Este ensayo quiere aplaudir y recoger esa tradición crítico-reflexiva y también, muy modestamente, impulsarla, pero yendo algo más allá de las fronteras de una religión particular y de un entorno cultural concreto. Nuestro objeto de reflexión es la religión en cuanto tal, eso que los filósofos tienen en mente cuando hablan de filosofía de la religión, que a mi juicio es lo que más auténticamente puede desarrollar esa inteligencia religiosa. En lo que sigue, por tanto, trataré de desmontar algunos de los numerosos obstáculos que a muchos les impiden comprender la religión como fenómeno humano que deba ser tomado en serio. Pero también me mueve la intención de poner a pensar a aquellas personas religiosas que no creen que comprender la religión, en abstracto, pueda ser importante para su propia fe religiosa.