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Edificios y Salud: Las llaves para un edificio saludable

Por: Alfredo Sanz Corma, Juan López-Asiain Martínez, Daniel García de Frutos; Alejandro Payán de Tejada Alonso

Consejo General de la Arquitectura Técnica de España

1. INTRODUCCIÓN El concepto de bienestar y salud vigente hasta bien avanzado el siglo XX, y que aún hoy mantiene una parte de la población, era de carácter inverso al de enfermedad. Se poseía salud cuando no se estaba enfermo. Sin embargo, a mediados del siglo pasado, entre 1940 y 1950, se empezó a definir la salud en sentido positivo y amplio al considerar sano al individuo o colectivo que siente bienestar, más allá de la enfermedad o de la ausencia de malestar. Así, en 1941, Henry E. Sigerirst estableció que «la salud no es simplemente la ausencia de enfermedad; es algo positivo, una actitud gozosa y una aceptación alegre de las responsabilidades que la vida impone al individuo». Más tarde, en 1945, Stampar presentó su definición de salud, la cual fue incluida en 1946 por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en el punto uno de su carta fundacional: «La salud es el estado de completo bienestar físico, mental y social, y no sólo la ausencia de enfermedades o invalideces», definición en la línea de la de Sigerist.

Siguiendo esta pauta, la OMS detalló en 1986, mediante la Carta de Ottawa, este concepto, subrogando la salud de las personas a los conceptos de alimentación, vivienda, educación, ingresos, medioambiente, trabajo, transporte, empleo, libertad y accesos a los servicios de salud. Hay que observar de ellos que todos tienen sinergias y que mejorar cualquiera de ellos tendrá beneficios globales para la salud.

Con esta directriz, y con la obligación moral como colectivo de profesionales de mejorar la sociedad y sus condiciones de vida, los Arquitectos Técnicos, parte esencial del proceso edificatorio, abordan las áreas centrales que pueden afectar a la salud de los usuarios de los edificios, donde pasamos hasta un 90% de nuestro tiempo de vida y que, por tanto, tienen un papel fundamental para asegurar nuestras buenas condiciones de bienestar y salud.

Si bien no realizamos un juramento público como el hipocrático poniendo la salud y la vida como las primeras de las preocupaciones, esto no evita, ni evitará, que todas las acciones que se acometen en obra tengan un planteamiento común salvaguardando la salud y las mejores condiciones de vida para el futuro usuario o usuarios que pasen tiempo en los edificios que se construyen.

Carta OMS

Carta OMS

OMS

Es por tanto objetivo del Consejo General de la Arquitectura Técnica de España, la búsqueda de conocimiento entre todos los profesionales e investigaciones relacionadas con los edificios y la salud, para poder difundirlas entre todos los agentes que se encuentran inmersos en el proceso edificatorio.

Solo de esta manera, dos conceptos que pudieran en tiempos pasados estar más alejados, se encuentren en un punto común donde la salud de los ocupantes de los edificios, sean destinados al uso que sea, sea lo que prime sobre cualquier otro aspecto en la edificación. Así, se pondrá en valor el principio más antiguo y por el cual se comenzó a edificar y a hacer evolucionar los edificios hasta el presente, la protección total del individuo.

2. ÁREAS DE ESTUDIO Teniendo el objetivo y el proceso definido: conocer, investigar y difundir, se ha trabajado en nuevas alianzas con organismos especialistas en el área de salud como pueden ser la Organización Médica Colegial o Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos y otras entidades privadas con intereses similares para poder aunar esfuerzos y avanzar lo más rápido posible a las mejores soluciones.

Tras fijar estas alianzas, a las que seguro se sumarán más entidades, se realizaron reuniones de puestas en común para marcar el eje directriz sobre el que trabajar. Por supuesto, este no es estático ya que todo estudio necesita de actualizaciones dependiendo de todo el trabajo que realizan investigadores alrededor de todo el mundo, pero sí fue un punto de partida para adentrarse en una relación tan compleja como la abordada.

