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¡Feliz aniversario Marvinianos!

Catorce años reportando PREcocidades Revista Marvin cumple 14. En años perro es hablar de vejez. En años mosca es hablar de varias reencarnaciones. En años niño es la explosión de la adolescencia. En años niña, empiezan los PREparativos para el gran baile de quince años. En años de una editorial de música, cine y arte en la ciudad de México, y en este momento histórico, más que un esfuerzo titánico -que lo ha sido- es una colección bien gorda de los mejores momentos en la cultura que hemos podido recopilar, para compartir, mes a mes con todos aquellos que nos acompañan en este viaje: nuestro equipo de trabajo, amigos, colaboradores, socios comerciales, y antes que todo, tú que lees y por quien nos deleita llenar estas páginas. Y mirando hacia atrás nos encontramos con una cantidad de manifestaciones que, en perspectiva, son producto de la PREcocidad. Esa que, con catorce años de espiar a escondidas de los mayores, amamos que nos tome por sorpresa. Esos discos, canciones, películas, muestras plásticas y libros que se adelantan una y otra vez a su tiempo y al nuestro, especialmente en estos fugaces años globalizados e interconectados. Manifestaciones artísticas que nadie veía venir y que brotan hasta por debajo de los memes. Artistas que, jóvenes o viejos, entregan desde un perfil de SoundCloud, una página de tumblr o su historial de Facebook, ese objeto anticipado que gira 90 grados al rumbo de la cultura y arroja un millón de nuevas posibilidades a todo lo que ya dábamos por sentado. Celebrando estos catorce y con poco menos que el doble de ese número, Javiera Mena engalana nuestra portada y nos cuenta de su vida al rededor de ese pop que vestirá también nuestra fiesta de cumpleaños llamada Festival Marvin.

Entrando en tema de pachangas a lo grande, nos PREparamos para experimentar intensamente y reportar a lo gonzo, el Carnaval de Bahidorá, el festival NRMAL y el ya fundamental Vive Latino. En música, recordamos a un talento PREcoz, tanto que se desapareció prematuramente: la voz de The Manic Street Preachers, Richey Edwards. Las jóvenes gemelas franco cubanas Ibeyi se sacan de la manga unos aventajados trucos de iPad, para hacernos cantar en inglés y yoruba y bailar en jazz, future bass y hip-pop. Desde México, Billie Mandoki responde con beats ambientales rebosantes de magia y luz, mismos que viene maleando desde los 16 y a sus muy poco más de veinte, hoy la colocan ya entre los nombres importantes de la electrónica seria. En cine, revisamos la historia de Battle Royale, una caótica visión oriental que podría haber salido de juntar El señor de las moscas y Los juegos del Hambre. En nuestro apartado para el arte, la australiana Lazybones, también conocida como Miranda Lorikee PREstó a estas páginas una selección de su arte exquisito, minimalista y coloridamente pop. Haciendo mancuerna con ese estado mental, Óscar Hernández hace una revisión de cómics de color adolescente, pensando en estos catorce años de trayectoria y yuxtaponiéndolos con las muestras más jóvenes y aventuradas a mano. PREparémonos entonces para esta fiesta de catorce, que ya tiene fecha: este 16 de mayo vistámonos todos de maneras PREcoces; brinda con nosotros ahora mismo, en un franco PREcopeo y que nadie se quede sin celebrar.

¡Salud! Uili Damage @uili



DIRECTORIO PRESIDENTE CECILIA VELASCO MARTÍNEZ ceci@revistamarvin.com

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MVN 130 :: PRECOCES :: JAVIERA MENA 130

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ALEXIS DE ANDA / ROBERTO FLORES / GON CURIEL / RICHIE O’FARRILL / MANCHITA CAYENDO MAL (ESEWEY, EDUARDO TALAVERA, JUAN CARLOS ESCALANTE) FRAN HEVIA / LEYE NEDVEDOVICH / HORACIO ALMADA / MACARIO BRUJO PABLO ARAIZA / ADRIANA CHAVEZ / ANÍBAL EL MUERTO / KIKIS / MANUNNA CINE, ARTE, CONFERENCIAS Y MÁS TALENTO POR ANUNCIAR MÉXICO D.F. CIRCUITO CONDESA / ROMA @FestivalMarvin /FestivalMarvin BOLETOS A LA VENTA EN

ASISTENTE MONTSERRAT ASCANIO VARGAS montserrat@revistamarvin.com

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16 MAYO 2015 festival.marvin.com.mx

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PRECOCES :: JAVIERA MENA

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WEBMASTER ERNESTO MAGAÑA ernesto@revistamarvin.com MARVIN TV PEDRO VELASCO pedro@lphantfilms.com MARVIN TV PABLO SEGOVIA pablo@lphantfilms.com PORTADA FOTOGRAFÍA DE CARLOS ÁLVAREZ MONTERO en exclusiva para Revista Marvin. COLABORAN EN ESTE NÚMERO Luis Arce, Amaro Bautista, Aarón Enríquez, Arturo J. Flores, Hugo García Michel, Alejandro González Castillo, Juan Carlos Hidalgo, Vicente Jáuregui, Iván Luna Luna, Alejandro Mancilla, Olfa Masmoudi, Early Monkey, Toño Quintanar, Martín Rangel, Santiago Solórzano, Rafael Toriz y Regina Zamorano Licea.

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MARVIN es una publicación mensual de Milvoces, S.A. de C.V. con domicilio en Calle Cozumel, 61 int. PB, Col. Roma Norte, C.P. 06700, Delegación Cuauhtémoc, México D.F. Tel/Fax:: (55) 1998 0808/1818.

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Título de la publicación: Marvin Música • Cine • Arte Editor Responsable Cecilia Velasco Martínez. Edición 130 correspondiente a: ABRIL 2015. Prohibida la reproducción parcial o total por cualquier medio físico o electrónico sin el permiso expreso de los editores. Los contenidos de artículos y colaboraciones firmados son responsabilidad exclusiva de sus autores y no reflejan necesariamente la opinión de los editores. Certificado de Licitud de Título y Contenido: 15372. Certificado Reserva de Derechos al uso Exclusivo del Título: 04 – 2014 – 110514172200 - 102. MARVIN es una Marca Registrada.


CONTENIDO Contenido:: MVN:: 130:: PRECOCES :: EN PORTADA 40 JAVIERA MENA 46 MARVIN 14 AÑOS 40

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06 EN MEGÁFONO. Perfiles y noticias de música, cine y arte MÚSICA 18 INDUSTRIA MEXICANA. Ibero 90.9 20 ATLAS SONORO. Propuestas emergentes interesantes: Tokio 22 Ibeyi. Canto yoruba y pop del futuro 24 Billie Mandoki. Todos andamos buscando, aprendiendo y creciendo 26 MOURN. Rescatando al rock 28 Dromedarios Mágicos. El lado tierno de un rockstar adolescente 30 PONCE: Bailando en la oscuridad con Ponce 50 DE CULTO: Richey Edwards. El extraño caso del mártir del pop galés FESTIVALES 32 VIVE LATINO 2015. Todo está en la reinvención 36 BAHIDORÁ DORADO. Adorado misticismo musical y natural 38 FESTIVAL NRMAL. Un paso adelante en un camino nunca convencional CINE 56 En La Estancia. El diálogo insonoro 58 XAVIER DOLAN: La precocidad del genio 52 DE CULTO: Battle Royale. Los últimos días de la Generación X

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ARTE 60 GALERÍA: Miranda Lorikeet 54 DE CULTO: Millennials. Post-Internet, memes y un poco de arte CÓMIC Y NARRATIVA DIBUJADA 70 cuando aún no se tiene la regla ni tetas. Cómics de color adolescente 72 Cómic del mes: Pavel Ortega MARVINISMO 48 PC MUSIC DE FONDO 66 Contra la inmediatez. La necedad de querer saberlo todo. Por Luis Arce

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LITERATURA 68 Seis poetas precoces del mundo de habla hispana COLUMNAS 74 BAJO PRESUPUESTO: ¿Demasiado viejo para rocanrolear? Por Hugo García Michel 83 AGUARRACES PORTEÑAS: El síndrome Rimbaud. Por Rafael Toriz

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RECOMENDACIONES 78 Estilo 79 Tecnología 88 EL PILÓN: Juventud en éxxxtasis. Las virtudes y complejidades de ser un actor porno a los 18

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en megáfono

el único e inigualable manual del cervecero Presentado por el 2oº Festival Cerveceros de México La cerveza es la máxima de todas las bebidas en el mundo, esta frase, claro, puede levantar polémica; sin embargo, es necesario detenerse por unos minutos para analizar la profundidad de esta preposición que a primera leída parece irrelevante. Pues, la cerveza es universal y posee las suficientes cualidades para agregarla a nuestra dieta y, principalmente, posee cierta espiritualidad poderosa que invade el cuerpo hasta transportarlo a un escenario de plenitud y sabor. En México celebraremos la diversidad de esta bebida de los dioses modernos en el 2º Festival Cerveceros de México, que se realizará los próximos 18 y 19 de abril en el Campo Deportivo EMP; en donde se reunirán alrededor de 30 marcas de cervezas provenientes de las 14 casas más grandes del país y, aún mejor, de productoras independientes. Pero antes de disfrutar de este encuentro lleno de múltiples sensaciones, a continuación te presentados el único e inigualable Manual del cervecero, con el que aprenderás todo sobre la cerveza: qué sabor elegir, con qué vaso tomar y cuáles son los alimentos sugeridos para aumentar la experiencia burbujeante. ¿Qué tipo de cervezas existen? ¡Que no te sorprendan! Un verdadero conocedor de cerveza sabe distinguir más allá de si es de cebada o de trigo: el catálogo está dividido en sabor, cuerpo y aroma; con qué alimentos queda combinar la bebida y a qué hora es mejor tomar, así como en qué región es preferible degustar cierto tipo de receta. Existen 2 tipos de cerveza: las Ale y las Lager. Por un lado, las Ale son las de fermentación alta, tienen mucho o poco

cuerpo, alta o baja graduación alcohólica. Pero la cosa es aún más interesante, ya que también tienen que ver la cantidad y tipo de malta, del lúpulo, la levadura y tiempo de maduración. Las Ale son para tomar en lugares calientes o templados preferiblemente, es decir, en las vacaciones a la playa. Por otro lado, las Lager poseen una fermentación baja y sabor suave, debido a una menor dosis de lúpulo. Su tiempo de maduración oscila entre las tres y cuatro semanas (como mínimo) hasta meses (si se quiere tener un sabor más fuerte. Otros tipos de cerveza son: » Stout: Es oscura y cremosa, con fuertes notas de chocolate y café. » Bitter: De color bronce profundo y amarga. » Trigo: A base de fermentación de trigo y cebada. Son conocidas bajo el nombre de cerveza blanca, ya que su imagen es clara y su sabor es ácido pero refrescante. ¡No la tomes en vaso de plástico! Aunque no lo creas, es muy importante el vaso en el que vas a disfrutar de tu hermosa y deliciosa cerveza. Sobra decir que es un delito beber en vasos de plástico o, peor aún, unicel.


7 El vaso tiene que ver directamente con la espuma, ésta es el primer acercamiento que se puede tener a nuestra bebida, pues es a través de la espuma que se aprecian sus atributos en aroma, sabor y cuerpo. Conoce los tipos de vasos: » Cáliz: Copas grandes y anchas, con paredes gruesas que ayudan en la degustación de cervezas espesas. Pueden soportar espumas de 2 cm. Por su formato, el aroma se despliega por la superficie y salen a relucir los colores del líquido. » Tulipa: Copa perfecta para cualquier tipo de cerveza Ale o de frutas. Tiene un estrecho cuello, por lo que el líquido tarda en calentarse. Ideal para cervezas de cuerpo y espuma cremosas. » Stange o tubo: Vaso alemán largo y delgado para cervezas lager. Por su formato, destaca el brillo, facilita la delicada formación de espuma y no hay mejor para saborear cervezas aromáticas. » Pilsen: De base angosta y ensanchamiento en la parte superior, alto y cónico (muy a la forma de trompeta), esta copa retiene la espuma y destaca las propiedades de sabor y aroma de cervezas cristalinas. » Weizen: Vaso para cervezas de trigo. De ideal longitud y finas paredes, se puede apreciar el color y forma de la cerveza.

» Pinta: Vaso de forma cilíndrica para una fácil dinámica al momento de beber. Tiene la forma de taza de gran formato. » Jarra: Quizá la más conocida en México. Posee una asa que previene aumentar la temperatura. Diseñada para cervezas suaves. » Flauta: Por su forma larga y estrecha, previene la rapidez en la carbonatación.

¿Y la botana? Bueno, no sólo se puede acompañar a la cerveza de frituras; de hecho, se recomienda hacerlo con alimentos preparados. Al igual que el vino, las cervezas claras van con ensaladas y pescados; mientras que las carnes y comidas más pesadas se entienden mejor con cervezas oscuras. 1. Elige la cerveza de tu preferencia. 2. Escoge el vaso correcto. 3. Entre más fresca mejor. Las mejores cervezas se almacenan en lugares frescos y oscuros. 4. Vasos limpios siempre. El vaso más brillante es el correcto, pues es horrible mezclar sabores… ¡y olores! 5. Obtén la espuma perfecta. Ya lo sabes, no debe ser menor a los 2 cm y mayor a los 3 cm. Recuerda siempre servir inclinando el vaso en un ángulo de 45 grados. 6. Y finalmente: ¡observa, bebe y disfruta!


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TXT:: Early Monkee (desde Lima)

país musical deshaciendo el nudo

Abraham Cruzvillegas y su viaje por los nuevos sonidos del Perú Es un viaje antiguo. Una ruta ancestral. Una suma de dialectos y saberes que comunican a los dos pueblos más importantes de América antes de la conquista. Una tradición que se vuelve al futuro mientras reinventa sus acordes y pulsaciones. Es música desde la exclusión y la invisibilidad. Arte y contracultura. Camino empedrado. Anarquía tropical.

1. El artista mexicano Abraham Cruzvillegas vino a Perú por vez primera invitado por un colectivo curatorial para exponer las trascendencias de su trabajo y, a partir de allí, preparar uno para esta tierra hermana. Dos años después, el MALI (Museo de Arte de Lima) lo invita a hacer realidad su proyecto: Autodestrucción 7. Deshaciendo el nudo: collage de sensaciones y experiencias colectivas en pueblos latinoamericanos; viaje imaginario en la ruta de ancestros olvidados; soundtrack que registra la escena contemporánea del sitio, para entender (y para que el sitio lo haga también) quiénes son, de dónde vienen y hacia dónde van. En el Perú de hoy, hay la misma megadiversidad cultural de siempre. Y el mismo lastre en torno de ella: no es vista como la gran fortaleza que permite asentar identidades diversas y generar sana convivencia. En cambio, la diversidad cultural es silenciada e invisibilizada para no “espantar” al statu quo que vive aspirando al mito de la Arcadia Colonial mencionada hace 50 años por el escritor y crítico de arte Sebastián Salazar Bondy en su ensayo Lima la horrible, donde la capital peruana es el crisol de culturas que marca la pauta a seguir en el resto del país, pero enajenándolas, banalizándolas. Acá importa el deber ser antes que el ser. Y vale más lo que parece antes que lo que es. Un mundo de apariencias puro y duro. Pero el siglo XXI trajo particularidades bajo la mesa: en el viaje cultural, la inercia deja paso a la acción, a la autogestión. La frustración de ser invisibles se apropia del flujo sanguíneo de creadores y productores para cimentar un fuego original, como bombas de identidad, que de pronto encuentran un norte, que son muchos nortes, para apuntar sus descargas de sonido vulgar, como una fuerza expansiva que se abre paso entre la letanía del discurso oficial (que es uno solo), tan anacrónico como conservador. Entonces los invisibles comienzan a preformar sus obras a través de medios invisibles que generan un circuito invisible también, pero con cada vez más gente representada esperándolos en la orilla de llegada. Y aquí se abre un primer punto de encuentro real, palpable. Colectivos artísticos y musicales toman por asalto nuevos imaginarios y nuevos espacios. Donde la radio de señal abierta no programa música local, radios de Internet abren sus radares y cual megáfonos de guerrilla transmiten el bombeo arterial de los invisibles. Donde la prensa escrita no escribe nada, el periodismo online enumera poco más de 180 discos editados en un año. Donde la TV promueve reality

shows que premian a imitadores musicales, las fiestas autogestionarias llenan sus tabladillos y pistas de baile con propuestas originales. 2. El viaje de ondas magnéticas traspasa fronteras y expande su ancho de banda por todo el país. Sellos discográficos, como Descabellado, A Tutiplén Records, Buh Records, Repsychled, Mundano, Cuaderno Roto, Automatic, Dorog Rec, Berraco, Sonidos Latentes, entre otros más de 50 en actividad, empiezan a articular una escena que estremece sus propias fronteras, de nervio tan experimental como pop, tan intenso como elegante, tan peruano como universal. Actos como La Sarita, Cocaína, La Mente, Suda, Liquidarlo Celuloide, Cuchillazo, Cimarrones, Kanaku y El Tigre, El Aire, Las Amigas de Nadie, Francois Peglau & The Fracaso Band, Bondage, Ciudad Gragea, Sociedades Primitivas, Varsovia, La Lá, Los Conchas Negras, Los Chapillacs, Sabor y Control, Natasha Luna, Vaselina, Ysabel Omega, Aeropajitas, Comité Pokofló, Los Protones, Rafo Ráez y Los Paranoias, entre muchos otros, se vuelven representantes de ese nuevo espíritu y actitud que trascienden los géneros y las clasificaciones. Son decibeles en pie de lucha, transistores a tubos que salen de la barricada, golpes de tambor como posibilidad de redención, antenas de fierro oxidado que emiten música, mucha música, en forma festivamente frontal. 3. El vehículo en un chachi-car a pedales convertido en soundsystem gracias a un parlante adaptado en un pequeño vagón trasero. En su ruta está la música de la Lima y el Perú de hoy. Es un nuevo viaje, un viaje sonoro que entrelaza mercados, ferias, playas y parques. Y Cruzvillegas lo organiza dando cuenta de cómo en medio de la banalidad de la cultura del espectáculo hay puertas que se abren a contramano para salir a la luz. Para dar luz y compartirla. Para absorber fluidos y colores. Para devolver sonidos. Los nuevos sonidos del Perú viajan rápido por debajo de las estructuras sociales y, al ritmo de un tren de sierra, suben lentamente hacia la superficie y buscan hacer intercambio, relacionarse. Son sonidos de poesía tajante, de contracultura y riesgo creativo. Como la música de Moldes y El Hombre Misterioso, quienes luego de participar en la muestra de Cruzvillegas, vendrán a México para tocar en el Festival Marvin 2015. Ellos, en medio de los ruidos del apocalipsis, narran con dulzura las últimas noticias de este viaje milenario que recién empieza.


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carmen costa Hace casi 10 años, cuando Manú Charritton decidió nombrar Carmen Costa a su nuevo proyecto de música original, no sospechaba que antes de cumplir su primera década lograría gestionar una gira por Brasil, patria de la cantante que como una afortunada coincidencia dio al grupo su nombre. Pero las conexiones no son gratuitas: este año, el trabajo de la banda se ve compensado por un cambio en la estética sonora que deja en standby el rock clásico y el folk para explorar un sonido más rasposo, cercano al garage y al punk, una reinvención que los lleva a girar durante abril por el país más grande de Sudamérica.

Es atípico que una banda de rock formada en México pueda tocar tantas fechas en Brasil. Es curioso que acabamos de ser invitados a hacer un tour por Brasil y no a Finlandia, Estados Unidos, o Argentina, de donde yo soy. Agradezco mucho a Lalo Noriega, mánager de Los Amigos Invisibles, porque él nos ayudó a entender que sí podíamos hacer un tour. Nosotros como banda no lo veíamos posible, al no tener la experiencia no nos animábamos y él nos enseñó de qué manera se estructuran las cosas. Fue una pieza clave. Los nuevos sencillos tienen un sonido mucho más rasposo, con un tempo más ágil, incluso, en esto creo que los invitados fueron clave. El primer sencillo se titula “Esmeriles”, y cuenta con Brandon y Charly, de Crocodiles, en guitarra y coros, además de AJ Dávila. El segundo se llama “43”, en alusión a los desaparecidos de Ayotzinapa. Todo surgió porque entre todos hay una gran amistad y un deseo de compartir música: a Crocodiles los conocimos en el Vive Latino y hubo mucho clic; a AJ Dávila, en el Festival Marvin. Lo invitamos a cantar una rola y a partir de ahí ha estado en casi todos los shows de Carmen Costa. Es muy importante que las bandas del DF nos quitemos este traje de seriedad, este acartonamiento que teníamos y decir “hey, vente a la casa a hacer algo de música”. Eso abre caminos porque no sólo te estás apoyando en ti, estás gestando una nueva familia musical de la que también podrían formar parte O Tortuga, La Vida Bohème, los De Nalgas, Minor Shadows, grupos que no tocamos lo mismo y por eso te nutren. Me contabas que esto no sería posible sin las alianzas con marcas, ¿por qué una firma le apuesta al talento de alguien como Carmen Costa y no al de una banda muy grande?

TXT:: vicente jáuregui

Rumbo a Brasil Hay varias marcas que nos están apoyando mucho, sobre todo en hacer posible el tour a Brasil, obviamente se encuentra Marvin, también Absolut, Vans, Indio y Marlboro. Todo forma parte de una nueva manera de trabajar, antes uno dependía de la disquera, ahora se trata de hacerlo con mucho esfuerzo; en el disco anterior lo hicimos como banda, todo lo trabajamos nosotros. Tú tienes que saber gestionar todo, ir al SXSW y pagarte el vuelo, cargar tus cosas, hacer RP, tocar en varios lados, conectar con grupos de otros países que cuando vas a su país te echan la mano y cuando ellos vienen tú les ayudas. Es un nuevo esquema colaborativo que se apoya en músicos, amigos y redes sociales. Las bandas grandes requieren presupuestos millonarios para funcionar, es una seguridad de público, pero el hecho de que grupos chicos como nosotros estemos organizando giras, muy probablemente nos va convirtiendo en las bandas del futuro y las marcas le apuestan a eso, tratan de desarrollar esto de manera directa. Tener un buen concepto, una buena idea tiene mucho valor. Por último, ¿sienten alguna presión de tocar en un país como Brasil que generalmente se caracteriza por consumir su propia música, cantada en portugués? Vivimos en México y este mercado también es complicado, aunque hablemos el mismo idioma (risas). Probablemente no seremos Elvis o los Beatles en Brasil, pero nunca sabes, es una incógnita; hasta regresar sabremos si a alguien le gustó o si no nos peló ni un alma porque la gente se salió para escuchar samba al lugar de enfrente (risas). Pero como dicen: “nadie te quita lo bailado”. En julio nos vamos a tocar al Riot Fest a Chicago, pero una versión latina. Podrías decir que allá todo mundo habla inglés y que nadie nos va a pelar, pero hay mucho público latino.


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TXT:: alejandro mancilla

TXT:: feli gutiérres

jack sessions

con the dandy warhols The Dandy Warhols, desde su nombre, evocan cultura pop y un eterno viaje en espiral a los buenos tiempos del rock. Con un estilo entre psicodélico y pop que los ha llevado a ser comparados tanto con los primeros The Rolling Stones como con Love and Rockets. Platicamos brevemente vía telefónica con Zia, la sexy bajista/ tecladista/DJ previo a su presentación el pasado 27 de febrero en el foro SALA de la Ciudad de México, como parte del innovador concepto Jack Sessions de Jack Daniel’s.

¿Cómo te sientes de regresar a México ahora a dar un show completo? Zia: Estoy muy emocionada. Ya son varias veces que venimos y espero que esta vez podamos tocar más que en los festivales. Recuerdo una canción de The Dandy Warhols llamada “Cool as Kim Deal”… ¿Será que es tu bajista favorita o te influyó de algún modo? No sé, ella es toda la buena onda que te puedas imaginar, pero no es mi bajista favorita. Creo que mi mayor influencia fue Ray Manzarek de The Doors que tocaba esos grandes bajos en su teclado. ¿Y como qué canción de ese grupo representa ese espíritu que buscabas transmitir? ¡Creo que “Moonlight Drive” es una gran canción! Vi una foto tuya usando una playera de Guns ‘n’ Roses… ¿es ironía o realmente te gusta lo que hacen? Ah, pues claro, ellos no son nada buenos ahora, pero cuando tenía 13 o 14 años los admiraba mucho. No dejaba de escuchar sus tres primeros discos… pero, claro, la gente cambia. Ahora Portland, tu ciudad natal, es considerada la cuna del hipsterismo, y hasta hay bromas al respecto como la serie Portlandia… ¿Qué opinas? Creo que la ciudad ha cambiado mucho en 20 años. Pasamos del punk rock y exportamos muchas bandas:

ahora, es un sitio muy popular, todo mundo se quieren venir a vivir acá. Portlandia sí que es una buena broma. Creo que el hecho de que haya mucha gente y mucha comunidad hace que crezca el movimiento cultural… ¿Te sigue gustando la música country? Me gusta montar caballos y perseguir conejos, creo que eso es muy country (risas). Estuve muy metida en la música porque me remonta a mi infancia, tuve mi propia banda country y, claro, me gusta infinidad de música pero le tengo mucho aprecio al country. Y hay influencias en The Dandy… ¿Dónde aprendiste a bailar? Tus movimientos son lo más interesante de ver en acción a The Dandy Warhols… ¡No seas mentiroso! Pero gracias. La verdad todos los días bailaba en mi sala, ponía discos, no me metía nada de drogas ni nada, sólo era yo misma escuchando música en mi casa y moviéndome. ¿Qué planes tiene actualmente el grupo? Vamos a sacar un EP, iremos a Australia, estaremos tocando en Nueva York y bueno, por mi parte estaré haciendo muchos DJ sets en un futuro cercano. Hemos visto muchos conciertos en donde le enseñas las tetas a la audiencia… ¿Veremos eso en México? (Risas) No, no lo verás… Lo hacía cuando tenía 20 y tantos, no ha pasado en mucho tiempo, así que no creo que lo haga ahora…. No te hagas ilusiones.


