BuenNueva Nº 76

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Revista para la Nueva Evangelización

Año 13

mayo

2019

n o 76


mosaico

Contenido

ORACIÓN

[Directores] Sara Alonso Daniel García [Subdirectora] Dayana Figarella [Jefe de redacción] Juan José Guerrero

Ofrezcan los cristianos ofrendas de alabanza a gloria de la Víctima propicia de la Pascua. HACIA ORIENTE 3 Editorial Daniel y Sara

[Consejo de redacción] Luciano García Matas Raquel Fernández de Bobadilla César Allende García Jorge L. Santana Dumas Horacio Vázquez Cermeño

CANTEMOS AL SEÑOR 8 Eclesiástico 4,20-23

[Administración] Josué Santana Neira

24 Un caminante sin descanso

[Directores de zona] Almudena García Peña Juan Frutos Soria Juan Manuel Balmes Juan Antonio Tuñón González José I. Dionisio de la Torre

KERIGMA 26 Las profecías de Ratzinger

[Colaboradores] Francisco Lerdo de Tejada Jesús Castro Cortés Fernando Cerezo Carlos Linares Juárez Fernando Zufía García Valentín de Prado Julio Cerezo [Maquetación] J. Kiróbel Rodríguez

Horacio Vázquez

TESTIGOS DE LA VERDAD 12 Entrevista a Mayte García Sara Alonso Pedro Estaún

BUENANUEVA

ESPADA DE DOS FILOS 30 La opción benedictina I Ramón Dguez

FUERZA EN LA MIRADA 36 Guárdame un sitio en tu equipo, mister Raúl García Sanz

ALDEA PLANETARIA 42 El juicio de las naciones Jesús Bayarri

LUZ PARA EL MUNDO 48 El abandono de Teresa Francisco Javier Alba

58 Absolutización Francisco Lerdo de Tejada

62 Necesidad de entender la vida sexual A. L. Quintás

RAZÓN CREADORA 68 España y el CSIC Alfonso Carrascosa

MOSAICO 74 Y el diablo me tentó Manuel del Pino

EDUCACIÓN PARA LA VIDA 82 Cómo ser más eficaz en el trabajo Raúl Espinoza

84 Sentido del dolor Rebeca Reynaud

CINE 90 El caso de cristo

¿Qué has visto de camino, María, en la mañana? A mi Señor glorioso, la tumba abandonada, los ángeles testigos, sudarios y mortaja. ¡Resucitó de veras mi amor y mi esperanza!

Gloria María Tomás y Garrido

ENTRETENIMIENTO ORACIÓN

Venid a Galilea, allí el Señor aguarda; allí veréis los suyos la gloria de la Pascua. Primicia de los muertos, sabemos por tu gracia que estás resucitado; la muerte en ti no manda.

[Web] Josué Santana Neira [Edita] Paseo Castaños, 8 28660 Boadilla del Monte Madrid, España Telf.: 91 759 79 68

[Depósito legal] M-26182-2006

Lucharon vida y muerte en singular batalla y, muerto el que es la Vida, triunfante se levanta.

José Gómez Adrove

78 El viejo ogro

[Ilustraciones] Julian García

[E-mail] info@buenanueva.es [web] www.buenanueva.es

Cordero sin pecado que a las ovejas salva, a Dios y a los culpables unió con nueva alianza.

Rey vencedor, apiádate de la miseria humana y da a tus fieles parte en tu victoria santa. Amén.

Si quieres ayudarnos, puedes enviar tu aportación a la Asociación Canónica Bendita María a través de la cuenta:

Bankinter: ES82 0128 0198 77 0100030884

SECUENCIA DE PASCUA Himno de Laudes


hacia oriente

¡Cristo ha resucitado! ¡Verdaderamente ha resucitado!

El saludo pascual por excelencia del cristiano que nos recuerda en este tiempo el acontecimiento fundamental de nuestra fe. Elecciones, movimientos sociales, conflictos en países hermanos…tantas veces nos perdemos en la actualidad cuando no hay nada más actual y auténtico para el cristiano que la noticia de que está resucitado. En este tiempo pascual tenemos el deber, expresado en el libro de los Hechos de los Apóstoles, de vivir de la alegría y la paz de haber experimentado la resurrección. Dice san Pablo a los Romanos en el capítulo 6: ¿Es que no sabéis que los que por el bautismo nos incorporamos a Cristo Jesús fuimos incorporados a su muerte? Por el bautismo fuimos sepultados con él en la muerte. ¡Oh maravilla nueva e inaudita! No hemos muerto ni hemos sido sepultados, ni hemos resucitado después de crucificados en el sentido material de estas expresiones, pero, al imitar estas realidades en imagen hemo obtenido la salvación verdadera, dicen las Catequesis de Jerusalem a propósito del bautismo como figura de la Pasión. Si miramos detenidamente la talla de piedra de la imagen, podemos ver cómo cada uno de los apóstoles tiene un atributo concreto, una misión concreta dentro de la cena de Pesaj que iban a celebrar la noche en que Cristo fue entregado. ¡Hasta Judas tiene su misión dentro de aquel grupo! Pues cuánto más cada uno de nosotros, hermanos, en este tiempo, hemos de ser mensajeros de esta Buena Nueva y llevarla, en nuestra debilidad, en nuestra pobreza, con nuestro pecado, … pero hacer llegar a todo hombre que está esperando en la calle conocer que hay alguien le ama y da la vida por él. La autenticidad del mensaje no depende de la calidad del mensajero o de la construcción intelectual de las palabras correctas, si no, más bien, de la certeza vivida y experimentada del amor y la gratuidad de una muerte que ha entrado en la muerte para destruirla de una vez para siempre. El Papa nos ha invitado desde el inicio de su pontificado a salir a las periferias a anunciar la buena noticia de la resurrección de nuestro Señor Jesucristo. Salgamos pues, pongamos en juego nuestra condición de cristianos, anunciemos a conocidos y extraños aquello que celebramos en estos días.

¡Feliz Pascua, hermanos!

Daniel Y Sara

Talla en un soportal en Peratallada, Gerona

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cantemos al Señor

“Me apoyo contigo en Aquel que lo puede todo con los instrumentos más débiles ; lo esencial es que nos apoyemos en Él sólo y que nuestra confianza sea sin límites, Él sabrá suplirlo todo.” Santa Magdalena Sofía Barat (12/12/1779 - 25/05/1865) Religiosa francesa, f undadora de la Sociedad del Sagrado Corazón de Jesús.

“Mi felicidad consiste en que sé apreciar lo que tengo y no deseo en exceso lo que no tengo.” Leon Tolstoi (28/08/1828-07/11/1910) Novelista ruso. Máximo exponente del realismo literario ruso. Autor de Guerra y paz y Anna Karenina.

“Me apoyo contigo en Aquel que lo puede todo con los instrumentos más débiles ; lo esencial es que nos apoyemos en Él sólo y que nuestra confianza sea sin límites, Él sabrá suplirlo todo.” San Felipe Neri (21/07/1515- 26/05/1595) Santo italiano fundador de la congregación del oratorio.

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“Ser cristiano significa perdonar lo inexcusable en otros porque Dios perdonó lo inexcusable en ti.” Clive Staples Lewis (29/11/1898 – 22/11/1963) Novelista, académico y ensayista británico. Autor, entre otras obras, de Las Crónicas de Narnia.

“He comprendido que todo depende del Señor, sé que nadie me tocará ni siquiera un pelo sin su voluntad.” Santa Faustina Kowalska (25/08/1905 – 05/10/1938) Helena Kowalska, apóstol de la Divina Misericordia, religiosa polaca, considerada como una de las más notables místicas del cristianismo.

“Sagrado Corazón de Jesús, enséñame a olvidarme enteramente de mí, ya que éste es el único camino para entrar en ti.” San Claudio de la Colombiere (1641-15/02/1682) Fue un religioso jesuita, misionero y autor de obras de ascetismo francés. Director espiritual de Santa Margarita María Alacoque, lo que hace de él un apóstol ardiente de la devoción del Sagrado Corazón.

arca

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El

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Camino de la Pascua con Teresa de Jesús, de Ángel Moreno San José El Hombre, de Manuel Requena Historia de la salvación recitada, de Jesús Cortés Pendón Entre Islam y Cristianismo, de Ramón Domínguez Historia de un alma, de Teresa de Lisieux El peregrino ruso, anónimo La cólera de las rosas, de Chesterton

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cantemos al Señor

Eclesiástico 4, 20-23

“Ten en cuenta las circunstancias y guárdate del mal, Pero no te avergüences de ti mismo. Porque hay una vergüenza que conduce al pecado, Y hay una vergüenza que es honor y gracia. No tengas miramientos en perjuicio propio, Ni sientas vergüenza por tu caída. No dejes de hablar cuando sea necesario, Ni escondas tu sabiduría por la belleza”.

Horacio Vázquez

La vergüenza en el ser humano, del latín “verecundia”, es un término que en su sentido literal camina en las dos direcciones del comportamiento humano, pues bien se dice de ella en el EspasaCalpe que es “la turbación del ánimo por la comisión de alguna falta o pecado”, o en sentido contrario, que es “la estimación de la propia honra y virtud que nos lleva a actuar correctamente”, así cuando decimos que “es un hombre o una mujer que tiene vergüenza”. 8

Y así fue desde el principio de los tiempos, pues tras el pecado de Adán y Eva, nos explica el Génesis que ambos sintieron vergüenza: “Se les abrieron los ojos a los dos y descubrieron que estaban desnudos; y entrelazaron hojas de higuera y se las ciñeron”. Nos cuesta ahora trabajo en estos tiempos penosos del desparpajo y la desvergüenza que se exhibe en los comportamientos humanos, imaginarnos el candor y


cantemos al Señor

la pureza de nuestros padres, Adán y de Eva, en el estado primigenio de inocencia en que fueron creados. Dice san Juan Crisóstomo que eran “como dos ángeles revestidos de cuerpos”, donde la materia no pesaba, ni tiraba de ellos hacia la tierra, y el espíritu de Dios llenaba de sentido todos sus actos, pues como dice san Agustín, “se sujetaba la carne al espíritu sin la menor repugnancia”, sin atisbos de rechazo.

La vergüenza en el ser humano, del latín “verecundia”, es un término que en su sentido literal camina en las dos direcciones del comportamiento humano, pues bien se dice de ella en el EspasaCalpe que es “la turbación del ánimo por la comisión de alguna falta o pecado”, o en sentido contrario, que es “la estimación de la propia honra y virtud que nos lleva a actuar correctamente

Vergüenza y timidez

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cantemos al Señor Y por eso, después de su desobediencia, cuando oyeron la voz del Señor que se paseaba por el jardín “a la hora de la brisa”, Adán y Eva “descubrieron que estaban desnudos”, es decir, sintieron vergüenza de su desnudez, y se escondieron entre los árboles del jardín, “y entrelazaron hojas de higuera y se las ciñeron” (Génesis 3, 7). Se dice a este respecto, que en Egipto hay una especie de higuera a la que llaman “de Adán”, cuyas hojas tienen cerca de una vara de largo y unos dos pies de ancho, y que de ellas se vistieron los ocupantes del Paraíso. Así, la vergüenza, en su plano moral, se asocia con el miedo y la pérdida de la confianza del pecador, que se esconde al ser descubierta su falta.

Porque así está escrito en el Libro Sagrado para nuestra instrucción: “No contradigas a la verdad, Y avergüénzate de tu ignorancia. No te avergüences de confesar tus pecados, Ni te opongas a la corriente del río”. (Eclesiástico 4,25-26)

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Y esta misma duplicidad de sentidos, para lo bueno y para lo malo, se nos ofrece en las enseñanzas que el Libro del Eclesiástico nos brinda en este pasaje, pues nos dice: “Porque hay una vergüenza que conduce al pecado, y hay una vergüenza que es honor y gracia”. Así clamó el profeta Ezequiel, porque el sentimiento de vergüenza por el pecado cometido puede ser para nosotros el primer paso para la purificación de nuestra alma, pues dice: “Y cuando os acordéis de vuestra conducta perversa y de vuestras malas acciones, sentiréis vergüenza por vuestras culpas y acciones detestables”, y así se nos insiste por el profeta: “Sabedlo bien, no lo hago por vosotros –oráculo del Señor Dios-; avergonzaos y sonrojaos de vuestra conducta, casa de Israel” (Ezequiel 36, 31-32). Y hay una vergüenza en la derrota, que nos atrevemos a llamar “mística”, cuando parece que perdemos los apoyos y nos abandonan los auxilios en los que confiábamos, y nos encontramos solos y desamparados, y en la que, en medio de la tribulación, se nos invita a no perder la fe ante el fracaso: “No tengas miramientos en perjuicio propio, ni sientas vergüenza por tu caída”, y en tanta humillación, clamamos con las palabras del salmo proféticos: “Dios mío, no te quedes a distancia, Dios mío, ven aprisa a socorrerme”(70,12), y nos apiadamos del que reza con unción y timidez, caído en el suelo, y bajo la cruz de su agonía:


cantemos al Señor “En ti confiaban nuestros padres; confiaban y los ponías a salvo; a ti gritaban, y quedaban libres; en ti confiaban y no los defraudaste. Pero yo soy un gusano, no un hombre, vergüenza de la gente, desprecio del pueblo; al verme se burlan de mí, hacen visajes, menean la cabeza” (Salmo 22,5-8). bn

“Y cuando os acordéis de vuestra conducta perversa y de vuestras malas acciones, sentiréis vergüenza por vuestras culpas y acciones detestables”, y así se nos insiste por el profeta: “Sabedlo bien, no lo hago por vosotros –oráculo del Señor Dios; avergonzaos y sonrojaos de vuestra conducta, casa de Israel”

Vergüenza y timidez

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testigos de la verdad

Hoy entrevistamos a Mayte García, modelo, instagramer y, para muchos, muy conocida por ser la esposa del exfutbolista de Real Madrid, Valencia C. F. y selección española, entre otros equipos, Santiago Cañizares. Dios les ha regalado cuatro hijos, los tres pequeños trillizos y hoy nos cuenta su experiencia de fe a través de la vida de su hijo Santi. Un ángel que sin duda está en el cielo. Actualmente colabora con la fundación El sueño de Vicky, fundación creada para ayudar a niños enfermos de cáncer. Sara Alonso Hidalgo

BN: Mayte, preséntate y cuéntanos, ¿quién eres y de dónde vienes? Mayte: Yo vengo de una familia creyente. Mis padres tampoco eran muy practicantes, mi abuela sí. Alguna vez íbamos a misa, pero no todas las semanas, por lo que yo siempre he tenido muchas dudas en cuanto a la fe. Si me ponía a leer la biblia, no entendía nada y tampoco nadie me resolvía las dudas. Soy cristiana, creo en 12

Dios, pero no sé en qué se basa esto. Ahora con el tiempo, creo que todo lo que me ha pasado en la vida, tenia un sentido, todo te lleva a algo y tiene un por qué. Por ejemplo, con nueve años, un intimo amigo de la familia, se murió de un tumor cerebral. Mi madre me llevó al hospital el día que se estaba muriendo, no le vi, pero oí las ultimas respiraciones roncas.


testigos de la verdad

SANTIAGO, un รกngel en el cielo

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testigos de la verdad De siempre he sido muy miedosa e hipocondriaca. Crezco en una familia normal, creyente no practicante, por parte de mi abuela creyente muy practicante. Mi abuela falleció y mi padre se puso enfermo a raíz de una operación de reducción de estómago. Mi padre vivió año y medio de regalo con nosotros. La relación que yo tenia con él era sobrenatural. Mi madre es mi vida, es todo para mí, soy todo gracias a ella. El fallecimiento de mi padre fue el primer batacazo, encontronazo con la vida. Yo tenia 29 años. Soy muy positiva y espiritual pero no me esperaba que mi padre falleciese así. Me costó, pero lo acepté. Pienso que estas cosas que te manda la vida que a mí me costaron mucho, me estaban preparando para el mogollón que venia después. Yo pienso que, si hubiese enterrado antes a mi hijo que, a mi padre, no lo hubiese soportado igual. Al haber enterrado primero a mi padre, que era un pilar importantísimo en mi vida, me preparó, me hizo pensar en lo que había después de la muerte, en que no acaba todo con la muerte, que hay vida en cielo. Yo le he pedido mucho a mi padre, que estuviese conmigo, que estuviese con Santi, que nos ayudara. Yo les hablo mucho, a los dos: a mi padre y a Santiago.

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Al haber enterrado primero a mi padre, que era un pilar importantísimo en mi vida, me preparó, me hizo pensar en lo que había después de la muerte, en que no acaba todo con la muerte, que hay vida en cielo


testigos de la verdad

BN: Cuéntanos la historia de Santi, por favor. Mayte: La historia de Santi, así, a groso modo, porque no me gusta contar las horas de hospital, el sufrimiento y las penurias de la UCI. Creo que cuando te pasa algo así, tienes que quedarte con lo bueno. Santi se pone malito como cualquier niño, vomitan-

do, lo llevamos al médico y al día siguiente le dio una convulsión. Estuvo dos semanas en un hospital pensando que era meningitis con una recuperación tórpida y al final tenia un tumor diseminado por toda la cabeza. Después de la convulsión, mi hijo entró en coma porque su cuerpo no era capaz de mantenerse despierto.

Santiago, un ángel en el cielo

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testigos de la verdad Estaba en la UCI del Hospital la Fe de Valencia. No podíamos estar con él, solo a las horas de visitas. Allí le dieron los dos infartos cerebrales. De repente nos llaman por teléfono. Santiago estaba recogiendo a las niñas del cole y yo estaba en casa. “Papás de Santiago Cañizares, vénganse para el hospital rápido que su hijo se está muriendo.” Santi llego a casa, se metió en la habitación y me dijo: - Respira hondo. Santi se está muriendo. Vámonos. En ese momento yo no era capaz de llorar, solo pegaba patadas al aire. De camino al hospital solo decía “no puede ser, no puede ser. ¡No!”. Llamamos a la familia, todos en el hospital. Le operaron a vida o muerte con un 90% de probabilidades de que se muriese. El niño sobrevivió a la operación. Cuando le abrieron descubrieron que estaba todo el tumor diseminado y que tenía toda la cabeza inundada de cáncer. Nos dieron la opción de seguir luchando o dejarlo dormido ya, porque para qué hacerlo sufrir. Nos miramos mi marido y yo nos dijimos: -Si este niño ha tenido la oportunidad de morir y se ha agarrado a la vida como se ha agarrado, tu y yo, a por todas. 16

Estuvo cuarenta días en la UCI. Intentamos despertarlo en varias ocasiones y no había forma. Nos arriesgamos a empezar a darle quimio en esas condiciones. A raíz de ahí, mi cuñada Gema, la hermana de Santi, estaba pasando por un momento complicado en su vida y se unió a un grupo de fe y ella con ese grupo. Venían al hospital y me hacían rezar. Me costó mucho al principio entrar en la UCI y ver a mi hijo, porque visualmente no podía, no quería verle así. El ver a mi padre muerto me generó un trauma y no quería pensar que iba a ver a mi hijo así. No lo podía soportar. Poco a poco, empecé a aprender a rezar el Rosario. Lo rezaba con él dentro de la UCI. Era el rato que estaba con él. Lo rezaba, volvía a salir, me daban otra oración, volvía a entrar a rezarla con él, le cogía de la mano y rezaba. Y cuando yo le rezaba, le subían las pulsaciones.

