ALAPÁS (ed. VII)

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la lucha por la falta de

equidad y sus víctimas

alapás: la revista | séptima edición | noviembre 2014


la séptima En el mismo año en que Malala Youszafai recibió el Nobel de la Paz por su lucha a favor del derecho de las niñas a educarse, y la joven Emma Watson presentó ante las Naciones Unidas el movimiento solidario para la igualdad de género HeforShe, en Puerto Rico han sido asesinadas más de dieciséis mujeres. La prevención a través de la educación es indispensable, así que dedicamos la séptima edición de Alapás: la revista a esta discusión. Además, en este nuevo volumen, estrenamos imagen y otras secciones de contenido. Continuamos, como desde el inicio, en la lucha para una sociedad más justa, en paz y solidaria. Agradecemos a los colaboradores de este edición y aprovechamos para extender la invitación a todos los interesados en el diálogo que proponemos a través de nuestras páginas. Siempre en paz y respeto,

contenido Myra Rivera ¿Para qué sirve la Carta de Derechos de las Víctimas y Testigos del Crimen? Leila Negrón Cintrón Ivonne Jorge López Martínez Hombres contra la violencia de género Amárilis Pagán ¿Y quién eres tú? Taller Salud ¡Interrumpe! Jessika Reyes Serrano Bordando por la paz de Puerto Rico

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Anuchka Ramos Ruiz Lecturas recomendadas Olga Polanco Voluntaria de ALAPÁS Reseña Segunda gala de ALAPÁS y actividades en agenda

Edición y diseño gráfico Anuchka Ramos Ruiz | Corrección y producción Myra Rivera Torres | Presidenta de Alapás Myra Rivera Torres | Vicepresidente Lcdo. Kevin Rivera Molina | Tesorera Margarita Aponte Rivera | Secretaria Carmen Rodríguez | Vocal Miguel Ayala | Colaboraciones a centrodeayuda@gmail.com


¿Para qué sirve la Carta de Derechos de las Víctimas y Testigos del Crimen? Por Myra Rivera Torres Presidenta de Alapás “Recibir un trato digno y compasivo por parte de todos los funcionarios y empleados públicos que representen las agencias que integran el sistema de justicia criminal…” es el primer derecho que aparece consignado en la Carta de Derechos de las Víctimas y Testigos del Crimen, Ley núm. 22 de 22 de abril de 1988. El trato digno y compasivo está puesto por escrito en un papel, pero lejos de ser experimentado por las víctimas a la hora de buscar justicia por el daño sufrido. Ivonne Negrón Cintrón fue la víctima de Juan Ramos Álamo, fue asesinada de 26 puñaladas por la espalda; el país conoce la atrocidad de este crimen. Ivonne no recibió el trato digno y compasivo que merecía y, por ende, tampoco su familia. Ivonne, la víctima, fue enjuiciada. Ivonne, claro está, no podía defenderse, dependía de que el Sistema de Justicia, el mismo que hace valer los derechos del acusado hiciera valer los derechos de las víctimas. Tampoco su familia, víctimas también, podía defenderla, el sistema no provee para su participación. De modo que la dignidad de Ivonne fue ultrajada una y mil veces en el tribunal como mecanismo del abogado de defensa del asesino. La dignidad de Ivonne fue mancillada por un sistema en el que la justicia se pierde en la lucha adversativa entre la fiscalía y la defensa. La dignidad de Ivonne fue agraviada al máximo por las nueve personas de un jurado que, como muestra de esta sociedad,

aceptaron cómo válido moral y socialmente, el cuento machista del asesino, obviando los hechos. “Cogí el cuchillo más largo y amolao”, dijo Ramos Álamo. Tenía que saber de antemano que estaba afiladito porque en un arranque de cólera, como argumentó la defensa, se agarra cualquier cosa y no busca el cuchillo más “amolao”. Pero para cuando el jurado salió a deliberar ya estaba en hilachas la dignidad de Ivonne y los hechos del caso quedaron enterrados en el lodo arrojado. Eso demostró su veredicto. Un proceso que duró cinco meses y sufrió múltiples posposiciones innecesarias, podría violar también el Artículo 8 de la Carta de Derechos de las Víctimas: “Lograr que el Ministerio Fiscal promueva la rápida ventilación de los casos criminales contra el responsable del delito…’. Se necesita crear la figura del intercesor/a para que estos derechos dejen de ser letra muerta. Más aún, en un país donde unos valen más que otros, donde se juzga desde el momento en que alguien es asesinado cuando la prensa publica... era un buen muchacho, religioso, fue por celos.... O por el contrario...tenía expediente criminal, urge educar para transformar la sociedad en una de equidad y verdadera justicia porque los derechos por sí solos no bastan.


