

Las Labradas: el misterioso santuario prehispánico grabado en la costa de Sinaloa


Lunes 8 de diciembre de 2025
Acontecimientos, nacimientos y fallecimientos importantes en un día como hoy, 8 de diciembre
El 8 de diciembre es el 342.º (tricentésimo cuadragésimo segundo) día del año en el calendario gregoriano y el 343.º en los años bisiestos. Quedan 23 días para finalizar el año.
Acontecimientos
1596: en la Ciudad de México, la Inquisición española ejecuta en la hoguera al poeta judío español Luis de Carvajal (el Mozo).
1854: en Roma, el papa Pío IX proclama el dogma de la Inmaculada Concepción, que sostiene que María, madre de Jesús de Nazaret, nació libre de pecado original.
1941: el Congreso de los EUA aprueba una declaración de guerra contra Japón, que implica oficialmente a EUA en la Segunda Guerra Mundial. Alemania declara a su vez la guerra a los EUA.
1954: en México se establece por decreto gubernamental la fundación de la Universidad de Chihuahua que actualmente es la Universidad Autónoma de Chihuahua.
1980: en Nueva York, Mark Chapman asesina a John Lennon, exintegrante de la banda británica de rock The Beatles.





Palabra del día: logogrifo
Nacimientos
1832: Bjørnstjerne Bjørnson, político y escritor noruego, premio nobel de literatura en 1903 (f. 1910).

1882: Manuel M. Ponce, músico y compositor mexicano (f. 1948).

1886: Diego Rivera, muralista mexicano (f. 1957).

1933: Ana Ofelia Murguía, actriz mexicana (f. 2023).

1977: Elsa Benítez, modelo mexicana.
Del gr. λόγος lógos 'palabra', 'lenguaje' y γρῖφος grîphos 'nasa', 'adivinanza'.
1. m. Pasatiempo que consiste en adivinar cierta palabra y otras más cortas, que se obtienen combinando las letras que forman la primera, a partir de pistas sobre su significado.
Sinónimos o afines de «logogrifo» enigma, pasatiempo.
Fallecimientos
1521: Cristina de Sajonia, reina danesa (n. 1461).

1831: James Hoban, arquitecto irlandés, diseñador de la Casa Blanca (n. 1758).

1980: John Lennon, cantante y compositor británico, de la banda The Beatles (n. 1940).

1994: Antonio Carlos Jobim, compositor y pianista brasileño (n. 1927).

2016: John Glenn, astronauta y empresario estadounidense (n. 1921).



Directorio
Julio César Javier Quero Fundador y Director General
Julio César Javier Cortés Coordinador Editorial
El número de certificado de licitud de título que expide la Comisión Certificadora de Publicaciones y Revistas Ilustradas, está en trámite. El número de Certificado de Licitud de Contenido está en trámite. El número de título expedido por el Instituto de Derecho de Autor expedido por el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial, está en trámite. La opinión de los articulistas y columnistas no representa de manera alguna el criterio de la dirección general. Toda la correspondencia y los valores deben dirigirse a: Solar de Cultura, Jaque Editor, oficinas: calle Yaca No. 104, fraccionamiento Bosques de Villahermosa, colonia Heriberto Kehoe Vicent’s, C.P. 86030, Villahermosa, Tabasco, MX.

Agenda cultural del municipio de Centro





Opiniones y noticias
El río de los secretos: navegando el Amazonas de Verne y la culpa

La jangada de Julio Verne no es solo una aventura fluvial. Es una psicogeografía. Un mapa dibujado sobre las aguas turbias de la culpa, la redención y los acertijos que, como los meandros del gran río, nunca llevan a un solo destino. Releerla hoy es sumergirse en algo más profundo que ochocientas leguas: es adentrarse en el laberinto moral de un hombre que lleva su pasado como una cadena invisible.
En la superficie, la novela es un artefacto verniano impecable: una jangada gigantesca, una micro-sociedad flotante, desciende por el Amazonas desde el Perú hasta Belém. Es un recurso narrativo genial, una isla móvil que permite a Verne desplegar su catálogo de maravillas naturales, etnográficas y científicas. Pero en el corazón de esta balsa, hay una grieta. Un secreto que convierte el viaje idílico en una cuenta regresiva hacia el abismo.
La balsa y la prisión
Los Garral viajan con todo: su hogar, sus sirvientes, su estatus. Pero el verdadero peso no es la madera de la embarcación, sino el fardo que lleva Joam Garral. Él no huye hacia algo, huye de algo. Su jangada no es un símbolo de libertad, sino la celda flotante de su propia conciencia. Cada legua recorrida hacia Belém es un paso más hacia el posible cadalso. Verne, con esa perspicacia que lo trasciende como simple autor de aventuras, construye aquí una metáfora abismal: avanzamos en la vida llevando con nosotros la geografía íntima de nuestras faltas.
La amenaza externa llega en la figura del chantajista, el hombre que posee el manuscrito ex-

