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Entrevista a Mons. Angelo Becciu, sustituto para

Entrevista

Hablamos con Monseñor Angelo Becciu, sustituto para los Asuntos ¿FRANCISCO? ES EL MISMO

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por Nina Fabrizio

Monseñor Angelo Becciu, sustituto para los Asuntos Generales (es el número dos) de la Secretaría de Estado del Vaticano, comparte con Il mio Papa las cuestiones principales del pontificado, cinco años después de la elección del Pontífice.

Usted lleva dirigiendo la sección interna del “gobierno” del Vaticano durante los últimos siete años y es uno de los colaboradores más cercanos del papa Francisco: ¿cómo comenzó su relación?

“No puedo olvidar nuestro primer encuentro. Fue justo después de terminar el cónclave que lo había elegido. El Papa me había llamado a la residencia de Santa Marta, donde residía, porque quería familiarizarse inmediatamente con los dosieres preparados sobre los asuntos más urgentes que había que afrontar. Nunca lo había visto antes, así que no sabía qué esperar. Ni siquiera sabía cómo se desarrollaría la reunión. Él, como si fuera la cosa más normal, me invitó a subir y entrar en la habitación que se le había asignado una vez que había renunciado de inmediato a ocupar el apartamento papal del Palacio apostólico. Así que entré en aquella habitación, que era muy sencilla con dos sillas llenas de papeles, un escritorio y una cama. Nos miramos durante un instante, los dos en pie, un poco nervioso. El Santo Padre me sonrió, se acercó a una de las dos sillas, dejó a un lado la montaña de folios que había sobre ella y

MONSEÑOR ANGELO BECCIU

Nacido en Pattada, en Cerdeña, el 2 de junio de 1948, es sacerdote desde el 27 de agosto de 1972. Forma parte del servicio diplomático de la Santa Sede desde 1984. Es el ‘sustituto’ (encargado) para los asuntos generales de la Secretaría de Estado.

generales de la Secretaría de Estado y uno de los principales colaboradores del Papa EN PÚBLICO Y EN PRIVADO

LA VISITA PASTORAL DE FRANCISCO A MYANMAR

En el templo budista de Kaba Aye Paya.

Monseñor Becciu (en el círculo) sigue a Francisco durante sus viajes y es una de las personas de confianza de la Curia Romana.

me hizo sentar mientras él se apoyaba en la cama. Y así, uno frente al otro, sentados de esa manera extraña, pasamos todo el tiempo de la audiencia examinando carpetas y documentos”.

Desde entonces, ¿qué tipo de rutinas se han establecido?

“Nos vemos todos los lunes por la tarde para la audiencia semanal. Le hacemos llegar una síntesis de los diversos expedientes. A veces, en lugar de leer los diversos archivos, prefiere formular algunas preguntas o que se le expliquen cuáles son las posiciones al respecto. A menudo hablamos por teléfono, para las cosas más urgentes. También, como sustituto de la Secretaría de Estado, acompaño al Papa en todos sus viajes al extranjero y en Italia. Además, hemos comenzado una pequeña tradición que se va consolidando”.

¿Cuál es?

“Cuando fue elegido hace cinco años, era marzo y se acercaba la Pascua. Entonces, el Papa un día me llamó para preguntarme cuáles eran las tradiciones que se seguían en el Vaticano en aquellos días. Hablamos sobre el lavatorio de los pies y de los demás ritos. Al final me preguntó: “¿Y qué más?”. Entonces, de forma casi espontánea le comenté que el Jueves Santo, que es también la fiesta del sacerdocio, solía invitar a comer, de vez en cuando, a algunos sacerdotes de las parroquias romanas, especialmente de las periferias. Es un momento importante para nosotros, le expliqué al Santo Padre, porque a veces los sacerdotes pueden sentirse solos, cansados por mil tareas diarias. Tanto le gustó esto al Papa, que me dijo: “¡Muy bonito!, y este año ¿a quién invita?”. Y respondí: “¡Santo Padre, el primero será usted porque le veo un poco desorientado!” Así comenzó una costumbre que nunca nos saltamos”.

El Papa Francisco también puede ser un amigo que transmite mucho estusiasmo. ¿Tiene algunas pruebas? “Realmente me sorprendió una vez. Como he señalado, siempre acompaño al Papa en viajes internacionales. Pero cuando llegó

UN ALMUERZO A BASE DE COMIDA MEXICANA

ESE MALETÍN NEGRO QUE EL PAPA LLEVA CONSIGO

Mucho picante. Francisco llamó por teléfono a monseñor Becciu, que había permanecido en el Vaticano durante la visita papal a México, y le habló de la comida “picantísima”.

viene de la pág. 27 el turno de la visita pastoral a México, tuve en los días previos una leve enfermedad y el médico me aconsejó que no hiciera el viaje. Así que me quedé en el Vaticano siguiéndolo a través de la televisión. Como siempre, el Papa tenía la agenda llena de compromisos entre celebraciones, reuniones y visitas a las autoridades. Entonces, sonó el teléfono, era él. Me llamó para saber cómo me encontraba. Le aseguré que estaba bien. Hablamos un poco y me saludó con una broma: casi, casi, me dijo, he tenido la suerte de haber podido ir porque la comida estaba muy picante, “¡mucha pimienta!”.