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TXT:: amaro bautista & jazmín reza

festival internacional de cine de guadalajara La belleza de reescribir historias a través del cine Existen historias que dan esperanza, que invitan a soñar, también existen historias que no nos atrevemos a mirar, algunas porque dan miedo, otras porque nos recuerdan un dolor no encarado, y muchas otras simplemente no las conocemos; aprender a ver el cine sin juicios da la oportunidad de abrirse a ver el mundo de la misma forma. Más de 300 películas fueron llevadas a la edición 30 del Festival Internacional de Cine en Guadalajara (FICG), diversos idiomas, multitud de formas de vida, e infinidad de oportunidades de conocer a través de un filme. Italia fue el país invitado de este año, nación con grandes historias fílmicas narradas por brillantes cineastas como Pier Paolo Pasolini, Marco Bellocchio y Bernardo Bertolucci, lugar donde surgió el neorrealismo italiano, herencia que ha tomado nuevos caminos en cineastas contemporáneos que apuestan por actores no profesionales, locaciones naturales e historias actuales, como lo hizo el cineasta italiano que más cautivó en el FICG, Sebastiano Riso. Più buio di Mezzanote (Darker than midnight), filme de Riso que habla de libertad, que invita a reflexionar lo que significa arriesgarse a vivir, cinta que pone en juego la homosexualidad de un joven que busca vivir, no más no menos; tan sólo vivir sin tener miedo de ser él mismo. Por otro lado, Urok (The Lesson) de Kristina Grozeva, película búlgaro-griega, cuenta la historia de Nadezhda, una profesora de secundaria que mientras enseña lecciones morales y conductuales se enfrenta al dilema de romperlas con tal de salvar a su familia. En el Bronx, barrio bajo de Colombia lastimado por la pobreza, Martin un niño de 14 años vive una historia de confusión, esas confusiones que te suceden de niño y que marcan el resto de tu vida. La tetas de mi madre de Carlos Zapata cuestiona: ¿qué es lo que te seduce de tu madre? ¿Es atracción, es amor, es miedo? La cinta mezcla justo

el sentido de la vida cotidiana en un barrio, personajes que viven con pasión y fuerza, que se descubren y se desconocen para comprender que a la vida sólo hay que entenderla, no juzgarla. Los rostros de Colombia, los miedos y la pobreza de espíritu parecen más claros en las esferas sociales más elevadas económicamente; ¡Que viva la Música! de Carlos Moreno es un viaje que seduce pero que horroriza al descubrir la furia de los personajes… quitarle la paz a los demás exigiendo la tuya. Basada en la novela del escritor colombiano Andrés Caicedo, fiel a la idea de que vivir más de 25 años era una insensatez, se suicida el mismo día en que recibe el ejemplar editado de su novela ¡Que viva la Música!, un retrato claro de sus propios miedos, cabalmente recreados por el cineasta Moreno. El cine se ha encargado de seducirnos una vez más, a través de un festival que vuelve a apostar por las historias que provienen de la realidad, del mundo que muchos buscan escapar, sin olvidarse de la fantasía y apostando al encuentro con uno mismo. Un día Oscar Wilde descubrió que “el único deber que tenemos con la historia es rescribirla”, rescribe tus propias historias en la siguiente edición del FICG.


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Trad:: Uili DAMage

juan josé covarrubias A los 11 descubrí a Richard Pryor y aprendí a decir cosas horribles.

En una noche de micrófono abierto puedes encontrar de todo. Los aspirantes que con mucha dificultad quieren convertirse en comediantes. Los que siempre han sido chistosos y simplemente se suben al escenario a ser quien han sido siempre -y se dan cuenta que no es igual que contar chistes entre amigos. Quien ha estado bebiendo de más, agarra valor y sube a tropezarse escénicamente. Los que llevan ya un buen tramo del camino trabajando en arrancar una risa. De estos últimos destaca Juan José Covarrubias, un joven regio, nuevo padre de familia, enamorado de su mujer y por supuesto, del micrófono. Ácido, agudo, no es el más veloz, pero sí de los más shockeantes. Tras unas gafas minúsculas, ruega que no apunte su mira hacia ti, porque te hará pedazos y además te sacará carcajadas. Aquí una charla con él: ¿A ti qué te da risa? Es bien ambiguo, porque lo que a mí me da risa no tiene mucho que ver con lo que hago para hacer reír... yo soy muy simple, casi todo me da risa; con que esté bien hecha la fórmula del chiste, o esté bien planteada la situación me da mucha risa. Puede ser el peor chiste del mundo pero si está bien hecho me muero de risa... Pero no piensas los chistes estructuralmente cuando te ríes... Pasa cuando algo me agarra por sorpresa, casi siempre... Tienes un chiste muy elaborado sobre Jorge Falcón pero el ha hecho reír a muchísima gente... ¡Claro! A mí me ha hecho reír... ... pero uno no no pensaría que su fórmula es la que te haría reír a ti. Es raro, porque antes de meterme en el stand-up no era muy exigente con lo que me hacía reír. Si era chistoso, era chistoso y yo me reía. Yo oía mucho a Polo Polo... A Jorge Falcón no lo seguía porque se me hacía muy sonzo. Tiene mucho la fórmula de hacer una jeta rara diciendo algo chistoso y el chiste acaba por ser lo de menos. Es el chiste de cajón de “el chino, el gringo y el mexicano”, entonces nunca fui fan.

Sin embargo, cuando vi la primera vez stand-up fue a Richard Pryor; más que cagarme de risa me abrió los ojos: “este wey está diciendo unas cosas bien ojetes ¡y la gente se está riendo!”. Contaba unas historias de cómo casi se muere quemado, y estaba en heroína... y de chico no llegaba a cacharlo bien, pero lo que cachaba me dejaba pensando; no sabía que podías ser chistoso contando historias bien feas. Creo que eso es lo que me llamó la atención del stand-up. ¿A los 11 descubriste el stand-up? Con los irresponsables de mis padres. Estudiaste cine. Cuál fue la transición de descubrirlo, cultivarte en él, estudiar cine, pasar al escenario... Estuvo bien raro porque al mismo tiempo conocí películas muy importantes. Como a esa edad vi Nightmare before Christmas de Burton y el único recuerdo que me quedó grabado por años hasta que la volví a ver es cuando uno de los niños abre un regalo. Le preguntan sus papás “¿qué te trajo Santa?”, y saca una cabeza cercenada y se la enseña a los papás; los papás gritan y yo pensé: “yo quiero eso. Quiero repetir esa emoción que sentí en ese momento”. Me despertó varias cosas y en ese momento le agarré mucho cariño al cine. Entonces la comedia y el cine, siempre los


17 lleve muy de la mano. Cuando me enteré que existía la comedia de terror casi me vuelvo loco; cuando vi The Night of the Living Dead, me quería volver loco, porque era súperdivertida y al mismo tiempo te asustaba... No me fui por la comedia desde el principio porque en primera, no sabía por dónde empezar; y en segunda, no había stand-up en México realmente, entonces la dejé un poco de lado y me enfoqué más en el cine. Luego me cayó la realidad y empecé a hacer televisión. Y sin querer empecé a hacer de la comedia más burda de tele, que era como para talk shows. Yo escribía, era del equipo creativo y era el realizador. Durante un año. Del programa de Jordi Rosado. No se clavaba tanto con el stand-up pero hacíamos sketches, pero allí empecé a explorar mi lado cómico: muy simple, muy llano, pero empecé a encontrar que podía escribir chistes. Y es curioso cómo un chiste nunca tiene un autor... el de Pepito, el del borracho, nadie sabe quién los inventó Incluso puedes encontrarte el mismo chiste en diferentes culturas. Y escribiendo para eso, en mis ratos libres me ponía los audífonos y me ponía a ver stand-up en mi compu. Uno de mis amigos del trabajo me dijo: “a tí te late mucho eso. Hay un micrófono abierto en la Condesa. Deberías de ir”. Escribí cinco minutos en mi cabeza, me tardé un mes en decidirme a ir, fui sin saber nada, me subí bien pedo y me fue de la verga [risas]. Pero me la pasé increíble y no dejé de ir. Fue el del Beerhall (todavía no existía el del Woko), era el único que existía. Me tocó que me presentara Talavera y lo primero que hice cuando subí fue atacarlo. Yo me subí en esta onda del Def Jam Comedy, que era lo que había visto, y es de comediantes negros, que son mucho más agresivos. Luego insulté a Macario que también era su primer día, y ningún chiste cayó. Pero encontré algo que no sólo me gustaba mucho, sino que no quería dejar de hacerlo a diferencia de todo lo que había hecho en mi vida. No tenía la técnica, pero tenía idea y sabía lo que quería hacer, así que me subí y me subí hasta que un día se rieron. ¿Cuánto tiempo llevas haciéndolo? Tres años. ¿Quiénes son tus héroes del stand-up (fuera de México)? He pasado por varios. El que yo considero que es el más importante en el mundo es Richard Pryor. Es el primero que empezó a llenar teatros, diciendo y haciendo lo que quería. Ya había estado Lenny Bruce, que lo metían al bote a cada rato por hacer eso. Como Palillo. Pero yo me quedé con Pryor porque tuvo una vida muy cabrona y no dejaba de ser esa estrella. De ahí me colgué de gente como Bill Burr, que hace una comedia súper honesta y visceral; Jim Jeffries, que es incorrecto, ácido,

con actitud como de rockstar, sin filtros. Hace poquito compartí escenario con Jason Rouse... Y de los de acá, ¿a quién pagarías por ver? A mí [risas]... Ya estoy tan metido, que ya no disfruto la comedia de mis amigos... sólo estoy pensando en como haría tal o cual chiste para mejorarlo. Pero el que jamás ha dejado de sorprenderme es Carlos Ballarta. No sólo es un genio, sino que entiende muy bien lo que está haciendo; construye muy bien su comedia al rededor de su persona, así que además de ser muy chistoso, es muy interesante de ver. Pero sí me gusta mucho ver a Juan Carlos Escalante, Fran Hevia, Eduardo Talavera, Macario, Sofía Niño de Rivera; ella también es muy interesante, porque es muy fresa, es muy guapa y dice cosas horribles. Esa combinación es mágica. Además sabe hacer muy bien la interacción con la gente, tiene muy buen ojo. ¿De dónde aprendes a hacer lo tuyo? No paro de ver comedia todos los días. Sigo buscando gente que no haya visto, los estudio, descubro cómo hacer cosas como ellos a mi estilo; viajo para subirme con otros comediantes, conocer otros públicos; no dejo de buscarlo porque en el momento que dejas de ver comedia te estancas. Tienes que seguir alimentándote. Tu trabajo depende completamente de la reacción de la gente y cuando logras hacerlos reír es una gran satisfacción. ¿Cuál ha sido el momento más amargo que recuerdas? El día que me subí por primera vez, porque fue el principio del fin de la relación que tenía en ese momento. Yo la invité y me dijo que tenía mucho trabajo. Terminamos, fuimos a otro bar a celebrar y me la encontré con unos amigos de ella. Cuando vio que era en serio -que renuncié a mi trabajo para hacer esto-, me dijo “yo o la comedia”. Y pues ya tengo otra pareja... con la que tengo un hijo [risas]. En otra ocasión me invitaron a un antro gay a abrir un show. El lugar lleno y uno me empezó a gritar y me cohibió. La presión me hundió y me bajé. Uno no pensaría que los gays son culeros... [risas]. En cambio mi mejor momento es cuando conocí a mi actual pareja. La conocí haciendo show. Ella interrumpió y me le fui encima con chistes pesados. Bajando corrí a conocerla y me bateó esa y varias veces después, durante un mes, hasta que se dio cuenta que en realidad no era el tipo que ella veía en el escenario. Otro, una noche en El cuevón, que me tocó en segundo lugar de ocho y no me dejaban bajar de tanto que gustó. Finalmente uno en que llenamos el foro Shakespeare a reventar con el show de 7 machos. En ese momento nos sentimos los reyes del mundo.


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INDUSTRIA

TXT:: VICENTE JÁUREGUI

Ibero 90.9

12 año La programación no se negocia

La presente edición de Marvin es muy especial, ya que por medio de ella celebramos un aniversario editorial más, de luchar contracorriente para ofrecer un contenido de calidad respaldado por un trabajo serio y comprometido. Afortunadamente, a la par de Marvin, coexisten diversas voces cuyos esfuerzos se cruzan con el nuestro. Jamás habríamos llegado hasta aquí solos. Por el contrario, nuestra labor se retroalimenta constantemente de otros medios de comunicación, con su perspectiva y manera de hacer las cosas. Tal es el caso de Ibero 90.9, una estación que para esta publicación representa un parteaguas en la radio no sólo de esta ciudad, sino de todo el país.

Para precisar su poco conocida (pre) historia, Uriel Waizel comenta: “Antes del estreno oficial el 7 de marzo de 2003, existió lo que llamamos la prehistoria de la estación Radio Ibero, que se cambió de nombre a Ibero 90.9, porque había un estigma peyorativo y burlón en los medios que decía: ‘Tu voz está de Radio Ibero, tu programa es como de Radio Ibero’, pero desde entonces nos lo tomábamos en serio, teníamos programas formales y había personas como Marcello Lara, Gonzalo Oliveros, Lucila Zetina y yo. Casi nadie nos conocía porque teníamos poca potencia y apenas en días despejados llegábamos a La Condesa”. El paso de 3,000 a 30,000 watts fue decisivo para trascender los límites de Santa Fe. A 12 años de distancia y con una vocación por ofrecer programas atípicos en el cuadrante de la ciudad, resulta irónico que haya sido Vicente Fox quien inauguró una estación que ofrece una

alternativa para el público joven de la ciudad de México. “Entre Alfa y Universal se demostró que se podía insertar la frecuencia de Ibero, fue como construir una casita entre dos edificios”, dice Waizel con una atinada analogía. Desde su inicio, 90.9 desafió las expectativas de “radio fresa” con su programación, ya que en lugar de una predecible radio cultural universitaria o, peor aún, dar gusto a “la mayoría de clase alta ibero”, se buscó hacer una radio ecléctica y vanguardista, un proyecto que accidentalmente fue inspirado por la National Public Radio: “Por alguna razón que desconozco, nos llegó la invitación de NPR de transmitir


os

19 Sounds Eclectic con Nic Harcourt. Esa fue la piedra de roseta que nos mostró cómo queríamos hacer radio. Somos la estación más diversa de la ciudad porque tocamos música clásica, hip-hop, cumbia, electrónica experimental, música independiente nacional y extranjera; además de programas que abordan temáticas de literatura, teatro, cine, análisis político, humanidades, etc.”. Para quien se haya refugiado en el cuadrante de la estación durante varios días y navegado entre sus diversos programas, es claro que su visión no desdeña cierto sentido social, una constante necesidad de replicar el aletargamiento de una sociedad mediatizada: “En México o eres divertido o eres el Canal 22. Incluso nos pasa al interior porque es más fácil que la gente escuche el Triste turno o algo de hip-hop. Pero sí asumimos que nos toca hablar de concientización por el ambiente, mejores rituales de consumo, reflexión política, lucha por igualdad de género, tolerancia, migración”. En una pluralidad de voces universitarias, quizás una tarea urgente sea delinear una filosofía que dé consistencia y personalidad a quienes finalmente pasen el filtro que implica comunicar detrás de un micrófono, sobre todo cuando existe la preocupación de eliminar el prejuicio de que la banalización de los discursos vaya de la mano con la educación privada. La honestidad de Uriel sobre el tema es implacable: “Obviamente, todo mundo quiere estar rápido con un micrófono, pero hay un proceso de aclimatación e inducción de la filosofía de la estación. Es complejo porque nos gana el entorno, queremos quitarnos la idea de niños fresas de la Ibero, de hipsters, pero no niego que nuestro staff de repente está más preocupado por la ‘concientitis’ que por las causas, se ponen Ayotzinapa en la solapa como algo más simbólico que luchón. También padecemos el estigma de la torre de Marfil de Santa Fe, de estar alejados del nivel de cancha social”. Aquí es cuando resulta pertinente la pregunta: ¿cómo contrarrestar el efecto Ibero para tener credibilidad con los

radioescuchas?: “Yo hago énfasis en el uso de la palabra, los argumentos, la palabra escrita impecable, ortografía, gramática y estilo. Hay que tener valores. Me parece fatal la carencia de ellos en millennials o hipsters, si no los atiendes son vacuos, pero en la estación les proponemos ser personas universales, con un criterio amplio sobre las cosas alejado del mero consumismo. No se trata de hablar de si vino o no Arcade Fire como si fuera Santa Clós, la filosofía es otra: es una radio pública, somos universitarios, pensantes, privilegiados. Si no carecemos de casi nada para qué desperdiciar el espacio en nimiedades o banalidades”. En cualquier proyecto radiofónico, el rating representa un semidiós, un ente de fuero implacable que suele sacrificar una buena curaduría musical bajo la premisa de que el contenido de calidad no vende. Quizás en ello radica la mayor virtud de Ibero 90.9: su programación no abreva de un compromiso con la estadística: “Hace dos años comenzamos a recibir reportes de números, pero no afectan o comprometen nada, no son resolutivos en ningún sentido, sólo son herramientas para saber por dónde andamos. Ni siquiera usamos esos números para vender a las marcas, ellas se acercan solas. De cualquier manera nuestro patrocinador principal es la universidad misma. Igual con las disqueras nunca hemos tenido un sencillo por presión, jamás, nunca: la programación no se negocia”. Con dicha solidez, el futuro de 90.9 tiene que ver más con una petición interna, ya que con la nueva rectoría a cargo del Dr. José Morales Orozco, se busca incorporar más a todas las carreras de la universidad en los programas de la estación: “Es un reto que ya está en proceso, pero no se trata nada más de abrir los micrófonos y ahí está su hora; hay que sacar esos contenidos para hacerlo lucir más y con ello a la universidad. Tiene que ver una asesoría, planteamiento, producción, objetivos. ¿Por qué tendríamos que tener un programa de arquitectura, por una obligación o porque hay académicos que pueden decir algo interesante para el radioescucha? Alguien puede ser un gran profesor pero no locutor y ahí entra nuestra parte profesional de hacer radio”. Cuando un proyecto rebasa la década de vida, la pregunta sobre la identidad y evolución

resulta ineludible. En palabras de Manuel Venegas “El Borla”, “la identidad de la estación se ha modificado”; “Cuando llegué hace 12 años, queríamos una estación grande, que fuera tomada en cuenta para cobertura de conciertos y festivales importantes, pero éramos vistos como algo muy chiquito, de nicho. En 90.9 mucha gente comienza la carrera contigo y en tres o cuatro años se van. Pero aún así, quienes dirigimos, ya somos más maduros que cuando llegamos y sabemos focalizar los esfuerzos. Al principio, Gaby Barketin era la directora y nos abrió la perspectiva, ella quería una estación con buenos contenidos hablados y buen discurso musical, algo híbrido. Nos parecía imposible hacer eso, pero ella lo tenía muy claro y tuvo el gran acierto de nombrar tres jefaturas que desde su trinchera le fueron sumando al proyecto. Esas fueron las bases que cimentaron el proyecto que tenemos ahorita”. Se suele identificar a Ibero como un émulo de lo que en Estados Unidos se conoce como college radio, madre del desgastado adjetivo compuesto que desde los años 80 se conoce como “nación alternativa”; sin embargo, Venegas ofrece un contrapunto frente un calificativo que resulta un tanto escueto: “La radio college es manejada por puros alumnos y profesores, pero acá también contrataron a gente de otras estaciones como yo. Entre todos pusimos nuestra experiencia y ahora hay colaboradores de todos lados, sea de la UAM, UNAM, incluso ha habido gente del Tec”. Aunque la estadística no implica un argumento decisivo al interior de 90.9, es importante decir que los últimos tres años pasaron de estar en el número 48 a ocupar los primeros 20. Arbitrarias o no, las cifras son sintomáticas y constatan 12 años de un trabajo duro que los radioescuchas respaldan. Quizá, la analogía de Uriel sobre el origen de la estación hoy se antoja anacrónica, o mejor dicho, relevada, pues resulta claro que los cimientos de la pequeña casa que Ibero 90.9 representaba, terminaron siendo más contundentes que aquellos de edificios adyacentes.


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ATLAS SONORO

TOKIO Group A Muñecas ruidosas de ojos rasgados Dicen que el noise es el blues de los japoneses y con este tópico iniciamos la plática con la estudiante de diseño y fotografía, Tommi Tokyo, y con su compañera de aventuras, Sayaka Botanic, quien toca el violín, los sintes y los tapes (y comparte nombre con la heroína de Mazinger Z) en éste, uno de los duetos avant-garde más interesantes y atrevidos de Tokio. Iniciamos la plática por Facebook: “No usamos Sykpe”, me comentan. Seguro me indicarán alguna app extraña y vanguardista en 3D o hasta se teletransportarán a hacer un performance de ruido y baile para quedar sólo con sus sombreros en mi sala (en sus shows acaban semi-desnudas). Pero no, me dicen que lo hagamos por chat de Facebook. Sí, eso de los japoneses avanzados en tecnología parece que es un mito derribado, al menos en Internet. “No creemos que el noise sea el blues japonés. Realmente el Kan Mikami aplica de mejor forma”… Inician diciendo…

¿Qué piensan de la influencia de Japón en la cultura occidental actual? No nos interesa tanto, la verdad es que pensamos que cosas como el anime no eran tan grandes fuera de Tokio… A menos que seas un geek. ¿Cómo se formó el proyecto? Nos conocimos cuando teníamos 20 años en un viaje a Londres y nos mantuvimos en contacto en Tokio. Decidimos hacer este proyecto como una forma de expresión ante lo aburrido de la vida. ¿Son un dueto de artistas haciendo música o unos músicos metiéndose con el arte visual? Creemos que todos esos elementos están interconectados en el grupo, y que de algún modo reflejan nuestra naturaleza. Hay mucha música en el aire que puede representarse como imágenes, letras de canciones o hasta movimientos físicos. ¿Qué es lo que más les ha influenciado de Japón? La escena post-punk de los años setenta y los cientos de monjes japoneses rezando en el templo en año nuevo. ¿De dónde vienen sus apodos? Tommi Tokyo: Es simple, como odio Tokio, me puse así. Tener enfrente algo que detestas me mantiene peleando. Sayaka Botanic: La naturaleza siempre me inspira y me da coraje, la palabra Botanic me recuerda que soy parte de ella. Noto que son muy amigas de The Horrors y que el bajista les ha hecho remixes… Pues ellos se toparon con unas jóvenes chicas de Tokio y las adoptaron como sus hijas japonesas. O sea, nosotras. Sus sombreros parecen tomados de la cultura oriental, pero también de Devo…

Sí, absolutamente. Aunque lo de ellos tiende a ser más una lámpara. En occidente, cuando hablan de Tokio, pensamos en robots, geishas, Godzilla destruyendo la ciudad… ¿Ésa es la imagen de la cultura pop que tienen de nosotros? Es divertido, pero me extraña que no sepan sobre los sangrantes ídolos pop japoneses. Verás a que me refiero en la inauguración de los Juegos Olímpicos del 2020 en la ciudad. La verdad es que esas referencias nos han saturado un poco, nacimos en Tokio, el corazón de la cultura bizarra y ya nos cansamos de tanto neón y gráficos… Hacer noise y punk con esas atmósferas no es tan común… Tommi: El punk siempre ha sido tema en nuestras vidas. Incluso antes de conocer la palabra, teníamos esa actitud. De hecho comencé a hacer música con el grupo punk Happy Bunny, con Rhys y Joe de The Horrors, cuando viví en Londres. Tocaba los Sequentials Circuits Pro One. Sayaka: Pues el violín lo tengo desde los seis años, cuando mi madre me lo compró con el fin de que me convirtiera en violinista clásica. El destino me llevó a escuchar krautrock, folk, acid, etc. Esa mezcla es lo que hace mi estilo. Noto que su música tiene mucho de atmósferas cinematográficas…. Nos gusta crear historias en el estudio. El filme de Fritz Lang, Metropolis, es una imagen recurrente para nosotros, lo mismo que el cine de Akira Kurosawa y los universos de Sergei Parajanov. El grupo cuenta con dos discos, los cuales puedes pedir interoceánicamente desde su web y obtener ilustraciones de regalo. groupaband.com


