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Los dobles estándares en el manejo de la información masiva // Cris Villarreal Navarro

La información no es inocente, las noticias son mandatos, el periodismo es una forma de dirección social."

-Camilo Taufic

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Nunca antes las industrias culturales operaron con tanta eficacia instilando su versión de la realidad a través de los medios masivos a su servicio. Nunca antes el indefenso ciudadano común estuvo expuesto a una ofensiva ideológica tan implacable y nunca el persuasivo mensaje subliminal, disfrazado de neutralidad, fue tan inadvertido.

La actitud mental del inofensivo receptor común es la de asimilar el sistemático proceso de adoctrinamiento colectivo de una forma sumisa y resignada. Su conducta es la de un ser subdesarrollado, dependiente del poder estabilizador que lo controla. No ofrece ninguna reacción, carente de recursos analíticos no se entera, no cuestiona, simplemente acepta toda la agenda de contenidos de la información manipulada que se le ofrece. Ya Camilo Taufic, durante la escalada imperialista contra el régimen de Allende, escribiría: “la información no es inocente, las noticias son mandatos, el periodismo es una forma de dirección social” [1] , este modelo se aplica a los medios de información masiva en general.

El receptor de la ofensiva masiva de información controlada es un ser oprimido que no solo no se percata de la opresión ideológica que se le instila sino que acepta sin pestañar la versión de la vida que los medios le ofrecen, admira a quienes lo sojuzgan mentalmente y reivindica su condición de dominado como algo positivo que le ofrece protección y seguridad, por más precarias que ambas sean.

Durante la Guerra Fría, la cruzada anticomunista de los medios surtió unos efectos masivos que persisten en la actualidad. El receptor inoculado con la fermentada información negativa y desfasado de la actualidad continúa echando pestes contra países como Venezuela y Cuba, en donde de acuerdo a la propaganda recibida, el sistema impide a sus ciudadanos viajar al exterior cuando a él, con su sueldo miserable impuesto por su venerado sistema capitalista, no se le permite salir de su reducida vivienda “de interés social” de vecindario en serie.

La función esencial de los medios masivos de información es legitimar el poder que los financia y protege. Ya Carlos Marx en el primer capítulo de La ideología Alemana, escrito junto con F. Engels, señalaba: “Las ideas de la clase dominante son las ideas dominantes en cada época; o, dicho en otros términos, la clase que ejerce el poder material dominante en la sociedad es, al mismo tiempo, su poder espiritual dominante… Los individuos que forman la clase dominante… regulan la producción y distribución de las ideas de su tiempo y, por ello mismo, hacen que sus ideas sean las ideas dominantes de la época” [2] .

Para el receptor ideológicamente dominado, el hecho de que esa misma entidad desconocida para él, —la clase dominante que le dicta sus opiniones y orienta sus actividades—, también lo pueda castigar brutalmente si se llegara a rebelar, no le preocupa.

La sistemática manipulación de la conciencia colectiva se ejerce a través del manejo de diversos instrumentos de adocenamiento. Estos mecanismos no solo se limitan al lenguaje que emplean los medios masivos cuando reproducen mensajes alienantes que convienen a los detentadores del poder, sino también al uso de imágenes tergiversadoras de la realidad.

Presidente de los Estados Unidos Donald Trump, declarando a los medios sobre el tiroteo sucedido en un hotel de Las Vegas en octubre de 2017.

Presidente de los Estados Unidos Donald Trump, declarando a los medios sobre el tiroteo sucedido en un hotel de Las Vegas en octubre de 2017.

Un claro ejemplo fueron las declaraciones del actual presidente de los Estados Unidos ante el tiroteo desde una habitación de un hotel en Las Vegas que dejó un saldo de 59 personas muertas. El señor Trump se refirió al criminal francotirador con el término pistolero “gunman”. El causante de esta masacre era anglosajón, de ahí que en ningún momento la palabra terrorista fuera usada. El mismo trato considerado, en el lenguaje y en el protocolo, sucede cuando los perpetradores de las innumerables agresiones armadas en concurridas discotecas, iglesias o escuelas públicas estadounidenses, que han dejado una saga de decenas de muertes inocentes, son de la raza blanca.

En el caso de la información concerniente a fechorías de individuos de la raza blanca, no solo la terminología que se emplea al describir al autor de un atentado es respetuosa, sino el mensaje informativo de las imágenes también presenta otro sistema de significados. Mientras el trato que se maneja en la detención de un anglosajón se da rigurosamente con apego a los protocolos legales establecidos, este tratamiento en extremo considerado no se emplea en la detención de ciudadanos de la raza negra o de origen hispano.