culpatorio. Su propuesta es un canje perverso: la inocencia del padre por la libertad de la hija. El chantaje aquí no es solo un recurso melodramático; es la materialización de esa voz interior que nos dice que la redención tiene un precio exorbitante, siempre pagado con la felicidad de otro.
El acertijo como salvación (y condena) Y entonces, el genio verniano despliega su jugada maestra: la solución no es la fuerza bruta, ni un duelo, ni un deus ex machina. Es un acertijo indescifrable. El manuscrito está ahí, físico, tangible, pero su verdad está cifrada. En este giro, Verne eleva el conflicto a una dimensión casi metafísica. La verdad puede estar en tus manos y, aun así, ser
inalcanzable. La justicia y la vida de un hombre dependen de una clave, de una combinatoria de símbolos.
Esto convierte la segunda parte del viaje en una carrera contra el tiempo, pero también en una incesante búsqueda de sentido. Cada personaje que se enfrenta al documento se enfrenta a los límites de su propia razón. El acertijo se vuelve un espejo: refleja nuestra desesperación por encontrar orden en el caos, lógica en el azar, claridad en la opacidad del destino y de la ley.
El Amazonas: testigo y juez
El río, omnipresente, deja de ser un escenario para ser un personaje. Es el testigo silencioso de la odisea humana. Sus aguas llevan la jangada hacia el juicio, sus riberas esconden peligros y sus profundidades pueden guardar secretos tan inescrutables como el del manuscrito. El Amazonas de Verne es la naturaleza en su estado más puro y abrumador, indiferente al drama que se desarrolla en la frágil embarcación de madera. Esta indiferencia no es cruel; es profundamente humana. El mundo sigue su curso, majestuoso e implacable, mientras nosotros nos debatimos con nuestros pequeños y gigantescos fantasmas privados.
Leer La jangada hoy es redescubrir a un Verne filósofo. Nos habla de la identidad falsificada por la necesidad, del precio de la paz interior y de cómo, a veces, debemos navegar las aguas más peligrosas —las de la justicia y la memoria— para encontrar una orilla propia. La verdadera aventura no está en los rápidos o en las tribus, sino en el rostro de Joam Garral mirando el río, calculando los días que le separan de la verdad o de la muerte.
Al final, la novela nos deja con una pregunta que resuena más allá de sus páginas: ¿qué cargamos en nuestra jangada interior? ¿Qué secretos navegan con nosotros, río abajo, esperando a que un acertijo, un acto de fe o un pedazo de papel descifrado, nos conceda por fin el desembarco en la paz?
Viajes extraordinarios, realidad expandida: el bicentenario de Verne en 3D
Barcelona, España.— La mayor exposición jamás vista sobre Julio Verne no se conforma con mirar al pasado. En el bicentenario de su nacimiento, el genio de Nantes despega de nuevo, esta vez desde Barcelona, en una experiencia inmersiva que convierte al espectador en el protagonista de sus propias novelas. No es una muestra, es una invitación a embarcarse.
Una jangada tecnológica hacia lo desconocido
El centro IDEAL de Artes Digitales es el puerto de salida de este periplo. Aquí, la tecnología no es un mero adorno; es el Nautilus, el cohete, el globo que materializa la visión verniana. El corazón late en
una pantalla de mil metros cuadrados coronada por una cúpula, donde las gafas 3D nos sumergen en las profundidades abisales o en los cráteres lunares. Jules Verne 200 es un mapa de realidad expandida para navegar por los espacios míticos de sus cinco novelas más populares.
De la página al metaverso: un legado que no prescribe
El recorrido, que incluye una incursión en el metaverso, demuestra algo esencial: Verne no fue solo un escritor, fue un arquitecto de asombros. Su verdadero viaje no fue al centro de la Tierra, sino al futuro. Esta exposición captura esa esencia profé-
tica. Al inspirar a artistas e intelectuales durante dos siglos, su obra demostró ser el mejor combustible para la imaginación humana. Ahora, en Barcelona, ese legado se transforma en un viaje sensorial, un recordatorio de que el espíritu de aventura y la curiosidad científica, su verdadero motor, no tienen fecha de caducidad.
La exposición, que iniciará una travesía por diversas ciudades hasta concluir en París en 2028, no es un homenaje estático. Es la prueba de que Julio Verne sigue siendo, hoy más que nunca, nuestro contemporáneo. Un faro que, desde el siglo XIX, sigue iluminando los caminos extraordinarios del mañana.
Jaime Martínez Ramos

Lunes 8 de diciembre de 2025
La brújula moral del cartógrafo: Francisco Díaz Covarrubias y las coordenadas de la integridad

AValeria Monsalve valeriamve60@hotmail.com
l surcar un mapa antiguo, la mirada se desliza sobre ríos petrificados en tinta y montañas reducidas a sombras. Se busca un camino, un poblado, una referencia. Pocas veces reparamos en que esos trazos son, ante todo, la huella de una conciencia. La línea no solo delimita un territorio; delimita una postura en el mundo. La vida de Francisco Díaz Covarrubias (1833-1889) fue la de un hombre que midió la tierra con una precisión obsesiva, pero cuya verdadera dimensión se revela en una medida más compleja: la del carácter en tiempos de fractura
El artista de lo exacto y el orden del mundo Nacido en el puerto vibrante de Veracruz, Díaz Covarrubias encontró su lenguaje en el rigor silencioso del Colegio de Minería. Mientras el México independiente se construía a tropezones, él aprendió a escuchar el discurso cifrado de los astros y a interpretar el relieve del suelo como un texto sagrado. Su obra no fue solo técnica; fue una declaración de soberanía intelectual. Determinar la posición de la Ciudad de México desde el Meridiano de Greenwich no fue un simple ejercicio burocrático. Fue un acto de anclaje simbólico, una forma de decir: «Aquí estamos, en este punto exacto del universo, y nuestro lugar se define con las mismas reglas que las naciones del viejo mundo». Sus mapas del Valle de México son, por ello, paisajes de un proyecto nacional que aspiraba a la precisión, al conocimiento profundo de su propio cuerpo geográfico.
El silencio como territorio ético Sin embargo, la prueba decisiva no llegó desde los

