RING! N.º 25 -Septiembre 2023-

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RED DE ASOCIACIONES ANALÍTICAS Y PUBLICACIONES PERIÓDICAS -

N.º 25

Septiembre 2023

Staff

Responsable

Fernando Kluge

Adjunto

Mariángeles Alonso

Comité de edición

Claudia Fernández

Ezequiel Rueda

Comité de conexión

Daniela Gaviot (Bahía Blanca)

Inés García Urcola (La Plata)

Mara Vachetta (Asunción)

Asesor

Christian Gómez

VII JORNADAS ANUALES:

“LA EXPERIENCIA ANALÍTICA-UN

TRAJE A MEDIDA-”

Posadas, 15 y 16 de septiembre de 2023

PRESENTACIÓN Y ARGUMENTO

La Red de Asociaciones Analíticas y Publicaciones Periódicas -AAPP- es creada en el año 2015 a partir de una iniciativa de Enrique Acuña. Nuclea asociaciones (Instituto Pragma-Asociación de Psicoanálisis de La Plata-, Instituto Sigmund Freud-Asociación de Psicoanálisis de Misiones-, Asociación Psicoanalítica Paraguaya Arandú) y publicaciones periódicas (Conceptual-estudios de psicoanálisis-, Fri(x)iones-entre el psicoanálisis y la cultura-) y tiene una publicación virtual: Analytica del Sur -Psicoanálisis y Crítica(www.analyticadelsur.com.ar) fundada en 2014, tomando en cuenta la enseñanza y transmisión del psicoanálisis en Argentina y el exterior .

AAPP-

Desde el año 2017 las Jornadas Anuales son una instancia de encuentro y trabajo (realizadas de modo virtual en 2020 y 2021) a partir de una propuesta orientadora, una interpretación acorde al momento, siempre atenta a que el contexto no devore al texto del inconsciente. Vidas pulsionales (Enrique Acuña Compilador. Buenos Aires. 2018. Ediciones El Ruiseñor del Plata) reúne las ponencias de las 1° jornadas, celebradas en Buenos Aires.

En esta ocasión, siguiendo el horizonte de expectativas de aquella fundación, celebramos estas 7° Jornadas en la ciudad de Posadas.

Nos orienta -a modo de argumento- el texto que a continuación invitamos a leer.

Consejo de Enseñanzas

Red AAPP UN TRAJE

A MEDIDA

Por Enrique Acuña

Si duráramos eternamente /

Todo cambiaría /

Pero como somos mortales /

Muchas cosas quedan iguales.

Bertolt Brecht

*

el curso El partenaire- síntoma (1998) al privilegiar la función positiva del síntoma como una creencia, lógicamente necesaria.

El síntoma disfraza a la pulsión, le presta su vestimenta. Esta afirmación organiza el debate de Freud en Inhibición, síntoma y angustia (1926), texto cercano a la “última” enseñanza de Lacan que J.-A. Miller compara en

Esa función del síntoma como sustitución de un sufrimiento pasa a ser un «funcionamiento» del sujeto en su relato. Si bien al principio del análisis se impone el imperativo ¡goza tu síntoma!, al final se interroga ¿cuánto tiempo más durará?

Ese “epílogo escénico prolongado”

(Nachspiel) que inquieta a Freud cuando observa “la lucha contra la moción pulsional se continua con la lucha contra el síntoma” (1), es el resumen complementario, el último capítulo de la novela neurótica donde es posible escribir una diferencia. Para responder a ello habrá que separar el tiempo, la historia, la experiencia y la transferencia, cuatro términos que definen las «vueltas dichas», en el automatismo de repetición.

Al diferenciar el «mecanismo de formación de síntomas», de la de «sustitutos», Freud opone el síntoma analítico como transcurrir del tiempo (Kairos) en su «duración afectiva», a lo fugaz de otras apariciones del inconsciente (lapsus, sueños, fallidos). Deja de lado la descripción de la envoltura formal y el conflicto se vuelve una insistente pregunta del ser que puede derivar hacia la reacción terapéutica negativa, índice de otra satisfacción.

La retro-alimentación entre Pulsión-angustiasíntoma es circular, hasta que se invierte en una repetición diferente cuando se hace bajo el tiempo de la transferencia. Deforma la envoltura formal del síntoma –una conversión corporal, un pensamiento sin palabras- y plantea una ex-istencia inventada en la experiencia que bascula entre el más y el menos del placer. De modo que la presentación inicial no coincide

con el síntoma analítico que, como goce sentido, insiste al ser alimentado por un silencio pulsional.

El síntoma en su presentación (∑ 1), cambia –por la parte que el analista presta en la interpretación- en el síntoma analítico (∑ 2). Así, un síntoma parlachín en una primera entrada resulta ser ¡sordomudo en la salida!

En el piso inferior del grafo el síntoma es significación del Otro s(A), sobredeterminación de la cadena inconsciente que causa una creencia como intención de significación. La causación segunda viene de ($ ^ a), fijación e implicación del fantasma en el síntoma que hace que este sea lógicamente necesario porque no cesa de escribirse.

J.-A. Miller presenta el problema desde los registros RSI: hay un psicoanálisis que va hacia la ficción de dar sentido (I). El otro es un psicoanálisis puramente ligado al A tachado, -la ciencia- en una orientación por lo real. Entre ambos hay un analista del sinthome que hace una práctica distinguida de la clínica: “práctica es lo que efectivamente ocurre según la temporalidad historizante de la experiencia de la transferencia». Es un valor de la definición que propone para el automatismo de repetición.

Entonces: pasada la primera causalidad ligada al sentido, ¿cómo implicar la segunda causalidad ligada al fantasma? Si se agotan las identificaciones que están en juego en el fantasma, y se extrae ese objeto a que estaba enmarcado en su fórmula

¿Cómo vivir la pulsión?: savoir-y-faire-avec el sínthome (2) y esto supone una “fatalidad” del síntoma.

hace para su cuerpo de lenguaje, a cada uno su horma.

De ese retazo se extrae el paño, materia prima de un producto como la representación que ensambla, (ensembler), eso que reúne el conjunto de lo no-dicho. Del “goza con tu síntoma” a “saber y hacer con…” puede surgir el deseo del analista.