Las redes sociales reproducen diariamente innumerables casos en que individuos de la raza negra, por mínimas infracciones de tránsito, son víctimas de extremo abuso policiaco. También son comunes las expulsiones de individuos de la raza negra de restaurantes sin ninguna justificación. La transmisión del trato parcial que reciben los afroamericanos estadounidenses se vincula a un significado de perpetuación de referencias estereotípicas.

En los actuales Estados Unidos, donde se vive una atmósfera similar a la víspera de la Segunda Guerra cuando los judíos eran expulsados de los restaurantes y sus negocios arrasados, la impune violación de los derechos humanos de las minorías étnicas y los dobles estándares en el tratamiento informativo de dichos ataques no solo se circunscriben a individuos de la raza negra. Recientemente se han multiplicado las agresiones a personas que hablan español en supermercados, bancos, restaurantes y demás lugares públicos. También los inmigrantes originarios de países que observan la fe musulmana son víctimas de esa campaña de odio.

Andrés Manuel López Obrador (AMLO) saludando a algunos de sus simpatizantes.

Andrés Manuel López Obrador (AMLO) saludando a algunos de sus simpatizantes.

Este acoso contra los inmigrantes se puso de manifiesto en una nueva regulación que está vigente a partir del 18 de octubre del año pasado. Todos los inmigrantes legales en los Estados Unidos, residentes y ciudadanos naturalizados serán vigilados en sus redes sociales y serán sujetos a una investigación de quince años atrás sobre su orientación ideológica. Una vez más las contradicciones entran en juego. En la tierra de los libres, como dice su himno nacional, las libertades no son para todos. La libertad de pensamiento y de expresión está restringida a quienes nacieron en los Estados Unidos, pero no para otros ciudadanos de otras latitudes que son considerados de segunda clase. No acreedores a los mismos derechos políticos.

Así como todos los adocenados por los medios se parecen, también los opresores de los medios se parecen ya que se identifican y defienden la misma agenda. En el marco mexicano de las actuales campañas políticas, la manipulación de la información está a la orden del día. Comparar al candidato de la coalición Morena, Partido del Trabajo y Partido Encuentro Social con presuntos dictadores latinoamericanos y tildarlo de ser una amenaza y un peligro para la “democracia” y la estabilidad social del país es una maniobra propagandística que ha dado resultados en el pasado.

No importa que los otros dos candidatos del sistema PRI-PAN tengan serios delitos de apropiación ilegítima de fondos públicos, la agenda de los medios masivos es influenciar la orientación del voto desacreditando intencionalmente al candidato de las mayorías de acuerdo a las consistentes encuestas. El bombardeo propagandístico es implacable y efectivo. Utilizan la palabra populista con la misma connotación peyorativa que en décadas anteriores utilizaron el término comunista. Si un candidato como López Obrador proclama y defiende programas sociales que beneficien a las mayorías será etiquetado con el sambenito de populista, de la misma raigambre del presidente Maduro de Venezuela.

La reproducción constante de mensajes alienantes es rigurosa y sistemática. La ola barbárica del crimen organizado y la ineficiente actuación de las fuerzas del Estado, o la flagrante impunidad con que los PRI-AN gobiernos han combatido los actos de corrupción de sus personeros, son tópicos ignorados, minimizados o enterrados en el atomizado raudal constante de la diaria información. Por otro lado se escudriñan, reiteran y magnifican esquemas o escenarios conducentes a desprestigiar personalidades verticales que cuestionan la malversación abierta de los impuestos de los contribuyentes. Frente a este sutil doble manejo de la información, fuente inagotable de la rumorología, en donde siempre se da cabida sólo a la versión oficial sin entrevistas a representantes de la oposición, es difícil que el ciudadano medio con la cabeza desamueblada de lecturas, carente por completo de una conciencia crítica, enfrente esa tenue ofensiva de diseminación de los valores culturales dominantes, se reponga de ese control subliminal de sus opiniones y lo enfrente.