¿Por qué venimos a este mundo? Cada uno tiene una misión en este mundo y realmente mi hijo estaba viviendo lo que le había tocado vivir


testigos de la verdad

Yo sé que me estaba oyendo. Solo le subían las pulsaciones cuando yo rezaba a su lado y, a la vez, yo iba encontrando mi paz interior. Fue el momento que dije: “Me gusta. Ésto es verdad”. A partir de ahí la oración

fue mi pilar. Sientes tanto miedo, tanta angustia y de momento, encuentras paz interior, de verdad es que se siente. Empecé a hablar con mucha gente cercana para que me contasen el espíritu de lo que es ser cristiano.

Santiago, un ángel en el cielo

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testigos de la verdad ¿Por qué venimos a este mundo? Cada uno tiene una misión en este mundo y realmente mi hijo estaba viviendo lo que le había tocado vivir. Mi hijo era una persona de mucho bien y había sido creado para dar lecciones de vida plena. Todo iba cobrando sentido porque durante todo el tiempo que estuvo malo, yo le prestaba muchísima atención a cada movimiento, cada gesto que había tenido durante sus tres primeros años de vida y los que tenía ahora. La fe no es para otro y dije: -Hijo, el tiempo que vivas aquí, a mi lado, tienes que ser feliz. Y yo tengo que intentar que seas lo más parecido a como eras antes, que puedas hacer las mismas cosas. Porque cuando él se despierte, no va a mover nada, no va a entender nada. Porque a él le dio una convulsión en un hospital, entró en coma, le trasladamos a otro hospital y se va a despertar un mes y medio más tarde. Cuando se despertó empezamos a ver qué secuelas le habían quedado.

Siempre digo que estaré eternamente agradecida a Dios por haberme elegido madre de Santi. Porque Él sabe a quién elige 18

BN: ¿Qué edad tenía Santi? Mayte: tres años.

BN: ¿Qué pasó a raíz de que despertase? Mayte: En un momento que me quedé sola con él, le dije: - Tú siempre has sido un campeón, has tenido mucho coraje y ahora tenemos que unir las fuerzas de madre e hijo. Le conté todo lo que le había pasado, pero que le prometía que iba a volver a andar, a comer… Los médicos me lo prohibían todo “no le des de comer, no hagas eso, te lo va a cargar…”. Un mes tardé en que tomara una gota de natillas. Todos los días cada media hora le mojaba los labios con las natillas y lo conseguí. Me hice un cursillo intensivo de medicación, sondas y demás. Me llegaron a llamar la residente. Quince meses después, tras cuatro sesiones de quimio y tres de radio, le hacen las pruebas y de todo lo que tenía, le quedaba el tumor primario que además había reducido un montón. No le podían tratar más porque le mataban.


testigos de la verdad

BN: Durante los dos años de su la Ruber en Madrid que ataca directa- enfermedad ¿con qué momentos mente al tumor, pero no a los tejidos te quedas? Salió un método nuevo que estaba en

aledaños. Nos fuimos a Madrid con una ilusión bárbara. Allí le hicieron una resonancia y nos dijeron que se le había reproducido todo. No había nada que hacer y que le quedaban dos meses o tres de vida. El viaje a Valencia fue horroroso. Silencio absoluto. Todas las ilusiones se esfumaron y a partir de ahí, Santi, su padre, tiró la tolla.

Mayte: Durante el proceso viví momentos espectaculares con él. Esta muy bien decir “venga tenemos que disfrutar la vida”, pero Santi no lo decía, lo hacía. A mi Santi me ha enseñado a intentar ser cada día mejor persona para poder ayudar a más gente. Eso me lo enseñó él. Santi era un niño super risueño, ya le podían Santiago, un ángel en el cielo

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testigos de la verdad estar haciendo de todo en el hospital, que siempre estaba riendo y eso al final es creérselo. Siempre digo que estaré eternamente agradecida a Dios por haberme elegido madre de Santi. Porque Él sabe a quién elige.

BN: ¿Cómo fue el día en que fallece? Mayte: Pues fue el mejor y el peor día de mi vida. El mejor porque cuando ves al hijo de tus entrañas sufrir como está sufriendo, quieres que deje de sufrir. El sabía que se iba al Reino de los Cielos, que se iba pegadito a Dios porque es un elegido. Hoy estoy convencida. Lo peor es que ya no está conmigo. Ahora la muerte ya no me da miedo porque sé que el primero que va a venir a buscarme, va a ser él.

El día en que nuestro hijo falleció fue el mejor y el peor día de mi vida La noche antes de que se muriese, le noté la respiración ronca que había oído con el amigo de mis padres que he contado al principio. Nos abrazamos a él. Por la mañana vino mi familia a despedirse. Empezamos en la habitación nosotros, la familia, los enfermeros y empezamos a poner videos en el móvil y a contar batallitas de Santi. Santi a horas de morirse y allí estábamos todos, acompañándole y riéndonos. La gente del hospital alucinaba, decían que nunca habían visto algo así. Estábamos despidiéndonos con todo el amor del mundo, con lo pequeño que era ha hecho una obra increíble en la familia y para la gente que le ha conocido ha sido un testimonio de vida.

Me llegaron a llamar la residente. Quince meses después, tras cuatro sesiones de quimio y tres de radio, le hacen las pruebas y de todo lo que tenía, le quedaba el tumor primario que además había reducido un montón. No le podían tratar más porque le mataban. 20


testigos de la verdad El estaba semiinconsciente pero cada vez que entraba yo en la habitación, me llamaba. Era la forma como de prepararme para su muerte. Mi marido le había dado permiso para que se fuese, yo no. Me dijo mi marido “relájate, déjale irse”. Entré en la habitación, Santi le cogió en brazo, todos alrededor y le dije: Santi, soy mama, estoy super orgullosa de ti, has sido un campeón. Solo te pido que seas feliz porque mamá va a sonreír cada día por ti hasta que me vuelva a encontrar contigo Cuida de tus hermanas desde el cielo y dame esa paz que estás teniendo tú para poder ayudar a lo demás. Acabé esa frase y se dejó ir. Espectacular. Le di un beso inmenso y un abrazo y le dije a mi marido: -Mi función como madre terrenal, porque ahora está con la Virgen, ha acabado. Me voy a prepararle su fiesta. La sensación que yo tuve cuando murió mi hijo creo que la volveré a sentir cuando yo cierre los ojos. Sentí una paz, una sensación de tranquilidad que yo decía: -Si esto es el 1% de lo que está sintiendo mi hijo, ya podemos estar tranquilos. Estaba contenta, feliz, el se tenía que ir y se fue de una forma muy bella. Cuando se lo conté a la mayor se le puso la misma cara de felicidad y paz que a mí. Santiago, un ángel en el cielo

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testigos de la verdad BN: ¿Cómo fue la “fiesta” de Santi? Mayte: Cinco días antes de que Santi muriera, llamé a una soprano y le hice venir al hospital para elegir con él las canciones que quería que le cantasen el día de su funeral. Fue precioso.

BN: ¿Cómo estáis después de un año? Mayte: Pues yo siento a Santi dentro de mí. Me da la paz que le pedí, es una unión que no se puede describir. Santi y yo estamos muy bien, él nos da la fuerza. El merito no es nuestro, es de nuestro hijo que nos cuida. Cuando a mi hijo le dieron los dos infartos, sabíamos que le tocaba partir. Dios nos le ha regalado quince meses más. Cada día era un regalo. Si no hubiese tenido esos meses, seguramente no hubiese entendido nada y estaría como muchas familias con una tristeza brutal. Dios nos regaló disfrutar de Santi.

BN: En el mundo donde os movéis vosotros de televisión, con gente famosa donde tantas veces todo es frívolo, ¿entienden vuestra manera de vivir el acontecimiento de la vida de vuestro hijo con la fe que Dios os ha regalado? Mayte: Pues dentro de la banalidad que hay y del vacío que hay dentro de algunas personas, te sorprenderías. Hay mucha gente creyente que tiene fe pero que no lo demuestra para que no les cataloguen. Yo me considero una persona normal con mis millones de defectos y alguna virtud y la fe me hace vivir en esa realidad, en la humildad de intentar hacer el bien a los demás porque eso me hace estar en paz y ser feliz. Mi misión no es decirle a la gente lo qué tienen que hacer, mi misión es contar cómo yo vivo la vida, aunque a muchos les parezca chino y crean que es un consuelo lícito, aunque absurdo a la vez. Me da pena que no tengan una chispa de la paz que yo he sentido, de la fe que yo he sentido, del amor que yo he sentido, de todo lo que conlleva la fe. bn

Me considero una persona normal con mis millones de defectos y alguna virtud y la fe me hace vivir en esa realidad, en la humildad de intentar hacer el bien a los demás porque eso me hace estar en paz y ser feliz 22


© Ismael Martínez Sanchez

testigos de la verdad

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Entrevista a Paula y Nacho

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En una comida con otros sacerdotes contó –como de pasada- algo de sus aventuras. Me enteré entonces, entre otras cosas, que había recorrido el trayecto desde Ginebra hasta Jerusalén todo a pie salvo un corto trayecto entre el sur de Italia y Grecia que lo realizó en barco. Desde allí siguió la vía Egnatia, vía romana recorrida por San Pablo en sus viajes. El recorrido lo realizó en varias etapas, con marchas diarias entre 30-40 kilómetros al principio y hasta 50 o 60 en algunas ocasiones. Los principales problemas los tuvo al atravesar Italia que recorrió de Norte a Sur. Allí las ampollas de los pies y la tendinitis le hicieron sufrir mucho. Todo el recorrido lo hizo solicitando comida y alojamiento por los lugares que atravesaba y asegura que nunca le faltó esa ayuda. Donde mejor fue acogido fue en Turquía. Lo hizo durante el tiempo de Ramadán y los musulmanes son especialmente acogedores en este periodo.

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testigo de la verdad

Un caminate sin descanso A l’abbé Jean-François Cherpit le conocí en Ginebra. Ya en el primer encuentro me causó una gran impresión. Cuando hablé con él pude comprobar su simpatía y cordialidad. Pedro Estaún

Continuó cruzando Siria, lo que poco después resultaría imposible a causa de la terrible guerra, y así tras ocho meses de marcha llegó a Jerusalén. Había recorrido 6.500 kilómetros. Pero esa no fue su única marcha a pie. En otra ocasión fue desde Lausanne hasta Santiago de Compostela en tres meses, y varias veces ha realizado tramos del Camino de Santiago en marchas de dos o tres semanas con jóvenes y otras personas, entre ellos numerosos jubilados e incluso con reclusos. Esto le supuso una extraordinaria ocasión para hablar con ellos de los temas más variados y muchos de ellos llenos de contenido. Su aspecto montañero es también importante. Durante doce años fue guía de los Cursos del Club Alpino suizo sección de Diablerets. Entonces organizó y ascendió a muchos cuatromiles de aquella bonita región alpina en el centro de Suiza. El Mont-Blanc lo ha ascendido en varias ocasiones. L’abbé Cherpit nació en 1958 en Lausanne. Con veinte años comenzó como estudiante en la IFM de la diócesis de

Friburgo-Lausanne-Ginebra, lo que le permitió un estrecho contacto con los jóvenes con los que organizó numerosas actividades, entre ellas muchas marchas de montaña. Se trasladó después a Canadá, donde se especializó como psicoterapeuta, lo que le ha permitido llegar a conocer la gente en profundidad. Fue ordenado sacerdote con 34 años y fue a partir de entonces cuando ha realizado todas estas aventuras. Las marchas de montaña con jóvenes son para él una ocasión de mantener con ellos un trato espiritual. En sus numerosas salidas siempre las aprovecha para impartirles formación y rezar con ellos. El hospicio del Gran San Bernardo, a 2500 metros de altitud, ha sido muchas veces su centro o destino de operaciones. Allí, en compañía en ocasiones del canónigo Bernard Gabioud, guía suizo de montaña, han tenido numerosas convivencias y encuentros con jóvenes de diferentes procedencias. He tenido la satisfacción de haber realizado con él algunos trayectos del Camino de Santiago. bn Un caminate sin descanso

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kerigma

En 1969, tras el Mayo del 68 francés, la Primavera de Buenanueva

Praga y en plena Guerra Fría, Joseph Ratzinger reflexionaba en unas charlas para jóvenes en una radio alemana acerca de cómo creía él que sería la Iglesia católica en el siglo XXI. Por su importancia y su vigencia, aquellas charlas, recogidas en 2007 en España bajo el título “Fe y Futuro”, reproducimos una parte en estas páginas. Ratzinger, defensor fiel del diálogo entre Fe y Razón y destacadísimo teólogo y filósofo en lucha contra el relativismo imperante en la actualidad, ofrece algunas claves de extrema importancia en el momento actual.

Con esto hemos llegado a nuestro hoy y a la reflexión sobre el mañana. El futuro de la Iglesia puede venir y vendrá también hoy sólo de la fuerza de quienes tienen raíces profundas y viven de la plenitud pura de su fe. El futuro no vendrá de quienes sólo dan recetas. No vendrá de quienes sólo se adaptan al instante actual. No vendrá de quienes sólo critican a los demás y se toman a sí mismos como medida infalible. Tampoco vendrá de quienes eligen sólo el camino más cómodo, de quienes evitan la pasión de la fe y declaran falso y superado, tiranía y legalismo, todo lo que es exigente para el ser humano, lo que le causa dolor y le obliga a renunciar a sí mismo. Digámoslo de forma positiva: el futuro de la Iglesia, también en esta 26

ocasión, como siempre, quedará marcado de nuevo con el sello de los santos. Y, por tanto, por seres humanos que perciben más que las frases que son precisamente modernas. Por quienes pueden ver más que los otros, porque su vida abarca espacios más amplios. La generosidad que libera a las personas se alcanza sólo en la paciencia de las pequeñas renuncias cotidianas a uno mismo. En esta pasión cotidiana, la única que permite al ser humano experimentar de cuántas formas diferentes, lo ata su propio yo, en esta pasión cotidiana y sólo en ella, se abre el ser humano poco a poco. Él solamente ve en la medida en que ha vivido y sufrido.


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El futuro de la Iglesia puede venir y vendrá también hoy sólo de la fuerza de quienes tienen raíces profundas y viven de la plenitud pura de su fe Si hoy apenas podemos percibir aún a Dios, se debe a que nos resulta muy fácil evitarnos a nosotros mismos y huir de la profundidad de nuestra existencia, anestesiados por cualquier comodidad. Así, lo más profundo en nosotros sigue sin ser explorado. Si es verdad que sólo se ve bien con el corazón, ¡qué ciegos estamos todos! ¿Qué significa esto para nuestra pregunta? Significa que las grandes palabras de quienes nos profetizan una Iglesia sin Dios y sin fe son palabras vanas. No necesitamos una Iglesia que celebre el culto de la acción en oraciones políticas. Es completamente superflua y por eso desaparecerá por sí misma. Permanecerá la Iglesia de Jesucristo, la Iglesia que cree en el Dios que se ha hecho ser humano y que nos promete la vida más allá de la muerte.

Las profecías de Joseph Ratzinger

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kerigma De la misma manera, el sacerdote que sólo sea un funcionario social puede ser reemplazado por psicoterapeutas y otros especialistas. Pero seguirá siendo aún necesario el sacerdote que no es especialista, que no se queda al margen cuando aconseja en el ejercicio de su ministerio, sino que en nombre de Dios se pone a disposición de los demás y se entrega a ellos en sus tristezas, sus alegrías, su esperanza y su angustia. Demos un paso más. También en esta ocasión, de la crisis de hoy surgirá mañana una Iglesia que habrá perdido mucho. Se hará pequeña, tendrá que empezar todo desde el principio. Ya no podrá llenar muchos de los edificios construidos en una coyuntura más favorable. Perderá adeptos, y con ellos muchos de sus privilegios en la sociedad. Se presentará, de un modo mucho más intenso que hasta ahora, como la comunidad de la libre voluntad, a la que sólo se puede acceder a través de una decisión. Como pequeña comunidad, reclamará con mucha más fuerza la iniciativa de cada uno de sus miembros. Ciertamente conocerá también nuevas formas ministeriales y ordenará sacerdotes a cristianos probados que sigan ejerciendo su profesión: en muchas comunidades más pequeñas y en grupos sociales homogéneos la pastoral se ejercerá normalmente de este modo. Junto a estas formas seguirá siendo indispensable el sacerdote dedicado por entero al ejercicio del ministerio como hasta ahora. Pero en estos cambios que se pueden suponer, la Iglesia encontrará de nuevo y con toda la determinación lo que es esencial para ella, lo que 28

siempre ha sido su centro: la fe en el Dios trinitario, en Jesucristo, el Hijo de Dios hecho hombre, la ayuda del Espíritu que durará hasta el fin. La Iglesia reconocerá de nuevo en la fe y en la oración su verdadero centro y experimentará nuevamente los sacramentos como celebración y no como un problema de estructura litúrgica. Será una Iglesia interiorizada, que no suspira por su mandato político y no flirtea con la izquierda ni con la derecha. Le resultará muy difícil. En efecto, el proceso de la cristalización y la clarificación le costará también muchas fuerzas preciosas. La hará pobre, la convertirá en una Iglesia de los pequeños. El proceso resultará aún más difícil porque habrá que eliminar tanto la estrechez de miras sectaria como la voluntariedad envalentonada. Se puede prever que todo esto requerirá tiempo.


kerigma El proceso será largo y laborioso, al igual que también fue muy largo el camino que llevó de los falsos progresismos, en vísperas de la revolución francesa –cuando también entre los obispos estaba de moda ridiculizar los dogmas y tal vez incluso dar a entender que ni siquiera la existencia de Dios era en modo alguno segura– hasta la renovación del siglo XIX.