Cada analizante al final responde con la semblanza que viste la pulsión, sabiendo la naturaleza de su tejido, la estofa con la que emparcha el agujero, del harapo su hilacha; ya que eso finalmente “no es más que un traje” (E. Laurent).

Algo más cercano al invento solitario: “Aprender que tipo de silencio correspondía a lo que uno no podía decir” (3), consentimiento al sonido descubierto en el sentido, ahora ya perimido. Es un saber usar la vestimenta justa para vivir la pulsión. Y no son trajes perfectos, son «hechos a medida»Masotta- según el sastre que el semblante

Notas:

1-Freud, Sigmund. “Inhibición, síntoma y angustia”.

En: Obras Completas, Amorrortu Editores, Tomo XX, Pág. 94.

2- Miller, J.-A.: El partenaire-síntoma. «El síntoma y la pulsión», Ed. Paidós, 2008, pág. 90.-

3– García, Germán: Actualidad del trauma. Ed. Grama, Buenos Aires, 2005, pág. 56.

*Buenos Aires, 2008, Publicado en Boletín Microscopia de la APLP.

RED DE ASOCIACIONES ANALÍTICAS Y PUBLICACIONES PERIÓDICAS -AAPP-

VII JORNADAS ANUALES: “LA EXPERIENCIA ANALÍTICA-UN TRAJE A MEDIDA-”

PROGRAMA

VIERNES 15 DE SEPTIEMBRE

15 horas

Acreditaciones

16 horas

Palabras de apertura de las jornadas: Por Fátima Alemán (La Plata. Instituto Pragma-APLP)

16.15 horas

De las vueltas dichas: escribir una diferencia. Por Julia Pernía (Posadas. Instituto Sigmund Freud-APM)

Lo real del síntoma. Por Daniela Gaviot (Bahía Blanca. Red AAPP)

La pulsión y su disfraz. Por Claudia Espínola (Posadas. Instituto Sigmund Freud-APM)

Comentarios: Verónica Ortiz (San Fernando. Analytica del Sur)

17.15 horas

Del harapo su hilacha. Por Christian Gómez (Posadas. Instituto Sigmund Freud-APM)

Violencia…Violeta, un conflicto trasgeneracional. Por Charles Rodas (Asunción. Asociación Psicoanalítica Paraguaya Arandú)

El psicoanalista entre los semblantes sociales y el síntoma. Por Daniela Ward (La Plata. Ediciones El Ruiseñor del Plata)

Comentarios: Mara Vacchetta (Asunción. Asociación Psicoanalítica Paraguaya Arandú)

18.15 horas

Break (Café. Mesa de libros y revistas)

19.00 horas

De lo simbólico del síntoma a lo real del fantasma. Por Ana Gutiérrez (La Plata. Instituto PragmaAPLP)

Entre transferencia e interpretación: el síntoma. Por Lorena Olmedo (Posadas. Instituto Sigmund Freud-APM-)

Delmira Agustini-la mujer y el estrago-. Por Alicia Dellepiane (Buenos Aires. Red AAPP)

Comentarios: Alejandro Sosa Dias (Buenos Aires. Red AAPP)

20.00 hs. Cierre

SÁBADO 16 DE SEPTIEMBRE

10 horas

La repetición como concepto y como recurso clínico. Por Mara Vacchetta (Asunción. Asociación Psicoanalítica Paraguaya Arandú)

Sobre el funcionamiento psicótico. Por Fernando Kluge (Oberá. Biblioteca Freudiana Oberá-APM)

Lo real del carácter. Leticia García (La Plata. Instituto Pragma-APLP)

Comentarios: Carla Pohl (Oberá. Revista Fri(x)iones-entre el psicoanálisis y la cultura)

11 horas

El analista sinthome. Por Fátima Alemán (La Plata. Instituto Pragma-APLP)

¿Se puede analizar a un musulmán? Por Alejandro Sosa Días (Buenos Aires. Red AAPP)

La a-medida. Por Verónica Ortiz (San Fernando. Analytica del Sur)

Comentarios: Inés García Urcola (La Plata. Instituto Pragma-APLP-)

12 horas

Palabras de cierre de las jornadas:

Por Julia Pernía (Posadas. Instituto Sigmund Freud-APM) e Inés García Urcola (La Plata. Instituto Pragma-APLP-)

PSICOANÁLISIS, POÉTICA Y EPIFANÍAS.

En la sede del Instituto de Enseñanzas e Investigación en Psicoanálisis PRAGMAAPLP aconteció la actividad de “Pragma Crítica”, una mesa bajo el nombre “Psicoanálisis, poética y epifanías”, en la que participaron Alicia Dellepiane (Red AAPP), Christian Gómez (APM), y Paola Boccalari (Pragma), con la coordinación de Daniela Ward (Pragma).

“Pragma Crítica” fue pensada a partir de la posibilidad de cruzar al psicoanálisis con otros discursos, advertir los encuentros y desencuentros entre ellos, y lo que se pueda extraer como enseñanzas, que es lo que interesa y lo que causa investigaciones. Fue el relanzar de una serie que ya tiene varios años, entrecruzando el psicoanálisis con la poética, entrecruce inaugurado por Enrique Acuña. En esta línea se eligió un texto de él como provocador del encuentro “De la tragedia a la parodia -poesía y psicoanálisis” publicado en revista Conceptual N° 6. Resonaron además los conceptos y desarrollos que hiciera en su libro “Resonancia y Silencio. Psicoanálisis y otras poéticas”.

Al decir de Daniela Ward, la mesa roza los intereses que se vienen suscitando en el seminario anual de Pragma APLP, “El decir del analista: Interpretación, acto y resonancia”, en tanto la poética es uno de los temas: “el poder de la palabra, la evocación, la resonancia, la semántica junto a la poética del síntoma, como una poética particular que permite a cada sujeto arreglárselas con lo paradojal de esta ley universal que nos atraviesa y nos rige, la ausencia de programación para relacionarnos o al decir de J. Lacan la ausencia de relación sexual, es decir esta insistencia de un real que se cuela una y otra vez, que por un lado nos causa, nos provoca y nos sirve de orientación”.

PRAGMA – APLP:

Si de diálogos, encuentros y desencuentros se trata, las intervenciones de los participantes de la mesa también tuvieron ese trazo. Hubo convergencias de temas, y particularidades de cada uno.

tanto la experiencia de la poética como creación y la experiencia del psicoanálisis son prácticas de lenguaje que implican un proceso del sujeto, que es el mismo en ambas, es decir el sujeto del inconsciente.

