Revista nº 7

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MALTEA

La revista literaria del IES San Diego de Alcalá

Fotógrafía: Aitor Gutiérrez Hernández. Interpretando a Man Ray

M.ª Isabel Almeida García Docente de Artes plásticas y Diseño

PRÓLOGO: EL MISTERIO SE LLAMA AMOR

El otoño es un misterio y, por tanto, poesía. Cuesta pensar a qué nos referimos cuando hablamos de versos, o a dónde queremos llegar cuando intentamos explicar los poemas, interpretarlos, comprenderlos, llegar siquiera a atisbar lo que alguien quiso expresar con esas palabras.

Dámaso Alonso, en su obra Poesía española, tras analizar algunos versos de la Égloga III de Garcilaso, confesó su frustación por no ser capaz de abordar la magnitud de la belleza de esa creación literaria, afirmando con rotundidad que “estamos exactamente en la orilla del misterio. El misterio se llama amor, y se llama poesía”. Pero tal vez esta es la única razón por la que la lírica, y la literatura en suma, nos asombra y nos conmueve.

Así ocurre con los textos que encontrarán a continuación, en este ya séptimo número de Amaltea, una revista que este humilde equipo de redacción ha visto madurar con cariño y trabajo, observando el camino ahora desde esta edición otoñal que hace vibrar las hojas de nuestro recuerdo, cayendo del cielo como el sereno de la noche.

Así que lectora, lector, adéntrate por estas páginas con la seguridad de tener entre las manos el misterio del amor y la poesía, esa música de palabras que, como decía el poeta Rilke, todavía hoy, desde el principio de los tiempos, es una vibración que nos arrebata, nos consuela y nos ayuda.

ÍNDICE

A propósito del desprestigio de la actividad memorística en la educación

Brais Redonda

A veces me gusta pensar en tu nombre

Dai

Primer premio de Bachillerato

El monologuista

Francisco Delmo Nicolau

Primer premio de 3º y 4º ESO

En un futuro

Sofía Clemente Martel

Primer premio de 1º y 2º ESO

Nadando en abundancia

Canción de II - V- I

Solo yo

Canción de Las manzanas de Ana

Las ocho islas

Nevaditox

Primer premio del CEIP

Poeta Domingo Velázquez

Reloj de oxígeno

Paula Reyes Hierro

Finalista de Bachillerato.

ÍNDICE

Aires de mi tierra

Andrés Fabricio

Finalista de 1º y 2º ESO

My life

Sani

Premio del CEIP

Agustín Millares Carló

Pensamientos al aire

Hécate

Finalista de 3º y 4º ESO

La magia de la parada Icónica

Premio del CEIP

Francisco Navarro Artiles

Mar de lágrimas

Lucía Alonso Fariña

Finalista de 3º y 4º ESO

Un ramo de flores

Elsa Montelongo Hernández

Finalista de Bachillerato

Ayer es hoy

Lidia Alfonso Pérez

LLAGASENLABOCA

A propósito del desprestigio de la actividad memorística en la educación

Ya no es útil la memoria para este nuevo sistema.

Ya tenemos un problema para conocer la Historia. De esta forma tan notoria languidece la educación, con pantallas y reggeaton, o artilugios digitales que no son fundamentales para una buena formación.

Brais Redonda Touceda Docente de Geografía e Historia

NADANDO EN ABUNDANCIA

A veces me gusta pensar en tu nombre.

¿No es muy básico como para guardar tantas emociones, sentimientos y recuerdos en tan pocas letras?

Tu nombre, tu nombre, tu nombre. ¿Cómo debería llamarte?

Si para mí eres tan valiosa como mis poemas de verano, si para mí brillas tanto como la luna llena, si haces que cada uno de mis órganos y cada una de mis fibras estén repletas de amor por ti.

¿Entonces cómo debería llamarte?

Si lloro lágrimas muertas de amor por ti, si me corto con los filos de tu existir, si vivo rendido por estar atado a tu manera de reír.

¿Debería llamarte mía?

Si permaneces en cada uno de mis pensamientos, si lo único de lo que hablo es de ti, si no haces más que aparecer en mis sueños y hacerme recordar

la amarga realidad: una vida sin ti, sin tus labios en mi sentir.