cielos estrellados ni desde las cumbres, sino desde el lodazal de la política. El año 1863 desgarró al país. La imposición del Segundo Imperio de Maximiliano forzó a la élite intelectual a una elección desgarradora: colaborar para mantener viva la llama del quehacer científico, o resistir desde el ostracismo. Para un hombre como Díaz Covarrubias, cuya vida era la medición y el dato, la incertidumbre del exilio interno debió ser un desierto aterrador.
Y, sin embargo, su decisión fue cartográfica en su claridad. Renunció a su puesto, a su obra en progreso, a la comodidad de la vida pública. Eligió la fidelidad a una idea sobre la comodidad de un cargo . Este retiro no fue pasividad. Fue un trazo firme en el mapa de su propia biografía: aquí, en
esta coordenada moral, yo me detengo. Este silencio activo es quizás su medición más precisa y humana. En un instante histórico donde todo parecía maleable, él definió su frontera interior y no la traspasó.
El viaje: de la tierra al cielo, y de regreso Con la República restaurada, regresó. Y su regreso no fue tímido. Lo hizo mirando de nuevo hacia lo alto, liderando la expedición a Japón para observar el tránsito de Venus en 1874. Este viaje, épico en lo científico y lo cultural, resulta profundamente metafórico. El hombre que había trazado los confines del Valle de México ahora cruzaba océanos para capturar el paso de un planeta. Publicó sus observaciones antes que cualquier europeo: un pequeño y significativo triunfo de la ciencia mexicana, un destello de modernidad nacido de la perseverancia.
Murió lejos, en París, sirviendo como diplomático. Pero su legado no está en una cancillería, ni solo en los archivos de la Mapoteca Manuel Orozco y Berra, donde hoy se resguarda, como un tesoro de piel y papel, su Carta hidrográfica del Valle de México . Su legado más perdurable es dual, como lo fue su vida: la convicción de que un país se construye midiendo con rigor su territorio, y la certeza de que un hombre se define midiendo, con aún mayor rigor, su integridad. Por eso, cuando hojeamos ese mapa de 1862, no miremos solo los ríos y los lagos. Intentemos leer entre líneas. Ahí está la huella del científico que quiso ordenar su mundo, y la sombra callada del ciudadano que, cuando el mundo se desordenó por completo, supo dibujar, con su propia vida, la única frontera que realmente importa: la que separa la conveniencia de la conciencia. En esa línea, fina y firme, se encuentra la verdadera coordenada de Francisco Díaz Covarrubias. Un ilustre, sí. Pero sobre todo, un hombre que supo estar a la altura de su tiempo, porque primero supo mantenerse firme en su propio norte moral.
El sextante: un legado navegatorio que atraviesa los siglos
En una era de satélites y GPS, un instrumento del siglo XVIII sigue siendo símbolo de precisión y aventura: el sextante. Utilizado para medir la altura de los astros sobre el horizonte, fue la clave para que navegantes como Cook y Bougainville cartografiaran el mundo.
Este dispositivo, que permite calcular la posición geográfica con asombrosa exactitud, no ha sido relegado al museo. Aún hoy es herramienta fundamental en la navegación marítima y aérea, respaldando a los sistemas electrónicos y sirviendo como garantía en caso de fallos tecnológicos.

«El sextante representa el vínculo esencial entre el ser humano y la bóveda celeste,» comenta el capitán Álvaro Ruiz, instructor de navegación. «Enseñar su uso es mantener viva la autonomía y la ciencia detrás de la exploración.»
Desde talleres para aficionados hasta coleccionistas que buscan piezas históricas, el sextante perdura no solo como reliquia, sino como testigo de que algunos inventos, por su elegancia y utilidad, nunca pasan de moda. Un recordatorio de que, a veces, mirar al cielo es aún el camino más seguro.

El CENIDIM convoca al seminario música, cuerpo y pensamiento
● Espacio de encuentro para reflexionar sobre el arte sonoro y ampliar los límites de la investigación, la interpretación y la composición tradicionales
● Dirigido a estudiantes de licenciatura y posgrado, intérpretes, compositores, artistas sonoros, investigadores, docentes y público interesado
Ciudad de México.— La Secretaría de Cultura del Gobierno de México y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), a través del Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información Musical Carlos Chávez (CENIDIM), de la Subdirección General de Educación e Investigación Artísticas (SGEIA), convocan al Seminario Música, Cuerpo y Pensamiento: la investigación artística y la práctica del performance contemporáneo.
Este acto académico, que contará con la participación de especialistas invitados, tiene como propósito generar un espacio de encuentro para intérpretes, compositores, artistas sonoros, investigadores-creadores y teóricos, orientado al desarrollo, análisis y discusión de procesos de investigación artística en música, reconociéndola como un campo transdisciplinario que articula creación sonora, práctica performática y reflexión teórica.
A diferencia de los seminarios tradicionales centrados exclusivamente en la interpretación o la composición, esta propuesta concibe la práctica musical como un proceso de pensamiento, en el que el escenario, el cuerpo y el sonido son lugares desde los cuales emergen formas de conocimiento tanto sensibles como conceptuales.
Las actividades se llevarán a cabo mensualmente, de 11 a 14 horas, en el Salón de Usos Múltiples del CENIDIM, conforme al siguiente calendario: 9 de diciembre de 2025; 14 de enero; 11 de febrero; 11 de marzo; 15 de abril; 13 de

mayo; 10 de junio; 12 de agosto; 9 de septiembre; 14 de octubre; 11 de noviembre y 9 de diciembre de 2026. En julio no habrá sesión.
Será coordinado por la Dra. Iracema de Andrade Almeida, investigadora del CENIDIM, y se otorgará constancia de participación a quienes cumplan con un mínimo del 80 % de asistencia.
Con esta iniciativa, el CENIDIM refrenda su compromiso con la exploración de metodologías creativas para la investigación musical, así como con el impulso al intercambio académico en torno a este campo.
Espías en tiempos de Porfirio Díaz, una investigación de Leonardo Ríos Vázquez
● La tesis de Maestría recibió el Premio Gastón García Cantú 2024 del INEHRM por el análisis del espionaje en la frontera norte y el Bajío durante 1877-1892
● La investigación se sustenta en documentos de la colección Porfirio Díaz, el archivo del general Bernardo Reyes, el Archivo Histórico de la Secretaría de la Defensa Nacional y el Fondo de Rafael Chousal, secretario particular del dictador
Ciudad de México.— Para el historiador Leonardo Ríos Vázquez, su investigación El sistema de espionaje porfirista en la frontera norte y el Bajío, 1877-1892 aporta nuevas perspectivas sobre el funcionamiento del Estado mexicano en el siglo XIX. «El espionaje es inherente a cualquier Estado porque se trata de anticiparse a las amenazas para mantener el poder», señala.
El trabajo de Ríos Vázquez recibió en 2024 el Premio Gastón García Cantú del Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México (INEHRM), órgano de la Secretaría de Cultura del Gobierno de México, como un reconocimiento de la solidez metodológica del trabajo y su aporte al entendimiento de los mecanismos de control político durante el Porfiriato.
La investigación se sustenta en documentos de la colección Porfirio Díaz, el archivo del general Bernardo Reyes, el Archivo Histórico de la Secretaría de la Defensa Nacional y el Fondo de Rafael Chousal, secretario particular del dictador.
«Un espía podría ser cualquiera: un militar, un cónsul, un periodista, un criminal o incluso un músico que en sus conciertos reportaba quién asistía y de qué hablaba. Lo importante es que era el propio Porfirio Díaz quien operaba directamente esta red, ordenando que le enviaran cualquier rumor, fuera verdadero o no», comenta en entrevista el autor, Leonardo Ríos Vázquez.
Y explica: «Se decía que la policía rural era los ojos y oídos de Porfirio Díaz, pero me parecía imposible que una corporación con apenas tres mil efectivos pudiera cubrir todo el país. No encontraba respuestas satisfactorias y de ahí nació la investigación».