Así, el eje directriz se compone de diez áreas de influencia sobre la salud de los ocupantes, a saber:

1. Bienestar Técnico

2. Calidad del aire

3. Protección frente al radón

4. Materiales biocompatibles

5. Confort acústico

6. Iluminación

7. Ergonomía, Movilidad y Accesibilidad 8. Calidad del agua

9. Contaminación electromagnética

10. Seguridad

Y de todos ellos se contactó con expertos específicos con formación tanto en el campo de la edificación como en el campo de la salud para trabajar en el análisis de su estado de conocimiento actual. Los resultados del estudio se resumen por apartados a continuación.

2.1 BIENESTAR TÉRMICO Es conocido que nuestro equilibrio térmico se establece en una temperatura corporal aproximada de 36,7 °C y que esta se logra fundamentalmente al dilatar o contraer los vasos sanguíneos, equilibrando calor a través de la convección y la conducción, además de por otros medios como sudoración y temblores (escalofríos).

Sin embargo, la capacidad de respuesta fisiológica de cada persona es diferente por lo que la pregunta fue obvia ¿No hay una temperatura a la que sentirnos más cómodos? Tras su estudio y debate se llegó a la conclusión de que no existe una cuantificación concreta de la misma. No obstante, sí hay datos orientativos en los que basarse para satisfacer a la mayoría de la población de ocupantes de los edificios.

Así, el investigador Fanger posibilitó esta opción elaborando mediante encuestas y tablas que permiten determinar estadísticamente que es imposible conseguir un 100% de personas satisfechas térmicamente hablando, pero que sí podemos alcanzar un alto porcentaje si analizamos las variables y el rango de temperaturas adecuadas. Para ello, hay que considerar tres factores ambientales: temperatura, humedad y velocidad del aire. En este trabajo se ahondó en cada uno de estos parámetros.

Temperatura: El concepto térmico que se acerca algo más a la sensación térmica de una persona es la temperatura operativa, que incorpora la temperatura media radiante de las paredes y cerramientos que rodean a la persona, ya que estos influyen de forma determinante en su equilibrio o bienestar térmico. Asimismo, se deben tener las siguientes consideraciones:

• No debe haber un gradiente térmico entre cabeza y pues mayor de 3°C, especialmente si la cabeza está más caliente.

• La temperatura del suelo debe estar entre los 19°C y 29°C.

• Los techos calientes y las paredes frías generan malestar por asimetría. Hay que tener especial cuidado con las superficies acristaladas cercanas, porque en ellas es complicado controlar estos valores.

Humedad: Referida al porcentaje de humedad relativa del ambiente, esta debe estar entre 30% y 70% ya que apenas influyen en nuestra sensación térmica. Si bien, los valores altos favorecen la proliferación de microorganismos, aumentan la posibilidad de condensaciones en paredes y techos y pueden generar más dolor en personas con enfermedades reumáticas. Por su parte, los valores bajos junto con bajas temperaturas facilitan la propagación de virus.

Velocidad del aire interior: Se consideró un enemigo potencial, sobre todo en la fase de calentamiento de los espacios interiores cuyo movimiento genera malestar a los ocupantes. Su variabilidad y alta influencia sobre la sensación térmica hace imprescindible tenerlo en cuenta a la hora de intentar conseguir que el usuario mantenga su bienestar térmico.

Como resumen, se recogieron los valores recomendados por la literatura especialista resultando la tabla 1 en la que se distingue entre el período estival y el invernal además de dos valores de vestimenta:

Tabla 1 Valores recomendados para las variables de bienestar térmico

Verano

Vestimenta (clo): 0,5

Temperatura Operativa (°C): 23-25

Humedad Relativa (%): 45-60

Velocidad del aire (m/s): < 0,50

Invierno

Vestimenta (clo): 1

Temperatura Operativa (°C): 21-25

Humedad Relativa (%): 45-50

Velocidad del aire (m/s): < 0,25

2.2 CALIDAD DEL AIRE En el momento actual puede parecer más que evidente que esta área debía estar dentro de los elegidos, no obstante, se habla mucho de calidad del aire exterior, cuando, por lo datos conocidos que constatan que la persona media está en torno a un 90% de su tiempo en interiores, debería atenderse con aún más importancia a la variable con el apellido: calidad del aire interior o CAI.