Una última vez, ¿cómo debería llamarte?

Más bien, en esta última ocasión, pregúntame tú a mí.

Por favor, hazlo.

Te diré que como poeta fallaría

si te llamase por algo tan simple como tu nombre.

Por favor, devuélveme la pregunta.

Te diré que me llames por tu nombre, si no tengo cómo explicarte que soy yo el que ha sido escrito por ti.

Dayhan A. Londoño Andrade 1º Bach. Arte

SOLOYO

Las manzanas de Ana

Elmonologuista

Antes de subir al escenario, El monologuista se calzó un esmoquin negro granito, se peinó a raya con gomina y se afeitó los primeros indicios de un bigote que empezaba a crecer rebelde. Payasos de lujo: Así era como habría de llamarlos años atrás su padre cada vez que los viera aleteando de un lado a otro del televisor, o cada ver que escuchara sus voces en una radio. El Monologuista se preguntaba a menudo que hubiera pensado su padre si hubiera sabido que su hijo acabaría siendo eso: un payaso de lujo, una mentira, una máscara. No importaba, de todas maneras estaba muerto.

Un recuerdo solía asaltarle antes de subir el escenario del mismo modo en el que un fantasma asalta una casa embrujado. Ese sí era importante para aquella conversación que tuvo con un amigo suyo cuando ambos tenían dieciséis años, antes de que El Monologuista pudiera ni siquiera imaginar lo que era subirse a un escenario. La tuvieron fumando maría, en uno de esos callejones pútridos recubiertos por el olor a tabaco y las botellas rotas, uno de esos espacios urbanos que parecían diseñados solo para que jóvenes y drogadictos huyan de sus problemas.

–¿Por qué nos drogamos? –le habría preguntado su amigo mientras encendía su porro con un mechero al que se le empezaba a gastar el gas.

Al monologuista le costó responder, solía pasarle mientras fumaba; parecía como si algo se desencajara en su cabeza y pasara un rato antes de que pudiera volver a arrancar.

–Es una forma fácil y rápido de conseguir felicidad –escupió al fin–, la felicidad normalmente conlleva un sacrificio.

–¿Entonces no somos felices? –le había rebatido su amigo, a diferencia de él, el cannabis parecía darte una lucidez excepcional– esto nos mata –le dio otro calada al porro –¿por qué preferimos morir a dejarlo?

El Monologuista le había dado otra calada al cigarro, empezaba a sentirse mareado, pero a su vez sentía como si una risa tonta revoloteaba en su cabeza. Suponía que esa era la parte divertida.

–Es, en cierto modo, como el humor– le contestó al fin.

–¿Qué pasa con el humor?

–El humor es una droga, ¿no?, quiero decir, a final de cuentas distorsiona la realidad para hacerla más soportable, juega con nuestros receptores de placer… Nos miente.

Su amigo había asentido varias veces mientras escupía el humo como un dragón.

–Tú sí que sabes –le dijo–, tú sí que sabes…

Después de eso terminaron de fumar en silencio.

Era un recuerdo potente, casi profético, y hacía que El Monologuista se hiciera la misma pregunta cada vez que subía a un escenario: ¿Qué es el humor? Pero tenía que distraerse, a veces una pregunta demasiado profunda derivaba en la mayor de las ignorancias. Subió al escenario mientras los focos parecían jugar con las hombreras de su esmoquin y el público aplaudía enloquecido, el ruido de los tablones al crujir con sus pisadas era el único contraste a un silencio mal disimulado, a una timidez que parecía nacer en su pecho y enredarse, como una serpiente, en su columna. Siempre que estaba frente al público parecía encontrar la respuesta a sus preguntas. El humor era un reguero de mala muerte y de buena vida, una manta que no abriga, un taxista tan puntual que llegaba antes de que lo llamaran…

Recorrió al público con la mirada hasta que un rostro llamó su atención: Redondo, entrado en carnes, con una mandíbula muy marcada y unos ojos oscuros, penetrantes, vio que tenía una mano en la cintura, y que de su bolsillo sobresalía un objeto brillante.

