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PERFIL
“El que no vive para servir, no sirve para vivir” Carlos Alberto Rodríguez y su labor social durante la pandemia
Foto: Randy Riofrio
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CARLOS ALBERTO RODRÍGUEZ
Por: Emelly Minga Ramón, Randy Riofrio, Jonathan Galarza Carlos Alberto Rodríguez encontró en la labor social el significado de su vida. A los 5 años fue diagnosticado con leucemia y a los 9 con cáncer. Después de luchar por varios años en contra de esa enfermedad, salió victorioso, y desde aquel momento supo que tenía un propósito por cumplir. Carlos Alberto o “Beto” llamado así por sus familiares y amigos, nació en la ciudad de Machala, tiene 26 años de edad y es Ingeniero Civil. Actualmente labora en CR Construcciones realizando obras de regeneración urbana. Mediante ese trabajo pudo palpar las necesidades que atraviean las familias de escasos recursos que viven en los barrios periféricos de la ciudad. Fue así que surgió su idea y usó los cimientos para la creación de “Amor, Fe y Esperanza” (AFE), un grupo de labor social liderado por Beto y que está conformado por su familia y amigos. Con el pasar del tiempo se han comenzado a integrar más personas, pues el grupo está abierto para todos aquellos que deseen servir a la comunidad machaleña. Beto es un hombre que cree firmemente en Dios, es por ello que nombra al grupo por un versículo de la biblia que indica. “La fe, la esperanza y el amor permanece; pero es el amor el mayor de ellos,
Foto: Randy Riofrio
Caravana de la alegría poniendo como primero la palabra “amor” porque considera que es el valor más importante. AFE comenzó sus actividades a inicios de enero de 2019 y no han parado su ardua labor a pesar de la crisis sanitaria producida por el covid-19. “En tiempos de pandemia se vivieron momentos muy difíciles en donde los recursos económicos de todos se vieron golpeados, sin embargo, hubo muchas personas que se unieron para colaborar y entre todos pudimos llegar a varios sectores. Los miembros de AFE, a pesar de los riesgos, decidieron armarse de valor y salir a ayudar a quienes más lo necesitaban. Algunas de las actividades que realizaron en medio de la pandemia fueron: donación de kits educativos para que decenas de niños puedan seguir estudiando, donación de víveres y ropa para las familias mas vulnerables. Con la finalidad de preservar la salud mental de las personas, crearon la “Caravana de la alegría”, una actividad que se realizó con todas las medidas de bioseguridad, la cual consistió en visitar los barrios suburbanos de la ciudad llevando música, bailes y globos. Luego, para mayor seguridad, la caravana se trasladó a las plataformas virtuales haciendo transmisiones vía Facebook, también realizó serenatas móviles por los días de la madre y del padre. Mauricio Mateo, miembro de AFE, comenta que ve a Beto como un joven guerrero, luchador, incansable, siempre alegre, dispuesto a ayudar a los demás desinteresadamente y uno de los mejores amigos que alguien puede tener. Este grupo de jóvenes solidarios ha realizado otras obras sociales desde su creación, actividades como. Brigadas médicas, odontológicas, psicológicas, deportivas, prevención de usos de alcohol y drogas, entre otras. Además, Beto apadrina el albergue Divina Misericordia, un lugar en el que ayudan a personas con problemas de salud mental. “Es el ejemplo de que la juventud no te limita a hacer cosas increíbles, además es un buen líder” dijo Michael Riofrio, miembro de AFE. “Mi propósito de vida es hacer una transformación en mi ciudad, en mi provincia y en mi país”, mencionó Beto. De esta manera se puede constatar que a pesar de los momentos duros que atraviesa el mundo, hay personas que están dispuestas a ayudar ante cualquier circunstancia.