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Aproximaciones a Tokio Japón es una dimensión paralela que cuenta con sus propios códigos subyacentes a occidente. No es de extrañarse que, siendo además el segundo mercado más grande de la música en el mundo, cuente con una gran cultura de rock y pop. Las películas donde aparecen los estereotipados turistas niponeses tomando fotos en cualquier circunstancia, son una metáfora de lo que hacen con la música: son fanáticos de capturar imágenes, de retomarlas, de reproducirlas hasta el último detalle. No por nada son acérrimos coleccionistas, implacables fans (favor de remitirse a las cotizadas ediciones japonesas de discos, que son una auténtica delicia para los estetas). Y sí, era lógico que expropiaran al rock, y es en Tokio, la ciudad que nos ocupa hoy, que surge el llamado J-Rock (Japanese Rock) en los años sesenta, género que fusionaba la estridencia del naciente rock and roll con sonidos locales de la música tradicional de ojos rasgados. Artistas como Masaaki Hirao y Kyu Sakamoto alimentaban la imaginación de los jóvenes hinchas rockeros de la época. Posteriormente, acorde con los tiempos y sin recuperarse todavía de la presentación de The Beatles en el Budokan, la psicodelia comienza a calar en el espíritu de los rebeldes amarillos de fines de la década setentera y de ese periodo puedo recomendar a The Flower Travellin’ Band, banda formada por el guitarrista japonés Yuya Uchida, quien conociera a John Lennon en Inglaterra y, de regresó en Tokio, creara esta banda legendaria del

rock ácido de la escena alucinógena de la ciudad. Pero sin duda, además del respeto a los géneros claves del rock, la experimentación también fue determinante para que el J-Rock sea categorizado en un cajón aparte; sus fusiones con el enka, la new music, el folk y demás músicas locales, propiciaron el surgimiento de trascendentales proyectos como The Yellow Magic Orchestra (ya en los años setenta), Kan Mikami y Takuro Yoshida. Pero en esos años, quizás como un antecedente al J-Pop que actualmente quiere hacer del mundo una extensión de Shibuya, el éxito de cantantes pop lolitas como Mieko Hirota y la “Twiggy japonesa”, Linda Yamamoto (quienes mezclaban los sonidos japoneses de la era Meiji con el eurobeat y el high energy) dio pretexto para el punk japonés, anticipado por el rock anárquico de bandas como Les Rallizes Denudés, quienes bajo la influencia de The Velvet Undeground llevaron su ideología al extremo, tanto que su bajista, Moraki Wakabayashi, armado con una katana y apoyado por integrantes de un partido radical, secuestraron un avión con el fin de llevarlo hasta Cuba. No lo consiguieron, pero el hecho marcó un hito y envolvió al J-Rock en un halo de intensidad. Ya en los 80 (cuando el J-Rock comienza a ser llamado como tal, abandonando etiquetas como Nihon-rock), bandas de punk y no wave como Friction, Plastics y Mirrors, daban la cara por el movimiento desde el cuartel de Tokio, junto a The Stalins (una especie de los Ramones niponeses) y SS. Mientras que en un circuito aparte, X Japan le ponían identidad al metal, junto a agrupaciones un poco más de culto como Dead End. Pero el new wave, compañero perfecto de esa estética japonesa y ese culto a la imagen, no podía pasar desapercibido, existe un disco

recopilatorio titulado RYM Ultimate Box Set que reúne perfectamente esa época a través de canciones de bandas emblemáticas cuya mención en estas tierras nos suenan en chino (bueno, en japonés), pero que constituyeron una interesante avanzada en su época: Juicy Fruits (una suerte de Duran Duran japoneses), Logic System, Akiko Yano y Princess Princess. En los 90, destacan bandas como Melt Banana (noise), Fantastic Plastic Machine (editado en México por la desaparecida Suave) y los grandiosos Pizzicato Five (quienes estaban activos de los 80, pero que tuvieron su época de gloria en esta década), Cornelius (y su imperdible grupo anterior Flipper’s Guitar); Noddles, The 5.6.7.8’s (revitalizados por Tarantino en Kill Bill) y otras chicas noventeras con actitud grunge: Tsu Shi Ma Mi Re. Además, hay otra banda no muy conocida por el gran público: The Polysics, una especie de Devo con look de estudiantes japoneses de intercambio que han destacado en el underground mundial desde su formación a finales de los 90. Ultimamente, el fenómeno del anime se ha mezclado con el rock y es común ver combos ataviados como Los Caballeros del Zodiaco o a actores de doblaje de series japoneses, intentando hacer carrera en el J-Rock o el J-Pop, pero por la parte más seria del asunto,algunas bandas actuales a seguir son: DYGL (indie rock), Compact Club (post-punk a la Devo) y Group A (a quienes entrevistamos en esta edición).

2 bandas recomendables

Hearsays Indie-pop sublime, decorativo con ecos a Pavement y los Pixies. Sin lugar a dudas, una de las promesas del país asiático en cuanto a buen pop independiente con distorsión y chicas cándidas se refiere. Soundcloud.com/hearsays

Sayuu Este dueto de punk chico y chica revitaliza el sonido garage con un toque camp y puesta en escena que fluctua entre el rock salvaje y la anarquía intelectual. Twitter.com/sayuu_band


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Ibeyi Canto yoruba y pop del futuro

Una y mil veces la yuxtaposición entre realidad y ficción potenciando al arte… Inyectando fuerza y magia a ciertas casualidades o puntos de encuentro. En la extraordinaria novela titulada simplemente Negra (Ed. Anagrama), la cubana Wendy Guerra (La Habana, 1970) construyó con maestría a Nirvana del Risco, una heroína para los tiempos de cambio que soplan sobre la isla; inventó a una joven hermosa, bisexual, retadora del modelo social revolucionario y que busca asentarse en Francia, país con el que tiene nexos familiares.

Aun cuando pertenece a una generación de cubanos que buscan aprender la parte de modernidad que les es asequible, al interior de su familia se siguen practicando viejos rituales y artificios pertenecientes a la santería y la cultura Yoruba. Negra es una obra que deja bien en claro que las cosas se están transformando lentamente en “el caimán dormido”, pero que en ese futuro posible habrán de sobrevivir esas añejas raíces que los vinculan con África y su cosmovisión. A fin de cuentas, en la santería el entrecruzamiento entre la religión católica y las deidades africanas no hace sino más poderoso a ese mestizaje místico. Y es que si en la obra de Wendy Guerra se trataba tan sólo de una mujer controversial y atrevida, al momento de dejar los terrenos de la ficción y pasarnos al ámbito musical resulta que la vida nos pone delante a unas gemelas –que es lo que quiere decir Ibeyi


música

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TXT:: juan carlos hidalgo

en Yoruba–, que además tienen un origen francocubano –vaya trastada de la realidad–. Resulta que las hermanas Lisa-Kaindé y Naomi Díaz son hijas del reconocido percusionista Miguel “Angá” Díaz, quien colaborara en la parte final del Buena Vista Social Club y que falleciera inesperadamente durante 2006 apenas a los 45 años de edad. “Angá” no fue únicamente un talento precoz en la música; muy joven fue padre e inculcó a sus hijas los conocimientos esenciales desde la infancia y, al momento de su muerte –con sus hijas de 11 años de edad–, ya les había dado las bases para concebir su propia música. LisaKaindé toca el piano y Naomi, percusiones; ambas cantan con ese poderío y sensualidad que caracteriza a la negritud. Conocen de lleno el universo santero y lo respetan, pero tampoco están cerradas a las expresiones del pop contemporáneo… es más, las hacen suyas con tremendo placer. Ibeyi tiene una propuesta que resulta exquisita y de gran nivel técnico que, sin duda, se completó de la mejor manera una vez que fueron reclutadas nada menos que por Richard Russell, el hombre al frente de XL Recordings y a quien le debemos los proyectos discográficos que relanzaron las carreras de talentos tan heterodoxos como Gil ScottHeron y Bobby Womack; amigo y colaborador de Damon Albarn y Jamie xx es un hombre que sabe cómo imaginar y reinventar una música que cree absolutamente en un pop vanguardista y cargado de futuro. Juntos han dado pie a un LP debut epónimo en el que ellas llevaron sus ideas muy amplias del jazz y a las que sazonaron con todo ese bagaje soul y R&B que tanto apasiona a Russell. La idea consistía en que esos elementos diversos confluyeran en el tipo de piezas que dejarían satisfechas a cada una de las partes. ¡Transpira herencia afro por doquier! Ibeyi es un disco elegante, sobrio y visionario a la vez; el juego de voces destaca por sobre una estructura musical muy contenida. No hay arreglos demasiado saturados o repletos de instrumentos. La parte musical

“Lisa-Kaindé toca el piano y Naomi, percusiones; ambas cantan con ese poderío y sensualidad que caracteriza a la negritud. Conocen de lleno el universo santero y lo respetan, pero tampoco están cerradas a las expresiones del pop contemporáneo”. es hasta cierto punto minimalista y va aportando lo necesario, ya sea un juego percusivo o un pasaje de sintetizador que crea atmósfera. Y no se tardan nada en mostrar de qué va el álbum; comienzan con “Eleggua”, una de las deidades de la religión Yoruba, que abre y cierra el camino a la felicidad; es el dueño de las rutas y el destino. En su propia evocación existe un ritual sonoro para que al disco le vaya bien y encuentre aceptación. Lo que no resulta complicado al dejarlo correr y seguir con “Oya”. Ibeyi son 13 canciones en las que el canto Yoruba y los juegos vocales también se encuentran con el inglés en varios de los temas –como en el caso de “River”, el sencillo de adelanto–. A la postre y considerando que tiene un segmento más electrónico –concentrado en “Stranger/Lover” y “Weatherman”– se puede decir que ésta es la obra de chicas de una generación que ya ha asimilado perfectamente a Björk y tratan de llevar sus enseñanzas un paso más adelante, pero también son coetáneas de una figura tan influyente del soul digital, como lo es James Blake. De Jamie xx parece que retoman esos lapsos lóbregos y sombríos como de sesiones de madrugada y trásfuga. Allí están esos pianos profundos, las percusiones huidizas y un canto que conoce muchísimo de espiritualidad –a pleno en “Ghosts– junto a la evocación a su padre muerto en

“Think of You”, al que recuperan por medio de la risa y la nostalgia. ¿Quién hubiera imaginado que uno de los idiomas africanos que viajó hasta el continente americano en el siglo XVIII y que llegó con los esclavos que traficaban los europeos, en pleno XXI se fundiría con distintas expresiones de la vanguardia occidental? La santería aporta negritud, ellas homenajean a grandes cantantes como Billie Holiday y sus acompañantes en la producción las catapultan a un pop sofisticado y elusivo; a ello agreguemos mucha belleza y se redondea un primer disco absolutamente destacado. Del libro Negra se ha escrito: “Condimentos endémicos, acentos oriundos y sensuales, sabores agridulces y tropicales revelan una parte escondida de la mezclada nacionalidad cubana. A esta modelo criolla e ilustrada se le presenta un camino épico, único y oscuro que atraviesa con arrojo, ruta pasional entre Cuba y Francia, donde intenta asentarse, derribando tópicos y rompiendo los estigmas que significan ser hoy en el mundo una hermosa mujer cubana y negra como la noche”. En las Ibeyi también hay todo ello y por partida doble.

+ escucha también

MALA MALA in Cuba Brownswood Recordings Mark Lawrence, 50% de Digital Mystikz, fue invitado por el DJ y musicólogo Gilles Peterson para que interactuara con músicos locales; el resultado es un alucinante entrecruzamiento entre electrónica oscura y fragmentos afroantillanos.

Sia 1000 Forms of Fear RCA La australiana es toda una referencia al momento de combinar una sofisticada y sensual manera de cantar con un pop lleno de pespuntes electrónicos.

FKA Twigs LP1 Young Turks ¿R&B de ciencia ficción? ¿Soul digital? Todo eso y más; esta jovenzuela británica es una bien amada en Revista Marvin, pero lo es por su registro vocal y su modo de cantar. ¿Quién podría criticar que la arrope un verdadero dream team de productores?


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música

TXT:: iván luna luna

Camille “Billie” Mandoki (California, 1991) es una joven cantante radicada en México que ha dado de qué hablar en los últimos años. Estudió dos años composición en Israel y a la fecha ha editado algunas grabaciones y colaboraciones con proyectos interesantes, como NAFF Chusma (banda fundada por Pablo García Valenzuela, músico y artista de sonidos multicanal) o el compositor de folk Oscar Coyoli.

Mandoki forma parte de una nueva música de vanguardia con su propio estilo de blues fantasmal. Su música logra envolver de una manera discreta y seductora, gracias a su evolución melódica e instrumental; creando así ambientes sonoros repletos de vibraciones que resuenan en los huecos que nos llenan cuando nos sentimos incompletos. Sus canciones son melancólicas y nostálgicas, lugares fantásticos, mágicos y místicos. Paisajes gigantes acompañados de sonidos de naturaleza: bosques, iglesias, montañas, cuevas, agua, la lluvia y la noche. En poco tiempo, ha creado atmósferas que muestran un proceso de paisajes sonoros evocativos de corrientes interesantes, así como un gusto por ambientes sonoros fuera de moldes convencionales. Para Mandoki, los jóvenes de ahora tienen herramientas para aprender, crear y mejorar el propio sistema de aprendizaje, a diferencia de las generaciones pasadas. En poco tiempo se puede aprender lo que en la escuela se hace en meses, más el pensamiento crítico para llegar a esa información; sumado el mismo proceso de cuestionar y filtrar uno mismo la información. “Lo mejor de ser joven hoy día es darse cuenta de que eres libre. Tú eres libre. Tú diseñas tu libertad. Tú eres responsable de reconocer las opciones que tienes. Informarse es darse a uno mismo el poder de decidir”.

CAMILE “BILLIE” MANDOKI Todos andamos buscando, aprendiendo y creciendo


25 Platicamos con ella para saber un poco más sobre lo que piensa en este momento inicial de su carrera y sobre sus proyectos. Marvin: ¿Cuándo empezaste tu carrera musical? Billie Mandoki: Hace como tres años. Chance un poco más. M: ¿Cómo descubriste la inquietud por crear música por medio de tu voz? Siempre me gustó cantar. Lo demás surgió solito. M: ¿Cuáles son tus influencias? Low, Spiritualized, Grouper, mucho folk, mucha clásica, cantos y mantras; Dylan Thomas, Phillip Larkin, Auden y Allan Poe. Y algunas canciones serían: “Cure for the Lonely”, de Swans; “Sacrifice”, de Lisa Gerrard; “The Orchids”, de Psychic TV, y “Heavy Water/I’d Rather Be Sleeping”, de Grouper. M: ¿Con qué otros artistas colaboras? Ahora empecé un proyecto de improvisación con mi amigo Rod. A Naff Chusma les grabo voces y con Pablo Dodero empecé a colaborar hace poco. Además, con Oscar Coyoli trabajo seguido. Él me ayuda mucho y yo en lo que pueda. Y hay más, pero aún no se concretan. M: ¿En dónde te has presentado? Mi primera tocada fue en el Black Horse, luego en el 246, después de eso fue la presentación del Nrmal 2014, en el Convite, Mutek 2014, Capitán Gallo y en Ruido a Ciegas, un programa de radio de Julián Bonequi. M: ¿Qué planes y proyectos tienes a corto plazo? Con Rod estamos mezclando el primer disco, que son improvisaciones grabadas en mi casa. También saco un disco solista con Static Discos. Espero poder mudarme pronto de casa de mis padres y sobrevivir de lo que hago. M: ¿Cómo apoyas tu trabajo en la tecnología actual? Desde la creación hasta la difusión. Pues uso pura tecnología

para tocar. Mapeo a Ableton muchos efectos, el piano también es un plug in o varios, casi todo es digital. Tengo un par de pedales. Me encantaría un piano de verdad, un armonio, un sinte. Muchas cosas que no tengo y la compu me ayuda a reemplazar esos sonidos que se me antojan y no me alcanzan por ahora. Lo bonito de no tener es que acabas creando sonidos que no saldrían si tuvieras todo lo que quisieras. También aprendo mucho de tutoriales. En cuanto a difusión creo que la misma Internet es un gran lugar para darte a conocer como personaje, pero en muchos casos la gente sabe quién es alguien y hasta qué “tipo” de música hacen sin haber escuchado jamás su música. Es chistoso. Lo mejor es la interacción real, creo. La colaboración, las tocadas. Lo dice alguien que ansía la idea de siempre tocar en vivo. A lo que voy es que es una gran herramienta de difusión, pero tiene un límite inevitable. Tener Likes en Facebook no garantiza que la gente vaya a escucharte. Y SoundCloud es lo único que he tenido hasta ahora en cuanto a material público y es la manera que enseño lo que hago. Es muy padre poder compartir así de inmediatamente y que la gente responda. Eso sí me parece muy bonito. M: ¿A qué artistas de tu generación respetas más? ¿Te gusta su trabajo? Hay un montón de gente joven en México haciendo cosas bonitas y admirables; es difícil escoger a unos cuantos. Está Coyoli, que ahora es Mar en Sombra. Me gusta mucho lo que hace el colectivo de Los Grises, he ido a varias tocadas suyas y siempre escucho algo que me gusta, la organización que tienen y cómo se apoyan. Tajak, Haciendo el Mal, Las Brisas (pero creo que ellos son un poco más grandes)... Federico Crespo, Kampion, Camila Fuchs, Ángel Sánchez, Schez y Macario traen cosas bien lindas, igual Muuk. M: ¿Cuáles crees que sean los alcances de los jóvenes talentos en México?

Los alcances son complicados. Hay muchas limitaciones sociales y económicas, pero creo que el asunto es trabajar mucho. Tocar mucho. Esa es una barrera que tengo que romper. Me preocupa tanto regarla que luego termino por hacer menos de lo que quisiera. Pero también hay que regarla. Así que trabajar, tocar, regarla. No creo que le debas estar mostrando al mundo lo maravilloso que eres, sino lo humano que eres. Todos andamos buscando, aprendiendo y creciendo, desde los jóvenes hasta gente con más experiencia. Creo que la onda va por ahí: ayudarnos. Usar lo que sea que hagas para interactuar con el mundo, conocer, colaborar, buscar retroalimentación, no sólo pensar en dónde quieres que se escuche tu música... eso es más bien secundario. Poco a poco, crear una red de apoyos más poderosos a través de la interacción honesta sin propósito alguno más que extender esa misma interacción y alimentarse de ella. M: ¿Tres libros, películas y discos favoritos? Películas: Three Colours: Blue, La vida doble de Veronique y Secret Life of Words. Discos: Desertshore, de Nico; Songs for a Dead Pilot, de Low, y Dragging a Dead Deer up a Hill, de Grouper. Literatura: El poema de In Praise of Limestone, de Auden, algunos de Dylan Thomas y Beckett.

+ escucha también

Christian Fennesz Black Sea (2008) Música electrónica que nos transporta a sensaciones y emociones que van y vienen como olas del mar, elevándose dulcemente en ruidos ambientales y terrenos entre la melodía y la abstracción.

Maja Ratkje River Mouth Echoes (2008) Cantante noruega, compositor y artista sonoro. Su música construye nuevas dimensiones a través herramientas caseras que ella ha nombrado ImproSculpt: armónica, flauta, objetos de metal y una amplia gama de sonidos vocales y corporales. Un auténtico collage sonoro.

Alva Noto & Ryuichi Sakamoto Insen (2005) Segunda colaboración de tres, entre el experto en microsound Alva Noto y el pianista Ryuichi Sakamoto. Pianos y acordes melancólicos que atacan y poco a poco se desvanecen entre beats entrecortados y ondas sinusoidales. Un disco para entidades sensibles.


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música

TXT:: pablo pulido componer sus propias canciones, para después de clase practicar con sus guitarras. En el camino para recuperar el rock del olvido, se les unieron Leia (hermana de Jazz, de tan sólo 15 años) y Antonio, un amigo del grupo apenas mayor. Pero todo esto no es una coincidencia. El padre de Jazz es Ramón Rodríguez, integrante de la banda The New Raemon y que había formado con sus hijas el proyecto Germana. Sin embargo, las jóvenes han abandonado a papá para encontrar su propio futuro. Y lo han hecho bien: el año pasado lanzaron en España su álbum debut homónimo, el cual fue editado por Sones y este año Captured Tracks hizo lo mismo para Estados Unidos y el resto del mundo. Incluso, forman parte del cartel del Pitchfork Festival 2015. Vamos, que estos cuatro jovenzuelos han cumplido el sueño que la mayoría de los adolescentes desearon en algún momento de sus vidas. Platicamos con Carla Pérez para saber cómo van las cosas con MOURN, mientras en las bocinas suena ese lindo y sucio tema llamado “Dark Issues”:

MOURN Rescatando al rock

“Your Brain Is Made of Candy” comienza y por segundos uno piensa que se trata de PJ Harvey, para ser más específico, de la época de sus discos Dry y Rid of Me. Pero, ¡oh, sorpresa!, se trata tan sólo de unos jovencitos que les gusta cantar de manera grave y distorsionar sus instrumentos, pero no tanto, porque aún su inocencia los limita de agresividad, más no de energía. Ellos son MOURN, banda integrada por tres chicas y un chico, cuatro pares de manos que se tambalean en direcciones que el rock había olvidado. Y no, no son de Estados Unidos ni de Inglaterra.

MOURN es la banda que siempre quisiste tener en la preparatoria (o los más audaces, en la secundaria), cuando te compraste por fin tu primera guitarra, bajo o batería. No sabías cómo diablos tocar, menos cómo obtener distorsiones o complejas notas, lo único que querías era hacer buena música y recibir dinero por ello. Ahora, muchos abandonaron el plan cuando se dieron cuenta que todo eso apestaba, pero otros no se rindieron. Los integrantes de MOURN nunca tiraron la toalla y hasta conciertos en otros países ya tienen programados. El proyecto se encuentra integrado originalmente por Jazz Rodríguez Bueno y Carla Pérez Vas, ambas nacidas en 1996 y originarias de El Maresme, comarca de la provincia de Barcelona. Tenemos, entonces, a un par de jovencitas con inquietudes musicales que, en vez de lanzarse papelitos en clase con chismes sobre algún compañero del salón, se dedicaban a

Este año el sello Captured Tracks editó su álbum debut en Estados Unidos, por lo que ahora oficialmente convierte a la banda en algo grande. A temprana edad ya tienen agencias de relaciones públicas, management, prensa, booking… ¿Cómo han sobrellevado todos estos temas? Carla Pérez Vas: Al principio nos quedó un poco grande, pero poco a poco te queda todo más claro y vas viendo el funcionamiento del mundo al que nos queremos dedicar. El sonido de MOURN es agresivo, proveniente de muchas influencias musicales, como Sleater-Kinney, PJ Harvey, Ramones, entre otros, que desde temprana edad escucharon. Pero ¿qué tal el pop? ¿Este género tiene alguna injerencia en ustedes? ¿Nunca escucharon a Britney Spears, Christina Aguilera, Backstreet Boys…? Carla: La verdad es que no. No es un estilo que nos llame mucho. No tiene nada de intrigante hacia nosotros.


27 La industria musical puede ser muy cruel, algunas personas no toman en serio al nuevo talento. ¿Han sido víctimas de alguna actitud mala hacia ustedes debido a su edad? Carla: Algún comentario hemos escuchado, pero realmente no perdemos el tiempo centrándonos en críticas y demás. Preferimos aprovechar ese tiempo haciendo cosas que nos gustan, entre ellas tocar.

“No estamos tan apegados a las redes sociales como muchos jóvenes. Supongo que es por eso que tenemos tiempo para tocar y tener vida”. –Carla Pérez Vas

“Boys Are Cunts” me parece una canción increíble. ¿Me pueden contar la historia detrás de ésta? Carla: Fue la primera canción que Jazz y yo hicimos. Era un día de verano y empezamos a improvisar con una guitarra acústica y una pandereta. Grabamos esa improvisación con el móvil y meses más tarde, mientras estaba en la ducha, empezó la letra. En la actualidad, la popularidad de la música electrónica y el hip-hop ha aumentado y el rock parece que se ha quedado estancado. ¿Creen que el rock sobreviva o mutará con otros géneros? Carla: Mientras haya gente escuchando música y tocando, un género musical nunca morirá, sea jazz, rap, etc. Leí en una entrevista que les ha costado combinar la escuela con la música, principalmente con sus profesores. Pero ¿y sus compañeros y amigos? ¿Cómo se llevan con ellos? ¿No hay envidia? Carla: ¡Para nada! Se alegran muchísimo por nosotros, ¡son nuestros mayores fans! Pitchfork es uno de los medios que más los ha respaldado, algo que sucedió también con Delorean, refiriéndome a proyectos de España… Pero con la diferencia de que ustedes van a tocar en su próximo festival. ¿Esto les emociona? ¿Tiene algún significado Pitchfork para ustedes? Carla: Agradecemos muchísimo el aprecio que nos tienen, claro. Todos estos meses que nos vienen nos emocionan. Uno puede conseguir su álbum debut en una edición muy bonita

+ escucha también

Sleater-Kinney The Woods Sub Pop Mucho se dudó que algún día este trío superara ese gran disco llamado Dig Me Out. Vaya la sorpresa que se llevaron todos desde el primer tema de The Woods. No dejar de escuchar “Modern Girl”.

en vinilo transparente y con un siete pulgadas azul. ¿Ustedes coleccionan vinilos? Carla: A pesar de que somos jóvenes nos encanta comprar libros, discos e incluso vinilos. Nuestra situación económica no nos lo permite a veces, por eso mismo sólo compramos aquello que sabemos que nos gusta y vamos a escuchar. La nueva edición de Marvin es sobre precoces y millennials, esta generación tan apegada a las redes sociales y con una despreocupación por el mundo laboral. ¿Se sienten identificados en esta categoría o cómo se describirían ustedes? Carla: Se tiene que afrontar el futuro con la tecnología, pero a veces comentamos que se está llegando a puntos innecesarios. No estamos tan apegados a las redes sociales como muchos jóvenes. Supongo que es por eso que tenemos tiempo para tocar y tener vida.

