes. Cualquier nueva infraestructura en zonas costeras debe ser planificada bajo escenarios de vulnerabilidad climática, evitando intervenciones que comprometan la sostenibilidad y resiliencia del área a largo plazo. Sin embargo, en las imágenes del proyecto se observa construcción dentro de la costa arenosa, lo que evidencia una falta de consideración por estos riesgos. Resulta inadmisible que una propuesta de este tipo continúe cuando la evidencia empírica demuestra, con cada evento climático, los impactos adversos de la construcción en zonas costeras vulnerables. Las estructuras rígidas ubicadas en la costa sufren daños significativos y, en lugar de mitigar los efectos del oleaje y la erosión, aumentan la vulnerabilidad de la región. En contraste, los sistemas naturales, como costas arenosas, lagunas, manglares y humedales, actúan como barreras de protección, absorbiendo la energía de las marejadas y reduciendo la degradación de la línea costera.
Ignorar esta realidad y persistir en el desarrollo de infraestructura en zonas de playa, no solo compromete la estabilidad ambiental de la zona, sino que también traslada los costos de mantenimiento y recuperación a los fondos públicos, generando un impacto económico negativo para toda la sociedad. La planificación costera debe fundamentarse en evidencia científica y en las lecciones aprendidas de eventos climáticos previos, priorizando soluciones basadas en la naturaleza que fortalezcan la capacidad de adaptación y mitigación del territorio frente al cambio climático.
A modo de concluir, no se puede afirmar que el proyecto no tendrá impacto en la reserva simplemente porque sus límites administrativos no la atraviesan. El paisaje no responde a divisiones arbitrarias impuestas por la planificación urbana o los marcos legales, sino a las dinámicas de los procesos ecológicos y las interacciones físicas que lo configuran. Los ecosistemas operan como redes interconectadas, donde cualquier alteración en un área adyacente puede desencadenar efectos significativos en el flujo hídrico, la biodiversidad y la estabilidad del suelo, comprometiendo la integridad del sistema en su totalidad. El proyecto Esencia no responde al contexto local, social, ecológico y económico, sino que representa un modelo de turismo extractivo con efectos detrimentales sobre la sociedad y los recursos naturales que pertenecen al colectivo.
El proyecto Esencia en Cabo Rojo no cumple con la Ley de Política Pública Ambiental de Puerto Rico (Ley 4162004, según enmendada). La ley exige que cualquier intervención en el territorio contemple la interconexión de los sistemas naturales y sociales, algo que el proyecto ignora al limitar su análisis a los límites administrativos de la propuesta. Al promover la urbanización de áreas de alto valor ecológico, incluyendo zonas de amortiguamiento costero y de áreas protegidas, el proyecto aumenta la fragmentación de ecosistemas, la destrucción de áreas de amortiguamiento y la impermeabilización de suelos, lo que agrava la vulnerabilidad climática de la región y pone en riesgo los servicios ecosistémicos esenciales para la protección de las comunidades y la infraestructura púbica costera. Además, el proyecto incumple con el principio de precaución que establece la obligación de prevenir daños ambientales ante la ausencia de certeza científica sobre sus efectos a largo plazo, especialmente en un entorno costero frágil y expuesto a eventos climáticos extremos. Lejos de responder a un modelo
Foto: Raúl Omar Ortíz Arroyo
de desarrollo sostenible, el proyecto Esencia perpetúa un patrón de desarrollo desordenado orientado a sectores económicos ajenos a las necesidades locales, desconectado de las capacidades del territorio y de las dinámicas sociales y ambientales de Cabo Rojo.
Al no considerar el impacto acumulativo de desarrollos previos, presentes y futuros en la región, Esencia evade una evaluación ecosistémica amplia, lo que contraviene la visión de manejo integrado de cuencas y zonas costeras que la diversidad de leyes mencionadas en este documento promueve. Por último, el proyecto no garantiza (ni ha llevado a cabo) un proceso de participación pública informado y transparente, al no ofrecer información clara, accesible y comprensiva sobre los impactos reales de la propuesta a escala regional. Esto limita el derecho de las comunidades a evaluar adecuadamente los riesgos y a exigir procesos de planificación participativa, en violación de los principios fundamentales de la política pública ambiental de Puerto Rico.
