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La recuperación del sistema natural alrerado por el crecimiento urbano

Una propuesta de Jenaro de Silva Sagaón para la ciudad de Guadalajara, Jalisco

Por: Jenaro de Silva

El arquitecto J. Jenaro de Silva es director general de: De Silva Arquitectos, despacho que se encuentra ubicado en la ciudad de Guadalajara, Jalisco, México.

Como urbanista, he acumulado experiencia en la planeación urbana que parte del estudio de las condiciones naturales del sitio, con especial ponderación de las cuencas hidrológicas naturales. La presencia de corredores verdes, conductores naturales del agua pluvial, y extensiones húmedas en un nuevo proyecto, se ha convertido en un objetivo primordial. Este enfoque profesional corresponde con una convicción personal sustentada en posturas de diversos autores, como la de Ian Mc Harg, cuyo tratado Diseñando con la naturaleza, se ha constituido como premisa del nuevo urbanismo que ha de realizarse bajo los criterios de la sustentabilidad.

El ejercicio profesional ha alternado con el académico, estableciendo como propósito fundamental la restitución de las condiciones naturales del sitio, en un proyecto de intervención urbana planteado para la ciudad de Guadalajara. Se llamó Espacios vitales para la ciudad, como el Proyecto de Aplicación Profesional (PAP) que coordiné en el Departamento del Hábitat y Desarrollo Urbano del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO) entre los años 2008 y 2015, con el apoyo teórico-práctico de Margarita de Silva Peña.

Sobrevino entonces la propuesta de la Recuperación de los cauces y humedales en la ciudad de Guadalajara, para la generación de un sistema de parques concordantes con el escurrimiento pluvial. El proyecto, que puede considerarse como utópico para algunos, es una opción distinta a la propuesta de realizar un drenaje profundo del agua de lluvia en la ciudad. Las grandes ventajas que presenta la primera, es la generación de área verde en los sitios más húmedos; la solución al conflicto de inundación sobre superficies impermeables de la ciudad; la disposición de áreas verdes recreativas en linealidad, y sobre todo, la reintegración ecológica entre la serranía perimetral al valle de Atemajac y la barranca del Río Santiago, a través de la ciudad.

El punto de partida fue mi análisis del escurrimiento pluvial superficial, sobre una restitución fotogramétrica de la ciudad de Guadalajara, encontrando que los cauces históricos —la mayoría de ellos sepultados por la urbanización— eran, por supuesto, coincidentes con los sitios de conflicto por la inundación descontrolada en el temporal de lluvias. Algunos cauces fueron rectificados en su trazo original; otros, confinados entre muros para convertirlos en canal; algunos más, embovedados; pero la mayoría fueron convertidos en calles (no siempre con la canalización subterránea). Incluso existen varios casos de urbanización sobre cañadas con relleno (barrio Artesanos, colonia Alcalde Barranquitas, entre otras, como las de reciente construcción al norponiente de la ciudad). Asimismo, se presentan innumerables casos de colonias, aun realizadas institucionalmente, sobre terrenos de ínfima pendiente, proclives a la inundación y con problemas de drenaje sanitario, como es el caso de algunas colonias de vivienda de interés social, en San Pedro Tlaquepaque y en Tlajomulco de Zúñiga (ambos municipios conurbados con Guadalajara).

Este proyecto fue publicado en la sección de medio ambiente del Periódico Público por el periodista Agustín del Castillo en mayo de 2005, y posteriormente en el volumen 3, “Mañana”, de Guadalajara en tres tiempos (pág. 66 a 69) de la Biblioteca Milenio de Historia.

Posteriormente en mi participación como el consultor en la elaboración de los Planes Parciales de Desarrollo Urbano, de la zona 01, Centro de Guadalajara, en el año 2014, fue posible incluir en el capítulo de Diagnóstico, la ubicación del sistema natural de escorrentía pluvial en el territorio urbano; asimismo, se consideraron los sitios inundables como Áreas de Renovación Urbana (en proceso de urbanización), y se aprovechó la modalidad institucionalizada en el Código Urbano de Jalisco, de Área de Gestión Urbana Integral (AGUI) con la finalidad de la generación de importantes proyectos (incluso de beneficio inmobiliario) en los que la reurbanización sea compatible con el incremento de densidad y decremento de contacto de la edificación con el suelo (incremento de área verde permeable y de la reapertura del cauce o humedal preexistente).

Si bien estos planes fueron impugnados por una docena de ciudadanos, las propuestas podrían estar latentes hacia su futura aplicación. A la normatividad con los instrumentos oficiales deberá sumarse la convicción ciudadana. El proyecto se ha presentado en varios foros; se ha expuesto a mi auditorio en el programa de capacitación para Directores Responsables de Obras en el Colegio de Arquitectos del Estado de Jalisco (tema medioambiental), y en algunos medios de comunicación televisivos y radiofónicos.