Foto: Randy Riofrio
Beto durante una actividad de AFE


NARDY CARRIÓN: ENTRE TELAS Y PUNTADAS
La diseñadora orense comparte su trayectoria y habla sobre su nueva colección con tela de bioseguridad
Foto: Cortesía Inna Grunaguer
Nardy Carrión durante un desfile de modas mostrando una de sus colecciones

Por: Emelly Minga Ramón, Randy Riofrio
Nardy Carrión de Grunaguer tiene 48 años de trayectoria en el mundo de la moda y alta costura, actualmente es fundadora y presidenta de la Asociación de Diseñadoras de El Oro.
1. ¿Cómo nació su amor por el diseño de modas?
Crecí en un hogar con 11 hermanos y mi madre tenía un taller de costura, ese ir y venir de las clientas y estar inmersa en un mundo de telas, modelos, figurines, hizo nacer en mí el deseo de ser diseñadora.
2. ¿Cómo aprendió a dar sus primeras puntadas?
A los 7 u 8 años comencé a dibujar mis primeros vestidos en mis cuadernos. Cuando tenía 13 años mi madre necesitaba ayuda en el taller así que me vi obligada y aprendí a coser a temprana edad, luego comencé a hacer pequeñas prendas que yo diseñaba por iniciativa propia, finalmente a los 17 años hice mi primer vestido largo.
3. ¿Qué es lo que le resultó más difícil cuando comenzó su carrera?
Al inicio de mi carrera tuve muchas dificultades, tuve que dividir mi tiempo para poder trabajar como docente en una escuela, seguir siendo una diseñadora de modas y atender a mi familia. Luego de unos años decidí dedicarme de lleno al mundo de la moda.
4. ¿Qué reconocimientos ha recibido por su labor?
He tenido el honor de diseñar vestidos para pasarelas nacionales e internacionales como la Expo-Moda mundial en New York en 1991.
También he diseñado vestidos para diferentes concursos de belleza como el Miss Universo, Miss Mundo, Reina Mundial del Banano, Miss Ecuador, Miss Internacional, Reina de Guayaquil, Reina de Machala, entre otros. Gracias a mi esfuerzo y trayectoria he podido ser acreedora de varios premios, entre ellos puedo destacar: premio al mejor traje típico nacional e internacional en el Reina Mundial del Banano (1987), Aguja de Oro del Ecuador (1988)y el Premio al mérito de la alta costura otorgado por el Municipio de Santa Rosa (1989).
5. ¿Cómo le ha afectado laboralmente la pandemia del Covid -19?
Fue muy duro para mí, tuve que dejar de trabajar durante la cuarentena. Además, tuve que cerrar mi local, el cual estaba ubicado en el centro de la ciudad. Luego de estar dos meses encerrada, se me ocurrió la idea de hacer mascarillas y trajes de bioseguridad, pero personalizados. Las clientas me pedían un modelo y lo hacía.
Nardy Carrión y algunas modelos

Cortesía: Inna Grunaguer
Un modelo de maxidress

6. Coméntenos acerca de su nueva creación “los Maxidrees”.
Los Maxidress son una nueva tendencia, son vestidos urbanos largos. Los elaboré con tela de bioseguridad y los enviaba a Guayaquil para que los estampen. La finalidad de estos vestidos era que se sientan a la moda, pero también que se sientan protegidas al usarlos.
7. ¿Tiene alguna anécdota que le gustaría compartir que haya ocurrido durante su trabajo?
Una de las anécdotas que más recuerdo fue cuando una vez llegó a mi atelier una señora con su joven hija, ambas de apariencia muy humilde. La ropa de ellas estaba un poco manchada, pero eso era algo que no me importó, la señora me dijo que quería un vestido para su hija porque iba a participar en un reinado, así que las atendí y les ofrecí algo de tomar. Luego de eso les mostré mis bocetos y eligió el más caro, enseguida ella sacó una media llena de un fajo de billetes y me dio $1.000 yo quedé sorprendida. Luego me comentaron que habían ido a otros lugares, pero que no las atendieron por su aspecto, eso dejó en mí una gran lección de vida y es que no podemos juzgar a las personas por su apariencia.
Creditos: Carlos Romero