Es así como durante la mesa se rescatan las enseñanzas de Enrique Acuña en esa operación, propia de la poiesis, tomando a Aristóteles como la acción de hacer que implica la creación, el poema: lo hecho, lo que nos lleva a poder pensar el goce en juego en la satisfacción pulsional en tanto creación con la lengua. Y Christian Gómez puntualizando la distinción propia de la experiencia analítica, ubica que hay en juego una política, lo que lo lleva a direccionarse hacia la poética del caso, expresión tomada de Eric Laurent, un caso analítico “es un texto donde podemos encontrar el detalle de una vida por el modo de resolver los efectos que la palabra ha tenido en quien habla y su incidencia en términos de satisfacción”.

Insiste durante la mesa pensar cómo la práctica de la letra converge con el uso del Inconsciente, es así que Alicia Dellepiane y quién suscribe tomaron además de las referencias de Enrique Acuña los aportes de Joseph Attié, del libro Lo dicho y lo escrito -psicoanálisis y escritura poética-, en el cual se recorta la idea que

En la creación poética se produce una disposición de las letras que permite su tejido, su cifrado. El interés por la sonoridad, por la elección de cada palabra, de cada verso y en su articulación rompe sentidos; es la falta de adjetivación, el corte de los versos, las interrupciones, las barras, lo enigmático potencia la equivocidad inherente al lenguaje.

Y subrayar esa “construcción a modo de poema que cada sujeto hace con sus metáforas, con sus metonimias, para dar cuenta a través de la palabra y de los límites en la experiencia analítica de cómo goza”.

Se trata, al decir de Christian Gómez “de partir del inconsciente, de sus efectos, de admitir una cita siempre fallida con un real que se escabulle. Condición de posibilidad para el poema, tanto en la literatura como en el psicoanálisis”.

Para concluir, traigo la lectura que Alicia Dellepiane hizo de poemas del libro Epifanía de

los epitafios de Enrique Acuña, allí resuena algo de lo dicho. Transcribo uno de ellos:

Ciego sentido. Perder

cuando quemaste mis ojos pero las manos y los pies vivieron van hacia donde escucho cantar aferrado a un bastón de flores. Intuir que habitas una casa de lenguas extrañas zumbido de abejas pájaros unos grillos se frotan en el ático donde te escondes riendo.

Tocar disimulo mi tropiezo en lo oscuro cae el bastón dejándome huérfano al fin, como si estallara un fosforo palpo las huellas de tus pies en la arena de mis pies.

Oler

la mesa tendida y humeante el guiso con perfume de pinos cortados dejaste ramas que descubren un libro sin leer sobre el cuadro que ya no veré.

Callar mis manos ojos que te dibujan mis narices uñas que te desnudan besando tu axila de goce donde había palabras, ahora temblor. Susurrar para no herir los ecos del sótano digo la frase que sabemos veo solo almas en cuerpo de madera ardiendo.

“QUÉ ENSEÑAN LAS PSICOSIS” (*)

Agradezco a los amigos de Biblioteca Freudiana de Oberá, Instituto Sigmund FreudAPM por la invitación a participar en este seminario sobre “Qué enseñan las psicosis”.

Con Fernando Kluge estuvimos conversando, teniendo en cuenta el trabajo de seminario, sobre cómo continuar en esta clase. Un tema que él había dejado planteado en la última clase para continuar desarrollando era la noción de metáfora paterna y la significación fálica, la vía del nombre del padre como aquello que permite que el goce se articule a la significación fálica. Por eso acordamos que él tome esta cuestión en el inicio de la clase a partir de la lectura del seminario 5 Las formaciones del inconsciente, conjuntamente con “De una cuestión preliminar a todo tratamiento posible de la psicosis”, así como la Lectura del Seminario 5 de Jacques-Alain Miller (1).

Por otro lado acordamos también comenzar con el eje 2 de este seminario, cuyo primer punto se titula “El sujeto y el Otro en las estructuras clínicas”. Si hablamos de estructuras clínicas, como ustedes saben, hablamos de lo que J-A Miller ha ubicado en torno a la pri-

mera enseñanza de Lacan. Se trata de una clínica discontinua, en la que se diferencian las estructuras clínicas psicosis, neurosis, y perversión, y se hace hincapié en los momentos de desencadenamiento, de discontinuidad, y la posterior posible estabilización. Podemos decir que se trata de una clínica en la que la psicosis es pensada a partir de la neurosis, a diferencia de la clínica continuista en la que las soluciones de las psicosis no desencadenadas, la noción de sinthome, permiten repensar las neurosis y sus posibles soluciones. Me parece necesario en este punto insistir en que no se trata, como sucede con los papers científicos, de pensar que una clínica supera a la anterior que quedaría perimida. En este sentido Enrique Acuña señalaba que la vigencia

SEMINARIO BFO – APM ISF

de la clínica estructural en la actualidad se constata en los controles.

Con respecto a la clínica, Jacques Lacan, en la “Apertura de la Sección Clínica” dice: “La clínica psicoanalítica debe consistir no sólo en interrogar el análisis, sino en interrogar a los analistas, a fin de que den cuenta de aquello que su práctica tiene de azarosa, que justifique a Freud haber existido. La clínica psicoanalítica debe ayudarnos a relativizar la experiencia freudiana. Es una elucubración de Freud. Colaboré con ella, pero esto no es una razón para que me quede allí. Hace falta darse cuenta de que el psicoanálisis no es una ciencia, no es una ciencia exacta.” Invita a interrogar a los analistas sobre su práctica, a dejarse enseñar por la práctica, a reformular la clínica entendida como una elucubración de saber sobre la práctica.

Me interesa subrayar la idea de la clínica como una elucubración de saber sobre la práctica, porque creo que está íntimamente ligada al título de este seminario “Qué enseñan las psicosis”. Con respecto a las psicosis Lacan subrayó ese dejarse enseñar por la práctica en su maestro en psiquiatría Gaëtan de Clérambault. Podríamos decir que en la primera enseñanza de Lacan sobre las psicosis se produce un encuentro entre ese gusto por el detalle, la minuciosidad de las descripciones, con un saber elaborado por Freud acerca de

la causa de los síntomas, ligado a los mecanismos de defensa en las diferentes estructuras clínicas, represión en las neurosis, renegación en las perversiones y forclusión en las psicosis, que ya fueron trabajados en las clases anteriores de este seminario. También se trata de la elaboración de un saber que se refiere a la constitución del sujeto, que propone al sujeto como efecto del lenguaje.