Permanecerá la Iglesia de Jesucristo, la Iglesia que cree en el Dios que se ha hecho ser humano y que nos promete la vida más allá de la muerte

Pero tras la prueba de estas divisiones surgirá, de una Iglesia interiorizada y simplificada, una gran fuerza, porque los seres humanos serán indeciblemente solitarios en un mundo plenamente planificado.

Experimentarán, cuando Dios haya desaparecido totalmente para ellos, su absoluta y horrible pobreza. Y entonces descubrirán la pequeña comunidad de los creyentes como algo totalmente nuevo. Como una esperanza importante para ellos, como una respuesta que siempre han buscado a tientas. A mí me parece seguro que a la Iglesia le aguardan tiempos muy difíciles. Su verdadera crisis apenas ha comenzado todavía. Hay que contar con fuertes sacudidas. Pero yo estoy también totalmente seguro de lo que permanecerá al final: no la Iglesia del culto político, ya exánime, sino la Iglesia de la fe. Ciertamente ya no será nunca más la fuerza dominante en la sociedad en la medida en que lo era hasta hace poco tiempo. Pero florecerá de nuevo y se hará visible a los seres humanos como la patria que les da vida y esperanza más allá de la muerte. bn

Las profecías de Joseph Ratzinger

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espada de dos filos

Ramón Domínguez

Recientemente ha caído en mis manos un libro del periodista norteamericano Rod Dreher, de confesión grecoortodoxa, titulado La opción benedictina. En él presenta el autor una propuesta de acción para los graves momentos de crisis que está atravesando nuestra civilización occidental. Porque, de lo que no hay que dudar es que estamos atravesando tiempos tempestuosos que pueden dar al traste con nuestra actual forma de vida y son capaces, incluso, de poner en peligro la existencia y la misma naturaleza del ser humano.

nos que en la condición del hombre como ser racional y como hijo de Dios, porque en el s. XXI, que acabamos de comenzar, hemos llamado malo a lo bueno y bueno a lo malo. Es la blasfemia contra el Espíritu Santo, de la que nos habla Jesús en los evangelios; y eso, no hay cuerpo que lo resista. Europa, que fue el motor del mundo durante siglos, ha abandonado a Cristo y se ha quedado sin moral, y un pueblo sin moral, sin grandes ideales, ha dejado de ser grande y se encuentra en suma debilidad y en proceso de decadencia.

“No estamos en el fin del mundo, como diría Jean Guitton, pero sí en el fin de una era”. La alternativa al mundo actual es muerte o resurrección. En cualquier caso: purificación. “En el siglo que acaba (s. XX), continúa diciendo, parece como si la condición humana esté a punto de cambiar, como si entrásemos en un período final. No desde luego el fin de los tiempos, sí el fin de un tiempo, el fin de una era”. Estamos en el fin de un ciclo porque en nuestros días se ha dejado de creer nada me-

En el último siglo, Europa, que fue grande y gloriosa porque la sostenía su fe en Cristo, aunque bajo diferentes confesiones, y la aplicación de la razón, entró en declive porque fue abandonando paulatinamente la fe que le dio su razón de ser y perdió la confianza en una razón debilitada que no la libró de suicidarse en dos terribles e inútiles guerras mundiales, que la han dejado postrada y sin ánimo, porque sus hijos han perdido la fe y la esperanza. Y una sociedad sin ideales grandes que la sosten-

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gan, está a merced de sus enemigos. Ya san Maximiliano Kolbe, en los años treinta del siglo pasado detectaba la “grandísima epidemia de indiferencia que azota a Europa”. Ahora Europa, y el mundo entero y cada ser humano, deberán decidir si vuelve a Cristo o si se precipita en el abismo. Sin embargo, en los tiempos difíciles, el Señor ha suscitado santos que den respuesta a las acuciantes preguntas que se plantean. Hace unos dieciséis siglos, Europa pasó por un trance similar, aunque no tan violento, rápido y profundo como el que estamos viviendo. El Imperio romano que había dado estabilidad, cultura y progreso al mundo antiguo, se precipitó en la ruina por causas no muy distintas de las nuestras. En esos tiempos, san Benito, en lugar de intentar apuntalar las ruinas de una sociedad que se desmoronaba, decidió construir nuevas formas de vida en las que la civilización cristiana pudiera sobrevivir a las épocas de barbarie y oscuridad que se avecinaban.

No estamos en el fin del mundo, como diría Jean Guitton, pero sí en el fin de una era”. La alternativa al mundo actual es muerte o resurrección.

La opción benedictina

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espada de dos filos Hoy nos encontramos en una situación semejante. Estamos inmersos en una sociedad que ha sustituido la moral por la psicología, que propicia una religiosidad individualista y sentimentaloide donde Dios quiere que la gente sea buena, amable, justa; en la que el pecado no existe o, simplemente, se prescinde de él porque no es de buen gusto llamar a la gente a conversión. Se trata de una religiosidad a la carta, cuya finalidad es que seamos felices y nos sintamos bien. Se han olvidado las raíces antropológicas y metafísicas de la moral. ¿Qué están haciendo las iglesias cristianas al respecto? Se critica, sí, la ideología de género, la revolución sexual, la autonomía moral, pero se olvidan las bases biológicas de la vida moral y los límites que la naturaleza nos impone. Hemos de volver con fuerza a la sexualidad tal como nos ha sido revelada, la que construye y da vida verdaderamente al ser humano y enfrentarnos decididamente a la imposición de los deseos sexuales de una exigua minoría al conjunto de la sociedad, no porque vayan en contra de nuestras convicciones, sino porque son destructivas del ser humano y de su vocación al amor. Son los nuestros tiempos duros para la fe cristiana. Defender la ortodoxia cristiana de la sexualidad se está considerando como una intolerancia inadmisible; seremos tratados –lo estamos siendo–, de racistas, fanáticos e intransigentes. Pero no podemos ceder, vamos a tener que vivir contra la cultura dominante o condenar a nuestros hijos a ser asimilados por la misma. Para sobrevivir a los tiempos oscuros que se acercan, debemos regresar a las raíces de nuestra fe.

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Nadie predijo el diluvio, y aunque Noé advirtió a las gentes con sus palabras y sus obras, ninguno le hizo caso; siguieron casándose, comerciando, ocupándose en sus cosas, pero vino la inundación y lo arrasó todo. Nos enfrentamos a la mayor crisis espiritual por la que ha atravesado la Iglesia y la humanidad entera. La nueva ideología parece incontenible, las iglesias se están vaciando, de seguir al ritmo actual pronto no quedarán vestigios de cristianismo en mucho lugares. O lo que es peor, en muchas iglesias se enseñará un cristianismo sin fuerza, el cristianismo sentimentaloide del “buenismo”, que consiste en procurar llevarnos bien con los demás y poco más: nada que ver con la llamada a la conversión y el arrepentimiento, con la pureza de corazón, el sacrificio y la entrega personal, con seguir a Cristo crucificado, dispuestos a cargar son su oprobio. Una religión con barniz de cristianismo que no resistirá la prueba y será barrida por las olas. No podemos frenar la avalancha, no nos salvará la política, el tsunami pasará, sí, pero después de haberlo barrido todo y sembrado la destrucción, si no se encuentra un asidero firme en el que afianzarse. Por ello, en vez de amontonar sacos terreros intentando levantar unos diques, que no resistirán, ¿por qué no construir un arca? Es la Palabra que dirigió Dios a Noé. Un arca que, una vez salvada de las aguas, y vueltas estas a sus cauces naturales, pueda reconstruir de nuevo la humanidad. Es lo que realizó, en su tiempo, Benito de Nursia –y que da razón a este título–; no pudiendo contener el derrumbe de la sociedad, fundó monasterios en los que se preservó la fe y la cultura y que, posteriormente, reconstruyeron la fe y la cultura en un nuevo resurgir de Europa.


espada de dos filos Vivimos tiempos oscuros. La razón ha dejado paso al emotivismo; la razón y la ciencia, tan valoradas en el pasado, han quedado en la cuneta porque impera ahora el capricho, el deseo y la voluntad personal por encima de cualquier consideración. Estamos bordeando el estado de barbarie. Políticos, eruditos, jueces, los poderosos de este mundo parecen haberse coaligado para demoler la fe, la familia y al ser humano. Cuando la dignidad y los derechos humanos pierden unos fundamentos que sólo el Dios creador puede establecer y son avasallados por la opinión cambiante del legislador de turno, cuando se intenta destruir el matrimonio y la familia fundadas en la unión de un hombre y una mujer, abiertos a la vida y se viola el respeto a la libertad religiosa y se hace mofa de los sentimientos religiosos de los cristianos, es señal de que el mundo occidental sufre de una patología suicida que le lleva a odiar lo que ha sido su seña de identidad en los tiempos de su grandeza. De seguir por este camino, no podrá subsistir por mucho tiempo y no tardará en caer en la locura nihilista y en desmoronarse por completo.

El Imperio romano se precipitó en la ruina por causas no muy distintas de las nuestras. En esos tiempos, san Benito, en lugar de intentar apuntalar las ruinas de una sociedad que se desmoronaba, decidió construir nuevas formas de vida en las que la civilización cristiana pudiera sobrevivir a las épocas de barbarie y oscuridad que se avecinaban

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espada de dos filos Es necesario constituir comunidades fuertes capaces de sobrevivir a la Edad Oscura que nos sobreviene y que puedan durar el tiempo necesario mientras pasa la prueba. En una de las profecías “olvidadas” de Joseph Ratzinger, Benedicto XVI, por los años cincuenta del pasado siglo, se preveía un futuro de la Iglesia menos espectacular, con menos poder social y político, constituida por pequeñas comunidades, pero en las que la fe se mantenía más fuerte y decidida, como sucede entre las pequeñas iglesias que se hallan en estado de sitio y persecución. Unas iglesias a las que las gentes acudirán en busca de palabras de vida, toda vez que, una vez descendidos hasta el absurdo, la gente despierte, reconozca su error y se vuelva hacia quienes han conservado la luz y el sentido. Entonces podrá volverse hacia aquellos que se mantuvieron firmes durante la tempestad y perseveraron en los valores y en la fe. El mismo Joseph Ratzinger, en una conferencia dictada el 28 de noviembre del 2000, recordaba que “el destino de una sociedad depende siempre de minorías creativas –como indicaba el historiador Toynbee–. Los cristianos creyentes deberían considerarse como una de estas minorías creativas y contribuir a que Europa recobre de nuevo lo mejor de su herencia y está así al servicio de la humanidad entera”. Esta es la labor urgente que nos apremia. Es necesario fortalecer la fe de los creyentes, prepararlos para afrontar el diluvio que se anuncia, resistir al poder de la muerte y navegar sobre las aguas, con la esperanza de una nueva humanidad. El cristianismo sociológico que viven la mayoría de los bautizados, no resistirá; las parroquias tradicionales no están capacitadas para

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realizar esta labor si se limitan a conservar las pocas personas mayores que todavía permanecen y si no muestran una defensa firme del mensaje evangélico sin reduccionismo u ocultando los temas candentes para no herir susceptibilidades; los colegios católicos, por su parte, poco pueden hacer frente a un ambiente dominante que ya no es cristiano, como demuestra la experiencia, si lo que enseñan es un remedo de la cultura secular bañada con un ligero barniz de cristianismo. No voy a insistir en estos puntos, que ya he expuesto en otros muchos lugares. Recomiendo, en todo caso, la lectura del libro de Dreher que ilustra bastante el tiempo en el que nos encontramos y muestra caminos por los que avanzar. Gracias a Dios, el Espíritu Santo que siempre vela por la Iglesia y por el mundo, ya sabía lo que iba a pasar y está preparando la respuesta adecuada a lo que se avecina. El resurgimiento de la iniciación cristiana con el Camino Neocatecumenal, la formación y el apostolado seglar con el Opus Dei, Comunión y Liberación, los Focolares o la renovación Carismática, están preparando estas “minorías creativas” capaces de afrontar, no sin dolor, los tiempos sombríos que se avecinan. Pero no basta con que se formen estos grupos; en el caso de las Comunidades Neocatecumenales, la extensión y el número de ellas no importan tanto, cuanto la firmeza de la fe. Si no se está verdaderamente unido a Cristo, dispuesto a seguirle hasta la entrega de la vida y hasta la cruz, de poco sirven. Es necesario “hacer bien el Camino”, tomarse en serio el seguimiento de Cristo, ayudar, sobre todo a los jóvenes que están más expuestos al influjo del ambiente y son los que, en definitiva, van a tener que enfrentar el choque.


espada de dos filos La propuesta es clara: el neomarxismo cultural con todo el cortejo que arrastra tras de sí, como la revolución sexual, la ideología de género, el feminismo radical y sus secuelas de mentira y de muerte, es la nueva bestia que, como hija del dragón, viene a hacer la guerra a los hijos de la mujer. Su avance parece imparable, pasará como han pasado todas las que le han precedido, porque Dios no permite que seamos tentados por encima de nuestras fuerzas, pero el mal que va a hacer será terrible. Necesitamos prepararnos para enfrentar esta avalancha. Aquí no valen medias tintas, pues en los tiempos duros, como decía la gran Teresa, “hacen falta amigos fuertes de Dios”. Si no podemos parar la inundación poniendo diques, ni detener la noche tenebrosa que se cierne sobre la humanidad, construyamos arcas en las que pueda navegar sobre aguas turbulentas, la esperanza de un nuevo amanecer. bn

Es necesario fortalecer la fe de los creyentes, prepararlos para afrontar el diluvio que se anuncia, resistir al poder de la muerte y navegar sobre las aguas, con la esperanza de una nueva humanidad

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fuerza en la mirada

Raul García Sanz | Notario-Canciller | Tribunal de la Rota

-José Ramón falleció el 3 de abril justo el día después de decir estas palabras: “Me quiero ir, pero no puede ser aún, será mañana.” Al día siguiente se celebró una Misa por el descanso eterno de su alma en el tanatorio Norte de Madrid a la que asistieron más de 500 personas agradecidas a Dios de haber compartido la vida con este fiel hijo y siervo de Dios, y elevaron su plegaria al cielo para que esté gozando de la Vida Eterna junto al Padre. Este es el testimonio de un joven de la parroquia Nuestra Señora de Begoña de Madrid que voluntariamente ha querido colaborar con BUENANUEVA contándonos su experiencia personal al lado de José Ramón, un hijo de Dios.36

Me siento un privilegiado por haber compartido mi vida con José Ramón, por haber conocido su generosidad, su ánimo, su testimonio de fe y su voluntad de dar gratis lo que gratis recibió. Un hombre entregado a la Parroquia Ntra. Sra. de Begoña, a su 1ª Comunidad Neocatecumenal, a la pastoral, a los ancianos, a los más alejados de Dios en el barrio, pero sobre todo un hombre que conectaba con los jóvenes, quizá por su alma de niño -siempre con una broma, siempre haciendo el “ganso”, tarareando canciones o pintando mandalas, o tal vez por su humildad, no buscaba quedar bien ni destacar; no lo sé por qué, pero nos atraía. ¡Tenemos tanto que agradecerle a él, a su mujer Fátima y a sus hijos Pablo, David, Nacho y Javier!


fuerza en la mirada

“Me quiero ir, pero no puede ser aún, será mañana.” Al día siguiente se celebró una Misa por el descanso eterno de su alma en el tanatorio Norte de Madrid a la que asistieron más de 500 personas agradecidas a Dios de haber compartido la vida con este fiel hijo y siervo de Dios, y elevaron su plegaria al cielo para que esté gozando de la Vida Eterna junto al Padre. Guárdame un sitio en tu equipo, mister

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fuerza en la mirada

No sé si estoy viendo morir a un Santo, creo que sí, pero estoy seguro de estar asistiendo a una muerte santa, la de un hijo de Dios que vivió plenamente. Los frutos de la vida de José son muchos: en su matrimonio, en sus hijos y nietos, catecúmenos, familia, hermanos de comunidad, amigos, jóvenes, parroquianos…

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fuerza en la mirada

José Ramón es como un padre y hermano para muchos de los que hoy le visitan, su casa siempre estuvo abierta a todos nosotros: Amigos de sus hijos, familiares, sacerdotes, seminaristas, itinerantes, hermanos de comunidad… y siempre con cariño, nunca un mal gesto, nunca demostró incomodidad, siempre nos acogió, nos dejó dormir allí, nos dio de comer, nos llevó de vacaciones con ellos, nos dio una Palabra, nos guio en las peregrinaciones con el

Santo Padre, nos catequizó y nos reconcilió tantas veces… y también era el primero para divertirse, para jugar al mus, al trivial, a las cartas, para ver los partidos en su casa y para hacer de entrenador de los equipos de fútbol que formamos los jóvenes de la parroquia. Hace ya más de seis meses que recibimos la noticia de tu enfermedad, y la has afrontado con valentía, poniéndote en manos de Dios, sabiendo que hacer su voluntad es siempre lo mejor. Nos Guárdame un sitio en tu equipo, mister

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fuerza en la mirada has dado un ejemplo maravilloso que no vamos a olvidar, de no rebelarse a la historia que tiene Dios para cada uno de nosotros, de paz, de estar feliz a pesar de los dolores, de los sufrimientos, en definitiva, una lección de VIDA con mayúsculas. Nos pediste que siguiéramos igual, que no dejáramos de ir a tu casa a ver los partidos, a jugar, a cenar, a reír… Y así lo hicimos y creamos ese grupo de oración que tanto bien nos está haciendo y que empezó con solo dos personas y un salterio en una habitación de hospital y llegó a ser varias tandas de gente rezando en días diferentes en tu casa, más de 40 personas en el salón a la vez… y algunos hacía años que no rezaban… José, Dios es impresionante y has sido un instrumento suyo hasta el último día. Y hasta el último día con tu buen humor, con tu coraje, dando ánimos a quien se derrumbaba al verte y con una bendición al Señor en tu boca. Sabiendo que esta Pascua iba a ser diferente, que esta era la definitiva, que te tocaba vivirla en primera persona, y rezando, rezando en el huerto de Getsemaní para que se cumpliese la voluntad de tu Padre y para que te mantuviese firme. Así ha sido. No sé si estoy viendo morir a un Santo, creo que sí, pero estoy seguro de estar asistiendo a una muerte santa, la de un hijo de Dios que vivió plenamente. Los frutos de la vida de José son muchos: en su matrimonio, en sus hijos y nietos, catecúmenos, familia, hermanos 40

de comunidad, amigos, jóvenes, parroquianos…; pero los de su muerte van a ser inmensos como inmensa ha sido su forma de amar y seguir a Cristo en su Iglesia. En plena agonía bendecir a cada uno de sus hijos y abrazarse a su mujer y darles una Palabra a todos ellos, animarlos y hacerles ver dónde está la Vid Verdadera. Despertar después de horas sin poder decir nada y exhortar a los presentes en la habitación a rezar, y llegado el momento decir quiero pedir HACER TU VOLUNTAD, SEÑOR. Nos has dejado la certeza de que Dios estaba a tu lado en el último momento: - ¡Cuánto cuesta morir! -decías a la vez que nos hacías partícipes de tu dialogo con Él. -Me quiero ir, pero no puede ser aún, será mañana. -dejando claro que el plan de Dios para ti era prioritario y que todo, todo, tiene un por qué; y todo, todo, está bien hecho. Has ayudado a caminar hacia el cielo a mucha gente, y has recibido el agradecimiento y el reconocimiento de varios cientos de ellos que han pasado por el hospital estos días finales. Seguirás intercediendo desde allí por todos nosotros: por tu familia, por tus jóvenes, por tu parroquia, por tu Comunidad. Con ellos celebrarás las Eucaristías desde el cielo, en esa Comunión que nunca se interrumpe, vestido con la túnica blanca de la salvación que Jesús ganó para tí con su sangre.


fuerza en la mirada Un abrazo José Ramón, te voy a echar de menos. Gracias por todo lo que has hecho por mí, y perdón por no haber estado siempre a la altura. Deseo que un día alguien pueda decir de mi todo lo que yo puedo decir de ti y de Fátima, os quiero. Acuérdate de nosotros desde arriba y pídele al Jefe que nos eche una mano. Seguiremos yendo a tu casa a rezar, a cenar, a reír, a divertirnos, a recordarte. Espero que nos podamos encontrar de nuevo y abrazarnos en la Vida Eterna. Guárdame un sitio en tu equipo míster, aunque sea en el banquillo por si alguno se lesiona. bn

Has ayudado a caminar hacia el cielo a mucha gente, y has recibido el agradecimiento y el reconocimiento de varios cientos de ellos que han pasado por el hospital estos días finales. Seguirás intercediendo desde allí por todos nosotros: por tu familia, por tus jóvenes, por tu parroquia, por tu Comunidad.

