IMPERFECTA EN MANOS DEL DIOS PERFECTO
MAYO & JUNIO 2023 EDICIÓN DIGITAL #29
He tenido conversaciones con jóvenes y adultos acerca del tiempo que estamos viviendo, de la cultura que impera, de los cambios tan drásticos que se han vivido desde hace unas décadas a la fecha. Hablábamos acerca de que los niños que nacieron en el nuevo milenio han creído que la forma en como se vive, es la realidad de toda una vida.
Es decir, suelen pensar que la historia de la humanidad siempre ha sido como vivimos ahora. Ninguno de ellos ha vivido un cambio en la cultura como los que la generación X sí experimentamos. A nuestra generación le tocó la revolución de los años 80’s después de la que vivieron nuestros padres en la década de los 60’s.
Pero eso no es todo, también vivimos el cambio revolucionario en los inicios del milenio actual. Hemos vivido o sobrevivido dos cambios —algunos tres— de cultura, de ideologías, de formas de vida en relativamente poco tiempo. Fuimos testigos de cómo la familia poco a poco fue tomando menos valor ante una sociedad que gritaba por su libertad. Fuimos testigos de cómo las mujeres se rebelaban con mayor violencia en contra de una cultura que las había oprimido durante décadas. Fuimos testigos de cómo el ideal de las mujeres y de los hombres, así como la moda y el estilo de vida virtual iba tomando lugar en la mente y los corazones de más y más niños y jóvenes. Hemos sido testigos de cómo para los niños de esta generación, esta es la realidad y la forma correcta de vivir. Hemos sido receptores de mensajes que menosprecian la forma conservadora de ser criados, se nos ha tachado de dinosaurios y cavernícolas porque para ellos la verdad verdadera es la que están viviendo. Los valores de la sociedad han cambiado radicalmente en el último siglo. Los principios de la Palabra de Dios han sido menospreciados y socavados por las nuevas ideologías que traen confusión y descontrol a las nuevas generaciones. Ideologías que cada día, con furia, tratan de acabar con todo lo que esté en contra de ellos, todo aquello que esté impregnado de santidad y del Nombre de Dios.
Se han vuelto enemigos de la Cruz y, por ende, buscarán acabar con todo lo que tenga que ver con lo que Dios ha establecido como bueno y correcto. Eso incluye la forma en la que educamos y formamos el carácter de nuestros hijos e hijas. Con estas nuevas formas de ver la vida sin control y sin
un modelo santo a seguir, buscarán de una u otra socavar el trabajo de los que no pensamos como ellos. Y, entre tantas cosas que pueden derribar está la masculinidad y la feminidad de nuestros hijos.
Es por eso que las mujeres, las que estamos al frente de nuestros hijos y al frente de otros niños en las escuelas o en las iglesias, debemos doblar rodillas y ser intencionales en trabajar de la mano de nuestro esposo y dirigidos por el espíritu Santo para dirigir, guiar y enseñar a nuestros hijos a Cristo, el modelo perfecto de masculinidad. Tenemos mucho tiempo delante de nuestros hijos, pero también, si somos honestas, es poco tiempo el que dedicamos de manera intencional a hablarles, guiarles en la formación de su masculinidad. ¿Dónde están esas mujeres que defienden con uñas y dientes a los niños que Dios les ha confiado y a quienes crían en sus rodillas? ¿Dónde están esas mujeres que saben y reconocen el lugar de honor que Dios les ha dado como madres de varoncitos?
¿Dónde está la iglesia que ayuda, guía y capacita a las mujeres y hombres para encaminar a sus hijos a una masculinidad plena?
Empecemos nosotras, mujer. Este es un llamado a toda mujer que esté comprometida a levantar la voz en oración, a humillarse en oración y a ser intencional en cada día mostrar y recordar a sus hijos que el evangelio es suficiente y poderoso para derribar todas las ideologías que quieran capturar su mente y corazón. Quizás no cambiemos la ideología de todo un mundo, quizá no hagamos cambiar de opinión al universo entero, pero Dios quiera y permita que sí cambiemos nuestro entorno y protejamos el alma y el corazón de nuestros niños. Este es un llamado para todas aquellas mujeres que en el momento que saben que su bebé en el vientre es niño y celebran en medio del color azul se planten firmemente delante de las ideologías y con oración, el evangelio y el poder del Espíritu Santo defiendan a sus hijos a toda costa. Este es un llamado a no olvidar que en Cristo somos más que vencedores y que todo, absolutamente todo ayuda a bien a quienes le amamos. Dios nos ayude, nos fortalezca en el poder de su fuerza y venzamos, un día a la vez. Sin prisa, pero sin pausa. Amén.