Esto implica también una teoría del lenguaje. En su libro Estudios sobre las psicosis (2), José María Álvarez sitúa los debates sobre las teorías del lenguaje en la psiquiatría de la época, por ejemplo en esta cita a Seglás: “Es un hecho psicológico generalmente admitido hoy en día que la palabra no es sino un auxiliar de una idea, que puede existir sin la palabra que la representa y que habitualmente se forma antes que ésta o sin ésta”. Se trataría de un sujeto de la idea previo al lenguaje. Esta teoría del lenguaje está en consonancia con la concepción de Henry Ey, en la que habría un sujeto primitivo, un sujeto integrador, que, en el caso de la psicosis, estaría afectado por una lesión orgánica, por lo tanto está afectada su función integradora; está disociado, no hay un yo unificador que sería previo al lenguaje. Lacan se apoyará en el automatismo mental de Clerambault para criticar la teoría de H. Ey.

En esta dirección J.M. Alvarez dice que “Cualquier estudio que se precie sobre la patología del lenguaje en la psicosis está obligado a precisar qué se entiende por lenguaje y dónde se establece la demarcación entre lo normal y lo patológico. Quienes conciben el lenguaje como una facultad destinada a la comunicación y sostienen que la persona dispone a voluntad de ese instrumento para entender y ser entendido, situarán los trastornos del lenguaje en disfunciones cognitivas o cumunicativas. En cambio, quienes lo consideran un medio que nos precede, nos habita y determina, esos trastornos indicarán las fallas más cruciales en la constitución misma de la subjetividad.”(3)

Un ejemplo en el que se plantea esta discusión está ligado a la concepción que se tiene de la alucinación. La posición tradicional desde Esquirol, que plantea la alucinación como una percepción sin objeto, implica la idea de que hay una falla en el percipiens como sujeto activo, integrador y unificador de las percepciones. Lacan discutirá esta concepción, al indicar “que el hecho primero es el significante y el sujeto su efecto, toda percepción está sometida al orden simbólico, este determina y produce el sujeto.” (4)

En este sentido podemos decir que la orientación de Lacan es la orientación freudiana, aquella en la que se capta que los síntomas psíquicos se estructuran de acuerdo a las leyes

del lenguaje, que el lenguaje forma parte de la formación del síntoma. No hay un sujeto amo del discurso, sino más bien un sujeto efecto del lenguaje.

A partir de la neurosis, pensar la psicosis

En su primera enseñanza, años 50, tenemos lo que Lacan llama el Otro del lenguaje. Otro que antecede al sujeto, universo simbólico a partir del cual se conformará la estructura psíquica, una estructura conformada por lugares, que son ocupados por elementos significantes que se ordenan y disponen en esos lugares.

Fernando señalaba allí el Deseo de la madre como x, el significante del nombre del padre y el falo como significante en la neurosis.

J-A. Miller, en Lectura del seminario 5, plantea una conexión entre la primera parte del seminario 5, en la que Lacan toma el chiste para hablar de la metáfora, y la segunda parte en la que formula la metáfora paterna. Va a plantear aquí la función del padre, como decía Fernando, como aquella que instala la ley. Es un significante al que se puede llamar para que dé sentido al mundo de las representaciones, de los significantes, para que ponga un orden. Es decir que se trata de una ley que conecta los significantes y permite la significación. Se vale de la lingüística de Jakobson para plantear las leyes del lenguaje en términos de metáfora y metonimia.

El nombre del padre, en tanto instaura la ley que ordena y sanciona la cadena significante, puntúa el discurso del sujeto y permite el cifrado de goce. Como señala Miller, es un significante al que se llama en determinadas coyunturas en que el sujeto se encuentra con un goce innombrable; allí, si el nombre de padre está inscripto, se podrá responder con una formación del inconsciente, con un cifrado inconsciente de ese goce, que permitirá la significación fálica.

En la psicosis, al no contar con ese significante que permite pasar algo de ese goce al lenguaje (operación a partir de la que luego Lacan dirá que se producirá un resto, el objeto a), al estar forcluído, rechazado, eso forcluído retorna en lo real, no puede pasar a lo simbólico.

Aquí ya se ha tomado el caso del presidente Schreber como ejemplo en el que ante el llamado al significante del nombre del padre que venga a responder al ser nombrado Juez de la Corte, al no contar con dicho significante, se produce el desencadenamiento psicótico, con el retorno del goce en lo real del cuerpo.

Patologías del lenguaje

Retomando lo planteado en la introducción acerca de la orientación de Lacan siguiendo la vía freudiana de construir un saber sobre la causa, una clínica que dispone de categorías,

que toma de la psiquiatría, pero a las que se les atribuye un mecanismo causal propio, podemos mencionar esta orientación ya en “Acerca de la causalidad psíquica”, donde Lacan dice que “no se vuelve loco el que quiere”. O en seminario 3 cuando dice que "para ser loco, es necesaria alguna predisposición, si no alguna condición". (5)

Pero como decía inicialmente, en su concepción de las psicosis en los años 50`, Lacan retoma también la enseñanza de su maestro Clerambault. Esto le permite por ejemplo, como señala J.M. Álvarez, plantear que no se trata de un sujeto integrador, un percipiens previo al lenguaje, un sujeto de la idea, situando un debate entre una concepción que habla de patologías de la percepción y otra concepción que habla de patologías del lenguaje. Toma el automatismo mental de Clerambault para demostrar que el lenguaje es previo a la idea. Clerambault, como ustedes saben, plantea los fenómenos sutiles que se presentan en los inicios de las psicosis, que conforman lo que llama pequeño automatismo mental o síndrome de pasividad (pensamiento precedido, enunciación de actos, impulsiones verbales, tendencia a fenómenos psicomotores). Estos fenómenos están siempre presentes y tienen determinadas características: son neutros desde el punto de vista de los afectos, son anideicos, las palabras o frases emergentes no se estructuran con las leyes de la sucesión y

diacronía ni se amoldan a una secuencia de ideas, irrumpen abruptamente, de forma irreflexiva; son atemáticos.