Acabamos de celebrar el quinto aniversario de su pontificado. ¿Cómo ha transcurrido para el Papa?

“Nos vimos la tarde anterior. Lo encontré contento y sereno. Le transmití los deseos de nuestra oficina y él se mostró agradecido al Señor por el don de la Iglesia que él dirige. El día del aniversario, la jornada transcurrió como de costumbre, lleno de citas en la agenda y sin ninguna fiesta particular: no es su estilo”.

Muchos se preguntan si hay diferencia entre Francisco en público y en privado.

“Cuando lo conoces un poco más, ves que en él no hay diferencia entre lo público y lo privado. Tal como aparece públicamente, así es en privado. Él puede bromear y hacer que los invitados se sientan cómodos. Con nosotros de la Secretaría de Estado, desde el principio, no ha querido que fuéramos a sus audiencias con traje oficial,

El maletín negro que Francisco lleva siempre consigo durante sus viajes.

LA APERTURA DE LA PUERTA SANTA EN BANGUI

troafricana, donde quiso abrir la primera puerta santa del Jubileo de la Misericordia. El país está maltratado por conflictos internos que aún están activos entre distintas facciones. Parecía una misión imposible. Sobre la mesa, en vísperas de la partida, tenía informes de que la policía internacional desaconsejaba firmemente un viaje en el que la propia seguridad del Santo Padre podía estar en peligro. Sin embargo, informado de todo esto, el Papa no quiso darse por vencido y logró, poniendo un pie en Bangui, llevar a los ojos del mundo entero esta tierra olvidada”.

Francisco también ha expresado su temor por la tensión nuclear.

“Sí, y es por eso que en estos días ha acogido con satisfacción las noticias sobre la voluntad del presidente estadounidense Donald Trump y del líder norcoreano Kim Jong-un de dialogar. Francisco mira con gran esperanza un posible punto de inflexión en estas relaciones, consciente de que hay mucho en juego y que está en juego el destino de toda la humanidad”.

La visita pastoral a Bangui en la República Centroafricana es considerada por monseñor Becciu como una de las más importantes del Pontificado de Francisco.

sino simplemente con la ropa de todos los días”.

Esta alergia al protocolo no la ha abandonado jamás.

“Ha elegido el nombre de san Francisco precisamente para reflejar el estilo radical del Pobrecillo de Asís. Siempre en nuestras reuniones, me pregunta: “Pero, ¿estoy rompiendo el protocolo? ¿Os está molestando?”. Pero nunca ha dado marcha atrás en este camino. La suya es una rebelión contra ciertas reglas que son modificables, que son parte del tradicionalismo, no de la tradición. Después de todo, el protocolo no debería ser una prisión, sino un instrumento para ejercer mejor el ministerio. Lo ejerce con la misma normalidad que lo hace llevar personalmente su maletín”.

¿Cuáles cree, usted que está tan cerca de él, que son las principales preocupaciones del Papa?

“Su pensamiento es el de darles a los muchachos una respuesta a su búsqueda de la felicidad y la fe, hasta el punto de que pronto se celebrará un Sínodo dedicado a los jóvenes. El Papa ha querido ponerlos en el centro de la Iglesia, escuchar sus pensamientos, sus expectativas e incluso las aspiraciones que les sostienen. Francisco anima a los jóvenes a pensar en grande, a dar grandes ideales a sus propias vidas, a no tener miedo de asumir responsabilidades”.

¿Qué otras cosas mueven el corazón de Francisco?

“La paz es una de las grandes preocupaciones. Es una misión que lleva adelante con un diálogo personal de fuerte empatía con los líderes de la Tierra pero también con gestos concretos. Recuerdo la compleja organización del viaje apostólico a Bangui, en la República Cen-

Hablando de los viajes, ¿cree que una visita a China podría ser uno de los logros del Pontífice?

“El Papa ha hablado sobre este tema desde hace tiempo, diciendo que si se diesen las condiciones necesarias, inmediatamente se pondría rumbo a este gran país. Sigue siendo uno de sus mayores deseos. Todavía no sabemos si podemos llevarlo a cabo, pero el Papa nos tiene acostumbrados a grandes sorpresas”.

¿Cuál es el mayor sueño de Francisco?

“Sus sueños son muchos, pero creo que lo más importante es acercar a las personas al Evangelio, especialmente a los jóvenes”.