Soy demasiado perezosa incluso para pensarlo siquiera. Tardo entre siete y nueve meses en escribir una novela en un mundo real, ¿cuánto imaginas que puede costarme si tengo que inventarme parte de las localizaciones, sociedad, personas…? Ni me lo quiero imaginar. ¿Y en erótica? Tampoco por ahora. Soy muy mala lectora de erótica; las veces que lo he intentado, me he descubierto al final del libro pasando las hojas de las escenas de sexo porque me interesaba más la trama y la relación entre los protagonistas. ¡Ojo! Con esto no quiero decir que no me gusten, que lo hacen, pero prefiero antes una novela donde se palpe el erotismo en las situaciones cotidianas que muchas escenas explícitas sin erotismo alguno. ¿Qué estás escribiendo ahora? He terminado una novela ambientada entre el norte de Burgos y Vizcaya a principios del siglo XVI y ahora me he puesto con una contempo‐ ránea situada en Asturias. Para quién se haya leído «Es por ti» (por ahora solo en digital, pero que saldrá en papel el próximo septiembre), será la historia de Irene, la hermana pequeña de Luz. La he cogido con mucho ánimo así que espero terminarla en unos meses. Y después, habrá que moverla. Y por último, ¿Cuál es tu modus operandi a la hora de escribir? ¿Estructuras un guión, dejas que la historia fluya a su libre albedrío, o son tus personajes quienes deciden, aún en contra de tus órdenes? Establezco una rutina y me siento a escribir todos los días. Cuando trabajaba, escribía por la noche. Ahora, por las mañanas. Si lo dejara para los momentos de inspiración, no me pondría nunca. Con los personajes nada de «libre albedrío», los tengo atados y bien atados. (Y mejor que sea así,
porque cuando los he dejado irse de paseo, he tenido que corregir un montón de cosas). Soy escritora de mapa. Antes de empezar con la historia, escribo una lista de todas las escenas de la novela y lo que sucede en ellas. Siempre empiezo por la primera y acabo por la última. No me centro si no lo hago así. Necesito tiempo para ir adaptando mi forma de pensar a la de los personajes y soy incapaz de escribir la historia de forma salteada. ¿Alguna manía a la hora de escribir? ¿Papel y boli u ordenador? Necesito silencio a mi alrededor, que no me interrumpan porque me descentro. A veces me pongo música, pero la mayoría de los días ni me acuerdo. Escribo directamente al ordenador. Hacerlo en papel me parece perder el tiempo porque tardo el doble. Solo escribo a mano cuando estoy fuera de casa, de viaje, en la sala de espera del den‐ tista… o algo así porque no tengo más remedio. Pero odio tener que copiarlo después. ¿Cómo es Ana cuando no está escribiendo? En una entrevista que me hicieron en Románticas al Horizonte, me definía así: «No me gusta cocinar, me encantan las plantas, me
muero por trabajar, me gustaría vivir junto a los míos, hace más de ocho años que no salgo de España y tengo «mono» de viajes, me apasiona leer, apenas veo la tele, cuando salgo, tomo vino y prefiero el monte a la playa (aunque soy de costa),…» Con otras palabras: soy una persona normal a la que le gusta tumbarse a leer, la vida familiar y salir con los amigos. Muchísimas gracias por concedernos esta entrevista, ha sido un placer. Muchísimas gracias a vosotras por pensar en mí para esta sección de la revista. Para mí es un sueño, poder estar en estas páginas.
RománTica'S 14