Desde La Maraña, organización comprometida con el desarrollo sostenible de Puerto Rico, instamos a las agencias pertinentes a detener el proyecto de Esencia y no seguir viabilizando modelos de desarrollo cuyos beneficios son a costa de los recursos del pueblo de Puerto Rico con impactos negativos que han sido ampliamente documentados a nivel social, económico y ecológico. No permitan que Cabo Rojo se convierta en el próximo mal ejemplo.
Listado de leyes y reglamentos en posible incumplimiento Ley de Aguas de Puerto Rico (Ley Núm. 136 de 1976) Estatal. Regula el uso, conservación y distribución de las aguas de Puerto Rico. Redirige y sobre asigna un recurso limitado, agravando la escasez documentada en la región de Boquerón.
Reglamento para la Protección y Conservación de los Recursos de Agua de Puerto Rico (DRNA) Estatal. Establece normas para el uso sostenible y la protección de cuerpos de agua y acuíferos. Riesgo de sobreexplotación de acuíferos y salinización por extracción excesiva.
Ley de Política Pública Ambiental de Puerto Rico (Ley Núm. 416 de 2004) Estatal. Establece la política pública de protección ambiental y desarrollo sostenible. El proyecto amenaza recursos naturales críticos y compromete la sostenibilidad hídrica de la región.
Plan de Ordenación Territorial de Cabo Rojo Municipal. Regula el uso del suelo y la protección de áreas con limitaciones ambientales. El proyecto no es compatible con la disponibilidad hídrica ni con las capacidades de infraestructura existente.
Plan Especial de Boquerón (2008) Estatal. Documento oficial que reconoce la precariedad hídrica de la región y establece directrices de planificación. Ignora las restricciones de desarrollo vinculadas a la escasez de agua documentada.
Ley de Aguas Limpias (Clean Water Act) Federal. Regula la descarga de contaminantes y protege las aguas superficiales y subterráneas. Posible afectación de calidad de agua por aumento en descargas de aguas residuales o escorrentías.
Ley de Conservación y Recuperación de Recursos (RCRA) Federal. Regula el manejo de residuos sólidos y peligrosos, incluyendo los generados por desarrollos a gran escala. Aumento en generación de residuos sin un plan adecuado de manejo, afectando cuerpos de agua cercanos.
Ley de Política Pública de Acceso Equitativo a la Vivienda en Puerto Rico (Ley 10-2017) Estatal. Promueve el acceso justo y equitativo a la vivienda para poblaciones vulnerables, incluyendo protección contra el desplazamiento forzado por desarrollos de lujo o turísticos. El proyecto puede contribuir a la gentrificación y al desplazamiento de residentes locales al fomentar el aumento del valor de propiedades y servicios en la zona.
Ley Federal de Especies en Peligro de Extinción (Endangered Species Act) Federal. Protege hábitats críticos y especies amenazadas o en peligro. Afectación potencial de hábitats sensibles, especialmente humedales costeros y sistemas cársticos interconectados.
Bibliografía
Ley de Política Pública sobre Desarrollo Urbano y Planificación Integral de Puerto Rico (Ley Núm. 550 de 2004) Estatal. Establece que todo desarrollo debe considerar la preservación de comunidades existentes, evitar el desplazamiento y garantizar acceso asequible a vivienda. Promueve un modelo de desarrollo turístico y de lujo incompatible con la realidad socioeconómica local, aumentando presión sobre comunidades costeras.
Reglamento Conjunto de Permisos para Obras de Construcción y Uso de Terrenos (OGPe) Estatal. Regula la viabilidad de proyectos según zonificación, infraestructura y recursos disponibles. Inviabilidad por falta de agua para los usos propuestos, incumpliendo requisitos de infraestructura básica.
Ley de Planificación de Puerto Rico (Ley Núm. 75 de 1975) Estatal. Establece los procesos de planificación y ordenación territorial. Desarrolla en un área sin capacidad hídrica suficiente, violando principios de uso sostenible y planificación ordenada.
Ley de Zonas Especiales de Puerto Rico Estatal. Protege áreas con valor ambiental, histórico o socialmente significativo. El área de Boquerón y sus acuíferos costeros son ecosistemas vulnerables que deben protegerse.