Las redes sociales, al desenmascarar y divulgar estos enfoques parciales de la realidad camuflados de apolíticos que manejan los medios masivos de información, han desequilibrado la inocencia de los inocuos tradicionales receptores y se han convertido en baluartes de la verdadera libertad de expresión. Su decorosa función detonadora de conciencia por los intereses colectivos es semejante, toda proporción guardada, a la apertura de conciencia social desatada por la labor periodística emprendida por Lenin a principios de 1900. Desde su exilio en Alemania fundó el periódico Izkra, cuyo eslogan era: “La chispa que encenderá la pradera”. Un órgano periodístico cuya tarea fundamental era la organización del proletariado. La labor informativa alternativa de las redes sociales se puede asemejar a una chispa que despierta conciencias dormidas por la propaganda oficial siempre en defensa solapada del sistema y no de los intereses generales. Como Izkra, las redes sociales se han convertido en instrumentos de agitación por las demandas colectivas contra la hegemonía del sistema político económico establecido. En 1927, el cubano Julio Antonio Mella, colaborador en México de El Machete se refería en estos términos sobre el papel de la prensa marginal: “Solamente estando escrito por todos y expresando el sentir de toda la masa en sus varias manifestaciones, el periódico será útil, vendrá a ser un inmenso fuelle soplando en todos los lugares donde exista el descontento de la lucha de clases para encender la hoguera general”. [3] Este modelo de participación colectiva se da en las actuales plataformas comunitarias en línea.

Las redes sociales han venido a cubrir la deficiencia de los sectores de la izquierda para incluir en su agenda de proselitismo la utilización masiva de las nuevas tecnologías. Frente a los mensajes editorializados adocenantes de las poderosas industrias culturales que defienden y legitiman la actuación de las instituciones por más indecorosa que ésta sea y modelan la forma de pensar de las mayorías, plataformas en línea como el Facebook han plantado en alto la bandera de la libertad de expresión.

A través de sus entrevistas de intelectuales independientes, sus transmisiones en vivo de manifestaciones colectivas demandando soluciones a los problemas sociales, con sus ácidas caricaturas, sus sarcásticos “memes”, su proyección de los sectores marginados bajo una óptica honesta, sus constantes denuncias de los abusos del poder en todas sus dimensiones, han creado una apertura catártica de concientización cuestionadora del manejo arbitrario de la información por los medios dominantes.

Su papel divulgador de contenidos cuestionadores, en formato integral, fresco, colorido y atrayente, aunque fragmentario e inconexo ha creado una corriente de opinión objetiva basada en puntos de vista políticos diferentes a los imperantes. Las redes sociales, dejando a un lado su función distractora, han tomado la estafeta de los actualmente inoperantes medios de información masiva de las organizaciones de izquierda, las han rebasado y han retomado su misión fomentando la creación de una postura informativa discordante con la de la autoritaria clase dominante. Plataformas en línea como el “Feis”, con sus innumerables posts contestatarios, están presentando otra faceta inesperada de la teoría revolucionaria. Su presencia en los hogares de la clase trabajadora está gestionando una toma de conciencia que eventualmente repercutirá en una transformación social.

La acepción de Federico Engels referente a que estamos en la prehistoria de la humanidad se confirma cuando nos percatamos de la enajenación del hombre contemporáneo por parte del aparato ideológico del Estado que divulga solamente lo que le parece y conviene a sus intereses. Todo lavado colectivo de cerebros, toda diseminación de versiones no fidedignas de la realidad, todo manejo de dobles estándares en la divulgación de la información, toda hipnótica dominación del pensamiento, son autos de prisión mental instrumentados por la maquinaria de mantenimiento del sistema, maniobras supresoras de la libertad del hombre que lo reducen a un estatus paleolítico. Ardides insostenibles, inaceptables para una sociedad que realmente se considere realmente humana.

Notas

[1] Taufic, Camilo. Periodismo y Lucha de Clases. P.11. Editorial Nueva imagen. Cuarta edición. México. 1977.

[2] Marx, Carlos, Engels, Federico. La Ideología Alemana. PP 30 y 31, Libro en línea: http://www.fundacionfedericoengels.net/images/PDF/I_capitulo_La_ideologia_alemana.pdf Selección arbitraria personal de cita.

[3] El Machete, Núm. 71, 16 de julio de 1927. En la selección de artículos Julio Antonio Mella, de Raquel Tibol. Fondo de Cultura Popular. México. 1968. P.

255. Citado en el libro La Prensa Marginal. Raúl Trejo Delarbre. P. 47. Ediciones El Caballito. México, D.F. 1975.

Índice de ilustración

Pág. 9 Rawpixel (2018) www.freepik.com

Pág. 11 Maeve Reston, CNN (Octubre 2017) Fotografía tomada de la página https://edition.cnn. com/2017/10/05/politics/trump-las-vegas-puertorico/index.html

Pág. 12 Moreno Alejandro, El Financiero (2018) Fotografía tomada de la página http://www.elfinanciero.com.mx/nacional/amlo-es-un-peligro-esto-dicen-los-ciudadanos

Pág. 13 Freepik (2018) Imagen diseñada por https:// www.freepik.es

Pág. 14 Freepik (2018) Fotografía por https://www. freepik.es