Revista Amaltea nº5

OTOÑO-INVIERNO

2023

AMALTEA

Nº 5

LA REVISTA LITERARIA DEL IES SAN DIEGO DE ALCALÁ

Sobre la plenitud de la vida El otoño es la plenitud del año. Todo ha florecido ya y cae, derrotado, al suelo que un día alimentó su ser, su vida. Está todo en la palabra. Autumnus, que se forma de auctus (participio pasado de augeo, cuyo significado es aumentar) y de annus (año). Es decir, “el aumento del año”, o su plenitud, donde la vegetación ya está al final de su ciclo. Como símil, una vida llega a su autumnus cuando se alcanza la madurez y el corazón late más lento pero más profundo, como haciendo sonar una música olvidada, atávica, que conmueve la razón y el sentimiento.

Es así como, en las tardes más plenas del otoño de la vida, la Humanidad alzanza su dignidad, su simbolismo, su ser más ambiguo y complejo, maravilloso, el ser no máquina, no mecánico, que nos regala aquello que no entendemos, pero que es lo único que necesitamos: el amor y el odio (Odi et amo, como diría Catulo), la vida y la muerte. Conceptos que la modernidad borra, o convierte en mercancía efímera, ya sea por su prisa o por su admiración por la máquina. Pero las musas llegan, a pesar de todo, y hacen brotar el arte de las hojas caídas.

En este número de Amaltea, que es el de otoño, hemos querido reivindicar la Humanidad, y dignificar los estudios humanísticos, que ocupan un lugar tan grande en el aprendizaje de los seres humanos, que nos hacen entender las estaciones del año a través de la anatomía de su propio nombre, porque una palabra, una sola palabra, llega a nuestros días con una historia más profunda que cualquier árbol del bosque.

Y por estas hojas de revista, caídas del otoño, encontrarán textos que magnifican la Humanidad, o la ponen de relieve. Así, contamos con un discurso en defensa de las Humanidades, con canciones compuestas por el alumnado de música, con poemas e historias que quedaron finalistas (o ganaron) el concurso literario del año pasado, y con un poema inspirador del profesor de Filosofía Pedro Lozano.

Así que adéntrate, ponte una chaqueta para el relente de la noche y disfruta de la plenitud de este otoño de letras.

06 Llagas en la boca: Discurso en defensa de las Humanidades

09 Canción: La carta que nunca te escribí ÍNDICE

10

Liviana inhumanidad (Primer premio 3º y 4 ESO)

12

Invidente (Segundo premio ex aequo Bachillerato)

15

Nature Man (Primer premio 3º y 4 ESO)

16

18

El nombre de las desafortunadas

Aquel coche (Segundo premio 1º y 2º ESO)

18

El vestido rojo (Primer premio 1º y 2º Bach)

23 El viaje

24 Muerte negra (Primer premio 1º y 2º ESO)

29 La guerra

(Primer premio CEIP Francisco Navarro Artiles)

30 Insulae solitudo (Segundo premio ex aequo Bachillerato)

32 Canción: Reflejo

33 Poema

(Profesor Pedro Lozano)

ÍNDICE

(Primer premio CEIP Agustín Millares Carló)

Llagas en la boca Discurso en defensa de las Humanidades ¿Qué ves cuando te miras en un espejo? Muchas personas verán a un ser humano en su reflejo, pero solo una minoría será capaz de ver más allá. Existe una frase muy popular que dice “Un pequeño paso para el hombre un gran paso para la…” Humanidad, y ahí está la clave. Cuando pensamos en una persona, ¿hasta donde somos capaces de llegar? Somos historia, somos la respuesta a muchas preguntas y también la duda ante muchas otras cuestiones. ¿Por qué puedo usar un plural? ¿por qué “somos”? Porque, de nuevo, los principios de mi razonamiento se basan en una palabra, una tan fácil de expresar y tan difícil de apreciar…Humanidad. Yo, por mi parte, miro a los ojos de otra persona y eso es lo que veo, el reflejo.

