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RESPONSABILIDAD SOCIAL

MÓNICA AGUDELO VALLEJO EL OFICIO DE ESCRIBIR

La Revista Actual conversó con la autora de “Sadi Blue”; “Wangari, etiqueta para niños grandes”; y “Mateo, Marcelo y la ciudad que desapareció”, para hablar de sus gustos y manías, su camino en la escritura y su visión del panorama editorial actual.

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Mónica Agudelo Vallejo nunca soñó con escribir un libro -mucho menos tres-, pero la lectura y la escritura han estado siempre presentes a lo largo de su vida. Hace cinco años emprendió su primer proyecto literario, un compendio de relatos interconectados por un sentir que se materializaron en “Sadi Blue”, el primero de sus libros, que ha sido su bandera como promesa de la literatura Caribe. Allí relata sobre encuentros y desencuentros amorosos, pero, especialmente, es un viaje al interior del alma femenina, que se niega a renunciar al romance y al profundo anhelo de materializar el amor ideal. Aunque en sus relatos la figura femenina ocupa un lugar de privilegio, no se considera ninguna abanderada del feminismo o de la literatura femenina. En su caso particular, propone una desmitificación del mundo ideal que nos “pintaron” en otra época: en “Sadi Blue” no hay princesas encerradas en castillos ni príncipes que vengan a rescatarlas. Hay perfección e imperfección, y el mensaje tácito de que hay que aceptarnos como somos.

Con sus más recientes obras, los libros para niños “Wangari, etiqueta para niños grandes” y “Mateo, Marcelo y la ciudad que desapareció”, la autora le apostó a otro público y otro tipo de narrativa, esa que aun sin ser una escritora publicada, ya exploraba desde su faceta como madre, cuando su creatividad afloraba cada noche con una historieta distinta que creaba para relatar a sus hijos a la hora de dormir.

Sus relatos también han hecho parte de varias antologías: “La palabra Arcadia”, “Letras de Mujer”, “Punto y Seguido” y “Del Júbilo a la Última Estación”.

Mónica, quien se considera pródigamente recompensada y que el universo la ha bendecido al permitirle una conexión con la parte bella del ser humano a través de la literatura, ha logrado conjugar a su favor sus oficios de esposa, madre, trabajadora y ahora como escritora, en un contexto en el que la mujer, más que nunca, tiene la oportunidad de hacerse escuchar. ¿Recuerdas el primer libro que leíste de pequeña?

La “Cartilla Charry”, con la que aprendí a leer. Aún recuerdo los cuentos que había al final, como los mejores premios por aprender a leer. ¿Cuál fue el primer libro que te impactó y por qué? “El flautista de Hamelin”, cuando tenía unos siete años. Lo leí muchas veces y siempre pensaba mucho sobre los por qué en ese cuento. ¿Qué personaje de un libro te hubiera gustado conocer y crear?

Conocer al “Padre Ralph” de “El pájaro espino”, de Colleen McCullough.Y crear al personaje de “María” una de las protagonistas de “Nosotras que nos queremos tanto” de Marcela Serrano. ¿Cuál fue la primera historia que escribiste y dónde está hoy?

De niña escribía historias para mí, me gustaba y entretenía mucho. Uno de mis cuentos de niña ganó un concurso intercolegial y sigue intacto en mi memoria.

Cuando nacieron mis hijos les contaba cuentos inventados por mí y les escribí uno.

El primer cuento que escribí pensando en mí como escritora fue “Infidelidad” y está publicado en una antología ganadora de un premio. ¿Y cómo supiste que había llegado el momento de escribir un libro?

Desde que era niña, un lápiz y un papel siempre han sido mi mejor compañía. Me gustaba escribir todo el tiempo, pero lo hacía por placer, no porque pensara que algún día iba a escribir un libro. Si bien es cierto que en más de una ocasión pensé en lo gratificante que sería escribir uno, lo veía como una opción lejana debido a mis demás ocupaciones.

