El primer día vi a Dani Andrada, me emocioné como fan enamorada. Después me lo encontré en “El cañón de la calavera” y tuve el placer de verlo hacer un 8c. Con él estaba Dave Graham, Melissa Le Nevé y Alizee Dufraisse… fue un privilegio ver gente que sí sabe escalar ¡jajaja! Como buena fotógrafa, subí más de una ruta con la cámara en la espalda. Me pegué a la reunión y saqué fotos desde arriba. Esperando a uno de mis compañeros casi me da hipotermia, pero valió la pena. Me escondía del viento con las rocas y buscaba el sol cual lagartija. El clima es muy traicionero: de un sol fuerte durante el día, venía un bajón de temperatura por la noche. El comentario mas cómico al final del día de escalada fue “hay que saber escalar un 7a para poder usar la letrina”. Se notaba que ya éramos muchos en el camping… y las letrinas estaban algo colapsadas.
El último día del evento hubo un espectáculo genial, una jineteada gaucha tradicional del sur, donde el gaucho (jinete) doma al caballo. Después tuvimos un mega asado ¡nunca vi tanta carne junta! Hicimos fila para disfrutar el asado. Todo estaba divino. En el cierre del evento pasaron un video del belga Sean Villanueva ascendiendo un Tepuy en Venezuela, muchas imágenes hermosas donde mostraban el rudo ascenso. Cuando él preguntó ¿hay algún venezolano acá?… Mi grito retumbó en la roca de puro orgullo venezolano. Al final de la noche hubo música y espectáculo de luces. El amigo Philippe Ribière nos permitió disfrutar de su presencia, fue una noche muy divertida. A la mañana siguiente comenzó el dolor del regreso. Esta fue una experiencia que nunca olvidaré: el viaje para llegar allá, lo que compartí con mis amigos, conocer tanta gente y hacer lo que más me gusta: Escalar.