Foto del Movimiento Amplio de Mujeres

Ivonne

Por Leila Negrón Cintrón El 15 de noviembre de 2013 mi hermana Ivonne Negrón Cintrón fue asesinada por un vecino que vivía en la misma calle donde ella residió por casi 10 años. Ivonne era una mujer maravillosa. Le distinguía la bondad sobre cualquier otro valor. Lo de ella era de todxs. No había día en que no pensara en ayudar a sus vecinxs, amigxs o familiares. Era la titi favorita de casa, todos los sobrinos y sobrinas la adoraban. Fue una guerrera, luchadora y nunca se rindió. Aún en los momentos más duros que le tocó enfrentar, esa mujer de pelo alborotado y ojos saltones no soltó los guantes.

Un asesinato. Que maten a tu hermana. Que despedancen su cuerpo. Que no haya manera de reconocer la belleza y la bondad que vivían en ese cuerpo. Que te priven sin piedad de escuchar su voz diciéndote “TE AMO”. Que no te permitan envejecer y madurar junto ella. Que el sonido de su risa se desvanezca con el tiempo. Que ya no seamos seis y que falte ella y que falte por siempre y que falte tan dolorosamente.

No hay manera de describir el dolor tan profundo que se siente por el asesinato de un ser a quien se ama profundamente. Y el dolor se agudiza cuando Vivió intensamente. Amó, cuidó y protegió a su la justicia es lenta y cuando los y las representes del hijo y a su hija con todas sus fuerzas. Era compa de mami, sistema judicial se vuelven irrespetuosos, violentos, había una complicidad hermosa entre ellas. Cuidaba a agresivos, burlones e incompetentes. Mucho más dolor papi con tanta ternura, un amor desbordante. Y con sus se siente cuando el discurso machista es utilizado para hermanas era solidaria, amorosa y muy generosa. Con justificar el asesinato de una mujer a quien el sistema su hermanito ni hablar, a ese sí lo protegía como una la re victimiza responsabilizándola de su asesinato. ¿Es fiera. Pero toda ella desapareció. La desapareció y nos qué acaso las víctimas andan buscando que las maten? arrancó a Ivonne para siempre.


Las víctimas, las familias de las víctimas y todos los amigos y amigas somos re victimizados por el sistema de justicia. Alguna vez se ha preguntado ¿Quién representa a las víctimas en un juicio? ¿Quién representó a Ivonne Negrón Cintrón durante el juicio contra su asesino? ¿El juezjueza, el jurado, la fiscalía, el Centro de víctimas del crimen o el Departamento de Justicia? ¿Quién representa a la víctima? La respuesta es: NADIE. Nadie representa a la víctima. En nuestro sistema de justicia las víctimas y sus familiares no son tomadas en cuenta y mucho menos escuchadas. Le daré algunos ejemplos sencillos de esta realidad tan dura. Las víctimas no son tomadas en cuenta cuando las vistas se suspenden una y otra vez sin razón justificada, cuando no se le garantiza un espacio en sala para participar del proceso judicial, cuando no se proveen los mecanismos adecuados para que puedan escuchar con claridad a los testigos, fiscales, abogadxs y a la defensa. Se les priva de una participación activa cuando no se les informa sobre los procesos o resultados de los procesos, cuando su tiempo no es valorado y respetado o cuando los procesos se atrasan o dilatan de forma indiscriminada. Y qué me dice usted de los alguaciles y alguacilas violentxs, agresivxs y sin destrezas emocionales.