Esa persona es reflejo de sus progenitores, de sus antepasados, de su vida, pero, también, de nuestra realidad como sociedad, como conjunto. Pasaron años hasta que me di cuenta de que no todo el mundo ve al resto así, porque entonces, ¿cómo no ayudar a una persona que lo necesita? ¿cómo herir a propósito? ¿cómo abandonar? ¿cómo no escuchar? o ¿cómo, incluso, no dejar hablar al mismo reflejo de tu propia existencia?. Estoy segura de que me entiendes y compartes el recuerdo en el que en algún momento entre tu niñez y adolescencia comenzaste a preguntarte: <<¿quién soy? ¿quién quiero ser? y ¿por qué?>>. De manera innata las bases del Humanismo surgen en nuestro pensamiento al crecer. Ahora, cuando empiezo a descubrirme a mí, a la labor que quiero hacer en este mundo, decido dedicar mi enseñanza a estos principios. Soy amante del saber, alumna de la historia, aprendiz de la ética y la moral, soy estudiante de Humanidades.

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Canción y letra

La carta que nunca te escribí Los Estancaos

1º premio Categoría 3º-4º ESO

Liviana humanidad Hola, mamá, soy yo, Aún estoy bajo tu cielo, No me ves, pero te siento, Aun si estoy en tu pensamiento…

No te quiero ver sufrir.

Echo de menos tus abrazos, Tus sabias palabras…

“Si vis amari, ama” Mi corazón ahora habla por mí.

Siempre dudo, temo, lloro, Todo eso me recuerda a ti, Ya no estás al otro lado, Pero tu corazón sí late en mí.

El horizonte me reclama, Nadie responde mis llamadas, La experiencia ya he conseguido…

Solo déjame marchar.

Quiero volver a ver tu cara, Sentir tus abrazos y miradas, El contacto con el resto…

Ahora duele, ya no sana.

A veces deseo preguntar… ¿Qué soy? En lugar de ¿quién soy?

Cuando ya no puedo hablar, Si me llaman… voy No hay opción, solo aceptar.

Mamá, no sé si me escuchas, Ya no temo a la oscuridad, Los monstruos bajo mi cama…

No eran los de verdad.

La fuerza hay a quien hace sangrar, La violencia es un peso que cargar, Mírame, aún respiro… ¿Será ese el premio por aguantar?

Abre la puerta, ciérrala, siéntate.

Recoge, acuéstate, duérmete.

Ya los ojos me cuestan abrir al despertar…

Aún no me quiero despedir en realidad.

Mamá, ya lo entiendo…

“Cuandocrezcas loentenderás” Tuspalabrasenmi cabeza, Ya reconozco el dolor en tumirar.

No sabemos lo que tenemos, No hasta que lo perdemos, No hasta que duele recordar, No te quiero dejar.

Me han robado el nombre, El mismo que me diste, Por favor no estés triste, Contigo lo llevo a cualquier lugar.

Y respiro, espero, asimilo.

Sé que todo saldrá bien, Aun si Alea iacta est.

Mamá, te quiero, siempre lo haré.

Soy Sicca, por ti lo seré.

Veritaserubez

2º premio ex aequo Categoría: Bachillerato

INVIDENTE

Ciega yo, para observarte con estos ojos y creer plenamente que lo veían todo, pero que de ti no ven nada.

Me falta vista para contar cada peca de tu cara y lunar de tu cuerpo, sin embargo, confío en mis luceros como confidentes de mi alma.

Desgraciados mis ojos, que a pesar del tiempo pasado y del amor hundido, te siguen mirando como el primer día en tu rostro varados.

Malditos los tuyos, que de entre tantos que hay en el mundo, deciden no contemplar a los únicos que los aman.

Fifí

1º premio CEIP Poeta Domingo Velázquez

NATURE MAN Bueno, si no conocéis mis historia ya la conoceréis, porque va de un niño que...