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Méndez González, L. (2025) Colocan a Puerto Rico entre los 10 países del mundo más afectados por la crisis climática. Centro de Periodismo Investigativo.
Héctor Quintero Vilella, MS, PhD. Ecólogo
Mi nombre es Héctor Quintero Vilella, cursé estudios para los grados de bachiller y maestría en Biología en el Recinto Universitario de Mayagüez y el doctorado en Ecología en la Universidad del Estado de Florida en Tallahasse. Trabajo como profesor en la Universidad Interamericana, Recinto de San Germán donde dicto cursos de Ecología y Evolución. He realizado varias investigaciones con el Manatí Antillano y estudios poblacionales de mariposas. También, desde 1990 he trabajado como Consultor Ambiental realizando más de 250 estudios de campo para diversos proyectos. Los estudios incluyen Análisis de Flora y Fauna, Determinación de Humedales Jurisdiccionales, Categorización de Hábitat y Estudio de Corte y Poda. Otras actividades incluyen, restauración de hábitats, siembra de manglares y de yerbas marinas. En este documento presento comentarios a la Declaración de Impacto Ambiental (DIA) del proyecto propuesto Esencia con fecha de enero de 2025.
Comentarios Generales
Densidad del Proyecto Propuesto. – Violación 1
En la DIA y, en algunos de los anejos, se indica que el proyecto es de baja densidad al solo ocupar menos del 25% del área; esto es, 15% por la huella de los edificios y un 10% que corresponde a las calles y otras estructuras. En la página 243 se trata de justificar la baja densidad al indicar que “el proyecto propone una densidad aproximada de una (1) unidad de vivienda básica (u.v.b.) por cada 2,600 metros cuadrados de terreno.” Sin embargo, esta justificación considera únicamente las unidades de vivienda. No contempla los impactos por calles, escuela, áreas comerciales, hoteles, campos de golf, áreas de paisajismo y otros. Tampoco, está respaldado por información científica relacionada a los impactos a sistemas naturales pues no se considera el desparrame urbano ni otros impactos directos, indirectos y acumulativos. Se viola el Reglamento 8858 pues para calcular la densidad solo se consideran las
unidades de vivienda, se omiten otros componentes que impactaran los recursos y no se presenta evidencia científica y confiable que considere el desparrame urbano ni otros impactos directos, indirectos y acumulativos.
Abastos de Agua – Violación 3
El Reglamento No. 8858, Regla 123 Sección B # 7-e. (Infraestructura disponible) indica: “el consumo estimado y abasto de agua”. Para el proyecto se contemplan dos alternativas para el suministro de agua, una es la hincada de pozos para sustraer agua del acuífero y la otra usar agua del Canal de Riego de Lajas que nutre a la Planta de Betances de la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados (AAA). No hay evidencia científica que indique que el acuífero o la AAA tiene el abasto de agua necesario para suplir el proyecto sin afectar a las comunidades.
Charcas de retención de escorrentías de agua pluvial – Violación 5 En la página 198 de la DIA se indica que se construirán charcas de retención de agua pluvial en 27.53 cuerdas. En la página 76 se indica que estarán en las áreas del campo de golf, pero no se especifica la ubicación. También se indica que las aguas de escorrentías alejadas de los campos de golf se almacenarán en charcas, pero no se provee la ubicación. En esa misma página se indica; “Además, se tiene que considerar la inclusión de medidas que mejoren la calidad del agua antes de ser descargada, tales como, revestir los canales con grama, añadir a las charcas de almacenamiento tratamientos biológicos y de sedimentación, creación de humedales, entre otros.” El tratamiento biológico y de sedimentos tendrá un impacto negativo en los manglares colindantes ya que afectará la calidad natural del agua y los sedimentos con nutrientes necesario para la salud del manglar.
Falta de información de especies en peligro de extinción. El Reglamento No. 8858 y la Regla 123 Sección B # 1 requiere que; “En aquellos casos donde se identifiquen o encuentren especies vulnerables o en peligro de extinción, según definido por la reglamentación estatal o federal, se deberá incluir información relacionada con su distribución, abundancia relativa, cadenas alimentarias, habitáculos, y las relaciones entre las especies existentes;” Énfasis añadido.
No
con los requisitos del
del
Se sustituye un plano a una escala apropiada por esta foto aérea donde se pierde el detalle y no presenta todos los componentes principales.
