Galera #97

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#97 · HIPPISTER












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GALERA #97 HIPPISTER • 2017 TIRADA: 10.000 ejemplares OBRA DE TAPA: Retrato tomado por Vivian Maier en Chicago en 1957.

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GALERA INTELECTUAL Y FRÍVOLA es una publicación de Identidad y Contenido S.R.L. Las opiniones de los entrevistados y los artículos no reflejan necesariamente la opinión de quienes hacen Galera Intelectual y Frívola. Se prohíbe la reproducción parcial o total del contenido publicado en esta edición. Hecho el depósito que marca la ley 11.723

ENCONTRANOS EN Mercedes Haus, Hotel Pulitzer, Dadá, Tienda Malba, Olsen, Ocampo Wellness, La Olla de Felix, Cerini, Dandy, Bruni, Hotel Faena, Florería Atlántico, Dashi, Hotel Madero, Tegui, Camarín de las Musas, Fervor, Osaka, Roho, Cucina Paradiso, Felix, Pony Line, Sucre, Proa, Voulez Bar, Aldo’s, Le Blé y Farinelli.

COLABORAN Wally Diamante, Facundo Garayalde, Hugo Horita (ilustración Columna), Kalil Llamazares (ilustraciones Filantropía), Pablo Elías (ilustración Visionario), Luciana Fabbri (fotos Oficios) y Javier Velasco (ilustración Curiosidades).

MUCHAS GRACIAS Gustavo Castagnino, Claudio Drescher María Montalembert, Marcela Peduto Cora Genusso, Marian Paolo, Jennifer Lorenzo Bianchi, Juan Izuibejeres, Brian Bigio, Diego Romero, Pablo Bernard Diego Finkelstein, Iván Finkelstein, Barbi Bertani, Bernabela Sugasti, Daniele Pinna, Oscar Fernández, Josefina Hassan, Carolina D’Elio, Rocío Estévez, Alejo Pérez Zarlenga, ConAmor.org, Verónica Stewart, Alexander Brunswig, Pedro Cahn, Alejandro Allende, Roger Zaldívar, Miguel Grinberg, Juli Sopeña, Nacho Albornoz, Nazareno Casero, Minerva Casero, Fernando Elo, Nicolás Polinori, Clemente Cancela, Emmanuel Horvilleur, María Kodama, Fernando Trocca, Violeta Urtizberea, Moria Casán, Maxi Cardaci, Gastón Deleau, Mariana Deleau y FoLa.


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20 LA NUBE #CUMULUSNIMBUS

MANIFIESTO ANTI-HIPSTER MAD MEN Fidel Castro L A B IB L I A HI P P I ST E R

Clemente Cancela Nazareno & Minerva

MIAMI

Casero

Alejando Allende Roger Zaldívar

Fernando Elo

JOAN BÁEZ

James Dean

Miguel Grinberg Miranda July

PAT O FU KS

HIPPISTER VIVIAN MAIER Generación Beatnik

Pedro Cahn



HIPPIE + HIPSTER = HIPPISTER 22 EDITORIAL JIPISTÉRICO


VOLVER 23

1974. Un puñado de escritores y artistas están en Dakota del Norte participando de la City Lights, la primera de muchas conferencias en reconocer el valor cultural del movimiento Beat. En el sentido de las agujas del reloj, partiendo del extremo superior izquierdo, tenemos a Michael McClure, Gregory Corso, Miriam Patchen, Kenneth Rexroth, Allen Ginsberg, Lawrence Ferlinghetti, Peter Orlovsky, Gary Snyder, Janie McClure, Shig Murao, una curadora ignota, luego Joanne McClure y por último un curador también ignoto.


Diego y Noel Romero se divirtieron en la fiesta de AY Not Dead. Eduardo Constantini y Lucila Radeljak disfrutaron del almuerzo HSBC First Choice. Cristiano Ratazzi y su mujer posaron cancheros en el evento de Samsung Galaxy S8.

Emmanuel Horvilleur impecable en la fiesta AY Not Dead Afrika. Isabel Macedo volteó miradas en la presentación del Samsung Galaxy S8 en Complejo Al Río.

Catarina Spinetta y Belén Chavanne fueron a conocer la nueva colección de Casa Almacén.

Luciano Cáceres charló con todos en la presentación del nuevo Samsung Galaxy.

Lee presentó la nueva colección de Urban Riders, inspirada en los ciclistas modernos.

Juliana Awada y Wally Diamante (by Rochas) conversaron un rato en el preopening de arteBA.

Scarlett Johansson deslumbró en los Tony Awards.


CIENCIAS SOCIALES 25

Dolores Trull encantada en el almuerzo de HSBC First Choice.

Marcela Kloosterboer muy sonriente en la fiesta de Samsung.

Julieta Cardinali no quiso faltar a la tercera edición de Selection by Patio Bullrich.

Franco Massini tomó unos tragos en la fiesta de AY Not Dead.

Emilia Attias, de punta en blanco en el aniversario de Bradley Bar.

Tina Fey cosechó risas en el red carpet de los Tony.

Sofía Gala bailó sin parar en la fiesta AY Not Dead Afrika.

Pato Fuks y Diego Santilli realizaron el corte de cinta de WeWork.

Kevin Spacey fue el desopilante presentador de los premios Tony.

Lucía Celasco presentó feliz su colección cápsula para Lovely Denim.

Violeta Urtizberea y Justina Bustos no pararon de bailar en la fiesta de AY Not Dead.

Después de su recital en DirecTV Arena, Diego Torres saludó a Agustina Casanovas.

Gustavo Castagnino, Bárbara Diez, Horacio Rodríguez Larreta y Alec Oxenford contentos en el stand de U-Turn en arteBA.


26 MERCI BEAUCOUP: FIDEL CASTRO

comandante

ยก gracias,

ยก



28 EL RELATO #SOYTUFAN

En Roy Spivey, publicado originalmente en The New Yorker en 2007 y traducido para Letras Libres por Daniela Franco, una mujer realiza un viaje en avión sentada junto a una celebridad y, tras compartir momentos íntimos como dejar que él le huela las axilas, siente que nunca será aburrida de nuevo. Un clásico de la excéntrica Miranda July. Me he sentado dos veces al lado de un hombre famoso en un avión. El primero fue Jason Kidd, de los Nets de Nueva Jersey. Le pregunté por qué no volaba en primera clase y me dijo que era porque su primo trabajaba para United. –¿No sería esa mayor razón para que te pongan en primera? –Está bien así –me dijo estirando las piernas en el pasillo. Ya no insistí porque, ¿qué sé yo de los pormenores que conlleva ser una celebridad deportiva? No volvimos a hablar durante el resto del vuelo. No puedo darles el nombre de la segunda persona famosa, pero les diré que es un galán de Hollywood que está casado con una joven estrella. Además, su nombre incluye la letra “V”. Es todo. No puedo decir nada más. Una pista: espías. Bueno, basta, de verdad es todo. Lo llamaré Roy Spivey, que es casi un anagrama de su nombre. Si yo fuera una persona más segura de mí misma no me hubiera propuesto para ceder mi asiento en un vuelo atestado, no me hubieran pasado a primera clase y no me hubieran sentado junto a él. Fue el premio a mi falta de voluntad. Durmió durante la primera hora y era sobrecogedor ver esa cara tan famosa parecer vulnerable y vacía. Él tenía ventani-

lla y yo pasillo, y sentía como si estuviera cuidándolo, protegiéndolo de los destellos y los paparazzi. Duerme, pequeño espía, duerme. En realidad no es pequeño, pero todos somos niños mientras dormimos. Por esta razón, siempre dejo que los hombres me vean dormida desde el principio de nuestra relación. Les hace darse cuenta de que, aunque mido 1.80, soy frágil y necesito que me cuiden. Un hombre que puede percibir la debilidad de un gigante sabe que es, en efecto, un hombre. Pronto, las mujeres pequeñas lo hacen sentir casi amanerado y, he aquí, ahora le gustan las mujeres altas. Roy Spivey se movió en su asiento, empezando a despertar. Rápidamente, cerré los ojos y luego los abrí lentamente, como si yo también hubiera estado durmiendo. Ay, pero él todavía no acababa de abrir los suyos. Cerré los míos otra vez e inmediatamente los abrí, lentamente, y él abrió los suyos lentamente y nuestras miradas se encontraron y parecía como si hubiéramos despertado de un solo sueño, el sueño de toda nuestra vida. Yo, una mujer alta y sin embargo ordinaria; él, un extraordinario espía, pero no de verdad, solo un actor, pero no de verdad, solo un hombre, quizás incluso solo un niño. Ese es el otro efecto que tiene mi altura en los hombres, el más común: me convierto en su madre. Hablamos incesantemente durante las siguientes dos horas, con ese tipo de conversación que trata específicamente de todo. Me

contó detalles de su esposa, la bellísima M. ¿Quién hubiese pensado que era tan atormentada? –Claro, todo lo que sale en los tabloides es verdad. –¿Ah, sí? –Sí, especialmente lo de sus problemas con la comida. –¿Y lo de las infidelidades? –No, no lo de las infidelidades, claro que no. No puedes creer lo que lees en los bloides. –¿Bloides? –Los llamamos bloides. O tabs. Cuando sirvieron la comida fue como si estuviéramos desayunando juntos en la cama y cuando me levanté para ir al baño bromeó: “¡Me abandonas!” Y yo dije: “¡Volveré!” Mientras caminaba por el pasillo, muchos de los pasajeros me miraban fijamente, especialmente las mujeres. Los rumores se extendían con rapidez en este pequeño pueblo volador. Quizá hasta había algunos reporteros de los bloides en el vuelo. Había lectores de bloides, eso seguro.


¿Habíamos hablado demasiado alto? A mí me habría parecido que susurrábamos. Sentada en la taza, me miré en el espejo preguntándome si sería yo la persona más insulsa con la que él había hablado. Me quité la blusa y traté de lavarme debajo de los brazos, algo que realmente no es posible en un baño tan pequeño. Me eché agua con las manos en las axilas y acabó sobre mi falda. Estaba hecha de esa tela que se vuelve mucho más oscura al mojarse. Vaya lío en que me había metido. Reaccioné rápidamente: me quité la falda, la empapé en el lavabo, la exprimí y volví a ponérmela. La alisé con las manos. Listo. Había quedado toda entera en un tono más oscuro. Caminé de vuelta por el pasillo, teniendo cuidado de no rozar a nadie con mi falda oscura. Cuando Roy Spivey me vio, gritó: “¡Has vuelto!” Me reí, y dijo: “¿Qué le ha pasado a tu falda?” Me senté y le expliqué toda la historia, empezando con lo de las axilas. Me escuchó atentamente hasta que terminé.

