El aumento demográfico sigue detonando la necesidad del crecimiento de las grandes urbes, lo que ha traído consigo el desarrollo de mayor infraestructura y la incorporación de nuevos materiales de construcción, sin embargo, nos debemos de cuestionar si estas nueva edificaciones son del todo seguras frente a un fenómeno fortuito como lo es un incendio, si consideramos que deben de reunir las condiciones mínimas de seguridad y bienestar.
En el mercado podemos encontrar diversas soluciones tecnológicas que contribuyen a limitar los daños y el peligro para las personas, así como facilitar las rutas de evacuación y reducir los daños a la edificación. Los esfuerzos regulatorios se están realizando. Aunque aún falta camino por recorrer en distintos reglamentos de construcción del país, ya se empiezan a incluir este tipo de requerimientos.