Y cuando El Monologuista vio ese rostro, sintió un terror terrible, un deseo de volver a ser un niño, de poder llorar y correr a abrazar a tu madre, de que si padre siguiera vivo y, sobre todo, un deseo profundo de haber tomado otro camino, de no estar en ese escenario, de haber hecho algo mejor con su única vida. A final de cuentas, se sentía como un niño con corazas, corazas cada vez más pasadas que en algún momento tirarían por su propio peso.

Sin embargo, sintió otra cosa, quizá una última lucidez como los que acompañan a la muerte: El Monologuista sintió valor.

––Buenas noches –el monólogo había comenzado–. Lo cierto es que siempre he sido una persona bastante tímida… Sensible y tímido. A veces nos veis aquí haciendo el subnormal, y pensáis: “Mira qué imbécil, no tiene vergüenza…”. Y vaya que si la tengo. Cuando tenía ocho años, mi madre me regaló un tupper –se sorprendió a sí mismo al borde del llanto al mencionar a su madre, tantos años abandonada en una residencia, pensando que su hijo no la quería–, sé que no parece mucho, un tupper… Pero lo cierto es que a mí me hizo ilusión, ahora podía llevar galletas al colegio, o cromos… Así que así lo hice, me llevé mi tupper con una sonrisa en la cara, se lo enseñé a todos mis amigos y aprovechaba los momentos entre clase y clase para mirarlo, contemplándolo como si fuera mi tesoro. La felicidad me duró hasta el recreo, cuando llegaron estos tres chicos: José, Luis y Samuel. José y Luis me la sudan, eran unos cabrones, pero había algo curioso en Samuel; era como yo, inseguro y sensible. Se le notaba en sus ademanes, en la forma de dirigirse a sus amigos y a mí, y sobre todo, en que cada gesto suyo parecía temeroso, aterrado. Sin embargo, eso no le impidió tirar mi tupper al suelo y reventarlo, y ese fue el inicio de tres largos años, en los que me torturaron día tras día, ante los ojos de maestros, padres y compañeros demasiado desidiosos y cobardes como para hacer algo. Cuando todo terminó, supongo que se cansaron, encontré un refugio en el humor: mi manta que no abriga y mi zapato que no calza, me volví un monologuista incluso antes de serlo… No sé qué fue de José, pero sí sé que sucedió con Samuel: él no quería hacerme esto, debió vivir atormentado por la culpa. Me pareció leer en algún lado que nunca perdonamos a la gente por lo que le hicimos. Debió ser su caso. Era un Monologuista, como yo, como todos los que estamos aquí: payasos de lujo, falsas caretas, mentiras, fantasmas… El humor es la mentira que camufla una verdad que todo el mundo sabe. Hoy, ahora mismo, he visto a Samuel en el público. Y también he visto su pistola, porque sé que ha venido a matarme. De igual modo, yo nunca he estado vivo.

PRIMER PREMIO CATEGORÍA 3º Y 4º ESO

Las ocho islas

En las islas Canarias, joyas del mar, donde el sol brilla y el viento parece bailar. Entre palmeras y arenas doradas, se esconde la belleza de tierras amadas.

Tenerife con su Teide majestuoso, testigo eterno de un cielo hermoso.

Y a Fuerteventura no piensen traer estufa, porque ¡ños, qué calufa!

En Lanzarote, la tierra de fuego y ceniza, donde los volcanes pintan su propia sonrisa.

La Graciosa isla de sueños y calma, donde el tiempo se detiene y reina tu alma.

En Gran Canaria la tierra de mil colores, que con sus paisajes inspira mil corazones.

Y La Gomera, isla de bosques y barrancos, donde el silbo ancestral se convirtió en canto.

La Palma y sus bosques de laurisilva, donde la vida se pasa en armonía.

Junto a El Hierro, donde sus especies singulares, predominan el entorno a grandes ciudades.

PREMIO PRIMARIA
Lady afortunada. Bentchey Alberto Arrocha. 1º Bach. Arte
Júpiter. Sofía Clemente Martel. 3º ESO

Enunfuturo

Capítulo 1

Albert Einstein tenía razón: solo dos cosas son infinitas, la estupidez humana y el Universo. De lo segundo no estaba seguro. Quién iba a decir que el mundo se acabaría por una simple firma, un simple contrato.