“Vivió intensamente. Amó, cuidó y protegió a su hijo y a su hija con todas sus fuerzas. Era compa de mami, había una complicidad hermosa entre ellas. Cuidaba a papi con tanta ternura, un amor desbordante. Y con sus hermanas era solidaria, amorosa y muy generosa. Con su hermanito ni hablar, a ese sí lo protegía como una fiera. Pero toda ella desapareció. La desapareció y nos arrancó a Ivonne para siempre”.

escuchadxs y tomadxs en cuenta, indemnización rápida por daños, apoyo psicológico y social entre otras cosas. Al momento, en alguno de los países mencionados ya se cuenta con la figura de un Intercesor o Intercesora legal (abogadx) que representa a las víctimas y vela porque todos estos derechos sean protegidos. En Puerto Rico aún se están cuestionando si las víctimas deben tener derechos o no. Siguen nombrando comités para evaluar el sistema judicial y mientras continúan “dándole vuelta a la noria”, como decía mi abuela, las víctimas y sus familias continúan siendo revictimizadas por jueces, fiscales, abogadxs de defensa, alguaciles, el Departamento de Justicia, la ¿Y qué es la justicia restaurativa? La justicia Administración de Tribunales y la Policía de Puerto restaurativa promueve el trato justo y digno a las Rico. víctimas, garantiza procesos judiciales rápidos y sin dilaciones innecesarias, acceso a la información en relación a los procesos judiciales, espacio para ser Nuestro Sistema Judicial está en crisis. De eso no tengo la menor duda. Urge un cambio, una trasformación real o quizás más bien una limpieza. Es imperante dar otra mirada al proceso judicial. ¿Por dónde comenzamos? ¿Cuál es la estrategia? Apoderar a las víctimas y sus familias. Es imprescindible comenzar a mirar estrategias de justicia restaurativa. Acerquemos la mirada y veamos cómo nuestros países hermanos latinoamericanos, como Costa Rica, Perú, Bolivia y Brasil, entre otros, han transformado su sistema judicial punitivo a uno restaurativo.


Hombres

contra la violencia de género Por Jorge López Martínez Director del Centro de Ayuda ALAPÁS Frecuentemente escuchamos noticias sobre asesinatos, suicidios, agresiones, violaciones, entre otras tragedias. Sin embargo, raramente observamos de manera crítica el hecho de que, en la inmensa mayoría de las ocasiones, somos los hombres los perpetradores de estas acciones violentas. Es medular presentar este asunto como un problema de género pues la masculinidad, al igual que la feminidad y otras expresiones de género, se construye socialmente y se instrumenta con acciones como las antes mencionadas. Es importante identificar que los hombres somos víctimas (y a su vez reproductores) de un sistema opresor que pretende perpetuar la violencia como elemento inherente a la masculinidad y que cohíbe a muchos compañeros de ejercer su masculinidad de una manera más propia y saludable. Por lo tanto, cuando pretendemos concertar estrategias para promover una cultura de paz, libre de violencia, tenemos que analizar de qué manera deconstruimos los estándares de lo que es “ser hombre” y redefinirlos para el bien de nosotros mismos y las demás personas. Evidentemente, somos los hombres los protagonistas de la perpetración de violencia en la mayoría (si no todas) las civilizaciones del mundo. Como sociedad, hemos institucionalizado la superioridad del hombre sobre las mujeres, al igual que hemos valorizado de manera superior las acciones relacionadas a la masculinidad sobre las características femeninas. Como consecuencia, hemos armado una masculinidad hegemónica que relaciona de manera directa la masculinidad con la violencia, ser hombre con ser violento. Se ha construido un sistema donde los hombres luchamos por el poder de manera burda y violenta, afectando

nocivamente a otros compañeros hombres y a las mujeres. Estos ejercicios de poder se pueden apreciar en todos los contextos y en un gradiente de intensidades. Desde la articulación social del estado hasta la cotidianidad de cada hogar, vemos presente la ideología que coloca a los hombres en una situación de poder y constante competencia. La mayoría de nuestros líderes son hombres ya que los hombres son socializados para aspirar al poder. Además, se ha normalizado la presencia de figuras masculinas en los espacios de liderato. Por otro lado, se concibe al padre como figura central de la familia y principal contribuyente al Estado. En fin, se valorizan los ejercicios masculinos de poder y opresión sobre otros hombres y mujeres. Es necesario que los hombres repensemos nuestras prácticas cotidianas, que podamos identificar nuestras acciones opresivas y violentas para poder erradicarlas y que demos paso a nuevas formas de ser hombre que no involucren competencia y violencia como su norma. El primer paso para erradicar la violencia de género es reconocer que los hombres somos los principales responsables de la misma. Una vez tengamos claro este asunto, podremos trabajar por la sociedad que aspiramos: libre de violencia de todo tipo. Es responsabilidad de nosotros (los hombres) construir nuevas masculinidades que contribuyan a una cultura de paz donde todos y todas podamos disfrutar de las maravillas que tiene el mundo para ofrecernos.


