turismo
MUNDO LECTOR No. 55
Cartagena y más
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Hablar de Cartagena y de muchas poblaciones de la costa es tener envidia sana por los que pueden disfrutar, de la playa, la ciudad colonial, la comida de mar en sus mejores expresiones, los buenos museos y los sitios que aún persisten en mantenerse desde la Colonia con ese natural encanto y sutileza de la brisa marina. Sitios coloniales como Monpox, donde está la magia del Macondo de Gabriel García Márquez. Hay que ir al cementerio, una reliquia colonial bien conservada, a las iglesias y no olvidar las joyerías, únicas con obras de arte de oro puro, filigranas, trabajadas a mano por verdaderos artesanos. El Banco, con toda una tradición y una historia que ha conservado costumbres milenarias. Las tradicionales celebraciones en la semana Mayor como en Popayán, al igual que Monpox, con tradición e historia al mejor estilo español, o en Manizales, cuna de tradiciones religiosas de mucha raigambre, El Cabo de la Vela y sus encantadores lugares llenos de magia, con noches de estrellas y vientos de arenas adornados con princesas
wayuu de pieles morenas, pintadas con colores naturales. La zona cafetera, un lugar siempre por descubrir para los colombianos, el sitio donde se produce el mejor café del mundo; sus verdes encandilan y maravillan como su gente. Es un entorno lleno de sorpresas en donde la gastronomía es un manjar desde que despunta el sol hasta que oscurece. En las sabanas del Cesar, pastan ganados de razas muy reconocidas, con grandes producciones de carnes que exportan incluso hasta la Argentina o al vecino país de Venezuela. Y nuestro llano, en su inmensidad, con los atardeceres al óleo del mejor pintor, para ir por los ríos de pesca o montar a caballo. Muchos pueblos tienen sus torneos de coleo en donde se come la mejor carne asada u oreada. No olviden que tenemos nevados y cumbres muy altas, la Sierra Nevada de Santa Marta, el nevado del Cocuy, el nevado del Ruiz, todos con programas de caminatas muy interesantes que se convierten en una experiencia única con la satisfacción de sentirse muy cerca de las estrellas.