Lo que va a plantear Clerambault es que el automatismo es la causa y no el efecto de la disociación del yo. “La idea que domina en la psicosis no es la generadora (…) El nudo de esas psicosis es el automatismo, la ideación es secundaria” (6), es decir que no hay un sujeto de la idea previo al lenguaje. Con Lacan podemos decir que el hecho primero es el significante y el sujeto su efecto.

La metáfora de las nervaduras

Para terminar me parece importante referirme a la importancia de la noción de estructura a la hora de pensar en cómo puede ser el desarrollo de una psicosis y un posible tratamiento.

Ustedes recordarán la metáfora de las nervaduras de las hojas de las plantas que toma Lacan en el seminario 3 para hablar de la estructura. Así como las nervaduras de las hojas revelan la planta a la que pertenece, del mismo modo la estructura de la psicosis ya está contenida en el fenómeno elemental. “El fenómeno elemental psicótico nos indicaría la existencia de una psicosis, cuya organización general está contenida en esa matriz primordial que toma forma clara y precisa en él.” (7)

J.M. Álvarez toma el ejemplo del caso Wagner, un caso tratado por el psiquiatra alemán R. Gaupp en los inicios del siglo XX, para ilustrar esta concepción del fenómeno elemental y la estructura. Se trata de un hombre que comienza a ser tratado luego de asesinar a su esposa e hijos. El relato del caso muestra la irrupción de un goce desregulado, inicialmente ligado a la actividad onanista y posteriormente a prácticas zoofílicas. A continuación, esa práctica, no pudiendo ser simbolizada, retorna bajo el modo de las alusiones, “basta que hablen dos para que estén hablando de mí”. El primer axioma o certeza delirante que se le impone es “soy zoófilo”, del cual deriva “los Wagner son una estirpe degenerada”, lo que motiva el asesinato de sus hijos, para terminar con esa estirpe. Lo que señala J.M. Álvarez es que se trata de una paranoia que se sostiene en la certeza sobre la degeneración de la estirpe, pero que encontraría luego de unos años, a través de la actividad literaria, una estabilización mediante un trabajo delirante de purificación, no ya de la estirpe familiar sino de la lengua alemana. Es decir que ya en los inicios de una psicosis se puede delinear la ruta posible que recorrerá la enfermedad.

Es también lo que señala Enrique Acuña con respecto al caso Schreber en “El lenguaje conector: curarse de las psicosis” (8), cuando,

siguiendo la lectura del caso realizada por Lacan, subraya el pasaje desde el primer axioma “Sería hermoso ser una mujer en el momento del coito”, presentado como problema, a “Sería hermoso ser la mujer de Dios” presentado como solución. Dice Enrique “Hay una transformación en la sintaxis de la frase, pero la significación delirante conlleva la estructura de la frase problema en el momento de desencadenamiento. Esa primera frase encierra también la solución”.

APM – INSTITUTO

SIGMUND FREUD

CURSO ANUAL – DICTADO

POR CHRISTIAN GÓMEZ:

PUNTUACIONES SOBRE EL LUGAR Y FUNCIÓN DEL RESTO

(*) Clase dictada el día 17 de agosto de 2023, en el marco del Seminario “Qué enseñan las psicosis”, organizado por la Biblioteca Freudiana de Oberá, Instituto Sigmund Freud –APM. Desgrabado Carla Pohl, corregida por la docente.

Luego de realizar un pasaje, por la distinción que permite situar el clivaje entre saber y verdad, el curso anual dictado por Christian Gómez, director de enseñanzas del Instituto Sigmund Freud, avanza hacia situar el lugar y función del resto.

Para ello, el docente ubicó, un momento en la enseñanza de Jacques Lacan, que atraviesa las lecturas que van, desde la fenomenología, al existencialismo y al estructuralismo.

Notas:

(1) Miller, Jacques-Alain: Lectura del Seminario 5 de Jacques Lacan, editorial Paidós, 2000.

(2) Álvarez, José María: Estudios sobre la psicosis, Xoroi Edicions, 2020.

(3) Ibid, pág. 156.

(4) Ibid, pág. 147.

(5) Lacan, Jacques: El Seminario Libro 3, Las Psicosis, Editorial Paidós, 1984, pág. 27.

(6) Cita extraída del libro Estudios sobre la psicosis, de J.M. Álvarez, pág. 144.

(7) Ibid, pág. 116

(8) Acuña, Enrique: El lenguaje conector: curarse de las psicosis, en Curarse del lenguaje –locuras y psicosis-, El ruiseñor del Plata Ediciones, La Plata, 2016.

Entonces, como eje de lectura política, propuso tomar a Oscar Masotta, en dos escritos que se titulan: La fenomenología de Sartre y un trabajo de Daniel Lagache de 1959 y Jacques Lacan o el inconsciente en los fundamentos de la filosofía de 1965. Que fueron comentados por Aldana Macena, invitada al curso anual.

Ahora bien, siguiendo la hipótesis inicial del curso, que es que, en la experiencia analítica el objeto metonímico resguarda la falta exis-

tente entre el significante y el referente. Podemos ubicar que éste se ubica en el campo especular, articulado a la imagen del otro, mientras que en el campo de la fantasía se ubica en conjunción y disyunción con el sujeto del inconsciente.

En el primer texto titulado, La fenomenología de Sartre y un trabajo de Daniel Lagache de 1959, encontramos que Masotta introduce y a la vez, interroga, el encuentro entre fenomenología y psicoanálisis. Es importante mencionar que en este tiempo Masotta le interesaba la obra de Jean-Paul Sartre y Maurice Merleau-Ponty y con ello se acercaba a las obras de Daniel Lagache y Lacan. En esta época el interés de Masotta estaba en el problema de la conciencia y del yo en Sartre, y es por esta vía que se acerca a la obra de Lacan.

Sin embargo, encontramos en dicho texto, los problemas con los cuales se encuentra Masotta de intentar acercar, por un lado, una filosofía de la conciencia con una disciplina de lo inconsciente, es decir, dos lenguajes disímiles. A partir de ello, Masotta introduce la lectura del estructuralismo como alternativa, dejando a la fenomenología, e introduciéndose al psicoanálisis al optar, entre conciencia y estructura, por la estructura.