¿Y quién eres tú? Por Lcda. Amárilis Pagán Jiménez Proyecto Matria

Un hombre adulto que te cuenta que besó a su padre por última vez cuando tenía cinco años porque éste le dijo que “los hombres no se besan”. Una niña de 13 años que sale de su escuela y mientras camina a su casa se ve obligada a escuchar las groserías que entre risas le gritan unos obreros de construcción. Una anciana que es sexualmente agredida por su hijo. Un joven que se levanta y encuentra el cadáver de su madre asesinada en el cuarto de al lado. Un padre que sigue clamando para que el asesino convicto de su hija diga dónde escondió el cadáver. Una joven que oculta los golpes que le da su novio. Un niño que es asesinado a golpes por su madre y su padre porque creyeron que sería gay. Una mujer adulta que es despedida de su empleo porque está embarazada.

La violencia de género tiene muchas caras, muchas víctimas y una sola raíz: la desigualdad. Una desigualdad que le resta calidad de vida y dignidad a quienes la viven. También les niega acceso al ejercicio pleno de sus derechos humanos.

y tal vez diferente para muchas personas. Podemos negar la existencia de la violencia de género por ignorancia. Porque nadie nos ha dicho que está mal pensar que todas las mujeres y todos los hombres deben comportarse según los roles tradicionales. Si crecimos en una sociedad como la nuestra, aprendimos a leer con los libros de Pepín, Rosa y Tito, si hemos formado nuestras creencias por lo que nos dice la televisión o nos han dicho algunas iglesias, es muy posible que estemos convencidas de dos cosas. La primera: Los hombres mandan, son racionales y saben lo que hacen. La segunda: Las mujeres obedecen, son castas y no piensan porque son puro corazón. Desde ahí se justifica casi todo acto de violencia de género.

En nuestro país, y en muchos otros países, existe una marcada tendencia a equiparar la violencia de género con el concepto de violencia doméstica o violencia en relación de pareja. Sin embargo, como lo demuestran las microhistorias de la introducción a esta columna, la violencia de género tiene muchas más manifestaciones que a veces pasamos por alto en nuestra cotidianidad. ¿Por qué pasa esto? ¿Por qué al pensar en víctimas de la violencia de género solemos pensar en una mujer con la cara marcada por un golpe? La respuesta es compleja


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También podemos negarnos a ver la violencia de género porque nos conviene. Porque de alguna manera nos sentimos cómodas y cómodos con las cosas como están y pensamos que tenemos todo bajo control. Otro grupo de personas, puede negarse a verla porque cuando VEMOS estamos obligadas a actuar. Ya no podemos ignorar lo que pasa y tenemos que asumir responsabilidad. Lo cierto es, que aunque no veamos la violencia de género, hombres y mujeres podemos ser sus víctimas de múltiples maneras. No sólo cuando se nos lesiona a nivel emocional y mental desde la infancia, sino cuando alguien de nuestro entorno sufre un evento de violencia. Cuando una mujer es asesinada, hay más de una víctima. Su familia, su comunidad y el resto del país también lo son. El trauma, el dolor y sus secuelas son elementos que nos marcan permanentemente. Cuando una niña es agredida sexualmente, cargará ese peso y tendrá que manejarlo toda su vida, pero también el resto de su familia. Cuando una mujer es tratada con violencia en el momento de su parto, ella, su bebé y su familia habrán sumado un trauma a un evento que debía ser de vida y celebración.