En este sentido se estudió esta variable dividiéndose como ya sucedió en la anterior en tres aspectos descriptivos esenciales.

Factores químicos: Se destacan entre estos los originados en procesos de combustión que, unidos a la falta de ventilación, puede llevar al ocupante a desenlaces fatales. También los COV (Compuestos Orgánicos Volátiles) tienen repercusiones sobre la salud estando estos clasificados según su punto de ebullición por la OMS y entre los que se debe estudiar más de cerca por ser especialmente peligrosos, el benceno, el cloruro de vinilo y el 1,2-dicloroetano. Estos elementos están presentes en partes de nuestros espacios tan comunes como las pinturas, las alfombras o los productos cosméticos. Por último, en esta subárea, hay que mencionar las partículas en suspensión PM10 y PM2,5 valorándose estas segundas más peligrosas aún por su grado de penetración en el aparato respiratorio.

Factores biológicos: Siendo estos los microorganismos y los fragmentos, toxinas y partículas producto de los desechos de todo tipo, cuyo origen es la materia viva. Estos tienen una presencia más probable en ambientes interiores con condensaciones en la que se recircula el aire y los sistemas de filtración no son eficientes. Directamente relacionada su proliferación con el control de la humedad relativa en el interior de viviendas.

Factores físicos: Como se verá posteriormente, tienen apartados específicos, siendo estos la iluminación, el ruido o las condiciones higrotérmicas ya explicados en el apartado 2.1.

2.3 PROTECCIÓN FRENTE AL RADÓN El radón es un gas radiactivo de origen natural que emana en determinados tipos de suelos, aunque también puede ser provocado por algunos productos de la construcción o por el agua extraída de pozos en contacto con este tipo de suelos.

Si bien este gas se disipa al pasar al aire libre, su entrada en los edificios donde aumenta su concentración puede producir a los ocupantes enfermedades respiratorias incluyendo el cáncer de pulmón (se estima que los causados por radón tienen un rango de entre el 3% y el 14%). Consciente de ello, en 2005, la OMS creó el Proyecto Internacional del Radón, destinado a identificar estrategias eficaces para reducir el impacto de este gas sobre la salud y a concienciar al público en general y a los responsables políticos sobre las consecuencias de una exposición prolongada.

En un edificio, las principales fuentes de radón son el suelo en el que está asentado y los materiales empleados en su construcción. Su límite está establecido según la normativa europea en 300 bequerelios/m3 considerándose perjudicial para la salud cuando se encuentra por encima de esta concentración.

Las medidas de protección más sencillas frente a este contaminante aplicables a la edificación se basan en láminas impermeables a este gas que se colocan en las zonas de contacto con el suelo para redirigir el contaminante hacia el aire libre evitando su entrada en las viviendas. Pero también se han diseño otras como habilitar una cámara de ventilación, ya sea con sistema de circulación de aire mecánico o natural, mitigando la entrada del gas en las dependencias con usuarios o llevar a cabo el desarrollo e instalación de sistemas de despresurización del terreno que permiten extraer los gases directamente del terreno al aire libre donde su concentración se reduce hasta no ser lesiva para el cuerpo humano.

Radiación gama

2.4 MATERIALES BIOCOMPATIBLES Los materiales de construcción, sus tratamientos como hemos visto antes, y los elementos de diseño y adornos interiores podrían suponer un perjuicio a la salud de los ocupantes. Es por ello que la nueva corriente y mentalización del colectivo de los Arquitectos Técnicos está incrementándose como expertos en materiales, incluyendo en la ecuación de elección para el proceso edificatorio, aquellos que sean más beneficiosos para la salud o que, al menos, no sean perjudiciales (biocompatibles).