Se inclinó hacia mí y puso su nariz contra mi blusa.

–¿No te caigo bien? –Huele mal. –Sí, claro. –Ah. Bueno, traté de lavarla. –¿Es porque soy famoso? Pero ahora ya estaba de pie, había pasado por encima de mí hasta el pasillo y revolvía el compartimento superior. Volvió a su asiento, dramáticamente, con una botella con atomizador en la mano. –Es Febreze. –Ah sí, había oído hablar de él. –Se seca en segundos, eliminando los olores. Levanta los brazos. Levanté los brazos y él con mucha concentración aplicó tres chisguetes de Febreze bajo cada manga. –Es mejor si mantienes los brazos extendidos mientras se seca.

–Puedo olerlas y decirte.

Los mantuve extendidos. Un brazo abierto hacia el pasillo y el otro cruzándole el pecho, con la mano apoyada contra la ventana. De esta manera quedó en evidencia lo alta que era. Solo una mujer muy alta podría asumir tal envergadura. Contempló durante un momento mi brazo frente a su pecho, luego gruñó y lo mordió. Entonces se rió. Yo me reí también, pero no entendí de qué se trataba esto de morderme el brazo.

–No.

–¿Y eso qué fue?

–No hay problema, así es en el mundo del espectáculo. –¿En serio?

–Eso quiere decir que me caes bien.

–Sí, a ver…

–¿Quieres morderme?

–Bueno, y al final, ¿te pudiste lavar las axilas? –No. –¿Te huelen? –Creo que sí.

–No.

–De acuerdo.

–No. –El hecho de ser famoso no significa que no necesite lo que todos los demás necesitan. Anda, muérdeme donde sea. Muérdeme el hombro. Deslizó un poco su chaqueta, desabrochó los primeros botones de su camisa y la echó hacia atrás, dejando expuesto su gran hombro bronceado. Me incliné hacia él y muy rápidamente lo mordí apenas, y entonces cogí mi catálogo SkyMall y empecé a leerlo. Un minuto después volvió a vestirse y lentamente cogió su ejemplar de SkyMall. Estuvimos leyendo así durante una media hora. Durante ese tiempo tuve cuidado de no pensar en mi vida. Mi vida estaba muy por debajo de nosotros, en un conjunto de apartamentos de un estuco rosa-naranjilla, y me parecía ahora como si no tuviera que volver nunca a ella. Sentía el cosquilleo de la sal de su hombro en la punta de mi lengua. Quizá nunca más me quedaría inmóvil en medio de mi sala preguntándome qué hacer. Algunas veces llegué a quedarme ahí parada hasta dos horas, incapaz de generar suficiente energía como para comer, salir, limpiar o dormir. Es poco probable que alguien que acababa de morder a una celebridad y ser mordida por ella tuviera este tipo de problemas. Leí sobre aspiradoras diseñadas para succionar insectos en el aire. Examiné toalleros que se calientan solos y rocas falsas que pueden esconder una llave. Empezábamos


30 EL RELATO el descenso. Ajustamos nuestros respaldos y bandejas. Inesperadamente, Roy Spivey se volvió hacia mí y dijo: “Hola.”

desvanecido y mis padres seguían ahí. Ahora estaba cada vez menos dispuesta a matarlos por cualquiera; de hecho, me preocupaba su salud. Sin embargo, en este caso, tendría que decir que sí. Sí lo haría.

–También yo.

sensación cálida y sencilla. Nada malo podría pasarme mientras estuviéramos cogidos de la mano, y cuando me soltara tendría el número que terminaba en cuatro. Había querido un número como este toda mi vida. El avión aterrizó graciosamente, como una línea que se dibuja fácilmente. Me ayudó a bajar mi maleta del compartimento; me pareció algo obscenamente cotidiano.

–Voy a escribirte un número y quiero que lo protejas con tu vida.

–Mi gente estará esperándome afuera, así que no podré despedirme como se debe.

–Bueno.

–Lo sé. No importa.

– Si este número cae en manos equivocadas, tendré que pedir a alguien que lo cambie y eso será un problemón.

–Sí, de verdad importa. Es una farsa.

–Bueno.

–Mira, esto es lo que voy a hacer. Justo antes de que salgas del aeropuerto iré hacia ti y te diré: “¿trabaja aquí?”

Intenté no buscarlo en el área de entrega de equipaje. Él me encontraría antes de irse. Fui al baño. Recogí mi maleta. Bebí agua de la fuente. Vi cómo se peleaban unos niños. Por último, arrastré la mirada sobre la multitud. Todos y cada uno de ellos eran otro, ninguno él. Pero todos sabían su nombre. Los que tenían talento para el dibujo podrían haberlo dibujado de memoria, y el resto podría ciertamente describirlo, si tuvieran que hacerlo para, digamos, una persona ciega. El ciego sería la única persona que no sabría cómo era. E incluso el ciego sabría el nombre de su esposa, y algunos de ellos sabrían el nombre de la boutique en la que ella había comprado esa camiseta color lavanda con mini-shorts a juego. Roy Spivey estaba en todas partes y en ninguna. Alguien me tocó en el hombro.

–Hola –dije. –Oye, lo pasé muy bien contigo.

Escribió el número en una hoja del catálogo SkyMall, la arrancó y la puso en mi mano presionándola contra mi palma. –Este es el número personal de la niñera de mis hijos. Las únicas personas que llaman a este número son su novio y su hijo. Así que siempre responderá. Siempre podrás contactarla. Y ella sabrá en dónde estoy.

–Pero lo entiendo.

–No, está bien. De verdad lo entiendo. –No, esto es importante para mí. Te diré: “¿trabajas aquí?” Y entonces dices tu parte.

Descendimos por el túnel entre el avión y la vida real, y entonces, sin ni siquiera una mirada, se alejó de mí.

–¿Cuál es mi parte? –Perdone, ¿trabaja aquí? –Dices “no”.

Miré el número. –Bueno. –Le falta un dígito. –Lo sé, ese último número quiero que solo lo memorices, ¿de acuerdo?

–Y sabré lo que quieres decir. Sabremos el significado secreto. –Bueno.

–Bueno. –Es el cuatro. Giramos la cara hacia el frente del avión y Roy Spivey cogió delicadamente mi mano. Todavía sostenía la hoja con el número en ella, así que la sostuvo conmigo. Fue una

Nos miramos a los ojos de una manera que significaba que nada importaba tanto como nosotros dos. Me pregunté si mataría a mis padres para salvarlo, una pregunta que he venido haciéndome desde que tenía quince años. La respuesta solía ser siempre sí. Pero con el tiempo todos aquellos chicos se habían

Era él. Excepto que no era él, porque no había voz en sus ojos; sus ojos estaban mudos. Actuaba. Dije mi frase. –No. Una empleada del aeropuerto bastante joven apareció a mi lado: –Yo trabajo aquí. Yo puedo ayudarlo –dijo entusiasta. Durante una fracción de segundo, él hizo una pausa y luego dijo: “Estupendo.” Esperé a ver qué se le ocurría ahora, pero la empleada


me fulminó con la mirada, como si estuviera entrometiéndome, y luego torció los ojos con fastidio, como si estuviera protegiéndolo de gente como yo. Quería gritar “¡era una clave, tenía un significado secreto!” Pero sabía lo que parecería, así que me hice a un lado. Esa noche me encontré inmóvil en medio de la sala. Había hecho la cena y me la había comido, y entonces se me ocurrió una idea: quizá podía limpiar la casa. Iba por la escoba y me detuve de repente, coqueteando con el vacío en el centro de la habitación. Quería saber si podía empezar de nuevo. Pero, por supuesto, conocía la respuesta. Cuanto más tiempo me quedara allí, más tiempo tendría que quedarme. Era intrincado y exponencial. Parecía que no estaba haciendo nada, pero en realidad estaba tan ocupada como un físico o un político. Planeaba estratégicamente mi próximo movimiento. Que mi próximo movimiento fuera siempre no moverme no facilitaba las cosas. Renuncié a la idea de limpiar y espere solo poder acostarme a una hora razonable. Pensé en Roy Spivey en la cama con M. Y entonces recordé el número. Lo saqué de mi bolsillo. Lo había escrito encima de una foto de cortinas rosadas. Estaban hechas de una tela diseñada originalmente para los transbordadores espaciales; cambiaban de densidad en reacción a las fluctuaciones de la luz y el calor. Vocalicé en silencio todos los números y entonces dije el último en voz alta. “Cuatro.” Me pareció arriesgado e ilícito. Grité: “¡CUATRO!” Y caminé con facilidad hacia la habitación. Me puse el camisón, me lavé los dientes y me fui a la cama. En el transcurso de mi vida he usado ese número muchas veces. No el número de teléfono, solo el cuatro. Cuando acababa de conocer a mi esposo, solía susurrar “cuatro” mientras teníamos relaciones, porque me dolía mucho. Entonces supe de una pequeña