Múltiples expresiones de violencia tienen múltiples efectos individuales y sociales. ¿Por qué el país también es víctima de la violencia de género? En la medida que los eventos violentos- los pequeños, los grandes, los horrorososocurren al interior de nuestras comunidades, la aspiración de vivir en un país de justicia y de paz queda lesionada. Tal vez algunas personas no se dan cuenta, pero viven con miedo, no salen de noche, desconfían de sus vecinos, sienten que no viven plenamente. Dejan de ver la posibilidad de un futuro feliz y se nos instala en el alma un pesimismo que nos marca. Cuando toleramos la violencia de género, no sólo somos víctimas, sino cómplices de un sistema que eventualmente nos puede agredir directamente. Retomemos la pregunta inicial: “¿Y quién eres tú?”. Desde ahí, preguntémonos cómo hemos sufrido la violencia de género. ¿Cómo nos ha impactado tratar de cumplir con expectativas sociales rígidas sobre los roles de hombres y mujeres? ¿A qué hemos renunciado para protegernos de la violencia? ¿Qué actos hemos presenciado y nos han marcado? Y luego miremos con un poco más de calma de nuevo y propongámonos ser el cambio.

Laura

Me cobijo de tu rabia y aprieto los ojos, pero puedo dejar de verlo todo. Sufro el abandono; planifico una tardía despedida --yo quise arrastrarlos conmigo o dejarme arrastrar por ellos-(necesito una mano que retener que no es la tuya). Te quiero, los quiero muchísimo, pero he decidido atender mi única voz "ya no hay vuelta atrás" tendría que sonreír... 20/3/96


Entrevista anónima a un joven de 27 años, como parte del Programa Acuerdo de Paz, un proyecto de Taller Salud para prevenir la violencia en Loíza. ¿Qué es violencia para ti? La violencia para mí es cuando una persona tiene un mal comportamiento. La relaciono con golpes, peleas, gritos y muertes. ¿Has tenido alguna experiencia con la violencia? Sí, yo la sufrí, estuve envuelto en problemas con los grupos, he visto morir a mis amigos, gente que eran como hermanos y he peleado a puños para sobrevivir.

¡Interrumpe! Ofreciendo una innovadora alternativa a la mano dura tradicional, desde 2012, Taller Salud adapta e implanta en Loíza el modelo “CureViolence” para la prevención secundaria y terciaria de la violencia. Es un modelo evidenciado y creado en la Universidad de Illinois en Chicago, en la década de 1990, que utiliza una estrategia de salud pública que parte de que la propagación de la violencia imita la propagación de las enfermedades infecciosas, por lo que el tratamiento debe ser similar: ir tras las personas más infectadas y detener la infección en su origen. Integrando una perspectiva de género al modelo, Taller Salud fomenta cambios de comportamiento en jóvenes de alto riesgo de 15-29 años y fortalece normas sociales que desautorizan la violencia como estrategia de resolución de conflictos. Desde 2012, el programa ha contribuido a disminuir los asesinatos en Loíza en cerca de 50%. “La experiencia de Chicago ha sido de utilidad para el pueblo de Loíza y podría serlo para todo Puerto Rico,” dijo Alana Feldman Soler, Coordinadora General de la organización. “Con asesinatos que rondan alrededor de los 1,000 anuales, ya es hora de que Puerto Rico reconozca que la violencia es un asunto de salud pública. Como tal, se aprende y se transmite arriesgando nuestro bienestar y nuestras vidas; y aumenta nuestros riesgos para condiciones físicas, tales como problemas cardiovasculares y alta presión; al igual que condiciones emocionales como la ansiedad y la depresión”.

¿Qué piensas sobre las muertes que ocurren en Loíza? El problema surge de no tener recursos, eso en parte nos lleva a tener reacciones violentas. Las muertes provocan mucho coraje y dolor en la gente. ¿Has perdido algún familiar o amistad, víctima de la violencia? ¿Cómo fue esa experiencia? Sí, perdí a un familiar de Melilla, pero fue hace unos años atrás. Me mataron a Héctor (nombre ficticio) que éramos como uña y mugre. Yo quería venganza, pero al nacer mi hija empecé a pensar las cosas. Uno de los pensamientos que tuve fue que si sigo en estas me matan y no voy a poder ver a mi hija crecer y eso no me va a regresar a mi amigo. Luego supe que los envueltos en la situación se habían ido del país y me sentí mejor. Este pasado verano llegó uno de los asesinos y le mandé a decir que estaba tranquilo que se mantenga en su área que yo me mantendría en la mía, él me mandó a decir que no llegó a la Isla en ese ánimo. Pensé que era lo mejor porque si no hay que responder. ¿Cómo te gustaría que fuera el ambiente de Loíza? Me gustaría que fuera como me cuenta mi papá, que cuando bajaba uno del pueblo y tú estabas virando cemento la gente se metía a ayudar, sin invitación. Me gustaría que nos cuidáramos los unos a los otros y no ser dos caras. Hay veces que van a matar a alguien y la gente se hace de la vista larga como si nada, en vez de ir y hablar de manera directa y tratar de evitar que no se cometa esa locura. ¿Qué podemos hacer para erradicar la violencia en Loíza? Hay que entretener a la gente. Hace falta tener trabajos. Mantener a la gente ocupada y los que estén enfermos de la cabeza llevarles a tratamiento sicológico o a doctores.