Y es que de entre los productos utilizados en construcción, que aún se pueden encontrar en los edificios, hay que tener cuidado con algunos que se comportan de manera totalmente antagónica, en especial:

Creosota: Este producto ha sido durante años utilizado en el tratamiento de maderas evitando el ataque de hongos, bacterias e insectos xilófagos. Lo que era desconocido hasta ahora era sus efectos nocivos para la salud si se contacta directamente con el compuesto. Por ello, desde el año 2003 está prohibido utilizar, comercializar o reutilizar la madera tratada con creosota para el uso en el interior de edificios y otros elementos de decoración y de uso mediante manipulación como pueden ser los juguetes de los niños.

Plomo: Su efecto acumulativo sobre el esqueleto humano es totalmente nocivo según la OMS desde los años 90, fijando definitivamente en 2003 su límite máximo en 10μ/litros para el agua de consumo. Este elemento utilizado sobre todo en las conducciones para los edificios anteriores a conocer sus daños ocasionados a las personas se disolvía en el agua en distintas cantidades dependiendo sus características, siendo las más ácidas y blandas las que más disolvían este material llevándolo directamente a los ocupantes. A día de hoy, la retirada de estos elementos sirve como subproductos en procesos de valorización.

2.5 CONFORT ACÚSTICO El ruido fue declarado contaminante ambiental por la Organización Mundial de la Salud a principios de los años setenta y pronto se consideró como una de las formas de contaminación más comunes de las zonas urbanas que afecta a la calidad de vida de las personas que habitan en ellas. De hecho, las ciudades con más de 100.000 habitantes deberían disponer de un mapa estratégico de ruido, que indique, entre otros, el nivel de ruido día Lden y el nivel de ruido noche Lnight. En España hasta un 18% de las personas declaran sufrir problemas de salud causados por este contaminante.

Los edificios deben proteger por tanto al usuario de este nivel de ruido inevitable en su origen y que se produce en el exterior de las viviendas para procurar el confort acústico interior necesario y así poder evitar consecuencias no solo en la salud auditiva sino también evitando problemas como la hipertensión, enfermedades del corazón, tinnitus y trastornos del sueño.

Los niveles sonoros tienen dos orígenes principales hacia el interior de las viviendas:

Ruido aéreo exterior: Principalmente producido por el tráfico de las ciudades, siendo este un sonido de baja frecuencia e introduciéndose en los edificios por los denominados “puentes acústicos” coincidentes con discontinuidades en la envolvente térmica del edificio o debilidades en la misma tal y como pueden ser los huecos de ventana. Es por tanto aquí donde se deben volcar todos los esfuerzos con la incorporación de materiales de absorción acústica continuos por toda la envolvente.

Ruido entre viviendas: En dos modalidades, el ruido por impacto y el ruido aéreo. En estos casos los puntos débiles son las uniones entre forjados y particiones donde se hace necesario instalar bandas elásticas perimetrales. Cuando la situación es en dirección vertical se recomienda el uso de suelos flotantes o falsos techos con materiales de absorción acústica.

Los valores límite de pico se establecen en 140 dB (L pico ) donde aparece el umbral del dolor, pero varios estudios y la mayor parte de las normativas laborales estiman que a partir de los 80 dB para exposiciones continuadas (L Aeq,d ) se deberían tomar medidas correctoras, o preventivas si se hubiera realizado estudio anterior, evitando las consecuencias para la persona que esté sometida a este nivel de presión sonora.

2.6 ILUMINACIÓN La iluminación es una de las áreas de estudio en el que nos encontramos mucha más variedad de estudios, mayormente en la parte de iluminación natural por su aprovechamiento como fuente de energía renovable evitando el uso de iluminación artificial de apoyo en lo máximo posible. Sin embargo, lo habitual es que en muchos puestos de trabajo (y como hemos seguido en otras secciones, esto es aplicable a nuestra vivienda) se necesite esta ayuda artificial para lograr las mejores y más cómodas condiciones visuales. Además, cabe cuestionarse si se hace en la medida adecuada ya que puede darse la situación en que, incluso con apoyo de luminarias, no se den los valores recomendados para realizar las tareas en cada momento.