operación que podía hacer para ampliarme. Susurré “cuatro” cuando mi padre murió de cáncer de pulmón. Cuando mi hija se metió en problemas haciendo solo Dios sabe qué en México, me dije “cuatro” mientras le daba el número de mi tarjeta de crédito por teléfono. Era algo confuso pensar en un número y decir otro. Mi esposo se burla de mi número de la suerte, pero nunca le he contado de Roy. No debe subestimarse la capacidad de un hombre para sentirse amenazado. No hace falta ser una belleza para que los hombres acaben peleándose por ti. En mi reunión de ex-alumnos del bachillerato le señalé a un profesor que me gustaba, y al final de la noche ya estaban peleándose en el estacionamiento del hotel. Mi esposo dijo que había sido por un tema de racismo, pero yo lo tenía claro. Es mejor no decir algunas cosas. Esta mañana estaba limpiando mi joyero cuando encontré una hojita de papel con una foto de cortinas rosadas. Pensé que la había perdido hacía mucho, pero no, ahí estaba, doblada debajo de un clavel seco y algunos brazaletes de tan pesados poco prácticos. No había susurrado “cuatro” en años. Ahora, el concepto de suerte me fastidiaba un poco, como Navidad cuando no se está de humor. De pie junto a la ventana, examiné la escritura de Roy Spivey a la luz. Ahora era más viejo –todos lo éramos– pero seguía trabajando. Tenía su propio programa en la tele. Ya no era un espía; hacía de padre de doce niños traviesos. Se me ocurrió que no había entendido nada. Él había querido que lo llamara. Miré hacia afuera por la ventana; mi esposo estaba en la entrada, aspirando a fondo el coche. Me senté en la cama con el número en mi regazo y el teléfono en las manos. Marqué todos los números, incluyendo el invisible que me había guiado a través de mi vida adulta. Ya no estaba disponible. Claro que no. Era absurdo por mi parte haber pensado que seguiría siendo el número privado de

su niñera. Los hijos de Roy Spivey habían crecido desde entonces. La niñera probablemente trabajaba para alguien más, o quizá le había ido bien y se había pagado la escuela de enfermería o negocios. Bien por ella. Volví a mirar el número y me invadió una gran oleada de pérdida. Ya era demasiado tarde, había dejado pasar mucho tiempo. Escuché el ruido de los tapetes del coche que mi esposo sacudía contra el suelo. Nuestro vetusto gato se restregó contra mis piernas, pidiendo comida. Pero no era capaz de levantarme. Pasaron minutos, casi una hora. Estaba empezando a oscurecer. Mi esposo estaba abajo preparando un trago y yo estaba a punto de levantarme. Los grillos chirriaban en el jardín y yo estaba a punto de levantarme.



LA COLUMNA 33

PRIMAVERA BEAT En su libro Memoria de los ritos paralelos (Diario de Nueva York, 1964), editado por la editorial Caja Negra hace algunos años, el escritor, poeta y periodista Miguel Grinberg rememora épocas en las que los conceptos de hipster y de hippie flotaban en el aire y teñían la visión del mundo de toda una generación. Comparte en esta edición reflexiones sobre aquellos tiempos. Los hippies brotaron colectivamente en Nueva York a mediados de 1964, un verano inolvidable. Tuve acceso a esa eclosión multicolor de primera mano, pues formé parte de los poetas beat que constituyeron la masa crítica de aquella multitud de seres iluminados.

ILUSTRACIÓN: HUGO HORITA.

Le debo ese privilegio a mi amistad con el poeta Allen Ginsberg, con quien establecí primero un nexo por correo a partir de 1959, desde Buenos Aires. Yo editaba una revista contracultural llamada Eco Contemporáneo, que me abrió las puertas de la vanguardia «neo-social» de Estados Unidos, donde viví casi todo el año 1964. Llegué a una Nueva York vibrante donde en los cafés del bohemio barrio Greenwich Village vibraban dos latitudes contiguas: por un lado la beatlemanía, por el otro la onda folk inaugurada por Bob Dylan y su segundo disco que contenía “Blowing in the Wind”, un himno generacional. Me instalé en el departamento de mi amigo Zito y su esposa Mary, en el lado Este del barrio, donde la gente de ropajes multicolores y pelo larguísimo era mayoría. Todas las mañanas yo iba a tomar sol a la plaza cercana, Tompkins Square; un día de junio irrumpió en la escena, sonriente y como iluminado, un adolescente portando un gran manojo de globos coloridos, que repartía a todo el que los aceptara. Decía en voz alta todo el tiempo: “¡Hoy es el día del globo!”. Y solo pedía que lo soltásemos cuando el reloj de la iglesia diera la última campanada del mediodía. Até el mío al cordón de la zapatilla y seguí leyendo una novela de Jack Kerouac. A las 12 en punto solté mi globo verde: ¡Oh maravilla! El cielo del barrio se llenó de globos ascendentes.

Todos los lunes por la noche, en la vereda del Café Le Metro de la Segunda Avenida los poetas se reunían para leer sus versos; fui uno de ellos. Ginsberg me presentó a los promotores. Casi todo el tiempo había inauguraciones de artes plásticas en las galerías de la zona, y los fines de semana la plaza Washington se llenaba de folk-singers y patinadores. Trabé amistad con el poeta negro LeRoi Jones y pasé horas en su casa escuchando sus discos de jazz moderno, en especial los de John Coltrane. Se discutía la revolución cubana, el naciente movimiento no violento por los derechos civiles de la gente negra, la censura municipal a los cafés donde se proyectaba cine de vanguardia –el New American Cinema–, las bases de un sindicato de la prensa alternativa… un gigantesco torbellino de resistencia civil que en agosto inauguraría en San Francisco la resistencia contra la guerra de Vietnam. La vieja guardia intelectual de los años 50 (la de los beats y los hipsters) iba dejando campo libre a los nuevos músicos de rock que crearían la generación de Woodstock. Las pequeñas sesiones de poesía libre se agrandaron para convertirse en masivos conciertos al aire libre. Todo eso latía ya en las calles de San Francisco y Los Ángeles y en el campus de la universidad de California, con un incipiente movimiento de comunas hippies intencionales, de prensa libre y de cooperativas de consumo. Una generación lúcida e indómita en acción.


34 LA FRASE: JAMES DEAN

“Tratás de ser vos mismo, de hacer sólo lo que siempre hiciste y te gusta hacer, e inmediatamente te etiquetan como excéntrico”.


ÁRBOL GENEALÓGICO 35

PANTALONES DE ABUELO

Tiro alto, holgados, muy pero muuuuy noventosos. No serán los que mejor calzan, pero quienes los usan aseguran que son tan cómodos como se los ve.

CHOKER

Si de 90 hablamos, no dejemos afuera este clásico con el que las marcas revivieron y reversionaron aquella gargantilla ajustadísima que simulaba un tatuaje en el cuello. Tampoco abusar, eh.

HOMBRERAS

Nadie lo hubiera creído, pero sí, volvieron las hombreras. De repente nuestras abuelas están más a tope que nosotros (eviten la naftalina por favor).

CAMISAS CHILLONAS

Suelen ser gigantes y las usan tanto hombres como mujeres; se caracterizan por tener motivos llamativísimos y coloridos (y telas medio sospechosas).

MEDIAS DE RED

Desde las jóvenes campesinas de las fábulas de Esopo hasta las primeras vedettes, pasando por la movida punk y por Madonna, las medias de red pisaron muy fuerte. Ahora volvieron con todo.

ZAPATOS DE COLEGIO

Para mujer, las guillerminas; la versión masculina creemos que no tiene nombre, pero seguro saben de qué tamangos hablamos. Van con todo y en todos: con sunga o con pata de elefante.

Nueve regresos inesperados

JARDINEROS

Si no tuviste un overol cuando eras chico, no tuviste infancia. Comprate uno y recordá buenos tiempos. Una marca mítica: Osh Kosh, por ejemplo.

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La brillantina volvió con tanto vigor, que la usan hasta para decorar... ¡barbas y melenas! En el mundo del maquillaje es furor para delineados, sombras, pestañas, rouges y cremas.

JEAN CON JEAN

La campera de jean nunca venció; fue formal, símbolo de rebeldía y hasta un clásico hippie. Hoy se usa combinada con otras pilchas del mismo material y es cancherísimo.



@CASERONAZARENO @MINERVA.CASERO DE LA GALERA 37 ¿Cuál es vuestro estado mental más frecuente? N: En ascuas, exaltado, buscando la tranquilidad. M: Caórdico. ¿Qué los hace desternillarse de risa? Cosas de internet, como los videos de fails de animales y sobre todo los memes. El fantástico mundo de internet y sus ocurrencias. Si pudieran cambiarse el nombre, ¿cuál elegirían? Roberto Ulises Mattioli. Me encanta mi nombre y no lo cambiaría, pero si tuviera que elegir, elegiría alguno en el que predominen las vocales. ¿Cuál es su objeto predilecto? Los relojes, porque en todos pasa el tiempo por igual, tanto en los caros como en los baratos, y sólo son una manera de medir algo que es casi efímero. La cama, ¿está muy mal? ¿Qué es lo más hippie y lo más hipster en sus vidas? Lo más hippie es la barba, y lo más hipster son mis gafas de sol. Tengo un ukelele que intervine con mis dibujos, creo que entra en ambas categorías. ¿Cuál es su cable a tierra? Tirarme en la cama con el perro –o con algún perro, o gato, o animal– y perder un ratito de tiempo. La tierra misma, el pasto y los abrazos. ¿Cuál es su puteada favorita? “La concha bien de tu madre, bobo”. Aplica a objetos, situaciones o a mí mismo. “La concha del mono”. ¿Qué canción detestan? Las que pasan de ser canciones normales a ser temas de cancha o de un partido político se llevan mi odio casi automático, me producen mucha tristeza, me hacen mucho mal. Por alguna razón el feliz cumpleaños; lo canto de compromiso y con fiaca.

¿Qué les gustaría saber hacer con sus propias manos? Oro del barro, es decir, tendría que aprender a hacer una huerta y con eso ya estaría empezando. Esos bailes de manos que son impresionantes. ¿Cuál es la moda que nunca entendieron? Cualquiera que sea incómoda. No poder caminar tranquilo, no poder moverse con libertad por una moda… no puedo comprender por qué alguien se haría eso. Las Crocs y los collares gigantes de cadena ancha de bijoux. ¿Qué misterio les gustaría resolver? Claramente el de quién se ha tomado todo el vino. El de si efectivamente hay vida en otros planetas. ¿Qué prenda de ropa jamás usarían? Un pantalón pata de elefante. Hice el intento y no puedo, no puedo, no puedo, no puedo. Carteras bandoleras, me parecen muy horrorosas. ¿Cuál es su mayor TOC? Apagar las luces y cerrar las canillas. Lo hago casi sin pensarlo, no puedo evitarlo. Tener prolijas las uñas. También enloquezco cuando oigo un sonido repetitivo y constante, como una alarma o alguien que hace ruido con las manos en la mesa, intentando imitar un ritmo. ¿Una palabra para describirse entre ustedes? Rulos y belleza. Audaz. Si fueran magos, ¿qué sacarían de la galera? Perritos, gatitos, conejos y palomas; los abrazaría tanto, tanto, tanto, que tal vez se morirían. Paciencia.


