
3 minute read
Lecciones aprendidas
La experiencia demarca vital la presencia permanente de los equipos académicos y estudiantiles en la zona, por tanto, el trabajo presencial y la postura ético-política resulta fundamental para la extensión universitaria desde el Modelo de Extensión Crítica.
La integración interuniversitaria ha permitido no solo la integración de la universidad con las comunidades locales de Bahía Drake de Osa, Puntarenas, sino también ha posibilitado que se potencie la colaboración de iniciativas interuniversitaria como es la Subcomisión Aula Móvil del Consejo Nacional de Rectores (CONARE). Esto representa oportunidades de vinculaciones con las demás cuatro universidades públicas de Costa Rica, articulación de más disciplinas y asignación de recursos materiales y no materiales.
Advertisement
El compromiso y las horas que entrega el equipo académico en procesos extensionistas queda en ocasiones invisibilizado, en ese sentido, la virtualidad abre posibilidades de aprovechamiento del tiempo para el equipo académico. Tomemos un ejemplo, si una jornada académica en la UNA representa 40 horas semanales, una persona que esté nombrada ¼ de tiempo gasta en trasladarse (ida y vuelta), de Heredia a Drake, un mínimo de 16 horas. O sea que solo el traslado excede la jornada de una semana, sin contar el tiempo de organización de técnicas, coordinación y logística para lograr concretar el trabajo de campo.
La extensión requiere el aseguramiento de partidas para dar sostenibilidad a los procesos extensionistas considerando que, los costos de proceso extensionista (hospedaje, alimentación, materiales, transporte, combustibles, personal de transportes, etc.) son altos y, particularmente, en algunas comunidades del país excede la normativa nacional (rubros establecidos por la Contraloría General de la República de Costa Rica para hospedaje y alimentación diaria por persona). Al ser una comunidad orientada al turismo Drake tiene los precios de hotel y restaurantes en condiciones básicas muy altos. Por tanto, se dan dos situaciones o condiciones potenciales. La primera que el personal académico tenga que aportar recursos de su salario para aportar las diferencias e incurra en gran desgaste negociando las tarifas y buscando donde encontrar la alimentación a un precio similar al que se le asigna diariamente (en el caso de que tenga presupuesto aprobado por parte de la universidad) y, en el caso estudiantil, es difícil que tenga las condiciones económicas para asumir esos costos o fuentes de presupuesto que asuman esos costos. La segunda, las comunidades requieren conocer los límites presupuestarios y burocráticos que posee el personal y contribuir a buscar soluciones a esa problemática. En algunos casos si las comunidades aspiran a un proceso extensionista con mayor permanencia requieren de aportar contrapartidas solidarias (hospedaje, preparación de alimentos bajo formas colectivas, pactar precios con el sistema hotelero local o disponer de alguna alternativa que viabilice la permanencia de los equipos académicos y estudiantiles en la comunidad.
Esta experiencia, así como la integración de RECIEC nos pone frente a grandes desafíos. Primero, el aprendizaje de las experiencias de universidades centroamericanas hermanas y, segundo, a conseguir mayor investigación y coproducción de conocimiento desde la propia experiencia extensionista, para optimizar el potencial de la integración de procesos y funciones sustantivas universitarias (docencia, investigación y extensión), disciplinar, interinstitucional, interlocutores y organizaciones de las comunidades rurales (en esta caso de Drake); que se conjuntan para conseguir procesos socio comunitarios (del plan de desarrollo local) y construir conocimientos en favor de la vida de las personas, de su bienestar y de la protección del ambiente. Además, se muestra la relevancia de mantener campañas de comunicación y difusión de los avances conseguidos durante la interacción universidad-sociedad.
Si bien la participación es indispensable, para que exista la labor extensionista universitaria, corresponde a las personas de las comunidades ser los protagonistas de los procesos de extensión, por su propia autonomía y actos de problematización, búsqueda de resolución de sus problemáticas y desafíos socio culturales. Sin embargo, la participación de estudiantes y académicos enriquece, cuando construye desde interés de aprendizaje,