Por ello, entre los valores ambientales, el nivel de iluminancia y la luminancia tienen que ser vigilados para evitar deslumbramientos y asegurar el deseado confort visual, evitando posibles problemas de salud ocular que nos puedan producir dolores de cabeza, estrés y otros efectos adversos. Por otra parte, también se estima conveniente en los estudios y reglamentaciones atender al rendimiento de color, característica que se refiere a la capacidad de una luminaria para reproducir el color real de un objeto, teniendo este unos mínimos que aseguren la comodidad de la persona en la ejecución de las tareas a acometer. Esta limitación tiene la misión de eliminar posibles escenarios de luces estéticas que, sin tener una misión práctica, entorpecen la buena iluminación del ambiente y pueden producir problemas futuros de visión.

Algunos valores recomendados, y normativos en Europa, se muestran a continuación en la tabla 2:

Tabla 2 Valores recomendados para las variables de bienestar térmico según UNE 12464-1

Escritura o lectura en oficina

Ilumnación media mantenida (lux): 500

URG Límite: 19

Rendimiento de color: 80

Salas de espera, personal y pasillos

Ilumnación media mantenida (lux): 300

URG Límite: 22

Rendimiento de color: 80

Salas de operación

Ilumnación media mantenida (lux): 1000

URG Límite: 19

Rendimiento de color: 80

Hay que observar que a la iluminancia se le añaden dos adjetivos, “media” y “mantenida” lo que obliga a que esta no pueda darse en un solo punto de la estancia instándole a calcular uniformidades en toda la superficie, siendo éstas caracterizadas por coeficientes igual o inferior a 1 siendo mejor el que más se acerque a la unidad y con unos valores mínimos en torno al 0,60 pero que es variable dependiendo de los usos a los que afecte. Mantenida porque sea constante en el tiempo, y es que las luminarias van bajando sus prestaciones desde su compra inicial tal y como pasa con otra multitud de productos tecnológicos, haciéndose necesaria la vigilancia continua de su rendimiento y procurando su mantenimiento periódico.

2.7 Ergonomía, Movilidad y Accesibilidad El derecho a una vivienda digna se considera uno de los derechos humanos fundamentales, ya que un hogar inapropiado atenta directamente contra la salud física y mental de sus ocupantes. La accesibilidad física, la instalación de servicios básicos (como el agua potable, el gas, la electricidad y la calefacción), el respeto por las tradiciones (culturales, étnicas, sociales, religiosas, etc.) y la seguridad deben ser cuestiones esenciales del derecho a la vivienda. La ideal es diferente para cada persona, pero debe contar con unas instalaciones y dotaciones necesarias para la entrada y salida, el aseo personal, el reposo, la convivencia y la alimentación, que resultan esenciales para tener una vida saludable.

En este sentido, la accesibilidad toma especial relevancia y se debe considerar como característica fundamental en el diseño de la vivienda siendo accesibles aquellos hogares en los que la mayoría de las personas realizan sus actividades cotidianas de la forma más segura y autónoma posible. En datos de la Fundación ONCE esta accesibilidad es necesaria para el 40% de la población en España y fundamental para el 10%. Este último dato es preocupante ya que no solo estamos hablando de que no sean autónomos para hacer ciertas acciones dentro de su vivienda, sino que existen personas que no pueden salir de ella convirtiéndose en una prisión y para las que los problemas de salud se multiplican. En palabras del CGCOM, estas personas son más propensas a desarrollar problemas de salud mental incluyendo depresiones profundas por el hecho de sentirse encerradas en sus propios hogares.

2.8 CALIDAD DEL AGUA El ser humano es en su mayoría agua. Los datos arrojados cifran el porcentaje en el cuerpo humano entre el 50% y el 70% aunque algunos estudios llegan al 75% y en órganos esenciales como el cerebro alcanza el 80%. Tanto es así, que podríamos permanecer sin comer más de un mes, hasta once días sin dormir, pero únicamente tres días sin beber. Es elemental para la correcta ejecución de procesos internos, actuando como medio para reacciones metabólicas y sirviendo de vehículo para transportar los nutrientes, hormonas y otros compuestos para su aporte a las células o para su excreción hacia el exterior.