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El azul es para los niños
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El azul es para los niños Pág. 1
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52 cosas que los hijos necesitan de sus mamás Pág. 8
7 elementos indispensables para la crianza de sus hijos Pág. 10
La crianza de los hijos Pág. 12
Cuando la crianza no es perfecta Pág. 14
El Padre que yo quisiera ser Pág. 15
5 lenguajes del amor de los niños Pág. 17
Plenitud de vida Pág. 19
52 palabras bíblicas que todo niño debe conocer Pág. 20
o es fácil ser padre de un adolescente. El espectro de emociones que sienten es muy amplio, y sus necesidades para el desarrollo son enormes. Además, ser un adolescente es todo un reto. En un determinado día, tu hijo o hija luchará con las dudas y los interrogantes respecto a casi todas las áreas de la vida. Una pregunta podría ser: “¿Por qué me dicen que estos años son los mejores de mi vida? ¿Esto es lo mejor que viviré?”.
Un momento de transición
La adolescencia es un momento de transición. Los adolescentes transitan el tiempo desde la niñez hacia la edad adulta; el cambio es una constaante en sus vidas. (El término en latín para adolescencia es adolescere, que significa “madurar”).
Físicamente, los adolescentes: Se desarrollan más temprano que las generaciones anteriores, experimentan cambios hormonales y sexuales, y necesitan, al menos, ocho o nueve horas de sueño por la noche.
Emocionalmente, los adolescentes: Viven el “ahora” y no piensan en las consecuencias futuras, actúan de manera positiva y obedientes en un momento; pero seguidamente discuten y resisten la autoridad y se sienten indestructibles e inmortales
Mentalmente, los adolescentes: Aumentan su habilidad para aprender, razonar y resolver problemas, buscan la novedad y toman decisiones creativas y realizan simultáneamente muchas tareas con aparatos electrónicos, mientras estudian o hacen otras actividades.
Socialmente, los adolescentes: Trasladan a sus compañeros la dependencia que sentían hacia sus padres, desean sentirse conectados con los demás , buscan amor, significado y seguridad.
Espiritualmente, los adolescentes: Se cuestionan, a nivel personal, qué significa la fe en Dios, necesitan una relación auténtica con el Señor Jesucristo y desean establecer sus propias convicciones.
En cuanto al desarrollo, el hecho de que la actividad cerebral de tu hijo adolescente difiera de la tuya como adulto ayuda a explicar por qué los adolescentes y sus padres responden, típicamente, de manera distinta ante la misma situación. La corteza prefrontal se encuentra detrás de la frente y tiene como función la organización, el control del impulso y la planificación. Es la parte lógica y reflexiva del cerebro. En general, los adultos utilizan esta parte del cerebro, pero en la adolescencia se encuentra todavía en desarrollo.
En general, los adolescentes utilizan la amígdala cerebral, la cual es el centro emocional del cerebro. Este hecho explica por qué los adolescentes son, a menudo, impulsivos e irascibles e interpretan los acontecimientos de la vida de manera diferente de sus padres.
El hipotálamo regula el sistema hormonal, y tiene gran importancia puesto que las hormonas influyen notablemente en el desarrollo del adolescente.
“Los cerebros adolescentes adquieren el combustible antes que los frenos. El acelerador del cerebro está listo para una carrera de autos para adultos. Pero debido a que la corteza prefrontal no está al máximo de su rendimiento, el cerebro tiene los frenos de un auto antiguo”. En esta etapa, cuando los adolescentes desean actuar sin supervisión, aún necesitan la supervisión de los padres.
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Si tu hija se siente segura de su imagen y protegida, entre los ocho y los doce años te hará muchas preguntas relacionadas con su cuerpo. Serán, por supuesto, preguntas directas y frecuentes si es extrovertida y, en caso contrario, las silenciará y rara vez las pronunciará. No obstante, existen.
Mientras tanto, otras personas también hacen preguntas sobre el cuerpo de tu hija. Los chicos que la encuentran guapa podrían estar preguntándose si pronto podrán salir con ellos.