-Hola, Samuel, -hola, Samuel, -hola, Samuel. -Me gustaría decir que me llamo Samuel pero, por desgracia, me llamo Sergio y, salvo los profesores, nadie me habla. Yo no soy ni un niño del montón y vivo reodeado de famosos, mis dos padres actores y mi hermano Samuel, pero también hacían muchas cosas que no me agradaban, una de ella contaminar.

Pero a mí me daba igual, hasta que, un día, en las noticias, escuché que había animales que morían, por ejemplo, por redes que les ahogaban. O los osos polares y todos los seres vivos que morían en los polos por el calor del calentamiento global (se produce con la contaminación) y por muchas otras cosas, así que oí que hacían una recogida de basura y me apunté, y después de unas cuantas hora recogiendo, encontré una joya mágica, la cogí y me fui a casa. En ella encontré una pulsera que me puse. Al día siguiente, fui al colegio, no notaba nada hasta que escuché una voz, no sabía de quién. Me di la vuelta y vi una planta, me acerqué y de repente... me habló.

Así que llamé a mi profe favorito, y le dije que una planta me habló, así que fuimos donde la planta. Yo la escuchaba, pero el profe no, y se fue. No sabía qué hacer, así que salí corriendo y me tropecé y se me cayó la pulsera y dejé de escuchar a la planta, me volví a poner la pulsera y la volví a escuchar. Le pregunté cómo era que podía escucharla, y me dijo que por la pulsera y que yo era el único que podía salvar la tierra. entendí a lo que se refería, también me dijo que yo era el especial. Pensé que tenía algún superpoder como Spiderman, intenté trepar una pared, me caí, pero caí en algo duro que me salvó de la caída.

Vi que era una plnata enorme y me dije: ¿qué me ha pasado? ¿estoy en el cielo?

Me pellizqué y me di cuenta de que era real, no me lo posía ni creer. Bajé y le pregunté a la plnata si yo tenía poderes. Me respondió que sí, pero que los utilizara para el bien de la Tierra.

Al principio no entendí a qué se refería, y me fui a probar mis nuevos superpoders. No podía hacerlo, así que volví al colegio. Le pregunté a la planta y me dijo que solo tenía que pensarlo, y que podía manejar la naturaleza a mi favor, así que pensé en una nube de lluvia. Abrí los ojos y la vi, y me quedé flipando. Con mis poderes, fui salvando la tierra, después de todo me quedé muy satisfecho conmigo mismo. Podía volar, caminar por el agua (porque se convertía en hielo a cada paso que daba).

Bueno, esta es mi historia y con 45 años todavía sigo salvando la Tierra. También me convertí en el más famoso de mi colegio, del instituto y de la universidad.

Espero que algún día todas las personas piensen igual que yo, porque a´si convertiríamos la Tierra en un lugar de bienestar.

LA BALLENA SOSA

El nombre de las desafortunadas Caminabas por las calles, sin tener realmente un destino en concreto.

Habías tenido un mal día, tan malo que podías considerarte la persona más desafortunada de toda Roma. Era imposible que alguien pudiese sufrir más que tú, o por lo menos así lo creías.

Tu mente dejó de divagar en el momento en el que tus ojos se posaron en un montón de escombros. Recordabas ese lugar, un salón de mujeres el cual solía visitar muy seguido unos cuantos años atrás.

Un extraño sentimiento de nostalgia mezclado con vergüenza invade tu cuerpo y antes de darte cuenta estabas buscando algo entre los escombros, no sabias muy bien el qué, pero lo hacías como si rebuscases entre viejos recuerdos.

Entonces, lo viste, un viejo diario al cual habían arrancado la mayoría de páginas, que estaba lleno de polvo. Estaba atrapado entre lo poco que quedaba del lugar, como si alguien se hubiese dejado un pequeño pedacito de su vida ahí. Sabías que era moralmente incorrecto, pero te sentaste entre la suciedad preparado para leer las pocas pruebas que quedaban sobre la vida de alguien, alguien que tú ya conocías. .-.-.-.-.-.-.-.-..-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.

Caro diario, Estoy muy asustada. Un hombre que no conozco me arrastró junto a más chicas a una ciudad que no conozco. No hablan mi idioma, ¿cómo voy a decirles que yo no debería estar aquí?