38 CAPTURAS

Machete en mano, nos hicimos paso entre las tupidas barbas y los largos cabellos que surcan la red para recuperar y traerles estas capturas.

El peligro es inminente: latas de crema de afeitar y máquinas para el mismo propósito se encuentran desparramadas por todo el lugar. Cualquier contacto con ellas resultará tremendamente nocivo para nuestra gloriosa barba, y letal para nuestra cancherez. El formato del juego para celular Will it Beard es el de cualquier simple juego de arcade y consiste en evitar trampas anti-hipsters mientras el personaje barbudo corre y salta por las praderas. Este juego es entretenidisímo y probablemente genere adicción y amor incondicional hacia las barbas en más de un usuario. Descargar: Will it Beard

Instagram está plagado de fotos de muchachos claramente citadinos vistiendo camisas de leñador aunque nunca hayan talado un árbol en su vida. Plagado. No teman: nosotros encontramos, para vuestro deleite, la cuenta de un sujeto de similares características pero con una honestidad refrescante. Conozcan a Manny the Selfie Cat y a toda su cuadrúpeda pandilla. Manny se la pasa sacándose desopilantes selfies en el bosque; por algún motivo, cuando él saca la lengua no irrita tanto como cuando lo hace un adolescente. Manny posa como un chico malo en la nieve, anda en patineta, y es amigo de dos Rottweilers y de Weirdbeard the Kitten; es, en resumen, un sinónimo de prosperidad. Seguir: @yoremahm


Austin Kleon es uno de los muchos hipsters con barba y anteojos de marco grueso que han invadido la ciudad tejana de Austin. Bajo ese estereotípico disfraz yace sin embargo un autor y artista que, además de llevar el hipsterismo al extremo de vivir en la ciudad que lleva su nombre, edita un newsletter semanal donde recomienda diez cosas de la web. Sus sugerencias van desde segmentos del diario de Andy Warhol hasta un gif ilustrando el peculiar movimiento de brazo que hace un pitcher de baseball, pasando por documentales musicales y citas sobre el arte y la creatividad. Cuenta, además, con decenas de ilustraciones de su autoría. Recomendamos su tira cómica de Brian Eno comparando al arte con el juego. Suscribirse: Austin Kleon Newsletter

Seamos sinceros: el hippismo no parece haber triunfado. Sigue habiendo guerras, la marihuana todavía es ilegal en muchos lugares y el poliamor, aunque gana terreno, está lejos de derrotar a la monogamia como el modo normativo de vincularse. En un mundo tan hostil, este video les trae una solución, con trucos para el día a día que pueden significar un pequeño gran ataque contra el sistema. Abajo con el desodorante: a pasarse limones por las axilas se ha dicho. Comprar Raid es para capitalistas bélicos; basta con mezclar aceite, agua y detergente para matar a los bichos que se comen las flores de nuestros cabellos. Un manual perfecto para ser hippie desde un dos ambientes en Palermo. Mirar: “Life hacks every hippie should know”


40 PRODE

GALERAGALERA

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CLEMENTE CANCELA PRODE GALERA #97 L

E

V

CLÁSICO

MODERNO

NORTE

SUR

FRITO

HERVIDO

BATMAN

ROBIN

WANDA

ZAIRA

PALETA

TEJO

PARADO

ACOSTADO

SLIP

BOXER

VELERO

MOTORHOME


TOP CINCO RESIDENTE 41

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MOCHILAS NIPONAS

Se presentó Kyoto, la nueva colección cápsula de Prüne diseñada por Juana Farrell. Tiene como protagonista a una mochila de cuero color burgundy, visón y negro con una trama de flores. La línea se completa con sneakers negros y billeteras, conformando un look que remite a lo mejor de la cultura japonesa.

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¡GRANDE, ARIANA!

Aunque después del fatídico atentado en Manchester circularon rumores de cancelación de su gira Dangerous Woman Tour, finalmente Ariana Grande desembarcará en Argentina para dar un movidísimo show en el estadio DirecTV Arena, el 5 de julio.

UNOS COMPASES EN EL BAR

El ciclo Música en Bares Notables, organizado por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, presenta una fabulosa oportunidad para recorrer la ciudad escuchando tango, folclore y jazz en atmósferas que nos transportan al pasado. A lo largo de junio habrá pequeños conciertos en lugares como El Colonial, El Gato Negro, Celta Bar y Los 36 Billares. La entrada es gratarola.

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JT EN RECOLETA

Después del éxito de Brilla Crespo, Jessica Trosman vuelve a Recoleta con la apertura de su segunda tienda, ubicada en Posadas 1317. El local, diseñado por Pablo Carracedo, fusiona la vidriera con la calle mediante un desnivel arquitectónico que imprime carácter a la ya fuerte personalidad de la marca.

PREPAREN BROCHAS

Casa FOA decidió ponerle onda a la fachada de su nueva sede de la Av. Luis María Campos, y para esto organizó un concurso de muralistas que busca fomentar, reconocer, difundir y premiar la creatividad y el arte urbano. Aceptan propuestas hasta el 14 de julio.


42 VISIONARIA: JOAN BÁEZ

¡ESCANEÁ LA PÁGINA PARA ESCUCHAR A JOAN BAEZ!


Joan “Chandos” Báez nació en Staten Island, Nueva York, en enero de 1941. Padre mexicano, médico; madre escocesa, profesora de literatura; hermanas, dos. Una trotamundos, de niña vivió en Estados Unidos, Inglaterra, Francia, Suiza, España, Canadá e Irak. Con 20 años se convirtió en la reina del folk: su potente y aguda voz de vibrato controladísimo, irrigada por letras con matices de justicia social, la tornaron una referente de la época. Se opuso a la intervención de su país en Vietnam y luchó incansablemente contra la discriminación racial y sexual (su activismo político le costó, de hecho, varias estadías en la cárcel). Quien alguna vez dijo “amor significa, ante todo y sobre todo, respeto” compartió con un joven y casi anónimo Robert Allen Zimmerman (a.k.a. Bob Dylan) un amorío que duró 730 días. En marzo de 1968 se casó con David Harris y con él tuvo a su único hijo, Gabriel. A principios de los 80 mantuvo un romance fugaz con Steve Jobs. Hoy, con 76 años, el pelo corto y canoso, su onda tan hippister y 32 discos en las alforjas, sigue aterciopelando los oídos.


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Club de caballeros

Oficios ¡ESCANEÁ LA PÁGINA PARA ESCUCHAR A FERNANDO!


@SALONBERLIN OFICIOS: BARBERO 45

De barba cuidadosamente tusada, con algunas canas distintivas y ningún pelo fuera de lugar, Fernando Elo se dedica desde hace casi tres décadas al mundo capilar masculino. Conversamos con él en Salón Berlín, lugar del que es fundador y dueño, sobre el tupido universo de la barbería. Texto: Verónica Stewart. Fotos: Luciana Fabbri.

¿Cómo decidiste que querías ser barbero?

Jugué al fútbol hasta los 15 años más o menos. Cuando dejé, mi papá me preguntó qué sabía hacer porque insistía con que debía trabajar de algo. Alrededor de esa edad empecé a cortarles el pelo a mis compañeros de escuela; en esa época no había buenos peluqueros, así que nos lo cortábamos entre nosotros. Entonces mi viejo me pagó un curso de peluquería. Aunque aprendí cosas muy básicas y duré cinco meses, eso me cambió la vida. La sensación de placer que tengo hoy al venir a trabajar es la misma de aquel momento. Es un oficio que permite creatividad, lo cual también me motivó a seguir este camino.

¿De qué manera definirías tu estilo de trabajo?

A no ser que el cliente pida un tipo de barba especial, la afeitada pasa por una cuestión más bien técnica. Consiste simplemente en sacar todos los pelos que no van, por lo que no requiere de mucha interpretación. Relacionado con el corte de pelo, lo que creo que me caracteriza es darme cuenta de lo que tengo que hacer con cada persona. Después “tengo” que hacerlo, pero me parece que el gesto más creativo es el de la interpretación: o sea, decidir qué voy a hacer con esos pelos, con esa cara, con esa vestimenta. Por más que el cliente quiera una cosa o la otra, a la larga será como me parece a mí porque es justamente esa mirada la razón por la que me vienen a ver.

¿Cómo afeitan en Salón Berlín?

Primero ponemos toallas calientes y después espuma de afeitar con brocha, seguido de una navaja de filo descartable. Luego pasamos una piedra alumbre, que es el primer after-shave que existió y, por ende, es natural. Para terminar colocamos una toalla fría. Si bien hice muchas afeitadas y manejo bien la técnica, con cada una me concentro muchísimo. Una distracción puede hacer que cometas un accidente y le cortes la aorta a alguien. La persona que se afeita también entra en otra frecuencia. Por más que esté acelerada o que no tenga tiempo para nada en su día a día, éste es un momento en el que realmente se desconecta. El instante en el que afeito es tan importante para el cliente como para mí.


Ese riesgo debe generar un vínculo de mucha confianza.

Totalmente. La confianza que tiene el cliente cuando te dice que le hagas lo que te parezca en el pelo es muy parecida a la que tiene a la hora de afeitarse. De todo lo que hago, es lo que más disfruto; me gusta que el cliente sienta todo lo que pongo de mí en el trabajo y la adrenalina que siento al hacerlo. Por nuestra parte, tenemos que ofrecer un buen servicio porque para el cliente es mucho más fácil agarrar una Gillette y afeitarse en su casa. Antes era muy común que un hombre le pasara la navaja a su hijo y él, al suyo. Con la llegada de la máquina de afeitar, se perdió tanto eso como todo este ritual que nosotros rescatamos. Lo que me gusta de hacer esto es que, a pesar de que hoy estamos todos apurados, acá los clientes vienen sabiendo que van a pasar mucho tiempo en la silla.

¿Cuál es el concepto detrás de esta peluquería?