Beverly Careers Kanine Records La nueva aventura musical de Frankie Rose, en esta ocasión junto a Drew Citon. El dúo presentó el año pasado su álbum debut bajo el seudónimo de Beverly. Una belleza twee pop para no dejar de escuchar.

Giant Drag Hearts and Unicorns Kickball El álbum más importante de este proyecto bandereado por Annie Hardy. Aquí hay amor, melancolía, rencor, sufrimiento... Además de mucha distorsión y ganas de seguir adelante.


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música

TXT y FOT:: Orquidea vázquez

dromedarios mágicos El lado tierno de un rockstar adolescente

Muchos dirán que 19 años de vida no son suficientes para tener claro el camino que uno quiere seguir en la vida. Esa opinión se acentúa sobre todo ante el frecuente sueño adolescente de convertirse en rockstar. Aquellos escépticos deberían voltear a ver a Diego Puerta, emergente cantautor chihuahense que podría hacer caer dichos juicios comprobando que ser un músico precoz puede llegar a dar muchos frutos.

Puerta lanzó a finales del año pasado Bosques de San Marcos, su primer EP bajo el nombre de Dromedarios Mágicos que da la oportunidad de colocarlo entre los actos que la escena musical mexicana debe tener en la mira. Con tan sólo guitarra y voz, su propuesta tiende a compararse como la versión “bonita” de Juan Cirerol, quizá por la sensibilidad o el bajo perfil, pero el ímpetu y la sinceridad de las que goza Puerta hacen que rasgar cuerdas y emitir emociones adolescentes sea la peculiaridad que lo distinga de sus contemporáneos. Su proyecto como Dromedarios Mágicos surgió tras formar parte de una banda de covers pop, pero dicho historial se ve fuertemente contrastado con la pasión que Diego siente por la oleada del rock nacional independiente. Con sus temas y reinterpretaciones a Little Jesus o AJ Dávila, Diego se ha ido ganando espacio en oídos deseosos de luminoso folk pop. Y es que a veces ser rockstar no requiere llenar estadios, sino de pararse con ganas arriba del escenario y comenzar a creérsela. Hablemos del comienzo, de cómo fue que te diste cuenta que lo tuyo era la música y te involucraste en ella. Toco desde que estaba pequeño, desde los 10 años, pero de ahí hasta los 16 tuve un vicio en los dedos y era una papa para tocar. Luego, como típico morrito de secundaria, tuve una banda de covers de Panda y Allison. Mi abuelito tenía un bazar y un día me vendió un bajo que tuve arrumbado hasta que aprendí a tocarlo bien, pero después volví a


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la guitarra. Ya luego entre al bacho, conocí unos vatos e hicimos una banda de covers pop. Con ellos estuve la mayoría de la prepa, nos llamábamos Los Checos. En la banda yo era el de los gustos diferentes, no me gustaba el pop, pero lo hacía por la feria y porque significaba el cotorreo con mis cuates. Tocábamos en cafecitos y eso me ayudó mucho a dominar el escenario. Una vez hasta tocamos en un evento del PRI. ¿Cuál es la historia de tu primera canción? Mi primera canción la hice crudo. Nunca fui a fiestas porque mis papás no me dejaban, pero una vez me invitaron a una y ahí conocí a un vato que hace cortometrajes –quien por cierto fue el que financió mi disco–, allí me puse muy ebrio, era la primera vez y creo que hasta el momento nunca me he puesto tan mal en mi vida. “Mildred” es mi primera canción y está en el EP, ahí menciono cómo no podía pararme del suelo y fue en ese estado que yo conocí a la chica de la canción, ahora es una muy buena amiga. Esa vez, al día siguiente, tenía una tocada con Los Checos, pero faltó el vocal e improvisamos un cover mío de Little Jesus que a la gente le gustó mucho. De ahí en adelante el vocal cancelaba frecuentemente por su trabajo y yo comencé a meter mis rolas en los shows en vivo. ¿Entonces tu proyecto solista fue surgiendo cuando aún estabas con Los Checos? Sí, con Los Checos duré como dos años, pero nos separamos porque el vocal entró a una secta tipo superación personal y nos decía cosas como “este es mi sueño

de triunfar y ustedes sólo son mi vehículo”. Mi primer toquín como Dromedarios Mágicos fue el 7 de julio del año pasado. Para ese tiempo ya tenía armado el EP, pero tocaba las canciones diferente a como lo hago ahora. “Mildred” era como reggae. Saqué mi EP el 7 de noviembre con 15 días de anticipación a la fecha que previamente había anunciado. Las primeras copias se terminaron y después saqué otras 120, esas venían con sorpresa, les metí un poema que escribí llamado Yo, un niño con obesidad; si te lo encontrabas y me mandabas una selfie, iba a tocar al patio de tu casa.

¿Cuál es la opinión de la actual escena musical en Chihuahua? Está padre, creció mucho de mediados del año pasado hasta ahora. Creo que sólo es cuestión de que se organicen bien, pues muchas veces no hay varo para salir. Lo bueno de mi caso es que sólo soy yo y ahorro para mi boleto de avión, si hay paga, bien, pero si no, pues sobrevivo de los discos. Ahorita hay varias bandas que sí las veo en el Festival Nrmal o en otro más grande. Dos de ellas son Et y Maw. El problema también es que casi todos son los mismos, puede haber 15 grupos, pero si juntas a todos los integrantes en realidad son como tres.

¿Hay alguna historia particular detrás del nombre Dromedarios Mágicos? Hacía las ilustraciones de Los Checos y usaba fotos cagadas, editaba súper feo y alguna vez, por cierta razón, se me ocurrió mezclar dromedarios y cosas mágicas. Sé que en ese entonces había un súper concepto detrás, pero ahora no lo recuerdo.

¿A ti nunca te gustaría cambiar tu sonido a algo más ruidoso/ pesado? Sí, pero lo haría con otro proyecto, soy muy fan del ruido y de las bandas de dúos, me gustan mucho los White Stripes, Black Keys, Yokozuna, Cardiel, entre otros.

¿Por qué le pusiste Bosques de San Marcos? Es la calle de una morra.

Muchos te comparan con Juan Cirerol, ¿eso te molesta? Sí y no, luego dicen que soy como Cirerol, pero que él es el Darth Vader y yo el Luke Skywalker.

Pareciera que gran parte de tu inspiración son las chicas... El EP siento que no va tanto de morras, tiene una rola para cada temática. “Pistache” parece la típica rolita de ay te quiero mucho, pero yo no la compuse con ese sentimiento; al contrario, a mí me gusta escribir metafóricamente. Para ti puede significar algo, pero para mí otra cosa.

Desde tu perspectiva ¿qué proyectos nacionales crees que han influenciado tu sonido? Siddharta, María y José, agarré mucho la onda de los Románticos de Zacatecas, ya que son mi banda favorita, pero en términos de sonido, quizá, Juanito, por su trip solo valevergas. Si a él le dicen que es el Johnny Cash mexicano yo quiero que me digan que soy el Barbra Streisand mexicano.

¿Qué tal es crecer en el norte del país, específicamente en una ciudad como Chihuahua? Otra persona te hablaría sobre el narcotráfico y demás, pero yo no lo sentía. Soy una persona un tanto ensimismada, y no es vanidad ni nada, sino que nunca me ponía a ver qué onda con la gente.

¿Qué situación es perfecta para escuchar tu música? Cuando te encuentras en un estado pensativo, como que no sabes qué onda con cosas. “Pistache” para mí es una rola triste y la gente la siente feliz, como para estar acostado en el campo o en un roadtrip.

+ escucha también

Juan Cirerol Haciendo leña Si alguna vez Cirerol te pareció muy pesado, Dromedarios Mágicos es la versión ligera que estabas esperando; tanto en sonido como en lírica.

Caloncho Fruta Si al proyecto de Diego Puerta se le agregara una vibra tropical, el resultado sería el EP debut de Caloncho, permeado de música para sonreír, acompañados de arena y palmeras.

Soak Trains Perteneciente a esa legión de músicos prematuros, lo creado por Bridie MondsWatson remite al trabajo del músico chihuahuense en su capacidad de proyectar la sensación de las primeras veces que uno enfrenta el mundo.


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música

TXT:: santiago solórzano para remezcla.com

Trad:: Uili DAMage

Ponce Bailando en la oscuridad con

Santiago Solórzano habla con el talentoso capitalino acerca de cantar en inglés y español y encontrarse en el pop electrónico y melancólico

Hemos seguido a Leonardo Kin Ponce desde la época dorada de MySpace. Desde entonces ha desechado muchos proyectos, pero ahora nos parece que finalmente ha encontrado su sonido, tras años de búsqueda y evolución artística. El año pasado, Ponce se mudó a cantar en español por primera ocasión y para sorpresa, resultó realmente maravilloso; pero que no se malinterprete: el tipo tiene excelentes credenciales, gracias a su trabajo con Timmy & The Monsters y Ghostcatcher. Y aun cuando ahora la mayoría de sus letras son en spanglish, su personalidad musical, oscura y melancólica sigue presente junto con sus dilemas místicos y existenciales, tan particulares sobre temas que incluyen la muerte, la vida y lo que está más allá de todo eso, que probablemente es lo que más nos engancha con su obra.

regados y hasta olvidados. Así siento que Ponce es un proyecto sólido y que puede tener un futuro más fuerte, gracias también a su estética sonora. No se trata únicamente de un álbum, sino de un proyecto a largo plazo.

¿Dirías que Ponce es la culminación de todos tus proyectos previos? Sí, puede decirse. Es más bien el paso que continúa de Ghostcatcher. Siento que tuve la oportunidad de aterrizar varios elementos que estaban flotando,

Y ¿qué le espera a Timmy y Ghostcatcher? ¿Vas a seguir o los vas a desechar? Ghostcatcher evolucionó a esto. Trabajé en un álbum que al final no me gustó y lo eché a la basura... En Timmy tuvimos que parar porque Alan estaba ocupado

En ese caso, ¿qué es lo que parte de tus proyectos previos de lo que oímos en Viejo? Sin duda, es el trabajo más personal que he hecho; no sé con qué palabras describirlo, pero podría decir que las canciones y el sonido de Ponce que plasmé en Viejo es como quiero que suene mi música. Creo que en Timmy and the Monsters y Ghostcatcher tenía que seguir un lineamiento de “cómo tenían qué sonar”, mientras que en Ponce todo es más personal. Tengo la libertad de hacer lo que quiera y materializar lo que se me venga a la mente, siguiendo el patrón de mi estética personal.

con Centavrvs y yo me encontraba concentrado componiendo para Ponce, pero queremos hacer un álbum el año que entra. Hablando otra vez de Viejo, es la primera vez que cantas en español. ¿Por qué? Diré que es un proyecto más personal y por eso quiero sonar más como mi país; quiero ser capaz de llegar a más gente en México y ligarlo más con mi proceso creativo. Considero que así puedo relacionarme mejor. El idioma es un elemento clave en esta relación y decidí cantar en español para construirlo mejor. De entrada, algo que nadie sabe es que “Valle” parte de la idea del concepto del “Valle de México”, la ciudad de México. Tiene un sampleo de “Adiós a México”, de Jaime Nunó, que te ubica en ese lugar. Sé que eres aficionado al hiphop, y se escucha en tu trabajo anterior. ¿Ponce mantiene esa influencia? Pues sí, tengo esa influencia, pero en Ponce tengo la oportunidad de echar mano de ritmos más lentos y bajeos muy graves –que adoro–, pero creo que en su totalidad no es tan hiphopero. Así, a la gente que no le gusta el hip hop puede


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+ escucha también

Astro Caribbean (single). Discos Río Bueno, 2015 Al momento de escribir esto, se está mezclando y masterizando el nuevo álbum de Astro. Como avance se estrena el sencillo “Caribbean”, un tema “inconfundiblemente Astro”, chispeante, fresco, con un beat efervescente, casi aeróbico y melodías a medio camino entre lo ininteligible y lo enervante. Si bien se encaja en la mente sin pedir permiso, no es lo más sencillo de tararear, al estilo de los adorables temas incantables de Animal Collective.

aún gustarle Ponce, y viceversa. Como no se puede clasificar estrictamente como hip-hop, Ponce puede definirse como una juxtaposición de bases de hip-hop y melodías pop. ¿Qué te parece México? ¿Qué esperas del público y qué piensas de él? Bueno, desde el principio quise involucrarme con gente que le interesara e importara el proyecto. Quería trabajar con personas que confiaran en mis capacidades y se emocionara con Ponce. Hasta ahora ha sucedido así y me hace sentir muy afortunado y feliz de trabajar con ellas, como por ejemplo Paulina Lasa y Vernous. Sé que voy por el camino correcto, porque he encontrado apoyo, posibilidades y otros puntos de vista creativos que nutren el trabajo verdaderamente; me siento afortunado por todo esto. ¿Qué le dirías a la gente para que se acerque a Viejo? Que deberían descargarlo ilegalmente y compartirlo con todos los que conozcan, y escucharlo cuando vayan a casa por la noche. Eso sería un gran propósito [Risas].

Pedro Infame Yo no estoy loco, lo que quiero es comer gente Tropic-All 2015 Es en febrero de este año que apareció este obscuro y potentísimo disco que se viste de trap, bass malévolo y sonidos que hacen pensar en un Rob Zombietropi-ghetto. Si quieres hacer enojar a las buenas conciencias con todo el swag y adrenalina chola, no solo puedes, sino que debes descargar este álbum insolente en: https://soundcloud.com/tropic-all/sets/ pedro-infame-yo-no-estoy-loco

Bodega Bamz Sidewalk Exec Tanboys, 2015 El 14 de este mes está en la calle el nuevo álbum de este estupendo rapero mitad dominicano, mitad portoriqueño, cobijado por la producción mortifera de V’Don. “Billy Batts”, tema inspirado/dedicado en el personaje de Good Fellas, es el primer sencillo que ya puede escucharse en su SoundCloud y el álbum incluye una intervención del fallecido A$AP Yams. Imperdible.


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festivales

VL 15 Todo está en la reinvención

TXT:: roberto gonzález clapés

No recuerdo la última vez que fui galopando con furia, usando toda la fuerza y longitud de mis piernas para alcanzar a ver a una banda en el Vive Latino. Quizá fue para ver a Porter, la vez que Juan Son tocó con una playera de Bob Esponja, pero no estoy seguro. Corrí con furia la vez que tenía que llegar a poner visuales a The Plastics Revolution, y faltando 15 minutos para que iniciara su show yo apenas me estaba bajando del metro. Pero es genial ver a gente hacerlo; este Vive Latino me llamó la atención el toparme con varios grupos de personas, o bestias, moviéndose salvajemente, esquivando gente a su paso para llegar con determinación a algún lugar específico. No creo que hayan estado jugando a “las traes”, así que asumo que iban a ver a una banda. Esa emoción y exaltación, básicos en mis primeros encuentros con el Vive Latino, han ido desvaneciéndose. Me quedé pensando en qué banda tendría que tocar para que diera tal despliegue de energía pero no logré llegar a una respuesta. Tal vez es la edad, sé que no vi a ningún barbón con canas corriendo a toda velocidad, pero también es cierto que ahora mis preocupaciones son otras. Esto de llevar las redes sociales de Revista Marvin me ha convertido en uno de esos tipos que se preocupan por la señal 3G, que no guardan su teléfono hasta estar seguro que se haya enviado el tuit, que se pierden una canción completa en lo que toman una foto y redactan un breve texto para ser publicado ante docenas de miles de personas. Ya no me urge tener un buen lugar para ver a los músicos de cerca y ensuciar mi playera de sudor y

codazos ajenos. En algún punto estaba seguro que de eso se trataba el Vive, que esa era su esencia, pero ahora sólo creo en tener un lugar donde se escuche bien y que esté lo suficientemente cómodo para bailar a gusto. Eso no significa que ahora sea un aburrido que no quiere echar desmadre, pero es cierto que cuando no tengo necesidades catárticas, prefiero tratar de apreciar los valores de producción, observar las reacciones y las borracheras de la gente, clavarme en los visuales, fijarme en detalles técnicos y logísticos, planear mis idas al baño y estar al tanto de cuánta batería le queda a mi smartphone. Igual que Savages, detesto que la gente esté tomando video y fotos con su celular mientras ven un concierto. Es ridículo y no te permite vivir el momento. Por más que yo tenga que hacerlo por motivos de trabajo, no entiendo por qué la gente lo hace. No entiendo por qué se toman selfies con el escenario al fondo, como si tuvieran que probarle a sus amigos que sí, en verdad estuvieron ahí. Tampoco entiendo a esos que graban video mientras bailan, y entonces la imagen se ve terrible y el sonido peor, y su brazo probablemente se canse más por detener un teléfono en lugar de una cerveza. ¿Cuándo van a volver a ver ese video? Nunca. Pero tal vez sólo lo hacen con el fin de ir sumando bandas a su lista, sólo para poder decir que ya los vieron. No recuerdo exactamente quién fue, pero cuando dije que iba el viernes al Vive me dijo: “¿Estás emocionado por Robert Plant?”. Le respondí que no del todo, pero que sí lo iría a ver. Remató con un: “Bueno, pero


FOT:: Arturo lata y feli gutiĂŠrres

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festivales

FOT:: Arturo laRa y feli gutiérres está poca madre para tacharlo del checklist, decir que ya lo viste”. Se me hizo un poco triste pero algo real, un fenómeno que está ocurriendo ahora que vivimos en la era de lo efímero. Se supone que la gente se reúne en festivales masivos para compartir sus frustraciones en conjunto con desconocidos. Para voltearse a ver las caras mientras cantan o justo antes de darse de patadas en el mosh pit, para compartir el toque y brindar por una existencia sin sentido. Ahora la experiencia es un poco más desconectada –por lo mismo de los smartphones– y se comparte también de manera digital. Muchos preferimos un festival tranquilo, pero me sorprendí porque pensé que, por la situación del país, habría una necesidad intensa de soltar golpes y enseñar chichis a la banda. Sin embargo, al menos a mí, no me tocó ver nada de eso. Aunque algunos artistas rindieron tributo obligado a los 43 desaparecidos, el ambiente nunca se sintió tan político ni desesperado, ni siquiera tan festivo o desmadroso como en años anteriores. Más bien la gente se veía algo desganada, quizá madreada por el sistema. O tal vez, justo por la situación del país: la industria del entretenimiento comienza a sufrir. De todos los Vive Latino a los que he ido, éste es, según recuerdo, en el que menos asistentes ha habido. Incluso ahora que los escenarios estaban más cercanos entre sí y que había menos zonas abiertas por la remodelación del foro, no se sintió la vibra efervescente característica del festival. El clima frío pudo haber tenido algo que ver, y a pesar de que sí había algunos seres galopantes por ahí y por allá, parece que la mayor parte del público, como yo, decidió llevársela leve.

Sin embargo, todo eso no es algo malo, sino una buena oportunidad para el festival. Ahora es cuando puede y debe reinventarse. Mientras me paseaba por el Foro Sol, por unos instantes, tuve la sensación de no estar en un Vive Latino, sino en un festival que está por consolidarse. Desde el anuncio del lineup, se nota que los organizadores tomaron un riesgo con la curaduría, siendo más incluyentes y eclécticos, atendiendo a nuevos nichos sin dejar atrás la tradicional vieja escuela que les asegura la venta de boletos. La organización se ha visto obligada a mejorar los servicios y espacios que ofrecen al público. Hubo más áreas de reposo, mejor oferta culinaria, decoración bien pensada, suficientes baños (limpios) y buena atención por parte del staff. La gente se comportó de manera más respetuosa y se sentía un ambiente más familiar. Esto probablemente es provocado por la aparición y auge de festivales boutique que se enfocan en cubrir las necesidades e intereses del público en la mejor medida de lo posible. Si bien el Vive es famoso porque la gente logra desahogarse al gritar, al entrarle duro al slam, al enseñar chichis, crowdsurfear, tomar litros y litros de cerveza y fumar mota para sentirse parte de la contracultura y expresar su descontento general, nunca el festival se había tomado el tiempo suficiente para fijarse en los detalles como ahora, y nunca había sido tan claro que se avecina una nueva era de este festival. Esta edición se sintió como una buena pero melancólica transición.