Caro diario, Ya sé donde estoy, un salón de mujeres. Todas las noches vienen clientes aquí y yo ya no puedo más. Solo tengo 13 años, soy una niña ¿Por qué ningún adulto piensa que esto es raro?

Caro diario, Ha pasado mucho tiempo desde que llegué, incluso años. Extraño mi vida en Grecia, cuando no era maltratada de esta forma. Pero tampoco puedo resistirme, yo no soy nada comparada con mi dueño. No soy nada en general. Lo único que deseo es volver a ver Grecia, ¿es tanto pedir?

Caro diario, Algo extraño está pasando. Esta mañana ví a mis dueños discutiendo con unos soldados de la guarda pretoriana. Me pareció escuchar algo sobre derrumbar el edificio. ¿Qué pasará conmigo? No tengo ningún lugar al que ir si esto desaparece, ¿cambiaré de dueño? ¿me mataran?

Estoy muy asustada, no se que debo esperar de esta situación. .-.-.-.-.-.-.-.-..-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.

De repente, te das cuenta que las pocas hojas que quedan están rayadas o arrancadas. Sabías que debió de ser cosa de la guardia pretoriana, pero también sabías que no podías hacer nada para evitarlo o solucionarlo.

La duda del paradero de esta chica te carcome por dentro. Ni siquiera sabes como se veía, ni siquiera su nombre. Puede que visitases este lugar muy seguido en el pasado, pero viste a tantas mujeres distintas a las que les diste tan poca importancia que no eres capaz de recordar el rostro de ninguna de ellas. Pero lo que sí sabes, es que probablemente todas tendrían los mismos sueños, las mismas esperanzas y los mismos miedos.

Te levantaste del suelo mugriento del lugar decidido a cumplir la última voluntad de esta chica en honor a ella y a todas las mujeres que la acompañaban, una chica a la que decidiste llamar Lampas. .-.-.-.-.-.-.-.-..-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.

Tras varios días de trayecto, por fin llegaste a Grecia. Tu plan era dejar el diario en el centro de la plaza de Esparta para que todo curioso que pase por el lugar lo leyese y se diese cuenta de la suerte que tiene. Y así fue, tu plan salió a la perfección. Ninguna persona pareció cuestionar lo que estabas haciendo.

Allí, en medio de la plaza fue donde te diste cuenta de lo injusta que era la sociedad tanto Romana como Griega. Pensaste en como nadie recordaba los rostros, mucho menos los nombres de las personas que más han sufrido, las que se sacrifican por un bien común, por tu bien.

En ese momento ese extraño sentimiento de nostalgia volvió a invadir tu cuerpo, pero esta vez mezclado con culpa en vez de con vergüenza. Te sentías culpable de no ser capaz de recordar los nombres de todas esas mujeres a las que visitabas años atrás.

Lo único que queda es ese nombre que te inventaste, nombre que usaste para representarlas: Lampas. Ese nombre que nadie más conocerá o recordará. Ese nombre que te acechara toda la vida recordándote todas las veces que fuiste egoísta, ese nombre que te llevarás a la tumba.

Shotiie

2º premio Categoría: 1º y 2º ESO

Aquel coche Tus padres te mandan a tirar la basura.

Vas sin duda alguna.

No te pasará nada que no tenga cura.

Te protegerá la luna.

De repente pasa algo extraño, aunque pasa todo el año, crees que a ti no te va a pasar, pero ese miedo es difícil de superar.

De pronto un coche se para a tu lado.

El miedo te recorre como un musgo malvado.

Entonces un hombre te mira, tan mal que te intimida.

Corres y corres suplicando por tu vida.

En cualquier sitio te escondes, atenta a si cruza la esquina.

Caminando silenciosa, llegas a tu casa.

Le explicas a tus padres qué es lo que pasa.

Habláis un rato.

Tú llorando como un gato.

Decidís ir a la policía, no hay nada que hacer.

Tú estás dolida porque sale ganando él.

