Transformar tu vida no es algún concepto esotérico o raro, es más, de alguna manera todos los días intentas hacerlo, trabajas porque quieres tener cierta “calidad” de vida, haces ejercicio para mantenerte sano, o porque deseas transformar tu cuerpo en uno que te sea más agradable. No nos es para nada desconocido el concepto de evolución o transformación, el único problema es que la mayoría de las personas suele darle prioridad o mayor énfasis a aquello que le preocupa más; algunas personas son muy buenos deportistas, y sin embargo son unos “ogros”, otras personas son extremadamente llevaderas, amables y ecuánimes, pero su peso es preocupante, o se quedan sin aliento sólo por subir unas escaleras; hay personas muy inteligentes, con una gran cultura o conocimiento, pero crueles al expresarse. Estas situaciones, aunadas a muchas de nuestras falsas creencias, o a la falta de conocimiento en ciertos temas, ponen muchas veces nuestra salud en riesgo; por dar un ejemplo, pensamos que ser deportistas de alto impacto asegura que nuestro cuerpo es más fuerte, resistente y sano que el de los demás, pero muy probablemente las personas menos “sanas” que he visto son estos deportistas, agotados, llenos de lesiones, normalmente con dietas inadecuadas, bajos de energía. Siempre veo la cara de sorpresa cuando les indico que su estilo de vida es lo que los tiene así. O hablando de falsas creencias, qué me dicen de los estereotipos de belleza y cuerpos esculturales que nos venden, y por los cuales somos capaces de hacer grandes sacrificios, tomar suplementos que muchas veces no sabemos qué son, someternos a dietas inadecuadas, seguir los alimentos de “moda”, vayan conmigo o no. Tengo que recordarles que incluso una “inocente” plantita, en dosis elevadas, puede ser fatal sin importar lo “natural” que sea, ¡vamos, que hasta el agua en grandes cantidades puede causar serios problemas!, como deshidratación, por ejemplo. Estamos llenos de mitos y falsas creencias acerca de la salud, pero más preocupante aún es la tendencia a separar el trabajo de la mente, el cuerpo, las emociones y, por qué no, el espíritu.
Aún me maravillo cuando veo que alguna enfermedad de largo tiempo que una persona no podía curar desaparece al llorar aquella situación traumática olvidada, o simplemente porque ahora nos enojamos menos; he visto en consulta muchas veces eso, pero también he visto personas con fuertes trastornos emocionales, o crisis severas, mejorar de una manera sorprendente cuando algún viejo dolor, o alguna enfermedad fue tratada de la manera adecuada. Pule tu cuerpo y tu mente, alcanza la armonía y el balance en tu vida, y por medio de tus acciones y tu ejemplo ayuda a otros a conseguir lo mismo; entonces estaremos hablando de salud. O ¿acaso crees que es algo sano cultivar el egoísmo, tener miles de millones sin importar el costo y no compartir o aportarle al mundo? Te recuerdo que son personas así las que han “enfermado” a este país, por ende, éste no puede ser un signo de salud. Es por la necesidad de propagar esta filosofía, este entendimiento, por la necesidad de llevarlo a la práctica, que formé junto a mi padre (una sana relación con la familia es parte de lo que hemos hablado) un lugar llamado CENTRO SUKKHA, para poder ayudar a las personas a alcanzar una verdadera salud, porque es mi granito de arena para un México más saludable y consciente, una persona, una familia, una ciudad, un país, un mundo. Porque como ya te dije antes, una mente sana también piensa en los demás.
Por Eduardo López
Psicoterapeuta e Instructor de Kung Fu, Tai Chi y Chi Kung médico
eduardodharma@yahoo.com.mx
sukkhaholistic