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Los desastres de la guerra

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L'art de parlar

L'art de parlar

¿Fue goya el artista que mejor supo reflejar la Guerra de la Independencia Española?

“Los desastres de la guerra” es una serie de 82 grabados del pintor español Francisco de Goya, realizada entre los años 1810 y 1815. El horror de la guerra se muestra especialmente crudo y penetrante en esta serie. Las estampas detallan las crueldades cometidas en la Guerra de la Independencia Española.
Texto de Raul F. Parra

Una cosa voy a decir, Napoleón, ese bajito francés que tuvo en jaque a medio mundo, nos la intentó colar a los españoles. Y eh, estuvo a puntito, pero mira que somos tozudos. Os cuento. En 1807 se firmó el tratado de Fontainebleu, ese bajito necesitaba impedir el tráfico comercial de Portugal con los británicos, y que hizo? Pues se sacó un conejo de la chistera. Llamó a Carlos IV, un Borbón tonto padre de otro Borbón tonto, Fernando VII, y le propuso ocupar conjuntamente Portugal, y claro está, aceptó! El ansia de poder es incontrolable.

Desastres de la guerra n.º 3: Lo mismo
Un campesino español, con un hacha, ataca a un grupo de militares con tremendo ademán de labriego. Los soldados enemigos, con gorros de piel, y agudos alfanjes, no aciertan a defenderse del terrible leñador. Un compañero suyo a la izquierda, apuñala briosamente al militar sobre el que está montado Esta represalia de la estampa precedente, en la que los soldados extranjeros actúan de dueños, pierde su sentido heroico, para subrayar que, en cualquier caso, da lo mismo tener razón o no..

¡Cosa fina! Quien se puede resistir a un Bacalhau Lagareiro. La cuestión, que con el pretexto de ir a Portugal, mira por donde les gustó España, y aquí que se quedaron. Seguidamente, Napoleón obligó a abdicar al padre Borbón en su hijo y seguidamente en el hermano de Napoleón, Jose Bonaparte I de España y de las Indias, como queda registrado en las Cartas de Bayona. Si lo sé, menudo de lío, pero antes no era mucho más diferente que ahora, la diferencia es que ahora tenemos twiter y los trapos sucios se airean antes.

Desastres de la guerra n.º 7: ¡Qué valor!
Ilustra a Agustina de Aragón, que se convirtió en la más famosa heroína de los sitios. Goya interpretó a Agustina disparando el cañón sobre la puerta del Carmen. Es una ilustración sencilla pero muy visual y realista, la simplicidad de la misma no deja indiferente a nadie.

Es extraño pensar que pudo ser tan fácil Ante esta ocupación encubierta, los patriotas se rebelaron, pero hubo otro bando, sí, hubo quien aceptó a José Bonaparte, se les llamó los afrancesados.

Lo hicimos, junto al ejército regular, muchos voluntarios con escaso armamento y preparación, se lanzaron hacia el invasor, y ¡toma ya! Alguna batalla ganamos, como la de Bailen en 1808, obligándolos a retirarse a los Pirineos.

¿Qué creéis que quedaría la cosa ahí? Napoleón envió a la Grande Armee, un ejército de 250 mil hombres de esos que te quitan el hipo, es como ver venir al PSG, plagado de estrellas, a jugar al Camp Nou y pensar: - Nos van a meter 5 a 0.

Desastres de la guerra n.º 9: No quieren.
Tiene como tema principal la violación, mostrándola como uno de los conflictos que sufren las mujeres en la guerra. La escena principal consta de un hombre, que porta el uniforme de la milicia francesa, abrazando de forma violenta a una mujer, a la que se ve de espaldas, mientras ella se resiste y araña la cara del hombre con la mano derecha. A espaldas del hombre se encuentra otra mujer caminando hacia el soldado empuñando un puñal con su mano derecha

-Soy Napoleón Mbapé. Y así fue, nos los metieron, como se demuestra en la Batalla de Ocaña de 1809. Los españoles, ante la superioridad militar francesa en campo abierto, recurrimos a un tipo inédito de guerra, la guerra de guerrillas. Eran cuadrillas de gente del pueblo, campesinos en su mayor parte, conocedoras del terreno que se dedicaban a emboscar a las tropas francesas interceptando correos y suministros, asaltando convoyes y destruyendo comunicaciones, con ElEmpecinado en cabeza.

Desastres de la guerra n.º 53: Espiró sin remedio.
La gente se remolina junto a una persona que acaba de morir en plena calle, seguramente habrá caído fulminada. Se puede observar un cura que le atiende espiritualmente, a un burgués con su hijo e incluso a una criada con su cesto, buscando haber si podía hacerse con algo de comida para llevarla a la casa donde sirve. Goya nos regala con una gama de actitudes en la expresión de los mirones, desde el dolor al espanto, creando una atmósfera densa y grave.

Y ante el vacío de poder causado por la ausencia de los reyes españoles, la junta central convocó cortes para suplir dicho poder, configurados en dos grupos: Liberales, influenciados por las ideas de la revolución francesa y absolutistas, que defendían los privilegios a la Monarquía siendo una minoría. El día 19 de marzo de 1812 promulgaron la constitución.

Otra batallita más, hasta mediados de 1812 las tropas napoleónicas dominaron la Península. El giro se produjo cuando Francia entró en guerra contra Rusia. Napoleón se vio obligado a retirar tropas de España para destinarlas a la campaña rusa. Amigo la cagaste.