Hace cuatro empecé a organizar los relatos sueltos que tenía, inspirados en hechos que me parecían curiosos. Cuando tenía varios me di cuenta de que, sin habérmelo propuesto, había una presencia que recorría cada uno de ellos y que les daba unidad. Esa presencia era la feminidad que se esparcía, como un perfume, en la cotidianidad de las protagonistas. Así fue como nació “Sadi Blue”, mi primer libro. Hace cuatro años empecé a organizar los relatos sueltos que tenía, inspirados en hechos que me parecían curiosos. Cuando tenía varios, me di cuenta de que, sin habérmelo propuesto, había una presencia que recorría cada uno de ellos y que les daba unidad. Así fue como nació Sadi Blue, mi primer libro.

¿Qué escritor(es) ha(n) influido en tu trabajo como autora?

Marvel Moreno, Mario Vargas Llosa y Ernest Hemingway me gustan muchísimo y de cierta manera, sus obras han dejado huella en mí y mi manera de escribir. ¿Cuáles es tu género literario favorito y qué temas te gusta más tratar en tus escritos?

El género novela es el género que más disfruto.

Al escribir me gusta hablar sobre temas cotidianos. Acontecimientos que para muchas de las personas que me rodean son irrelevantes, están dotados de un elemento especial que puede convertirse en historia con una vuelta de tuerca. Entonces mis historias no nacen de lo extraordinario, sino de la simpleza de la cotidianidad. ¿Cómo describirías tu rutina de escritura? ¿Cuál es tu sitio y momento preferido para hacerlo?

Papel y bolígrafo, no necesito nada más. En cuanto al sitio, donde esté sola -así sea en medio de una multitud-, será suficiente.

He desarrollado la capacidad de concentrarme en medio del ruido; eso me lo ha dado la meditación, que practico desde hace 20 años y se ha convertido ya para mí en un estilo de vida. Ser imperturbable y meterme en la historia, aunque estén serruchando un árbol a mi lado, por decirlo de algún modo. ¿Alguna manía a la hora de escribir o leer?

Ninguna muy evidente todavía; solamente que no quiero ser interrumpida. Valoro mucho el silencio y poderme concentrar. ¿Qué estás leyendo ahora? ¿Y escribiendo?

Estoy leyendo poesía. Recientemente leí a dos autoras barranquilleras: Nohora Carbonell y Fadir Delgado.

En cuando a mi escritura, hace un año empecé a escribir una novela y continúo en el proceso.

¿Cuánto tiempo te lleva el concluir una obra? ¿Eres una escritora a la que le gusta aprovechar el momento de inspiración y seguir de continuo, o por el contrario eres más metódica en su elaboración?

Empiezo a escribir y no pienso en tiempo, sólo dejo fluir. Algunas cosas me salen más largas y otras más cortas.

Tengo método y aprovecho el momento de inspiración. Como decía Picasso: “Que la inspiración nos encuentre trabajando”. ¿Has percibido alguna modificación en tu forma de pensar y estructurar un escrito al confrontar el recuerdo de tus tiempos de iniciación y los actuales? ¿Ha habido rupturas, momentos de duda, cambios de orientación?

SÍ, noto los cambios, no sólo en la forma de escribir sino también en la forma de leer a medida que escribo más. ¿Te gustaría cambiarle el final a alguna de tus historias? ¿Si es así, cuál sería y cómo sería ese nuevo final?

No. Hasta ahora me gusta lo que he hecho. No he pensado nunca en cambiarle el final a ninguna de mis historias. ¿Cómo ves el panorama editorial para tantos autores que quieren publicar?

Creo que todo el que escribe quiere ser leído y creería que hoy es menos difícil que en otras épocas. ¿Cómo ves el uso de las redes sociales por parte de los escritores que quieren promocionarse a sí mismos, y a sus obras?

Me parece interesante. Son otras alternativas, el mundo es cambiante y los artistas hoy tienen herramientas de mercadeo. En lo personal, prefiero tener ayuda en temas diferentes al trabajo de escribir que de por sí es demandante. No me gusta el manejo de las redes, pero reconozco que son necesarias.