Como indiqué al inicio, mi campo de acción es el urbanismo, sin embargo, algunos medios me han consultado sobre el conflicto de las inundaciones y su posible solución.

Fui entrevistado y publicado en primer término por la oficina de Comunicación Social del ITESO; posteriormente, bajo la promoción de esta misma instancia universitaria, participé en programas como Cafetera W que la periodista Mercedes Altamirano conduce en la radiodifusora W Radio de esta ciudad, a quien le aclaré sobre mi campo de especialidad, mi vinculación con el ejercicio académico en el ITESO (como profesor de medio tiempo en ese entonces) y mi dedicación al ejercicio independiente como arquitecto y urbanista.

Como respuesta a la pregunta sobre la causa y solución del problema de inundaciones por lluvia en la ciudad, afirmé que el crecimiento urbano de Guadalajara, como el de muchas ciudades, ha incorporado el entubamiento y la conducción por calles-canal, de cauces pluviales naturales. A la sepultura del escurrimiento natural se acompaña la obstrucción con bloques de edificación, lo que agrava definitivamente el desahogo del agua de lluvia, provocando las inundaciones que vivimos cada año los habitantes de esta ciudad.

Me pidió la periodista mencionar algunos cauces con dicha problemática y referí como ejemplo: El Chicalote, Río Atemajac, arroyo de La Campana, cauce Arenales, arroyo Campo Florido, además de los arroyos Osorio, San Gaspar, Colimilla y el mismo Río San Juan de Dios.

Abordé la pregunta inicial y comenté que la solución no está en los entubamientos;º el azolve de las bocas de tormenta determina que el agua continúe su curso por superficie y anegue el espacio urbano. La solución definitiva se ubica en la recuperación de los cauces naturales. Además de resolver el problema de inundaciones, el afloramiento de los cauces incrementaría el espacio abierto y la masa arbórea, toda vez que se restituirá la trama del sistema natural que une a la serranía perimetral de la Zona Metropolitana de Guadalajara con la barranca del Río Santiago a través de la ciudad y, al separarse el agua de lluvia del drenaje sanitario, podría aprovecharse el uso de un volumen considerable de agua. La imagen y la calidad ambiental sobrevendrían adicionalmente a la solución del drenaje pluvial.

Externé que este proyecto plantea un objetivo a seguir en el desarrollo urbano de Guadalajara hacia el futuro, más allá de la solución al conflicto de las inundaciones por lluvia. Mencioné que puede asumirse como un plan a seguir: Guadalajara, Ciudad Fluvial.

Referí que el proyecto es a muy largo plazo (aunque debí acotar que se debe iniciar de inmediato). Comenté, finalmente, que la política de densificación del territorio urbano (en vez de continuar con la gran expansión horizontal), compatibiliza con este proyecto, al considerar que la densificación implica la renovación urbana o la reurbanización. Las zonas colindantes a los corredores de escurrimiento pluvial a resucitar (zonas federales recuperadas), pasarían a ser sujetas de la edificación limitada en superficie de contacto con el suelo y de más elevación. Esta posibilidad podría ser considerada como un factor de oportunidad para los propietarios colindantes y los desarrolladores inmobiliarios.

Me preguntó la entrevistadora sobre el involucramiento de la autoridad en este proyecto, a lo que respondí que es muy incipiente. Mencioné mi ponencia en el Foro que se celebró el año pasado en el seno del Consejo Estatal de Desarrollo Urbano, organismo en el que estuve participando como representante del ITESO. La autoridad en materia de desarrollo urbano, hasta este momento, solo ha escuchado (aunque la entonces titular de la Secretaría de Ecología, Medio Ambiente y Desarrollo Territorial SEMADET, me invitó a formar parte de su consejo técnico consultivo; esto no lo comenté en la entrevista).

La entrevista concluyó con mutuos agradecimientos. La periodista gentilmente me pidió regresar más adelante para reportar los avances de este proyecto.

CONCLUSIÓN

La continuidad del sistema natural en el territorio urbano, como fundamento ambientalista, regirá para cualquier ciudad. Toda actividad humana, por convicción ciudadana y bajo el marco de la legalidad institucional, estaría subordinada a la preservación y al mejoramiento de las condiciones naturales originales del territorio. Esto aplicaría para nuevos desarrollos y para proyectos de intervención en urbanizaciones existentes.

Agradezco infinitamente a la Revista Tangible

Jenaro de Silva Saga