Fotos suministradas

Bordando por la paz en Puerto Rico

Por Jessika Reyes Serrano

“Los únicos que tienen el derecho de mirar el dolor de los demás son los que tienen alguna posibilidad de aliviarlo”, Susan Sontag Bordados por la Paz es una iniciativa que comienza en la Ciudad de México en marzo de 2011 con el colectivo Fuentes Rojas y el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, encabezado por el poeta Javier Cicilia. A partir de entonces, se han formado grupos de bordado alrededor del mundo para recordar a nuestros muertos, para visibilizarlos y hacernos conscientes de que cada número, cada cifra, tiene nombre y apellido. Y no los debemos olvidar. Bordados por la Paz Puerto Rico comenzó a reunirse en 2012. El colectivo llegó a nosotros gracias a la profesora de Hunter College, Marithelma Costa, quien formaba parte de Bordados por la Paz Nueva York y pensó, acertadamente, que era un proyecto que Puerto Rico necesitaba.

Puerto Rico es una isla de casi 4 millones de habitantes. En 2013 las estadísticas reflejaron un total de 883 asesinatos. Según estudios realizados en distintos países, Puerto Rico se encuentra entre los primeros 20 países más violentos del mundo. Por tal razón, contrario a otros países que bordan víctimas mexicanas, decidimos bordar víctimas puertorriqueñas. Comenzamos bordando mujeres asesinadas por sus parejas y crímenes de odio contra la comunidad LGBTT. Poco a poco la lista se fue ampliando porque creemos que todos los asesinados son víctimas: asesinatos políticos, niños, asesinatos relacionados al narcotráfico, abuso policial, entre otros. El Colectivo Bordados por la Paz-Puerto Rico se ha dedicado a bordar los nombres y las historias de personas asesinadas. Narramos en pañuelos, con hilo color rojo, cómo fue la muerte de la persona, el lugar y la fecha donde sucedió. También plasmamos en pañuelos, con hilo color verde, la historia de personas


desaparecidas. En su mayoría, mujeres víctimas del pensamiento machista de sus parejas. Tal como ocurrió con Ivonne Negrón Cintrón quien fue asesinada ante la negativa de tener sexo con su vecino. El hombre la apuñaló 26 veces y luego la desmembró. Un año después, el jurado entendió que no hubo premeditación y redujo los cargos del agresor. La decisión del jurado demuestra que vivimos en una sociedad que perpetúa el machismo y justifica la violencia hacia la mujer como si la mujer fuera propiedad del hombre. El gobierno ha intentado manejar el problema de la violencia hacia la mujer únicamente con la Ley 54 y ha fallado. Recordemos el caso de Aida Otero Cuevas, de 27 años, a quien en 2007 un juez le negó la orden de protección; días después su excompañero se vistió de enfermera, entró a su trabajo y la asesinó, le apuñaló el abdomen frente al ponchador. Nuestra primera exhibición fue en julio de 2013 en la Convención Nacional de Amnistía Internacional en Cayey, Puerto Rico. Desde entonces, hemos seguido bordando y exhibiendo en distintos lugares: plazas públicas, museos, parques, escuelas, festivales, playas y marchas. En marzo de 2014 fuimos invitados al Cuarto