Guabairo (Antrostomus noctitherus) – Violación 10
No se incluye información de la abundancia relativa, cadenas alimentarias o relación con otras especies. En la página 49 de la DIA se menciona la abundancia en otros lugares y se especula sin evidencia científica indicando “Los datos recopilados y las observaciones de campo concuerdan con las investigaciones más recientes respecto a la distribución y abundancia del Guabairo” También se indica; “No existen datos poblacionales recientes (incluyendo estudios en el área del proyecto).
Se indica que los datos recopilados y observaciones de campo concuerdan con otras investigaciones en otras localidades, pero no se presenta evidencia científica, es especulación.
Mariquita (Agelaius xanthomus) – Violación 11
No se incluye información de la abundancia relativa, cadenas alimentarias o relación con otras especies. En la página 48 de la DIA hay comentarios especulativos sin evidencia de la abundancia y se concluye que; “Sin embargo, basado en la cantidad de individuos observados, su abundancia en el área aparenta ser baja” (Énfasis añadido). No hay estudios científicos específicos para esta especie según se requiere, se hace un comentario subjetivo, “su abundancia aparenta ser baja”.
Otras especies
En la DIA se señalan otras especies, pero solo se indica la localidad. No se ofrece información de abundancia
relativa y otros requisitos. No se incluye un mapa de vegetación. Solo se presenta información de la abundancia de árboles.
Información requerida no presenta en la DIA – Violación 12
En la página 160 se hace referencia a la contaminación lumínica pero solo se considera la zona costera referencia a la costa y a la ZMT (Zona Marítimo Terrestre). Se indica que se cumplirá con lo establecido por el Servicio Federal de Pesca y Vida Silvestre relacionado a las tortugas marinas. La contaminación lumínica no solo afecta a las tortugas marinas. En sistemas terrestres es muy perjudicial pues afecta, entre otros, los ritmos circadianos de muchas especies de animales y causa impactos significativos a poblaciones de insectos que son esenciales en el balance de las comunidades.
Deficiencias en el Estudio de Flora y Fauna – Violación 15. El Reglamento No. 8858, Regla 123 Sección C indica; “C. Cuando sea necesario incluir un análisis o información altamente especializada, estos se incluirán como apéndices o referencias bibliográficas. Las conclusiones científicas presentadas serán sustentadas con datos correctos y actualizados”. Los objetivos de un estudio de flora y fauna para un desarrollo son identificar las especies, determinar la abundancia relativa, identificar la localidad de las comunidades, determinar los posibles impactos
A No Impacto
Corredores Naturales Paisajismo
Figura 2. Áreas de mitigación, del Anejo 11. (Modificada). Esta figura detalla las áreas de mitigación, pero también demuestra que el reclamo de que solo se impactará el 25% del terreno es falso. directos, indirectos y acumulativos y ofrecer sugerencias para proteger los recursos naturales.
En el Estudio de Flora y Fauna no hay un mapa detallado que identifique la localidad de la mayoría de las comunidades; solo se presentan fotos aéreas con la localidad de las especies en peligro de extinción. En la DIA se hace referencia a áreas que no deben ser impactadas, tales como áreas de anidaje del Guabairo, pero no se indican las localidades. Por ejemplo, en la página 39 de la DIA se indica; “Para minimizar los impactos negativos en la flora y fauna terrestre, se implementarán medidas de mitigación y conservación durante todas las etapas del proyecto, tales como la identificación y protección de áreas clave para la biodiversidad…” Estas áreas no se detallan en el Estudio de Flora y Fauna.
B – Comentarios Específicos
Áreas Impermeabilizadas Áreas de mitigación
El análisis de las áreas de mitigación en la DIA demuestra que se incluye información falsa para cuantificar esas áreas y justificar que el 75% del terreno
se propone como áreas verdes. En la página 50 de la DIA se señalan esas medidas, también en el Anejo 11, Solicitud para Certificación de Categorización de Hábitats Naturales para la Vida Silvestre Esencia, Cabo Rojo, PR. En la DIA se indica:
“Las medidas de mitigación propuestas por el impacto a la flora y fauna del área se pueden resumir en lo siguiente:
• Conservación de áreas naturales y ecosistemas existentes que comprenden un total de 386.7 cuerdas.