«La dificultad no fue la falta de fuentes, sino la abundancia. Encontré más documentos de lo que esperaba; a veces los espías ni siquiera aparecían con nombre completo, sino como ‘mi agente’. El reto fue reconstruir esas identidades», agrega el investigador.
Uno de los hallazgos fue una carta de 1892 en la que Bernardo Reyes informaba a Díaz sobre una célula de espionaje en Estados Unidos. «Ese documento es fundamental porque revela quiénes integraban la red, cuánto se les pagaba y cuáles eran sus funciones. Había periodistas, policías texanos e incluso una agencia privada de investigación», relata el entrevistado.
Sobre el reconocimiento, Ríos comenta: «Fue una gran satisfacción. No esperaba que mi investigación tuviera tanta resonancia. Lo más valioso fue escuchar la retroalimentación de historiadores a los que yo admiraba desde los libros y que hoy conocen mi trabajo».

Culiacán Rosales, Sinaloa, México.— En un rincón único donde el mar besa la tierra y la historia se imprime en piedra, se alza un testimonio silencioso y fascinante de las culturas ancestrales de México. No es un templo oculto en la jungla ni una pirámide en el altiplano; es «Las Labradas», una extensión de playa en Sinaloa que atesora sobre rocas volcánicas más de 700 grabados rupestres, un lienzo pétreo que ha desafiado al tiempo y a la salinidad del océano Pacífico.
Este sitio, bordeado por espesos mangles y declarado Zona de Monumentos Arqueológicos en 2012, es el primero de su tipo abierto al público en el estado. Pero su valor va más allá de su accesibilidad. Las Labradas es un libro abierto escrito en basalto, con páginas de roca pulida por el mar que narran, a través de espirales, figuras humanas, animales, plantas y complejos diseños geométricos, la cosmovisión de los pueblos que habitaron la región durante milenios.
Un archivo pétreo de ocho milenios
Las investigaciones del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), que desde 2009 lleva a cabo un proyecto permanente en el lugar, han develado una secuencia ocupacional asombrosa. La evidencia más antigua se remonta a grupos precerámicos nómadas, entre el 7000 y 5500 a.C., contemporáneos a la megafauna del Pleistoceno, cuyas puntas de proyectil tipo Lerma han sido halladas en la periferia.
Mucho después, entre el 750 y 1250 d.C., una cultura sedentaria, la Chicayota —vinculada a la tradición Aztatlán— dejó su huella con cerámica y, de manera más perdurable, con los enigmáticos petrograbados que hoy cautivan a visitantes y arqueólogos.
El sol, centro de un universo tallado
Lo que convierte a Las Labradas en un sitio de excepcional importancia es la profunda carga simbólica de sus grabados. Los estudios sugieren que los antiguos artistas no distribuyeron las figuras al azar. Al menos nueve de ellas guardan una correspondencia espacial y numérica con los cuatro puntos cardinales, elementos solares y la cercana línea del Trópico de Cáncer.

www.jcjadmonygestion.com Lunes 8 de diciembre de

Una de las rocas más prominentes, visible desde el acceso al sitio, presenta una cruz de doble contorno dentro de un rectángulo, una clara representación de los cuatro rumbos del universo. Los investigadores proponen que en Las Labradas se celebraba simbólicamente el solsticio de verano. El sol no es solo un motivo recurrente; es el eje conceptual: aparece como centro geométrico, como fuente de luz y calor, y como objeto de culto y transformación metafísica.
Técnica, forma y misterio
Las figuras, realizadas mediante abrasión y percusión —en bajorrelieve, altorrelieve o simple remoción de la capa superficial—, muestran una rica variedad. Se observan personajes humanos con cabezas circulares o triangulares, brazos abiertos en actitud de invocación, y cuerpos completos o reducidos a rostros con peinados de punta. La ausencia de nariz en la mayoría y una simple línea como boca confieren a estas representaciones un aura abstracta y poderosa.
Estas manifestaciones artísticas se encuentran individualmente o formando paneles, dispersas sobre las oscuras rocas de tonalidades grises, cuya superficie lisa y redondeada por el oleaje las hace parecer esculturas naturales listas para el grabado.
Un patrimonio al aire libre
Las Labradas es más que una zona arqueológica; es un paisaje ritual, un observatorio ancestral y una galería de arte a cielo abierto donde el rugido del mar es la banda sonora de la historia. Su preservación es un desafío y un privilegio, un recordatorio de que los ecos de las culturas prehispánicas no solo resuenan en las grandes metrópolis de piedra, sino también aquí, en la frontera dinámica donde la tierra, el fuego volcánico y el agua se unieron para custodiar un mensaje milenario.
Para el visitante: El sitio se localiza en la costa del municipio de San Ignacio, Sinaloa. Es recomendable la visita con guías certificados por el INAH para comprender la profundidad cultural y el significado de este santuario único en su tipo, donde la arqueología y el paisaje costero ofrecen una experiencia verdaderamente alucinante.