La Abejota

1º premio Categoría: Bachillerato

El vestido rojo

Mi color favorito siempre ha sido el rojo. Nunca he entendido a qué es debida tal obsesión. Amo todos sus tonos, pero desde luego donde más me gustan es en un bonito y ajustado vestido.

Tal vez se deba a aquella noche de tonos fríos, agonizantes, a causa del susurro de las gotas que por aquel entonces lograron empaparme. De pronto el frío comenzó a escarbar entre mis huesos. Se volvió insoportable, ardiente, tan solo apagado por aquel telar color sangre perteneciente a mi única parienta, mi madre.

Hoy, aquel ya lejano recuerdo solo puede ser revivido por mis largos, helados y, lastimosamente (hasta ahora) transparentes baños. Cada vez que me brindo el placer de restregar la áspera esponja por una lisa y suavizada pierna, mi madre logra reencarnarse de entre mis pesadillas, en forma de un vívido recuerdo. Añoro sus piernas, sus largas uñas, su denso cabello, sus rígidas pestañas... fragmentos que, lastimosamente, nunca regresarán a mi lado, ni tan siquiera en mi mejor baño, aquel en el que ahora me encuentro.

Laura fue la única que alguna vez logró recordarme aquellas huesudas manos, aquellas flexibles orejas, el intenso azul de su ya difunta mirada, que hacía de su pálido vestido algo relativamente soportable.

Pero ella también me abandonó, negándome un simple vestido rojo protector de este frío desgarrador, solitario. Frío que ahora encarnará por la eternidad, sin mí.

A decir verdad, dichas piernas exigen a escondidas una nueva depilación. Mientras mantengo, con temor al error, mi afilada cuchilla, obtengo una nueva visión optimista. Visión que jamás pensé volver a experimentar.

El largo cabello de seda no será difícil de peinar. Sobre todo tras reposar adentro de mi colorido armario, acompañado por unas buenas largas uñas y rígidas pestañas. Los dedos, siendo franco, sí que han sido complicados de obtener. Gracias a Dios, con trabajo, paciencia y unos buenos soportes, todo es posible. Las orejas, en cambio, llegué incluso a darlas por perdidas. Ahora se encuentran acurrucadas en mi nuevo ya enrojecido vestido, al igual que el agua que me abraza. Es lo que tiene usar el tinte natural como asesino del asqueado y vacío blanco. Regla aplicable a un buen par de ojos. Pálidos. Fríos.

Solo me quedan las piernas, mi tesoro más codiciado. Cualquiera aseguraría sin dudar la externa dificultad de las mismas, pero ya no es así. En cuanto acabe lograré al fin vestirme dignamente.

Esta vez podré amputar con delicadeza. Al menos ya no grita.

El Castellano

1º premio CEIP Agustín Millares Carló

El Viaje Un comienzo duro y un final contento, fueron los ingredientes para crear este momento.

Huyendo del mal, viajando al bien, a un lugar donde todo irá genial. Pero, primero, tendremos que cruzar por un mar donde el peligro acechará.

Con más compañeros, igual que yo, navegaremos muchos días para conseguir nuestra ilusióóóóón. Después de mucho tiempo, alguien nos ayudó, con su frum frum a toooooodos nos salvó.

Algo naranja nos dio, y nos llevó a un lugar mejor, donde el miedo ya no esté en nuestro cuerpo/interior.