• Creación de corredores naturales que comprenden un total de 251.9 cuerdas.
• Creación de 547 cuerdas de áreas verdes no impermeabilizadas, divididas en:
• Creación de 27.53 cuerdas de charcas de retención de agua pluvial conceptualizadas para fomentar su uso por vida silvestre.
• 318.27 cuerdas de áreas de paisajismo
• 201.2 cuerdas de áreas de campos de golf”
• En la Figura 3 del Anejo 11 de la DIA se detallan estas zonas.
Zona de No Impacto
El área marcada con la letra A en la Figura 2 corresponde a áreas de no impacto, en verde oscuro. Se demuestra claramente que se exagera la cobertura pues en muchas porciones el área colinda justo con una residencia. Al analizar la Figura 1 que aparece en el anejo de la DIA, se aprecia que esta zona incluye los solares de aproximadamente el 60% de las residencias. Los solares no se pueden considerar como áreas de no impacto pues los propietarios usarán el solar a su conveniencia y no permitirían tener un bosque seco al abrir la puerta del patio. Esto es otro ejemplo de información falsa.
Zona de paisajismo
El área marcada con la letra B corresponde a la zona de paisajismo. Se observa en la Figura 2 que algunas residencias tienen parte del terreno con esa categoría. Un patio de una casa con plantas ornamentales no representa un área natural, aunque se siembren especies de árboles y plantas nativas, pues hay muchas funciones del ecosistema que se pierden y cambian los factores abióticos como la temperatura y humedad. También se incluyen las áreas contiguas a otras edificaciones como lo que aparenta ser un hotel cerca de Punta Melones al oeste y un parque de pelota en lo sección sur-central. Esto es otro ejemplo de información falsa.
Zona de corredores naturales
El área marcada con la letra C corresponde a corredores naturales. Principalmente se encuentran entre los hoyos del campo de golf y en el borde de las calles. Esta zona es parecida a la zona de paisajismo y en los campos de golf estará impactada por el continuo movimiento de personas en los carritos de golf. Se sembrarán especies ornamentales y aunque se siembren especies de árboles y plantas nativas se perderán muchas funciones del ecosistema como ya se señaló y cambian factores como temperatura y humedad. Esto es otro ejemplo de información falsa.
Zona de campos de golf
El área marcada con la letra D corresponde a los campos de golf. Los campos de golf, aunque son áreas verdes con vegetación, son áreas en que se impacta la topografía, se destruye gran parte de la fauna y flora original y la vegetación se remplaza principalmente con gramíneas y otras especies usadas para paisajismo. En los campos de golf la biodiversidad es limitada y se afectan la mayoría de las funciones del ecosistema original de bosque seco prevaleciente en el área. Los campos de golf en el proyecto propuesto impactan la corteza terrestre, la vegetación y la fauna de 388.83 cuerdas o el 19 % del área total. Un campo de golf
ofrece hábitat a un número limitado de especies y destruye el hábitat de por lo menos dos especies de aves en peligro de extinción, el Guabairo y la Mariquita.
Otra consideración es el impacto continúo causado por el uso de las facilidades. La cantidad de personas usando las facilidades y moviéndose en carritos eléctricos de un punto a otro causará disturbios en estas zonas. Además, se pierden funciones del ecosistema y cambian los factores abióticos como la temperatura y humedad.
Como se ha indicado anteriormente los campos de golf, las áreas verdes entre edificaciones, los llamados corredores naturales y las áreas de paisajismo son superficies que estarán sujetas al impacto directo, indirecto o acumulativo. El Reglamento Conjunto 2023 de la OGPe en la página 846 define mitigación como: “Acción de reducir y compensar el efecto de los impactos en un predio por el desarrollo de un proyecto. Cualquier método utilizado que efectivamente disminuya el impacto del desarrollo sobre el ambiente, las propiedades históricas, la infraestructura o los seres humanos”. Los métodos de mitigación señalados en la DIA no disminuyen el impacto del desarrollo sobre el ambiente, por el contrario, se destruyen los recursos naturales en el área del proyecto propuesto. El impacto a un hábitat natural no se mitiga con campos de golf, áreas de paisajismo, corredores naturales. Estos tienen un impacto directo, directo y acumulativo.