Guárdame un sitio en tu equipo, mister

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Jesús Bayarri

Con mucha frecuencia este texto es usado incluso por el Magisterio, como apoyo de la incuestionable tesis, según la cual, en las obras de misericordia realizadas en los necesitados, se encuentra al Señor. Pero la validez de esta actualización y de otras similares, impide en ocasiones al texto expresar la riqueza propia de su significado e incluso exponer tesis más específicas.

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Este texto tiene la virtud de presentar a los discípulos y por tanto a la Iglesia, como analogía del Verbo encarnado en su misión salvífica, y como norma de juicio ante las naciones, a través de la filiación divina que los constituye en “pequeños hermanos de Cristo”, y miembros de su cuerpo místico.


aldea planetaria El apelativo de “pequeños”, está suficientemente aplicado en el Evangelio a los discípulos y a los enviado a asumir la acogida o el rechazo de las naciones en nombre de Jesús: “Todo aquel que dé de beber tan sólo un vaso de agua fresca a uno de estos pequeños por ser discípulo, os aseguro que no perderá su recompensa” (Mt 10, 42), cf. (Mc 9, 41 y 42; Mt 18, 4 – 6. 10. 14; Lc 10, 21). Mas si son sus hermanos, ¿por qué los llama pequeñitos? Por lo mismo que son humildes, pobres y abyectos. Y no entiende por éstos tan sólo a los monjes que se retiraron a los montes, sino que también a cada fiel aunque fuere secular; y, si tuviere hambre, u otra cosa de esta índole, quiere que goce de los cuidados de la misericordia: porque el bautismo y la comunicación de los misterios le hacen hermano. (San Juan Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, hom. 79,1).

Por muy somera que quiera hacerse la lectura de la expresión: “estos” hermanos míos más pequeños, ésta, no es aplicable sin más a cualquier tipo de pobres y necesitados de la tierra, a quienes su indigencia no redime sin más, de su posible precariedad espiritual: pasiones, perversiones e idolatrías. Este apelativo implica una pertenencia a Cristo: “Todo aquel que os dé de beber un vaso de agua por el hecho de que sois de Cristo, os aseguro que no perderá su recompensa” (Mc 9, 41); (cf. Mt 10, 42).

E l apelativo de “pequeños”,

está suficientemente aplicado en el Evangelio a los discípulos y a los enviado a asumir la acogida o el rechazo de las naciones en nombre de Jesús: “Todo aquel que dé de beber tan sólo un vaso de agua fresca a uno de estos pequeños por ser discípulo, os aseguro que no perderá su recompensa”

La Iglesia, norma de juicio ante las naciones

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aldea planetaria Además, el adjetivo “estos”, sitúa en el discurso al grupo de los “hermanos más pequeños”, separadamente al grupo de la derecha y al de la izquierda, frente a las naciones y fuera de ellas, porque constituyen un sujeto distinto a aquellos a quienes se aplica la bendición o la maldición. El calificativo de “hermanos míos”, corresponde más bien, al de “hijos del Padre celeste”, a los cuales Cristo pone la premisa del amor a sus enemigos para merecerlo, (Mt 5, 44). Implica además la posesión del espíritu del Hijo, y no sólo la condición de meros menesterosos y desheredados. Libremente podíamos entender que Jesucristo hambriento sería alimentado en todo pobre, y sediento saciado, y de la misma manera respecto de lo otro. Pero por esto que sigue: “En cuanto lo hicisteis a uno de mis hermanos”, etc., no me parece que lo dijo generalmente refiriéndose a los pobres, sino a los que son pobres de espíritu, a quienes había dicho alargando su mano: “Son hermanos míos, los que hacen la voluntad de mi Padre” (Mt 12,50). San Jerónimo. A sus “hermanos más pequeños”, Cristo ha dicho: “Quien a vosotros recibe a mí me recibe” (Mt 10, 40). “Quien a vosotros os escucha, a mí me escucha” (Lc 10, 16). Amad a vuestros enemigos, haced el bien a los que os odian; a todo el que te pida, da y al que te robe lo que es tuyo, no se lo reclames”, (cf. Lc 6, 27 – 35). Es a “las naciones” a quienes dice: “Tuve hambre –en la persona de mis hermanos más pequeños- y no me distéis de comer, tuve sed y no me distéis de beber”, y lo que si44

gue. Sois benditos, o malditos, porque en “estos”, mis enviados, me recibisteis o me rechazasteis a mí. Se escribió a los fieles: “Vosotros sois cuerpo de Cristo” (1Cor 12,27) Luego así como el alma que habita en el cuerpo, aun cuando no tenga hambre respecto a su naturaleza espiritual, tiene necesidad, sin embargo, de tomar el alimento del cuerpo, porque está unida a su cuerpo, así también el Salvador, siendo El mismo impasible, padece todo lo que padece su cuerpo, que es la Iglesia. (Orígenes, in Matthaeum, 34). También el Israel fiel a la primera Alianza, es un pueblo de hermanos de Jesús distinto de las naciones, pero distinto también hasta el presente de “sus hermanos más pequeños” por quienes será juzgado: “Yo os aseguro que vosotros que me habéis seguido, en la regeneración, cuando el Hijo del hombre se siente en su trono de gloria, os sentaréis también vosotros en doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel”. (Mt 19, 28). Con el nombre de ángeles designó también a los hombres, que juzgarán con Cristo, pues siendo los ángeles nuncios, como a tales consideramos también a todos los que predicaron a los hombres su salvación. (San Agustín, sermones, 351,8). La interpretación de la expresión: “mis hermanos más pequeños” referida únicamente a los pobres y menesterosos, implica una concepción secularista, por la que la Iglesia carece de su carácter “sacramental de salvación”, que a la vez relativiza su misión evangelizadora,


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que como dice Cristo en el Evangelio, aporta una verdadera “regeneración” al mundo, que ha perdido la Vida como consecuencia del pecado. En caso contrario, bastarían las obras asistenciales de filantropía que cualquier hombre puede realizar sin necesitar de Jesucristo, para ayudar al mundo. El envío que Cristo resucitado hace a sus discípulos a todas las naciones, de modo que “el que crea se salvará y el que se resista a creer se condenará”, queda sin sentido por la interpretación secularizante que elimina toda componente trascendente y escatológica de la predicación cristiana.

S e escribió a los fieles:

“Vosotros sois cuerpo de Cristo” (1Cor 12,27) Luego así como el alma que habita en el cuerpo, aun cuando no tenga hambre respecto a su naturaleza espiritual, tiene necesidad, sin embargo, de tomar el alimento del cuerpo, porque está unida a su cuerpo, así también el Salvador, siendo El mismo impasible, padece todo lo que padece su cuerpo, que es la Iglesia La Iglesia, norma de juicio ante las naciones

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Si es suficiente el ejercicio de las obras asistenciales, ¿dónde quedan la fe, el perdón de los pecados y el testimonio? (Mt 10, 32s); ¿dónde la redención de Cristo, el don del Espíritu y la vida nueva? ¿Para qué el “vosotros sois la sal de la tierra, la luz del mundo y el fermento? La misión de la Iglesia se reduciría a una función asistencial, a la que tristemente es reducida la pastoral de muchas de nuestras asociaciones clericales olvidando de hecho su misión fundamental. Frente a esta Palabra, los creyentes, no sólo deben tomar conciencia de su realidad ontológica de ”hijos del Padre” y de “hermanos de Cristo”, sino también de su misión de “pequeños”, mediadora de la salvación de Cristo a las naciones: “Quien a vosotros recibe, a mí me recibe”. Misión de destruir la muerte del mundo en sus propios cuerpos, constituidos en miembros de Cristo, pues “mientras nosotros morimos, el mundo recibe la vida”, (cf. 2Co 4, 12). 46

Esta palabra hace presente la misión salvadora de la Iglesia y exhorta a los fieles a permanecer unidos al grupo de los “hermanos más pequeños de Jesucristo, que la han encarnado en el mundo, siendo por tanto objeto del rechazo o de la acogida de los hombres, como lo ha sido Cristo mismo.

A sus “hermanos más

pequeños”, Cristo ha dicho: “Quien a vosotros recibe a mí me recibe” (Mt 10, 40). “Quien a vosotros os escucha, a mí me escucha” (Lc 10, 16). Amad a vuestros enemigos, haced el bien a los que os odian; a todo el que te pida, da y al que te robe lo que es tuyo, no se lo reclames”, (cf. Lc 6, 27 – 35)


aldea planetaria Los cristianos, con el espíritu de Cristo, han hecho presente en sus cuerpos la escatología. Sobre ellos se ha anticipado el juicio de la misericordia divina (Jn 3, 18). Son conscientes de haber acogido al Señor, y ahora triunfantes por haber permanecido unidos a la vid, son norma de juicio para las gentes y paradigma de salvación o de condenación, frente al que serán medidas “todas las naciones” (Mt 25, 35 y 36. 42 y 43). Cuando un cristiano o una comunidad cristiana escucha la proclamación de esta Palabra, debe saberse situar en el grupo de los “pequeños hermanos del Señor”. Debe ser consciente de la salvación que gratuitamente ha recibido y de la cual vive. Debe recordar perfectamente los padecimientos sufridos por el testimonio de Jesús y sobre todo las consolaciones de haber visto su mensaje acogido por tanta gente, sobre la que ha visto irrumpir el Reino de Dios y el gozo del Espíritu Santo, cuando como “siervo inútil”, ha encarnado al mensajero de la Buena Noticia. Por eso, al escuchar esta Palabra y ver que aún es tiempo de salvación y de misericordia, su celo se robustece pensando en aquellos que aún no la han conocido. Su vigilancia se renueva, pues por nada quisieran abandonar el lugar privilegiado cercano a su Señor en el día del juicio y por toda la eternidad; ni dejar su puesto en la Iglesia o ser despojados de él por el enemigo que constantemente “ronda buscando a quien devorar”. Contemplan también las obras santas que les concede realizar Aquel que los conforta, por el cual

están crucificados para el mundo, y no viven ya para sí, sino para Aquel que murió y resucitó por ellos. Son ellos, los hambrientos por Cristo, los desnudos, los presos, los enfermos, en los que Cristo es acogido o rechazado. No es ya su vida la que viven, sino que Cristo vive en ellos. Pero si al escuchar esta Palabra, caen en la cuenta de que ya el Maligno les ha desposeído de su puesto junto a los “hermanos más pequeños”, si ya se ven grandes y opresores, e hijos de otro padre, esta Palabra les llama nuevamente, porque cuando nosotros somos infieles, Él, permanece fiel. bn

C uando un cristiano o una

comunidad cristiana escucha la proclamación de esta Palabra, debe saberse situar en el grupo de los “pequeños hermanos del Señor”. Debe ser consciente de la salvación que gratuitamente ha recibido y de la cual vive. Debe recordar perfectamente los padecimientos sufridos por el testimonio de Jesús y sobre todo las consolaciones de haber visto su mensaje acogido por tanta gente, sobre la que ha visto irrumpir el Reino de Dios y el gozo del Espíritu Santo, cuando como “siervo inútil”, ha encarnado al mensajero de la Buena Noticia

La Iglesia, norma de juicio ante las naciones

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Francisco Javier Alba 48


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Abandonados en el amor Ser santo es abandonarse por amor en los brazos del Padre, sin límites ni condiciones, como Cristo, dejando libertad total a Dios para que conduzca nuestra vida según su primigenio diseño de amor, el que tuvo con nosotros desde el principio de la creación, cuando nos creó a su imagen y semejanza; nos plasmó con sus manos tomando como modelo a su Hijo Jesucristo (San Ireneo). Esta es la verdadera razón de nuestra existencia, de nuestra vida, de nuestro amor. Esta es la única felicidad, la única alegría: ser santos como Él es santo.

El abandono de cristo El diablo tentó a Jesús para que cayera en el falso abandono del soberbio: arrojarse desde lo alto del templo a la vista de toda la ciudad para ser recogido por los ángeles de Dios. Y Jesús le venció con el santo abandono del humilde. El abandono de Cristo no es el abandono del que busca la adulación desde la soberbia, sino el abandono del que busca la verdad desde la humildad: el abandono de la cruz. El abandono de Cristo no es el abandono del que busca el aplauso del mundo, sino el abandonarse en los brazos y en la voluntad del Padre. En palabras de Benedicto XVI: “Cristo no se arroja desde el

pináculo del templo. No salta al abismo. No tienta a Dios. Pero ha descendido al abismo de la muerte, a la noche del abandono, al desamparo propio de los indefensos. Se ha atrevido a dar este salto como acto del amor de Dios por los hombres. Y por eso sabía que, saltando, sólo podía caer en las manos bondadosas del Padre”1. Cristo nuestro Señor se ha abandonado al Padre totalmente en su vida terrena, en su Encarnación. Pero también se ha abandonado a nosotros los hombres, se ha puesto a merced de nuestra maldad, de que hiciéramos con Él lo que quisiéramos, hasta el punto que le hemos golpeado, le hemos insultado y escupido, y le hemos crucificado. Siendo Dios, al hacerse hombre, se ha abandonado a sí mismo hasta el extremo, y se ha expuesto a nuestra libertad. El Inocente se ha expuesto como indefenso ante lo que le quisiéramos hacer. Jesucristo se ha abandonado a nosotros los hombres, y también se ha abandonado en los brazos misericordiosos del Padre, que le ha resucitado de entre los muertos, a donde le había llevado el abandono ante los hombres. También nosotros que nos llamamos cristianos somos llamados a ese abandono total, porque Cristo se abandonó totalmente por amor. Cristo ha asumido su esclavitud en María. Se ha encarnado en su seno virginal. Siendo Dios se ha hecho pequeño, débil, indefenso como un niño concebido al que se puede rechazar y abortar. Ser cristiano es ser por gracia lo que Cristo es por naturaleza.

1Benedicto XVI. Jesús de Nazaret 1ª parte. La Esfera de los libros. Cap. II, pág. 63

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EL ABANDONO DE LOS SANTOS

EL ABANDONO DE MARÍA

Todos los santos haciendo uso de su libertad dejan libre a Dios para actuar en sus vidas. Se abandonan a la libertad de Dios. Y abandonarse a la libertad de Dios es aceptar también la ausencia de Dios. Madre Teresa dejó a Dios libre, totalmente libre para actuar en su vida: “Me abandono a Ti, Señor, sé libre conmigo”. Eso es el abandono de los santos: dejar a Dios ser libre, libre para actuar en nuestra vida según su voluntad y no la nuestra. Pero abandonarse en sus brazos no sólo es experimentar su presencia, es también experimentar su ausencia.

María al pronunciar su “Hágase en mí” deja libertad total a la Palabra de Dios a actuar dentro de ella misma, deja su vida en las manos de Dios, se abandona totalmente a Yahvé. Escucha y guarda la Palabra, y la deja actuar dentro de ella. María, dicen los Santos Padres, ha quedado embarazada por el oído, al escuchar la Palabra. “La obediencia de María abre a Dios la puerta” (Ratzinger).

EL ABANDONO DE JOSÉ También José deja libertad a la voluntad de Dios, y con la valentía de la fe cambia su propios proyectos (repudiar a María) y con la humildad de la razón acepta la voluntad de Dios en su historia.