Tan bien que pintaba, hasta que apareció el duque Sajón de Wellington... Sí, ¡Éramos pocos y parió la abuela! Asumió el mando militar de la coalición anglo-española, y consiguió finalmente el objetivo de expulsar a los franceses de la Península.

Sólo en ese instante, Napoleón, con la guerra prácticamente perdida, liberó a Fernando VII mediante la firma del Tratado de Valençay, lo restauró en el trono y dejaba a España libre de la presencia extranjera. Por cierto, apellido Borbón, igualito que García o Tarradelles, en fin…

¿Lo podrías haber criado tu señor Bonaparte? Por las molestias de intentar conquistarnos. Menuda liaría más tarde el hijo tonto del padre tonto, aunque eso otra historia.

Que puedo decir de Fernando VII, que ha sido el peor monarca que ha tenido España, y ya es decir mucho.

-Muestro lo que he vivido en mis carnes. Dijo Goya.

Desastres de la guerra n.º58: No hay que dar voces.
Goya muestra a los hambrientos y llenos de harapos de primer plano, contraponiendo a los franceses y gente acomodada, que no parecieron dicha escasez de alimentos de una forma tan cruel. Goya buscaba la dignidad de la pobreza, no lamentando ante los franceses su hambruna y su situación, e incluso rechazar sus limosnas como muestra la cara girada del hombre de primer plano.

Voy a decir algo que duele. La guerra de la Independencia tuvo unas consecuencias catastróficas para España. En el plano demográfico murieron 250.000 españoles y si añadimos los que no nacieron como consecuencia de la guerra y la hambruna producida por la falta de subsistencias, la pérdida demográfica total sería de 350.000 personas para una población de 12 millones de habitantes.

A todo español le fue mal, nadie ganó. La ruina económica fue total y España quedó devastada. Los ejércitos contendientes y las guerrillas se aprovisionaron sobre el terreno mediante requisas. La devastación y los robos diezmaron la producción agraria.

Aprender a subsistir fue obligatorio. El transporte de mercancías se paralizó, pues los bueyes, mulos, caballos y otros animales de tiro fueron incautados por los militares. Las ovejas ya no servían para producir lana y por consecuencia jerséis, hoy los partidos animalistas estarían contentos, solo servían para alimentar a los militares.

A la rapiña de los franceses se unió la deslealtad de los ingleses. No pongáis el grito en el cielo, esto es así, cada uno calienta su culo. Los que vinieron a ayudarnos bombardearon, por orden de Wellington, la industria textil de Béjar, ya que era competidora de la inglesa, y destruyeron la real fábrica de porcelana del Buen Retiro en Madrid cuando ya los franceses habían evacuado la ciudad. Ni hicieron por disimular.

Desastres de la guerra n.º 62: Las camas de la muerte.
Las propias calles de Madrid y los claustros se convertían en las camas de la muerte para aquellos que morían de hambre o de las enfermedades asociadas a ella. Goya muestra los cadáveres envueltos en sabanas y dispuestos para ser conducidos a las gigantes fosas comunes. Se puede observar una persona tapándose la nariz y la boca con una sabana para evitar caer enferma.

Aceptar esta crueldad era lo que nos quedaba, tampoco podíamos hacer más.

Lo sé, ¿vosotros que pensabais que aguantarlos en mallorca era lo peor que nos podrían hacer?

Que consecuencias hubieron, pues que se interrumpió el proceso de modernización que se había iniciado con la Ilustración. Algunos de estos ilustrados se afrancesaron y, tras la guerra, descalificados como traidores, tuvieron que marchar de España. Fue el primer exilio en nuestra historia contemporánea. Vendrían muchos más.

Nunca tuvimos el control a partir de ese momento. Tras la ocupación francesa, comenzaron los procesos independentistas en Latinoamérica, que serían irreversibles. En 1814 se restableció el dominio español sobre buena parte de las colonias –no así en Argentina–, pero no se restauraron los nexos económicos, y además ya no sería duradero: una década después todas las colonias del continente americano se habían emancipado.

¿Consigo que os hagáis una idea? Lo peor fue la imagen que nos forjamos de nosotros mismos. Nos veíamos como un pueblo inferior, reaccionario, al margen de la modernidad europea, lleno de curas carcas, que sentía, a pesar de todo, cierta fascinación por Europa y especialmente por Francia.

¡Joder!Apenas hemos cambiado.

Desastres de la guerra n.º82: Esto es lo verdadero.
La última de las obras muestra más los deseos de Goya que la realidad del país. La situación de ruina económica, fractura social y el regreso a los postulados políticos y religiosos pre-constitucionales no dejaban lugar a la esperanza. De esta forma, muestra un mundo idílico en el que la paz apoya su mano en el hombre, y le indica que sólo mediante el trabajo de arrancar a la tierra sus frutos podrá volver la vida y la riqueza.

“Esta maldita Guerra de España fue la causa primera de todas las desgracias de Francia. Todas las circunstancias de mis desastres se relacionan con este nudo fatal: destruyó mi autoridad moral en Europa, complicó mis dificultades, abrió una escuela a los soldados ingleses... esta maldita guerra me ha perdido.”

Napoleón Bonaparte

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