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festivales

La mejor idea para empezar un viaje hacia un festival es tomándote una cerveza mientras te impregnas una última vez por las canciones de los artistas que más ansías escuchar. Ése es el ritual al que debes atenerte para asegurar el éxito de tu vivencia. Y qué mejor augurio cuando llevas bloqueador y traje de baño para la expedición. Llegamos la noche anterior al festival a la Aldea Bahidorá, una urbanización para aproximadamente 250 personas organizada de manera fractal como un panal de abeja. Olía a rocío, estaba fresco, se escuchaba pasar una ligera brisa en el follaje de los altos árboles. Nos instalamos en unos cuartos hechos de tela, con piso de petate y dos colchonetas con almohadas que te invitaban a empezar a hacer tuyo el lugar. Unas tentadoras manzanas decoraban el cuarto, pero por temor a caer en la misma

TXT:: OLFA MASMOUDI @olfabulous trampa que Adán y Eva y así poder seguir en este paraíso nunca le di una mordida. Al centro de todos estos fraccionamientos se erguía una gran fogata, y nosotros como primeros colonizadores de Bahidorá teníamos la responsabilidad chamánica de ritualizar el momento bailando e invocando la mimetización de estos cuerpos citadinos con la belleza natural de Las Estacas, para convertirnos en autóctonos del carnaval Bahidorá. El sábado por la mañana revelaba todas las actividades que el carnaval tenía preparado para sus futuros habitantes: ping pong, plataformas colgantes, cuerda floja sobre el río, yoga, acrobacia aérea, masajes, pintura, flores, salto de cascadas, inflables en el río, pirámides de humo, zonas de relajación con música Zen… Y la gran novedad de este año: un

segundo escenario que se situaba como un islote del otro lado del río. El sol era la savia de un paraíso tropical. Rayos fuertes que penetraban la piel, pero te secaban en seguida después de sumergirte en los fríos y traslúcidos ríos esmeraldas de Las Estacas. Mientras yo me hacía secar por este poderoso astro, un desfile de chinelos seguidos por una banda de percusiones y trompetistas marcaban el inicio del festival, al mismo tiempo que los chilenos MKRNI empezaban con su set electro-popero. El sol estaba en su cenit y Mariana Yegros se apoderaba del escenario. Esta chaparrita con poderosísimo ritmo cumbiero nos colonizó con su sensualidad y música. Todos los asistentes salieron de su sombra para plantarse en el escenario principal y compartir una hora de pasos

endiablados con la Yegros y con un poco de fortuna obtener un guiño o una sonrisa de esta diosa –cosa que estoy segura que hice, aunque ella no se acuerde–. Después del bailongo y del sudor, llegó el reggae de Hollie Cook: divino, perfecto y armonioso. Para este momento y con el crepúsculo aproximándose, los bahidorenses empezaban a mutar de piel y agrandarse la pupila. Encadenó Kindness, quien hizo honor a su nombre. Todo era amable, su pinta indie, su impecable interpretación, la temperatura del ambiente. Pasaron las horas y aparecieron criaturas fabulosas, con quienes compartí experiencias únicas. Descubrí el recóndito mundo de lo que llamaban “la pirámide de humo”; entrar ahí fue como viajar en el tiempo y espacio. Era un complejo hecho de plástico

Bahid


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FOT:: feli gutiérres translúcido, lleno de máquinas de humo que saturaban el ambiente de tal manera que perdías conciencia de la profundidad de las cosas. Todo musicalizado por DJs con sets minimalistas. Llegué a De La Soul para bailar hasta desprenderme de mi sombra. Para este entonces, la gente ya no veía bien, o tal vez mejor, te veían el alma. Todo el mundo bailaba semidesnudo, los beats profundos acentuaban la sensualidad que permeaba el aire de Bahidorá. Los espíritus del bosque se sienten atraídos por la música y la buena vibra y salían a bailar contigo al ritmo de Salón Acapulco; para este momento ya no sabes si estás codeándote con hadas o duendes, pero todo a tu alrededor es mágico. La música fue tan divertida, que pasó casi inadvertido (consciente o inconscientemente) el homenaje a los 43 normalistas

y a varios visuales con poderoso mensaje político. Así como empezamos a poblar Las Estacas, cada bahidorense se apropió poco a poco del festival. El misticismo fluyó primero en el río y luego en la sangre, los árboles bailaban más que los humanos… Cada individuo se había convertido en espectador y paisaje, cada uno era una pieza activa de la creación de este momento efímero. Fue entonces cuando Modeselektor nos guió hacia el nuevo día, para muchos el acto más esperado. Una leyenda de la electrónica ahora también en comunión con nosotros. En la madrugada la sede volvió a cambiar hacia el escenario Asoleadero. Para este momento ya había hecho muchos amigos nuevos, algunos que no volveré a ver, otros cuyo nombre ni intercambiamos pero sí un mezcal

y una sonrisa. “Bienestar” era la definición idónea de esta experiencia. Me dio la impresión de que no sólo los asistentes se quedan con una imagen paradisiaca del festival, sino también los artistas. Recuerdo la enorme sonrisa de la Yegros, los agradecimientos de Hollie Cook y las reflexiones de De La Soul. Regresé a la aldea a reposar mi cuerpo con la sola intención: que la vivencia se quedara bien impregnada en la memoria celular de mi organismo. El sol me despertó e invitó a terminar la travesía al ritmo de Jonathan Toubin, Generationals y Slow Magic. Los sobrevivientes de la fría noche seguían bailando en la costa del Asoleadero. Por más desgastados que se podían ver los cuerpos después de tantas horas de fiesta, les aplaudo las ganas

de no querer perderse momento alguno del evento. Desgraciadamente, con este nuevo día pude ver algunos actos de vandalismo: la pirámide de humo fue grafiteada y le abrieron “una ventana”, también cortaron una tela de los acróbatas aéreos. Una verdadera lástima, ya que en general los asistentes tuvieron mucha conciencia ecológica y respeto ajeno. En fin. No tengo miedo en decir que Bahidorá es el mejor festival del país; se lo ha ganado porque es un mundo y una comunidad que se crea temporalmente, en el que todos somos amigos y libres. Y como me dijo un bahidorense: “Es el mejor festival de México, porque hay sombra”. Cada quien sus razones, pero eso sí: muchos opinamos lo mismo. Felicidades comunidad Bahidorá y hasta la próxima.

dorá Adorado misticismo musical y natural

DORADO


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festivales

TXT:: pablo pulido

festival

Nrmal Un paso adelante en un camino nunca convencional


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FOT:: feli gutiérres Y AZUL RAMÍREZ

Año con año la competencia se pone más difícil. Cada uno de los festivales musicales en México busca el nombramiento del “mejor”; los anuncios de carteles adelantan su fecha de publicación y la ambición por el mejor line-up pone en aprietos la cartera del público, pero el Nrmal es la excepción a muchas de estas cosas. Es, sin pelos en la lengua, el más propositivo de todos. Con una corta pero sustanciosa historia, este festival ha sido la plataforma de proyectos poco conocidos y complejos: y tal vez más de uno ha pensado que éste, cuyo origen es Monterrey, puede pecar de “demasiado propositivo”. Pero es en esta cualidad más que un defecto en la que recae todo el encanto de esta celebración que se regocija en un concepto avant-garde. Recordemos que hace apenas unos años, sus

organizadores limitaban el alcance del festival a la región norte del país. El Nrmal ha sido responsable de las primeras visitas a nuestro país de Mac DeMarco, Grimes, Friends, Widowspeak, Greatest Hits, Sky Ferreira y muchos más, que ni en sueños pensaríamos sucederían, y menos en la época primaria de sus proyectos. Para demostrar el carácter arriesgado del festival, basta mencionar la presentación en 2014 de Death. En un acto inédito, el Festival Nrmal anunció su primera edición en el Distrito Federal, el cual se realizó de una manera excepcional; claro, con un par de defectos; sin embargo, fue su cartel que los previno como el nuevo gran suceso hipster. Allí estuvieron Blood Orange, Anika, Hidrogenesse, Kelela, Silver Apples y demás curiosidades que dejaron atónito a más de uno.

Cada detalle del evento presume de un excelso cuidado. Quien no ha quedado deslumbrado por el arte que permea al festival es que necesita clases de vanguardismo. La producción es de gran nivel, cada banda suena como debería ser y no hay conflicto en querer ver a una muy cerca. El ambiente es distinto a todo lo visto antes. El Festival Nrmal es vanguardista, por lo que puede ser fácilmente objeto de críticas. Sus detractores opinan que se trata de un festival pretencioso, hecho por y para gente pretenciosa, cuya psicología se inclina por una indiscriminada búsqueda de la originalidad fuera de toda convención. Esto puede ser completamente válido, pero si nos ponemos a reflexionar, ¿acaso esto no es lo que buscan la mayoría de eventos en México, incluso todos nosotros?

La edición de este año, claro, incluyó una sorprendente lista de artistas cuya propuesta no conoce los aburridos conceptos de rock, pop, hip-hop, etc. Durante dos días se pudieron apreciar deliciosas extravagancias, como Fatima, Future Islands, Omar Souleyman, El Último Vecino, TOPS, Swans y Peaking Lights. Más de uno descubrió sonidos que el oído y cerebro tardaron en asimilar. La audiencia del Festival Nrmal es particular. La mayoría se compone de gente relacionada con el mundo cultural; muchos son diseñadores, publicistas, editores, fotógrafos, modistas, ilustradores y afines. Por supuesto que esto brinca a cualquiera que no está relacionado con esta escena, es decir, el 99% de la población de México, pero bueno, hay para todos, no es para tanto. Festival Nrmal, nunca cambies plis.


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en portada

TXT:: pablo pulido

JAVIERA MENA

una mujer de otra era


fot:: carlos álvarez montero

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Ya lo decía Javiera Mena en “Al siguiente nivel”, el tema abridor de su LP debut Esquemas juveniles: “No lo analices más, esto va más allá”. La compositora chilena siempre estuvo adelantada a su contexto; podría decirse que ella fue la principal responsable de la fiebre andina que contagió a la música en Iberoamérica a inicios del milenio. Decidió abandonar el formato tradicional de componer música con una guitarra y se aventó al vacío con sus sintetizadores. El secreto fue ese pop sintético que contagió con sus rimas y poemas adolescentes, pues ¿qué otra cosa más perfecta que las indecisiones de la mocedad? Javiera presentó el año pasado Otra era, una obra compuesta por 10 temas que exploran la felicidad, el amor, la fiesta y el delirio por el futuro: la obra cumbre de una mujer que no le interesan las etiquetas musicales, sociales y sexuales. Un encuentro con Mena es descubrir la locura que nos invita a hacer aquello que siempre nos ha dado miedo experimentar, es aprender a aceptarse a sí mismo, a enorgullecerse por aquello que nos puede avergonzar y gritar a los cuatro vientos nuestros logros. Por eso, celebramos los 14 años de Marvin con una artista en todo el sentido de la palabra.


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en portada ¿Qué es lo primero que viene a tu cabeza a estas alturas de tu carrera? Ha pasado ya bastante tiempo desde la salida de Esquema juveniles… Lo primero que se me viene a la mente es que ha sido una carrera lenta, pero a paso firme. He apostado por moverme entre España, México y otros países de Latinoamérica de manera independiente; llevar a cabo esta especie de sueño, de estar aquí y allá. Tal vez todo esto pueda parecer muy fácil para una estructura de marketing muy grande, como las que tienen las trasnacionales; sin embargo, para un artista independiente, principalmente de Hispanoamérica, es muy difícil, pero a la vez es un desafío superestimulante. Es curioso que menciones lo de la independencia, pues justo recuerdo haber leído una entrevista tuya en la que mencionas tu interés en trabajar con grandes compañías. Lo que a mí me pasó fue debido al lugar en el que me tocó nacer. Chile no es como México, en donde puedes relacionarte con una trasnacional y todo es más sencillo. En Chile estamos lejos de muchas cosas, debido a la época en la que estamos todos mis homólogos y yo hemos tenido que ser independientes, pues no se tiene la posibilidad de estar en una industria como tal. La música que hago es considerada más de nicho, a pesar de que es pop y electrónica, pero se trata de un pop que no se mueve en las grandes disqueras. Ahora están cambiando las cosas, pero en un inicio mi música se consideraba que coqueteaba más con el indie, lo cual no existía mucho en mi país. Pero ¿sabes?, he estado todo el tiempo en una dualidad mainstream-indie, soy fan de Madonna, Kylie Minogue y de otras divas, pero a la vez me gusta Sonic Youth y otros sonidos más experimentales. Nunca he estado cerrada a casarme con una trasnacional, pero creo que mi camino es el que se me ha dado, nunca me he visto obligada a firmar contratos. De hecho, he recibido buenos comentarios de grandes sellos que están sorprendidos de mis logros sin necesidad de tener que acudir a ellos. Estoy supercontenta, y si en algún momento me ofrecen algo, lo analizaría; sin embargo, el modo como trabajo hoy día me está funcionando muy bien. En tu trabajo podemos encontrar canciones muy relacionadas a los sentimientos, a paisajes muy concretos; sin embargo, existen episodios como “Cuando hablamos” o “Que me tome la noche” en el que nos cruzamos con una Javiera más abstracta. ¿En qué momento decides ser directa y en otras ocasiones más subjetiva? Todo arte busca generar un estado emocional, que es lo que tratan de hacer mis canciones al igual que las de los demás. Desde mi mente puedo mostrar una situación y estéticamente prefiero no decir algo tan fotográfico, sino que esa imagen se pueda leer de diferentes maneras, explotar la sinestesia en la música. Me encanta que las canciones sean sugerentes, no hacer todo explícito, sino adornar con ideas. No se trata simplemente de un acto comunicativo, sino que las propias palabras generen belleza, que tú las puedas leer sin la música, algo así como poesía. Todo esto te da unos paisajes más sugerentes, con el fin de guiar a la persona hacia tu universo o a un escenario en particular, una confusión armoniosa. El año pasado ofreciste un interesante show en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris, con bailarinas, globos, papeles de color, cambios de vestuario y mucha parafernalia más; algo muy diferente a lo que hacías

hace algunos años. ¿Cómo logra un artista presentarse en foros tan importantes? ¿Recuerdas esos shows que hacías en el Dobermann de Aragón? Bueno, creo que como latinoamericanos nunca va a existir ese gran salto sin mirar atrás, porque yo todavía tengo que ir a tocar a lugares más recónditos, principalmente en Chile. De hecho, hace dos meses fui a hacerlo a un lugar chiquito, con un sonido precario y pocas luces, pero al final hay que adaptarse porque estamos en Latinoamérica y no todos los escenarios son como uno quisiera. El Dobermann ha sido uno de los sitios en los que he visto al público con más fervor. Me encanta, fue un show muy inspirador; recuerdo que cuando fui conocí todo este tema sobre la Santa Muerte y llamó mucho mi atención. En la actualidad, tocar en lugares más producidos y festivales de renombre te recuerdan la importancia de la perseverancia y el trabajo duro, ya que una persona que adopta una disciplina artística y le empieza a ir bien sabe por lógica que es el momento de no parar y que con cada meta surge otra, es algo que no tiene fin. No hay un camino definido para el éxito. Si no te hubieras dedicado a la música, ¿qué crees que estarías haciendo en este momento? Me casé mucho con mi vida actual, por lo que no me imagino haciendo otra cosa. Desde chica sólo hablaba de música, era muy obsesiva al respecto… Realmente no me veo en otro escenario. En algún momento pensé en dedicarme a ser dibujante, pero la música me daba mucho más. Si fantaseamos en este instante, creo que podría haber sido científica, dedicarme a la investigación para ayudar a la gente. Aunque considero que la ciencia y la música tienen muchas cosas en común: ayudar a las personas a comprender su entorno; sin embargo, la música se concentra más en fomentar y potencializar emociones, mientras que la ciencia se dedica a definir todo. Seguro escuchaste Los momentos, el más reciente disco de Julieta Venegas, en el que incluso apareces en uno de los videos del DVD que éste incluye. Pero entre las tantas cosas que se dijeron sobre este álbum, resaltan los comentarios de que muchas de las canciones se parecen mucho a tu trabajo. ¿Estás de acuerdo con esto? En primer lugar pienso que esto muchas veces sucede, hay diferentes estilos de pop electrónico que no sólo hago yo, sino también Robyn, María Daniela… Y claro que pueden haber cosas en común entre el trabajo de varios artistas, así como lo que me comentas me han dicho que lo que yo hago se parece mucho a lo de Julieta, principalmente en España me han hablado de eso. Para mí, Julieta es un referente, una persona muy importante, con las cosas muy claras, alguien que ha hecho un trabajo diferente en la industria pop y le tengo un


Me casé mucho con mi vida actual, por lo que no me imagino haciendo otra cosa. Desde chica sólo hablaba de música, era muy obsesiva al respecto…

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Lo que viene a ofrecer la música electrónica y el pop es mucho más riqueza tímbrica. Ahora con los sintetizadores cada persona puede lograr un sonido muy propio, algo que en el rock es más complicado

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45 montón de respeto. Entonces, que alguien me diga que lo de Julieta se parece a lo mío es un halago grande, tampoco lo vería como una crítica, simplemente hemos llegado a lugares parecidos, la música está ahí y es de todos. Creo que todo reside en que Julieta y yo hacemos música en español y tenemos un timbre de voz muy parecido. Te vas a presentar muy pronto en España junto a BFlecha. ¿Te gusta su trabajo? Me gusta mucho, cuando nos propusieron hacer un show juntas obviamente acepté, pues, ¿qué mejor dupla que nosotras? Había escuchado su trabajo, conozco a su representante, que es el mismo de John Talabot. Respeto muchísimo lo que hace ella y lo encuentro parecido a lo mío, verla en el escenario sola con sus máquinas como yo… Es un espacio que se están ganando las mujeres que cada día hay más, antes no era común ver a chicas solas cantando, siempre había alguien detrás de ellas. Creo que BFlecha y muchas otras vienen a cambiar ese aspecto y yo también. Ahora que lo mencionas, ¿por qué decidiste prescindir de tu banda de apoyo para los conciertos? Bueno, fue algo que ya estaba pensado. Muchos años de mi carrera traté de llevar la música de mis discos a un formato más dinámico. Mi banda es mi computadora, pero decidí acompañar con batería y demás, estuvo bueno y me sirvió; sin embargo, llegó un momento en el que pensé si no sería más honesto mostrar mi trabajo a lo Jean-Michel Jarre, un referente de los ‘70 que me encanta; es decir, mostrar al público toda esta programación y darle más vida al show con otros elementos, como un espectáculo de performance. Fue ahí cuando conocí a una coreógrafa catalana y empezamos a trabajar en la parte de la danza y decidí dedicarme más a la secuencia y a los efectos de los teclados, ser más un MC y generar un contenido más relacionado con las artes visuales. Hace poco trabajé en Chile con Telefunka: hicimos unos visuales especialmente para mí, montamos un diamante de luces… Quiero hacer una especie de experiencia visual, muy ligada a lo que hace Pet Shop Boys, mi mayor influencia. ¿Qué tal te cayó la censura de la portada de Otra era? Era algo que sabía iba a pasar. Al momento de tener lista la carátula decidimos entregar también la versión censurada, pues en sitios como Spotify y Facebook los pezones de mujeres están prohibidos, hay que taparlos. Era algo obvio que viene con el presente, un poder conservador que está ahí y que no va a permitir que en sus plataformas esté una mujer con senos desnudos, a pesar de que hay otras cosas que para mí son mucho más chocantes. Yo veía mi carátula como algo más inocente, con una imagen parecida a una estatua, que están en todos lados, en las plazas o parques, y los niños juegan a lado de ellas y nadie les ve una connotación pornográfica o negativa. Al parecer a la prensa le fascina preguntar sobre tu sexualidad… ¿No estás harta? En algún momento me pudo llegar a molestar, sobre todo por los titulares de medios chilenos, que se centraban más en mi sexualidad que en mi música y, bueno, han aumentado mis fans más por ese tema y luego se enteran de mi trabajo. Me he convertido en un personaje homosexual femenino sin querer serlo, pues creo soy la única mujer en Chile que ha dicho públicamente su preferencia sexual. Todo mundo me quiere entrevistar al respecto, además pienso que la gente siempre está

en búsqueda de referentes gay. Yo lo dije porque no quería mentir, recuerdo que un periodista me preguntó sobre mi novio y yo le dije que se trataba de una novia, yo siendo muy inocente sin saber que estaba diciendo algo súper potente. Al final se me comenzó a catalogar de icono gay, pero yo hago música, no soy abanderada política, pero me he tenido que convertir en eso. La verdad es que sí es cansado que me estén preguntando todo el rato lo mismo. Ya, por favor, hablemos de mi disco, de lo que hago y a lo que me dedico… Pero, por el otro lado, bueno, no me queda de otra y tengo que asumirlo. Se me han acercado varias personas y me han agradecido por todo lo que he hecho. No me molesta, pero tampoco me gusta, sólo es lo que es. Y cómo abordas este tema al momento de componer tus canciones. Ya sabes, como Morrissey que escribe sin usar el “él” o “ella”… O Juan Gabriel, pero él dice “ella” porque no le quedó de otra (risas). ¡Exacto! ¿Tú cómo escribes? Yo ya usaba el “ella”. En “La cantera” dije “nosotras” o una cosa así y no podría decir “nosotros” porque sería totalmente una mentira. En “Sol de invierno” cambié un poco porque quería hablar entre un chico y una chica, porque era una cosa de timbres de voz y quería un diálogo heterosexual, pero no tengo problema en decir “ella”. Me gusta jugar con los géneros para que la gente pueda identificarse, ya sean hombres o mujeres, eso está bueno a nivel lírico. ¿Crees que el pop ha sobrepasado al rock? ¿Por fin ha ganado la batalla? Lo que viene a ofrecer la música electrónica y el pop es mucho más riqueza tímbrica. Ahora con los sintetizadores, cada persona puede lograr un sonido muy propio, algo que en el rock es más complicado porque tiene que ver con la manera de tocar la guitarra y los efectos que agregas. Pero no olvidemos que la electrónica ya tiene una larga historia que tuvo su apogeo en los ‘80, con todos estos ritmos pegajosos, como en Thriller, de Michael Jackson. Después en los ‘90 apareció el techno… Si en unos 100 años, los historiadores hablaran sobre la música de hoy día, dirían que la electrónica y todas sus variantes representan mejor nuestra época. Pero el pop engloba muchas cosas; recuerdo que las primeras veces que venía a México me decían que lo mío era rock y no pop, pues están acostumbrados a que lo pop es Paulina Rubio y Televisa. El término se ha ampliado un montón, así como lo mío es pop, también FKA twigs lo es. Es que no sé si llamarlo pop, la música con timbre electrónico y producción más propositiva tiene que ver con software, y lo digital tiene más peso hoy día. Pero también hay proyectos de rock que me fascinan, como Savages, quienes me revivieron el alma punk.


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en portada

TXT:: juan carlos hidalgo

Un alud de canciones para

14 años de Marvin 168 meses de existencia. 14 años para una revista que tiene una esencia musical. Casi una década y media de apostar por la vivencia dinámica de una cultura en progresión. Han sido años de experimentar el vértigo de un país que se llena de conciertos, festivales, estaciones de radio, editoriales independientes, cómics, foros, películas, artes plásticas, diseño, iniciativas ciclistas y una explosión gastronómica sin comparación.

“No

quiero que aceptes el mundo tal como es. Quiero que lo inventes. Quiero que tengas ese talento: Crear tu propia realidad”. Chuck Palahniuk


E

l talento emergente se multiplicó –se multiplica aún–, y todo este tiempo hemos estado inmersos en un estallido sin freno que tal vez sea poco apreciado por los más noveles, a quienes hoy les toca el acertijo que año con año, desde nuestro primer número le ha caído en las manos a los novatos en curso y que tiene que ver con el nombre de este mensuario. No son pocos los que piensan de golpe en el marcianito de las Merry Melodies de antaño, pero allí no nace esta rúbrica, sino que comienza como un homenaje al músico estadounidense que grabó el que ha sido considerado el mejor álbum de soul de la historia. En 1971, Marvin Gaye (1939-1984) plasmaba el pulso socio-político de la época y en “What’s Going on” soltaba un loable: “You see, war is not the answer, for only love can conquer hate, you know we’ve got to find a way”. Fue uno de los cantantes más sensuales y una de las leyendas de la Motown, iniciativa discográfica de Detroit que, según Berry Gordy –su fundador–, buscaba dar con “música que alcance los corazones, las almas y los bolsillos de todas las personas”. Y es que toda aventura artística busca encontrar el respaldo de un interlocutor; para una revista sus lectores constituyen su razón de ser y existir. Resulta fundamental establecer esos canales de comunicación a través de los que fluya esa complicidad y gusto por las figuras de culto, al tiempo que se van detectando a los muchísimos nuevos protagonistas. Marvin es un nombre que en la escena mexicana va cobrando un significado propio y una vasta personalidad –no sólo musical–. Se trata de ir vibrando e intuyendo el pulso del momento. Ya lo decía Bob Dylan en el más famoso de sus himnos populares: “Depender sólo de ti sin un rumbo determinado”. Así hemos buscado la autogestión no sólo dentro del mundo editorial; progresivamente hemos ido explorando otras zonas de oportunidad, encontrando gran apoyo de parte de anunciantes, patrocinadores, disqueras, periodistas, fotógrafos y especialmente entre los propios artistas. En Marvin comenzamos a movernos con un instinto y espíritu de época; Jarvis Cocker ya nos había catapultado desde antes al futuro: “Let’s all meet up in the year 2000, won’t it be strange when we’re all fully grown?”. Editar una revista nos mantiene de modo permanente en esa “Disco 2000”, pronosticada por el cantante de Pulp. Todavía nos emociona que un dibujo original gestado en casa se convirtiera en una de nuestras portadas más memorables. Pero también recordamos cuando nos vestimos de piel ofreciendo una experiencia táctil cuando se llegó el momento de homenajear a los Ramones en la tapa. Luego dimos el salto a la realidad aumentada, reproduciendo el alucinante universo de Animal Collective –fuimos los primeros en el país–; sin dejar de lado que alguna vez tuvimos el glamour de la diamantina y su toque retro. Mes con mes se libra una ardua batalla por darle una vuelta integral a los contenidos y al diseño; una característica que mantiene a Marvin como una publicación impredecible que puede ofrecer ediciones limitadas de discos de vinilo al mismo tiempo que recurrir al periodismo de investigación para documentar la estela de la primera visita de Radiohead a México o hurgar en los archivos hasta dar con documentos que sacudan el nervio de la nostalgia, como cuando reconstruimos la historia y el legado de los Caifanes, justo al momento de su retorno. En cierto modo, siempre hemos querido ser como esa “Célula que explota”: “Y esa no la paras, no la paras”. Muchas cosas están ocurriendo simultáneamente y una revista tiene que anticiparlas, percibirlas y apoyarlas. Dejar muy en claro su singular manera de entender al arte, la

47 cultura y la vida social. ¿Acaso no es una prueba de arrojo darle una portada a Belle & Sebastian? Nos gusta empujar a artistas que conduzcan al ensueño colectivo: “You can concentrate on the ones you love, you can concentrate, hey, now they’ve gone”. De repente las cosas se fueron amplificando. Los viajes con marvinianos de aquí y de allá se multiplicaron –del Coachella al Lollapalooza– y cuando nos dimos cuenta, el dinosaurio de Monterroso no era lo que estaba ahí, sino un festival organizado por nosotros mismos –¡para que las cosas sucedan hay que moldear el presente!–. Tiramos los dados hacia la vanguardia y el nervio de lo emergente; siempre es emocionante descubrir artistas nuevos antes que conformarnos con lo ya conocido. Nos enfilamos hacia la quinta edición del Festival Marvin y pareciera que apenas fue hace un segundo cuando teníamos sobre el escenario a los ingleses de Fujiya & Miyagi envolviéndonos entre luces estroboscópicas: “Like pixelated scraps of jazz max in your head lights”. Y apenas hace unos meses, una leyenda como Daniel Johnston vino por vez primera a territorio nacional –a nuestro 4o festival– para dejar en claro que el arte verdadero se encuentra totalmente entreverado con la vida. Las visiones y los sueños van más allá de la razón; un hombre de grandes dimensiones –en todos los sentidos– nos reveló unos cuantos secretos del milagro de la música: “The artist walks alone, someone says behind his back, he’s got his gall to call himself that, he doesn’t even know where he’s at”. Maravillados lo acompañamos un poco en su marcha; nuestro concepto de culto es amplio. Por eso, alguna vez tributamos también a Madonna y Michael Jackson, así como también expresamos la pasión que sentimos por artistas tan eclécticos como Sigur Rós, Björk, Arcade Fire, La Roux y Die Antwoord; amamos explorar y poder abrazar con entusiasmo a una debutante como FKA twigs, pero también buscar que se reconozca una larga trayectoria como la de Los Planetas, auténtico estandarte del indie español y con quienes hemos ido picando piedra a guitarrazos: “Parece que hay un incendio cada vez que nos juntamos”. No podemos negar que nos encantan las fiestas y los conciertos y nuestra presencia es infaltable en los más importantes del país, buscando interactuar con la gente; pero eso no basta: provocamos noches de frenesí y hedonismo que quedan tatuadas en la memoria –de la magia pagana de Adanowsky, al trópico digital del IMS–, y como aquella en la que el catalán Joe Crepúsculo no se guardó nada: “Inténtalo… Apaga este motor en movimiento, mi fábrica de baile no cabe en tu corazón pequeño”. Desde el street art al diseño de modas, de la historieta al repaso histórico de la escena, logramos que distintas formas de arte convivan juntas; de allí que la colección Rock para leer cuente con tres títulos, siendo Cerati, siempre seremos prófugos el más reciente; literatura rock en estado puro que nos permite recrear el legado de grandes héroes musicales y convertirlo en historias debidamente ilustradas. En Marvin no sabemos estar quietos; nuestros seguidores esperan sorpresas interminables… no nada más en la versión impresa, sino también por medio de una página web que se ha vuelto una locura y la intensidad de las redes sociales. Apenas ahora los tomamos desprevenidos con un pasaporte que les abre las puertas a una serie de festivales y conciertos con un trato preferencial a lo largo del año. El #FestivalMarvin 2015 es ya inminente y Javiera Mena predice que estaremos dando el salto hacia “otra era”: “Y hay algo en tu planteamiento, una visión pionera, sacada del futuro de un viaje en el tiempo”. El efecto Marvin trae consigo una vorágine… una tremenda avalancha de recuerdos pasados y futuros; pasajes de un porvenir vibrante que se antoja enorme. Todavía queda mucho por hacer.