El abandono de Teresa

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luz para el mundo EL BECERRO DE ORO Y LA AUSENCIA DE DIOS Los humanos queremos tener a Dios siempre a nuestro lado, a nuestra disposición, como si fuera el genio de la lámpara de Aladino. Y no soportamos, en nuestra soberbia, la ausencia de Dios, no sentir nada, no poder controlarle, no ser nosotros Dios… Pero Él es el Señor. El Pueblo de Israel no soportó la ausencia de 40 días de Moisés, el no recibir una palabra de Yahvé durante 40 días y 40 noches, y se construyó un becerro de oro, un ídolo a quien poder rezar para no estar sin Dios. Dios a veces se esconde, y la soberbia del hombre no lo puede soportar, porque quiere instrumentalizar a Dios. La soberbia del hombre no soporta que Dios se esconda, que sea Él el Señor. Sólo el humilde acepta a Dios como Señor, acepta la libertad de Dios. Porque la fe es caminar detrás de Dios, sin saber hacia dónde, sin ver, ir sólo detrás de Él, como Abrahán. La ausencia de Dios es la experiencia de la noche oscura que toda alma experimenta al responder a la llamada de la unión con Dios. Porque esta sólo será plena en el Cielo. Nuestro caminar terrenal es el tiempo de purificación necesario para el desposorio con el Señor que nos aguarda. Esta es la experiencia de muchos santos. Madre Teresa, esposa de Cristo, si pudo 52

decir al Señor: “Te suplico sólo una cosa, por favor no te preocupes por volver pronto. Estoy dispuesta a esperarte toda la eternidad. Tu pequeña”. Aunque no lo entienda: “No sé qué placer puede obtener Él de esta oscuridad… pero quiero querer esto como quiera Él”.

MADRE TERESA: ABANDONADA POR AMOR “Dios está en ti y contigo. ¿Qué temes? El temor angustioso de haberlo perdido es un argumento cierto y evidente de que mora en ti”. Padre Pío Madre Teresa vivió este abandono. Vivió abandonada a Él, desprendida del mundo, confiada en Él, siguiéndole sin otro apoyo fuera de Él. Pero también vivió abandonada por Él, sintiéndose sola, sin Él, o mejor dicho, desprendiéndose de todo sentimiento, experimentando no sentir nada: vivir el anonadamiento total de Cristo en la cruz. Para poder escuchar como San Pablo “te basta Mi gracia”. Llegar a no ser nada. Para que todos al verla “alcen la mirada y vean sólo a Jesús”. “Para que, al verles a ustedes, vean sólo a Jesús”. Sólo Jesús. Madre Teresa es la respuesta de Dios a los pobres. Ella pone su cuerpo para que con él Jesús sirva a los pobres. En el siglo XX, el siglo de la rebelión, de la revolución, de la lucha incluso armada para acabar con la pobreza,



luz para el mundo Dios no envió a un caudillo revolucionario: envió a Madre Teresa. Dios no cogió un fúsil para luchar contra la injusticia: se hizo pobre, y se acercó a acariciar y cuidar a los pobres en la Madre Teresa. Jesús fue enviado por el Padre a los pobres, manso y pobre, y así Jesús ha enviado a Madre Teresa y sus hermanas: mansas y pobres.

VACIA… Y ENAMORADA Madre Teresa vivió vaciándose de sí misma. Quiso vaciarse de ella misma, para que Dios “tenga mano libre” con ella, “para que Dios sea libre” con ella. Porque no es el sentimiento la oración, sino el unir la propia voluntad a la voluntad de Dios, como Jesús en el huerto de los olivos. Para que “cuando esté completamente vacía, Él venga”. Porque Madre Teresa vivió locamente enamorada de Cristo. Lo relata ella misma en sus cartas privadas2. Se sabía el “pequeño instrumento” de Dios, “Su pequeña nada”. Lo que quería era amar a Dios, aunque no sintiera nada, ni sus consuelos, ni su presencia, como si se encontrara en un túnel. El dolor por la ausencia del Amado. Dios primero la vaciaba para luego llenar lo vaciado. “Puesto que Dios quiere que me abstenga de la alegría de las riquezas de la vida espiritual… sólo tengo la alegría de no tener nada, ni siquiera la realidad de la Presencia de Dios. Ni oración, ni amor, ni fe, nada, sino un continuo dolor de deseo ardiente de Dios”3.

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TERESA LA ESPOSA Madre Teresa se desposó con Jesús tras realizar sus votos perpetuos el 24 de mayo de 1937: “Ahora Suya y para toda la eternidad”4. Ya es esposa de Cristo “para toda la eternidad”. El matrimonio cristiano entre el hombre y la mujer es “hasta que la muerte los separe”. El matrimonio entre el alma del cristiano y Cristo es “para toda la eternidad”.

SÉ TÚ MI LUZ El 10 de septiembre de 1946 Madre Teresa, después de vivir 18 años como feliz Hermana de Loreto, escucha la llamada dentro de la llamada. Jesucristo le dice: “Ven, sé mi luz”, y añade: “¿te negarás? “ Ella lo pone en común con su confesor y director espiritual, el padre Van Exem, y con su obispo, Monseñor Périer. Y le ordenan que lo olvide, no hable de ello y ni siquiera piense en ello. Ella estaba segura de que había oído la voz de Jesucristo, pero obedeció. Madre Teresa obedeció, y lo más sorprendente es que Jesús también obedeció y dejó de hablarle por un tiempo. “Yo quería obedecer y como un Corderito, Él también obedecía”. Madre Teresa obedeció y esperó hasta el 6 de enero de 1948, 15 meses después, en que el obispo, tras un tiempo de oración y discernimiento, le dijo: “Puede ir adelante”. Y así la Madre Teresa comenzó su nueva vocación “con la bendición de la obediencia”. El 8 de agosto de 1948 recibió el permiso del Papa Pio XII para salir de Loreto y seguir el camino al que Jesucristo le llamaba.

2 Brian Kolodiejchuc, M.C. Madre Teresa. Ven, sé mi luz. Planeta Testimonio. Madrid 3 Ibíd. pág. 279 4 Ibíd. pág. 42


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EL BESO DEL ESPOSO El matrimonio con Jesús no es una idea, sino un matrimonio consumado en la carne. “Si soy la esposa de Jesús crucificado, Él tiene que besarme. Naturalmente los clavos me herirán. Si me acerco a la corana de espinas, me herirá”5. “La pena, el sufrimiento, no son sino un beso de Jesús –un signo de que se ha llegado tan cerca de Jesús, que Él puede besarle-. Creo que ésta es la definición más hermosa del

sufrimiento. Así que seamos felices cuando Jesús se inclina para besarnos. Espero que estemos suficientemente cerca para que Él lo pueda hacer”6. Madre Teresa se abandonó totalmente en la voluntad del Padre, y por la gracia del Espíritu Santo se deposó realmente con Jesucristo, su Esposo, no de un modo ideal ni imaginario, sino en su propia carne, con su propio cuerpo, en la realidad de los hechos concretos de su vida, como una esposa con su Esposo. bn 5 Ibíd. pág. 343 6 Ibíd. pág. 342

El abandono de Teresa

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luz para el mundo Cuando el mal se acerca a una persona en forma de desolación suele acarrear tres realidades negativas: la absolutización, el centrismo y la comparación. No suele fallar. Esta desolación espiritual procede del padre de la mentira (Jn 8,44), que en sus orígenes actuó mal. Y claro, el mal engendra mal, tiene efectos que se prolongan de modo cuasiautomático. Nuestros comportamientos desolatorios tiene parientes lejanos, allá en el reino de los malos espíritus, primicias degeneradas de la buena creación (Gn 1)

CIÓ ABSOLUTIZA Esta desolación con su triple compañía absolutista, autocentrada y comparativa encuentra su alivio y solución en siguiente fórmula: “No importa, no importo, importas”. Procedamos por partes: presentamos los tres problemas para a continuación ofrecer la solución de Cristo y la solución ascético-práctica: 56

N:

Propio de personas espirituales maduras es saber relativizar, darle a las cosas la importancia que tienen, ni más ni menos. Cuando el mal espíritu infecta el corazón de una persona la desproporciona, la desequilibra, la infla a base de exageraciones engañosas.


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Francisco Lerdo de Tejada

El ejemplo lo tenemos en la serpiente que consiguió exagerar y desvirtuar el mandato del Señor: “Podéis comer de todos los árboles del jardín menos del árbol del bien y del mal” (Gn 2,16). ¡Satanás rápidamente hace antipático el mandato, desfigurando la imagen de nuestro Dios bondadoso, indicando que “con que os ha dicho que no podéis comer de ningún árbol del jardín…! Ahí está; la absolutización, la desmedida, la mentira. El diablo puso en marcha el mecanismo absolutizador, consiguiendo implantar en el corazón humano la inmadura exageración. Con esta actitud lo que pretendía y pretende es eliminar todo vestigio de Absolutización, centrismo y comparación

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luz para el mundo humildad produciendo seres absolutistas de sí mismo, soberanos de ese pequeño estado que soy yo, emperadores de ese imperio improvisado que llamamos Ego. ¿Cómo ha sido todo? Inyectando exageración, absolutización de frases y decretos. Sembrando inmadurez instantánea. Disolviendo la madurez o impidiendo que progrese obtenemos fácilmente Egos prepotentes, a la caza de derechos propios cada vez más grandes. Solución de Cristo: en el momento de la cruz vive su muerte con toda madurez. Allí en el calvario le dice a su Padre: “perdónalos porque no saben lo que hacen” (Lc 23,24). Le está, diríamos, quitando importancia. No está haciendo hincapié en su terror humano. Lo estaban matando y él dice al Padre que mire para otro lado, que los perdone. La caridad adulta cubre multitud de pecados (1 Pe 4,8) Delante de la mujer adúltera fue “desabsolutizando” las piedras fariseas que, en nombre de Moisés, presentaban garantías de éxito religioso. “¡Yo tampoco te condeno, en adelante no peques más!” (Jn 8,1-11) Santa María Goretti también se mostró heroína del perdón, diciendo al que la estaba apuñalando que aquello no tenía importancia, que ella le perdonaba. Solución ascético-práctica: “No importa”. Afirmar y tratar de vivir esto. No se trata de convertirse en un pasota por 58

orgullo ni de ser un necio inconsciente, ni un ajeno a toda justicia. Se trata de que el amor ve las cosas de otra manera. Propio del buen espíritu es quitar hierro a las cosas, sin cargar el ambiente. El mal espíritu actúa de modo contrario.

Disolviendo la madurez o impidiendo que progrese obtenemos fácilmente Egos prepotentes, a la caza de derechos propios cada vez más grandes. Solución de Cristo: en el momento de la cruz vive su muerte con toda madurez. Allí en el calvario le dice a su Padre: “perdónalos porque no saben lo que hacen” (Lc 23,24). Le está, diríamos, quitando importancia. No está haciendo hincapié en su terror humano. Lo estaban matando y él dice al Padre que mire para otro lado, que los perdone. La caridad adulta cubre multitud de pecados (1 Pe 4,8)


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CENTRISMO: Nuevamente nos asalta el inmaduro con sustos tormentosos. El maligno está especializado en favorecer todo lo propio, pero en mal tono, de manera falsa. Dios favorece a la persona pero lo hace divinamente, promocionando la felicidad auténtica. El mal espíritu favorece lo propio pero lo hace intencionadamente mal, para hacer daño. Lo torcido es lo suyo. Adán y Eva escucharon aquello de “seréis como dioses” (Gn 3,5), conocedores de todo, satisfechos de sabiduría y placer. Decirle a uno que haciendo tal o cual cosa va a ser como Dios es colocarle de un plumazo en el centro del cosmos, en el ombligo de la importancia. El centrismo, el centralismo, el egotismo, el egoísmo… todo eso. Eso es todo para el yo; lo contrario del Cristianismo, que mira antes que nada lo que le pasa al otro.

Solución de Cristo: camino del calvario les decía a las mujeres que se lamentaban de la situación que “no llorasen por él” (Lc 23,28). No estaba centrado, estaba en Amor. No aprovechó el momento para desarrollar histerias egoístas, orientadas a la captación viciosa de quereres. Así, nosotros cuando nos descentramos por amor encontramos nuestro centro sano. Nos hallamos en el núcleo de nuestra persona, a gusto. Solución ascético-práctica: “No importo”. Hay que entenderlo bien. No hablamos de una frase depresiva. Si decimos que no importamos no es porque seamos unos enfermos de espíritu sino porque el amor auténtico, en esta vida, lleva consigo un no sé qué de olvido de todo lo propio. Ya lo decía san Pablo: “No me importa la vida con tal de cumplir mi carrera” (Hch 20,24). El olvido de sí mismo es fórmula de amor, es ya vida de amor, del bueno. Absolutización, centrismo y comparación

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COMPAR ACIÓ

N:

¿a qué nos queremos referir? Veamos lo que la tradición cristiana nos dice de Satán. En su lucha contra Dios quiso asemejarse a El por vías de pecado. San Miguel tuvo que salirle al paso con su “¿Quién como Dios?”. Intentó confrontarse, medirse, sobrevalorarse y…, claro, cayó empicado. Nacieron las tinieblas. Así sucede cada vez que el demonio pica: altera la armonía, produce celos, envidias…, relaciones que no son relaciones sino intereses, desuniones, manipulación, desorden y dominio del otro. Se da una incitación a la pelea, a la comparación infecta, a la rivalidad. Desbancar al otro será oficio diario, plenitud equivocada. Solución de Cristo: “Madre, ahí tienes a tu hijo. Hijo, ahí tienes a tu madre” (Jn 19,25-27). Manifestaba así la creación de relaciones santas, carentes de infestación moral. No dijo, como quien tiene celos en su corazón: “Ahí tienes como a tu hijo. Ahí tienes como a tu madre”. Había entrega de amor. Había sinceridad. Había pureza. Había amor. Jesucristo naturalmente que no se mide con Juan, nuevo hijo espiritual recién llegado a esta filiación pronunciada y concedida precisamente por el Hijo. No hay comparación. No hay rivalidad. No hay quién es más y quién es menos. Ya se sobrentiende que el Señor es el Señor. Hay amor: “Harán obras incluso mayores 60

que yo” (Jn 14,12). El que es más está como el que menos (Lc 22,27). Jesucristo se goza en conceder, regalar la misma alegría que tiene con el Padre (Jn 15,11) Solución ascético-práctica: “Importas”. En el momento en que me “minusvaloro” por amor y para amar brota un amor de calidad. No es un “importas” que me deja sentimental o nostálgico. Ni un “importas” a consta sin más de mí mismo. Es un “importas” a consta de mi amor. “Conviene que Cristo crezca y yo disminuya” (Jn 3,30). Perder la vida por aquél a quien se ama no es en el fondo minusvalorarse sino aceptar ese “minus” para valer más, ya sin pecar. La negación de sí mismo es secreto profundo de fecundidad y plenitud. Es una reducción a modo de muelle que genera fuerza elevadora. Cuando nos comprimimos en fe nos desarrollamos en amor. Grano de espiga muerta, cosecha de pan tierno. Desde que Satán metió la pata todas las desolaciones espirituales tendrán desde entonces el triple sello de la absolutización o exageración, del centrismo o egoísmo y de la comparación en su sentido nefasto (relación viciada).


luz para el mundo

Viviendo la misma vida de Cristo y desarrollando el “No importa, no importo, importas” puedo quemar esas cosas que nos queman de resentimiento y malestar cuando no andamos bien. Si importo entonces no importas. Si importas, me desplazo de algún modo por amor, como Cristo en su Pasión voluntariamente aceptada. Para el que vive en amor las tormentas son remansos de paz (Mc 4,35-40) Esta especie de fórmula que defendemos tiene su correlato inmediato en aquella otra, ya comentada en otro lu-

gar, que dice: “Debajo, detrás, dentro”. Debajo, en actitud de siervo. Detrás en actitud de servicio. Dentro, en actitud de profundo amor, comprendiendo al otro desde su interior. Así se comportó Cristo en la institución de la Eucaristía y en el lavatorio de los pies. No falla, el amor hace daño al mal. El mal no hace daño al que está en amor, le sirve para bien (Rm 8,28). Siempre y cuando no se olviden estas tríadas sanadoras que se condensan así: “No importa, soy un siervo”. bn Absolutización, centrismo y comparación

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luz para el mundo

Alfonso López Quintás Miembro de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas

Una visión global y penetrante de cuanto acontece en nuestra existencia nos facilita una comprensión profunda de lo que es e implica la vida sexual. La investigación contemporánea es un tesoro de ideas fecundísimas sobre el hombre y todas sus vertientes. Si queremos atenernos a la realidad humana y aprender a prever y ganar madurez, debemos asumir ese tesoro y pensar a la luz que él irradia. De esta forma evitaremos cometer el grave error de reducir el ejercicio de la sexualidad a mero erotismo, y nos abriremos a toda la gama de posibilidades creativas que encierra la vida de amor si se la entiende de forma auténtica. Cuando recordamos, siquiera rápidamente, todo lo que nos enseñaron sobre el amor humano autores como Platón, San Agustín, Kierkegaard. Scheler, Marcel, Buber, Ebner, Thibon, Haering, Affemann, Guitton, Horkheimer, Rof Carballo, Marías, Fromm, Maslow, Gilleman, Lain, Frankl, Sheed y tantos otros que han escrito de forma lúcida sobre esta cuestión, nos vemos instados a pensar que lo que hoy se ofrece a menudo como vida sexual no es sino un despojo. Al mismo tiempo, se alza 62

en nosotros un deseo intenso de conferir a nuestra vida de relación las cualidades excelsas que tales autores han sabido descubrir en el amor verdadero. Con frecuencia, ciertos sedicentes sexólogos confunden, sin ambages, el amor y el erotismo. Uno se pregunta cómo es posible tamaño dislate en el momento actual de la investigación antropológica, psicológica y ética. Si alguien les sugiere que están equivocados, ellos reafirman su posición, sin duda encandilados por


luz para el mundo

Ese peligro de disolución del entramado existente entre el instinto, el sentimiento y la persona es una amenaza que proviene también del sector que propugna una bienintencionada ola de iniciación sexual. Aun cuando esa iniciación no se plantee o utilice como un consumo, con todo pone en peligro la integración de la sexualidad.

la idea de que, en principio, el ejercicio de la sexualidad desarraigada encierra un valor: el valor de lo placentero, de cierta afirmación de sí, del dominio sobre otra persona considerada como objeto de admiración y disfrute. Lo que procede, en este caso, no es tanto discutir con estas personas cuanto mostrar la riqueza de las formas más altas de amor, y hacerlo

de forma sugerente, lúcida, entusiasta, a fin de que las personas sensibles a la vida del espíritu se adentren en el área de irradiación de esos valores y adivinen que el secreto de una vida humana auténtica consiste en aprender a integrar el valor excelso de la amistad personal con el valor elemental de lo agradable.