Te transporta un poco a lo que sentían los viejos hombres cuando iban a la barbería hace décadas: escuchaban música, fumaban un habano, charlaban de fútbol… Eso es lo que proponemos. También respetamos a los viejos barberos y peluqueros que se deslomaron durante toda la vida trabajando en lugares que con el tiempo fueron cerrando. Me parecía que estaba bueno reivindicar eso, siempre entendiendo que ahora era mi turno.

¿Recibiste ayuda para ambientar el lugar?

Está repleto de cosas que compré, que encontré o que me regalaron. Entre las brochas, por ejemplo, está la de mi viejo, y detrás hay una maquinita de afeitar que era del padre de Luis Novaresio, que me la regaló porque sentía que debía estar acá. Los clientes se sienten parte y una de las maneras de mostrarlo es dejando cosas propias o de sus seres queridos. Hay clientes que traen fotos de su familia para verlas cada vez que vienen. Una vez, vino un tipo y me regaló así, sin más, un lavatorio, un estante para las toallas y un espejo gigante: están en mi despacho. La mitad de los vinilos que tengo son regalados. Pienso entonces que algo bien estaremos haciendo porque la gente siente que pertenece al lugar sin la necesidad de tener una tarjeta que así lo diga.

¿Y quiénes pertenecen a este club?

Los que vienen acá saben bien lo que quieren. Nos manejamos de la manera más normal y natural que existe: no atendemos a nadie apurado ni le hacemos canje a los famosos. Tampoco nos copiamos de métodos antiguos de promoción de peluquería, al estilo de “hoy vino tal”. De hecho, nos pasa que muchas veces son esas figuras reconocidas las que nos piden sacarse una foto con nosotros o nos nombran en la tele sin que lo hayamos pautado. Esa persona viene, paga y se siente tan parte del lugar, que encima quiere decir abiertamente que lo es.

Si bien hice muchas afeitadas y manejo bien la técnica, con cada una me concentro muchísimo. Una distracción puede hacer que cometas un accidente y le cortes la aorta a alguien.

¿Dónde consiguieron el barber pole que está en la entrada?

Es original de 1936. Estaba en Olleros y Libertador, donde había una barbería. Un día pasé con el auto y vi que estaba ahí, sin funcionar. Conseguí el teléfono del lugar. Me atendió una mujer y me contó que no lo vendía porque había sido de su marido. Después de un año de idas y vueltas, me dijo que lo fuera a buscar. Lo

arreglamos y ahora lo tenemos girando y en la puerta, donde tenía que estar. También soy un comprador compulsivo de sillones de barbero. No hay nada mejor que tener esos sillones y usarlos como corresponde, en vez de como un adorno. El que uso yo lo vendía una chica por Mercado Libre a $ 5.000 hace un par de años. Hoy no lo conseguís y, si llega a aparecer uno, cuesta diez veces más. Cuando se lo compré, me contó que era del abuelo, que había trabajado toda la vida en esto. Me puse en el lugar del abuelo y entendí el valor que tenía; se lo terminé pagando más caro porque no quería sentir que me había aprovechado de ella.

¿Cuál es la historia del barber pole?

Dicen que los antiguos barberos tenían tres toallas: una azul, una roja y una blanca. Usaban cada una para cosas distintas. La roja era para cosas como extracciones de muela o de algún balazo, mientras que la blanca era para cortar el pelo y la azul, para afeitar. Cuando terminaba el día, las enjuagaban y las ponían en una salamandra que colgaban afuera del local; así se volvieron características de las barberías.

¿Qué características hay que tener para ser un buen barbero?

El aspecto es muy importante. Además, hay que ser muy abierto y nutrirse muchísimo de quienes hacen bien las cosas. Acá, cuando vienen chicos nuevos, me pasa con frecuencia que los veo cortar y, cuando les sugiero que hagan algo distinto, me dicen que están haciendo cosas con nombres como “fade ultrasónico”. Lo pueden bautizar como quieran, pero ese corte tiene que quedar bien. También se trata de priorizar lo simple. De hecho, hacemos lo mismo que hacían los peluqueros en lugares como Harrods allá por 1914. Me ha pasado de tener que cortar con máquinas antiguas, manuales, por culpa de algún corte de luz. Ahí te das cuenta de lo que hacían esos tipos, que no contaban con aparatos eléctricos. Nunca se hizo nada por toda esa gente. Es una etapa que pasó medio desapercibida y yo creo que hay que destacar y respetar ese laburo gracias al cual hoy estemos acá. Nosotros, de hecho, no inventamos nada, sino que actualizamos un poco la barbería tradicional.


¿Cómo se cuida una barba?

Hay muchos tipos de barba. Algunas son bien cortas, otras bien largas, y cada una tiene cuidados distintos. Cuando es muy larga, llega un momento en el que no hay que hacerle mucho más que ponerle productos para que caiga bien para abajo. Con los bigotes pasa algo similar: es cuestión de recortar lo suficiente para poder comer y ya. Después están los hombres con barbas de un largo intermedio, que requieren un poco más de cuidado para mantener la forma y que quede más chato a los costados. Siempre hay que lavarla con el mismo shampú que se usa para el pelo y es conveniente usar productos. Hace un tiempo que estamos trabajando en Berlín Genuino, una línea de productos para el pelo y la barba. Siete años atrás no había tanta

gente con buenas barbas porque tampoco había barberos que la supieran cuidar. Con este resurgir de la barbería tradicional, se ve mucha más gente dejándose la barba.

Existe un arquetipo de masculinidad relacionado con la barba. ¿Qué tiene de viril el pelo en la cara?

En parte, es una cuestión de personalidad. La barba le da otro carácter a la persona; cuanto más larga es, más respeto impone. Seguramente haya un estudio sobre las barbas que indique porqué los dioses las usaban, pero la tengo muy clara. Es curioso cómo sucede lo mismo con los bigotes en los militares, donde el espécimen depende su rango en el ejército. En mi caso, sé

que sin barba me veo más limpio y más joven, pero no me gusta nada como luzco.

Al Salón Berlín se lo suele llamar un salón de caballeros. ¿Cómo se define un caballero?

El respeto es una de sus características principales y es algo que ponemos en práctica todo el tiempo. Se trata de alguien que se hace tiempo para sí y para estar en un lugar como este. No veo a los caballeros como eran antiguamente: si hoy veo a un tipo con galera, moño y bastón bajándose de un carruaje, me va a parecer un extraterrestre. Un hombre puede ser un caballero y no estar tan empilchado porque es un título que se relaciona con sus valores.


La energía que irradia todo 48 FILANTROPÍA

¿Cuál es la mejor forma de ayudar? Si bien se nos ocurre más de una respuesta, decidimos llevar la pregunta a tres especialistas de la asistencia al prójimo a quienes, de paso, les pedimos que definieran el concepto de solidaridad. Ilustraciones: Kalil Llamazares.

Pedro Cahn Presidente de Fundación Huésped Además de presidir la fundación desde 1988, fue Presidente de la Sociedad Internacional de Sida (IAS) entre 2006 y 2008, y es ex jefe y actual Consultor de la División Infectología del Hospital Juan A. Fernández. Participa en grupos de trabajo internacionales y conferencias de VIH/sida desde 1989, y es Ciudadano Ilustre de la Ciudad de Buenos Aires. Pueden contribuir con Fundación Huesped entrando a www.dona.huesped.org.ar.

¿Cómo definirías la solidaridad? La solidaridad puede definirse desde la empatía. Es ponerse en el lugar del otro y que no nos dé lo mismo que otras personas vean vulnerados sus derechos. Eso es ser solidario; es apoyar las causas de los demás aunque no sean las propias. Se trata de escuchar y poner lo mejor de uno para entender al resto, sus luchas y sus reclamos, superando los prejuicios y limitaciones propias. ¿Cuál es la mejor forma de ayudar? La mejor forma de ayudar es estar atentos a que sean respetados los derechos de todos. No ser indiferentes, involucrarnos, participar, colaborar y hacer más para que cada derecho se cumpla. La gala anual de Fundación Huésped tendrá lugar el 26 de junio.


Alejandro Allende Presidente de Fundación ALPI A los 15 años, empezó a trabajar como voluntario en la fundación que hoy preside. Con una impresionante trayectoria en el mundo de las finanzas, profesionalizó la estructura de la fundación reorganizándola por completo. Para contribuir con ALPI, institución dedicada a la rehabilitación de enfermedades neuromotoras y discapacidades motrices, basta con ingresar a www. alpi. org.ar y hacer click el botón “DONÁ”.

¿Cómo definirías la solidaridad? La solidaridad es ayudar a un ser humano; fuimos hechos para preocuparnos por nosotros y por los demás. Si lo hacemos nos sentimos bien, porque contribuimos a tener un mundo mejor. ¿Se puede vivir sin ser solidario? No. Sólo se puede vivir siendo solidario. Solidaridad viene de “solidus” y “solidus” o “sólido” viene de sol, que es lo que brinda la energía que irradia todo. Si somos solidarios somos sólidos y energéticos, es decir, tenemos más vida. ¿Cuál es la mejor forma de ayudar? Puedo decir que una buena forma de ayudar es donando a las fundaciones solidarias. En el caso de ALPI, además de hacerlo ingresando a la página, uno puede registrarse como voluntario o concurrir a la gala reservando unas entradas o una mesa. Charity Ball, la gala anual de Fundación ALPI, se llevará a cabo en septiembre.

Roger Zaldívar Presidente de Fundación Zaldívar Nieto del muy reconocido oftalmólogo del mismo nombre, Roger Zaldívar dirige junto a su padre Roberto esta fundación sin fines de lucro que brinda asistencia oftalmológica a niños y adultos que no cuentan con cobertura médica, mediante tareas de prevención, detección, diagnóstico, tratamiento clínico quirúrgico y seguimiento de patologías visuales. Pueden informarse sobre cómo hacer donaciones a la fundación en www.fundacionzaldivar.org/donar.

¿Cómo definirías la solidaridad? Es uno de los valores humanos por excelencia; en nuestro caso significa ayudar a quienes más lo necesitan, devolviéndoles la visión y dándoles una nueva oportunidad para reinsertarse en una vida plena y feliz. Nuestra misión es que todos puedan ver más allá de uno, ayudándoles a recuperar uno de los sentidos más importantes de nuestra vida, que es la vista. ¿Cuál es la mejor forma de ayudar? Pienso que la mejor forma de ayudar es ver las necesidades de las personas y poder brindarles una solución a su problema con rapidez, respeto, profesionalismo y sobre todo amor. Como me dijo un día una amiga: “mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, pueden cambiar el mundo”. La gala anual de Fundación Zaldívar se realizó el 6 de junio.