Entonces, para Sartre, el Yo y la conciencia no tienen el mismo estatuto, más bien, este primero está fuera de la conciencia y pasa a ser un objeto del mundo. En efecto, para Daniel Lagache, quien también se inspira en la fenomenología, el Yo es un objeto trascendente y que no es más que un objeto para la conciencia.

Ahora bien, en su escrito del estadio del espejo, también encontramos en Lacan la referencia a la fenomenología, pero para el autor el yo se sale del centro del sistema de percepción-conciencia, para desplazarse hacia el eje de la función de desconocimiento.

En el otro escrito de Masotta, de 1964: Jacques Lacan o el inconsciente en los fundamentos de la filosofía, éste destaca que los trabajos de Lacan “se dirigen más al encuentro de la filosofía de Heidegger”, es decir que localiza la referencia existencialista, donde el estatuto del sujeto no es ser el origen del lenguaje, sino más bien,

que éste está sujetado por la palabra, es decir, es efecto del lenguaje. Ello permite introducir que, en la relación sujeto-objeto, el psicoanálisis muestra que por un lado el sujeto es efecto del lenguaje y que el objeto es efecto de las pulsiones. Encontramos entonces, el cruce entre: fenomenología, existencialismo y estructuralismo.

Para Lacan, subraya Masotta, el sujeto del inconsciente es antagónico a cualquier filosofía de la conciencia o que se desprenda del cogito: -pienso, luego existo-, en tanto, separa el pensar y el ser introduciendo una distancia: si está del lado del pienso, no se capta como ser y si está del lado del ser, no está del lado del pensar.

Continua en este plano, con la referencia al estadio del espejo, donde el yo es producto de una imagen a la cual se aliena, y por lo tanto no es constituyente de ninguna significación, sino que es constituido en el campo de la imagen del otro, es decir que en este punto el yo se diferencia del sujeto.

Lacan explica, en dicho escrito, que la constitución de yo se produce en la coyuntura en la cual encontramos, por un lado: una insuficiencia motora -el infans necesita de la ayuda de un agente externo que se encarga de los cuidados, el cuerpo está fragmentado, se presenta bajo la forma de miembros desunidos-; y por el otro, una anticipación en la imagen,

donde aparece la imagen del otro como completud a la cual se identifica, es decir, se asume en una imagen que no es la suya. En relación a ello, Lacan plantea que el yo es, desde el inicio, otro: “Esta imagen es funcionalmente esencial en el hombre, en tanto le brinda el complemento ortopédico de la insuficiencia nativa (…) Su unificación nunca será completa porque se hace por una vía alienante, bajo la forma de una imagen ajena, que constituye una función psíquica original.” (Pág. 138).

En este estadio, es importante lo que Lacan denominó matriz simbólica, la cual hace referencia a la voz y a la mirada del Otro que con los significantes recorta el cuerpo. Es así que en la asunción de la imagen opera una transformación que constituye el cuerpo como diferente del organismo. Entonces tenemos que el campo de la imagen del yo, está constituido por el lenguaje y no al revés.

En este campo especular, Lacan ubica una tensión entre la imagen del otro y el campo propioceptivo del cuerpo despedazado, donde la imagen no logra captar el todo como Gestalt, quedado un resto, que Masotta nombra como no especularizable, y que insiste como real.

Para finalizar, surge como interrogante: ¿a dónde va a parar ese real?, en la fenomenología o incluso el existencialismo hay una tendencia a reabsorberlo en la idea de suficiencia

de la conciencia y no mantienen ese punto de resto.

Ahora, para el psicoanálisis, ese resto va a parar a la angustia y por este costado continuamos las lecturas de las próximas clases.

BIBLIOTECA FREUDIANA

IGUAZÚ – APM ISF:

LA INTRUSIÓN DEL SÍNTOMA

Por Zinnia Osella

El sábado 24 de junio tuvo lugar, en Puerto Iguazú, el Seminario Contínuo “Neurosis y Psicosis, hoy”, parte I: “La intrusión del síntoma”.

El mismo presentó dos tiempos en los que quedaron plasmados: política, clínica y episteme.

Fuentes consultadas:

-Lacan, Jacques. El estadio del espejo como formador del yo (je) tal como se nos revela en la experiencia psicoanalítica. En: Escritos 1. Buenos Aires: Siglo XXI, 2005.

-Masotta, Oscar. Jacques Lacan o el inconsciente en los fundamentos de la filosofía. En: Ensayos Lacanianos. 1ª ed. Buenos Aires: Eterna Cadencia Editora, 2011.

-Masotta, Oscar. La fenomenología de Sartre y un trabajo de Daniel Lagache En: Consciencia y estructura. Editorial: Eterna Cadencia Editora.

Durante la apertura, quién escribe, recordó la fecha de fundación de la Biblioteca Freudiana Iguazú -como instancia de la Asociación de Psicoanálisis de Misiones- el 24 de junio de 2016, rememorando así sus siete años de actividad de difusión y transmisión del psicoanálisis en la ciudad de Puerto Iguazú, a través de seminarios, cursos, jornadas y presentaciones de la revista Fri(x)iones -entre el psicoanálisis y la cultura-, nombrando a quienes hicieron posible su acontecimiento, Christian Gómez y Enrique Acuña. La Biblioteca Freudiana Iguazú tiene como responsable a Claudia Espínola y coordinadora a Vanesa Ruppel. Como instancia de la Asociación de Psicoanálisis de Misiones, está en articulación

con la Biblioteca Freudiana Oberá y la Biblioteca Oscar Masotta y Conexión Santo Tomé -Movimiento Analítico y la Red de Asociaciones Analíticas y Publicaciones PeriódicasAAPP-

La introducción del seminario estuvo a cargo del Director de Enseñanzas del Instituto Sigmund Freud, Christian Gómez, quien inició su exposición diciendo que cada caso es un recorte y una construcción del analista. Y el analista, sostiene Jacques Lacan, es quien dirige la cura. Remarcó que quien dirige la cura no es el yo del analista, con sus emociones o sus pasiones, como el ideal de la época, un guía moral, o el yo de la buena medida. No es la contratransferencia, como ya decía Freud.

