4 minute read

Viaje a la Argentina de Francisco: la misa del

VIAJE A LA

ARGENTINA DE FRANCISCO

Advertisement

por Alicia Barrios

Alicia Barrios, periodista “HAY QUE CAMINAR

Corpus Christi en Buenos Aires, aquel junio de 2012, tuvo la impronta que algo bueno pasaría. Acompañaron al cardenal Jorge Bergoglio más de cinco mil jóvenes. “Pan para la unidad, pan para la misión”, fue el lema. Desde un lenguaje muy actualizado se dirigió a los fieles: “Ustedes caminaron para dar un mensaje que quiere dejar huella. Porque en la vida el que camina sin dejar huella no sirve para nada. Hay que caminar como Jesús, dejando huellas que marquen la historia. No se puede andar la vida al borde del skate. Patinando no: dejando huella”. Estas marchas por las calles de Buenos Aires, alrededor de la catedral metropolitana, tienen fuerte sentido misionero y dejan testimonio de la alegría de pertenecer a Cristo. Siempre fueron la expresión de fe pública de los porteños. Bergoglio disfrutaba mucho de este festejo. Bendecía para uno y otro lado renovando la consagración de la Ciudad a la Virgen Nuestra Señora de Luján. En esa oportunidad en un diálogo abierto se refirió a la droga y utilizo una palabra popular entre los adolescentes: “engancharse”. Desde allí alentó a los presentes a “engancharse con Cristo”. Les dijo: “el asunto es con quien se enganchan. Con alguien que les dé sentido a sus vidas o no. Que no les mientan, que no los engañen. Que no les digan: llévala en el bolsillo, total ahora se puede. Lo que no se puede es venderla. La podés tener en el bolsillo y te El cardenal Bergoglio prepara el incensario durante la celebración de la misa del Corpus Christi.

argentina, autora del libro “Mi amigo el Padre Jorge” CON JESÚS DEJANDO HUELLA EN LA VIDA”

Celebración del Corpus Christi en la Plaza de Mayo de Buenos Aires, el 9 de junio de 2012.

la traen los ángeles del cielo”. La gente seguía sin pestañear, con atención, todo eso que decía un Bergoglio enérgico. Él se expresaba desde la experiencia de quien caminaba sin pausa por los asentamientos, los centros de recuperación de las parroquias y compartir junto a los curas villeros el padecimiento de los jóvenes adictos.

EL SECRETO ES NO PATINARSE

Trasmitiendo paz, como nadie mejor que él sabe hacerlo advirtió: “hay gente que se dedica a corromper. No se enganchen con eso, aunque les doren la píldora. Engánchense con Jesús. No patinen la vida porque se van a patinar la cabeza. No les tengan miedo a los mercaderes de la muerte: si les gusta que la tomen ellos”. Al tiempo que sentencio: “ el Señor los quiere locos por la vida y para que den la vida a los demás, para que sean fecundos, y no para que terminen “estrellados” en una casa de salud. Engánchense con Jesús y dejen huella en la vida”.

AL MAL TIEMPO BUENA CARA

Esa mañana Bergoglio se despertó con una preocupación que era la ola de frío que azotaba sin piedad a Buenos Aires. Podía suceder que el clima paralizara a la gente y le impidiera llegar a la celebración. Esto no sucedió. Dios estuvo presente y quien no lo vio miente, porque la fe palpitaba en las voces que acompañaban los cantos, en los padres que cargaban a los hijos sobre sus hombros. Solo un poder superior pudo unir tantos corazones. Cuando comenzó a hablar en la calle no cabía ni una persona más. Los recibió con el sentido del humor que lo caracteriza: “Con ganas les diría que tomen asiento, pero estamos en la plaza. Les quiero agradecer que hayan llegado hasta aquí con este fresquete y que estén de pie”. Algunos coros vivaban a La Patria otros a la Virgen y todos a Bergoglio.

QUÉ SE CELEBRA

El Corpus Christi, en latín en Cuerpo de Cristo, es una fiesta de la iglesia católica destinada a ensalzar la Eucaristía, tal y como la institucionalizo Jesús en la Ultima Cena, al convertir el pan y el vino en cuerpo y sangre. Se proclama la fe en la presencia de Jesucristo en el Santísimo Sacramento dándole publica adoración. El origen de la fiesta se remonta a fines del siglo XIII en Lieja (Bélgica) en torno a la abadía de Cornillon y su priora Santa Juliana de Mont Cornillon, quien tenía gran veneración por el Santísimo Sacramento y logro permiso para hacer una gran celebración especial en su honor que pronto se extendió a toda Alemania. Casi 20 años después en Bolsena (Italia), se produjo lo que los católicos llaman el milagro de Bolsena: un sacerdote que tenía dudas de que Jesucristo estuviera realmente en la eucaristía estaba en plena misa cuando broto sangre de la hostia.

DIVINO JUEVES

La fiesta de Cornillon y el milagro de Bolsena llevaron al Papa Urbano IV a instituir el Corpus Christi en 1264 con la bula Transiturus de hoc mundo, donde se establecía que se celebrara el jueves después de la octava de Pentecostés, es decir 60 días después del Domingo de Resurrección. De ahí el refrán español “tres jueves tiene el año que relucen más que el sol: Jueves Santo, Corpus Christi y el día de la Ascensión”.