TRASTIENDA DE TAPA 51

LA BIBLIA ¿Esteoreotipos? Puede ser, pero para definir un concepto hay que arrancar por algún lado, y acá estamos hablando de una fusión de universos culturales. Cosas muy hippies, cosas muy hipster, y en el espectro hippister una serie de voces invitadas que felizmente nos quitan un poco el riesgo de parecer que nos sentimos dueños de la verdad. Si están en una encrucijada existencial, lean las siguientes páginas y opten por una filosofía de vida u otra, o, por qué no, bautícense y álcense orgullosos como hippisters.


COSAS QUE

COSAS QUE

LOS HIPPIES

LOS HIPSTERS

· The Source Family (Jodi Wille, Maria Demopoulos, 2012) · Hair (Milos Forman, 1979) · I’m Not There (Todd Haynes, 2008) · Yellow Submarine (George Dunning, Al Brodax, Robert Balser, Jack Stokes, 1968) · Almost Famous (Cameron Crowe, 2000) · The Space in Between (Marina Abramovic, 2017)

· Frances Ha (Noah Baumbach, 2013) · The Wolfpack (Crystal Moselle, 2015) · Her (Spike Jonze, 2014) · Donnie Darko (Richard Kelly, 2001) · Todo lo que hizo, hace y hará Wes Anderson. · Todo lo que hizo, hace y hará Sofía Coppola.

Películas

LA VIDEOCASETERA QUE ANDA Y SE USA ES HIPPISTER.

BUSQUEN “FREEMAGOS” EN YOTUBE.

Series

· That 70s Show (1998-2006) · Freaks and Geeks (1999-2000) · Scooby-Doo (1969-1970) · Los sónicos: una historia de rock (2011) · Vinyl (2016)

Películas

EL HIPPIE EN SERIO SIGUE ALQUILANDO DVD.

¿QUÉ TIENE DE HIPPIE Y DE HIPSTER EMMANUEL HORVILLEUR?

Series

· Portlandia (2011-) · Seinfeld (1989-1998) · Master of None (2015-) · Girls (2012-2017) · Broad City (2014-) · Bored to Death (2009-2011)

“” LO MÁS HIPPIE DEBERÍA SER MI NIÑEZ

EN EL BOLSÓN, PERO ACTUALMENTE DIRÍA QUE ES CONSUMIR AZÚCAR MASCABO. LO MÁS HIPSTER… CHARLAR CON CHICAS DE 20 ACERCA DE TWIN PEAKS.


¿QUÉ TIENE DE HIPPIE Y DE HIPSTER MIKE AMIGORENA?

COSAS QUE LOS HIPPIES

TRASTIENDA DE TAPA 53

“” LO MÁS HIPPIE: NO SABER QUÉ ES

HIPSTER. LO MÁS HIPSTER: MI CELU.

COSAS QUE EL CHARANGO ES EL UKELELE DEL HIPPIE.

Prendete uno

“Pradera”, “margarita” y “miel orgánica” no son solo nombres ideales para sus hijos; también son fragancias de sahumerios. Disponibles en tonos aromáticos como “violeta cósmico” o “amarillo sol naciente”, pertenecen en la casa de cualquier hippie que se precie de serlo. Dicen que los industriales son mejores porque los artesanales cargan la energía de quien los hace.

LOS HIPSTERS Innecesario

Está por salir al mercado una especie de walkman minimalista, llamado Elbow, que sirve para escuchar cassettes. Cassettes. Todo bien, son lindos, tienen esa cosa retro fabulosa, pero el sonido es malo, las cintas se gastan… Igual queremos uno, pero ese no es el punto. EL UKELELE ES EL CHARANGO DEL HIPSTER.

LOS ANILLOS DE COCO, ¿SIGUEN EXISTIENDO?

Dime cómo vistes y te diré quién era tu abuela ¡A hurgar entre las cajas de los abuelos en el sótano! ¡A arrasar con las ferias americanas! Nada dice “estoy en contra del opresor sistema capitalista” como usar ropa cómoda, ancha, sesentosa y con algún que otro agujerito de polilla.

¿QUÉ TIENE DE HIPPIE Y DE HIPSTER MARÍA KODAMA?

Estilo Potter

Los anteojos redondos no son solo cosa de huérfanos mágicos (que tienen el cuarto bajo las escaleras, nada más hipster que eso). A medida que el hipsterismo invade todo lo que toca, los anteojos redondos hacen un inesperado retorno al mundo de la moda óptica.

“” LO MÁS HIPPIE EN MI VIDA ES MI VIDA

MISMA, Y LO MÁS HIPSTER EN MI VIDA TAMBIÉN ES MI VIDA MISMA.


COSAS QUE

COSAS QUE

LOS HIPPIES

LOS HIPSTERS

Aprovechar mientras la luna está en Sagitario, Mercurio está retrógrado y tu vieja está en Leo para hacer cursos de astrología. Un hippie que se digne de serlo no puede ser un analfabeto astral.

Dicen que el hipster es el principal responsable del renacimiento del vermut. Unos años después del breve boom de la Hesperidina, reapareció el Cynar en las barras de centros culturales devenidos bares; hoy el Cinzano goza de una saludable popularidad, y los juleps salen como piña.

Académico

EL PAN RELLENO MÁS RICO ES EL QUE TIENE CEBOLLA Y QUESO.

Pico y pala

Comprar tomates en la verdulería de la esquina es de sucio capitalista. Nada como calzarse el enterito de jean y, disfrutando del profundo contacto con la naturaleza, sembrar nuestra propia comida con nuestras propias manos.

EL TELAR DE AHORRO ES HIPPISTER

Bebestibles

Bailando al compás

Siguiendo la línea del Club Cultural Matienzo y de Café Vinilo, los hipsters se calzan sombrero y tiradores para seguirle el paso a La Familia de Ukeleles, que toca en vivo muy seguido en distintos centros culturales de Buenos Aires. Sus cuerdas electrizantes nunca fallan.

El cuerpo en movimiento

Actividades jiponas hay un montón. El yoga con todas sus variantes está a la cabeza, pero si hay un deporte que va muy de la mano con el mate y el pan relleno, ese es el slackline, rey de parques y plazas: un elástico atado a dos árboles para cruzar y hacer piruetas con destreza y piernas fuertes.

Turismo

En su momento era El Bolsón; después surgió Cabo Polonio, en Uruguay, y más tarde Balizas porque Polonio era una careteada y tenía luz eléctrica (¿quién la necesita?). Hoy el destino charrúa es Punta del Diablo, mientras que en Argentina mantiene su vigencia San Marcos Sierras, en Córdoba, meca del hippismo y donde incluso hay un museo sobre esta filosofía de vida.

¿QUÉ TIENE DE HIPPIE Y DE HIPSTER FERNANDO TROCCA?

EL BAR SAN BERNARDO ES HIPPISTER. A la mesa comunitaria

De la mano del hábito de sacarle 15 fotos a cada plato antes de probarlo, los restaurantes están cada vez más preocupados por ser instagrameables, y abundan las propuestas de mesas y tablones compartidos, paneras tremendas y locaciones originales. El muy recomendable Proper (Aráoz 1676), por ejemplo, con su canasta de pan celestial, se ubica en lo que solía ser un taller mecánico.

“” DE HIPPIE, MI PERFUME DE PATCHU-

LI. SUPONGO QUE LA BARBA HOY ES HIPSTER, AUNQUE ME LA DEJO CRECER DESDE HACE 20 AÑOS.


TRASTIENDA DE TAPA 55

¿QUÉ TIENE DE HIPPIE Y DE HIPSTER VIOLETA URTIZBEREA?

“” LO MÁS HIPPIE ES QUE A VECES PRENDO

PALO SANTO CUANDO UN AMBIENTE ESTÁ ‘CARGADO’ Y LO ZARANDEO CON EL BRAZO TIPO EXORCISMO. Y LO MÁS HIPSTER ES UNA RIÑONERA QUE TENGO.

COSAS QUE

COSAS QUE

LOS HIPPIES

LOS HIPSTERS

Los muertos agradecidos

Aunque los integrantes de The Grateful Dead siempre aseguraron que su homónimo álbum debut de 1967 –grabado en solo cuatro días– no es tan bueno, no deberían creerles. Este oscuro disco bien podría ser la banda sonora de toda la década de los sesenta, y tuvo una marcada influencia en películas y en series de culto medio jiponas como Freaks and Geeks. Tres años más tarde grabarían American Beauty, clásico de clásicos. LA PLAYLIST “BEST HIPPIE MUSIC” EN SPOTIFY ESTÁ MUY BIEN, EH.

LA CAMPERA DE JEAN PUEDE SER HIPPISTER. Todo ahora

They don’t move, man

Pocas cosas más hippie y más deliciosas que la rasposa voz de Janis Joplin, reina entre reinas. Más allá de escuchar Pearl y los discos con Big Brother and the Holding Company sin parar, vale la pena oírla en entrevistas, como aquella en la que habla de la frialdad de los europeos. Busquen “Janis Joplin bitches about European audiences”.

ESCUCHAR A JUANA MOLINA ES HIPPISTER.

Diciembristas

Violines, armónicas, acordeones, guitarras acústicas se suman a un cantante con barba, anteojos y una amplia variedad de camisas a cuadros. The Decemberists cumple con todos los requisitos hipsters.

EL PRIMER HIPPIE, ¿FUE JESÚS?

Los hipsters sienten por cada nuevo disco de Arcade Fire lo que los nerds sienten por cada nueva película de Star Wars. Todos enloquecen con “Everything now”, tema mega bailable que adelanta el homónimo quinto disco de los canadienses, anunciado para el 28 de julio. Vienen a Argentina a presentarlo en diciembre. PARECE QUE VUELVE EL DISCO DE PASTA.


¿QUÉ TIENE DE HIPPIE Y DE HIPSTER MORIA CASÁN?