Necesidad de entender la vida sexual

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luz para el mundo «El normal desarrollo y madurez sexual del hombre —escribe Frankl— pasa por la integración creciente de la sexualidad en el conjunto de la propia persona. De donde se desprende que, a la inversa, todo aislamiento de la sexualidad va contra la tendencia a la integración y favorece las tendencias neurotizantes. La desintegración de la sexualidad —su escisión del contexto personal e interpersonal transexual —significa en una palabra una regresión»1. Otro gran profesional de la Psiquiatría, Rudolf Affemann, destaca asimismo los graves riesgos de la tendencia a desintegrar la sexualidad.

dad de la personalidad individual. La sexualización de los medios de masas opera una constante desintegración de la sexualidad. Actúa, por consiguiente, en contra de la maduración de la sexualidad y del hombre». Con frecuencia, ciertos sedicentes sexólogos confunden, sin ambages, el amor y el erotismo. Uno se pregunta cómo es posible tamaño dislate en el momento actual de la investigación antropológica, psicológica y ética

«Habrá (...) que afirmar taxativamente que muchos productos de los medios de comunicación seducen a los jóvenes»2. «La oferta de los medios de comunicación se dirige al instinto sexual del consumidor. Al hacerlo lo separa de su religación al sentimiento y la totalidad de relaciones anímicas en las que va inmerso y con las que debe estar unido. La tarea de una maduración sexual consiste en la integración del instinto en la totali-

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1 Cf. o.c., pág.153. 2 La sexualidad en la vida de los jóvenes, p. 101.


a aann

luz para el mundo «Ese peligro de disolución del entramado existente entre el instinto, el sentimiento y la persona es una amenaza que proviene también del sector que propugna una bienintencionada ola de iniciación sexual. Aun cuando esa iniciación no se plantee o utilice como un consumo, con todo pone en peligro la integración de la sexualidad. Las publicaciones dedicadas a la iniciación las más de las veces tienen únicamente un carácter informativo biológico. No reflejan las múltiples implicaciones e interdependencias que la sexualidad y el complejo anímico suponen con la personalidad del compañero de sexo opuesto»3.

Para avanzar en madurez y plenitud humanas, debemos aprender el arte de ensamblar las diversas energías de nuestro ser y orientarlas hacia una meta llena de sentido. Este es el propósito de las consideraciones que estamos haciendo: poner en forma nuestra capacidad de ver en conjunto los distintos valores y jerarquizarlos; captar el valor de la sexualidad humana, y advertir que sólo presenta todo su alcance y se hace auténtica cuando es asumida en un proceso de amor personal.

Necesidad de entender la vida sexual

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luz para el mundo No es mi cometido ofrecer información sexual de tipo biológico. Hoy día abunda la bibliografía sobre ello. Quiero ver de cerca que el hombre es un ser que se constituye, desarrolla y perfecciona realizando encuentros. Y en el encuentro interhumano juega la sexualidad un papel decisivo cuando va integrada con el amor oblativo, personal, creador. Esta integración nos abre horizontes de vida humana de tal elevación y fecundidad que son capaces de entusiasmar a todo el que sea mínimamente sensible. Comenzamos estos artículos sobre el amor humano con algunas reflexiones sobre lo que se está haciendo actualmente: reducir la información sexual a mero incentivo consumista. Reducir la vida sexual a un vulgar bien de consumo supone tomarla como medio para obtener gratificaciones pasajeras. El consumo es de por sí huidizo, no perdura ni deja perdurar; lo consume todo rápidamente, como una hoguera. Para dar cierta impresión de permanencia, renueva incesantemente las impresiones. Últimamente, hemos analizado lo que debemos hacer. Nos queda abordar la tercera gran cuestión: cómo hacerlo. Ya hemos adelantado la respuesta: El modo de solucionar los problemas causados por una orientación defectuosa es conocer a fondo qué es el ser humano y cuáles son las condiciones que ha de cumplir para desarrollarse de forma cabal.

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El trato erótico puede parecer fecundo y creativo porque funda un campo de encantamiento, que resulta dulce y atractivo. Pero no lo es si se reduce a mero intercambio de intereses y deja de lado la amistad, la proyección comunitaria del amor, la incentivación del amor personal, la creación de nuevas vidas. Si la relación amorosa es expresión viva de un vínculo personal comprometido, deja de ser mero erotismo para alzarse a la categoría de amor. Con ello supera la lucha entre instintos pasionales y espíritu, y establece una fecunda armonía. Lo describe muy bien Gustavo Thibon:

«No hay nada tan vulgar, tan vacío bajo el brillo de las apariencias, nada tampoco tan frágil y vulnerable a la vez co mo un amor dominado por los impulsos de los sentidos. Se ha dicho que el matrimonio no resuelve la cuestión sexual. Esto es verdad si se hace de la cuestión sexual un absoluto, si se diviniza la carne separada del alma. (El culto a la carne, la sexolatría, es una de las plagas de nuestro tiempo). Pero es falso si se restituye la sexualidad a su lugar, si se la considera, no ya como un todo autónomo, sino como una parte ligada orgánicamente a un conjunto e impregnada de ese conjunto”.


luz para el mundo «Nosotros (...) no queremos una plenitud sexual que se compre al precio de la plenitud humana; no sentimos ningún gusto por costumbres que, bajo pretexto de satisfacer plenamente al sexo, vacían todo lo demás del hombre. Únicamente el matrimonio puede, al mismo tiempo, satisfacer el instinto sin degradar a la persona...»4.

«El matrimonio debe encaminarse a la plenitud sexual, pero a una plenitud sexual que sea al mismo tiempo una plenitud humana, es decir, que debe reposar sobre el atractivo de los sexos, pero sobre ese atractivo asumido, coronado y superado por el espíritu»5. bn

El trato erótico puede parecer fecundo y creativo porque funda un campo de encantamiento, que resulta dulce y atractivo. Pero no lo es si se reduce a mero intercambio de intereses y deja de lado la amistad, la proyección comunitaria del amor, la incentivación del amor personal, la creación de nuevas vidas.

4 Cf. Sobre el amor humano, Rialp, Madrid, 1961, p. 64. 5 Cf. o.c., págs. 140-141.

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razón creadora

La relación de la Iglesia Católica española con la ciencia es mucho mayor de lo que habitualmente conocemos o pretende hacernos creer. Muchos no van más allá de los mitos de la leyenda negra, y muy pocos conocen que esta relación sigue vigente hasta nuestro días. Aprovechando la conmemoración del 80 aniversario de la fundación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) reflexionamos un poco sobre el tema. Alfonso V. Carrascosa, científico del CSIC El CSIC es el mayor y más importante organismo público de investigación científica de España. Coordina un conjunto de más de cien centros de investigación repartidos por todas las autonomías de nuestra nación. Fue creado por Ley de 24 de noviembre de 1939. Ya en el texto de dicha ley se hacía mención a la intención de llevar a cabo en este nuevo organismo “...la restauración de la clásica y cristiana unidad de las ciencias...” conjugando “...las lecciones más puras de la tradición universal y católica con las exigencias de la modernidad”. La primera reunión plenaria del CSIC tuvo lugar en Madrid, el 28 de octubre de 1940. Se inició con una eucaristía del Espíritu Santo en la madrileña iglesia de San Francisco El Grande, presidida por el obispo de Madrid-Alcalá, Mons. Eijo y Garay, y con la asistencia de los obispos de Salamanca y Ciudad Rodrigo y el Abad Mitrado de Silos. Su primer presidente, y entonces Minis-

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tro de Educación Nacional, D. José Ibáñez Martín, pronunció al día siguiente un discurso en el que, entre otras cosas, afirmaba que “...los actos religiosos con los que hemos inaugurado las tareas de este Consejo significan , en el orden de la vida cultural española, la expresión más auténtica de la plena armonía entre la fe y la cultura...”. José Ibáñez Martín (1896-1969) fue parlamentario aragonés por la CEDA durante la Segunda República. Licenciado en Derecho e Historia, se quedó a las puertas del doctorado el año que sufrió la pérdida de su padre, por lo que se presentó a oposiciones de catedrático de instituto para poder ayudar a su familia, sacando el número uno de su oposición. Siempre se consideró heredero intelectual de Marcelino Menéndez Pelayo, en base a cuya obra ‘La ciencia española’ configuró la actividad científica del CSIC. Nació en una familia muy religiosa, fue a colegios religiosos, un tío suyo sacerdote le ayudó en su formación…


razón creadora Se declaró católico en el Parlamento poco antes del estallido de la Guerra Civil, lo que, unido a su pertenencia a la Asociación Católica Nacional de Propagandistas y a su adscripción política, le obligó a exiliarse desde Madrid en 1936, junto con toda su familia. El propio Papa Pío XII le dirigiría en 1943 a Ibáñez Martín una carta agradeciéndole la institución de este CSIC, en particular por haber reconocido a la Teología “la primacía sobre las disciplinas del espíritu” y por haber dedicado “un templo al Espíritu Santo”. A las felicitaciones y bendiciones se sumó también en 1943 quien sería con el paso del tiempo el Papa Pablo VI. Ibáñez Martín, mediante Orden de 8 de marzo de 1940, declaró patrono espiritual del CSIC “al glorioso San Isidoro de Sevilla”. El CSIC guarda un bellísimo relicario con un fragmento del cráneo del santo, donado en 1946 por el Obispo de Vitoria, Carmelo Ballester, y que se conserva en la Iglesia del Espíritu Santo de Madrid, cuya primera piedra se puso en 1943, inaugurándose el 12 de octubre de 1946. Además Ibáñez Martín eligió como emblema del CSIC el Arbor Scientiae o Árbol de la Ciencia, título de la obra del beato mallorquín Ramón Llull, al tiempo que modo gráfico con el que el autor gustaba de representar las diversas disciplinas del saber, allá por las postrimerías del siglo XIII y los inicios del XIV, dando un lugar preeminente a la Teología, ciencia que nos permite el conocimiento de Dios. Además, la revista más emblemática de las fundadas por el CSIC, Arbor, multidisciplinar como el propio CSIC, cumple 75 años de edición ininterrumpida este 2019: su primer director fue José López Ortiz (1898-1992), fraile agustino que llegaría a ser Obispo de Tuy.

Portada del nº 1 de la revista Arbor

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Vidriera Arbor Scientiae

Reliquia de san Isidoro, patrón del CSIC

Jose Mª Albareda Herrera (1902-1966), probablemente el farmacéutico español más importante de todos los tiempos, aragonés de pro -como lo fuera el rey español Fernando el Católico fundador de la primera institución científica de la Europa Moderna, la Casa de Contratación-, cuyo padre y hermano fueron asesinados en la Persecución Religiosa Española, y que huyó de España con san Jose María Escrivá atravesando el bosque Rialp, parece el mejor antídoto para el danbraunismo, o rama del

laicismo que ataca al Opus Dei sin piedad, puesto que perteneció a esta realidad eclesial, terminando por ordenarse sacerdote y asumiendo la rectoría de la primera universidad privada española de la era moderna, la Universidad de Navarra. Albareda, que llegó a conocer quiénes habían asesinado a su padre y a su hermano discapacitado intelectual, no tomó represalia alguna contra ellos cuando tuvo poder: ni siquiera les delató tras la Guerra Civil. Fue Catedrático de la F. de Farmacia de la UCM y dos veces doctor.

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Iglesia del Espíritu Santo en el campus Serrano CSIC

Era experto en edafología, la ciencia que estudia el suelo, e impulsó de modo irrefutable la investigación en las modernas ciencias biológicas de la bioquímica, la microbiología y la ecología, como nadie había hecho hasta que llegó él a cargos de gestión de la ciencia. Institucionalizó la investigación en ecología, fundando un instituto con su nombre, el de Edafología, Ecología y Biología Vegetal, que terminaría desapareciendo y repartiéndose entre el actual Museo Nacional de Ciencias Naturales y el actual Instituto de Ciencias Agrarias del CSIC. Albareda imprimió un carácter descentralizador a la ciencia española, e impulsó la profesionalización de la misma. Tuvo un sin fin de nombramientos y condecoraciones tanto nacionales como internacionales, llegando a pertenecer a la Academia Pontificia de Roma, y a varias españolas. También perteneció al CSIC la científica recientemente beatificada en Madrid, Guadalupe Ortiz de Landázuri (1916-1975), al igual que Albareda miembro del Opus Dei.

José Mª Albareda, secretario fundador del CSIC

Antonio de Gregorio Rocasolano (18731941), fue vicepresidente fundador del CSIC. Químico español profundamente católico, a cuya memoria dedica el CSIC uno de sus institutos de investigación en su Campus de Serrano, el de químicafísica, ubicado en el coloquialmente denominado Edificio Rockefeller, construido con fondos del magnate norteamericano durante la dictadura de Primo de Rivera, nació y murió en Zaragoza, donde además desarrolló toda su actividad docente y científica. En 1902 consiguió por oposición la cátedra de química general de la Universidad de Barcelona, que permutó por la de Zaragoza al año siguiente. Sus investigaciones sobre química agrícola y coloides le llevaron a ser considerado un científico de relieve internacional. Debido a su talento científico y a su fuerte aragonesismo, Don Antonio fundó con otros científicos de la época la Academia de Ciencias Físicas, Químicas y Naturales de Zaragoza, de la que sería presidente durante 1922-1932.

España y el CSIC

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razón creadora

Antonio de Gregorio Rocasolano, vpte 1º fundador

Miguel Asín Palacios, vpte. 2º fundador del CSIC

del CSIC

Además creó en la Universidad de Zaragoza, de la que llegaría a ser vicerrector en 1921 y rector en 1929, el Laboratorio de Investigaciones Bioquímicas de la Facultad de Ciencias, que el mismísimo Albert Einstein visitaría en su famoso viaje a España, en 1923. Sus creencias católicas se ponen de manifiesto de modo sobresaliente en el libro “De la vida a la muerte”, en cuyo prólogo comenta: “Al estudiar el desarrollo de la vida y el tránsito de la vida a la muerte, surge el impulso religioso que no puede disimularse cuando se medita sobre estas ideas. Es cierto que esta inclinación religiosa origina algunas concepciones fantásticas; pero quien se oriente tomando como guía la Revelación y las enseñanzas del Creador, que quiso hacerse hombre para que pudiéramos comprenderle, queda libre de fantasías inútiles y de vacilaciones perturbadoras de la serenidad espiritual que precisa para interpretar los hechos experimentales que aparecen

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en el Laboratorio de Química cuando se estudian sin pasión estos problemas biológicos. También fue vicepresidente fundador del CSIC Miguel Asín Palacios (1871-1944), famoso arabista español además de islamólogo. Estudió en el Colegio del Salvador, de la Compañía de Jesús, el bachillerato. Ingresó luego en el Seminario Conciliar de San Valero para cursar los estudios de la carrera eclesiástica, que simultaneó con los de Filosofía y Letras en la Universidad de Zaragoza, donde en 1891 asistiría por primera vez a las clases de Julián Ribera, prestigioso arabista, iniciando así una larga amistad y colaboración científica. Se licenció en 1894. En 1895 se ordenó sacerdote. Se doctoró en Madrid en 1896. Su tesis doctoral se publicó con prólogo de Menéndez y Pelayo, a quién conoció por esas fechas. Desempeñó la cátedra de Humanidades y de Historia de la Filosofía en el Se-


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Juan Marcilla Arrazola, vpte. 3º fundador del CSIC

minario de Zaragoza desde 1896 a 1902, y obtuvo por oposición la cátedra de Árabe en la Universidad Central el 24 de abril de 1903, donde sucedió al también famoso arabista Francisco Codera Zaidín. El 29 de marzo de 1914 ingresaba en la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, y la Real Academia Española lo eligió el 14 de enero de 1915. Como promotor de instituciones científicas, participó en la fundación del Centro de Estudios Históricos (1910) y fue miembro de la Junta Constructora de la Ciudad Universitaria de Madrid y vicepresidente fundador del CSIC. Juan Marcilla Arrazola (1886-1950). Ingeniero agrónomo de brillante expediente, culminó en 1910, conquistando el nº 1 de su promoción. En 1915, y tras haber realizado una estancia en el extranjero, concretamente en la Estación Vitivinícola de Montpellier, fue destinado a la Estación Ampelográfica Central de Madrid, en la que se habían centralizado los antiguos Servicios Vitícolas.

En 1924 ganó por concurso-oposición la Cátedra de Viticultura y Enología de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Agrónomos de Madrid. Por iniciativa suya se crearía en 1928 la Cátedra de Microbiología Agrícola. Se interesó por lo más genuino de la elaboración del vino: las levaduras. Puso en marcha la asignatura de Microbiología Enológica, y enseñó sus conocimientos a los bodegueros dando cursos de capacitación por toda España. El gobierno de la IIª República le nombró en 1933 director del primer centro científico español dedicado a la enología, el Centro de Investigaciones Vinícolas (CIV), con sede en la Escuela de Ingenieros Agrónomos de Madrid, donde era profesor. Políticamente conservador y de profundas convicciones religiosas, en el momento de estallas la Guerra Civil fue declarado desafecto al régimen por el gobierno republicano, quedando sin empleo y sueldo con una ya importante familia numerosa de diez hijos. Fue también vicepresidente fundador del CSIC. El CSIC llevó a cabo en una época extremadamente difícil y en un tiempo récord la profesionalización de la ciencia, mediante la creación de las profesiones del colaborador científico (1945), investigador científico (1947) y profesor de investigación (1970), categorías vigentes hasta la actualidad. Además promovió la descentralización de dicha actividad y su expansión por toda España, así como una importante tarea de formación de científicos en el extranjero, que alcanzó cotas sin precedentes. Desarrolló una investigación básica y aplicada, tanto en ciencias puras como en humanidades. Y lo pusieron en marcha católicos convencidos. bn España y el CSIC

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José Gómez Adrove

Anduve por las calles, abatido, sin un triste lugar donde reposar. Era un anochecer frío. Desde mi locura preveía que la tormenta se avecinaba fuerte. De nada me servía refugiarme en una Iglesia. Mi alma estaba condenada a perecer. De hecho, ya la perdí hacía tiempo. Desde mi condena interior, y ante el desfallecer de mis ojos, circulaban ciertos rumores sobre mí. El más doloroso: que había vendido mi alma al diablo. Sí, eso he dicho: vendí mi alma al diablo. ¿Una locura? ¿Delirios de un ludópata alcohólico? No, es verdad. Firmé el pacto con mi propia sangre, entregándole mi alma al diablo. Lo más importante: el alma. Y yo la había cambiado como si fuese una moneda de cambio.

