En cuanto al proceso de fabricación, Glent Shoes utiliza tecnologías, como el cosido Goodyear, que permiten escapar de la uniformidad y adaptarse a las necesidades de cada individuo. Sus zapatos incorporan el doble o triple cosido, o un esquema de suela que permite que el propio peso del usuario vaya configurando una plantilla natural. «A veces la parte objetiva está clara, pero la parte subjetiva, que es el calce, no. El pie puede cambiar de volumen a lo largo del día. Te damos un grado de tolerancia para que el calzado siempre te sirva. Una máquina no te puede proporcionar la sensación de ponerte un zapato. Vamos a probar tu horma, a afinar el proceso. Cuando consigues eso, el índice de fidelidad de los clientes es altísimo». Glent Shoes tarda cuatro semanas en entregar el calzado al cliente, en un 97% de los casos. Hay protocolos inexcusables, como que los zapatos ‘duerman’ en su horma durante al menos 72 horas. Carlos Baranda cree que «el proceso de personalización irá evolucionando, el sistema será capaz de monitorizar el pie todo el día y proporcionar datos de modo que tengas el zapato perfecto con índices de acierto su-
Mundo hiperconectado
periores al 90%. Esto, en el caso del zapato clásico con piel, no es fácil». Se espera también una mayor integración de tecnologías como la impresión 3D para la producción de la horma «pero siempre habrá que contar con los patronistas que adapten la horma al pie. Este mundo de fantasía, de creatividad, no podemos perderlo por la tecnología».
Indra El tren monitorizado El proyecto europeo DEWI (Dependable Embedded Wireless Infrastructure) recibió el impulso del programa H2020 con el objetivo de proporcionar soluciones inalámbricas para la conectividad y la interoperabilidad, en smart cities e infraestructuras, susceptibles de ser aplicadas a los sectores del automóvil, el ferrocarril, la aviación y la construcción. Su ambicioso ámbito de actuación explica que en su totalidad se implicaran hasta 65 empresas e instituciones de investigación. ITI participó junto a la tecnológica española Indra en el desarrollo de tecnologías vinculadas al tren, sobre la base de tres casos de uso: su composición e integridad, el despliegue de una plataforma segura embarcada y la gestión de mercancías. En concreto, ITI colaboró con Indra en la adecuación de una infraestructura de mensajería común para cada uno de los tres casos de uso. Había que desarrollar un protocolo compartido de forma que toda la información que generaran las distintas redes de sensores, con su protocolo específico, pudiera ser procesada en un sistema central. Ahí radicaba la complejidad del desafío, así como en la configuración de una ontología de mensajería para estos servicios. En el caso de la gestión de mercancías se diseñó una IoT específica, una red de sensores wireless capaces de proporcionar datos acerca de
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