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MENSAJE DE LA EDITORA

Por: Daniela Arvizu Sauza

Arquitecta y profesora en la Universidad de Montemorelos en Nuevo León, México

Siendo el primer número de esta publicación, resulta importante definir los objetivos que, como equipo, nos hemos propuesto.

Al plantearnos el proyecto de elaborar una revista de arquitectura, nos enfrentamos con definir lo que entendemos como arquitectura y l o que a través de ella queremos comunicar. En cuanto a su definición, llegamos a la sencilla conclusión de que la arquitectura no es más ni menos que la actividad humana hecha tangible.

¡Qué gran privilegio y qué gran responsabilidad! Pero, sobre todo, el definir a la arquitectura de esta manera nos insta a ver la disciplina como parte de algo más complejo, siendo esta solo un contribuidor a la creación física de nuestro entorno. Es aquí donde nos interesa ver la arquitectura como transdisciplinaria, teniendo que salir más allá de nuestro conocimiento hacia la de otros, para poder realizar nuestro quehacer de mejor manera, aceptando que somos integrantes de un equipo amplio de disciplinas y actores que en conjunto caminamos de lo intangible a lo tangible.

Esto coloca un escenario sumamente exploratorio para nuestra revista. Deseamos descubrir e indagar en las relaciones que existen entre nuestra disciplina y otras, logrando quizá, borrar los límites existentes que actualmente limitan el trabajo colaborativo. Deseamos también, crear una revista para todos los interesados en entender la complejidad de la creación de nuestro entorno físico y así asumir una responsabilidad más colectiva en su producción.

Este primer número resulta de especial valor dada la pandemia vivida este año. Crear lazos más fuertes entre el entorno construido y la salud resulta más imperativo en nuestro contexto actual. Creemos, ahora con más fundamento, que el diseño salutogénico debe ser integrado de manera más intencionada en la creación del espacio. Si bien, siempre se ha reconocido, por lo menos en manera filosófica, que la arquitectura debe ser creada para el servicio de la humanidad, pensando primeramente en el bienestar del usuario, creemos que es fácil señalar cómo esta profesión se ha pervertido bajo objetivos enfocados en beneficiar a unos pocos versus el bien común.

Hemos incluido distintos puntos de vista del tema. Alumnos, docentes, investigadores y proyectistas de diferentes disciplinas han contribuido al contenido de este número. El contenido de igual manera es diverso, incluyendo proyectos, investigaciones y vivencias personales. En algunos casos, la relación buscada es explícita, como al hablar de edificios diseñados para el sector de la salud; en otros, la relación es más sutil, pero resulta más interesante. En estos casos pedimos una mente abierta que busque encontrar la obviedad de esta relación que en nuestro día a día podemos llegar a ignorar.

Invitamos al lector a repasar el contenido con ojos críticos; cuestionando cómo se pueden unir más actores en la búsqueda de la creación de espacios que generen salud.

Esperamos que esta revista aumente el entendimiento de la realidad que muchos ignoramos: nuestro entorno es responsabilidad de todos, es creado por todos y nos afecta a todos.