“”

DE HIPPIE NADA. SER HIPPIE EN MI ÉPOCA ERA UNA CONTRACULTURA PACIFISTA, ERA EMBARAZARSE E IRSE A VIVIR AL BOLSÓN; CERO CONFORT. YO ERA REBELDE, PERO NO ME IDENTIFIQUÉ CON LO HIPPIE NI CUANDO ERA ADOLESCENTE. SIEMPRE ME CONSIDERÉ ADELANTADA Y VANGUARDISTA, Y LOS MOVIMIENTOS TE ELITIZAN, TE CONVIERTEN EN GANADO Y TE LAVAN LA CABEZA, COMO LAS RELIGIONES. EL FUNDAMENTALISMO NO VA CONMIGO. EN CUANTO A LO HIPSTER, PASA LO MISMO: ESTOY DOS DÉCADAS ADELANTADA. SIEMPRE ADECUÉ A MI ACTITUD COSAS VINTAGE Y MODERNAS. HACE 20 AÑOS ME HICE HACER ESPECIALMENTE PARA EL TEATRO UNAS BOTAS TRANSPARENTES DE VINILO, BUCANERAS Y CON OJOTA EN EL PIE; HACE DOS AÑOS LAS SACÓ LAGERFELD… ANTE TODO SOY MORISTA, A FULL, Y ME ENCUENTRO ENTRE EL DISFRAZ Y EL LOOKEO. DIRÍA QUE SOY PERFORMÁTICA.

#SOYUNHAPENNING, ¡JA!


COSAS QUE

COSAS QUE

LOS HIPPIES

LOS HIPSTERS

· Pánico y locura en Las Vegas, de Hunter Thompson (1971) Resumen en 140: Raoul Duke y su abogado toman un montón de drogas y se suben a un convertible color rojo furioso. Las drogas hacen efecto. Pasan cosas.

· Eeeee eee eeee: una novela, de Tao Lin (2007) Resumen en 140: Qué es ese título. Fiaca. No lo leímos. Algo tendrá, suponemos. O no. Tal vez no.

EL PRIMER HIPPIE, ¿FUE JESÚS? · The Electric Kool Aid Acid Test, de Tom Wolfe (1968) Resumen en 140: Verano del 67 en California. Crece el movimiento psicodélico. El autor Ken Kesey descubre el LSD. Las drogas hacen efecto. Pasan cosas.

· Alta fidelidad, de Nick Hornby (1995) Resumen en 140: Rob, melómano empedernido, debe enfrentar la quiebra de su disquería y la ruptura con su novia. La solución llega rememorando a sus ex. · 1Q84, de Haruki Murakami (2009) Resumen en 140: Una chica entra en una realidad paralela después de escuchar un comentario de un taxista. Un escritor fantasma se replantea todo. Etc.

· Las enseñanzas de Don Juan, de Carlos Castaneda (1968) Resumen en 140: Un escéptico antropólogo mexicano conoce a un chamán que le habla de brujería y plantas alucinógenas. Las drogas hacen efecto. Pasan cosas. · The Dharma Bums, de Jack Kerouac (1958) Resumen en 140: Ray Smith hace un viaje. Se hace amigo de un vagabundo, va a jams de poesía, conoce gente rara. Medita, bebe. No toma drogas. Pasan cosas. · Hacia rutas salvajes, de John Krakauer (1995) Resumen en 140: Un pibe se recibe y se va a recorrer el país, abandonando su nombre y su familia. Pasan cosas, y es triste porque es una historia real. · Revista THC. Resumen en 140: Plumas reconocidas y no tanto hablan sobre el extensísimo y fascinante mundo local de la marihuana. Las drogas hacen efecto. Pasan cosas.

· Tree of Codes, de Jonathan Safrar Foer (2010) Resumen en 140: Una pieza de arte con forma de libro. El artista interviene un cuento polaco cortándole palabras para armar una historia nueva. Hiiiiipster. · El guardián en el centeno, de J.D. Salinger (1951) Resumen en 140: En los 50, Holden Caulfield cuenta su historia mientras se trata en un hospital psiquiátrico o algo así, y… ya lo podrían haber leído, che. · Las primas, de Aurora Venturini (2009) Resumen en 140: Cuatro primas. Una es buena y linda. Otra es deforme y un poco lenta. Otra tiene un retraso. Otra es enana y prostituta. ¿Hace falta más?


58 PATADAS DE CHANCHO

J

ugando a sociólogo de su propio tiempo, en un ensayo publicado en 1958 en la revista Esquire el escritor massachusettense Jack Kerouac analizó los extravagantes hábitos de los beats, generación que él no sólo integró sino que incluso bautizó algunos años antes. Nos cuenta Kerouac: “Los héroes subterráneos que se salieron de la maquinaria de la ‘libertad’ de Occidente y empezaron a tomar drogas, descubrieron el bop, tuvieron iluminaciones interiores, experimentaron el ‘desajuste de todos los sentidos’, y hablaban en una lengua extraña, eran pobres y alegres; fueron profetas de un nuevo estilo de la cultura estadounidense, un estilo completamente libre de influencias europeas, un reencantamiento del mundo”.

I

nminente era el comienzo del mítico festival de Woodstock cuando sus organizadores se vieron obligados a enfrentarse con la imposibilidad de encontrar en dicha ciudad un lugar apropiado para llevar a cabo el evento. Es por esto que se desarrolló en Wallkill, un pueblo a 65 kilómetros del lugar; como los locales se opusieron, el granjero Max Yasgur fue al rescate y ofreció su propio campo de alfalfa como escenario para la fiesta más hippie de la historia. Las cifras del festival indican que los lugareños no estaban tan errados en negarles el permiso para tocar en sus tierras: murieron dos personas, ocho mujeres sufrieron abortos involuntarios y hubo varios nacimientos. Además de esto hubo muchos músicos que, con la aguja todavía en el brazo, no pudieron salir a tocar.

P

reguntamos a nuestros seguidores de Facebook si tenían algún hábito o gusto que admitieran que roza lo hipster, y esto fue lo que contestaron: 1) No veo un sorete, pero la gente piensa que estoy mirando hacia la nada con cara de “qué bueno que estoy”; 2) Los chupines con botas, disimulados con campera de cuero; 3) Enderezar bananas; 4) Amo las bufandas; 5) La barba; 6) Todo lo que tenga pallets; 7) Usar sombrero de ala ancha para cualquier situación; 8) Mi bicicleta carísima y adoradísima; 9) Comer pizza de coliflor; 10) Cubrir árboles con tejido.

I

maginamos hoy una infraestructura movible y canchera y no pensamos ya en las casas rodantes de los sesenta, sino en las viviendas prefabricadas de los dos mil. Basta con obtener los kits prearmados –que contienen vigas simples de madera y paneles de cerramiento y de techo– para trasladarlos a donde a uno le plazca y crear un lugar al que llamar casa. Los materiales suelen ofrecer distintas alternativas de armado, y brindan, así, la posibilidad de construir una multiplicidad de hogares en una multiplicidad de lugares. Un gran ejemplo local es el proyecto UNACASA, del arquitecto Daniel Siberfaden; se trata de casas sustentables, desmontables y con módulos intercambiables. Grupo Mass presentó su espacio en la última edición de arteBA en conjunto con esta propuesta.

¡OLIUNIDISLOV!


DICEN LOS QUE SABEN QUE SABER EN QUÉ FASE ESTÁ LA LUNA ES MEDIO JIPÓN. DICEN LOS QUE SABEN QUE AMOR CON AMOR SE PAGA. DICEN LOS QUE SABEN QUE QUIEN SIEMBRA VIENTOS RECOGE TEMPESTADES. DICEN LOS QUE SABEN QUE GORRITO DE LANA EN PRIMAVERA ES DE HIPSTER, O DE NABO. DICEN LOS QUE SABEN QUE MUERTO EL PERRO, SE ACABÓ LA RABIA. DICEN LOS QUE SABEN QUE NO ALCANZA CON REGALAR FLORES A LOS POLICÍAS. DICEN LOS QUE SABEN QUE LOS KOALAS PUEDEN VIVIR TODA SU VIDA SIN TOMAR AGUA. DICEN LOS QUE SABEN QUE VIVIR EN UNA ISLA TE CONECTA CON TODO. DICEN LOS QUE SABEN QUE UN CHANCHITO NO ES UNA MASCOTA URBANA. DICEN LOS QUE SABEN QUE “BAR DE AGUAS”… NO. DICEN LOS QUE SABEN QUE YA ES HORA DE GUARDAR EL ATRAPASUEÑOS. DICEN LOS QUE SABEN QUE PONERLE “NUBE” O “INDRA” A UN HIJO ES METERLE MUCHA PRESIÓN A SU PERSONALIDAD. DICEN LOS QUE SABEN QUE BÁÑENSE, HIPPIES. DICEN LOS QUE SABEN QUE SER ARTESANO EN PUNTA DA HIPPISTER, MISTER.

MANTÉNGANSE ATENTOS A LO QUE DICEN LOS QUE SABEN.


60 MIAMI MON AMOUR

@EASTMIA


Sabrosura

Con sucursales en Hong Kong y Pekín, el hotel East desembarcó en Miami y lo hizo en Brickell, proponiendo un modo de vida muy práctico que integra sus 352 habitaciones a un shopping, un rooftop bar sensacional, lujosas residencias, la única filial de La Huella fuera de Uruguay y mucha, muchísima sabrosura, pero de la más elegante. Texto y fotos: Esteban Feune de Colombi.