Noticias internacionales
El escándalo del saqueo silencioso: El Museo Británico, bajo la sombra del expolio interno
● El «museo británico de lo robado» es, por tanto, una metáfora potentísima de una herida autoinfligida.
Londres, Reino Unido.— Durante dos décadas, un saqueo sigiloso y metódico vació los almacenes de una de las instituciones culturales más emblemáticas del mundo. No fueron ladrones externos quienes forzaron sus puertas, sino un expolio interno que ha dejado al descubierto profundas grietas en la custodia del patrimonio universal. Lo que algunos medios y académicos han bautizado como el «museo británico de lo robado» no es una nueva institución, sino el reflejo de la peor crisis de credibilidad en la historia del Museo Británico.
El escándalo, que estalló en 2023, revela un panorama desolador: más de 2000 artefactos, principalmente gemas, joyas y pequeños objetos de incalculable valor histórico de los departamentos de Grecia y Roma, desaparecieron sistemáticamente a lo largo de 15 a 20 años. Estos artículos, conservados para estudio e investigación, se esfumaron de los registros sin que las alarmas se activaran, poniendo en tela de juicio los protocolos de seguridad de la centenaria institución.
El hallazgo fortuito que destapó el saqueo
El descubrimiento no llegó a través de una auditoría interna, sino gracias a la perspicacia de un académico externo. Al encontrarse con la oferta de una gema antigua en el mercado, reconoció con estupor que era idéntica a una pieza catalogada en las colecciones del museo. Esta observación desencadenó una investigación que pronto reveló la magnitud de un vaciado patrimonial a escala industrial. Las pesquisas indican que muchos de estos tesoros, valorados en miles o decenas de miles de libras, fueron vendidos en plataformas digitales como eBay por una fracción mínima de su valor, a veces por apenas 40 o 50 libras esterlinas.
La lenta recuperación y una nueva exposición Frente a la calamidad, el museo se ha visto forzado a una reacción contundente. Hasta mayo de 2024, 626 objetos han sido recuperados, un número significativo pero que palidece ante la totalidad de lo sus-

El Club Filatélico de Tabasco te invita a visitar su weblog: https://n9.cl/u5noy1

traído. En un gesto simbólico para restaurar cierta normalidad y transparencia, la institución ha reintegrado diez de las gemas y cristales grabados recuperados a una exposición pública titulada «Rediscovering Gems» (Redescubriendo las gemas), una muestra que ahora carga con el amargo subtexto de haber sido rescatada del olvido y la negligencia.
Consecuencias: Una institución en la encrucijada Las consecuencias del escándalo han sido profundas. Más allá de la investigación policial en curso para determinar responsabilidades penales, el museo se enfrenta a una grave crisis de reputación. Las críticas llueven desde todos los frentes: ¿cómo pudo perderse la pista de miles de objetos durante tanto tiempo? ¿Dónde estaban los controles?
El incidente ha reavivado el debate sobre la

gestión de las vastísimas colecciones del museo –que superan los ocho millones de objetos– y la necesidad de una supervisión externa más rigurosa. Se exige una reestructuración de sus políticas de almacenamiento, inventario y acceso interno. Para una institución ya sometida a un intenso escrutinio ético por la procedencia de sus fondos (como los famosos mármoles del Partenón), este robo interno supone un golpe devastador a su autoridad moral como custodio del patrimonio mundial.
El «museo británico de lo robado» es, por tanto, una metáfora potentísima de una herida autoinfligida. No es solo la historia de un robo, sino la crónica de un fracaso institucional que obliga a una pregunta incómoda: si no puede proteger lo que guarda, ¿sobre qué bases defiende su derecho a custodiar los tesoros de la humanidad?

Jaque Editor es una empresa dedicada al diseño, registro, publicación y comercialización de todo tipo de libros. Estamos a tus órdenes. Contáctanos a: https://sites.google.com/view/jaqueeditor/inicio https://www.jaqueeditor.com/ E-mail: jaqueeditor@gmail.com

El Escorial de los Mares: la grandeza y tragedia del «Santísima Trinidad»
● Un coloso de madera, símbolo del poder naval español, encontró su fin en las aguas de Trafalgar. Su historia es la de una hazaña técnica, una obsesión y un destino marcado por el cañón.
Barriada Río San Pedro, Cádiz, España.— Cádiz, 24 de octubre de 1805. Tras horas de un combate feroz, envuelto en el humo y el estruendo de la batalla más famosa de la era de la vela, el Santísima Trinidad se rindió. No era un navío cualquiera. Era «El Escorial de los Mares», el buque de guerra más grande y poderoso de su tiempo, el único del mundo con cuatro puentes y una descomunal batería de 140 cañones. Su captura fue el mayor trofeo para la Royal Navy aquel día. Sin embargo, su orgullo y su leyenda se hundirían, literalmente, apenas 48 horas después, arrastran- do consigo a decenas de heridos atrapados en sus entrañas.
Su historia comenzó lejos de las aguas gaditanas, en los astilleros de La Habana en 1769. Construido con las preciosas maderas tropicales de Cuba (caoba, júcaro), su diseño original ya era imponente: casi 60 metros de eslora y 116 cañones. Pero desde el principio, el gigante mostró sus debilidades. Problemas de estabilidad, una escora excesiva que inutilizaba su batería baja… El coloso cojeaba.
La obsesión por el coloso En vez de dar un paso atrás, la Armada Española se obsesionó con perfeccionarlo. Tras sucesivas y costosísimas reformas en Ferrol y Cádiz, se le añadió una cuarta cubierta artillada, elevando su porte a 136 cañones. Se alargó, se fortificó y su coste se disparó. El marino e historiador Cesáreo Fernández Duro llegaría a cuestionar décadas después: “Con el costo primitivo del navío y el de las repetidas obras… pudo muy bien hacerse de oro, o al menos otro nuevo”.
Cabo de San Vicente. Acorralado y desarbolado, el coloso se vio forzado a rendirse. La captura del emblema de la Armada Española parecía inminente. Sin embargo, en un acto de temerario valor, el navío Infante Don Pelayo, al mando de Cayetano Valdés, se interpuso frente a los británicos. Se cuenta incluso que amenazó con cañonear al propio Trinidad si no volvía a izar su bandera. Su intervención heroica salvó al gigante de la captura.