Las enfermeras escolares podrían inquirir sobre su peso excesivo…. o escaso.
¿Cómo se que llegarán esas preguntas? Porque llegaron a mi corazón de madre cuando mis hijas eran preadolescentes. Y también te las harán a ti.
Una madre no puede quedarse sentada y permitir que todo ocurra sin más.
Tienes que planificar bien cómo guiarás a tu hija en el camino a ser una mujer, y tienes que empezar ahora aún es pequeña.
Tu hija necesita escuchar la verdad –el estándar o la norma por el cual puede juzgar su valor como mujer—de ti. No en la escuela. No en un libro. No en el canal Disney. Directamente a ti. Por esta razón he desarrollado estas ocho conversaciones para mantener con tu hija. Tratarán algunas de las cuestiones más importantes y abarcan tres temas básicos.
Tema #1: Convertirse en una mujer
Tuve el periodo un mes después de cumplir los doce años. Fue una experiencia positiva, a pesar de unos cuantos contratiempos incómodos que no me importará contarte algún día, en privado y en persona. Sin embargo, muchas de las mujeres a las que he entrevistado sobre este tema tenían historias muy desagradables al respecto, El 40% de las chicas menstrúan por primera vez sin que su propia madre las haya puesto al tanto sobre ello.
Tema #2: El cuidado corporal
Ninguna chica sabe por sí sola cómo ocuparse de su cuerpo. Y los riesgos abarcan más que el estigma social. Con la obesidad infantil y adolescente en dramático ascenso durante las tres décadas pasadas, tenemos que enseñarles a nuestras hijas a hacer ejercicio y comer de un modo saludable, informándolas y ayudándolas a formar buenos hábitos, Tema #3. El sexo Sí, tenemos que tratar de este tema. Ya es hora. Alrededor del 50% de las niñas de dieciséis años son sexualmente activas, y existe poca diferencia estadística entre nuestros hijos y los que proceden de hogares inconversos. Por tanto, gran parte del riesgo se remonta a sus años preadolescentes, cuando empiezan a interesarse locamente por los chicos.
Una de las mejores formas de reducir el riesgo es hablar sobre esto cuando tu hija esté preparada. Y lo hará cuando tenga alrededor de nueve años.
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De: Dannah Gresh
Editorial: Portavoz
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978-1-64691-162-9 Piel genuina c/índice 978-1-64691-162-2 Piel genuina
978-1-64691-160-8 Marrón c/índice
978-1-64691-161-5 Negro c/índice
978-1-58802-750-4 Marrón
978-1-58802-751-1 Negro
Biblia Vida Plena para niñas 978-1-64691-166-0
Pablo | 978-1-64691-233-9
Biblia Vida Plena para niños 978-1-64691-165-3
Teología arminiana | 978-1-64691-200-1
Guía de manualidades bíblicas para niños 978-1-64691-229-2
Ester | 978-1-64691-231-5
978-1-64691-159-2 Tapa dura
Mishijos saben que cuando mamá dice: “¡No me hagas contar hasta tres!” es porque algo no muy bueno hicieron. Por lo regular uso esa frase cuando estamos en algún lugar fuera de casa o cuando hay visitas en mi hogar. Pero he de confesar que, aunque me ha funcionado más de una vez, no es la más recomendable.
¿Por qué será que las mamás usamos esa frase cuando sabemos que los niños han medido nuestra paciencia y nuestra tolerancia a su indisciplina? Sé que no todos los niños responden igual y que no todos necesitan la misma corrección o disciplina, pero también sé que la mejor forma de hacerlo es instruyendo al niño en los caminos de Dios, en amor y con gracia.
Cada niño y en cada hogar lucirá diferente la disciplina, pero qué descanso es saber que, tantas mujeres a lo largo y ancho del mundo a través de generaciones han constatado que la disciplina que se basa en la Palabra de Dios es la que da fruto y en abundancia. Bien haríamos en pedir ayuda a mujeres mayores que han pasado por la crianza y de quienes podemos aprender a encaminar a nuestros hijos, a reconocer cuándo es necesaria la disciplina, pero también de qué forma es como deberíamos ejercerla. Dios nos ayude y nos guíe en nuestra labor de mamás cuando criamos, disciplinamos, pero también cuando mostramos a Cristo en medio de los días caóticos, los días en que los berrinches parecen no terminar, los días en los que el pecado de nuestros hijos evidencia nuestros pecados también. Que nuestras palabras muestren a nuestros hijos el amor que les tenemos, la gracia que extendemos aún en medio de sus rebeliones y la forma en que se comportan en público y en privado. Mostremos a otros que al igual que nuestros niños, nosotros siendo adultos en ocasiones nos comportamos con rebeldía delante de nuestro Dios y Él, con gracia y amor nos trae de vuelta a su regazo para mostrarnos la forma en cómo debemos vivir.