Jessica y Guillermo García eran unos hermanos que vivían en Sylbourt en el año 4032. En esos tiempos la gente no iba a la escuela, sino que unos robots creados por la empresa Yxz les transmitían todos los conocimientos necesarios. Yxz era la empresa más poderosa que existía, probablemente la más conocida de todos los tiempos gracias a sus inventos revolucionarios. Jessica se dedicaba a la ingeniería y Guillermo a la biología y medicina. Los dos habían sido seleccionados para trabajar en ese gran negocio. Guillermo lo rechazó, ya que quería dedicarse a la salud pública, en cambio Jessica aceptó.

Su primer día de trabajo fue bastante estresante. Ella era una persona muy perfeccionista y cuando cometía un fallo se bloqueaba. En la hora del descanso una compañera la ayudó a pedir el desayuno en una enorme máquina que habían instalado hace poco -solo tienes que introducir el dinero y seleccionar la comida en la pantalla, le dijo Ana-.

Ana era una chica morena y bastante bajita, con unas gafas redondas que hacían que sus ojos verdosos resaltan. Jessica la invitó a sentarse con ella. Desde ese momento empezaría una bonita amistad.

Capítulo 2

Guillermo se encontraba en su casa cuando de repente sonó la alarma de peligro catastrófico. El tiempo había empeorado mucho y cada vez eran más comunes las catástrofes naturales como tornados, huracanes, tsunamis… La sociedad ya los había normalizado. Cuando Guillermo empezó a leer sonó el timbre. Se levantó cuidadosamente a abrir la puerta, pero no le dio tiempo a reaccionar y ver quién era la persona que estaba interrumpiendo la lectura. Le taparon la cabeza con una bolsa y consiguieron que se quedara inconsciente.

Cuando abrió los ojos se encontraba en una sala, no muy grande sin ninguna ventana. Sintió que le estaban observando. Para su sorpresa reconoció a su hermana, la cual estaba apuntando algo en una tablet –No te preocupes, hermanito, tan solo es un experimento social, ya estás desamarrado y puedes irte. Se ingresará en tu cuenta el dinero que te ofrece Yxz por ayudarlo en sus investigaciones–, le dijo Jessica.

Se supone que Guillermo debería encontrarse menos molesto, pero no podía evitar que la rabia le invadiera. Al lado de su hermana había una chica que, como pudo observar en su tarjeta informativa, se llamaba Ana. Esta le comentó que los jefes querían hablar con él. Al parecer era de algo importante… ¿Para qué querían verlo?

Capítulo 3

Jessica sentía curiosidad por la reunión que iba a tener su hermano. Tampoco quería darle muchas vueltas. Después del trabajo quedó con Ana para ir a tomar algo en el centro de la ciudad. Ana había cumplido su sueño, ya podía dedicarse a la aeronáutica en la empresa, lo malo era que dejaría de trabajar con Jessica, aunque se podrían ver en los descansos. Un ruido alarmante interrumpió su conversación, se acercaba un gran huracán y esta vez corrían peligro.

Guillermo estaba muy nervioso. ¿Por qué querrían hablar con él los empresarios más importantes de todos los tiempos? Regresó a su casa para cambiarse. Eligió un traje bastante elegante, bordado con un hilo azul precioso. Parecía que iba a una boda más que a una reunión de trabajo. Cuando llegó a la sede central se dirigió a una sala con un maletín plateado en el centro. Robert Collison lo invitó a pasar. Collison era el jefe del negocio y siempre solía estar acompañado por Austin, el jefe del departamento de ciencias tecnológicas. Le contaron que tenían un proyecto revolucionario en mente, que cambiaría el mundo tal y como lo conocen. Se trata de un chip que se implantaba en la atmósfera y reducía el dióxido de carbono. Guillermo tenía que comprobar que no causara ningún daño a los ecosistemas y los seres vivos. Nunca se imaginaba trabajando para Yxz, pero si se trataba de mejorar el planeta aceptaría el cargo. Mañana tendría que ir a un lugar apartado que en realidad era un laboratorio escondido y realizaría las pruebas, eso sí, no se podría olvidar del maletín que contenía el nuevo invento.