Impactos – Directos, indirectos y acumulativos
El reclamo en la DIA de que el proyecto impactará solo el 25% de los terrenos es falso por varias razones. Al parecer se pretende incluir como áreas de conservación aquellos espacios ubicados entre las edificaciones y campos de golf como áreas verdes. Sin embargo, estos terrenos se impactarán directamente al remover la vegetación y estarán sujetos a impactos indirectos y acumulativos, por lo tanto, no cumplen como áreas de conservación. Un impacto indirecto y a la vez acumulativo importante es la fragmentación del hábitat. También se incluyen áreas de paisajismo como áreas verdes, que, aunque contienen vegetación, no se pueden considerar como áreas de conservación pues se cambiará la composición florística del bosque seco que domina el área del proyecto propuesto.
Fragmentación de hábitat
En muchos países, incluyendo a Puerto Rico, la causa antropogénica principal causante de la extinción de especies es la destrucción y fragmentación del
hábitat. Los efectos de la fragmentación de hábitat incluyen; reducción del hábitat disponible, reducción de conectividad, disminuye la biodiversidad y consecuentemente disminuye la calidad del hábitat. Otro impacto es el aislamiento de las poblaciones y el cambio en parámetros ambientales como temperatura y humedad, entre otros. Estos cambios, a su vez, impactan otras funciones del ecosistema.
Efecto de borde
Una consecuencia de la fragmentación del hábitat se conoce como el efecto de borde (border effect). Un ejemplo es el impacto de carreteras, calles y caminos que dividen un hábitat. En esos espacios, cambian los parámetros ambientales, aumenta la temperatura y disminuye la humedad relativa. También se abre un espacio que puede ser colonizado por especies de plantas exóticas de rápido crecimiento. Por lo tanto, el hábitat de esas áreas verdes del proyecto se verá seriamente impactado por la fragmentación del hábitat. También, no se puede usar esas áreas verdes entre las edificaciones y carreteras como áreas de conservación porque debido a la fragmentación pierden las funciones de un ecosistema natural. En la DIA se reconoce el impacto por la fragmentación del hábitat en el Guabairo. En la página 42 se indica el impacto de “la modificación, fragmentación y/o eliminación de zonas forestadas que posean las condiciones de microclima favorables antes descritas pudieran resultar en un impacto detrimental a la especie Caprimulgus noctitherus”.
Otros Factores – Aumento de temperatura y disminución de humedad relativa
No solo la fragmentación del hábitat causará un aumento en la temperatura y una disminución de la humedad relativa en el bosque. La eliminación de la vegetación causará un incremento general de la temperatura y disminución de la humedad relativa en toda el área del proyecto y áreas colindantes. En un bosque seco esto aumentará el estrés adicional en la vegetación. También hay que considerar el aumento en temperatura por causa de las carreteras, calles, edificaciones y el producido por plantas de purificación y tratamiento de aguas y otras como aires acondicionados que pueden generar temperaturas aproximadas de hasta 120F. Otro factor para considerar es el aumento en temperatura causado por el cambio climático.
Posible aumento de fuegos a causa de la fragmentación de hábitat. Otro impacto posible, causado por la fragmentación, es el aumento de fuegos forestales. En el Bosque Seco de Guánica la mayor cantidad de incendios forestales
se registran en la región costera donde se encuentra la carretera PR 333 entre la entrada a la Bahía de Guánica y la Playa de Tamarindo. También hay que considerar el impacto de la contaminación lumínica y el ruido causado por el uso de las calles.
Cambio climático
El efecto del cambio climático es otro factor que ya estamos experimentando con un marcado aumento en la temperatura y otros factores tanto bióticos como abióticos. En esta DIA no se consideran los efectos específicos que tendría el cambio climático en los sistemas naturales a consecuencia de la destrucción del hábitat. Solo se presentan comentarios generalizados sin el debido análisis científico.
Hay que señalar que al eliminar vegetación natural del bosque y sustituirla por gramíneas en los campos de golf y la construcción de calles y edificaciones disminuirá la capacidad de absorción del CO2 de la atmósfera y aumentará la temperatura del área contribuyendo así al cambio climático.