Para Lacan, la materialidad del inconsciente es el significante, es decir, las palabras. Freud, decía que el inconsciente es un pensamiento que no se sabe, y que accedemos a él por sus formaciones, los lapsus, sueños, equívocos y el síntoma. El síntoma para el sujeto es intrusivo, tema de este Seminario Continuo. Entonces, se preguntó: ¿Cómo ir desde esas intrusiones, del síntoma manifiesto hacia ese deseo que lo determina?

¿De qué se vale el analista para ir de una punta a otra? de un operador que Lacan opuso a la contratransferencia: lo que opera es el deseo del analista, este constituye una

ética que orienta su acción. Es el deseo de analizar, de pasar del síntoma al deseo que lo produce para aislar su causa.

Anunció que veríamos en este seminario que ésta práctica suscita problemas a quienes la practican y hay dos modos de abordarlos, una primera parte conceptual y otra donde los casos nos enseñan.

Claudia Espínola, inició la clase haciendo referencia a un texto de Sigmund Freud “Neurosis y psicosis" (1923), donde ubica al síntoma como intrusión. Dice: “las neurosis nacen de la consecuencia de la negativa del yo de acoger una poderosa tendencia pulsional dominante en el ello (...). El yo se defiende entonces de la misma por medio del mecanismo de la represión; pero lo reprimido se rebela contra este destino y se procura, por

caminos sobre los cuales no ejerce el yo poder alguno, una satisfacción sustitutiva el síntoma que se impone al yo como una transacción; el yo encuentra alterada y amenazada su unidad por tal intrusión (...)”.

A partir de este párrafo señaló que el síntoma es el representante, intrusivo, de Otra satisfacción. En el síntoma se trata de una satisfacción paradójica donde encontramos una relación del sujeto y el Otro que es para él mismo, es decir que constatamos la división. Planteó que nuestra época pretende entronar nuevamente al yo; sin embargo, la neurosis demuestra la hipótesis freudiana de la intrusión del síntoma.

Mostró que el yo no tiene poder alguno sobre ello y que se encuentra en vasallaje, a la servidumbre de tres amos -ello, superyó y realidad -segunda tópica del aparato psíquico freudiano.

Para introducirnos en esta concepción, la docente realizó un breve recorrido por la primera tópica de Freud y el nacimiento del psicoanálisis. En los ateneos de presentación de enfermos, Freud observa que las pacientes histéricas presentaban parálisis que la medicina no podía explicar, dando cuenta de Otra escena (Fechner).

Para explicar la idea de intrusión, la docente aludió a que en geología, una intrusión es un "cuerpo de roca ígnea que ha cristalizado a

partir de magma" y aparece incrustado; y que la palabra también puede remitir a intruso.

Es así que en “Inhibición, síntoma y angustia” Freud dice que el beneficio secundario aparece como respuesta del yo a este "cuerpo extraño" que es el síntoma, y dado que persiste, el yo incorpora el síntoma y trata de obtener la mayor ventaja, planteando un beneficio secundario de la enfermedad.

A esta altura de su enseñanza, Freud cuenta con la hipótesis de un “más allá del principio del placer”, se ha encontrado con la reacción terapéutica negativa, y plantea que alguien puede no querer curarse. Entonces, el síntoma es intruso en el yo, el yo no ejerce poder alguno sobre ese síntoma, y no siempre un sujeto que dice no querer a su síntoma quiere deshacerse de él.

Freud, en la Conferencia N° 23 “Los caminos de la formación de síntoma” dice que las personas consideran los síntomas como actos perjudiciales, inútiles. Se quejan que les producen un displacer, pero Freud da cuenta que los síntomas tienen una satisfacción paradójica -lo que siente como displacer por un lado, a su vez está satisfaciendo por otro.

Enrique Acuña, en su artículo “Y/O -el Sujeto no es el Yo” publicado en la Revista Fri(x)iones - entre el psicoanálisis y la cultura, dice que el Yo moderno es hegeliano, un yo que cree que va a saberlo todo y se maneja en

una dialéctica intersubjetiva. Cuando hay una relación entre un yo y otro yo termina en una tensión. Pero en realidad, explicó la docente, no hay un yo que todo lo sabe, eso encuentra Freud, se trata de otra cosa, otra escena, está en división. Con Lacan decimos que eso otro son los significantes, hay equivocidad, y en la diferencia se encuentra el sujeto. El lenguaje es intrusivo, es lo que permite el inconsciente.

A continuación, siguieron los comentarios de Julia Pernía, Presidente de la Asociación de Psicoanálisis de Misiones, que inició planteando el enigma de la histeria en la época de Freud y el lugar que le dio a la palabra y así el inicio de un dispositivo: el del psicoanálisis.

La histeria en la época de Freud era un enigma en el campo médico, presentaban parálisis las cuales no podían localizar su sustrato orgánico correspondiente. Freud allí localiza algo del lenguaje, y así le da la palabra a la histeria.

El descubrimiento de Freud es que ese síntoma era psíquico y es el resultado de procesos psíquicos que la conciencia desconoce y aparecen en ésta como molestos, intrusivos. Es decir, descubre que el yo no era amo de su propia casa, sino que padece algo de lo cual desconoce su origen. Se trata del síntoma neurótico, que tiene un sentido articulado al vivenciar del sujeto y que puede descifrarse en el dispositivo analítico.

Las neurosis tienen una etiología sexual traumática, Freud la explica en el marco de un vivenciar infantil, se la encuentra en la historia del sujeto. En los síntomas se conecta lo inconsciente con lo sexual. Pero, se preguntó la docente ¿Porque la sexualidad es intolerable? Si hablamos del concepto de pulsión, nos estaríamos refiriendo a la forma en que se inscribe la sexualidad en el psiquismo. Señaló una represión primordial: una marca del lenguaje sobre el cuerpo, y que eso es traumático porque no lo puedo decir.

Freud, dice que hay un vacío, en ese vacío se inscribe la fantasía -las protofantasías-. Las protofantasías responden a esas preguntas del hombre sobre el origen, el deseo y la diferencia sexual.

El soporte del síntoma es la fantasía, la cual tiene un estatuto de verdad. Esto da cuenta de cuál es el estatuto de la verdad en juego en la experiencia analítica, una que precisa un traje simbólico.