Capítulo 4

Jessica sentía envidia de su hermano: las personas más importantes del mundo le estaban rogando que trabajara con ellos. Como la envidia es mala consejera intentó centrarse en estar orgullosa de él y apoyarlo en todo lo que pudiera. Guillermo no le revelaba de qué se trataba su nuevo trabajo, pero le dijo que era confidencial y que saldría a la luz dentro de poco. Ahora los temas más importantes de su vida eran la gran fiesta de revelación de un invento secreto que se haría dentro de poco y el trabajo.

El otro día se quedó reflexionando sobre el huracán. Podría haber acabado con la vida de la población y a los dos días todo volvía a la normalidad, sin estragos en las calles ni preocupación en la gente. Pensaba ir con Ana a la fiesta de revelación, pero esta no podía porque tenía que realizar un trabajo urgente relacionado con naves espaciales.

El día de la celebración contempló cómo su hermano daba una charla a todo el mundo y comprendía que la felicidad también se podía sentir a través de otras personas.

Capítulo 5

Al terminar la charla fue a buscar a Collison y Austin para felicitarlos, pero no los encontró. Nadie los había visto. No quería perderse el momento de la firma del presidente e implantación del chip, pero la curiosidad le pudo y se fue a buscarlos a las edificaciones de la empresa. Al llegar contempló cómo sus jefes, atemorizados y con prosa, se subían a una nave. Al minuto la nave despegó y salieron despedidos al espacio.

Algo raro estaba pensando, a lo lejos consiguió ver una explosión y escuchar gritos.

* * *

El ordenador central estaba descontrolado. Jessica se acercó a intentar solucionarlo, pero las explosiones eran cada vez más.

Seguramente los chips habían entrado en contacto con el dióxido de carbono y se habían sobrecargado. Había unas personas transmitiendo en directo y le dejaron decir unas palabras.

–Diríjase al centro de sus ciudades y acudan a los búnkers subterráneos, allí están a salvo. Si encuentran un cohete cerca vayan a la población que se está creando en Marte. Corran.

Tenía que hacer algo para ayudar a la gente. Le destrozó el corazón ver cómo una explosión estaba alcanzando a una madre abrazada a su hijo. No le quedaba tiempo. Por suerte Ana y Guillermo llegaron y salvaron a la madre y al hijo. No perdieron el tiempo y se montaron en la nave espacial que había reparado Ana. Empezó la cuenta atrás: Tres… Dos … Uno… Cero.

Desde el espacio podía observar el mundo envuelto en llamas. Al repartir los chips por toda la atmósfera, que estos exploten provocaría una catástrofe. No pudo evitar que se le saltaran las lágrimas: ¿Sería ese el fin del mundo?

PRIMER PREMIO CATEGORÍA 1º y 2º ESO

RELOJ DE OXÍGENO

CATEGORIA 1º/2º BACHILLERATO
FINALISTA
Paula Reyes Hierro
Lucía Nieves López. 2º Bach. Arte
Mattew Gómez Romero

AIRESDEMITIERRA

El salitre abraza la piel del canario a cualquier jora o día del año.

Para el canario no hay más orgullo que lo que se creó en su isla y celebrarlo.

Desde las cumbres hasta la arena hay un manto que abraza las tierras una mujer -queda fornia cada vez que en un sueño profundo quedara para a el canario poder ayudar.

Fiestas, tenderetes y belingos hacen que las fiestas sean prestigio.

Que el canario debe cuidar para que otra persona no los pueda plagiar. No sé si el olor a puchero, voladores y turrones que hacen una fiesta que conmueven corazones.

El azul del mar la intensidad de colores hacen que un baño alegre los corazones.

Desde la punta del sur hasta El Cotillo en el norte una brisa marina abraza las costas que el marinero acoge en su isla el verde esperanza de tierra y el azul profundo de amores.