“El aburrimiento es siempre contrarrevolucionario. Siempre”. Guy Debord


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Marvinismo

PC MUSIC Manifiesto Es una nueva era, una en la que no existe el rock. Un sello también es un género. La occidentalización de lo kawaii. No tengo sexo, tampoco desigualdad ni rol social. Es el hipermundo: la pantalla es más importante que los sentimientos.


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La falta de identidad se convierte en una obsesión: en el nuevo glamur. El pop debe construirse a partir de sonidos azucarAdos, por siempre. El mundo digital es infinito, lejos de la mediocridad de lo tangente. La razón es sólo para aquellos que han dejado de entender. La individualidad es la clave del éxito.


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de culto | Música

TXT:: alejandro gonzález castillo

Richey Edwards

El extraño caso del mártir del pop galés

Las páginas del libro de los muertos del rock and roll se encuentran plagadas de historias en las que la desgracia suele firmar con su puño las actas de defunción. En el capítulo donde las tumbas corresponden a tipos que vivieron sus últimos respiros a los 27 años de edad, se encuentran apellidos célebres como los de Hendrix y Cobain; sin embargo, no aparece el nombre de Richey Edwards, un sujeto que, pese a que fue visto con vida por última vez justamente a esa edad, fue oficialmente dado por muerto hasta 13 años después.


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ichey fue el espíritu salvaje que dotó de modales punks el temario de Manic Street Preachers en su etapa seminal. Su historia al lado de Nicky Wire, James Dean Bradfield y Sean Moore arrancó cuando les ayudaba a éstos en sus presentaciones en directo –regularmente ante no más de una docena de personas– con el trabajo sucio, cargando guitarras y amplificadores, además de hacer las de chofer. Entonces el grupo solía llamarse Betty Blue y contaba con un integrante más, apodado Flicker, pero una vez que éste dejó vacante el puesto de bajista, la figura de Richey emergió como la de un posible sustituto que terminaría convirtiéndose en el elemento que sacaría al combo del anonimato. Estaba lejos de tocar la guitarra como Bradfield, un tipo de plumilla puntiaguda; sin embargo, Richey contaba con la facha apropiada para atraer miradas hacia el escenario y, lo más importante: poseía un discurso corrosivo, forjado gracias a sus estudios universitarios en política. El tipo estaba lejos de ser un improvisado, tenía bien clara cuál podría ser la ruta que el naciente proyecto andaría, así que se encargó de diseñar la foto que aparece en la tapa

51 de “Suicide Alley” / “Tennessee I Get so Slow”, el sencillo debut del cuarteto (un obvio homenaje visual a una de las agrupaciones de cuyas mamas succionaban los galeses: The Clash) y de advertirle a la NME que los planes de su grupo eran convertirse en la más grande pesadilla que el rock and roll hubiera conocido jamás. Y no hubo tiempo de que luciera como un bocón ante tal declaración, porque en 1991 Heavenly Records prensó “Motown Junk”, un sencillo que serviría como carta de presentación de la banda en el entonces florido césped del pop británico. Un año más tarde, cuando Generation Terrorists ocupó su sitio en los estantes de discos de la isla inglesa, algunos criticaron los excesos del grupo, tanto en los surcos de dicho vinil (se trata de un álbum doble, con temas cuyos cambios sonoros por momentos lucen radicales) como en sus presentaciones en directo. Caóticos, de voltaje despiadado y distorsión sin mesura, los shows de la banda atraían cada vez a más curiosos, muchos de ellos hipnotizados por la flaca silueta de Richey, quien para entonces contaba con una calamitosa lista de rumores rondándole la espalda: se hablaba de su cada vez más acentuado alcoholismo; de su fragilidad muscular, producto, decían, de una anorexia; de una depresión severa que le carcomía el cerebro cada vez más, y lo imposible de ocultar, una afición por la autoflagelación. “Cuando me lastimo yo mismo me siento mucho mejor, todas las tonterías que solían preocuparme parecen triviales porque me encuentro concentrado en sentir mi dolor. Que haga esto es lógico, así es como consigo liberarme, no soy una persona que ande por ahí gritando y quejándose”, explicó en su momento el compositor. Las dañinas costumbres de Richey alcanzaron proyección mediática una vez que Steve

Lamacq (reportero de la NME) fue a ver a los Manic en directo, en un sitio llamado Norwich Arts Center. Tras bambalinas, luego de tocar por cerca de media hora –y de que los rijosos que hacían slam frente a la tarima despidieran a los ejecutantes gritándoles “punks de plástico”– el grupo se reunió con Steve, quien sostuvo una entrevista con Richey. Hubo un desencuentro respecto a las convicciones del músico y el periodista lo orilló a defenderse, entonces el ofendido decidió tomar una navaja de rasurar para con ella escribirse en el antebrazo “4 Real”. Los últimos trazos fueron débiles, sin embargo, los primeros fueron marcados con fuerza, creando hondos canales que pronto bañaron de sangre el brazo del músico. Wire llegó a decir que mientras se hería, el de la navaja se carcajeaba, retando a Lamacq, quien sostiene que eso jamás sucedió. El inmolado acabó en el hospital, con varios puntos de sutura sanando su carne. Gold Against the Soul (1993), el segundo álbum de la agrupación, vio la luz ya bajo las órdenes de un sello trasnacional. Se habló entonces de que así sonarían Guns N´Roses de haber sido dotados de cerebros; sin embargo, lo mejor estaba por venir con The Holy Bible (1994), una de las piezas más inspiradas del rompecabezas discográfico de la banda. Ahí fue donde Richey concentró de mejor manera sus obsesiones, miedos, aspiraciones y convicciones políticas. Indescifrable, frágil, provocador, el hombre plasmó en un puñado de canciones el que terminaría siendo su testamento lírico. Para entonces se decía que había intentado suicidarse y sus compañeros de ruta se mostraban preocupados; Wire dijo en 1994 que los males de Richey habían llegado “a su punto más alto”, pues todos estaban asustados y no sabían qué hacer. En realidad, poco podía hacerse; a esas alturas, el atormentado ya tenía un plan para su futuro. El 1 de febrero de 1995 un vuelo estaba listo para aterrizar en Estados Unidos proveniente de Europa, y dos boletos, uno para Richey y otro para Bradfield, estaban reservados; sin embargo, el asiento del primero jamás fue ocupado. Pocas certezas

hay respecto a lo que Richey hizo en esos días, se sabe que abandonó el cuarto de hotel que lo alojaba y que 14 días después del vuelo su auto fue encontrado. Algunos consideran que se suicidó arrojándose del Severn Bridge; otros argumentan que diseñó con toda calma su extravío y que aún vive, lejos de los reflectores, observando cuánta alharaca genera su acto de escapismo. De lo que no queda duda es de que luego de 13 años de investigaciones, las autoridades inglesas decidieron darlo por muerto para de este modo mitificar su historia y así rozar su caso con los de Elvis Presley, Ian Curtis y Sid Vicious. Manic Street Preachers: un caso excepcional en la historia del pop británico. Porque el combo no formó parte de las corrientes shoegaze ni britpop, y mucho menos se integró a la marea de Madchester cuando el mundo adoptaba la palabra grunge como sinónimo de moda y el pegote alternativo en los CDs como evidencia de inconformidad. Richey Edwards: un artista al cual Bradfield, Wire y Moore sobrevivieron para continuar con su andar musical, e incluso homenajear en Journal for Plague Lovers, un disco lanzado en 2009 que incluye exclusivamente letras firmadas por el desaparecido, algo que jamás ocurrió mientras éste se mantuvo dentro del grupo. A 20 años de su huida, se erige como una figura inasible de no ser por su contundente legado verbal. Richey, otro mártir del pop –rebelde y frágil– cuyo presente, es preferible creer, luce distante de la desgracia que lastimó su alma a lo largo de su juventud.


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a llegada de la arrebatadora juventud actual, llena de esa efervescencia que se desentiende cabalmente de los obstáculos socioculturales que anteriormente se habían considerado inamovibles, no es más que el resultado de un grupo de aprehensiones e inquietudes que maduraron secretamente, durante largo tiempo, en la sensibilidad colectiva de esa generación que permaneció atrapada, tanto en las ambigüedades morales del milenio pasado como entre los albores de una nueva era que ya se presentía como el prólogo de algo que superaría, rotundamente, las expectativas del ayer. Este fenómeno, a pesar de su ambivalente proceso de crecimiento, siempre estuvo latente, alimentándose de tendencias y estilos que más adelante se verían sumados en un mismo entramado de información, en el que el conocimiento dejaba de ser un asunto restrictivo. La historia moderna del cine se encuentra llena de obras que predicen el advenimiento de esta nueva juventud, la cual abdica de los rigores monolíticos que eran consustanciales dentro de la cotidianidad de sus padres para encontrarse con un nuevo contexto donde, valiéndose de una capacidad de divergencia insólita, es ella quien marca la pauta del devenir a nivel mundial. Es en medio del salto hacia esta nueva era en la que nos encontramos con Battle Royale (2000), cinta dirigida por el autor japonés Kinji Fukasaku

TXT:: toño Quintanar

y que a su vez está basada en la controvertida novela homónima de Kouchun Takami. La metáfora de la que se vale este filme para establecer la naturaleza de su discurso no podría ser más explícita. En un Japón futurista, asolado por la criminalidad y el descontento estudiantil, el gobierno en turno toma la decisión de llevar a cabo un escarmiento ejemplar: cada año, los alumnos de una clase de preparatoria elegida al azar serán llevados a una isla desolada en la que se verán forzados a luchar a muerte entre sí durante tres días. Antes de que este lapso de tiempo concluya, sólo deberá de quedar un estudiante con vida; mismo que obtiene, automáticamente, el privilegio de poder conservar su libertad. Este organismo espantoso, que ha permanecido inmutable a lo largo de varios años, habrá de enfrentarse a una anomalía capaz de frenarlo. Después de secuestrar a la clase que deberá de ser sacrificada en su más reciente edición, las autoridades reguladoras se topan con que entre el grupo de jóvenes destacan ciertos individuos que no sólo no están dispuestos a formar parte del juego, sino que pelearán arduamente para lograr derribar la aparentemente inviolable maquinaria de esta tradición. Tanto Fukasaku como Takami plasman en sus respectivos textos los pormenores de una generación antiparadigmática, misma que simplemente se rehúsa a continuar


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Los últimos días de la generación X

La humanidad tiende a la evolución, al establecimiento de cambios mediante una serie de procesos que, al encontrarse congestionados por nuevos apremios y expectativas, terminan expulsando hacia la superficie del mundo ese puñado de signos que dan por acabado el reinado de una generación que cede su lugar a otra. Sin embargo, este asunto no sucede súbitamente. Se requiere de un conjunto de circunstancias que logre perfilar aguzadamente los ánimos de una temporalidad que progresa paulatinamente con el correr azaroso de los años.

incentivando los atropellos de un orden que se caracteriza por su descarada involución. Ninguno de los personajes sabe con certeza cuáles son los fines específicos del caótico y, muchas veces, desigual baño de sangre en el que se ven involucrados, pero todos entienden su efecto inmediato: el amansamiento de una sociedad temerosa que, después de palpar con horror las posibilidades genocidas de sus regentes, no sólo olvidará cualquier idea de oposición, sino que consentirá la abierta criminalización de aquellos muchachos y muchachas que se animen a abogar por un mañana distinto. Battle Royale nos ofrece una ácida e hiperbólica reflexión acerca de las herramientas de las que se valen las instituciones represoras durante ese rígido proceder que define a toda una camada de jóvenes mediante una despersonalizada clasificación generacional. Dicha etiqueta se vuelve una sentencia de irreversible inutilidad que, por supuesto, responde a los intereses de los poderes establecidos que delimitan el entorno normalizado. Este asunto se ve representado por medio de la serie de fracturas que germinan en la pequeña sociedad de jóvenes que dan peso a esta narración; una comunidad cuyos conflictos semióticos nos recuerdan la representatividad analógica usada por William Golding en El señor de las moscas. Al encontrarse en una situación que rompe de manera estridente con la familiaridad de

sus respectivos contextos, esta larga lista de personajes debe enfrentarse a sus respectivas flaquezas, mismas que les orillan a abrazar un cúmulo de actitudes que se vuelven los avatares psíquicos de una generación que se encuentra frente a sus últimos días de existencia. De esta manera, transcurren las evoluciones dramáticas de un grupo de protagonistas entre los que encontramos, tanto individuos que se adhieren a esa nueva vida homicida que el estado les ha asignado como última faceta existencial, así como pequeños grupos que buscan en la organización y en la protección mutua un modo de sobrevivencia; aspiración que, a pesar de sus cívicas finalidades, no deja de verse manchada por un matiz de tragedia, especialmente cuando ambas categorías chocan entre sí. La juventud plasmada en Battle Royale es una que se encuentra dividida por el paso de una generación a otra; una masa heterogénea en la que comienzan a avistarse los primeros brotes de una conciencia que se observa libre de esa serie de prejuicios que su comunidad progenitora le ha conferido como único patrimonio. Paulatinamente, los conflictos que antes hacían inimaginable una verdadera cohesión solidaria se ven reemplazados por la necesidad de reencontrarse con el otro, sin que los respectivos apuros impliquen necesariamente un juego de poder. Dichas características, juzgadas como signos de debilidad por el nihilismo postmodernista

pretérito, se tornan en el principal combustible de una nueva generación que se niega a ser una víctima más de los engranes de los procesos históricos. Misma entereza que da como resultado el abatimiento de aquellas identidades paquidérmicas a las que la humanidad ha rendido tributo durante décadas. Los adolescentes plasmados literariamente por Kouchun Takami, y que más adelante serían reinterpretados en la adaptación audiovisual de Kinji Fukasaku, ostentan la radical empresa de definirse como un grupo de entes que le han declarado abiertamente la guerra a los adultos y a sus valores mezquinos. Figura retórica que refleja, mediante un código ultraviolento, el resultado de los conceptos ideológicos sembrados durante las dos últimas décadas del milenio pasado, mismos que continúan brindándonos sorpresas cautivadoras a lo largo de este nuevo apartado de la historia. La labor creativa de autores como Kinji Fukasaku, a pesar de encontrarse teñida por las posibilidades excepcionales de una ficción que conjunta tanto escenarios distópicos como emociones sensiblemente dramáticas, se vuelve un asunto de carácter profético, cuyas delirantes predicciones no se quedan cortas frente al nuevo amanecer de una humanidad que difícilmente podrá volver a verse mutilada por frustraciones caducas que se antojan como dispensables dentro del novel milenio que florece ante nuestros ojos.


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mediados de los 90, una nueva especie de artistas tomó por asalto la naciente World Wide Web, creando el Internet Art o net.art, compuesto por sitios, hipertextos, listas de correos, virus, hackeos y otras prácticas electrónicas. Vuk Ćosić (creador del término net.art) Jodi.org y Olia Lialina (cuya obra de 1996, My Boyfriend Came Back from the War, aún puedes ver en www.teleportacia.org/war/ wara.htm) fueron los pioneros del arte web, así como Rhizome o el colectivo Paper Rad son dos plataformas de arte digital que hoy día son las vacas sagradas de este –ya no tan nuevo– medio. NO FUN Uno de los dúos del net.art más relevante es la pareja de italianos Eva y Franco Mattes, una extraña mezcla entre activistas, hippies, metaleros y millennials. Presentes en la escena vitual desde los inicios, eran conocidos como una entidad llamada 0100101110101101. ORG que militaba agresivamente contra la comercialización de las obras en línea. En No Fun (2010), Franco simuló haberse suicidado (colgado) y se conectó al sitio

Chatroulette, un videochat en el que la máquina te asigna un extraño con quién conversar. El video que resultó muestra las reacciones de los interlocutores, desde el horror hasta la risa, y no faltó el pervertido que comenzó a masturbarse ante la tétrica escena. POS-POS-POSMODERNO Como todas las vanguardias del siglo pasado, el objetivo del net. art era escapar de los museos y convertir las obras en objetos intangibles que el mercado del arte no pudiera acaparar. Hoy nos pueden parecer ingenuos, pero ¿quién puede culparlos? Pertenecían a la Generación X, romántica, atormentada y muy del siglo XX. Actualmente, los sitios del artista millennial Ed Fornieles demuestran que el paraíso anticomercial con el que soñaron nuestros padres electrónicos fue una utopía más, pues se han vendido hasta por 13 mil dólares a pesar de que cualquiera puede acceder a ellos en línea y el show de la rebatinga online apenas comienza. Pero la historia no es tan sencilla y como todo en esta era digital, se ramifica y remixea a voluntad. En primer lugar, es necesario mencionar que el

Post-Internet, memes y un poco de arte

¿Cuál será el arte de culto del futuro? No hay de otra, será arte hecho por millennials. ¿Y qué están haciendo? Lo mismo que todos nosotros: la mayoría se ha mudado a vivir a la web.


55 Internet Art fue heredero del arte en 3D que hacían artistas como Nam June Paik con los aparatos electrónicos de sus tiempos (los 70 y 80), es decir, televisiones, cables y voluminosos CPUs. Y en segundo lugar, dicen los expertos, que ya ha muerto. Es historia. Ahora se habla de posInternet Art. ¿Y qué es eso? INTERNET STATE OF MIND No, no es que Internet esté obsoleto o haya pasado de moda, no se trata de “arte después de Internet”, sino de una mentalidad diferente que, si eres millennial, probablemente ya posees. Por supuesto que tiene que ver con esa obsesión por “ser alguien” en línea, esa angustia existencial virtual, pero también con una nueva manera de encarar la vida, con base en memes, hashtags, v-logs y avatares. Es un “Internet State of Mind”, es que el Internet configure tus neuronas, es llevarlo debajo de la piel, es como estar online todo el tiempo. Así, en las exposiciones que se ocupan de esta nueva tendencia, como en la Triennal Surround Audience, curada por Ryan Trecartin y Lauren Cornell, e inaugurada en el New Museum de Nueva York el pasado mes de febrero, se

puede ver que los artistas ya no se preguntan si la realidad puede ser intervenida o qué es el arte, sólo la intervienen y sólo hacen arte. La abstracción está ausente casi por completo, quizá porque eso es cosa de medios old fashion, como la pintura. A los nuevos artistas no les interesa desentrañar los misterios del mundo, la representación ha vuelto a ocupar un lugar protagónico en las obras. ¿Será el final de las preguntas metafísicas como las que se hacían Mondrian o Malevich? Al parecer lo que ahora nos interesa como especie es deshacernos de este cuerpo humano de una vez por todas para trasladarnos a vivir a la WWW, e incluso –oh, ironía–, conocer nuestro entorno por medio de los millones de webcams del ciberespacio. ¿Qué clase de obras se gestan en la mente de estos millennials transhumanos, transdisciplinarios y hasta transgénero? ¿Realmente sólo se ocupan de lo virtual? ¿Quiénes se perfilan como los próximos grandes artistas? Te presentamos cuatro propuestas: AVATAR TRANSGÉNERO Poeta, modelo, DJ, musa y artista, nos dice Wikipedia, sobre la nueva

sensación: Juliana Huxtable. Nacida en 1989, es además activista de los derechos LGBTT, puesto que ella misma es una chica transgénero que nació siendo chico. Sus obras varían desde autorretratos (que según Vogue parecen “memes hechos por un alien”), rap queer, remixes de canciones y hasta la creación de un antro efímero, Shock Value. Seleccionada para la Trienal del New Museum, se convirtió en la imagen oficial de la misma porque de inmediato causó furor mediático. Claro, ayudó el hecho de que otro artista de la muestra, Frank Benson, realizara una escultura de uno de sus autorretratos, en impresión 3D y de tamaño real, desnuda, con piel azul y rastas. No te será difícil encontrarla, está en Tumblr, Soundcloud, Facebook, Twitter e Instagram, entre otras plataformas, las cuales son parte de ella tanto como de su arte. POETA VEGANO Otro artista incluido en la exposición del New Museum y que ya ha dado mucho de qué hablar en el espacio virtual es Steve Roggenbuck (1989), conocido como el “bardo de Internet”. Miembro de la famosa escena “Alt Lit” –literatura millenial nacida en las entrañas mismas de la web– el “Walt Whitman” posmoderno también es youtubero, editor, coquetea con el performance en cada uno de sus videos y también le hace a lo visual, como lo prueban sus memes de perros. Si tomamos como ejemplo a este artista transdisciplinario, ser un poeta maldito está decididamente out, los millennials prefieren ser veganos, “crear comunidad”, vender espacios publicitarios en sus páginas, abstenerse de vicios y salvar al mundo. Steve ha sido reseñado por las publicaciones más prestigiosas de Estados Unidos, como The New Yorker, lo cual, por supuesto, le ha traído muchos haters. ROPA MALICIOSA Adam Harvey (1982), artista e inventor, lleva la paranoia de la privacidad online a la vida real. Entre sus obras se cuentan: un concepto de peinado y maquillaje para evitar los sistemas de reconocimiento

faciales del gobierno gringo, titulado CV Dazzle; una funda para meter tu celular e impedir que mande o envíe señales, y su última creación, Stealth Wear, ropa destinada a hacerte invisible para los drones, que hacia 2020 serán poco más de 30 mil sobrevolando los cielos de Estados Unidos. Su obra cruza los límites entre el arte, la comercialización descarada, la moda y el activismo. De hecho, en 2013 abrió una tienda/obra en el New Museum, Privacy Gift Shop, la cual estuvo de gira por varios museos del mundo, pero si te urge desaparecer de la faz del planeta, puedes comprar en línea: privacygiftshop.com. NUEVE OJOS ¿Qué tal si en vez de navegar para perder el tiempo te impusieras la tarea titánica de expurgar todo Google Maps en busca de rarezas? Pues es lo que Jon Rafman (1981) hizo y lo que halló fue asombroso. Su obra 9-eyes (9-eyes.com) se compone de imágenes insólitas, bellas o violentas, todas recolectadas sin editar en Google Street View, desde cursis atardeceres hasta cadáveres, su obra es un pequeño compendio de la humanidad vista a través de los nueve lentes de Google. El artista canadiense inició su vuelta al mundo virtual en 2008 y le dedicaba 12 horas al día, pero estaba “destruyendo su cuerpo”, así que empezó a aceptar colaboraciones de otros internautas. Otra de sus obras, Kool-Aid Man in Second Life, se desarrollaba en dicho juego virtual, donde su avatar, la mascota de Kool-Aid, daba visitas guiadas y con su pequeña figura rechoncha alteraba la norma de esa otra realidad. Sin embargo, tuvo que matar al hombrecillo en un performance en línea porque “le quitaba mucho tiempo”… Si eso te suena conocido, seguro eres millennial. Y si lo eres, corre a alimentar tu Tumblr, pues se rumora que de ahí saldrán la mayoría de las grandes estrellas del arte Post-Internet, ya la organización Rhizome está peinando la zona y ofreciendo becas a los microbloggueros más prometedores.


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TXT:: Toño quintanar

El transcurrir de la cotidianidad, ese vasto crepitar de experiencias que, muchas veces, se nos antoja como un suceso conocido de antemano, guarda en sus entramados un pabellón de características irrepetibles que, a pesar de refulgir intensamente, suelen permanecer bajo la capa del anonimato. Esto es resultado de la propia incapacidad de los individuos para observar, sensiblemente, los prodigios descomunales que evolucionan diariamente frente a sus ojos.