Luego, continuó una actividad de Enseñanzas de los casos, en la que presentaron Fernando Kluge (Responsable de la Biblioteca

Freudiana Obra) y Rocío Rodríguez (Miembro de la Asociación de Psicoanálisis de Misiones) con los comentarios de Christian Gómez, Director de Enseñanzas del Instituto Sigmund Freud.

Al finalizar, hubo un momento de preguntas y de intercambio con el auditorio, y ante el interés de los presentes por continuar con lo iniciado en este Seminario Continuo, proseguiremos con la investigación de los temas en un grupo de lectura con la coordinación de Claudia Espínola y el asesoramiento de Christian Gómez. Los encuentros tendrán lugar en la sala del ITUREM los días viernes a las 19hs.

ASOCIACIÓN PSICOANALÍTICA PARAGUAYA

ARANDÚ: DESDE NUESTRO DISCURSO

Queridos compañeros de la Red, muchos de Uds. sabrán que nuestro presidente Hugo Espínola Morel partió hacia horizontes atemporales y nos dejó huérfanos, porque era muy responsable y coherente y en un momento de pandemia supo que con reuniones virtualesdada la enorme pregnancia de las reuniones presenciales- teníamos que estar más presentes que nunca para evitar mayor dispersión de gente. Es así que nos propusimos generar mucha audiencia para nuestras citas por zoom, con el fin de tener un gran número de personas y armar luego una nueva Comisión Directiva, pues no sólo hay vacío de la presidencia sino la Comisión misma está muy desmembrada. Es así que comenzamos con unas reuniones sobre temas freudianos con el fin de generar un piso común de conciencia grupal desde el cual partir para reorganizarnos.

Ahora estuvimos con un Seminario muy rico basándonos en un libro de Colette Soler lla-

mado “La Repetición en la clínica psicoanalítica”, de Editorial Manantial. Este libro es notable y se los recomendamos calurosamente. No sólo porque la Repetición es de importancia enorme tanto como concepto como por su utilidad en la Clínica sino también porque es muy notorio que un número importante de lacanianos prioriza a Lacan suponiéndolo superior al genio del psicoanálisis. Colette Soler, en cambio, hace un enhebrado tan riguroso entre el vienés y su discípulo, que nos sentimos gozosos testigos de cómo se construyen sólidos edificios teóricos. En este caso, muestra ella el descubrimiento del maestro y los análisis epistémicos del francés de modo que partiendo del primero se arriba con el segundo a nuevos escenarios, que van enriqueciendo tanto la Teoría como la Clínica.

tuación incómoda en que se encontraban estas familias, la analista debía tratar de hallar el fantasma inconsciente en la primera entrevista y así poder hablar de un modo beneficioso tanto para el niño como para sus padres. Por razón del escenario en que se encontraban estas dos investigadoras, descubrimos que se presta en demasía para nuestro trabajo en Arandú, pues acá nuestro lema es “hacer ciudadanía con nuestro discurso”. Por tanto, intentamos llegar a la mayor cantidad de gente que sufre y que el dinero y la distancia física no sean un obstáculo demasiado grande.

Ahora estamos con un libro muy conocido de Maud Mannoni llamado “La primera entrevista con el psicoanalista”, de Editorial Gedisa, con prólogo de Francoise Dolto. El atractivo mayor de este texto para Paraguay, es que ambas trabajaron en hospitales de Francia luego de la Segunda Guerra Mundial, donde los padres venían dificultosamente del interior y, por lo tanto, la consulta para sus hijos debía ser casi siempre, inevitablemente, sólo una. Por ello, teniendo en cuenta la si-

También un colega, Bernardo Puente, está conduciendo un grupo de lectura del Seminario IV y estamos hablando con otros compañeros para que ofrezcan otros grupos de lectura.

Este año, se nos unieron unos cuantos chicos estudiosos e interesados en nuestra enseñanza tanto de Asunción como de Encarnación. Pero me parece más destacable aún que se unieron a nuestro trabajo dos médicos incansables, psiquiatras pero de una posición crítica respecto del discurso tradicional de estos profesionales. Son Charles Rodas y Agustín Barúa Caffarena con quienes vamos a

compartir varios proyectos juntos. Creemos que por fin podríamos acercarnos a una aspiración siempre postergada, cual es poder conversar con comisiones campesinas para que –grupos de discusión mediante- esta parte vertebral de nuestra población pueda amasar ideas posibles, para evitar la agonía de la agricultura familiar en pro de formación de cooperativas. La agricultura intensiva de alta tecnología ha agotado globalmente la agricultura tradicional de mi país. En efecto, estos colegas avenidos recientemente tienen vínculos muy interesantes con políticos del Congreso o de las gobernaciones departamentales, que pueden colaborar con este anhelo nuestro siempre postergado. Desde luego sabemos que la Salud Mental y Psicoanálisis tienen distintos paradigmas. Pero una vez que tengamos bien claro este tema, se puede trabajar interdisciplinariamente. Lo grave es cuando los profesionales no tienen claro su terreno discursivo, entonces se pueden hacer peligrosas sobreposiciones. Pero felizmente no es nuestro caso, porque nosotros debatimos, siendo la discusión epistemológica una rica fuente de enriquecimiento para las posiciones antagonistas….

constatar que no hayan consultado a los psicoanalistas que somos los únicos que podemos hablar con propiedad sobre este asunto.

Y lo escribo a propósito pues sea quien lea esto, que se pregunte por qué no se cuenta con nosotros para diseñar al respecto políticas para colegios y escuelas. Aclaro que sólo señalo esta falencia para Occidente, porque en países con visiones de mundo tan heteróclitas a nosotros no debemos intervenir, como sí pretende hacerlo la Unesco. Este Ente internacional, obtusamente opera desde criterios fácticos generales, en asuntos humanos que dependen de cada colectividad parlante, pues a nivel de discursos sobre la sexualidad, procedemos por sobre todo de las logociencias.

Seguramente en septiembre estaremos reuniéndonos para reorganizar nuestro Arandú y para ese entonces me gustaría arrimarles las noticias que surjan entre nosotros desde Asunción.

También acá se dio un gran revuelo ante las posibilidades de incorporar discursos de género en los colegios y es cuestión mundial

PRÓXIMA CLASE: 7 de octubre, 11hs

DOCENTE: Pablo Sauce (Salvador de Bahía)

COMENTARIOS: Verónica Ortiz (San Fernando)

MODALIDAD: Virtual – Transmisión por Zoom

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