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Reseña del libro: Design for Mental and Behavioral Health

Por: David Sosa

Alumno de cuarto año de arquitectura en la Universidad de Montemorelos en Nuevo León, México.

Design for Mental and Behavioral Health de Mardelle McCuskey y Shepley Samira Pasha es un libro publicado en 2017, por la editorial Routledge, Taylor & Francis Group, localizada en Nueva York. Este libro tiene 262 páginas llenas de información valiosa para el diseño del espacio dedicado a la recuperación mental, física y emocional. En la siguiente reseña crítica se compartirá una categorización de las técnicas de diseño mencionadas en este libro y la manera en la que las aplicaron en proyectos arquitectónicos.

El estudio de las técnicas de diseño para los espacios de recuperación es un tema que ha ido avanzando en los últimos años y está llegando a resultados muy interesantes y efectivos. El libro en cuestión informa sobre problemas trascendentes como el diseño de instalaciones psiquiátricas (tanto de emergencia como de internados), centros de rehabilitación, instalaciones para la salud mental de veteranos de guerra (que es un problema muy común en Estados Unidos), instalaciones psiquiátricas para niños y adolescentes y las características de una comunidad para obtener la salud integral. El libro contiene casos de estudio para cada una de estas tipologías, sin embargo, para esta reseña crítica se utilizaron tres casos únicamente.

El primer caso de estudio es Dandenong Hospital, localizado en Melbourne, Australia, y diseñado por Bates Smart con asociación de Irwin Alsop Group y LBA Design. El cliente de este proyecto fue el Departamento de Salud del Sur (de Australia). El área total del proyecto son 8,200 metros cuadrados. El segundo caso de estudio es Southwest Centre for Forensic Mental Health Care, localizado en St. Thomas, Ontario, Canada, y diseñado por Parking Architects en Joint Venture junto con Tillmann Ruth Robinson. El cliente de este proyecto fue St. Joseph’s Health Care. El área total del proyecto son 21,800 metros cuadrados.

Por último, el tercer caso de estudio es Margaret and Charles Juravinski Centre for Integrated Care, localizado en Hamilton, Ontario, Canadá, y diseñado por Cannon Design con las bases de un diseño indicativo y especificaciones desarrolladas por Zeidler Partnership Architects & architecture. El cliente fue St. Joseph’s Healthcare Hamilton. El área total del proyecto son 86,400 metros cuadrados.

Después de hacer una recopilación de las técnicas que se mencionan en diferentes capítulos y en diferentes casos de estudio, se llegó a tres categorías principales para describir cómo el proyecto arquitectónico, enfocándose en estas técnicas, puede llegar a un diseño centrado en la recuperación y en la salud del usuario. Nótese que es usuario y no paciente, porque las técnicas mencionadas en el libro están enfocadas en ayudar al paciente, al trabajador, al familiar y a todo aquel que interactúa con el espacio. Las tres categorías son:

1. Las características físicas del espacio

2. El programa arquitectónico

3. El uso destinado para el espacio

Southwest Center for Mental Health Care

Dentro de cada una de estas categorías se desenvuelven diferentes prácticas para el diseño de espacios de salud mental y emocional. Empezando con las características físicas del espacio, se encuentra que el uso de los recursos naturales como la luz y la ventilación son primordiales para la salud integral del usuario. “Él recomienda un diseño que permita el acceso flexible y liberal de los pacientes a espacios iluminados naturalmente con aire fresco” (Tuke, 1815). Esta es una de las muchas referencias de estas dos características esenciales que debe tener un espacio para ser efectivo en la recuperación. También, hay muchas referencias a lo que se llama “estrategias espaciales”, en las cuales los autores hablan sobre la perspectiva que tienen los pacientes cuando están en reuniones, la apariencia del espacio, el uso de colores que sean pasivos y tranquilizantes y la creación de una experiencia positiva en general. Estas técnicas se encuentran muy claras en nuestro primer ejemplo, que es Dandenong Hospital. Los arquitectos utilizaron el patio central para tener luz natural continua entrando desde dos direcciones y se refleja en texturas amables para el ojo como lo es la madera.

La segunda categoría, es el programa arquitectónico, en el cual se debe tomar en cuenta desde el génesis de la idea. El propósito del proyecto debe estar plasmado en el programa arquitectónico. Es la generalización de las actividades que sucederán en las instalaciones. El correcto diseño de los espacios para examinar pacientes, reuniones de grupo, reuniones individuales, actividades en interiores, actividades exteriores, espacios privados y espacios públicos y sus conexiones intencionales, que funcionen de una manera fluida es la meta a la que se propone llegar con las técnicas enseñadas en este libro. Estas características están muy bien representadas en nuestro tercer caso de estudio, que es Margaret and Charles Juravinski Centre for Integrated Care. Al tener en mente el público al que estaba destinado el proyecto, los arquitectos ocuparon los espacios de una manera muy eficiente para satisfacer todas las necesidades espaciales para un proyecto dedicado a la recuperación. El proyecto cuenta con una cafetería, una biblioteca, un salón de belleza, una tienda de ropa de segunda mano, cuartos de juego, salones de ejercicio y un gimnasio. Los arquitectos tenían muy presente que la forma de ayudar al usuario es que tenga muchas actividades disponibles.

La tercera categoría, intencionadamente puesta al final, habla sobre el uso destinado del espacio. No importa cuánto fue el presupuesto para el proyecto, o qué arquitecto se contrató o los materiales que se utilizaron, si no se logra cumplir la misión de ayudar al paciente a recuperarse. Los espacios destinados para la interacción social son de suma importancia porque somos una especie social, que necesitamos de la compañía de otras personas para la correcta recuperación. También, es importante permitir al usuario que tenga la oportunidad de personalizar el espacio. Esto, aplicado cuidadosamente, para no pasar la línea a una personalización descontrolada y perjudicar la seguridad del resto de los trabajadores y pacientes. En el segundo caso de estudio que enlistamos; que es Southwest Centre for Forensic Mental Health Care, se muestra claro el propósito de los espacios diseñados en este proyecto. El libro menciona que la meta destinada para este proyecto es que el usuario emprendiera un viaje personal. En este proyecto se motiva a que el usuario sea capaz de personalizar su espacio para que no sienta como que está en una institución sino en un ambiente social y comunitario.

Una de las primeras oraciones de la conclusión del libro es que “tienen evidencias que los ambientes para el cuidado de la salud se están humanizando” (Shepley & Pasha, 2017). La serie de textos, ejemplos y análisis de datos presentados en este libro son realmente una ayuda a quien sea que esté diseñando espacios de recuperación. Lo que es aún más interesante, es que las misma técnicas y características de esta tipología de diseño puede ser aplicada al diseño de cualquier espacio para crear arquitectura que interactúe de una manera más sana con el usuario.

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