En La Estancia

El diálogo insonoro

Ficha Técnica Dirección: Carlos Armelia Año: 2014 País: México - Argentina Reparto: Natalia Gatto, Jesús Vallejo, Waldo Pacco y Gilberto Barraza

Es aquí donde el cine se instala obstinadamente en su función más relevante: aquella que es capaz de capturar con detención las fuerzas palpables de un contexto ordinario que, por medio de la paciente fragmentación de la cámara fílmica, adquiere matices maravillosos. Dicho proceso nos sublima por un instante, orillándonos a afirmar que la vida, tal y como la conocemos dentro de nuestro fuero personal, es capaz de superar con creces las visiones más estrambóticas del mundo de la fantasía. En La estancia (2014) es una cinta (parte de las proyecciones de FICUNAM 2015)que resulta ser una muestra palpable de este ejercicio humanista. A lo largo de este trabajo observamos un discurso que retrata vívidamente una realidad rural que, a pesar de encontrarse sumergida en las aguas del olvido infranqueable, es dueña de cierta aura estremecedora en la que un sinnúmero de potencias, tanto físicas como incorpóreas, se dan cita para denunciarla como un escenario onírico. Carlos Armella (Tierra y pan), autor de esta enervante cinta, se erige de manera abrupta como un referente inmediato de la destacada experimentación fílmica gestada en méxico durante los últimos años. Ganador del león de oro por el mejor documental en el festival de venecia del año 2008, este realizador se embarca en un nuevo proyecto que tiene como principal finalidad capturar esa plenitud contemplativa que vuelve a la experiencia audiovisual todo un fenómeno catártico. Jesús Vallejo, un anciano de 93 años, y su hijo Juan Diego (Gilberto Barraza) son los únicos habitantes de la localidad llamada La estancia (Guanajuato), un pueblo que, al verse sumido en una quietud casi pictórica, manifiesta una serie de rasgos insólitos que se reproducen anónimamente, incentivados por ese abandono en el que la lente de la cámara se destaca como un cronista idóneo. Este paraíso será descubierto por sebastián (Waldo Facco), un joven documentalista que se vuelve un desdoblamiento del propio espectador quien, al igual que este personaje, se encontrará a sí mismo bajo el influjo de ese sortilegio tristemente bello que domina al fantasmal territorio.

La pareja de individuos que puebla La estancia resulta ser una representación analógica de los propios conceptos innovadores propuestos por el director, ya que el parentesco de ambos surge mediante una fórmula plástica de insurrecta creatividad que mezcla veracidad con invención, misma que entrelaza los ejes de estos dos conceptos hasta que sus límites se vuelven indefinibles. Este rasgo se volverá recurrente a lo largo del filme; cumpliendo con una función híbrida que injerta, dentro de la realidad naturalista, una serie de particularidades que podríamos definir como exclusivas de la ficción. Propuesta que se transforma en auténtica declaración de vitalidad utópica cuando observamos los despliegues ilusorios por medio de los cuales se ve explicada la cotidianidad. El género del documental adquiere nuevas posibilidades en este trabajo que, además de desentenderse de normatividades conceptuales, instala al espectador en los terrenos de una realidad que se define como una excepción frente a los valores cultivados por la modernidad implacable. Dicho conflicto se ve reflejado en el aprendizaje que Sebastián experimenta conforme se va adentrando en la magia silenciosa de ese lugar que es tan diferente a la ciudad de la que es nativo (México, DF). Es así como el espectador acude al ensamble de un vanguardista proyecto en el que la veracidad propia del lenguaje documentalista se ve muy a menudo fusionada con las fuerzas improvisadoras y efectistas del cine de narrativa no establecida.


Detrás de los paisajes abrumadoramente nostálgicos que nos ofrece la cámara de Armella, encontramos una reflexión acerca del abandono en que se han visto estancadas ciertas localidades de nuestro país a causa del cada vez más recurrente fenómeno de la migración; un asunto que no sólo se presiente en aspectos demográficos, sino que persiste hondamente, como un vestigio de esa soledad que roza la propia identidad psíquica de méxico. Al mismo tiempo, en este trabajo observamos una fotografía que resalta los aspectos más delicados de la faceta rural de nuestro país, una aprehensión que adquiere profundidades desoladoras que, por supuesto, nos reencuentran con amplitudes estéticas similares a las que Juan Rulfo dejó plasmadas en su obra literaria. La soledad, emoción que se pasea silenciosamente por La estancia, se vuelve el fantasma por excelencia de una condición humana que pronto se topa abruptamente con interiorizaciones que sugieren un desdoblamiento en su normalidad.

La prolífica inquietud innovadora de Carlos Armella ha hecho que figuras consagradas del séptimo arte, como Alejandro González Iñárritu, fijen sus ojos en su arriesgada propuesta; un asunto que se vio traducido en la participación del director de Birdman dentro de la producción ejecutiva de En La estancia. Más que volverse otro aspecto atractivo de la cinta, este hecho remarca el valor de armella como uno de los nuevos talentos del cine de autor de nuestro país. Filmes como En La estancia son el resultado de esa polivalencia genérica que fue engendrada durante las edades más tempranas del posmodernismo; planteamiento que persiste hasta nuestros días, alimentando las inquietudes de una nueva generación que, en su afán por emparentar al espectador con los rasgos subyugadores de una emoción determinada, es capaz de desentenderse de todo purismo restrictivo. La mezcla homogénea de estilos trae consigo la codificación de un objeto estético de difícil clasificación que empata a la existencia humana con los sistemas descriptivos del cine.


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XAVIER DOLAN La precocidad del genio

No siempre es sencillo distinguir la auténtica genialidad. Sobre todo en el caso de un artista o de un creador, cualquiera que sea su disciplina. Y aunque a veces parezca lo contrario, lo cierto es que los criterios en los que se basa el establishment artístico a nivel mundial siguen, en muchas ocasiones, atados a un pensamiento lleno de complejos y arquetipos sobre lo que “se supondría” que un artista de auténtica vanguardia, en este caso un cineasta de nuestros tiempos, debe tener para ser exitoso o para siquiera considerar que su obra vale la pena. En el caso de Xavier Dolan es simplemente imposible dejar de anteponer el hecho de que a los 17 años ya tuviera realizado el guión de su primera película J’ai tué ma mère o Maté a mi madre, protagonizada por él mismo y estrenada en 2009; que haya debutado como director a los 19 años y que a sus escasos 25 haya estrenado Mommy, su quinto filme, el más exitoso y, quizás, el mejor logrado de su trepidante carrera. Y aunque se podría pensar que el hecho de ser un joven multipremiado en Cannes le facilitaría la vida como cineasta, el clamor del propio Dolan desde el principio de su carrera, aunque últimamente pareciera estar más resignado, era que no se le juzgara por su edad, que la crítica ignorara su juventud e inexperiencia en la vida y que se limitara únicamente a juzgarle por sus cintas. Estar ante la obra de un joven con ese palmarés, considerado por muchos como una especie de geniecillo prematuro, puede ponernos en la situación de ya sea sobredimensionar su capacidad como cineasta, e incluso ser condescendiente con su obra al apreciarla; o bien, juzgarle de una manera prejuiciosa y severa debido, paradójicamente, a su corta edad. Se trata, efectivamente, de la antigua lucha que debe librar la “joven promesa” en contra del prejuicio del adulto experimentado. Si se hace de lado el ruido que se ha creado mediáticamente alrededor de Xavier Dolan sobre su edad, sobre si su obra es pretenciosa, o sobre si su personalidad es pedante y egocéntrica, se puede ahondar en entender el porqué sus historias parecen haber cautivado a toda una generación de jóvenes sensuales e hiperactivos; fervientes creyentes del amor platónico, libres

de pensamiento, pero con una actitud tan espontánea ante temas como el ejercer en pleno su libertad sexual, que rayan en ser cautivadoramente naive. El primer par de historias que nos contó se acercan demasiado al retrato de la especie de gente con la que uno puede convivir fácilmente en una fiesta hoy día, encontrarse en un bar o verles expresarse sin restricciones vía Twitter. Es en ellos en quienes Dolan encuentra a sus más fervientes fanáticos. En J’ai tué ma mère la ausencia del padre y la relación enfermiza con la mamá, la aparente naturalidad con la que el personaje, inspirado por pasajes de la vida de Dolan, recrea su homosexualidad; en Les amours imaginaires, un par de hipsters –ella y él– se enamoran de una especie de Marlon Brando del futuro llevando al límite la fascinación por los amores imposibles, el romanticismo adolescente y rosa. Mismo que evoluciona a una relación más madura en Laurence Anyways. En este caso, una pareja ve cómo la relación que habían construido sin problemas bajo el estándar social, se ve trastocada cuando él descubre que siempre quiso ser mujer y se convierte en transexual. Nuevamente el dilema del amor imposible. En este caso, aunque


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el ejercicio pudiera parecer una oda simplona al queer, se sumerge directamente en uno de los centros neurálgicos del imaginario Dolan, que es cuestionar el conservadurismo y cerrazón de cierto sector de la sociedad quebequés abordándolo desde el desajuste que vive la pareja a raíz de esta decisión. En repetidas ocasiones, Dolan ha mencionado su relación amorodio con Québec. El choque que representa para un joven que por un lado ha presenciado el conservadurismo y la lucha de clases entre la sociedad francófona y anglófona de su ciudad, los prejuicios y valores tan arraigados; pero que por el otro ha encontrado facilidades de financiamiento para sus proyectos, concretamente por Telefilm y Sodec, gracias a la política cinematográfica de su país. Contrario a lo que pasa en naciones como México, en donde lejos de apostar por invertir en la cultura, se le recorta cada vez más el presupuesto. En Canadá, la política de financiamiento indudablemente ha facilitado que emerjan cineastas destacados y que hoy día, particularmente en Québec, exista un movimiento importante en el rubro cinematográfico. También está la parte liberal, preocupada por temas de sustentabilidad ambiental, movilidad, libertad y derechos sexuales, que encuentra en el arte una manera de expresión, usándolo como catalizador de ideas y reflexiones; es con esta parte con la que Dolan se siente no sólo identificado, sino que incluso se ha convertido en uno de los actores a seguir. Recientemente, The Guardian lo calificaba como una especie de millennial. Quizá no erre quien también lo llame el “Enfant Terrible” del cine quebequés. Pues el hambre rabiosa de seguir produciendo películas a un ritmo endemoniado quizá ya hable de su hiperactividad, pero es en la capacidad multitask en donde encuentra su mayor facultad. Xavier no solamente actúa y

dirige, muy a lo Woody Allen, sino también muestra una facultad importante para hacer soundtracks de buen gusto, muy a lo ; produce y muestra tal fascinación por la moda que se toma la libertad de diseñar el vestuario de cada uno de los personajes de sus películas, pareciera querer tener pleno control sobre lo que está haciendo y lo que hace de buen modo. Si bien se le critica por un lado que esta actitud peca de pedantería y egocentrismo, por el otro refleja el ánimo sobre el que las nuevas generaciones ejercen su creatividad, lo cual, sin duda, pone en entredicho lo que la vieja guardia del cine tiene acostumbrado hacer. Es ahí donde muchos no sabrán si ubicarlo entre el genio o un simple muchacho hiperactivo con demasiadas ganas de triunfar. Para la esfera cinematográfica a nivel mundial, Dolan es un joven con talento, pero con muy poca cultura cinematográfica. Él mismo ha reconocido que no ha visto suficiente cine y que no tiene demasiadas referencias. Declarado fan de Batman y Titanic, más como una especie de desafío a la crítica que porque en realidad sea de ese modo –sabemos que uno de sus referentes cinematográficos es – con esas afirmaciones el “Enfant Terrible” se despoja de toda teoría para concentrarse plenamente en el ejercicio cinematográfico. Es ahí en donde el espectador puede engancharse o no. Decidir si hay evolución en sus películas y si le está gustando lo que ve. Sobre la obra de Dolan, intimista en muchos sentidos, habrá innegable evolución, pasará seguramente por muchas etapas, probablemente dará el brinco a Hollywood; será cuestión de aquellos que lo sigan, decidir si siguen conectando con su mirada. Y será responsabilidad de la crítica si a los 30 años y con 10 películas realizadas, lo querrá seguir nombrando como “la nueva promesa del cine canadiense”.


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Miranda Lorikeet Óleo en Windows Paint ¿Recuerdas el mundo antes de la invasión masiva de Apple? Bueno, la mayoría del planeta descubrió la magia de las computadoras e Internet por medio de esas enormes máquinas de escritorio y, principalmente, Windows. Todo niño o adolescente que tuvo sus primeros acercamientos a este sistema operativo encontró en Paint el mayor de los entretenimientos: un austero software que permitía darle rienda suelta a la creatividad mediante unas sencillas herramientas. En este relato entra Miranda Lorikeet, una joven australiana que trabaja como asistente de recursos humanos en una empresa; sin duda, esto no suena emocionante, sin embar-

go, ella posee una creatividad que explota después de salir de la oficina. Miranda crea impresionantes escenarios llenos de color y vida en Windows Paint. Su talento (herencia de una madre poseedora de una hermosa caligrafía y un padre fotógrafo) explora el drama, la sensualidad, la introspección y la melancolía, que se transforman en formas y sombras que captan la atención fácilmente. Para crear estos mundos, Miranda toma como referencia una fotografía, después traslada cada línea al infinito lienzo de Paint, rellena con cuidado todos los espacios y, finalmente, agrega detalles pixel por pixel hasta obtener una obra sencilla y a la vez abstracta.

lazybonesillustrations.tumblr.com


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de fondo

TXT:: luis arce

N

ingún texto debería ser momento no reseñarían únicamente realizado sin ofrecer un mercado independiente, sino un reto o considerar que también entrarían en el análisis el papel del lector. y crítica musical de los aspectos Ningún lector, puede, más comerciales de la música. de igual manera, ser subestimado Pitchfork, a pesar de contar con una por quien escribe. Todo texto, en calendarización que comienza en realidad, cumple con una función 1999, no posee una reseña del primer que parece contraria al discurrir disco de Beyoncé, pero su empatía de nuestro tiempo: exige atención. por la cantante fue creciendo hasta Aunque no podemos asegurar que considerar su último álbum como el texto vaya a ser atendido como se un “Best New Music”, etiqueta que debe, es un hecho que la lectura no desagrada por su pretensión, pero puede escapar al grado de intimidad funciona en los términos editoriales inherente a su acción. Tampoco de la revista. De alguna manera, Pitchfork entendió que la podríamos garantizar que el texto a tendencia manifiesta de nuestra época es la desatención. Por leer tenga las cualidades necesarias lo mismo puede darse el lujo de celebrar cualquier cosa, pues como para informar al lector sobre un nadie realmente se detendrá a escuchar por qué se encuentra tema y además entregarle una idea, siendo celebrada. un modo de escritura o una postura El caso de Beyoncé es, también, bastante paradigmático. estética o política que pueda ponerse En ella podemos encontrar a la clase de artista que desarrolla a discusión. En última instancia, su carrera bajo la lógica de mercado que lleva la tendencia y la aunque el texto exija una atención falsa postura como banderas. Su aparente feminismo surgido mayor que una teleserie, una película de la figura incierta de la black strong woman no es más que un o una canción, nada promete que su feminismo regulado por el mercado con la intención de marcar contenido sea, efectivamente, superior una tendencia con las que varias al de éstos. personas puedan sentirse identificadas La lectura, aunque ofrece una cierta resistencia a la y hasta comprometidas. El problema velocidad de recepción a la que Internet nos ha acostumbrado, real es que las revistas encargadas regularmente no consigue sortear los huecos de la atención de curar dichas tendencias prefieren inmediata. Si pensamos que la música, a diferencia de la lectura, no hacerlo, y en cambio, se suman a tiene una recepción mucho más inmediata, el problema se torna la tendencia. Entre las publicaciones aún más grande. La música es la manifestación artística que musicales más leídas, que van desde más se ha visto afectada por la era de la velocidad informática. Pitchfork, Rolling Stone o Spin, hasta Tiny Si, como sostiene Patricio Pron, en nuestra época confundimos Mix Tapes y Wire, pueden reconocerse información con conocimiento, probablemente hemos llegado dos maneras de tendencia: una que a confundir la creación musical con simples tendencias. Basta participa de todo tipo de mercados darnos cuenta de la rapidez con la que artistas, como Die y trata, absurdamente, de abarcar Antwoord, Death Grips, Swans, FKA cada género, estilo y modo que pueda Twigs, ascienden para ser recibidos concebirse, justificando en el proceso positivamente y luego olvidados, la pobre idea de que la música dictada tan sólo unos meses después de su por el mercado también ofrece valores, consagración. relaciones y problemáticas dignas de La tendencia se define como una ser consideradas en la continuidad propensión o inclinación hacia algo. de una escena artística; la segunda Una particularidad de nuestra época está más enfocada a los nichos, los –y con ella de nuestra recepción– es discute y pone en juego, generalmente que probablemente, al romperse, si presentándolos, no sin cierta soberbia, no toda ideología sí toda relación como superiores o de mayor calidad, a ideológica, podemos inclinarnos por cualquier otra manifestación musical. una manifestación o fenómeno en Las dos maneras manifiestan un hecho particular sin importar sus orígenes o injerencia sobre nuestra percepción artística. De alguna manera hemos dejado de curar nuestro propio canon de artistas inamovibles. El ejemplo de Pitchfork es una excelente muestra de esto. Cuando la revista se sintió presionada por ser considerada y burlada debido a su propensión hipster, decidió, en lugar de detenerse a escuchar y curar propuestas tal como lo venía haciendo –y sostener esa postura–, resaltar un mercado mucho más comercial. A partir de ese

Contra la inmediatez


67 música, cómo se compone y cómo la experimentamos. También ha inundado de música el mundo. El mundo está saturado de (sobre todo) sonidos grabados”. Lo que Byrne pone en juicio es un tema que pocas veces se atreve a tratar: la saturación. Pero más que una saturación que sólo ocupa espacios en discos duros, se trata de una imposible de analizar con detenimiento: una saturación acelerada de propuestas artísticas. Día a día escuchamos iniciativas nuevas –ya sea en los lanzamientos de sellos mayores e independientes o en plataformas como en común: nuestra disponibilidad y absurda presunción por Bandcamp o SoundCloud–. Aunque la escucharlo todo, ha terminado por aniquilar nuestro sentido de mayor parte de las personas (por no decir atención. Hoy día oímos muchas cosas, pero pocas son las que escuchas) atienden a la música mediante realmente escuchamos. plataformas que no son del todo musicales: La inmediatez podría considerarse como una de las razones redes sociales o YouTube, donde es posible más poderosas para la tristeza del análisis, la reflexión y el acceder al nuevo sencillo de Taylor Swift, pensamiento. Nuestros oídos han sido moldeados por un seguido de un video en el que un niño iraquí mercado atiborrado de propuestas y una curaduría pobre de baila de manera extraña, para rematar, parte de los medios. El escucha, situado bajo esta irremediable finalmente, con algo Throbbing Gristle. Esta sombrilla, no puede más que atender a cada propuesta por una facilidad de acceso, regulada únicamente por fracción de tiempo, pues en seguida tiene que virar y atender a unos cuantos algoritmos, se traduce en una la otra. La decisión de la gran mayoría necesidad y pretensión de los escuchas por de las publicaciones musicales por asimilarlo absolutamente todo. intentar cubrirlo todo, desde el más No obstante, cargar los efectos de lo reciente lanzamiento de Nicki Minaj inmediato a la cuenta del escucha implica hasta la última placa de sellos como cierta miopía respecto al fenómeno. En Pan Act, nos legó un problema de gran realidad, la música no sólo se percibe seriedad: al asimilar cada propuesta distinto; se hace diferente: los métodos con un pensamiento y una crítica de producción, grabación, creación acelerada, terminamos por justificar y aprendizaje se han diversificado y el valor de la misma según sus multiplicado a tal grado que hoy no propias condiciones y no su relación podemos atenernos a un mercado musical con otras propuestas similares. particular sin tocar otros. Lo preocupante Nuestra manera de escuchar ya no es es que la aceleración y crecimiento relacional o emocional, es simplemente inmediato en nuestras formas de producir tendenciosa. no implicaron un crecimiento similar en Oírlo todo, estar al tanto de nuestro modo de pensar: lo que hacemos todo, conocer todo, no quiere decir le ha ganado la carrera a lo que pensamos. precisamente que prestemos atención Estamos sometidos ante perspectivas a todo. David Byrne, quien puede inmediatas que se esfuman apenas crean considerarse como uno de los músicos un poco de ruido en Twitter o Facebook; y escuchas más atentos de nuestros no tenemos manera de preservar lo que tiempos, entiende que la tecnología escuchamos, todas las cosas pasan, diría es sólo otro modo de relacionarnos George Harrison, pero imagino que jamás con la música, pero subraya, en su pensó que a esta velocidad. libro Cómo funciona la música, que La inmediatez es, lamentablemente, ésta “ha cambiado cómo suena la un problema inherente a nuestra época y no tanto al fenómeno musical. La producción, la creación, la curaduría son siempre dadas de un modo acelerado y generalmente mal pensado. Sin embargo, creo que aún existe un refugio para aquellos que realmente deseen escuchar y atender a las propuestas que los cautivan. La solución es tremendamente sencilla: estar en silencio, al menos un rato, al menos lo que dura una canción; no opinar, no seguir, no sumarse al ruido de los medios o las redes, sino apegarse a la extrañeza que es el silencio. Pero no el silencio reducido a su significado más directo, sino ese que permite crear espacios para la intimidad, ése donde se escucha mejor, donde ocurre el único fenómeno que puede desafiar a la inmediatez: el silencio de una curaduría personal y privada.


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literatura

TXT:: martín rangel Alexandra Espinosa (Bogotá, Colombia, 1995) 92 canciones de Daniel Johnston para Daniel Johnston A ninguna carne le interesa ser amada, en lo más mínimo. Cuando los días comiencen a irse, veré que pongan en mi epitafio la letra de todas las canciones que componen los 23 álbumes de un hombre que es el ser más triste del mundo, aunque él no lo sepa. Un epitafio, digno y bueno, en el cual me regodeo como un pez muriendo.

Seis poetas precoces del mundo de habla hispana Los poetas jóvenes se adueñan del mundo. Como prueba de ello, presento esta selección de textos (uno por cabeza) de seis poetas que escriben en español y auguran para la poesía un futuro todavía más deslumbrante que el presente que ya podemos adivinar tras sus palabras. Lo que tienen en común, apenas si un dato cronológico, haber nacido todos en la década de los noventa.

La tierra húmeda se mete por mi nariz. estoy teniendo aquella conversación en un atasco, y tu boca habla y mi boca escucha y aseguro, querida, reafirmo, que el mar es profundo, y si adentro mueres, es porque no soportas ser el único pensamiento inteligible, bajo el agua. Comenzaré a perforar mi corazón, y con el paso de los días notaré, que lamentablemente el mayor agujero de mi cuerpo está consagrado como un choque de lucidez en la mente de un enfermo, como el recuerdo primigenio de un hombre que ha caminado durante 7 horas sin rumbo alguno, porque ha perdido la memoria. Cada vez que trato de configurar una idea, acerca de lo que hago, del camino que debo tomar, entonces he olvidado de nuevo lo que pasa, y la luz es irremediablemente azul y helada. A ningún ser le interesa comprender que le aman, a menos que aquel sentimiento no sea único, a menos que el ser en cuestión, ame.

Rosa Berbel (Sevilla, España, 1997) (Sin título) Mantén tu fe en el amor No en las amantes Mantén tu fe Incluso si la tierra prometida Es inabarcable como el océano Jorinde Croese

Aquella mañana estuvimos en la cama hasta el mediodía. Había una luz extraña como de paraíso desgranado y formaba extrañas cenefas sobre la colcha. Así es como nos habíamos conocido, metafóricamente, con una turbación kilométrica arañando y un deseo inmóvil quemándonos los párpados. Aquella mañana yo necesitaba volver a casa aunque tus manos me oprimieran y cegaran aunque hubiera un terror en el tacto suave y silencioso porque el amor me asustaba con esa suerte de pánico que se experimenta solo una vez cada cincuenta intentos esa sensación espesa y primigenia del vínculo. Dejé correr el tiempo con el vientre lleno de peces vivos de forma accidental y violenta. Aquella mañana, digo, yo estaba despierta y tú dormías con los ojos abiertos, con el cabello largo aún húmedo y los pies descalzos y por la rendija de la puerta se internaba un olor a podredumbre y a vejez, un olor sincero a destrucción. No se percibía nada más que nuestra derrota. Llegamos a amar aquella imagen, a hacerla perdurar, a superponerla al resto de recuerdos plasmados, los ya-dichos. Abandoné el hogar, corrí desnuda, llegué a otro hogar más silencioso y frío, más heroico. He decidido llamar recuerdo a esta tristeza vacía, a este círculo negro.