EN VARIOS ÁMBITOS Y ASÍ COMO HA sucedido en otras épocas de la historia de la humanidad, los avances tecnológicos impactan en nuestro modo de vivir y obligan a ciertas industrias a ponerse más creativas con el objeto de adaptarse a los tiempos que corren. Los hoteles cinco estrellas situados en grandes ciudades no quedan excluidos de la consabida metamorfosis y deben “apiolarse” para captar a huéspedes cosmopolitas, movedizos, ansiosos de experiencias en un entorno lindo y agradable, pero también dinámico y pragmático. ¿Qué quiere decir eso? Una punta de cosas. Resulta importante no perder de foco que, si bien es casi imposible establecer un perfil de viajero promedio, cualquiera que se instale, apenas llegado, en la habitación de un hotel, buscará comodidad más que lujo, practicidad más que complicaciones. De hecho, para una gran cantidad de personas el lujo es, propiamente dicho, lo cómodo y lo práctico (¡además del tiempo, claro!). En el flamante East de Miami –el primer desembarco del grupo sino-inglés Swire Hotels en Estados Unidos–, uno se siente pancho en lo que canta un gallo. Y ojo, que los gallos son sinónimo de buena fortuna para los cubanos, fundamentales a la hora de convertir a esta ciudad en un tropicalísimo epítome de sonrisas, relajo y sabrosura. Basta con caminar por la mítica Calle 8 de Little Havana para caer en la cuenta de que el ave crestada esparce a diestra y siniestra, sin pedir nada a cambio, su buen karma. El hotel toma por asalto Brickell, el distrito financiero miamense nombrado así en honor a William y Mary Brickell, quienes se

instalaron ahí en 1870 y fueron claves en la llegada del ferrocarril. Se trata de una zona trajinada, pródiga en torres despampanantes, a cual más alta y moderna y espejada y vertiginosa. Ahora bien, East toma por asalto el barrio de manera original porque propone un modo de vida “integrado” donde hotel, residencias, salones, gastronomía y shopping interactúan sin que entre sí discurran trabas o incomodidades. Todo fluye como en un apacible cántaro. Para ir al grano y hablar con ejemplos, como pediría un psicólogo argentino, uno sale de su cuarto –en el mío, esquinado, la vista, mínimamente de 180 grados, consuma una luz heroica, horizontes infinitos, mar, puestas de sol y caídas de luna– y en un tris está en la pileta y en otro tris, adentro de la tienda Santa Maria Novella comprando el mítico “sapone al melograno” o en el Apple Store, y en un tris más en las residencias, caminando bajo el sensacional Climate Ribbon (un techo que costó U$S 30 millones y no sólo toma la brisa del mar para refrescar los pasillos del shopping sino que recolecta el agua de las lluvias), y en un último tris, en Quinto La Huella. Es así: el hotel East, el Brickell City Centre, las residencias, los salones para eventos y el restaurant charrúa conversan amenamente y se encuentran a segundos de distancia, en un entorno zen diseñado por el estudio Clodagh y dibujado por Arquitectonica. Es menester hablar de comida, cómo no. Después de mucho buscar y de muchísimo persuadir, el grupo Swire consiguió que La Huella, el célebre parador uruguayo fundado por Martín Pittaluga, Guzmán Aratagaveytia y Gustavo Barbero en José Ignacio, tuviera una filial. Y esa filial está cerca del mar, pero

no sobre el mar. Sin embargo, eso no importa porque en el quinto piso de East clonaron el alma yorugua con sentido estético y una inextinguible parrilla alimentada por roble blanco que se las trae. El chef argentino Nano Crespo le rinde honor a sus orígenes y allí, sea desayuno, almuerzo, brunch, after office o comida, el espíritu rioplatense vibra jocosamente, entre entrañas jugosas y mozos de inmejorable sentido del humor, entre empanadas y copas de Albariño de Garzón, entre toques tropicales y sonrisas cubanas. Otro suceso gastronómico del East radica en Sugar, el “rooftop bar & garden” que gobierna las panorámicas desde el piso 40. Siempre a tope, el lugar simula ser una especie de jungla tupida y se destaca por una carta de tapas asiáticas; el sashimi de pescado blanco, servido en modo japonés, es un auténtico manjar, y más aun si se lo irriga con una degustación de sake, con botellas exóticas (el Soto, mi favorito) y las explicaciones de Ped, el simpático cocinero tailandés. Hay un secreto: se trata de un coqueto speakeasy de inspiración chinesca y acceso cifrado, pero no diremos mucho más… Todos quienes trabajan en East son adorables y comunicativos. Recorrer los espacios del hotel junto a la estadounidense Amanda Harris –directora de comunicaciones– o al italiano Giovanni Beretta –general manager– es un festín de carcajadas y relajo, muy propias de Miami, pero también de este hotel, donde cada experiencia, desde subir al artístico ascensor, hasta hacer el check in, pasando por contemplar la luna esconderse en la bahía, se convierte en un pasatiempo de lo más placentero.

1. El rooftop bar Sugar, en el piso 40. 2. La vista desde uno de los cuartos. 3. Paisaje tropical desde la pileta. 4. La parrilla de Quinto La Huella. 5. El techo modernísimo del Brickell City Centre. 6. La vista desde una de las residencias.


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64 DECÍ WHISKY #VIVIANMAIER

Una misteriosa niñera armada con una cámara de formato medio dejó miles de rollos dando cuenta de sus talentos como fotógrafa amateur, pero recién vieron la luz en 2007. La retrospectiva Vivian Maier (1926-2009) - The Street Photographer recorre el trabajo de la nana yanqui y se puede visitar en FoLa. Le pedimos a Gastón Deleau, su director y fundador, que compartiera con nosotros unas palabras sobre la muestra.

© VIVIAN MAIER/MALOOF COLLECTION, COURTESY HOWARD GREENBERG GALLERY, NEW YORK.

Vivian Maier



“La muestra de Vivian Maier en FoLa marcó un antes y un después en la breve historia del espacio, con un record de visitas que superó las 30.000 personas. La atrapante historia de la niñera/ fotógrafa cautivó al público, que se acercó como nunca a recorrer la sala de exposiciones. Familias enteras disfrutaron esta obra que comprende un período muy claro y preciso entre los años 50 y mediados de los 60, en las ciudades de New York y Chicago. Maier fue una robadora compulsiva de imágenes que disparó más de 100.000 veces el obturador de su máquina, logrando componer un trabajo extraordinario que hoy ve la luz y recibe el reconocimiento de la gente”. Gastón Deleau Director & Fundador de FoLa



Nuestra fotaza de tapa.



70 TOP CINCO VISITANTE

#PATOFUKS

UN PLACER CULPOSO ¡¡Los pretzels!! Soy un enfermo. Todas las noches me como un paquete entero. A pesar de que sé que tienen kilos de sal y no son para nada saludables, no lo puedo evitar. Como acá no los hacen, a veces son difíciles de conseguir. Cuando los encuentro en el supermercado compro 30 paquetes, como mínimo.

Pato Fuks Para esta edición les traemos un quinteto de preferencias del multifacético entrepreneur y actual CEO Regional de Latinoamérica de WeWork, una plataforma de creadores que revoluciona el concepto de espacio de trabajo y relacionamiento.

UNA APP INFALTABLE La gente tiene un montón de apps pero en definitiva usa muy pocas. Yo sólo uso WhatsApp, que me parece genial porque me permite estar siempre conectado, en cualquier lugar y con personas de todo el mundo. Es simple, instantánea, rápida, todos la tienen. Es universal.


UNA GOLOSINA PREDILECTA El Biznike, porque me trae los mejores recuerdos de mi infancia. Lo comía en el colegio, era infaltable en los recreos con mis amigos. Hay algo tan auténtico en el producto que hace que aunque hayan salido mil opciones más nuevas siga vigente, y para mí siga siendo único.

UN DISCO RUTERO

UN ESPECTACULAR HOTEL VISITADO

No tengo un disco, tengo una mezcla de canciones. Imposible elegir una sola. Escucho desde Nena, una cantante alemana de los 80, hasta los Stones y Fito Páez. Fui DJ en mi adolescencia; disfruté mucho esa etapa.

Sin dudas La Reserve, Ramatuelle en St. Tropez. El lugar es increíble. Está alejado del caos y la tranquilidad que hay es espectacular. Podés salir a correr, relajarte por completo, disfrutar de la mejor vista de la riviera francesa… ¡y ni hablar de la comida!


En julio de 2010, un anónimo usuario de Tumblr decidió embarcarse en la creación de The Anti-Hipster Manifesto, un espacio en el que, con mayor o menor regularidad, fue posteando fotos cuyos epígrafes establecen las reglas que debería respetar una persona para no caer en las garras del hipsterismo. Transcribimos para ustedes una selección de los mandamientos que conforman esta apasionada diatriba cuya última entrada fue en septiembre de 2013.

72 EL MANIFIESTO


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No “pensarás demasiado”.

No pedirás disculpas a tus seguidores por no postear nada en mucho tiempo.

No tardarás 40 minutos en hacerte un café por la mañana, sin importar cuán “puro” o “auténtico” u “orgánico” sea el método.

No dejarás de admirar a Arcade Fire porque ganaron premios y se llenaron de plata.

No honrarás a Banksy por sobre todas las cosas.

No usarás ropa con triángulos todo el tiempo. No pintarás triángulos en todos lados. No te tatuarás triángulos. No abusarás de los triángulos.

No pretenderás que te gustó Donnie Darko la primera vez que la viste.

No manejarás tu delgadísima bicicleta por el medio de la calle.

No te quejarás cuando las cosas que te gustan se vuelvan populares.

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No robarás señales de tránsito para decorar tu casa.

No exhibirás en tu living con orgullo una guitarra cara con la que apenas sepas tocar tres acordes.

No serás “apolítico”.

No comprarás, beberás ni consumirás NADA que salga de Starbucks.

No harás copy+paste del trabajo de otras personas para luego declararlo como propio tras intervenirlo mínimamente.

No publicarás fotos sacadas a la pantalla del televisor cada vez que estés aburrido y no tengas ideas.

No usarás una pila de libros como mesa de luz.

No comprarás bolsas de tela caras cada dos minutos. Te las dan casi gratis en todos lados.

No llamarás “fotografía” a cualquier foto berreta de larga exposición.

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No memorizarás fragmentos de poemas para impresionar.

No comprarás vinilos desconocidos basándote únicamente en el arte de tapa, menos que menos si no tenés un tocadiscos.

No te considerarás fotógrafo por el solo hecho de tener una Canon 500D DSLR y una cuenta de flickr.

No te dejarás puesta una pulsera de un festival que ya terminó hace días para impresionar a los demás. A nadie le importa.

No afeitarás una sola mitad de tu cabeza.

No tendrás una erección cada vez que veas un cartel que use Helvética, ni la señalarás reconociéndola a viva voz. La tipografía no empieza y termina en la Helvética, y el diseño tampoco.

No irás al local de Apple como quien va a un templo o iglesia.

No vestirás remeras irónicas que no le parecen graciosas a nadie.


74 CURIOSIDADES




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