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NUESTROS HIJOS nos necesitan
Recuerdo que cuando era pequeña y estaba en la escuela primaria, mis padres y los padres de mis compañeros tenían algo en común: No eran tan expresivos con nosotros. Ahora entiendo que su formación y estilo de vida de acuerdo a la generación en la que crecieron, el ser expresivos no era tan común.
Años más tarde y siendo ya madre de dos niños, una ocasión hablé con mis padres acerca de ese tema. Fue doloroso para mí escuchar la historia de su niñez y de la forma en como lo criaron. Fue doloroso escuchar que sus padres no solo fueron inexpresivos con ellos, sino que fueron ausentes. Mi madre fue huérfana desde muy pequeña, así que creció sin el amor de una mamá, la historia de mi padre fue similar. Cuánto bien me hizo escuchar la historia de mis padres aquella tarde. Fue doloroso, sí, pero también liberador.Es cuando aprendes a dar un paso atrás y ver la vida desde otro ángulo, con otra perspectiva y sin resentimientos que, logras ver la realidad de las situaciones pero también comprendes que siempre se puede mejorar.
Hoy por hoy puedo ver que la necesidad tan grande que tuve de las expresiones de amor de mis padres para conmigo, si no pongo manos a la acción, seguramente puedo cometer lo mismo con mis hijos. Debo decir que hasta antes de hablar con mis padres
estaba siguiendo el mismo camino que ellos me modelaron; si embargo, fue su confesión y el escuchar su historia la que me hizo frenar y ver que hay otros caminos por los cuales debo forjar mi propia historia junto con mis hijos.
Sin duda ¡ellos nos necesitan! Nos necesitan más de lo que pensamos, pero no solo necesitan nuestra presencia y nuestras expresiones de amor, ellos necesitan nuestras palabras que los afirmen, nuestras oraciones a Dios, necesitan que estemos presentes, necesitan que los escuchemos, que los miremos a los ojos y muchas cosas más que puedo asegurar tú conoces también. Es verdad que en muchas ocasiones no sabemos qué es lo que ellos necesitan de nosotros porque son callados, son distantes, son niños autodidactas; pero gracias a Dios hay recursos a nuestro alcance en los cuales podemos guiarnos y aprender de otros que han pasado por lo mismo o bien, otros que son expertos en el tema. No permitamos que nuestros niños crezcan sintiéndose apartados de nosotros, es un buen momento para reorientar nuestro camino y transitarlo de la mano con nuestros hijos, para que en un futuro ellos puedan voltear y dar gracias a Dios porque su mamá estuvo presente en sus vidas.
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52 cosas que los hijos necesitan de sus mamás.
De: Ángela Thomas
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E N Le Me To S
Uno de los más grandes mandamientos que menciona el Señor es: "Honra a tu padre y a tu madre" (Éx.20:12) y cuando Dios menciona algo no lo dice con ligereza o como opción, sino como un precepto para bendición. Así pues, siendo este mandato para los hijos, también hay un mandamiento dado a los padres que dice: "Si alguno tuviere un hijo contumaz y rebelde, que no obedeciere a la voz de su padre ni a la voz de su madre, y habiéndole castigado, no les obedeciere… Entonces todos los hombres de su ciudad lo apedrearán, y morirá; así quitarás el mal de en medio de ti, y todo Israel oirá, y temerá." (Deut.
21:18-21)
La pregunta es ¿Qué hacemos con este mandamiento? El termino en hebreo para "contumaz" es Sorer que significa alguien que se desvía del camino correcto de la vida; así pues, este hijo era semejante al blasfemo e idolatra y el castigo era la muerte, dado a que la sentencia mayor era a razón de prevenir que la maldad y el pecado, como la levadura, se propagara por Israel. El asunto es que este mandamiento esconde un precepto, desde el hebreo, en la palabra Sorej. Hay una similitud con la palabra “Sur” que tiene por significado apartarse (ambas palabras pueden servir como sinónimos), pero la conexión, entre ambas palabras, se da con un mandato positivo en la acción que el padre debe ejercer para evitar tal condena de su hijo.
