Por Tatiana Nogueira arece que su rostro nos mira desde siempre, como una madre orgullosa de todos sus hijos. A donde vayamos, el sólo hecho de decir que somos mexicanos evoca en la mente de cualquier extranjero el rostro de Frida Kahlo. Su vida despierta nuestra curiosidad… tal vez a eso se debe la frecuencia con que cada día se revelan nuevos secretos, encerrados hasta entonces en las habitaciones de la emblemática casa azul de Coyoacán. Esta es la historia de la segunda vida de Frida, la que comenzó en el tranvía donde se encontró por primera vez con la muerte. Fue tal vez un pacto con la huesuda lo que la libró de iniciar el viaje sin retorno, mismo que la atormentaría el resto de su vida. Frida siempre mantuvo a raya a la muerte, recreando el dolor con maravillosos colores y trazos; y es desde esos cuadros, tal vez, desde donde susurró al escritor Francisco G. Haghenbeck esta fábula de su vida que hoy comparte con nosotros. Son tantas biografías, tantos libros, tantas Fridas… ¿cómo es la Frida de tu novela? “Más que otra biografía, El libro secreto de Frida Kahlo (Oceano) es una fábula; un cuento de hadas con todos los elementos de la mexicanidad, el folclor, las tradiciones, la magia que hay alrededor de la cultura
Entrevista con Francisco G. Haghenbeck
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De todos los espacios de la casa, la cocina era el corazón que la hacía palpitar, convirtiendo una inerte edificación en un ser viviente. Más que una simple morada, la Casa Azul era el santuario, refugio y altar de su señora. La Casa Azul era Frida.” F.G. Haghenbeck Fragmento de El libro secreto de Frida (Oceano)
mexicana, como el día de muertos, la catrina, los fantasmas; son todas estas leyendas en la vida de Frida. Como si la vida de Frida fuera una historia de realismo mágico donde incluso la cocina es un elemento muy importante. Más que una biografía, me gusta decir que es una fábula biográfica” nos dice Haghenbeck. En esa casa, que se convirtió en el centro de la vida cultural del país, había una mesa llena de platillos que 26
El secreto que permitió a Frida
eran espejos de México y Frida y que servían para halagar a sus visitantes. Esas recetas también son parte de la historia. Nos relata Haghenbeck: “Frida era una gran conocedora y una gran estudiosa de la cocina mexicana, le encantaba nuestra gastronomía. Aprendió a cocinar, ya grande, con Lupe, la esposa de Diego, y se convirtió en una pasión para ella, era otra manera de expresarse: podía expresar amor, odio y cariño, a través de la cocina.” Y nos revela con cierta complicidad: “Para mí las recetas eran muy importantes. Muchas son de mi abuela. Mi abuela era muy cercana al círculo de Frida y de todos los intelectuales de los años cuarenta, pues estaba casada con mi abuelo, Eduardo Correa. Las recetas las saqué de una libretita que intercambiaban entre ellos. Quiero pensar que varias de esas recetas eran de Frida y que tienen el saborcito de la época.” “Creé una Frida que a todos nos hubiera gustado porque el personaje real era un poco más difícil, un poquito más dramática, más complicada. Intenté crear una Frida más humana, más inocente en muchos sentidos, para que sean los ojos del lector los que descubran a través de ella todos estos elementos de la mexicanidad”, continúa Haghenbeck mientras nos explica un poco más sobre la razón de escribir sobre esta pintora idealizada, esta Frida que nos identifica como mexicanos. “Yo quería adentrarme más que en la vida de Frida en la mexicanidad. ¿Qué es ser mexicano? Creo que, hoy día, Frida es casi una marca del ser mexicano. Conoces a Frida y la relacionas con México, eso te da el pretexto perfecto para hablar de la mexicanidad a través de su vida. Y, en cierto modo, la novela también es un pretexto para hablar de nuestra relación con la muerte -que en México es muy importante-, hablar de nuestra relación con la comida, con la familia, con el mundo, con la política y la cultura, todo a través de los ojos de Frida.” Esta no es una biografía, es la fábula de una mujer que se acerca más a la imagen que tenemos de ella; es, según palabras de su autor, “una historia para platicar. Más allá de la biografía, es la historia de un personaje tan importante y tan nuestro que tal vez después de leer el libro te animes a hacer dos o tres de las recetas que vienen ahí.” Así, querido lector, podrás disfrutar en la mesa un feliz encuentro con esta mujer leyenda. +