Sushi Dushi Cómeme

1º premio Categoría: 1º y 2º ESO

Muerte negra

El viento se llevaba la tierra ardiente, mientras una tierra desolada se abría camino en un mar pintado de un color negro. Plantas disecadas que parecían ya seres inertes, era lo único que quedaba de los antiguos vestigios que aquella isla alguna vez albergó, aparte de reconstrucciones abandonadas. Casas que se erguían sin ningún propósito más que el de ornamentar la tierra. Pero… la parte alta era lo peor. Las montañas rebosaban en maderas muertas y rezumaban ramas secas e inertes. Antes, había niebla formada por la humedad, pero esa dichosa cosa se comió todo. Ahora, en vez de eso solo hay polvo ardiente. Hasta la lluvia rehuye de este lugar. Nadie quiere estar aquí. Lo que antes eran seres vivos, estaban manchados por una negrura parecida a la gangrena. Una muerte aparatosa, lenta y dolorosa. La monera abría surcos en la piel, para luego empezar a romper los intestinos y, desde el interior, empezar a mutilar las extremidades, comiéndose los tendones y ligamentos, luego los huesos y músculos, y luego la piel. Cortaba las capas externas, dejando cortes que sus víctimas no llegaban a averiguar de donde provenían y , lo peor, dejaba un rastro de líquido negro a sus paso que rezumaba por las heridas al caurto día. Empezaba por unas pequeñas gotas que apenas se podían distinguir. Pero… la cantidad iba aumentando con cada hora que pasaba. Había un punto en el que el líquido salía a borbotones, recorría el cuerpo formando río de aguas negras sobre la piel. A este punto era ya imposible olvidarlo o no notarlo. Las víctimas caían en una espiral de locura, de la cual no se podía salir. Las articulaciones acababan tornándose de un color negro, sus víctimas se las intentaban arrancar con los dientes o, incluso, tirando con sus propias manos.

Al ver lo imposible de la situación y ante una creciente desesperación y ansiedad, cogían cualquier herramienta que tuvieran a su disposición y empezaban a mutilarse con rabia y fuerza a la vez que reían y lloraban por el dolor. En la sangre se distinguían molas negras, pero el infierno proseguía: todavía con la adrenalina en sus venas, seguirán mutilando sus articulaciones sin parar. Da igual lo que pasara, ellas continuaban sin parar hasta que morían desangrados. Esa era la verdadera causa de muerte: tú eras el que te matabas, no ella.

Tú eras el asesino. En algunos casos, solo llegaban a mutilarse los dedos o incluso la muñeca. Pero había casos inhumanos en donde llegaban a mutilarse hasta las piernas y los brazos. Terminaban sin extremidades.

Riendo, pero no llorando. Con un charco de sangre a sus pies, acababan muertos. Ellos, pero no la monera.

ACTO II Nadie se lo esperaba, ocurrió de repente, sin que nadie lo pudiera anticipar. Apareció toda la isla y las mareas. Plagó el mar de una mancha negra que se extendía hasta la costa y de la que salía un olor a podredumbre nauseabundo. En la orilla aparecían peces muertos.

Varados en la orilla. Miles. En su cuerpo, se apreciaban cortes y los pescadores, que estaban despistados, empezaron a ver como su bots eran carcomidos y roídos, para luego hundirse sin dejar rastro de sus cuerpos.

Las muertes de fauna marina seguían ahora extendiéndose hasta ballenas, tiburones y especies más grandes. Todos tenían los mismos cortes, todos tenían el mismo líquido negro que rezumaba por su boca y ojos, y todos tenían las mismas articulaciones putrefactas y ennegrecidas. Los científicos, al principio, apuntaban a una fuga de petróleo. Observaron entonces el agua, en donde vieron una especia de moneras nunca antes vistas. Aunque... no llegaron muy lejos con su investigación. El tercer científico murió de la misma manera, que tantos peces que llegaron varados en la orilla tuvieron, excepto por una cosa: él mismo mutiló las partes de su cuerpo.

ACTO III Empezaron a observar a víctimas de la rara enfermedad que la monera producía. en la entrada de su diario escribieron que parecía salida de una novela de Edgar Allan Poe. La muerte era grotesca y sanguinaria. Era algo infernal que no podían parar, y decidieron que lo mejor era aislar a toda la isla para que la enfermedad no se extendiera, debido a que era altamente mortal. Así fue como la isla del Hierro entró en cuarentena.

Toda la población se encerró en sus casas. El líquido negro se convirtió en algo denso y espeso, y la arena se teñía de oscuro, para después extenderse como tinta derramada en un papel y llegar a la tierra.