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Que padre querria la muerte de su hijo? Por tanto, El Eterno da la solución al problema antes de llevar a efecto la sentencia, pues escrito está “Instruye al niño en su camino, Y aún cuando fuere viejo no se apartará de él” El Eterno sabía que los padres se esforzarían por guiar a sus hijos por el buen camino, el Camino de Dios; por tanto, Él mismo ha puesto la responsabilidad, en los padres de nutrir y educar, teniendo cuidado de no criar niños irrespetuosos, ya que será difícil que los niños guarden el mandamiento de Honrarlos.
El Eterno ve a un niño como a retoño recién plantado que necesita cuidados para llegar a ser un gran árbol en su juventud, y convertirse en un siervo de Dios, un justo y un gran discípulo a Su imagen y semejanza. Haciendo esto, el niño se fortalecerá en mente y espíritu, alejando su impulso al mal, llevando su corazón al Temor de Dios y escuchando Su Palabra.
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7 Elementos indispensables para la crianza de sus hijos
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Por supuesto los padres son el primer filtro de comportamientos y actitudes que desean transmitir a sus hijos. Así que es indispensable comenzar a trabajar con uno mismo antes de pretender instruir; ya que en su actuar, los padres, forman en la percepción del niño un paradigma de la forma en que El Eterno se relaciona con su creación y esta puede ser deformada o encaminada a la voluntad de Dios. 10
Dos recursos indispensables para ayudar a sus hijos a crecer fuertes, sanos y seguros.
Cada libro ofrece consejo y aliento basados en principios bíblicos. El DR. JAMES DOBSON, autoridad en la paternidad, se basa tanto en su experiencia en psicología infantil y consejería familiar como en investigaciones extensas para ayudarle a enfrentar los desafíos de educar y criar a los hijos en nuestra cultura actual.
El Dr. James Dobson dirige el programa radial diario Dr. James Dobson’s Family Talk Él es el fundador y presidente de Enfoque a la Familia, una organización sin fines de lucro que produjo sus programas de radio internacionalmente en más de 160 países. Es licenciado en Psicología y en Consejería matrimonial, de la familia y del niño, y es autor de varios éxitos de ventas del New York Times
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ISBN 978-1-4143-3603-9 ISBN 9781-4964-6105-6
La crianza de los hijos es un desafío para cualquier padre o madre. A menudo, los padres intentan encontrar la clave para criar hijos obedientes y exitosos, pero a veces se olvidan de lo que es realmente importante: enseñarles los principios del evangelio.
De ahí la importancia de criar a los hijos con una perspectiva bíblica, reconociendo que los hijos son un regalo de Dios y que su propósito es que aprendan a glorificar su nombre.
Aquí hay algunos principios del evangelio que pueden cambiar radicalmente la familia:
La gracia de Dios es el primer principio que debe guiar la crianza de los hijos. Los padres deben ser el modelo que los hijos deben seguir, reconociendo que ellos mismos necesitan la gracia de Dios. La gracia también implica perdonar a los hijos cuando cometen errores y ayudarles a aprender de ellos.
La verdad de Dios debe ser un fundamento sólido en la educación de los hijos.
Los padres deben enseñar a sus hijos los valores y principios bíblicos, no solo de palabra sino también en acciones. Los hijos deben ver a Dios en la vida diaria de sus padres y no solo en el día de ir a la Iglesia.
La disciplina amorosa un aspecto importante de la crianza de los hijos.
Los padres deben establecer límites claros y consistentes, pero enfocarse en la corrección y la enseñanza en lugar del castigo. La disciplina amorosa es un reflejo del amor incondicional de Dios por nosotros. Si un Padre aplica disciplina sin amor esto es “maltrato”
Los padres deben estar dispuestos a sacrificar sus propios deseos y necesidades para el bienestar de sus hijos.
Esto refleja el sacrificio de Jesús en la cruz por nosotros. El sacrificio también implica ser un modelo de servicio y amor desinteresado para los hijos. Así un padre, aunque llegue cansado del trabajo debe sacar ánimo para jugar con su hijo.