Festival Internacional Grito de Mujer, festival de poesía que denuncia la violencia machista. Además, la profesora Jessika Reyes Serrano, maestra del sistema público, llevó el proyecto a la Escuela Intermedia Ángel Sandín Martínez de Vega Baja. Jóvenes de 13 y 14 años bordaron y sembraron la semilla de la solidaridad. Algunos de ellos bordaron familiares y amigos; otros prefirieron bordar mensajes de paz. Sus bordados fueron expuestos, durante un mes, en el Museo Casa Alonso de Vega Baja. Bordados por la Paz Puerto Rico continuará creando conciencia. Dará énfasis en las plazas públicas porque es un espacio común del pueblo. También continuará asistiendo a escuelas e integrando jóvenes que, a corta edad, ya han sufrido los estragos de la violencia. Seguiremos transformando el dolor en un grito de justicia. Seguiremos sembrando conciencia y repudiando la violencia en la que vivimos. Seguiremos bordando hilos de paz y memoria porque cada vez que ocurre un asesinato, no muere solo la víctima sino todo un país. Si ves a una persona bordando en una plaza, en un parque... acércate y borda.


Lecturas recomendadas: sobre el dolor, la violencia y la memoria Por Anuchka Ramos Ruiz

En Regarding the Pain of Others (MacMillan, 2003) la crítica Susan Sontag diserta sobre la exposición del dolor y de la tortura a través de la fotografía de guerra. El eje del ensayo de 131 páginas es uno de los tres puntos sobre los que escribe Virginia Woolf en Three Guineas: cómo podemos prevenir la guerra. Sontag propone que la captura fotográfica dista de ser un ejercicio mecánico y es un acto de denuncia a través del ojo que se posa sobre aquello que excede los límites de la crueldad humana.

En su segunda novela, Dicen que los dormigos (ICP, 2014), Sergio Gutiérrez Negrón reproduce la violencia cotidiana en Puerto Rico con la historia de un joven que fue baleado por equivocación. Después de un tiempo en coma, la víctima despierta para encontrarse perdido en un mundo que le resulta anodino y en donde las demás víctimas, sus padres, su hermano (el narrador) y su novia, no sabrán cómo remediar el dolor; él buscara entender el accidente. Gutiérrez Negrón nos lleva desde el espacio conocido hasta la miseria de la violencia y sus ecos inconscientes en quien la sufra y en quien la enfrenta.

En un ejercicio de anonimato colaborativo Lynnette Mabel Pérez y Miranda Merced disectan la memoria arquetípica, incidencial y escondida, y ofrecen al lector la posibilidad de leer, mirarse y encontrarse en estas páginas. Desde un episodio de la infancia hasta el retrato del personaje del barrio, se proyectan en Ars Memoriae (Verde Blanco Ediciones, 2013) relatos breves y reflexiones que entretienen y conmueven.


Olga Polanco: voluntaria de ALAPÁS Sobre cuál es su motivación nos cuenta: “El haber recibido servicios inmediatos a mi dolor, con lo que he aprendido a manejar mis sentimientos de angustia, coraje y soledad, hace que yo desee ayudar a otras personas a través del programa. El saber que hay alguien que sabe lo que uno siente y que lo ha podido superar le da esperanzas a otro de que lo va a poder lograr también. Uno como persona podría prestar alguna ayuda, pero a través de una institución la ayuda es más rápida y completa por la variedad de servicios que se pueden prestar a la vez”.

De izquierda a derecha: Myra Rivera, presidente de ALAPÁS, Nelly Martínez y nuestra voluntaria Olga Polanco.

Olga Polanco Pérez llegó al Centro de Ayuda ALAPÁS en septiembre de 2012 tras la muerte de su hijo Héctor Maldonado, en julio del mismo año. Luz Iraida, una compañera de trabajo del esposo de Olga, fue quien le habló de los servicios: “La gente acompaña a uno en su dolor con la mejor buena fe de ayudar, pero uno está en negación y en el ‘aire’ y no recuerda ni lo que las personas te dicen. Sin embargo, yo recuerdo claramente que todo el tiempo oía repetidamente las palabras de Luz Iraida, ‘te voy a invitar a la ALAPAS a un grupo de apoyo donde yo he recibido ayuda’. Nunca en la vida me olvidaré de Luz Iraida ni de a ALAPÁS, que es lo mejor que me ha podido pasar desde tan doloroso evento”. Después de seis meses de recibir servicios de terapia individual y del grupo de apoyo se unió como voluntaria. Olga ha ayudado a realizar llamadas de seguimiento a otros participantes del grupo de apoyo, en labores de limpieza, inventario de materiales, solicitud de donativos a la comunidad y hasta como portavoz en programas radiales. También, es parte del comité de ALAPÁS para el esclarecimiento de casos no resueltos, en coordinación con la Policía de Puerto Rico.