Andrés Fabricio FINALISTA 1º Y 2º DE ESO

“My

Hoy te contaré mi vida en una poesía y con tantas rimas te quedarás confundida. Empecé mi vida desde pequeñita mudándose de casa hasta mi preferida, llevo en ella diez años y todavía no me canso. Estoy en una situación sin solución. Mis padres y yo estamos lejos de mis abuelos y mis primas, pero lo asumimos y no me quejo, sino que te aconsejo que no caigas en depresión por cosas como estas, porque hay cosas que no se pueden solucionar, como irte de tu país para poder estudiar. Pasemos a la escuela que todo el rollo que he pegado no cuela. Empezamos por las materias, Lengua que hace que me entretenga; Ciencias, no veas qué competencias; y con Mates, que es todo un combate; y lo último, pero no menos importante, me encanta la playa. Soy tan buena nadando que me deberían dar una medalla, y soy marroquí y con todo el orgullo lo grito por todo el mundo, espero que te haya gustado mi vida tan poco conocida, que de ella enseguida te olvidas y con este final tan bonito solo digo: lucha por tus sueños y que no te frene nada.

Daniela De León Díaz 3º ESO B
Mbarka Abidar Sannad

Pensamientos al aire: culpable

Cómo osas irrumpir en mi mundo de esta manera. Destruyendo muros en los que me escondo para no mirar al miedo a los ojos. Y, no contento con ello, decides arrollar mi alma de su pedestal de paz y equilibrio. Te veo capaz de negar todo lo que le has hecho por eso voy a contarte todos tus delitos.

Comenzaste llamando la atención de mi indiferencia con tu manera de destacar en los pasillos. Seguiste calentando mi frialdad con tu dulce sonrisa y evaporando mi tristeza con esa risita traviesa que, de vez en cuando, atraviesa los murmullos de los fantasmas que nos rodean Sin embargo, la mayor atrocidad fue invadir mi soledad con esa mirada que dice tantas cosas y a la vez no dice nada y por la cual estoy más acompañada que nunca.

No creas que vas a salir impune de todo esto. Todas estas acciones atraen severas condenas. A partir de este momento estás obligado a ver mis películas favoritas conmigo mientras comemos roscas y helado, o también, a escuchar R&B por la noche con la ventana abierta para que la brisa nos golpeé en la cara.

Aunque tus mayores condenas van a ser tres. La primera, saber la respuesta a qué es el amor. La segunda, saber que cuando me des todas mis miradas y yo te dé las tuyas nunca vamos a poder librarnos del otro Y, las peor de todas, que a partir de ahora ya no habrá solo sonrisas tuyas y mías, sino que existirá una sonrisa que sea nuestra. Te parecerá, al principio, algo bueno que esta haya salido a la luz, pero pronto descubrirás el tormento que esta significa. En ese mismo instante seremos adictos a ella y no habrá una sonrisa que pueda equipararse con la nuestra.

Por todo lo dicho y por todo lo que me queda por decir te declaro culpable de enamorar mi corazón.

La magia de la parada

Érase una vez una bella mariposa, con colores pálidos y una sonrisa gloriosa. Fue como siempre a dar un paseo, pero una tormenta se acercaba a su vuelo.

Era muy difícil volar con la brisa horrorosa, así que decidió esconderse en un tronco de moho y otras cosas.

Cuando llegó al tronco quiso descansar, pero tenía el miedo de que la fuesen a cazar.

La lluvia duró, duró y duró un largo tiempo, tal que así la mariposa se durmió por el momento.

Ella soñó con que su casa volvería a ver, pero se despertó y lloró cuando vio que no paró de llover.

Su casa era espectacular, con magia por dentro, ¡era gloriosamente radical! Cuando paró la tormenta ya era libre por fin, pero ahora su casa era ese tronco de ahí.

Voló sin parar, no paraba ya lo verás, estaba muy feliz, ya que ¡era libre ya!

PREMIO PRIMARIA

CEIP FRANCISCO NAVARRO ARTILES

Icónica
Yasmina Moreno Bolaños 3º ESO B
Helio Adaar Marrero Fernández. 1º Bach.Arte

MAR DE LÁGRIMAS

En tus ojos verdes veo un mar de ternura, en tus labios el roce de la brisa pura. En cada gesto encuentro la pasión, que enciende mi corazón.

Eres mi sol en días de tormenta, mi refugio en esta vida incierta. Eres la luz que guía mi camino, la razón por la que respiro divino.

Tu amor es mi tesoro más preciado, mi razón de ser en este mundo tan complicado.

Eres el dueño de mi alma y mi destino, mi amor por ti es eterno y genuino.