Pese a sus defectos, el Santísima Trinidad fue el buque insignia de la flota durante la Guerra de la Independencia de Estados Unidos, participando en operaciones en el Canal de la Mancha y en la captura de importantes convoyes británicos. Su mera presencia era una declaración de intenciones.
El ángel de la guarda en San Vicente Su momento más crítico, antes de Trafalgar, llegó en 1797, en la batalla del

El final en Trafalgar El destino, sin embargo, estaba escrito. El 21 de octubre de 1805, como buque insignia de la escuadra de retaguardia española al mando de Baltasar Hidalgo de Cisneros, el Santísima Trinidad se convirtió en un objetivo primordial para la flota de Nelson. Se batió con furia legendaria, causando grandes daños al HMS Victory y llegando a combatir solo contra siete navíos británicos simultáneamente. Tras una resistencia titánica, con 205 muertos y 108 heridos a bordo, cayó. Capturado pero irrecuperable, con el casco destrozado y sin mástiles, fue remolcado a la deriva. Ante la llegada de un temporal y la imposibilidad de salvarlo, los británicos dieron la orden final. Sobre las 17:30 del 24 de octubre, abrieron sus vías de agua. El coloso se fue a pique a 25 millas de Cádiz, llevándose consigo a muchos de los heridos que no pudieron ser evacuados. Un final trágico para un símbolo.
Legado y hallazgo
Hoy, sus cañones custodian la entrada del Panteón de Marinos Ilustres en San Fernando (Cádiz). En 2009, la Armada Española anunció el posible hallazgo de sus restos durante unas pruebas con sonar, aunque la identificación definitiva sigue siendo un misterio.
Su leyenda perdura en la literatura, con Benito Pérez Galdós embarcando a su protagonista en él en Trafalgar, e incluso en una peculiar réplicamercante que, convertida en restaurante, ha navegado por los puertos de Málaga y Alicante.
El Santísima Trinidad fue la cúspide de una ambición desmedida, una maravilla técnica imperfecta y un testimonio del valor y la tragedia de una Armada que, aquel octubre de 1805, vio hundirse no solo un barco, sino toda una era.

Es una empresa que abarca el mercado administrativo de propiedades, considerando el potencial de crecimiento y rentabilidad, logrando mejorar la calidad de vida de nuestros clientes. www.jcjadmonygestion.com juliocjavierc@hotmail.com

Lunes 8 de diciembre de 2025
El turismo natural y cultural revitaliza la frontera entre México y Guatemala
Atitlán, Guatemala.— El flujo turístico entre el estado mexicano de Chiapas y Guatemala mantiene un crecimiento sostenido, impulsado por una demanda internacional y nacional que busca reconectarse con la naturaleza, la cultura viva y experiencias al aire libre en el postpandemia. Este intercambio se ha convertido en un motor clave para la reactivación económica de las comunidades fronterizas, poniendo en valor su herencia milenaria.
Rogelio Cuac, guía y operador turístico guatemalteco con 25 años de trayectoria, es testigo de este resurgir. «Desde la pandemia ha venido resurgiendo nuevamente el turismo, a Dios gracias», afirma. Según su experiencia, la llegada de visitantes, especialmente mexicanos que cruzan desde Chiapas, así como de estadounidenses, europeos y asiáticos, ha dinamizado directamente la economía de pueblos del Lago de Atitlán y otras regiones del altiplano.
Cultura viva como atractivo central
Uno de los pilares de este renacimiento turístico es la riqueza cultural y lingüística que persiste en las comunidades. Cuac, originario de la cuenca del Atitlán, detalla que en su región se hablan tres idiomas mayas: quiché, tzutujil y kaqchikel. Aunque advierte que su enseñanza en las escuelas ha disminuido, sostiene con orgullo que «la mayoría de la población mantiene viva su identidad lingüística y cultural», un factor que los visitantes buscan y valoran cada vez más.
«Guatemala es su casa… encontrarán gente muy amable, con ganas de recibirlos con los brazos abiertos», extiende como invitación, subrayando que en el país conviven 21 grupos étnicos, ofreciendo una experiencia multicultural única.
Cambio de hábitos: naturaleza y destemporalización
La pandemia generó un cambio significativo en los patrones de consumo turístico. «Las personas quieren andar en la naturaleza… como que a rejuvenecerse», explica Cuac. Esta búsqueda de actividades saludables y de bajo impacto ambiental ha beneficiado a los destinos de ambos lados de la frontera, ricos en recursos naturales y arqueológicos.
Además, las temporadas altas tradicionales (julio-agosto y fin de año) se han transformado. La afluencia ahora se distribuye de manera más homogénea a lo largo del año, con variaciones menores. Sin aportar cifras exactas,

Cuac estima que el movimiento turístico actual representa entre el 70% y 80% de una actividad constante, gracias a la diversidad de ofertas en cultura, aventura, naturaleza y arqueología que posee Guatemala.
Un puente geográfico y cultural
La posición geográfica de Guatemala actúa como un imán que atrae a viajeros de todo el mundo, muchos de los cuales incorporan Chiapas en su ruta. La conectividad por carretera y aire facilita este intercambio binacional. Según el operador, el país recibe visitantes de Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, Francia, España, Italia, Alemania, Suiza, Bélgica y diversas naciones de Asia y América.
La reactivación del turismo entre Chiapas y Guatemala se consolida así no solo como un vital componente económico para las comunidades locales, sino como un dinámico punto de encuentro intercultural que ha ganado fuerza y nueva dirección tras los desafíos globales recientes, demostrando que la autenticidad y el patrimonio vivo son los recursos más valiosos.
BINAES absorbe el 42 % del presupuesto del Ministerio de Cultura mientras otras áreas sufren recortes
● Expertos advierten que la cartera cultural se centraliza en la capital y prioriza el espectáculo sobre la protección del patrimonio y la descentralización.
San Salvador, El Salvador.— La Biblioteca Nacional de El Salvador (BINAES) concentra el 42 % del presupuesto del Ministerio de Cultura para 2025, equivalente a $11.7 millones de un total de $27.6 millones. El ministro Raúl Castillo ratificó esta prioridad ante la Asamblea Legislativa, describiendo a la institución como «el pilar fundamental del desarrollo cultural» y afirmando que «ahí está la mitad del ministerio». Esta focalización de recursos coincide con drásticos recortes en otras áreas y el cierre, en junio de 2024, de las 95 casas de la cultura a nivel nacional, lo que eliminó la principal red de presencia estatal en el territorio. Las cifras presupuestarias evidencian el giro. Mientras la BINAES incrementó su asignación