Para Olga el voluntario es importante porque “mejoras como ser humano y porque otros necesitan de ti. ¿Qué hubiese sido de mí si no existiera ALAPAS? Las personas, a través del voluntariado ayudamos a perpetuar las instituciones que sirven a la comunidad”. ¡Por tu amor y servicio, gracias Olga!

Necesitamos MÁS

voluntarios como Olga Únete a la gran familia de voluntari@s que luchan todos los días porque ALAPÁS pueda ofrecer servicios gratuitos a los familiares de las víctimas fatales de crímenes en Puerto Rico. Con tu aportación es más lo que podemos hacer para alcanzar nuestra meta de paz y justicia social.


Tacita de café

Exitosa la gala de ALAPÁS

El 22 de agosto celebramos nuestra gala anual. Este año habíamos escogido el tema de Brasil y el chef Álvaro García confeccionó una variedad de exquisitos platos brasileños. Disfrutamos de la típica Feijoada, beef Straganoff y otras delicias. Por supuesto que también contamos con acai y caiprinha. El espectáculo en el que participaron Nore Feliciano, Nené Serrano, Instituto de Capoeira Senzala de Puerto Rico, Debora Brum, la batucada La Respuesta y las bailarinas de Samba, Leyla Zahar y Ahisamar Rosario mantuvo a los participantes disfrutando de un alegre ambiente brasileño, al punto que se levantaron a bailar. Agradecemos al colectivo de ALAPÁS, que trabajó arduamente para que la actividad resultara exitosa, a Sandra Figueroa, la coordinadora del evento y los auspiciadores, que demostraron su generosidad y solidaridad: Colegio de Abogadas y Abogados de Puerto Rico, Humerto Vidal, First Bank, Facciola, The Cheesecake Factory, Mantel con Estilo, Marisquería Atlántica, UMET, L’Bel, Walmart, Trigo Corps, La Bodega de Méndez, Hato Rey Pathologist, Caribbean Sign Supply, VV Service, Mio Gelato, Costco, Radio Shack, Econo Morales y Guru Bar Entertainment.

Con este proyecto ALAPÁS cultiva la hermandad y fomenta la solidaridad en la comunidad. Consiste en organizar reuniones entre los diversos sectores de la comunidad y organizaciones sin fines de lucro, con el único fin de conocer lo que hacemos y como podemos mejorar nuestra aportación a la sociedad. En estos meses, compartimos la tacita de café con: Luis Vidal, propietario de Humberto Vidal, Roxana de Enlight Group en Río Piedras, Dra. Sylvia Núñez Fidalgo, Presidenta y Rosienid M. Selpa Garay, trabajadora social de la Fundación Médica-CMCPR y Lucilla Marvel y Mari Mari Narváez de Espacios Abiertos.

En agenda: Acto de recordación El 14 de diciembre, de 1:00-5:00 PM, en el Salón de Usos Múltiples de la Universidad del Turabo, celebraremos nuestro tradicional Acto de Recordación en memoria de nuestos seres queridos fallecidos víctimas de la violencia. Este año nos unimos a Bordados por la Paz y tendremos la oportunidad de bordar los nombres de nuestros familiares para luego componer un gran paño que representará una denuncia contra la violencia y, sobre todo, dará visibilidad a las víctimas, a los seres humanos que se pierden en las estadísticas. Llama al 1-888-631-5528 para registrar tu asistencia.

En agenda: Da una mano por la PAZ En noviembre comienza la campaña Da una mano por la Paz. Esta campaña te permite hacer un donativo a través de Internet para que el Centro de Ayuda ALAPÁS pueda continuar brindando servicios gratuitos a las víctimas de delito. Busca más información en nuestra página web: www. alapas.org y en facebook Alapas Alapas.


Esta es una producci贸n de la Alianza Laura Aponte por la Paz Social calle Robles #54 Of. 14 Rio Piedras, Puerto Rico 00725 Puede compartir bajo una licencia de Creative Commons que requiere el reconocimiento de la fuente.


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