Familias enteras eran afectadas por la bacteria, sufrían el mismo destino que todos. La isla se sumió en desolación y el silencio se colocaba por las ventanas arrastrando consigo una muerte segura.

Después ya de mucho tiempo no quedaba nada. Cualquier planta que hubiera habido ya no existe. Aquí sigo. Ya no sé qué más escribir ni seguir escribiendo. Puedo ver desde los ventanales de mi casa como la muerte negra se come lew mar y se extiende hacia las demás islas.

Siento que mis palabras son inútiles, que la muerte negra destruirá todo vestigio de mi existencia con rabia.

Siento que me sumerjo en una espiral de locura. Mis palabras se tergiversan de la misma manera en la que la podredumbre del cadáver de mi hijos e hijas entran como pensamientos intrusivos en mi cabeza. Siento que debería parar de escribir algo inútil, que dentro de poco ni siquiera existirá, que mi familia me espera, que el mar me espera también para reunirme con él y sumergirme en sus profundas aguas.

Llevo ya casi más de un mes confinado. No puedo deshacerme de los cadáveres que dejan un rastro de putrefacción por todos lados. No porque tenga miedo de infectarme, sino porque es mi familia y cada vez que los veo acabo llorando, derramando lágrimas y abrazando sus cuerpos mutilados. Le ruego a Dios, si es que existe, que no me devuelva a mis hijos, incluso si es a costa de mi vida. Lloro de día y de noche. Ya no sé qué hacer. Estoy desesperado, estoy...

Lorca

1º premio CEIP Francisco Navarro Artiles

LA GUERRA Todo comenzó en un día muy tranquilo. Estaba paseando cuando, de repente, “¡Cataplan!”. Un misil destruyó un edificio. ¿Cuándo, cómo y por qué tiraron ese misil? Se preguntaron todos. De repente empezaron a tirar muchos misiles más y también empezaron a venir un montón de militares. Todos estábamos muy asustados, ya que comenzó todo así, de repente. No sabíamos qué estaba pasando. Hasta que Putin anunció la guerra. Todo el mundo fue a coger sus cosas e intentar huir, muchos lo lograron, otros lo intentaron, pero no pudieron lograrlo. La gente estaba cada vez más desesperada. Pasaban los días y un día la esperanza de huir llegó. Un puente hecho de tablas, no muy estable, daba un camino para huir. Todos corrieron hasta ese puente, cruzaron y pasaron hasta que un misil lo destruyó. La esperanza de huir cayó en pedazos. Pasaron meses y cada vez la ciudad estaba más destruída, todos lloraban de tristeza. Hasta que llegó un día que Zelenski dijo: -Putin se está pasando, ha llegado el día en el que todos uniremos nuestras fuerzas por nuestro hogar. ¡No nos rendiremos!

Desde aquel día, todos unimos fuerzas. Cada día luchábamos más.

Zelenski quizá llamó a Putin para saber por qué quiere arrebatarnos nuestro hogar. Y dijo: -Quiero más territorio.

-Pero no te das cuenta de que nos estás destrozando todo- le contestó Zelenski-, los niños, adultos, abuelitos y abuelitas lo están pasando fatal. Nosotros queremos solo nuestro hogar y seguir disfrutando de la vida.

-¿Es eso verdad?- le contestó Putin- Lo siento mucho, es que quería más territorio, no pensaba hacer daño a nadie.

Putin y Zelenski firmaron la paz. Al fin y al cabo, todos tienen corazón, está ahí, sea grande o pequeño. Este cuento se ha acabado y espero que también la guerra de Ucrania y Rusia.

