Revista del ICP, Tercera Serie, Núm. 3

Page 119

El cambio de paradigma en el concepto de itinerario que proponen estos ejemplos, conectado a las ideas desarrolladas por el fenecido pensador de los estudios puertorriqueños, Juan Flores, sirven de punta de lanza para este acer-

camiento al trabajo de Beatriz Santiago Muñoz y Lilianna Rivera. Flores nos invita a ver lo que los migrantes puertorriqueños que han crecido en la diáspora o que han ido y venido muchas veces de ciudades en Estados Unidos a Puerto Rico, contribuyen (“strike back”) en nuestras islas. Y esto enmarcado en la premisa de que a pesar de los estudios recientes que observan y analizan el flujo circular de las migraciones y el transnacionalismo, todavía resulta chocante. Según Flores, “it is indeed striking how little attention has gone to the cultural experience and consequences of the massive population of return migrants and their children who grew up in the diaspora” (285). El experimentalismo, la innovación y la improvisación no tienen país de origen, son formas de crear implícitas en las incesantes dinámicas de diásporas desde la perspectiva caribeña y, ciertamente, desde la óptica puertorriqueña. Son modos de vivir, empezando por la diáspora forzada de los esclavos a nuestras tierras, hasta la creación y simultánea negación de una “cultura” entre comillas, incluyendo la rocosa relación que han tenido poetas, músicos y artistas visuales con Nueva York y Puerto Rico entrecruzados. Viveca Vázquez, por ejemplo, pasó muchos de sus años formativos como coreógrafa en el llamado ámbito del “downtown dance”en la ciudad de Nueva York. Las Nietas de Nonó, por su parte, son formadas en Puerto Rico y han viajado a tomar talleres y seminarios fuera del país. Beatriz Santiago Muñoz cursó sus estudios de arte en Chicago, y Lilianna Rivera, en México. Son generaciones diferentes, buscando navegar tránsitos particulares en su obra, pero escogiendo a Puerto Rico como su punto de creación. Aunque todavía hay tensión entre el discurso cultural hegemónico y una posibilidad de discurso local autogestado, también hay gran libertad en la apropiación y la interpretación de

Revista del Instituto de Cultura Puertorriqueña|Tercera Serie|Número III

Para visualizar el contexto en que se producen las obras recientes de Santiago Muñoz y Rivera, es pertinente recordar el 2013 como un año particularmente importante para la escena de danza y performance en Puerto Rico. Dos hermanas afropuertorriqueñas, Lydela y Michelle Rodríguez, “Las Nietas de Nonó”, nos convocaron al Manual del bestiario doméstico en una casa en ruinas, en una parcela heredada de su abuelo. La vida real y el arte se encuentran allí por el precio del salario mínimo federal ($7.25 dólares) o gratis para los residentes de la comunidad. La pieza, una combinación de texto, movimiento abstracto, viñetas y experiencia auditiva, nos cuenta la historia de su familia —el espejo de muchas familias en Puerto Rico— donde los hombres están muertos, se han ido o están en la cárcel. Es una experiencia particularmente conmovedora por su absoluto desafío a los presupuestos de la producción artística. Como contraste, también en 2013 la veterana coreógrafa de danza contemporánea y estimada rompedora de reglas del experimentalismo en Puerto Rico, Viveca Vázquez, presentó en el Museo de Arte Contemporáneo en Santurce una retrospectiva de treinta años de carrera. Conducta, Coreografía del Error (abril-septiembre, 2013) incluyó una exhibición, presentaciones en vivo y discusiones académicas. Aunque las hermanas Nonó pueden ser consideradas arte “informal” y Vázquez, en el museo, alta cultura formal, el itinerario de ambas se desvía de lo que normalmente esperamos de las formas que conocemos en Puerto Rico y de sus categorías. Ciertamente, trastocan el itinerario de las y los espectadores, tanto del museo como del performance.

119


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.