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Gloria Esperanza Cojo Rodríguez

"Nació en Chía Cundinamarca, técnica en Administración contable y financiera, Escritora en construcción, perteneciente al Resguardo Indígena de Chía, amante de la poesía y la literatura, estudiante de cuarto semestre en Escrituras Creativas y Literatura de la EFAC e integrante del taller de poesía Versería de la casa de la cultura del municipio. Creadora del proyecto Aprendamos juntas a desahogar el corazón y el poemario Hogar, finalista en el concurso Decir es mostrar de la casa de poesía silva con su poema Mujer en luna llena".

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Poesía Verde

Identidad Escencia

Fruto de luchas de amor por nuestra raza Chía testigo de todo alumbraba a Pachamama pisaron espinos, frío aguantaron sus cuerpos Protegiendo el legado asumieron sumisión. Sincretismo ingenioso se coló abriendo senderos Perviviendo en la memoria el honor de los valientes Que enseñaron a escribir en la piel de nuestra tierra Con ganas, un azadón, En la siembra, la cosecha, En la memoria del agua en los bosques azulados En un círculo sagrado Compartiendo la palabra Soy substrato de mi raza mezclada de antepasados en mis descalzos pies siento música creadora anegándome en su ser con paz y absoluta calma, mi boca tiene su dulce, mi piel silvestre perfume empapado de eucalipto aroma de amaneceres olores que traen recuerdos tatuados al corazón, mi padre labrando tierra, mi madre con la semilla hasta curtirse la piel con los besos del viento. En los dedos de mis manos hay vestigios familiares manos moliendo maíz mientras golpeaban las piedras risas que como cascadas adornaban la mirada una mañana encendida con los ojazos de Zuhé, luego viene la cosecha y la gratitud abunda al ver latiendo la tierra lloviéndonos de su amor.

Masacre Plegaria Verde

Me temblaron las manos, la voz no sonó, extraños y conocidos iniciaron la tortura mientras tus brazos cortaban, esparcías tu perfume la montaña ya sabía lo que allí se avecinaba.

Aves desesperadas volaban alrededor protegiendo del depredador pichones y huevecillos mariposas apuradas su vuelo hicieron dolor, tu savia se derramaba como pidiendo clemencia pero era demencia el filo y la mente de aquella hacha cuando sin hogar dejaron a más de media montaña. luego de derrumbarte, un pretexto construcción.

Ya no se oye melodía, no hay olor en la montaña su piel se funde con lágrimas rebelión hecha erosión llenando surcos completos llamados devastación Creador de blancos, de indios, de todos envía semillas para nuestro territorio fecunda las entrañas de montes y valles enraíza árboles de troncos eternos entrelazados como abrazo de hermanos, colorea superficies de verde sonoro llena de vida plumajes que se extinguen que vuelva el canto del colibrí y el viento el copeton con su cuento y se siembre ¡la esperanza!