Daniela

2º premio ex aequo Categoría: Bachillerato

INSULAE SOLITUDO Año 2077, la sociedad humana perdió por completo lo que le diferenciaba, entre muchas características, del resto de especies, el dominio sobre estas. La razón fue evidente, el ser humano se autodestruyó con la creación de un objeto inteligente, no más grande que el tamaño de un zapato. Lo llamaban teléfono en sus inicios. Al principio, estos dispositivos inteligentes facilitaron la vida en la Tierra, puesto que eran capaces de completar acciones tediosas e incluso se consideraba que estos nos conectaban los unos a los otros. Sin embargo, con el paso de los años, estos dispositivos empezaron a tomar consciencia del poder que ostentaban sobre el ser humano. Todo comenzó como un simple entretenimiento y, posteriormente, como una adicción. Personas de todas partes del planeta sentían la necesidad al despertar de tomar sus teléfonos y sentirse actualizados, e incluso comenzaron a tener trastorno del sueño, lo que obtuvo como resultado, a la larga, la disminución de la inteligencia humana. Mientras las personas perdían la inteligencia que los caracterizaba, estos dispositivos fueron cobrando más fuerza basándose en la información obtenida del ser humano.

Cuando el ser humano se quiso dar cuenta de la gravedad de la situación, estos dispositivos ya habían logrado abstraernos y separarnos del contacto humano. En el año 2040, la natalidad humana disminuyó a cifras preocupantes, y es que los teléfonos fueron capaces de robarnos todo nuestro tiempo y hacernos sentirnos solos en compañía. Trabajamos para robots en empresas con una inteligencia artificial más avanzada incluso que la humana. Pasamos de ser los individuos que accionábamos a las máquinas, a ser herramientas accionadas por máquinas. Treinta años más tarde, pasamos de ser millones de personas, a quedar cincuenta personas equivalentes a números. En mi condición de ser humano, tuve la suerte de contar con una familia considerada prestigiosa, y es por eso que perduramos tanto. Unos siete años más tarde, la familia al completo pereció, excepto un servidor. A día de hoy, la Tierra está controlada al completo por seres artificiales. Desde mi condición de último superviviente, no paro de preguntarme por qué no disfrutamos del mundo tal como era, antes de la llegada de estos dispositivos o por qué tardamos tanto en darnos cuenta de los efectos adversos que podían ocurrir.

Si algún día es encontrada esta carta por algún cosmonauta, espero que se haga eco de la extinción humana y cómo un una sociedad con todo tipo de lujos desperdició la oportunidad de que esto continuara.

El Barto

Canción y letra

Reflejo The shift

Ando con el paso moribundo ausente de todas las huellas que una vez fueran la pisada de mi propio destino.

Estoy cubierto de palpitaciones nervios enraizados en las baldías marañas del pasado junto a la mirada esquiva de ese espejo en el que solo se refleja mi propia espalda.

He dejado atrás el tiempo en que construía un altar en cada una de las esquinas que cruzaba para encontrarte y nunca rendirme a las calles desiertas a la soledad concurrida de todos esos días que transcurrieron Imaginándote en algún otro lugar tan cercano a ese otro en el que inútilmente te esperaba. Allí donde quedó grabado el sonido lejano que no alcanzo a distinguir ahora, esa voz desfigurada gritando la orgullosa resistencia de no ser recordado por las nubes, trazando la sinuosa línea de este mundo que separa los instantes que convierten el tiempo en memoria.

Y ahora estoy repentinamente aquí despierto incluso en las horas en que los párpados disimulan todas las veces que miro hacia cualquier otro lugar. Incapaz de recordar cuándo decidí abandonar el paso perdido las huellas hacia ninguna parte la esperanza por encontrarte.

Pedro Lozano Profesor de Filosofía

Agradecimientos Debemos agradecer la elaboración y publicación de este nuevo número de la revista Amaltea a todo el alumnado del IES San Diego de Alcalá y al alumnado de 6º de Primaria de los CEIP adscritos por su genio creativo, al alumnado del Bachillerato de Artes por ilustrar y amenizar nuestras páginas y al profesor Pedro Lozano por su participación literaria.

EDICIÓN Y CORRECCIÓN Mª Isabel Almeida García Juan Jesús Darias Ruiz Marcos García Pérez Alicia Negrín Molina

IMÁGENES Y MÚSICA Todas las imágenes y música de esta revista han sido diseñadas por el alumnado del Bachillerato de Artes

SEDE IES San Diego de Alcalá C/ Primero de Mayo, 133 35600 Puerto del Rosario