Contaminación lumínica – Impacto a Insectos
La contaminación lumínica afecta los ritmos circadianos de las especies y el ruido afecta su comportamiento. La contaminación lumínica especialmente impacta a las poblaciones de insectos que son especies importantes en los ecosistemas ya que son fuente de alimentos para otras especies en la cadena alimenticia tales como anfibios, reptiles y muchas aves. Por lo tanto, se produce un efecto cascada en que se afectan un número significativo de otras especies. Esto es de suma importancia pues estudios recientes han demostrado que a nivel mundial ha habido una reducción de la biomasa de insectos entre un 20 – 75% (Dalton, 2023). En un estudio en el Yunque, Puerto Rico, se encontró que entre 1976 y el 2013 la biomasa de insectos y artrópodos disminuyó en un 97%. (Stokstad, 2018). La disminución de las poblaciones de insectos afecta numerosos procesos del ecosistema tales como polinización, reciclaje de nutrientes, ciclos biogeoquímicos de materiales, control de plagas y como ya mencionado, las cadenas alimenticias. Por lo tanto, el proyecto propuesto impactará negativamente a los insectos que son especies clave en el movimiento de energía en el ecosistema. En la DIA no se considera este impacto.
Accesos públicos
En la página 125 de la DIA se indica; “El Proyecto contará con tres puntos de accesos: uno para residentes
y huéspedes, otro para el público general, residentes y huéspedes, y otro para empleados. El acceso principal para residentes y huéspedes del Proyecto se encontrará ubicado en la Carretera Estatal PR301. El segundo acceso que se propone se conectará en la intersección entre la Carretera Estatal PR-301 y el Camino Los Vélez. De este punto de acceso al proyecto se ramificarán las vías de acceso público que conectarán los puntos de acceso vehicular a la playa, los dos Town Centers, el Club de Deportes, la Escuela y los hoteles. El tercer acceso (para empleados) será por el Camino Monte Carlo.” (Figura 1). Sin embargo, en la página 99 de la DIA se aclara que hay dos entradas principales, y se indica; “La entrada principal del proyecto estará abierta tanto para el público general, como para residentes. Esta entrada proveerá acceso a todas las vías de acceso público en el proyecto, las cuales conectan con los cuatro accesos vehiculares propuestos hacia la playa…”
En la página 125 se indica que el acceso para el público será por la entrada de la PR-301 y el Camino Los Vélez, pero en la página 99 se indica que será por la entrada principal en la PR-301. No importa cuál sea la entrada para el acceso al público, lo presentado en la DIA demuestra que no hay cuatro accesos públicos pues la entrada principal o
la del Camino Los Vélez son accesos privados. Esto es información falsa pues es imposible acceder por una entrada privada y conectarse a cuatro accesos públicos ya que el flujo de vehículos será controlado.
Conclusiones Generales
Este análisis de la Declaración de Impacto Ambiental (DIA) para el proyecto propuesto Esencia demuestra que el mismo causará un impacto negativo significativo a los recursos naturales en el área del proyecto y a recursos naturales adyacentes. La construcción del proyecto destruiría un ecosistema de alto valor ecológico impactando cientos de especies de flora y fauna, algunas en peligro de extinción. Otros recursos naturales y la belleza paisajista, que es uno de los atractivos turísticos más importantes del área de Boquerón también serán irreparablemente impactados.
La evidencia aquí presentada demuestra que la DIA viola algunos requisitos del Reglamento 8858 del DRNA y el Reglamento Conjunto 2023 de la OGPe.
Héctor Quintero Vilella MS. PhD. Ecólogo
Referencias
Dalton R.M., N.C. Underwood, D.W. Inouye, M.E. Soulé and B.D. Inouye. 2023. Long-term declines in insects abundance and biomass in a subalpine habitat. Ecosphere / Vol. 14, Issue 8, e4620.
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Khadaka, Navine S. 2019. (https://www.bbc.com/news/sciene-environment-47062959#)
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Stokstad, 2018. https://www.science.org/content/article/several-species-insects-have-almost-completely- vanishedsome-tropical forests#:~:text=Insects%20and%20other%20arthropods%20have,C%20in%2
Arrecife de coral en la Bahía de Boquerón
María Loubriel Pérez
Buenos días a todas las personas presentes. Mi nombre es María Loubriel Pérez y soy vecina y residente del poblado de Boquerón en Cabo Rojo. Me dirijo a ustedes hoy 6 de marzo de 2025 para expresarles mis comentarios sobre la Declaración de Impacto Ambiental realizada para el megaproyecto Esencia en el sector los Pozos de Cabo Rojo.