Todo empezó con mi adicción 74

al juego. Gastaba todo el dinero que ganaba en casinos y bingos. Perdí mi empleo por ir siempre bebido con una copa de más. Completamente arruinado busqué refugio en baratos hostales, viviendo de la caridad. Yo era un ser enfermo y además pobre. Una noche en que me gasté las últimas limosnas en unos vasos de vino, regresé a mi pensión, tambaleándome, borracho. Subí, a duras penas, y como pude, las escaleras que me llevaban a mi habitación. Y me eché en la cama, entre mis propios delirios de un ser completamente acabado. Era una noche lluviosa, y los relámpagos convertían la noche en día. Entonces empecé a rezar… Unos golpes en la puerta de mi aposento, interrumpieron mis rezos.


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Abrí la puerta. Tras ella se hallaba un ser diminuto y de aspecto jovial. -Hola -me dijo. Se quitó el sombrero que tapaba su calvicie y lo sostuvo con ambas manos. -¿Quién es usted? -pregunté- ¿Qué quiere de mí? - Es de mala educación no dejarme pasar a su modesta habitación -dijo. -Oh, sí… Perdone, pase, pase… El ser diminuto parecía a estar a sus anchas, como en su propia casa. Fui inquisitivo. Dije: -Dígame, señor…

-Lucifer - manifestó-. Se me suele llamar Lucifer… Un fuerte relámpago en el cielo me cortó la respiración. -Ah, entiendo -dije-. Y, ¿qué vende? -Dinero -dijo con una sonrisa en sus labios. Un nuevo relámpago en el cielo Pensé que aquel tipo no se trataba más que de un falsificador de dinero. Le pregunté: -Déjeme ver el dinero que vende. -Oh, yo sólo pago con talones. Miré, ve -dijo sacando un talonario de su americana de color negro-. Compruebe, compruébelo. Le eché un vistazo. Se trataba de un talonario con las hojas en blanco.

Y el diablo me tentó

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mosaico -Bien -dije-, ¿y qué pide a cambio? -Oh, no demasiado. Sólo su alma. -¿Mi alma? -me extrañé- ¡Ya la perdí hace tiempo! -Oh -dijo-, no subestime usted al innombrable. Sonrió. Sacó un pergamino de su bolsillo y dijo: -Sólo debe firmar aquí y yo le entrego un talón en blanco. Dudé. Pensé en todas las apuestas que yo podría hacer con dinero, y todas las botellas de buen whisky que podía beber. Así que firmé. Y con sangre. En aquel momento noté un desgarro. Era mi alma, que se había ido con mi firma. ¡Tonto de mí! ¿Cómo podía haber hecho semejante cosa? En mi vida he realizado muchos actos estúpidos, pero aquel era el colmo. Miré el talón. Estaba en blanco. Rápidamente, y con ansiedad, cogí una vieja estilográfica y lo rellené con una buena cifra: diez millones de euros. Me reí a carcajadas. Tenía un talón por valor de diez millones de euros, pero, a cambio, perdí mi alma. Sin darle más importancia al asunto, me eché en la cama y dormí. 76

Al día siguiente, me desperté medio resacoso. Miré el talón. Sí, era cierto; no había sido un sueño. Me arreglé el aspecto, aseándome y fui al banco a hacer el depósito. Una chica simpática, me dijo: -Quiere ingresar un talón a su cuenta. Bien, deme el cheque. Se lo entregué. Ella lo miró detenidamente y empezó a cambiarle el rostro. Enfurecida, me dijo: -¡Pero usted es tonto! ¿Cree que soy tonta? No supe a qué venía eso, por lo que dije: -Ni yo soy tonto ni usted tampoco. ¿Algún problema? - ¡Aquí pone banco del infierno! ¡Y firma Lucifer! ¿Por quién diablos me toma? -Desde luego es una cuestión de diablos -dije. Me tiró el cheque a la cara, diciéndome: -¡Váyase ahora mismo! ¡Váyase o llamo a los mossos! Me fui de allí. El diablo me había estafado. Ahora voy como loco por dar con alguna Iglesia. He de recuperar mi alma, pienso. ¿Qué he de hacer?


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¿Dios me perdonará? Lo ignoro, pero sigo andando buscando una Iglesia. Por fin he dado con una. Entro. Extraños gritos, provenientes del infierno, corroen las entrañas de la Iglesia. ¡Perdóname, Señor!... Mi corazón late rápido al vislumbrar un confesionario. Sí, eso haré: confesaré tan grave pecado. Algo más calmado, confieso el pecado. Noto un gran alivio en mi cuerpo. Pero, ¿y mi alma? Termino de confesarme y me siento ante el Sagrario. Incapaz de alzar la vista, digo: Señor, ten piedad… De pronto suena una música celestial.

-Hombre de poca fe- dice una voz desde lo alto. Elevo mi alma y veo ángeles alados que llevan en sus manos el cuerpo de Cristo. -Perdóname, Señor…. Y aquella voz me llama por mi nombre. Es el Señor. Me postro de rodillas y le pido: -Señor, quiero recuperar mi alma. Ten piedad de este pobre pecador… -Sea como tú dices -dice el Señor. De repente noto algo muy fuerte y de brillante luz, que entra en mí. Me echó a llorar. ¡Vuelvo a tener sentimientos! ¡He recuperado el alma! bn Y el diablo me tentó

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Manuel del Pino En un barrio humilde de Albera vivía un misterioso anciano, a quien sus vecinos llamaban el Viejo Ogro, y los niños, Míster Scrooge. Se pasaba meses sin salir de su casa, que estaba casi en ruinas, acompañado sólo por su perro Pipo. Los vecinos se quejaban del mal olor que salía de tantos trastos que acumulaba dentro, a lo síndrome de Diógenes. Los niños del vecindario se divertían tirando piedras a su vieja casa, y se burlaban de él cuando salía alguna vez a la calle, astroso y despistado, para comprar comida en la tienda. Esa bella tarde de primavera, unos niños se habían entretenido arrojando piedras, para romper los cristales de la única ventana que quedaba intacta. Sin embargo, el Viejo Ogro no se asomó a la ventana para regañarles, como otras veces. Sólo se oyeron los ladridos furiosos y desesperados de Pipo, que estuvo aullando sin parar hasta la madrugada. Los vecinos no pudieron dormir, por los interminables ladridos del perro. Ya no aguantaban más y llamaron a la policía, en el Ayuntamiento de Albera. El sufrido Jefe de los Municipales, Clemente Gascón, se presentó con cara de sueño. ─Hay que echar la puerta abajo ─decían los vecinos─. Ese hombre está muerto. Por eso su perro no para de ladrar y no deja dormir a nadie. Don Clemente llamó a los bomberos, que llegaron de inmediato con su camión, las luces y la sirena a todo gas, por si quedaba alguien durmiendo en el barrio.

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Los bomberos abrieron la vieja puerta. Primero entró don Clemente con sus hombres, escoltado de sus colegas matafuegos, sin permitir que les siguieran los indignados vecinos en tropel, a quienes ordenó que volvieran a sus casas y se tranquilizasen. Don clemente intentó apaciguar al perro, que aún seguía gruñendo. Los policías le dieron de comer y de beber con paciencia, para que se acostumbrase a los nuevos extraños. Pero Pipo continuaba gimiendo inquieto… Porque su dueño no estaba. Los policías se llevaron una buena sorpresa: La casa se hallaba ordenada y limpia, salvo por los aullidos del perro y los cristales de la ventana que rompieron los niños por la tarde. Y el dueño, el Viejo Ogro, había desaparecido. No estaba allí muerto, como pensaban los vecinos. Los policías registraron todas las habitaciones de la vieja casa, para constatar que Mr. Scrooge se había esfumado sin dejar rastro. Don Clemente se rascó un buen rato la nuca, intrigado por el misterio. Como Jefe de la Policía de Albera, tenía que hacer algo para encontrar al Viejo Ogro, serenar su conflicto con los vecinos y hasta cuidar al perro. Por fin, cuando ya amanecía a través de los cristales rotos de la ventana, a Gascón se le ocurrió la solución y dijo a su ayudante Luis Millán: ─Llama a sor Consuelo. Quiero que venga. Millán sabía dónde encontrarla a esa hora: oyendo la misa de maitines diaria que daba el padre Rodrigo en el convento María Auxiliadora.


mosaico Así que la monjita anduvo rauda hasta la casucha del Viejo Ogro, con Millán pisándole los talones. No sólo estaba ansiosa por ayudar a alguien, también le encantaba aclarar cualquier misterio. En cuanto Pipo la vio entrar, se echó a los pies de la monjita, chillando y cimbreando de alegría. Policías y bomberos se quedaron asombrados. Clemente le dijo: ─Usted asistía a veces al Viejo Ogro… quiero decir, a Cosme Rodríguez, ¿no es así? Por eso el perro la conoce. La monja asintió, mientras acariciaba a Pipo. ─Le traía comida de Cáritas ─dijo─ y le limpiaba la casa.

Don Clemente resopló descontento y dijo: ─Me temo que el Viejo Ogro se ha ido para quitarse la vida en algún sitio. Quizá usted sepa ese lugar que él amaba para terminar con todo, y donde podemos encontrarlo. Sor Consuelo miró alrededor y luego a la ventana rota. ─¿De verdad creen que está por ahí colgado de un árbol? ─dijo─. Éste es el sitio que Cosme amaba, su refugio. De haberse suicidado, sería aquí. ─¿Qué insinúa? ─dijo Gascón. ─Que Cosme no se ha suicidado. Policías y bomberos rieron, hasta que vie-

─Pues ha desaparecido ─añadió Gascón─, y me imagino lo que ha pasado. ─¿Ah, sí? ─Ese Viejo Ogro ya no soportaba a nadie, ni tenía a nadie. Los niños de la calle le rompieron a pedradas los cristales de la última ventana que quedaba entera. Fue la gota que colmó el vaso. Como no quiso emprenderla con los niños, esta misma noche se largó, lleno de rabia y desesperación… a quitarse de en medio. ─Entonces ─dijo sor Consuelo─, si ya lo sabe todo, ¿para qué me han llamado?

Sor Consuelo | El viejo ogro

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mosaico ron la cara de ira de su jefe, que dijo apretando los puños en señal de autoridad: ─Entonces, ¿por qué está todo tan limpio? ¿Lo hizo usted? ¿Cuándo fue la última vez que estuvo aquí trayendo comida y limpiando? ─Por desgracia ─repuso sor Consuelo─ hay muchas personas necesitadas en Albera y alrededores. Llevaba más de una semana sin venir. Yo no hice esta limpieza general. ─Fue él, que quería terminar con todo. Sor Consuelo posó su mano en la cabeza de Pipo, que estaba sentado ya tranquilo con la lengua fuera junto a ella, y dijo: ─Un hombre desesperado, con Síndrome de Diógenes, ¿se pasa la noche limpiando su casa, antes de salir de madrugada para suicidarse por ahí? Y abandonando a su querido perro, que era su única compañía en este mundo cruel. Lo último que quería don Clemente era quedar en ridículo ante sus hombres. ─¿Entonces qué diantres ha pasado aquí? Sor Consuelo se encogió de hombros. ─No lo sé. Sólo digo que la vida nos sorprende a veces, por la gracia de Dios. ─Sí lo sabe. ¿Por qué no dice lo que está pensando? Don Clemente sólo pudo arrancar a sor Consuelo el consejo de que aguardaran allí, nada más que para ver lo que ocurría o quién llegaba; así que mandó a sus hombres y a los bomberos que volvieran a sus puestos. Sólo se quedó el Jefe de la Policía, haciendo compañía a sor Consuelo. Ambos se sentaron en viejas sillas de anea, esperando acontecimientos mientras avanzaba la mañana, protegidos por Pipo. Eran ya casi las diez cuando Pipo saltó chillando hasta detrás de la puerta. Una puerta es el mayor misterio que existe: La abrió Cosme Rodríguez y entró en la humilde

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sala, con Pipo saltándole alrededor, ante la sorpresa de Clemente Gascón, no tanto de sor Consuelo. Cosme estaba bien peinado, afeitado y vestido con decoro. Pero no venía solo. Le acompañaba una viejecita delgada casi de su edad. El policía don Clemente se quedó de piedra. Sor Consuelo se levantó a saludarle con alegría. Cosme les presentó a la mujer: Se llamaba Araceli. Luego el señor Rodríguez se explicó, porque imaginaba lo que estaban pensando: ─Araceli es mi amor de juventud, de Granada. He decidido cambiar mis últimos años de vida, ir a buscarla y Araceli me ha dicho que sí. A Gascón, los ojos se le salían de las órbitas. ─Hemos vuelto para hablar con el padre Rodrigo ─siguió Cosme─ y poner fecha para la boda. No tenemos mucho tiempo que perder. Queremos aprovechar nuestros últimos años de vida. Están todos invitados al enlace. Sor Consuelo le tomó las manos con alegría y le dijo: ─Y también ha venido para recoger a Pipo, ¿verdad? ─Eso es ─dijo Cosme, acariciando a su querido perro─. Nos casaremos aquí pero viviremos en Granada, la tierra de Araceli, donde está su familia, que vendrán todos a la boda. Allí espero que vivamos en paz y no nos tiren piedras ─miró de reojo la ventana rota─. Voy a poner en venta esta casa. Por eso la limpié lo mejor que pude, a modo de despedida. bn


Dra Raquel Fdez de Bobadilla Osorio • Especialista en cirugía oftalmológica de Cataratas • Laser para Miopía • Lentes Intraoculares Trifocales para Presbicia, Miopía y Astigmatismo • Tratamientos de Glaucoma y Enfermedades de la Mácula Asociadas a la Edad

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educación para la vida

Raúl Espinoza Aguilera

Hay muchas personas a las que admiramos porque en su actividad diaria tienen prestigio profesional; a la vez estudian maestrías o doctorados; atienden bien a su familia y cuidan de la formación humana y académica de sus hijos; están aprendiendo un nuevo idioma; cuidan de practicar algún deporte para mantenerse en buena condición física; son amigueros, los frecuentan y asisten a algunas reuniones sociales… Además, no dan la impresión de estar agobiados, angustiados o estresados. Conservan la serenidad, el equilibrio mental, la alegría y el buen humor. ¿Cuál es la raíz de esa eficacia en el trabajo? En primer lugar, es fundamental aprender a darle prioridad a los asuntos urgentes e importantes y saber colocar en otro lugar los que son secundarios. Pero para ello se requiere elaborar una agenda de trabajo semanal para lograr que lo secundario no invada el área de lo importante y viceversa.

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Muchos profesionales se quejan de que, en cuanto llegan a sus lugares de sus respectivos trabajos sus “talones de Aquiles” son el perder miserablemente el tiempo contestando a las diversas redes sociales o dedicarle un tiempo excesivo al celular. Y cuando menos se esperan… ¡ya dieron las doce y les espera “una montaña” de cosas! Considero que la primera pregunta que todo ejecutivo debe hacerse al llegar a su oficina al inicio de su semana laboral es: ¿qué asuntos necesariamente tienen que ser resueltos hoy? ¿mañana? ¿pasado mañana?... o bien, ¿esta semana? Luego vienen los pendientes que no son tan importantes, pero que hay que atenderlos sin mayor dilación, y fijar en la agenda: ¿qué día de la próxima semana puedo atenderlos? Y otro capítulo no menos destacado es el delegar trabajo a los subordinados, que les queden claras y concretas las indicaciones y la fecha precisa para reportarlos. Es clave


comprender que “delegar no significa olvidar” sino encuadrarlos en un tiempo razonable para darles el debido seguimiento y aprender a exigir, de forma amable y cordial, cuando sea necesario. Ya cubierta de manera jerarquizada nuestra actividad laboral, podemos hacer uso del celular en temas prioritarios, de manera moderada, porque el tiempo no nos sobra. Finalmente se encuentra la atención a la esposa y a los hijos que tiene el carácter de otro trabajo por la trascendencia que tiene el hecho de formar en los hijos valores y virtudes humanas y espirituales, haciendo equipo con la esposa. Y los otros tiempos, para los estudios de Postgrado, el deporte, practicar algún idioma, abordar lecturas interesantes y formativas… depende en buena parte del uso inteligente que hagamos de la agenda semanal, quincenal o mensual. bn

La primera pregunta que todo ejecutivo debe hacerse al llegar a su oficina al inicio de su semana laboral es: ¿qué asuntos necesariamente tienen que ser resueltos hoy? ¿mañana? ¿pasado mañana?... o bien, ¿esta semana?

Cómo ser más eficaz en el trabajo

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Rebeca Reynaud

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educación para la vida

“Me preguntas por qué compro arroz y flores. Compro arroz para vivir y flores para tener algo por lo que vivir”, escribía Confucio. Necesitamos cosas bellas a nuestro alrededor, pero la vida también trae sufrimientos. Clives S. Lewis reflexionó sobre el dolor y concluyó que Dios nos habla por medio de la conciencia y nos grita por medio de nuestros dolores: los usa como megáfono para despertar a un mundo de sordos. Los seres humanos queremos ser felices a toda costa. Y lo seremos –por la eternidadsi somos fieles al plan de Dios. De grandes males, Dios saca grandes bienes. La única razón por la que Dios permite el mal, dice Santo Tomás, es para sacar de allí un mayor bien. ¡Claro! Eso no se percibe fácilmente si no se habla con Dios mentalmente. San Agustín rezaba así: “Graba, Señor, tus llagas en mi corazón, para que me sirvan de libro donde pueda leer tu dolor y tu amor; tu dolor, para soportar por ti toda suerte de dolores; tu amor, para menospreciar por el tuyo todos los demás amores”.

“El sufrimiento, desde que pasó por él el Hijo de Dios santificándolo, tiene el misterioso poder de disolver el mal, de romper la trama de las pasiones y de desalojar al pecado de nuestros miembros. “Quien ha sufrido en carne propia, ha roto con el pecado” (1 P 4,1). La Sagrada Escritura dice que “Dios reprende a los que ama”, y añade: “Ninguna corrección nos gusta cuando la recibimos, sino que nos duele; pero después de pasar por ella, nos da como fruto una vida honrada y en paz” (Hb 12,11).