69 Matías Fleischmann (Santiago, Chile, 1997) (Sin título)

Pablo Robles Gastélum (Culiacán, 1992) Hay muchas formas de disimular que estamos dormidos

Titular las cosas les da un sentido de materialidad que me asusta se puede ser poeta y tenerle miedo al mundo pregunta

Amaneció mi cuerpo como un ampersand mal dibujado y desde mi cama vi pasar un gato con mi propia cara aquí algo se siente definitivamente fuera de lugar me preguntas si todo está bien yo te digo que mi corazón ha despertado hoy a la baja de Wall Street pero eso no es grave los sueños pueden influir ocasionalmente en la bolsa de valores hoy es un buen día para planear una muerte digna de ser literatura también es un buen día para aprender a bailar con estilo como esas personas que bailan casi profesionalmente en las fiestas de la Ciudad de México me acostumbro lentamente a la idea de que no hay hoyos negros debajo de mi cama qué harán los investigadores cuando no haya nada qué investigar mi actitud romántica es incorruptible no confío en ninguna mujer que no tenga una pistola debajo de su falda la última vez que pestañeaste más lento que de costumbre se fue tu alma ese tipo de cosas irrecuperables tienden a quitarte el sueño minutos antes de que suene la alarma de tu despertador

la experiencia más significativa de mis últimos dos meses fue que ahora mi perro confía en mí y me deja abrazarlo confío en la fruta en almíbar no hay espacio en el mundo para lo que tengo que decir y eso me satisface es más seguro que tus poemas se pierdan en el ciberespacio a que se manifiesten en la vida real no encuentro literatura que transmita satisfactoriamente la experiencia de estar en Internet y por eso ya no leo mucho Internet me ha cambiado más en los últimos quince meses de lo que me cambiaron trece años de educación formal

Óscar García Sierra (León, España, 1994) Soy Wario cuando juego al Mario Kart

evito usar la palabra “metafísica” para describir cosas o para pensar sobre cosas porque me acuerdo que hubo un tiempo en que no sabía qué significaba mi profesor de lenguaje sólo es capaz de describir lo que escribo con la palabra “desarticulado”, porque ya perdí la cordura y el resto de las virtudes clasificables bajo la virtud cardinal de la prudencia

Llevo siempre un cuchillo encima cuando salgo a explorar mi cuerpo es más fácil hacerme daño a mí mismo que buscar a otra persona que me lo haga. Llevo puesto un pijama que no llevaría puesto. Si pensase decirte la verdad sobre lo que llevo puesto. Siento cosas que sólo puedo expresar mediante la comida. He puesto el ruido que haces al ignorarme de tono de llamada. He fabricado una trampa casera para cazar “amores de mi vida” Usando una parte de mi cama, Lost in translation en DVD y comida basura. He acabado cayendo en mi propia trampa y ahora no puedo moverme. Estoy atrapado en tus recuerdos a mil galletas sobre el nivel del mar.

a veces pienso que esto es un “rasgo generacional”, junto con la propensión a las drogas no-convencionales y al amor posesivo. Usualmente llego a la conclusión de que estoy solo

Pablo Romero (Concepción Tucumán, Argentina, 1999) Tríptico

no existen los rasgos generacionales, sólo las cicatrices colectivas saber qué significa la palabra “metafísica” no mejoró sustancialmente mi calidad de vida como lo esperaba eso sí, el frío de la noche me despierta de vez en cuando

1 Imagínate un pecho todo henchido por la delicia que es la muerte cuando deja huella nosotros temblando, jugando a hacernos en la vida relojes y catástrofes, cortes como abismos.

saber qué significa la palabra “metafísica” sólo me hizo saber que había una parte del conocimiento registrado por hombres blancos del primer mundo que yo no entendía ni sabía que existía

2 Hemos crecido falleciendo / y así la masturbación / rezarle al cuerpo ahora y en la hora de nuestra muerte / por los siglos de los siglos yo pecador / algo donde poner la piel y dormir sin miedo de adentrarse en el terreno de las sombras. / Sin miedo de habitar la palabra, improvisar un exilio en su fiebre y lograr el llanto porque nosotros no supimos trazarnos la vida en los párpados //ésta es la nostalgia//

si se supone que soy poeta y tengo que mandar fotos del atardecer por Snapchat puedo sacarlas de Google imágenes si o no pregunta.

3 Acá concebimos una cicatriz inmensa como una casa pero no llores, así nace el poema, en ese no saber dónde colocar las manos.


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CÓMIC

TXT:: óscar g. hernández

De cuando aún no se tiene la regla ni tetas Cómics de color adolescente

Los 14 años representan y significan para la gran mayoría la tan famosa primera vez. Es el verdadero inicio de nuestra personalidad en la que podemos realizar esos primeros actos memorables con auténtica iniciativa propia y que en algunos y muy contados casos aparece como precocidad. Aunque debemos decir que hoy día es difícil concebir la idea de precocidad a la manera que se le vio en siglos anteriores. Esto se debe a que el espacio para ella es cada vez más reducido, ya que lo asociado a la inocencia se ve diluido por el enorme flujo de información que impulsa a la pronta llegada de la edad adulta.

Este flujo de información tiene que ver directamente con apropiarse de ideas y de contenidos que están ligados directamente al ideal de realización y de adultez. Obtener experiencias propias iniciando por la fiesta, el primer amor, el dinero, el alcohol, el sexo, las drogas, la moda; en resumen, el consumo. Todo esto lo buscamos y perseguimos con enorme ansiedad y se logra ahora más que nunca en esa precisa edad. No es gratuito que nuestro país se encuentre entre los cinco principales con embarazos de adolescentes, sin tocar el tema de los jóvenes sicarios. La adolescencia y preadolescencia suelen ser etapas que marcarán de por vida la esencia de nuestro ser. Es el periodo de descubrimiento y lucha por lograr vivencias personales que puedan ser contadas y exhibidas en los círculos sociales propios de esa edad, en el que anunciamos que tenemos vida más allá del círculo familiar. En la narrativa gráfica han aparecido diversos cómics que abordan la temática juvenil, los cuales van desde recurrir a adolescentes seductores (cómo en el caso de tantas versiones de Lolita sobre todo en el cómic porno o erótico) hasta elementos argumentales que hicieron historia y se volvieron referentes y fórmulas narrativas (el caso de Spiderman y demás superhéroes adolescentes). Actualmente, entre las obras más celebradas con temáticas adolescentes se encuentra La vida secreta de los jóvenes, de Riad Sattouf, en donde se muestra un sinnúmero de anécdotas reales retratadas por el autor al dedicarse a observar distintos comportamientos púberes y pospúberes. Dicho cómic se publicó durante varios años en el

ahora tan célebre Charlie Hebdo. Las historias de Sattouf fueron recopiladas por la editorial La Cúpula para presentarlo en una edición de dos tomos. Sattouf se consagró este año, su fama saltó al mundo al lograr ganar el premio al mejor álbum de Angouleme por El árabe del futuro. De entre las otras publicaciones que podríamos considerar consagradas en la temática púbera y que se instala en el gusto de la novela gráfica, encontramos El sabor del paraíso, de Nine Antico. Esta novela narra las vivencias de la autora en su transición de la niñez a la adolescencia; a simple vista pareciera que no hay un gran relato. Lo que vemos es la vida de una clase media francesa sin sobresaltos. Antico viene de una familia muy normal, no sufre de ningún tipo de abuso, así que no hay un gran drama o un fuerte conflicto en su historia. La pregunta inevitable es entonces: ¿por qué se volvió tan exitosa esta novela gráfica? Muchas veces creemos que la profundidad lo es todo y que sin contenidos que sacudan al lector resulta difícil ver el valor de una obra.


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Lo cierto es que la autora logra comunicar de manera libre y fresca una cantidad enorme de vivencias con las que el lector se suele identificar de modo inmediato, probablemente por haber vivido sucesos similares de forma directa o indirecta. Antico relata esas circunstancias a lo largo de distintos capítulos en los que retrata asuntos que van de “cómo seducir cuando no tienes la regla ni tetas”, a esa vergüenza de ser acompañado por los padres al colegio cuando uno asume ser ya grandecito; además de otros tópicos como las primeras fiestas, la primera erección y la inevitable primera ruptura de corazón acompañada de la primera depresión. La gráfica es de un pop puro y nostálgico

por sus viñetas que juegan con el espacio sin asomo de rigidez; su dibujo pareciera ser inacabado, pero es más bien esa estética limpia que concuerda con esa época en que se vive dentro del paraíso, para después ser inevitablemente expulsado. El sabor del paraíso formó parte de la selección oficial en la categoría de revelación en el festival de Angouleme 2009, es una novela gráfica que podríamos colocar en la precocidad de la clásica pubertad. Antico nos trae el gusto paradisiaco por aquellas memorias para recordar el “cómo pasamos horas besándonos, probando todas las maneras de dar vueltas con la lengua en una boca… y entonces merece la pena tener 14 años”.


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CÓMIC

PAVEL ORTEGA Cómics de color adolescente Melvin, el Hijo Cabrón de Pavel Ortega es un tira llena de humor corrosivo que invita a la reflexión. Inscrito en la tradición del fanzine, ha publicado varios cómics entre los que se encuentra El Maestro, editado por la editorial barcelonesa Batricio Amarillo y El Señor K, editado por Pastoressa Ediciones. Sigue el trabajo de Pavel en: pavelortega.wordpress.com/comics

TXT:: óscar g. hernández


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COLUMNAS

¿Demasiado viejo para rocanrolear?

“Too old to rock ‘n’ roll, too young to die”.

TXT:: Hugo García Michel @hualgami

Bajo presupuesto

Ian Anderson

Mi situación como músico y como escribidor de música, sobre todo como escribidor de rock, se ha vuelto un tanto paradójica a partir de marzo pasado. La razón es más que nada cronológica: acabo de cumplir 60 años. “¿Y qué carajos hace un sexagenario carcamán como columnista en una revista para jóvenes? ¿Por qué no busca asilo (literalmente) en alguna publicación para la tercera edad?”, se preguntará, altivo y desafiante, más de un lector veinteañero de Marvin. Trataré de darle respuesta, sin acudir al fácil expediente de citar ridículos lugares comunes tipo “la edad es un estado mental” o “uno es tan joven como se sienta”, etcétera (aunque debo confesar que me encanta aquella frase de Groucho Marx que reza algo así como “uno tiene la edad de las mujeres con las que anda” y que, quizás, explique mi afortunada situación de estar rodeado de amigas entre los 19 y los 30 y tantos… Pero ya me estoy saliendo del tema). Mi primer argumento es que tengo la edad exacta del rock, ya que éste surgió justo el año en que nací, en 1955, cuando apareció “Rock Around the Clock”, de Bill Haley y sus Cometas. Ese rock cincuentero lo hizo gente nacida en los años treinta del siglo pasado, desde Chuck Berry y Little Richard hasta Buddy Holly y Eddie Cochran (para no mencionar a Elvis). Luego vino la generación dorada que brilló a lo largo de los sesenta, conformada por músicos geniales nacidos en los cuarenta: desde los Beatles, los Rolling Stones, los Kinks y The Who hasta Frank Zappa, Bob Dylan, David Bowie, Jimi Hendrix y un largo y talentosísimo etcétera. Nací, pues, con la tercera generación del rock: los cincuenteros que brillaron básicamente en los setenta (atento aviso a los lectores, antes de que comiencen a hacerme pedazos: no me estoy comparando con esos músicos, sólo digo que me tocó nacer al mismo tiempo que ellos). La pregunta es entonces: ¿somos viejos los nacidos en la década de los cincuenta y, en caso de ser así, eso nos inhabilita o desacredita para seguir dentro del rock, ya

sea como músicos, periodistas, escritores o, incluso, meros aficionados al género? Dejo en usted, estimado lector, la respuesta. Los roqueros de los sesenta, con Pete Townshend (hoy a punto de convertirse en un honorable septuagenario) a la cabeza, proclamaban que mejor sería morir antes de los 30 (“La gente trata de menospreciarnos / sólo porque vamos adonde queremos. / Las cosas que hacen parecen horriblemente frías. / Espero fallecer antes de hacerme viejo”, cantaba The Who en “My Generation”, en 1965). No sé si las actuales generaciones de jóvenes, entre los 15 y los 29 o 30, mantengan la misma actitud. Lo que sí persiste es el desprecio generacional hacia los “viejos” (a quienes suelen desacreditar tan sólo por su edad, a pesar de que compartan el mismo gusto y amor por el rock y todos sus derivados). Más que un culto a la juventud, el fenómeno que hoy día se da es el del retroceso cronológico del género masculino: los actuales adultos de 40 años se comportan como si tuvieran 30, los treintañeros parecen tener 10 años menos y los de veintitantos son como adolescentes imberbes. Lo corroboro a diario, no lo estoy inventando, como confirmo que ese mismo fenómeno no se repite tanto entre las mujeres, que se mantienen en sus respectivas edades (una chava de 28 es una de 28) y a veces son incluso más maduras que eso. Así las cosas en las generaciones jóvenes del presente milenio con las cuales tengo mucho trato cotidiano. Mis dos hijos pertenecen a esa juventud milenaria y ambos son diyéis muy creativos y talentosos, aunque todavía me cuesta comprender cómo elaboran su música. Precoces es el tema de este número de Marvin. ¿Se dará en este siglo, en este aún joven milenio, un fenómeno como el de los Beatles, por ejemplo? ¿Un nuevo Zappa, un nuevo Bowie? ¿Habrá algo por inventar en la música? ¿Lo conseguirá algún joven actual, alguien que aún no ha nacido? Lo veremos… o lo verán otros.


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COLUMNAS

TXT:: rafael toriz @ninyagaiden

aguarraces porteñas

el síndrome rimbaud

Aunque muchos lo intentaron, pocas figuras dañaron tanto a la literatura moderna en la medida y con la hondura como lo hizo Juan Nicolás Arturo Pedro Benavente Rimbaud (nombre que consta en la fe de bautismo conservada en la capilla de Charleville), príncipe de los poetas y rockstar decimonónico al que se le debe una de las obras más sucintas y poderosas de la lengua francesa; pájaro en llamas que conduce un vuelo sin escalas a la frustración alevosa y esencial en caso de que se intente seguir sus pasos: hablo de aquel mandato que obliga, sin posibilidad de rezongo, a escribir obras maestras antes de aprender a rasurarse el bigote, lo que resulta, si uno no ha nacido chino o bajo la estrella de los méndigos niños índigo, un absoluto despropósito. Nadie ignora que por extraños e insondables motivos, desde que nace el ser humano se encamina con paso decidido hacia la muerte. Por lo tanto la cultura, desde distintos flancos, hace todo lo posible por volverlo un ser neurótico y funcional, es decir, un ciudadano modelo. De ahí que ni bien el individuo integra los instintos básicos para su supervivencia en el entramado social, se le obligue a desarrollar actividades que tienden a convertirlo –horror de los horrores– en un adulto ridículo. Impostado: estólido. Por ello todos los niños vestidos de viejos, con ademanes de señorcitos o de lograda elocuencia parezcan, en el mejor de los casos, remedos de ewoks siniestros: “Young genius is the secret name that fairies use for the psychopaths” solía decir, ya con sus copas encima, Gilbert Keith Chesterton. El valor de la precocidad –estigma del que me declaro culpable no por asunción propia, sino por catalogación colectiva (acaso resulte ocioso aclarar que no me refiero a mi desempeño viril)– es un valor adquirido que bajo ninguna circunstancia puede homologarse en todas las artes conocidas, puesto que si bien existen pruebas notables de prodigios en la música y las matemáticas, al día de hoy es posible asegurar que si el arte verbal contiene un valor

específico es sólo debido a la experiencia empírica del mundo: Mozart sólo ha habido uno y sus restos descansan en la fosa común: lo que abundan bajo el sol de medianía son los Salieris. Y hasta eso habría que verlo. El mito del escritor juvenil, además de chabacano, es de factura improcedente. A diferencia de ciertas actividades motoras, cognitivas y sensibles perfectamente localizadas en el cerebro, el lenguaje literario es una herramienta complicada que sucede más en la distancia y en el tiempo: la literatura, en sus instantes más plenos, deviene antropología: Balzac, Chéjov, Pessoa e incluso Beckett (siempre Beckett, sobre todo Beckett) son esas formas extrañas en las que el lenguaje ha ensayado distintas formas de lo humano, nutrido siempre por la simultaneidad de la experiencia. Y es sabido que si los rusos supieron hacer arder sus corazones en la estepas y los estadounidenses enseñaron una manera de beber al siglo XX, sólo poetas, particularmente los surrealistas, pudieron bordear como aquellos inválidos a los que falta algún sentido la circunstancia íntima del acontecimiento. Tal es la grandeza de Rimbaud. Arrancar los trabajos y los días a edad temprana para mejor abandonarse a sus deleites nada tiene de incorrecto: el desencanto llegará primero, pero ya aguardaba a la vuelta de la esquina; después de todo si se trata de echar desmadre con ahínco para luego es siempre tarde (en las lides del deseo los placeres exquisitos suceden entre los trabajos y las noches). El rock, desde luego, arde mucho y con esmero, pero se trata de una pasión que sólo respeta a algunos cuantos; por ello, y ante la incapacidad de perdurar en el instante, vale la pena recordar el sollozo del poeta: Juventud, divino tesoro, ¡ya te vas para no volver! Cuando quiero llorar, no lloro... y a veces lloro sin querer...


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Para ese Don Draper que llevas dentro No sabemos si es por Mad Men que el whiskey retomó bríos en el ruedo de las bebidas alcohólicas, pero sí sabemos que la serie le devolvió el glamour a los años gloriosos del fumar y beber donde fuera y cuando fuera. Y para devolverle el carácter de ritual al momento de saborearse un escocés, la marca de cristalería fina Waterford, lanza una edición especial de vasos old fashioned de cristal cortado con cintillos en oro y platino, dedicada a esa serie en específico: los Mixology Mad Men Edition double old fashioned glasses, a un precio de US$175 el par.

la que “crecieron los jeans”

Waterford edita juego de vasos, edición “Mad Men”

Levi´s x Sony conmemoran la música con

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La colección 2015 de Primavera incluye una colaboración con la disquera Sony Records, junto con la cual llega una línea de camisetas inspiradas por “el sonido de San Francisco”. Playeras con texturas premium impresas con iconos gráficos que celebran el amor de Levi´s con la industria musical y su histórica relación. La colección de Levi´s x Sony estará disponible en las Levi´s Stores, Liverpool y Palacio de Hierro a partir de abril del 2015

los primeros Sperry Top Siders tatuados en méxico por Gallonegro Gallonegro es considerado uno de los mejores estudios de tatuaje en la ciudad, por la calidad y autenticidad de su trabajo. Sus artistas Anibal Pantoja, Isameth Al-Pariah y Zam Guerrero fueron abordados por Sperry para realizar cada uno, una colaboración en la que se avocaron a “tatuar” un par de zapatos clásicos Top Siders. Cada artista sumó su creatividad y trabajo para compartir parte de su trayecto y proyectar lo que está viviendo su mente: “ Esta intervención representó un gran reto, ya que lo realizamos sin una guía previa como normalmente tatuamos. Retomamos clásicos del tatuaje tradicional para un clásico del calzado, usamos el mar como tema central. Piel y old school.”


SONY ALPHA ILCE-6000 Consigue las mejores fotografías de tus mejores momentos como todo un profesional. La cámara SONY ALPHA ILCE6000 tiene el sistema de enfoque más rápido del mundo, la cual te asegura una captura perfecta en tan solo .06 segundos. Ideal para captar imágenes en movimiento, además es un equipo ultra compacto y ligero permitiéndote capturar virtualmente todo lo que ves; cuenta con sistema de lentes intercambiables, procesador de imágenes BIONZ X, conectividad Wi-Fi y NFC (Near Field Communication).

En estos días en los que muy poca gente consulta la hora fuera de su celular, un reloj de mesa es una auténtica curiosidad, y uno como el Blub Uno, es un coleccionable original, sofisticado, elegante e impecable ornato, al nada módico precio de US$299. La pieza, que es una base cúbica con un llamativo “bulbo” encima, integra partes de aluminio, vidrio y bambú con exquisito gusto retro, tan solo para darnos la hora, fecha y temperatura, con un solo dígito a la vez -atrapando la atención un tiempo más que considerable. El reloj se alimenta de un cable USB y cuenta con un control remoto para programarlo.

amantes de los relojes de mesa, atentos: Llegó el

Blub Uno Retro Tube Clock

Kit de Siesta de Emergencia para esos 20 minutitos reparadores

¿qué te falta para tomar la foto que soñaste? una

¡Hey, ciclista precavido! Anuncia tus vueltas con la mano utilizando el poder de 54 lumens que ofrece el nuevo guante Zackees de LED para ciclistas. Cada uno se alimenta de pequeñas baterías de reloj recargables, que en uso regular ofrecen hasta tres semanas de carga -realizando trayectos de media hora cada vez. El par es resistente al agua y puede ser lavado a máquina. Puedes adquirirlos en zackees.com por US$90/100

que no te griten más “saca la lengua”. usa tu direccional de guante Zackees

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El equipo, pensado originalmente como un conveniente auxilio para situaciones de emergencia en Japón, no sólo es un práctico mini colchón inflable, sino que además, incluye un cálido overol-sleeping, o traje-bolsa de dormir, por sólo US$45. Si bien, en contextos menos dramáticos puede ser un novedoso accesorio para acampar, el kit se pone realmente práctico en casos más cotidianos como cuando se retrasa un vuelo, haces un día de fila para comprar boletos de un concierto, hay que sacar la chamba del mes, “esta noche”, o simplemente, te dio el aniquilador sueño digestivo. Además, siempre funciona acompañar esta tecnología con la frase “estando yo caliente, ríase la gente”.


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EL PILÓN

TXT:: ARTURO J. FLORES @arthuralangore

FOT:: CORTESÍA DE RENATO MÉXICO XXX

JUVENTUD EN ÉXXXTASIS

Las virtudes y complejidades de ser un actor porno a los 18

Perdió la cuenta de con cuántas chicas ha estado: “Creo que ya pasan de las 600”. Delante de mí está el actor porno más joven de México. Es alto, delgado y bien parecido. Por su avatar de Twitter me entero que tiene el abdomen marcado. Por los fragmentos de películas suyas que hay en la página de la productora Sexmex, me queda claro que cuenta también con el instrumento necesario para empalar vivas a sus hermosas colegas.

R

enato me cuenta que la primera vez que vio una película porno tenía 8 años. Desde entonces supo que quería dedicarse a tener sexo delante de una cámara. A partir de ese momento inició una cuenta regresiva hasta que cumplió 18, la frontera entre la legalidad y el delito: “Busqué en Internet los nombres de las principales productoras de porno en México, los requisitos que pedían a sus aspirantes y la manera de hacerles llegar mis fotografías para que me dieran fecha de casting”, relata. ¡Antes de eso, trabajó en la que representa su segunda

pasión después de los cuerpos femeninos: las curvas de una motocicleta. Personalizaba diosas de dos ruedas. Quizá preparándose para más adelante darle mantenimiento a la más perfecta de las máquinas de la naturaleza: “Lo más difícil de un casting es que se te pare enfrente de todas las personas que hay ahí. En mi primera audición había como 10. Te puedes cohibir. Hoy día no me da pena. He hecho como seis escenas”. Ingenuamente le pregunto si es verdad aquella leyenda de que a los pornstars les llenan las venas de Viagra para cumplir con la exigencia sexual a la que son sometidos. La de por sí enorme sonrisa del joven rompe colchones se hace más grande: “¡Tengo 18 años! ¡Cuando dicen corte, yo me sigo coge y coge! ¡No le doy paz a la chava!”.

Renato ve mucho porno. Sólo que ahora lo hace con otros ojos. Quiere aprender. Antes sólo consumía películas y se masturbaba. Prefería las que tienen historia. Sus amigos le decían que estaba enfermo. Su abuela, cuando se enteró de lo que hacía, le dijo que se le iba a caer el pene. Nada más alejado de la realidad, porque su bálano pasa más tiempo señalando hacia el cielo que en reposo. Además, su naciente estrellato en el cine para adultos ha hecho que cambie radicalmente su vida. Antes, me platica, agarraba la fiesta de martes a domingo. Ahora Renato no bebe ni fuma, duerme temprano, cuida su alimentación,

hace más ejercicio y hasta practica técnicas de respiración (que le enseñó Christian Lemon, que a su vez le transmitió el célebre Nacho Vidal) para retrasar la eyaculación: “…Y me dijo que hay que comer mucha manzana verde para que el semen sepa más dulce”. Sin embargo, no todo es miel sobre hojuelas. La mayoría de los amigos que tenía antes de ser estrella tres equis ya no le dirigen la palabra. Tampoco es un secreto que aunque tiene todo el sexo que quiere (y cobra por ello), a veces extraña tener una novia. Pero sabe que el porno no será para siempre. Cuando ya no grabe escenas, a Renato le gustaría tener su propia marca. Al final, reflexiona: “¿Cuál es la parte más oscura de este negocio? Que no se te pare, me imagino, porque nunca me ha pasado. Además de que le quedas mal a la chava, creo que no te pagan”.



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