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Feminidad y masculinidad desde una perspectiva general

La feminidad y la masculinidad han sido temas centrales a lo largo de la historia, pero hoy más que nunca hay muchas ideas diferentes de lo que un hombre o una mujer deberían ser, desdibujando el plan original de Dios.

Explorar los roles de masculinidad y feminidad desde un enfoque espiritual puede ofrecernos una visión más profunda sobre nuestra esencia y propósito como hombres y mujeres. La Biblia, en Génesis 2, describe la creación del hombre y la mujer, resaltando sus roles únicos y complementarios, un mensaje que más que nunca resulta relevante para nuestra sociedad.

Diseño Divino

En Génesis se narra el origen de la humanidad, esa primera mención de un tema o palabra en la Biblia revela su significado fundamental, proporcionando un patrón para interpretaciones posteriores. En esta narración hay 2 palabras claves en hebreo, que evidencian la intención y el propósito de Dios al crear al hombre y la mujer. Dios crea al hombre del polvo y le da vida, simbolizando su conexión conlatierraysupropósitodecuidarla y cultivarla. (Génesis 2:6-7,15).

La palabra hebrea adamah significa “tierra” o “suelo” y está relacionada con Adam, que significa “hombre” o “humanidad”. La mayoría de los estudiosos consideran que ambas palabras provienen de una raíz que significa “rojo”, por lo que adamah podría entenderse como “suelo rojo”, y Adán como “hombre de la tierra roja”. Esta relación sugiere que Adán fue creado fuera del jardín del Edén, formado de la tierra misma y luego colocado en el huerto, enfatizando su origen de una tierra indomable o salvaje.

Sin embargo, pronto declara: No es bueno que el hombre esté solo. Génesis 2:18. La mayoría de las traducciones describen a Eva como “ayuda adecuada” para Adán, pero la frase hebrea ezer kenegdo implica algo más poderoso: “Ezer”, en la Biblia hebrea, tiene una connotación de intervención activa, a menudo en contextos militares, y se usa cuando Dios ayuda a Israel en batallas. Un dato curioso es que esta palabra solo se utiliza en la Biblia para referirse a Dios y a la mujer cuando fue creada. Así, Eva es presentada no solo como una compañera, sino como una aliada fuerte, capaz de enfrentar y apoyar en momentos críticos, en una relación de igualdad y desafío.

La narración de la creación es un llamado a entender la feminidad y masculinidad no como opuestos, sino como expresiones complementarias de un diseño divino que busca unidad y propósito común.

Deseos profundos que modelan el corazón

Autores como John y Stasi Eldredge describen cómo hombres y mujeres comparten anhelos profundos que trascienden las diferencias superficiales. En su obra Salvaje de Corazón y Cautivante, identifican tres deseos esenciales que definen las luchas y aspiraciones de cada uno. No significa que hombres y mujeres no puedan compartir o tener los deseos del otro, es más una cuestión de revelar la esencia de cada uno y más importante el carácter de Dios.

1. Una batalla que pelear: Los hombres anhelan una causa por la que luchar, una razón para enfrentarse a desafíos y superar obstáculos. Este deseo responde a la necesidad de sentirse valientes y poderosos, y de hacer una diferencia en el mundo. La “batalla” puede variar, desde causas personales hasta misiones más grandes, pero representa ese impulso de proteger, defender y ser parte de algo significativo.

2. Una aventura que vivir:

Este deseo refleja la necesidad de riesgo y exploración. Los hombres están diseñados para vivir experiencias que los saquen de su zona de confort y les permitan descubrir su verdadero potencial. No se trata solo de aventuras físicas, sino de un estilo de vida que desafíe y permita crecimiento continuo. La aventura simboliza la búsqueda de lo desconocido.

3. Ser conquistador:

Se refiere específicamente al deseo del hombre de conquistar el corazón de una mujer. Este anhelo refleja la necesidad de sentirse deseado y de ser visto como valioso por alguien especial. Conquistar no implica control, sino ganarse el amor y la confianza de una mujer mediante valentía, integridad y autenticidad.

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