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opinión
marzo - abril 2016
Se trata de Gloria Cadillo Ángeles
Escribe: Edgar Guevara Soto Director de la Coordinadora de Medios Locales (PERÚ RADIOS)
CONTINÚAN QUEJAS Y RECLAMOS CONTRA CONTROVERSIAL FUNCIONARIA DEL MTC
U
n servidor público, que ocupa un cargo directivo, es riesgoso cuando no respeta las libertades ni los derechos de los trabajadores, los administrados, ni la opinión pública. Peor si éste funcionario es proclive a conculcar la libertad de expresión y de información; contravenir las leyes y las normas; usar el cargo para limitar los derechos de los trabajadores y de los usuarios del servicio público. Es obligación de todo ciudadano, denunciar estos actos y no permitir que se cometan este tipo de atropellos ni avasallamientos contra trabajadores, administrados, ni mensajeros de las buenas y malas noticias. Desde que asumió el cargo, la Directora General de Autorizaciones en Telecomunicaciones (DGAT) del MTC, Gloria Cadillo Ángeles ha adoptado una actitud inquisitiva contra los trabajadores, limitativa con los derechos de los administrados, conflictiva con los demás órganos de la administración del MTC y restrictiva con la prensa que publica y difunde las quejas y los reclamos de los usuarios. Ha “querido matar al mensajero”, prohibiendo la circulación de la revista PERÚ TV RADIOS al interior del MTC. Primero lo hizo en su Dirección y luego en todo el MTC, Incluso para ello se valió de personal de seguridad a quienes ordenó -bajo amenaza de despido- requisar las revistas y retener indebidamente a las señoritas que distribuían la publicación. Todo ello en vano, porque todos los trabajadores saben que pueden obtener gratis un ejemplar en los puestos de periódicos de los alrededores del MTC, o puedan solicitar que les llegue a sus domicilios. Cualquier justificación al respecto es vaga, si fuera por un tema de control u orden administrativo, entonces también estarían impidiendo la circulación de “El Comercio”, “La República” o “Caretas” al interior del MTC. Y no solo a una revista que trae –entre noticias buenas- también las quejas y reclamos de los trabajadores y administrados de su dirección. La actitud arrogante y soberbia de la funcionaria ha generado mucho engorro al interior del MTC y los radiodifusores, empañando la gestión del Ministro de Transportes y Comunicaciones José Gallardo Ku y del Viceministro Javier Coronado Saleh, “quienes se esfuerzan por servir mejor al país”, mientras que la Directora Cadillo hace lo contrario. Según los mismos trabajadores del MTC, Ca-
dillo tiene una actitud presuntuosa e inquisitiva con los trabajadores de la Dirección General de Autorizaciones en Telecomunicaciones y otras direcciones del MTC, con lo cual ha provocado el rechazo y la renuncia de varios profesionales. “Los nuevos contratados más se empeñan en alimentar su ego que exponer su razón y sus conocimientos”, sostienen los denunciantes. “Ha generado también el quiebre de la relación congruente de la DGAT con la Dirección de Asesoría Jurídica y la Dirección General de Control y Supervisión en Comunicaciones. Dicen que “su cercanía con el Ministro Gallardo, le ha dado ínfulas para ponerse por encima de los otros funcionarios y trabajadores del sector”. Estas denuncias y quejas son frecuentes por parte de los profesionales del MTC, sin embargo prefieren mantener en reserva su identidad por obvias razones. Esta actitud desdeñosa es mayor aún con los radiodifusores y los administrados que acuden al MTC para realizar sus trámites y gestiones. La señora Cadillo ha limitado sus derechos y ha convertido a la DGAT en un claustro. Los administrados no pueden acceder -como mandan la constitución y las leyes- a sus expedientes e indagar sobre la situación de fondo de su trámite con el profesional a cargo del mismo. La Directora Cadillo -a diferencia de todos los anteriores directores- ha dispuesto que ningún administrado suba al piso de su dirección sin su autorización. Los radiodifusores que acuden al MTC para
indagar por su expediente, son atendidos solo en el primer piso -luego de esperar varios minutos y a veces horas- por un asistente que solo puede informar la ubicación del expediente, (Información que se puede acceder por la web o por teléfono sin necesidad de ir al MTC) pero no puede dar explicación de los oficios y resoluciones directorales que expide la DGAT con errores ortográficos, mal redactados, con información entreverada de unos con otros expedientes, y sobre todo, con aplicaciones de normas inconexas con el trámite. Pero cuando el error viene del radiodifusor, ya sea por una letra, un punto o una raya, (no exagero) el trámite queda entrampado y hasta puede ser denegado. El Principio de Informalismo de la Ley de Procedimiento Administrativo es letra muerta para la Directora Cadillo. Los ejemplos abundan por decenas. Es bueno y necesario que la referida funcionaria sepa que -como servidora pública- sus transgresiones legales y administrativas generan perjuicios, gastos y daños a los administrados, quienes se esfuerzan por contribuir con el país, desde sus propias empresas con sus propios recursos y esfuerzos. Las trabas burocráticas y el recorte de sus derechos no es lo mejor. Su labor debe ser cumplida con diligencia y entrega profesional, para dejar huella y trascender luego de haber ocupado un cargo tan importante que en su momento pudo ser demasiado. En tanto las irregularidades continúen, seguiremos trasladando la voz de los radiodifusores que se sientan afectados en sus derechos. Y más cuando se intente censurar la libertad de expresión y de opinión.