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En búsqueda del marketing sostenible.

Mtro. Rodolfo Hernández Jiménez

Académico de la UAG

EN BÚSQUEDA DEL

MARKETING SOSTENIBLE

Para asegurar un futuro sostenible a las nuevas generaciones es importante prevenir y tomar acción. Es innegable que el siglo XXI trajo consigo una serie de retos en el ámbito social, cultural, económico y ecológico, de cuya solución deben encargarse tanto las instituciones públicas como las privadas, en conjunto con las sociedades que se ven afectadas. A raíz de la iniciativa emanada de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) denominada Pacto Global, que en 2001 solo firmaron 67 empresas y hoy en día suma miles las participantes, es evidente que el sector privado ha comprendido las responsabilidades que implica su operación. Hoy en día, una organización no puede limitarse a fabricar o comercializar productos y servicios, sino que debe tener una visión mucho más amplia y crítica, que le permita evaluar, medir y controlar el impacto positivo y el negativo que tiene hoy y puede tener en el futuro, y como resultado debe generar modelos y estrategias de negocio cada vez más amigables con las comunidades y su ambiente. De hecho, varios estudios han demostrado que los consumidores de muchas partes del mundo consideran con mayor frecuencia en su decisión de compra aspectos como el hecho de que las marcas elegidas apoyen a una causa social o propongan acciones en beneficio de la conservación ambiental, prefiriéndolas por encima del resto. Con base en lo anterior y la situación actual de nuestro planeta, es indispensable que las empresas y sus departamentos de marketing, desde las micro- hasta las megaempresas, comiencen a poner en marcha planes de acción que les permitan, en la medida de lo posible, impactar positivamente en la conservación de los recursos naturales y en la mejora de la calidad de vida de las regiones donde se encuentran. ¿Qué puede hacerse para contribuir? En principio, realizar un análisis interno en donde se documenten e identifiquen los productos, servicios o procesos actuales que podrían modificarse o mejorarse para favorecer la sostenibilidad. Pueden ser desde acciones tan pequeñas como decidir si es realmente necesario imprimir o no un ticket de compra, mil volantes promocionales o un anuncio espectacular; identificar si existe algún material sustituto para el envasado y empaquetado que sea menos dañino que el actual, o incluso detectar alguna necesidad o problemática social en cuya resolución la empresa pudiera involucrarse, de manera individual o en conjunto con otras organizaciones e instituciones.

Bien se dice que es mejor prevenir que lamentar, y tomar acción en el presente para asegurar el futuro. Es, por tanto, responsabilidad nuestra propiciar las condiciones para que las generaciones venideras cuenten con los recursos suficientes para subsistir y que con los esquemas y dinámicas de producción y consumo implantados en los últimos años no los orillemos a una vida incierta, colmada de problemas sociales, económicos y ecológicos. Continuemos en la búsqueda del marketing sostenible. <