La oración y la dependencia en Dios son fundamentales para la crianza de los hijos. Los padres deben buscar la sabiduría y la dirección de Dios en cada paso del camino y enseñarles a sus hijos a hacer lo mismo. La oración también ayudará a los padres a mantener una perspectiva adecuada y una actitud positiva en la crianza. Si un hijo aprende que en los momentos difíciles sus padres doblaron las rodillas, cuando crezca y se enfrente sus propias batallas, recordará lo que hicieron sus Padres y es muy probable que haga lo mismo.
En resumen, los principios del evangelio pueden cambiar radicalmente la familia y transformar la crianza de los hijos. Los padres que se esfuerzan por criar a sus hijos de acuerdo con estos principios honran a Dios y crean hogares saludables y llenos de amor. Recuerda que tus hijos valoraran más el tiempo que pasas con ellos, que tu esfuerzo para que no les falte nada material.
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De: Paul David Tripp.
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Si tienes hijos seguramente te acordaras que antes que llegara el primero de ellos, pensaste que querías todo lo mejor para ellos, que te esforzarías, que serias un buen proveedor y que bajo tu cuidado y protección nunca les afectaría la influencia del maligno y de los peligros del mundo, muchos padres han llevado este pensamiento al extremo de querer ser los padres perfectos y que el resultado sería tener hijos perfectos… Al paso del tiempo notas que tus esfuerzos no tuvieron los resultados esperados, como el caso de una mamá primeriza, que decidió que no iba a permitir que su bebé tuviera alguna enfermedad y se puso a limpiar con toallas desinfectantes todo el piso de su departamento para que su bebe pudiera gatear sin el riesgo de que algún germen lo pudiera enfermar, lo que no sabía esta madre es que nosotros como humanos convivimos diariamente con muchas bacterias y que son útiles para fortalecer nuestro sistema inmune, en conclusión lo que esta madre pensaba que era lo correcto para su hijo, en realidad lo que estaba provocando es que no le permitiría al niño desarrollar las defensas necesarias y terminaría siendo enfermizo y alérgico; no cabe duda que esta mamá abnegada quería proteger a su hijo, sin embargo más que hacerle un bien, le estaba haciendo un mal. Entonces cómo podemos saber qué es lo correcto en la crianza de nuestros hijos No importa cuánto te esfuerces, nunca vas
a logar ser una mamá o un papá infalible, tampoco vas a encontrar en internet un sito donde te digan cual es la fórmula secreta para ser el padre perfecto, o los 10 pasos para crear la familia ideal o las 50 cosas que tienes que hacer para que tus hijos alcancen la perfección.
En realidad, lo que debemos esperar en nuestras casas es que haya equivocaciones, se comentan errores, se tomen malas decisiones, en otras palabras, se va a derramar la leche, los hermanos de pelearan, habrá reportes de la escuela que tu hijo se portó mal, tu adolescente no llegará a la hora que dijo que estaría de vuelta, tendrán algunos malos hábitos etc, etc. La lista podría ser interminable, cuando se llega a ese punto tienes que entender que tienes una vida familiar… Entonces es cuando podemos hacer nuestra la promesa de Dios “Yo estoy contigo, donde quieras que tu vayas” Gn 28:15. Quizás no diremos las palabras adecuadas, quizás no tendremos un plan de acción, o un protocolo para las contingencias, pero tenemos a Dios como protector, como guía y nuestro salvador. La respuesta siempre estará en Él.
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De: Jim Daly y Paul Asay
Editorial: Harper Collins
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PADRE
Cada vez que se toca el tema de relación entre padres e hijos, el versículo a resaltar siempre es “Honra a tu madre y a tu padre” pero poco se habla de la instrucción, o prohibición, de Pablo a los corintios y efesios sobre no exasperar o provocar a los hijos (Ef. 6:4; Col. 3:21).
En pocas palabras, Pablo le pide a los padres a no hacer sufrir a los hijos para que lo primero, recibir honra, tenga efecto; pero ello no se logrará sin antes haber ejercitado disciplina en el niño.
