Lee+ 103 "Cultura Pop"

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Qué es la cultura basura? Antes de escribir acerca del tema se lo pregunté a varias personas. La sorpresa fue darme cuenta de que a mucha gente este concepto no le es muy familiar. Algunos no sabían bien a bien a lo que me refería; otros me empezaron a echar rollo en torno a la cultura de la basura, ya sabes, aquello de separar residuos, lo orgánico, lo reciclable, etcétera. Eso está muy bien, pero no es el punto. Tenía que decirles que la cosa no iba por ahí y tratar de encausarlos hacia el aspecto cultural con el debido cuidado de no influir en sus respuestas. Entonces ya empezaban a surgir conceptos un poco más claros al respecto: lo inmoral, lo irrelevante, lo negativo; lo que no pasa de ocurrencia y hasta un síndrome que desconocía: el wannabismo intelectual. ¿Encaja tu respuesta en alguna de estas definiciones? ¿Por qué lo inmoral se asocia con la cultura basura? Allá por el año 1857, la novela Madame Bovary, de Gustave Flaubert, fue tildada de obscena. Una ofensa a la moral religiosa y pública. Una historia que se atrevía a mezclar lo sagrado con lo profano. El candidato ideal de su tiempo para ser considerado como cultura basura, si nos atenemos a la idea de lo socialmente reprobable. ¿Qué ha pasado con esa obra al transcurrir de los años? Pues casi nada: se convirtió, ni más ni menos, en un clásico de la literatura. No afectó que fuese una obra que muchos despreciaban por su contenido, importó que era una obra bien escrita, realista y atrevida para su tiempo. Así sobrevivió a la sentencia de inmoralidad que en su época causó el sobresalto de críticos literarios y editores asustadizos. ¿Será que en el fondo reflejaba el deseo reprimido de los varones de alta sociedad por cruzarse en la vida de alguna Emma Bovary? En estos tiempos, y aunque pudiera parecer increíble, la cosa no ha cambiado mucho. Se ha inventado el concepto de cultura basura para acomodar aquello que la sociedad rechaza. Y es atinado, pues en realidad se trata del intento por hacer algo con los desechos de lo moralmente aceptado. Desde esta perspectiva, podríamos decir que es lo peor que se puede hacer y al mismo tiempo es algo tan atractivo que se vuelve una especie de placer culposo. Algo así como el morbo que lleva a muchos a leer a Bukowski y su realismo sucio, por citar un ejemplo de literatura más reciente. Aquí lo que cuenta es darle la vuelta a aquello que la sociedad dice o piensa que no se debe hacer. Es poder crear algo con total libertad que venga a salvarnos de nuestra muchas veces aburrida realidad. Algo que, por medio de la transgresión, nos lleve a fronteras imaginables, pero difícilmente transitables. O tal vez la simpleza de lo divertido que pueda incluso hacernos reír de lo que nunca nos atreveríamos a hacer. La cultura basura, acusada de inmoral, se puede valer de lo perverso, sí, pero siempre en complicidad intrínseca entre quien la genera y quien la recibe. Nos interesamos en lo prohibido igual que las moscas se interesan en la… idea de volar libres por el campo. Dicho lo anterior, qué tal si entendemos la cultura basura como la contracultura que va más allá de los valores. Que los confronta y cuestiona. El dedo flamígero que señala y apunta la tiránica opresión de la moralidad que, al verse amenazada, lanza etiquetas de monstruosidad a lo que no le parece adecuado.

Emma Bovary

¿Y qué hay de la irrelevancia de tanto contenido que inunda el universo de los medios


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