en $4.2 millones entre 2024 y 2025, el rubro que agrupa los servicios de cultura y arte –que incluye direcciones de Artes, Patrimonio, Formación y Espacios Culturales– sufrió una reducción de $9.4 millones, cayendo de $21.8 a $12.4 millones. Para 2026, se proyecta un presupuesto de $9.2 millones para la biblioteca, con un aumento significativo en el ítem de salarios. Aunque los servicios culturales subirán a $18 millones, este incremento se destinará principalmente a compra de bienes y servicios, mientras los fondos para personal disminuirán. Expertos denuncian que esta centralización debilita la acción cultural en el país. El escritor Carlos Cañas Dinarte critica que el trabajo ministerial «está centrado en San Salvador», descuidando la investigación, la salvaguarda del patrimonio y la inversión directa en los municipios. Un gestor cultural anónimo amplía la crítica al concepto, señalando que se promueve una «Cooltura»: un enfoque en lo espectacular y estético, como ciertas danzas y música popular, que prioriza el impacto visual sobre la sustancia y la descentralización. Así, mientras se erige a la BINAES como la mitad monumental y prioritaria del ministerio, según los críticos, se abandona la otra mitad: la cultura viva, diversa y arraigada en todo el territorio salvadoreño.

Noticias internacionales
Un santuario del arte en las nubes: la inesperada joya cultural de Topes de Collantes
Topes de Collantes, Sancti Spíritus, Cuba.— Ascender por las serpenteadas carreteras del Escambray es una experiencia sensorial en sí misma. El aire se enfría, se densifica, y una neblina caprichosa juega a esconder y revelar los contornos de picos y valles. El canto de las cascadas, como el Salto del Caburní o el del Nicho, se convierte en la banda sonora perpetua de este refugio natural. En este contexto, donde el turismo ecológico y de aventura es rey, surge un encuentro inesperado y profundamente enriquecedor: el Museo de Arte Cubano. Más que un simple complemento, este enclave cultural se erige como una afirmación rotunda de que la belleza humana puede dialogar de tú a tú con la majestuosidad de la naturaleza. Incrustado como una joya patrimonial a casi 800 metros sobre el nivel del mar, en el corazón del lomerío, se ha convertido en una parada imprescindible, casi un rito, para quienes buscan comprender la esencia completa de Topes de Collantes, ofreciendo una pausa contemplativa en medio de la exuberancia física.
La institución, inaugurada en el año 2002, no ocupa un edificio cualquiera. Reside en una añeja y valiosa casona de la década de 1940, un testimonio arquitectónico de la época republicana que en sí misma constituye la primera pieza de la colección. Su estructura, adaptada a las pendientes y al clima húmedo de la montaña, habla de una historia previa a su vocación museística. El viaje cultural comienza en sus exteriores: los jardines, siempre verdes por la generosa lluvia y la niebla, son custodiados por cuatro esculturas de mármol blanco de Carrara. Estas ninfas, elegantes y serenas, representan con gracia clásica las estaciones del año. No son meras decoraciones; son las guardianas silentes del umbral, entidades que preparan al visitante para el festín visual del interior, estableciendo un puente entre la estética figurativa tradicional y la explosión de formas que aguarda dentro.
Cruzar la puerta es entrar a un universo paralelo de creatividad. Lejos de ser una muestra modesta o local, la institución atesora una colección vasta, reveladora y de una coherencia curatorial notable. Con más de 800 obras de unos 130 artistas cubanos, el museo traza un mapa esencial del arte de la Isla, con un foco especial y muy valioso en la dinámica y polémica vanguardia de los años 80. Este período, crucial para la plástica nacional, encontró aquí un nicho de exhibición y preservación. En sus salas se respira un diálogo intergeneracional donde conviven, sin fricciones, óleos de potente colorido, grabados de técnica impecable, murales site-specific, instalaciones desafiantes, esculturas de diversos materiales y una notable colección de serigrafías salidas del prestigioso Taller René Portocarrero
de La Habana. Esta diversidad técnica es un discurso en sí misma, un rechazo a la homogeneidad y una celebración del experimento. Como bien señalan los paneles informativos de su curaduría, «Este museo confirma dos hechos trascendentes: el primero, que en Cuba la cultura escala los lugares más empinados y recónditos para fundirse con la naturaleza en una combinación magistral. El segundo, el pluralismo y la riqueza intrínseca de nuestras artes visuales». Esta no es una declaración retórica. La ubicación geográfica del museo es una metáfora activa de la primera afirmación. Llegar hasta aquí requiere un propósito, un pequeño esfuerzo, similar al que demanda apreciar el arte contemporáneo. La segunda afirmación se valida en cada pared. La nómina de creadores presentes lee como un who's who de la plástica cubana contemporánea. Caminando por sus salas, el visitante puede sostener una mirada íntima con obras de maestros consagrados como Nelson Domínguez, con su expresiónismo cargado de símbolos; Pedro Pablo Oliva, con su poética narrativa y onírica; Flora Fong, con su diálogo entre paisaje y abstracción; o Alicia Leal, con sus exploraciones de la identidad y la memoria. Junto a ellos, figuras igualmente esenciales como Ever Fonseca, Adigio Benítez, Ernesto García Peña y Raúl Santos Serpa, entre muchos otros. La exposición no solo exhibe piezas individuales de gran valor; su mérito mayor es trazar, a través de su disposición, la evolución, las tensiones y las confluencias de varias generaciones en un período artístico particularmente fértil y complejo, permitiendo entender corrientes, influencias y rupturas.
Para el turista, nacional o extranjero, la experiencia que ofrece Topes de Collantes se vuelve así doblemente enriquecedora y completa. Después de una mañana de caminata extenuante por veredas húmedas, entre helechos gigantes y el perfume embriagador de la mariposa blanca –la flor nacional–, el museo ofrece un espacio de contemplación, silencio y profundidad intelectual. Es el encuentro reparador de dos formas de belleza complementarias: la natural, vasta, verde y abrumadora en su escala; y la humana, concentrada, expresiva, polícroma y cargada de reflexión. El cuerpo, cansado del esfuerzo físico, se sienta a descansar mientras el espíritu se activa y se alimenta.