Primero que nada, las partes técnicas, legales y ambientales se las dejo a los profesionales en cada uno de los temas de la DIA. Hoy les habla una mujer a la que le gusta la verdad y no las medias verdades. Les habla una mujer que protege su medio ambiente. Cuando una baja por la carretera 100 en dirección a Boquerón y se divisan las montañas verdes con la Bahía de Boquerón en su falda, nosotras las personas que vivimos en el área decimos y sabemos que estamos llegando a casa y los visitantes, llegando al paraíso natural del suroeste. Pero entonces, rápido pienso, que Esencia en vez de ser un proyecto que aporte, será un proyecto destructor de nuestra naturaleza. Con los movimientos de tierra, llevándose todo lo que esté en su camino, fauna, flora, yacimientos arqueológicos (que ustedes dicen que van a exponer en un museo) y a su vez empezará la pesadilla de los vecinos con el ruido de los camiones y la estela de polvo que dejarán al pasar. Ese mismo ruido y polvo serán la pesadilla de las especies que viven en los Pozos.
Después pienso, que, si se construyera el megaproyecto, la lluvia se va a llevar los sedimentos al mar afectando los fondos marinos, las praderas de hierbas, los peces juveniles y los ostiones que son tan importantes para la economía de Boquerón. Esos ostiones son sinónimo de Boquerón y su desaparición dejaría a familias de cuarta generación sin su producto primario que contribuye a su sustento de vida. No me puedo imaginar la congestión vehicular en la carretera 100, en la 301 y en la 101 que cuando llega el verano, se convierte en una pesadilla para todos y todas los y las que transitamos por esas carreteras. Las cantidades de vehículos se convierten en una experiencia infernal y contaminante.
De igual forma, me preocupa la disposición de los desperdicios sólidos que van a ir a parar a vertederos de otros pueblos que ya están perdiendo su vida útil. La cantidad de desperdicios que este proyecto produciría es alucinante y obviamente al tener ellos tantas exenciones contributivas, ese recogido de basura, saldrá de nuestros bolsillos. En cuanto a los campos de golf si se construyen con tecnología avanzada que aguanten las escorrentías si no, va a ser otro desastre ecológico para la bahía, para la Laguna Rincón y para los humedales del área.
También me preocupan las turbinas de diésel que afectaran la calidad del aire y aumentaran el ruido en el área. De esta forma, no solo serían los seres humanos los afectados, sino toda la flora y fauna de la zona. Asimismo, la iluminación que tendrán en el desarrollo afectará a toda la vida tanto terrestre como marina. Pero sobre todas las cosas, tanta luz nos robará la paz que nos da el poder mirar las estrellas y el firmamento en plena oscuridad, actividad muy practicada en el suroeste.
Conozco de primera mano lo que ocurre en verano cuando se nos llena el área de visitantes, y sé que la demanda en este proyecto nos dejará con un chorrito, si acaso. Tengo que decir que he escuchado los anuncios promocionales de Esencia en los que invitan al pueblo a que disfruten de las playas en Los Pozos y ofrecen estacionamientos, baños. Invitan a disfrutar del “town center”, de su gastronomía y a patrocinar a sus vendedores. En sus anuncios en inglés, invitan a que sus huéspedes vean los más bellos atardeceres, a que visiten sus restaurantes con chefs internacionales y a disfrutar de las vistas al mar, a que disfruten de sus casas millonarias, a disfrutar de sus dos campos de golf, pero nunca les he escuchado orientar e invitar a los que podrían ser sus futuros huéspedes a que visiten La Cueva de Cofresí, el Faro de los Morrillos, a visitar nuestras playas, a auspiciar los restaurantes y chinchorros de nuestro pueblo, como tampoco a visitar centros comerciales y tiendas del centro del pueblo. Todo lo que escucho y veo es en completo beneficio para este megaproyecto.
Termino mi ponencia con un verso de Víctor Hugo: “the Paradise of the rich is made out of the hell of the poor.”
Gracias.
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