Por ello el acceso a agua potable es esencial para la hidratación de todos nuestros procesos y así no tener posibles problemas de salud como los declarados por la OMS, que asegura que el 88% de las enfermedades diarreicas son por aguas insalubres y saneamientos e higiene deficientes. Hecho que hubiera cambiado reduciéndose entre un 6% y un 21% la morbilidad en el caso de un correcto abastecimiento de agua potable y reduciendo potencialmente entre un 35% y un 39% los episodios de diarrea.

En la ley española 140/2003, de 7 de febrero, por la que se establecen los criterios sanitarios de la calidad del agua para consumo diario, se describen once parámetros principales a tener en cuenta en el control en grifo para asegurar una buena calidad del agua, estas son: el olor, el sabor, el color, la turbidez, la conductividad, el pH, el contenido de amonio, de bacterias coliformes, las E. coli, el cloro libre residual y/o combinado residual y sustancias que puedan tener los materiales de la instalación interior, como el cobre, el plomo o el hierro.

2.9 CONTAMINACIÓN ELECTROMAGNÉTICA En debate continuo sobre su daño a la salud de las personas, en un mundo interconectado y con millones de señales electromagnéticas alrededor nuestro es un tema a analizar y ofrecer datos objetivos sobre estudios realizados para poder alcanzar una conclusión (aunque sea provisional) sobre ello y así determinar una manera de actuar dentro de los edificios.

Por ahora, y hasta que se completen los estudios de las múltiples investigaciones a nivel mundial que existen, la OMS sigue siendo director de orquesta marcando los pasos a seguir. Su postura está dividida y es que, aunque en el último informe realizado por el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (CIIC) no se arrojan conclusiones firmes sobre la relación de las ondas electromagnéticas sobre nuestra salud, la Organización Mundial marca unos límites de exposición entre los 0 Hz y los 300 GHz. Límites que Institutos nacionales de la salud como el español, el INSST, adoptan para prevenir antes que curar…

2.10 SEGURIDAD Este concepto que puede parecer ya implícito en poder estando de una vivienda, no es tal cuando se amplía a todas las áreas que pueden afectar a un ocupante. Y es que la seguridad no es solo la protección ante lo externo, ante posibles actos delictivos prevenidos por medio de sistemas de detección de presencia y aviso a centralita, o cámaras en videoporteros para poder llevar a cabo la comprobación de quien entra a la propiedad.

Crece este concepto cuando hablamos de alarmas técnicas, que avisen a los ocupantes de una vivienda de un conato de incendio, de un escape de gas o de un peligro de inundación. Dispositivos que, al darse unas circunstancias dadas y programados para monitorizar y detectar niveles inusuales y excesivos de una variable, comuniquen esta situación para que se puedan tomar las medidas adecuadas a tiempo o incluso que tengan un sistema de automatización que ponga en marcha la instalación de regulación de estas variables hasta llegar a los valores seguros de las mismas permitiendo al usuario preocuparse únicamente de disfrutar de su vivienda.

3. DOCUMENTOS Y CONCLUSIÓN FINAL Si bien la salud en los edificios es una materia en continuo desarrollo de la que aún se están aprendiendo multitud de cosas, desde el Consejo General de la Arquitectura Técnica de España, en unión con otras entidades de renombre, se ha publicado una primera guía sobre los aspectos a tener en cuenta para prevenir los problemas de salud ocasionados por el propio edificio dirigida a todos aquellos técnicos que tengan esa misma obligación moral que se nombraba al principio de este texto.

Esta guía gratuita a disposición de todos, es el inicio de una serie de acciones en las que se seguirá estudiando todas las áreas que afectan a la salud de los ocupantes de un edificio sea cual sea su uso, de forma mucho más detallada ofreciendo pautas para construir “Edificios Saludables”

Como conclusión principal, cabe destacar que la necesidad de que los hogares, lugares de trabajo, de ocio o de cualquier otra índole que construyamos deberían tener como principio fundamental la salvaguarda de la salud del ocupante por encima de cualesquiera otros aspectos relacionados ya que solo así el edificio cumplirá su función, servir de hogar saludable al usuario.