En este concurso de amor y poesía, quiero que sepas que eres mi alegría. Que sin ti mi vida no tendría sentido, porque contigo he encontrado el amor verdadero y querido.

Así que con este poema confieso, que mi amor por ti es puro y sin peso. Y que en este concurso de amor y pasión, espero ganar tu corazón.

FINALISTA

CATEGORIA 1º Y 2º ESO

UN RAMO DE FLORES

Lloré cuando no los vi llegar. Esperé ver su coche durante horas, pero cuando cayó la noche perdí toda esperanza de que aparecieran.

–No llores, seguro que les ha surgido algo o… –Me consolaba mi abuelo. Era él quien me había cuidado desde muy pequeño. Él me enseñó a leer y a jugar, y hoy me consolaba ante mi desgracia. Pobre de mí, un niño cuyos padres no se dignaron a aparecer en su noveno cumpleaños.

Por un momento me paré a pensar en mis anteriores cumpleaños. Ellos siempre habían venido con un enorme ramo de flores de muchos colores, tal y como me gustaban, luego saludaban y se marchaban. Ni un “feliz cumpleaños”, ni un “qué grande estás”, ni un simple adiós. Me sorprendí ante el hecho de que aquella situación me afectara, cuando ya la esperaba desde hace mucho.

Dirigí mi mirada hacia mi abuelo, quien con sus temblorosas manos sujetaba una pequeña margarita en forma de consuelo. En su mirada, al igual que en la mía, se contenían lágrimas que no se disponía a soltar. Él quería ser fuerte por mí, o tal vez por él, o por cualquiera. Sus manos, ásperas y agrietadas, eran el símbolo de lo que el tiempo se cobró como suyo, pero ya no. Nunca más. Eres inmortal, abuelo– le solía decir, y él me sonreía de vuelta por aquella pequeña broma, que tan bien conocía, pues era cierta. La muerte no se lleva a nadie dos veces. Ni a él, ni a mí, ni a nadie en este cementerio.

A la mañana siguiente corrí hacia su tumba. Era la última de la séptima fila, ya había estado allí millones de veces, después de todo me enterraron allí nada más nacer, pero cuando llegué, no había nada. No había lápida, ni tampoco nombre ni dedicatoria por ninguna parte. Ni tan siquiera un triste pétalo. –¡Bastardo!– grité, maldiciendo por enésima vez al jardinero a quien achacaba la desaparición de la tumba de mi abuelo, y enfurecido me dirigí hacia su preciado jardín con la intención de pisotear sus flores, pero al llegar, una vez más, no había nada. Todo había desaparecido; desde las flores hasta las raíces, ni tan siquiera la tierra estaba removida, como si nunca hubiera existido el jardín de flores.

Por una vez, temí por mi vida, o más bien lo que yo consideraba como tal. Mi recuerdo. Pero al comprobarlo, con gran sorpresa pero gran satisfacción, mi lápida seguía intacta.

Y entonces oí la ambulancia, pero ya era demasiado tarde para alcanzarla. Los gritos y las súplicas de mi abuelo por quedarse resonaban sobre la sierra ensordecedora. Él tan solo quería mantenerse en su tan apacible muerte, pero ellos no lo permitirían. Le obligarían a tomarse otra vez esas dichosas pastillas para convertir mi existencia en un mal sueño.

Todo había acabado. Ante la agonía de un final tan trágico, me recosté sobre mi tumba, para observar entre los resquicios de mi presencia como mis padres llegaban con un gran ramo de vivos colores para mí. Y de nuevo me sumí en la inexistencia.

Victoria Mantovani 3º ESO

AYER ES HOY

Hay recuerdos que se te quedan en el cuerpo como cicatrices en la piel. Mi pueblo es otro, todos lo somos, pero el tiempo no borra esas imágenes nítidas como el mar en una noche de luna llena, que perviven ajenas al olvido y al dolor de las ausencias.

Nací y me crié en ese pequeño pueblo del sur de Fuerteventura. No había de todo, pero sí disfrutábamos de lo que teníamos: la playa, la montaña, la familia…

Entre semana, las maestras te preguntaban la tabla de multiplicar regla en mano, aunque tampoco era necesaria, puesto que mis padres, con solo mirarte, ya te convencían de qué era lo correcto. Eran otros tiempos.