El rey Salomón nos dice en Proverbios 13:24: “El que escatima la vara [castigo] odia a su hijo; Los que aman a sus hijos, desde temprano los corrigen” ¿Cómo deberíamos tomar este pasaje? Aunque usted no lo crea, este pasaje comúnmente se toma literalmente, al grado de que los padres tienen en casa una vara de reprensión para golpear al niño mal portado, pero ¿a esto se refería Salomón? Sinceramente no lo creo. Los autores bíblicos empleaban elementos figurativos, de su entorno, para que su audiencia entendiera la enseñanza espiritual; en este caso, el instrumento corporal para guiar a los animales, serviría de ilustración para hablar sobre la disciplina a los niños. El rey Salomón, con esta ilustración, no está permitiendo literalmente el castigo corporal, sino otorgando autoridad (la vara) a la hora de corregir al niño, con dulzura y misericordia. El niño está en la etapa de aprendizaje, de error y acierto, por tanto, el castigo físico suele implantarse en la mente del niño como un acto cruel y tiránico. Ahora, ¿Cuál sería la alternativa? La disciplina, para que sea efectiva, debe llevarse a cabo de tal manera que el receptor comprenda el mensaje del emisor, si este primero no comprende el mensaje, la culpa no recae en el receptor, sino en el emisor pues no está transmitiendo correctamente el mensaje. Lo que se busca con el mensaje es el Bienestar del hijo, por tanto, la disciplina debe servirse con expresiones de afecto y amor.
La reprensión en la disciplina debe ser sin ocasionar daños físicos y/o psicológicos, elevando el amor de Dios por sobre el castigo, que sin duda debe efectuarse, pero como dice Jeremías 31:20 “¿No es Efraín hijo precioso para mí? ¿no es niño en quien me deleito? pues desde que hablé de él, me he acordado de él constantemente. Por eso mis entrañas se conmovieron por él; ciertamente tendré de él misericordia, dice El Señor.”
Como padres, se debe generar confianza en el niño, no temor; necesitan sentir la sensibilidad, sabiduría y amor, así como saber que el padre está para protegerlo y guiarlo, creando un vínculo de amor al escucharlos y comprender sus necesidades. De esta forma podemos hacer que nuestros hijos cumplan el mandato de respetar y honrar a su autoridad paterna.
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De: Josh McDowell
Editorial: Mundo Hispano
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Quiero que pienses en la forma en como sueles mostrar amor a tu esposo, a tus hijos, a tus padres y a tus amigos. Sé que la forma en como les hacemos saber que los amamos no es igual en como lo demostramos a nuestro esposo a como lo demostramos a nuestra mejor amiga.
La forma en que lo demostramos varía de persona a persona, pero, sin duda, hay algo que demuestra a todos que los amamos. Por ejemplo, me he dado cuenta de que la forma en la que mi esposo me demuestra que me ama es siendo servicial, preocupándose por mi bienestar, cuidando de mí y de que me sienta bien.
Tiene detalles que me hacen saber que me escucha, que me observa y que está pendiente de lo que me gusta y lo que me molesta. Así ha sido desde que me acuerdo, no hay un solo día en nuestra historia en la que pueda decir que no me mostró su amor de esa forma. Por increíble que parezca, aún en los días malos, en medio de discusiones acaloradas, su amor no disminuyó ni dejó de demostrarlo nunca.
Pero, ¿es de esa misma forma que le demuestra a los demás que los ama o que los aprecia? La mayoría de las veces sí. Me doy cuenta de la forma en como hace hospitalidad con nuestros amigos cercanos, de cómo busca que estén y se sientan cómodos cuando nos visitan. Siempre tiene algún detalle que les hace saber que son importantes para él. Esa es su forma de amar y yo amo poder ser testigo y receptora de ese amor en primera fila.
Y, ¿qué crees? Que las formas de amar en cada persona son evidentes aún desde niños. Quienes somos madres, y si hemos puesto atención a nuestros hijos, podemos dar testimonio y fe de la forma en la que aman. Quizá su forma de mostrarnos su amor a nosotras no sea igual que la forma en la que se lo muestra a su padre, pero hay similitudes o rasgos de alguna de esas formas que predomina más.
Es una bendición poder estar frente a nuestros hijos el tiempo suficiente y necesario para conocerlos más, para conocer su amor y brindarles a ellos espacios seguros donde puedan expresarlos y compartirlos sin temor y mejor aún, donde puedan crecer en la expresión de su amor.
Los lenguajes del amor de nuestros niños es un tema que debería ser primordial en sus padres, un tema en el que podamos crecer con ellos y que podamos también conocerlos más para amarlos más y mejor.
