Las necesidades nacionales deben estar por encima de cualquier ideología o aparato político, deben ser prioridad de los mandatarios y jefes de Estado. La democracia mexicana ha decidido por la alternancia en el poder. Ahora, el presidente electo habrá de trabajar por la unidad y el desarrollo del país. La voluntad política deberá enfocarse en los sectores productivos.
Andrés Manuel López Obrador se ha manifestado en el pasado en contra de la Reforma Energética del año 2014, pero en tiempos recientes, ha aceptado la necesidad de un nuevo marco normativo en la generación de energía, que impulse la participación de capital privado, que cumpla con los análisis de legalidad y libre competencia.
Dicho panorama permite diversas oportunidades de negocio para otras industrias. En lo que compete a la nuestra, su presencia es determinante para garantizar un alto grado de seguridad en las ocupaciones, asegurando la continuidad de operación y blindando la inversión.