Los domingos solíamos ir de excursión a la montaña tres de mis hermanos y yo. Allí cazábamos pájaros con una trampa hecha con un cereto de madera, de los que se utilizaban para empaquetar tomates. En un lateral de esa caja se ataba una cuerda de la que se tiraba cuando el pajarito entraba a comer los granos de millo o trigo que se ponían como reclamo.

Mi hermano era el experto cazador. Nos gustaba comer alguna cosita que llevábamos a una cueva. Los cuatro hermanos, siempre juntos. ¡Cómo disfrutaba de ese momento! A mediodía regresábamos a casa. Bajábamos la montaña, cruzábamos una calle y, finalmente, en la calle de abajo estaba nuestra casa. Mi madre nos esperaba casi siempre en la puerta.

Esa cereta de madera me trae a la memoria una de las anécdotas que contaba mi padre. Iba un día caminando junto a mi abuelo por delante de la empaquetadora de tomate que llamaban de los Suárez. La ventana de ese almacén daba a la calle y estaba abierta para ventilar la estancia. Cerca de la ventana estaba una jovencita, muy guapa, que llamó su atención. Estaba colocando en las ceretas llenas de tomates unas almohadillas de virutas que se ponían antes de cerrarla, para que los tomates no se dañaran. Mi padre decía que él y su padre llevaban un saco al hombro lleno de cosas, no recuerdo de qué. Se quedó unos minutos embelesado mirándola, ella se dio cuenta también. Ese fue el comienzo de una historia de amor que duró más de 60 años.

En verano, íbamos a la playa; eso sí, a las 12:00 en casa. Mi padre ya estaba en la mesa y no perdonaba que sus hijos no se sentaran a almorzar con él.

Uno de esos domingos después de almorzar en la cueva, durante el reposo de las dos horas y media que había que hacer antes de entrar al agua por si se te cortaba la digestión, estábamos charlando. Yo estaba de pie junto a unos charcos y rocas cuando sentí un cosquilleo por la pierna, de una sacudida me quité aquello que no sabía lo que era y que osaba trepar por mi pierna al mismo tiempo que pegué un grito. Nadie se había percatado de lo sucedido, pero yo tenía claro que aquella cosa existía. Como quien quiere demostrar que no se inventaba nada, allí seguí firme en el mismo sitio esperando a que ese ser vivo lo volviese a intentar. Estaba segura de que lo haría, que intentaría cogerme desprevenida. De repente esa cosita volvía a salir de su escondite e iba a por su presa, yo. En esta ocasión no sólo yo lo vi, uno de mis hermanos también se dio cuenta y dijo a voces “ es un pulpito”. Y volvió a esconderse por el resto de la jornada. Ya no salió más.

Sentada en el moderno paseo de la playa contemplo desde la distancia “La punta del camellito”. La familia, las risas, los burgaos que nos comíamos, las aventuras en la montaña, la regla de las maestras… Todo fue ayer, pero sigue siendo hoy.

Mirella García Aguiar. 1º Bach. Arte

Agradecimientos

Agradecemos al alumnado del IES San Diego de Alcalá y de los centros de primaria Agustín Millares Carló, Francisco Navarro Artiles y Poeta Domingo Velázquez por su implicación, dedicación y talento literario.

A los docentes Brais Redonda Touceda por su inspiradora décima, y a Lidia Alfonso Pérez por su texto nostálgico, que han inundado nuestras páginas de magia y sabiduría.

Al AMPA Los Mahos y a la Consejería de Juventud del Cabildo de Fuerteventura por creer en el talento de nuestros jóvenes y ayudarnos en este maravilloso proyecto.

A ustedes, lectores y lectoras, por su mirada literaria y por acompañarnos y animarnos en esta nueva edición. Deseamos de corazón que la disfruten.

EquipodeAmaltea: AliciaNegrínMolina(docentedeGriego)

MaríaIsabelAlmeidaGarcía(docentedeDibujo) JuanJesúsDariasRuiz(docentedeGeografíaeHistoria) MarcosGarcíaPérez(docentedeLenguaCastellanayLiteratura)

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