Dios nos habla por medio de la conciencia y nos grita por medio de nuestros dolores

Sentido del dolor

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educación para la vida Pero hay algo, sobre todo, que debe sostenernos cuando sintamos sobre nosotros la mano del podador: que Dios sufre con nosotros al vernos sufrir. Él poda con mano temblorosa (Raniero Cantalamessa). Debemos de tratar de no echar a perder ese poco sufrimiento “injusto” que a veces puede aparecer en nuestra vida: humillaciones, críticas injustas, ofensas. Para ello, no hablar de él si no es realmente necesario; guardarlo celosamente como un secreto entre nosotros y Dios para que no pierda su aroma. Decía un antiguo Padre del desierto: “Por grandes que sean tus sufrimientos, tu victoria sobre ellos se encuentra en el silencio”. Cuando sufrimos con fe, poco a poco vamos descubriendo el porqué del sufrimiento y para qué sirve; nos vamos dando cuenta de que los seres humanos, después del pecado, ya no podemos caminar junto a Dios y progresar en la santidad sin sufrir. Bastan unos pocos días sin pequeñas cruces para que nos encontremos inmersos en una gran superficialidad y flojera espiritual. “El hombre no perdura en la opulencia, sino que perece como los animales” (Sal 49, 13). Se comprende así por qué, para los santos, el sufrimiento deja con frecuencia de ser un problema para convertirse en una gracia, como ya lo decía San Pablo: “A vo-

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sotros se os ha concedido la gracia, no sólo de creer en Cristo, sino de sufrir por él” (Flp 1,29). Y entonces el padecer puede convertirse en lo único por lo que vale la pena vivir, hasta llegar a pedirle a Dios: “Señor, o morir o padecer” (Santa Teresa; Vida, 40,20). Pero no pensemos que hemos llegado ya a esas alturas, y conformémonos al menos con aceptar el sufrimiento que nos toque. Para que el Señor se luzca no hacen falta éxitos humanos excepcionales. Jesús se ha de lucir en nuestra conducta diaria, porque “el valor sobrenatural de nuestra vida no depende de que sean realidad las grandeshazañas que a veces forjamos con la imaginación, sino de la aceptación fiel de la voluntad divina, de la disposición generosa en el menudo sacrificio diario” (cfr. J. Escrivá, Es Cristo que pasa, n. 25).

De grandes males, Dios saca grandes bienes


educación para la vida

“Quien ha sufrido en carne propia, ha roto con el pecado”

San Juan Pablo II explicaba así que no estamos en el paraíso terrenal; “Jesús no ha venido a instaurar un paraíso terrenal, de donde esté excluido el dolor. Los que están más íntimamente unidos a su destino, deben esperar el sufrimiento (...) En el designio divino todo dolor, es dolor de parto; contribuye al nacimiento de una nueva humanidad”1. En realidad, sólo hay dos filosofías de la vida: para una, primero es el banquete y luego el dolor de cabeza; para la otra, primero es el ayuno y luego el banquete

1 San Juan Pablo II; Audiencia general, 4 mayo 1983.

Sentido del dolor

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educación para la vida San Pablo enseña que el ser humano que sufre “completa lo que falta a los padecimientos de Cristo”. En la dimensión espiritual de la obra de la redención sirve para la salvación de hermanos y hermanas: es un servicio insustituible. María Valtorta dice: No hay otro camino para salvar al mundo: el sufrimiento. Jesucristo, que es Dios, no escogió otro camino que éste para ser Salvador. Dios quiere que sepamos que la gloria se convertirá en Gloria para nosotros pero en la otra vida. El sufrimiento, más que cualquier otra cosa, es el que abre el camino a la gracia que transforma las almas. El dolor hace

presente la fuerza de la redención cuando nos unimos a los méritos de Cristo. Hemos de vivir con un solo pensamiento: el de consolar a Jesucristo redimiendo a los hombres. A los hermanos se les redime con sacrificio. A Jesús se le consuela con el amor y encendiendo el amor en los corazones apagados. Jesús sufrió más que cualquier hombre. Él no veía el suceso del momento. Veía las consecuencias que ese suceso tendría en la eternidad; enseñándonos que el sufrimiento termina, pero los efectos de ese sufrimiento no terminan pues tienen frutos de vida eterna (Valtorta). bn

El sufrimiento, más que cualquier otra cosa, es el que abre el camino a la gracia que transforma las almas

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espada de dos filos

Los prejuicios anticatรณlicos

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testigos de la verdad cine

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cine testigos de la verdad

Dirección: Jon Gunn Intérpretes: Mike Vogel, Erika Christensen, Faye Dunaway, Frankie Faison, Robert Forster, Brett Rice, L. Scott Caldwell, Meredith Andrews, Rus Blackwell, Jordan Cox, Cindy Hogan Argumento: Lee Strobel (autobiografía) Guión: Brian Bird Música: Will Musser Fotografía: Brian Shanley Distribuye en cine: European Dreams Factory

Gloria María Tomás y Garrido

El caso de Cristo, de Jon Gunn, recrea el proceso real de conversión religiosa de Lee Strobel (Mike Vogel), importante investigador periodista del Chicago Tribune. Lee está felizmente casado con Leslie (Erika Christensen), tienen una hija pequeña y un segundo hijo en camino. Han hecho entre ellos un pacto de ateísmo, comprometiéndose a mantener fuera de su vida la figura de Dios. Strobel, convencido positivista, consideraba el cristianismo un cuento de hadas impropio de gente adulta y moderna. Su filosofía de vida coincidía con su filosofía profesional: se basaba en la fe de los hechos, en las realidades tangibles y demostrables.

La película se desarrolla con dos tramas; la principal mostrar el deterioro progresivo en Lee de su vida matrimonial, y la otra trama es como trabaja desde su puesto en el periódico el caso de un pandillero negro, Dixon, acusado de matar a un policía

Elnombre caso deartículo Cristo

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testigos de la verdad cine

En 1980 entró en crisis pues su esposa, a raíz de un accidente de su hija, entra en contacto con una comunidad evangélica, comienza a descubrir el significado de la trascendencia sitúe y empieza a cuestionarse sus convicciones. Sin decirle nada a su marido, asiste a algunas reuniones cristianas y no tarda en convertirse y querer ser bautizada. Lee siente que Jesucristo, en cuya divinidad no cree, le está usurpando el lugar que sólo a él le corresponde en el corazón de su mujer. Entonces, se convierte en ateo beligerante y decide iniciar una investigación del estilo de las que tan hábilmente realiza para su periódico, pero en este caso para demostrar que el cristianismo es un fraude, sobre todo por estar basado en una premisa fundamental falsa, que es la pretendida Resurrección de Cristo. Su planteamiento es investigar hasta el fondo, desde todos los aspectos este hecho. Pero cuanto más avanzaba en las pesquisas, más le desconcertaban los resultados. La pasión de los celos y el propio convencimiento de la falsedad del cristianismo no consiguieron des-

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viarle de su honrada y comprometida búsqueda de la verdad, que llegó al fin a vislumbrar con «temor y temblor». Jon Gunn plantea bien los conflictos internos de los personajes, el dolor de la esposa que ve cómo se desmorona su unión matrimonial y se siente incapaz ante la obcecación de su esposo. Se trata de una película independiente americana de temática religiosa, que a pesar de su perfil claramente protestante, ofrece una lúcida descripción de la dinámica de la razón humana y de las exigencias de la búsqueda de la verdad. Lee Strobel plasmó su experiencia en un libro que constituyó en su día un enorme éxito de ventas. El guion sigue con fidelidad el relato de cómo Lee quiso llevar la investigación con el máximo rigor intelectual con su resello profesional. Así, la película se desarrolla con dos tramas; la principal mostrar el deterioro progresivo en Lee de su vida matrimonial, y la otra trama es como trabaja desde su puesto en el periódico el caso de un pandillero negro, Dixon, acusado de matar a un policía.


cine testigos de la verdad

Esta última historia ilustra acertadamente la dinámica del prejuicio humano, que imposibilita un verdadero conocimiento de la verdad, y que va a suponer un cataclismo en el impecable expediente profesional de Strobel. El espectador ve, duda, acierta, o discrepa de cómo el periodista no resuelve acertadamente la verdad de un caso ya cerrado sobre este pistolero negro, y le pasa porque dedica todo su interés y energías al tema de la Resurrección de Jesús. Podemos afirmar que Lee hace uso de su experiencia como periodista en asuntos legales para presentar las pruebas sobre la deidad de Cristo siguiendo el esquema de un juicio criminal. El espectador va descubriendo en ambos casos, y muy particularmente –pues es el tema de la película en el caso de Cristo- ante diversas pruebas documentales junto a los descubrimientos arqueológicos y las entrevistas y discusiones con expertos del tema acerca de la posibilidad no sólo de que Jesús viviera sino principalmente de que resucitara.

En 1980 entró en crisis pues su esposa, a raíz de un accidente de su hija, entra en contacto con una comunidad evangélica, comienza a descubrir el significado de la trascendencia sitúe y empieza a cuestionarse sus convicciones. Sin decirle nada a su marido, asiste a algunas reuniones cristianas y no tarda en convertirse y querer ser bautizada. Lee siente que Jesucristo, en cuya divinidad no cree, le está usurpando el lugar que sólo a él le corresponde en el corazón de su mujer

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cine Las pruebas médicas, la evidencia del cuerpo desaparecido, los efectos que produjo en sus discípulos que no tienen motivos para mentir-, tantos testimonios de todos los tiempos, las pruebas complementarias que van desde la Ilíada hasta el diálogo con Habermas… En definitiva, el estupor de Lee al vislumbrar la verdad, una verdad que la que no hay otra historia que se le parezca. El Cristo histórico es el Cristo de la fe; Cristo es el Hijo de Dios hecho hombre. La película se ve con gusto, resulta ágil, y es conmovedor ver el auténtico y honrado esfuerzo de este periodista para cumplir su cometido: su humildad al reconocer que no era que no sabía ver la verdad sino que no la quería ver. Esa real conversión, ante la que comprende que nunca se sabe todo, pero si lo suficiente para creer, ese “Bien, Dios, tu ganas”. Y de ahí el final feliz de la crisis matrimonial, y el comienzo de la auténtica aventura del amor y del Amor. Porque en esta película, la injusticia ante el pistolero, la incansable e exhaustiva investigación, están concatenadas con una verdadera historia de amor matrimonial. Como afirma el director: “Ese es el reto de nuestra historia (…) su aspecto más identificable y emocional. El corazón de la historia es un esposo que ama tanto a su mujer que está desesperado por salvarla y decide emprender un trabajoso viaje. La exploración que hace Lee es para salvar a su familia y mantenerla unida”. Como todo amor, conlleva sufrimiento, así también la esposa es examinada por Gunn: 94

“La perspectiva de Leslie es que ha encontrado algo que es lo más hermoso que ha experimentado en su vida: una verdad en la que cree profundamente y que quiere compartir con el hombre al que ama” Finalmente, el propio Lee Strobel nos da su punto de vista acerca de lo que vivió en primera persona: “Una de las características que hace único al cristianismo es que se trata de una fe investigable. ¿Vivió Jesús? Por supuesto que sí. ¿Fue ejecutado? Por supuesto que sí. ¿Son fiables los encuentros que tuvo después? Esa es la verdadera cuestión. Tenemos nueve fuentes antiguas dentro y fuera del Nuevo Testamento, que confirman y corroboran la convicción de los discípulos de que se encontraron con el Jesús resucitado. Toda una avalancha de datos históricos. Así que yo desafío a cualquier escéptico. ¡Investiga! ¡Haz lo que hice yo! Investiga y llega a tu propia conclusión”.Una buena película para reflexionar, para amar, para compartir. bn

En definitiva, el estupor de Lee al vislumbrar la verdad, una verdad que la que no hay otra historia que se le parezca. El Cristo histórico es el Cristo de la fe; Cristo es el Hijo de Dios hecho hombre


único! ¡Porque tu hijo es

Alcorcón Parla Guadarrama

Cádiz Puerto Real La Línea Almería


entretenimiento

Batallitas de

jubilado Un jubilado comenta: La gente que todavía trabaja, me pregunta a menudo que qué hago diariamente, ahora que estoy retirado... Pues bien, por ejemplo, el otro día fui al centro y entré en Correos a recoger un paquete que me había llegado, sin tardar en la gestión ni cinco minutos. Cuando salí y llegué al coche que estaba en la puerta, un Policía Local estaba rellenando una multa por estacionamiento prohibido. Rápidamente me acerqué a él y le dije: - ¡Vaya hombre, no he tardado ni cinco minutos...! Dios le recompensaría si hiciera un pequeño gesto para con los jubilados... Me ignoró olímpicamente y continuó llenando la infracción. La verdad es que me pasé un poco y le dije que no tenía vergüenza. Me miró fríamente y empezó a llenar otra infracción alegando que, además, el vehículo no traía yo no sé qué pegatina de la ITV. Entonces levanté la voz para decirle que me había percatado de que estaba tratando con un capullo, y que cómo le habían dejado entrar en la Policía... Él acabó con la segunda infracción, la colocó debajo del limpiaparabrisas, y empezó con una tercera. No me achiqué y estuve así durante unos 20 minutos llamándole de todo. Él, a cada insulto, respondía con una nueva infracción. Con cada infracción que llenaba, se le dibujaba una sonrisa que reflejaba la satisfacción de la venganza... Después de la enésima infracción... le dije: - Lo siento. Le tengo que dejar, porque... ¡Ahí viene mi autobús! Y es que, desde mi jubilación, ensayo cada día cómo divertirme un poco. Es importante hacer algo a mi edad, para no aburrirme.

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cio que tiene esa estufa? – Hola buenas, ¿me podría decir el pre – Si claro, cuesta 5000€ – ¡Pero estás loco, eso es una estafa! – No, es una estufa.

– ¡So ldad o Em ilian o! – ¡Sí, mi Sar gen to! – Aye r no lo vi apa rec er en la pru eba de cam ufla je… – ¡Mu cha s gra cias mi Sar gen to!

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-Manolo, ¿a dónde vas? para las fresas. -Voy a buscar estiércol ta como a - ¿Y no te gustan con na todo el mundo?

– Soy una persona muy saludable. – ¿Haces mucho deporte y comes sano? – No. Es que la gente me saluda por la calle y yo… pues les devuelvo el saludo. y me a mi puerta n ró a m a ll s cal. unas chica na piscina lo u ra a p n El otro día ió c a pequeña don pidieron una a. arrafa de agu Les di una g Entretenimiento

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entretenimiento

La cuaresma es un tiempo encantador para mí, pues vamos por la vida como la harina: sosa, inmóvil, sedienta, como tierra reseca, agostada sin agua...

...Llega el Espíritu, y en nuestra aridez, se derrama, se mezcla, nos limpia, refresca e inunda nuestra existencia como el agua se hace una con la harina...

...Y así, empieza el señor a moldearnos, a formarnos como aquella primera vez, como Adán saliendo del barro.... … hay unos que tenemos una humildad increíblemente desmedida.

… y nos regala este tiempo para ingresar en el calor de una profunda humildad...

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mosaico

Contenido

ORACIÓN

[Directores] Sara Alonso Daniel García [Subdirectora] Dayana Figarella [Jefe de redacción] Juan José Guerrero

Ofrezcan los cristianos ofrendas de alabanza a gloria de la Víctima propicia de la Pascua. HACIA ORIENTE 3 Editorial Daniel y Sara

[Consejo de redacción] Luciano García Matas Raquel Fernández de Bobadilla César Allende García Jorge L. Santana Dumas Horacio Vázquez Cermeño

CANTEMOS AL SEÑOR 8 Eclesiástico 4,20-23

[Administración] Josué Santana Neira

24 Un caminante sin descanso

[Directores de zona] Almudena García Peña Juan Frutos Soria Juan Manuel Balmes Juan Antonio Tuñón González José I. Dionisio de la Torre

KERIGMA 26 Las profecías de Ratzinger

[Colaboradores] Francisco Lerdo de Tejada Jesús Castro Cortés Fernando Cerezo Carlos Linares Juárez Fernando Zufía García Valentín de Prado Julio Cerezo [Maquetación] J. Kiróbel Rodríguez

Horacio Vázquez

TESTIGOS DE LA VERDAD 12 Entrevista a Mayte García Sara Alonso Pedro Estaún

BUENANUEVA

ESPADA DE DOS FILOS 30 La opción benedictina I Ramón Dguez

FUERZA EN LA MIRADA 36 Guárdame un sitio en tu equipo, mister Raúl García Sanz

ALDEA PLANETARIA 42 El juicio de las naciones Jesús Bayarri

LUZ PARA EL MUNDO 48 El abandono de Teresa Francisco Javier Alba

58 Absolutización Francisco Lerdo de Tejada

62 Necesidad de entender la vida sexual A. L. Quintás

RAZÓN CREADORA 68 España y el CSIC Alfonso Carrascosa

MOSAICO 74 Y el diablo me tentó Manuel del Pino

EDUCACIÓN PARA LA VIDA 82 Cómo ser más eficaz en el trabajo Raúl Espinoza

84 Sentido del dolor Rebeca Reynaud

CINE 90 El caso de cristo

¿Qué has visto de camino, María, en la mañana? A mi Señor glorioso, la tumba abandonada, los ángeles testigos, sudarios y mortaja. ¡Resucitó de veras mi amor y mi esperanza!

Gloria María Tomás y Garrido

ENTRETENIMIENTO ORACIÓN

Venid a Galilea, allí el Señor aguarda; allí veréis los suyos la gloria de la Pascua. Primicia de los muertos, sabemos por tu gracia que estás resucitado; la muerte en ti no manda.

[Web] Josué Santana Neira [Edita] Paseo Castaños, 8 28660 Boadilla del Monte Madrid, España Telf.: 91 759 79 68

[Depósito legal] M-26182-2006

Lucharon vida y muerte en singular batalla y, muerto el que es la Vida, triunfante se levanta.

José Gómez Adrove

78 El viejo ogro

[Ilustraciones] Julian García

[E-mail] info@buenanueva.es [web] www.buenanueva.es

Cordero sin pecado que a las ovejas salva, a Dios y a los culpables unió con nueva alianza.

Rey vencedor, apiádate de la miseria humana y da a tus fieles parte en tu victoria santa. Amén.

Si quieres ayudarnos, puedes enviar tu aportación a la Asociación Canónica Bendita María a través de la cuenta:

Bankinter: ES82 0128 0198 77 0100030884

SECUENCIA DE PASCUA Himno de Laudes


Revista para la Nueva Evangelización

Año 13

mayo

2019

n o 76


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