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5 lenguajes del amor de los niños.
De: Gary Chapman y Ross Campbell
Editorial: Unilit 17
En la vida, todos experimentamos dolor, aunque a casi nadie le gusta sentir dolor es parte de la vida, Dios nos creó con la capacidad para sentir dolor y existen diferentes tipos de dolores, los físicos y los emocionales, ambos nos alertan de que algo no está bien. Los dolores físicos pueden ser intensos y pasajeros como una falta en un partido de futbol, sin embargo deja consecuencias, otros dolores físicos duran más, y nos podemos acostumbrar a vivir con ellos, de la misma forma los dolores del alma, también se sienten intensamente y podemos sobrellevarlos todos los días, como el caso de una ruptura sentimental, un enojo o tristeza por algo que sucedió (algún abuso o maltrato que se haya sufrido), otros dolores provienen de algunos anhelos profundos, como la falta de hijos o de una pareja. Sin embargo, estos no tienen que ser una carga para nosotros. En muchas ocasiones esto nos limita y nos marca en lo que creemos que podemos hacer, sin embargo, puede ser lo contrario, de hecho, pueden potencializar nuestra vida y ayudarnos a ser más fuertes y resilentes.
El dolor y las luchas pueden ser un trampolín para la transformación personal. El dolor puede ser una oportunidad para crecer y descubrir nuestras fortalezas interiores. De esta manera podemos alcanzar los anhelos más profundos de nuestro ser. El psicólogo Henry Cloud menciona que el amor se fortalece cuando se da la conexión a través del dolor. Cuando se comparten estas experiencias o se viven juntos. A menudo sentimos que nuestras experiencias dolorosas nos alejan de los demás, pero la verdad es que también pueden conectarnos a un nivel más profundo. En resumen, el dolor y las luchas pueden ser una bendición disfrazada. En lugar de resistir estos desafíos, debemos abrazarlos y permitirnos sentir todas las emociones que nos producen. Cuando abrazamos el dolor, podemos sanar de manera más efectiva y conectarnos con otras personas en un nivel más auténtico.
Además, los anhelos más profundos de nuestro ser son indicativos de lo que realmente queremos en nuestra vida. Nuestros sueños dicen mucho acerca de quiénes somos como personas. Cuando nos damos cuenta de lo que realmente queremos, podemos trabajar para alcanzarlo. El dolor y las luchas pueden ayudarnos a identificar nuestros verdaderos anhelos y motivaciones, para empezar a visualizarlo me tendría que preguntar ¿Por qué siento este dolor? ¿Cuál es la raíz de esta necesidad? ¿Es algo que puedo cambiar o mejorar?
En conclusión, el dolor, las luchas y los anhelos profundos pueden potencializar nuestra vida si los vemos como una oportunidad para crecer, conectarnos con los demás y descubrir nuestros verdaderos anhelos. Debemos abrazar estos desafíos, permitiéndonos sentir todas las emociones que surgen. Al hacerlo, podemos encontrar un propósito y significado más profundo en nuestra vida.
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Editorial: Harper Collins
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que no sea un
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Editorial: Patmos
La Palabra de Dios tiene bastante que decir a los padres sobre la crianza, pero debemos ser diligentes en leerla e intencionales en aplicarla.
El día a día de una mamá en etapa de crianza es: levantarse temprano, correr a preparar el desayuno, preparar a los niños para ir a la escuela, tomar el auto y salir con dirección a la escuela; regresar a casa, preparar comida ¡y no le sigo, porque termino cansada nuevamente! Si hay un espacio de tiempo tomas un poco de café o picas una fruta… ¡Tengo la impresión que el final del día de una mamá es igual de ajetreado que el comienzo!
Honestamente, nuestro trabajo no termina en todas las actividades que realizamos día a día.
Nuestro verdadero trabajo como mamás es instruir a nuestros hijos en los caminos del Señor; Esta responsabilidad también demanda que nosotras estemos tomadas de las manos de Dios, en comunión con Él a través de la Palabra.
No hay nada mejor que la influencia de una madre sobre su hijo. Dios nos dio la oportunidad de moldear el carácter de nuestros hijos y guiarlos en sus caminos.
Nuestro deseo en revista Crece, es que los recursos que te recomendamos en esta edición sean buenas herramientas para el gran trabajo que haces como mamá.
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