Mascarillas antifluidos con diseños
MASCARILLAS: EL OUTFIT EN TIEMPOS DE PANDEMIA
Cuidar la salud con estilo, es posible Por Karla Hurtado, Joselyn Pérez, Enrique Dávila
La vida cambió de un momento a otro. Desde febrero de este año, cuando Ecuador se convirtió en el tercer país latinoamericano después de Brasil y México en confirmar un contagio de covid-19, se prohibieron los abrazos y todo tipo de contacto físico. Las risas con amigos y familiares se escondieron tras una mascarilla, quirúrgica o de tela; cualquier tapaboca es útil actualmente. Con el nuevo esquema de bioseguridad, la mascarilla pasó a ser el más reciente complemento de moda, formando parte de la vestimenta del día a día de hombres, mujeres y niños, dando paso, además, a una oportunidad de trabajo para los emprendedores. Tras la alta rentabilidad de mascarillas, los comerciantes machaleños comenzaron a adaptarse a esta nueva modalidad, despertando en ellos la creatividad, mostrando una gama de opciones en formas y colores. Así lo hizo Cesar Gualán, comerciante de calzado, quien tuvo que paralizar sus labores debido a esta pandemia y para solventar sus gastos se decidió a confeccionar mascarillas. “Primero utilicé mi material para armar moldes, tenía una cuerina que usaba para el calzado, luego opté por adquirir telas como antifluido, tafetanes; incluso, tela camiseta rellena con algodón para filtro y cerradas con dacrón”, expresó Gualán. tela camiseta rellena con algodón para filtro y cerradas con dacrón”, expresó Gualán. Navegando por internet y también recorriendo las calles de Machala se encuentran diferentes modelos de mascarillas para combinar con varios estilos de ropa, además se puede dar un toque personal de acuerdo a la ocasión. “Quienes compran las mascarillas quirúrgicas tienen que gastar dinero para comprarlas todos los días, pero hay otras personas como yo que usamos las de tela porque es un solo gasto, además, las puedo volver a usar. También me gusta combinarlas con mi ropa, es por eso que uso diferentes estilos de mascarillas”, comentó Vanessa Cárdenas, ciudadana machaleña. Sin embargo, más allá de la moda y el estilo, se prioriza la salud; es por ello que, respetando las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) son elegidos por los diseñadores de moda los materiales adecuados para la confección de las mascarillas, que ayuden a proteger el bienestar de la ciudadanía. “Uno de ellos es la tela antifluidos que es una fibra sintética manufacturada 100% poliéster fabricada a base de derivados del petróleo, lo que le da características y ventajas por
su composición química, que se ha convertido en una herramienta increíblemente útil”, señaló Bladimir Tamayo, médico general. Hechas con doble tela normal, tela normal con forro antifluido y de tela camuflada, son los tipos de mascarillas que ofrece Verónica Cárdenas, costurera y vendedora de productos en línea, quien aprovechó las redes sociales para promocionar sus mascarillas caseras, influenciada por su vecina, quien la animó a empezar su pequeño negocio en casa. “Los clientes tienen diferentes gustos, las prefieren en colores llanos, estampados, combinadas, camufladas de muñequitos. Siempre buscan que su mascarilla vaya acorde a la ocasión o atuendo”, dijo Verónica.
Creditos: Carlos Romero
Optar por las mascarillas desechables de color básico, verde y azul, se tendrá menos posibilidades de combinar, pero con las mascarillas de tela se podrá agregar estampados y diseños para tener el outfit perfecto. Según la emprendedora Cárdenas, los colores de uso más comunes son el negro y el beige, que se utilizan comúnmente para la ropa más formal. Otras opciones son los tonos cálidos, que son más alegres como el amarillo y rojo. También para los más pequeños de casa se utilizan comúnmente para la ropa más formal. Otras opciones son los tonos cálidos, que son Creditos: Carlos Romero

Mascarilla con diseño tropical para hombre más alegres como el amarillo y rojo. También para los más pequeños de casa se utilizan colores anaranjados, estilo camuflaje y otros que pueden ser implementados con los estampados o personalizados que le darán luz al outfit. En este confinamiento, las mascarillas han llegado para quedarse durante un buen tiempo, es por ello que las confeccionistas han considerado varios aspectos: que sean bonitas, cómodas de llevar, elegantes para poder combinarlas en cualquier situación; y, lo más importante,que sean seguras para tratar de salvaguardar la

Mascarilla con diseño floral para mujer

salud mientras sea necesario.