Ubicado a apenas 20 kilómetros de la colonial Trinidad, este santuario del arte en las alturas demuestra que la oferta de Topes de Collantes va más allá de sus paisajes. Es un destino donde la aventura física se nutre con el espíritu, invitando a un viaje no solo a través de montañas, sino también a través de la creatividad de un pueblo. Un verdadero paraíso entre las nubes, para el cuerpo y para el alma.
La casa editorial Jaqueeditor pone a su consideración uno de su más reciente lanzamiento, el libro: La Breve e Importante Estancia del Obispo Diego de Peredo en la Provincia de Tabasco (1774), cuyo autor es Julio César Javier Quero. Esta obra está prologada por el Pbro. M. Sc. Rodrigo Tovilla y Sierra. El prologuista comenta acerca del libro: «Ante nosotros se despliega la crónica de una vida que es, en sí misma, un fascinante recorrido por el complejo entramado político, religioso y geográfico de la América española del siglo XVIII. La figura de Diego Bernardo de Peredo y Navarrete, un hombre de profunda fe y vasta erudición, emerge de los archivos históricos no solo como un eclesiástico de carrera impecable, sino como un testigo excepcional de los desafíos que entrañaba gobernar las diócesis de un imperio.
Este texto nos invita a seguir los pasos de un hombre que, desde su natal León, Guanajuato, ascendió pacientemente en la jerarquía eclesiástica hasta alcanzar las mitras de Cartagena de Indias y, finalmente, Yucatán. Su historia es un reflejo de la época: un mundo donde el nombramiento de un obispo era un asunto de Estado, entre el Rey y el Papa, y donde la gestión pastoral implicaba navegar por una intrincada red de jurisdicciones, intereses económicos y, sobre todo, por geografías hostiles y exuberantes.»
Este libro está a la venta en: https://n9.cl/i2ifo


De Antequera, España, a Holguín

Mavel Ponce de León
Hernández
Corresponsal en Cuba
La similitud entre las elevaciones montañosas, la Peña de los Enamorados, en Antequera, Málaga, España, y la Silla de Gibara, en Holguín, Cuba, fue reseñado por el Almirante Cristóbal Colón, en su Diario de Navegación, al desembarcar en 1492, por la Bahía de Baríay y transcrito por el Fray Bartolomé de las Casas. El tópico ha unido a los investigadores Fernando del Pino Díaz y a Cosme Casals Corella, Ingeniero Eléctrico Industrial, se desempeña en los servicios técnicos de conservación de edificios en la Universidad de Málaga, y anteriormente como monitor de electricidad en colegios de barrios. Posee experiencias con el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF). Es un apasionado fotógrafo, con diez años dedicados a la investigación de Antequera y sus conjuntos Dolménicos. Casals Corella, Premio Nacional de Medio Ambiente, autor de múltiples títulos en torno a la llegada de Colón, creador de rutas en el turismo de naturaleza y otros aportes al desarrollo del sector.
Por primera vez del Pino, visita a Holguín, en el proyecto Exposición fotográfica Cristóbal Colón. La ruta desde Antequera a Bariay en 1492. Integrada dos exposiciones de veintiocho fotografías de ambos sitios. La primera muestra ha sido inaugurada en el Museo Provincial Carlos de la Torre y Huerta el cinco de diciembre, y en el municipio Rafael Freyre este día ocho. Los encuentros incluyen proyección de audiovisuales y conferencias.
En su periplo por "la tierra más hermosa que ojos humanos hayan visto" como escribiera Colón el antequereño, ofreció una conferencia en la Facultad de Ciencias Económicas en el aula especializada del Departamento de Turismo de la Universidad de Holguín.
En su intercambio con profesores de la carrera de Licenciatura en Turismo y estudiantes de

primer año expuso de forma explícita las características del conjunto en Antequera, el interior de los Dolmos, historia, desarrollo y los vínculos con el turismo y las continuas hipótesis y estudios de un sitio Patrimonio Mundial declarado por la UNESCO
El interés de consolidar hermanamientos entre la provincia de Málaga y Holguín en el turismo, la educación y la cultura fue resaltado por el ingeniero español. A la vez, exaltó la importancia de mantener un turismo sostenible sin dañar el medio ambiente.
Casals Corella, ofreció una detallada explicación sobre la llegada del Almirante y los actuales estudios en temas del turismo. Resaltó la importancia de los intercambios académicos y culturales con la ruta de Colón por Holguín.
En el año 2017, se inició la colaboración con la universidad malagueña. La Dra. C Migdely Barbarita Ochoa Ávila, Coordinadora del proyecto expresó a Solar Cultural.

"Hemos realizado intercambios con los temas de patrimonio y turismo y participado en congresos en Sevilla. Y estamos muy felices con el intercambio con Fernando del Pino".
El proyecto desde España es coordinado por la Vicedecana de Prácticas y Cooperación Josefa García Mestanza, de la Facultad de Turismo de la Universidad de Málaga, profesora invitada de la Universidad de Holguín.
del Pino expresó
"Me encanta la naturaleza, es una bella isla. Aquí me vendría a vivir. Estamos intercambiando hace 533 años que Colón pasó por aquí. Y nosotros estamos descubriendo y estudiando. La fotografía tiene la posibilidad de ver las imágenes de ambos sitios».
Las muestras fotográficas captadas por del Pino y Casals constituyen testimonio vivo de la unión entre naciones, la historia y la pasión investigativa y cultural con puntos en común en aportar al desarrollo cultura, patrimonial y turístico.
