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6. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
from PROPUESTA DE UN PROGRAMA TELEVISIVO QUE PROPICIE REFORZAR EL DESARROLLO DEL PENSAMIENTO CRÍTICO
by Pontificia Universidad Católica del Ecuador sede Santo Domingo PUCE SD
6. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
Resulta inevitable no empezar este apartado con uno o más cuestionamientos, pues a través de estos se llega a lo que incesantemente como investigadores se anhela: la verdad. Dicho lo anterior, ¿es posible ofrecer un cierre a un trabajo que empieza a recorrer un interminable camino investigativo? Sí, siempre y cuando lo aquí expuesto sea considerado como un incentivo a la profundización de la crítica.
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¿Cuál es la importancia del pensamiento crítico para el comunicador social? Socorrer la función de servicio del comunicador para con la sociedad. La falta de criticidad en el pensamiento lleva a los periodistas a la apelación de la subjetividad en lugar de los hechos. El pensador crítico no dista en lo absoluto del periodista: ambos buscan la verdad.
Una de las causas que se confiere a las limitaciones del pensamiento crítico es el modus operandi de los programas televisivos. ¿Cuál es ese modo de obrar? A través de contenidos que pretenden implantar un modelo de pensamiento y, paralelamente, aspiran a la deconstrucción del ser. La televisión, cual fábrica generadora de cultura, conecta al adolescente con su realidad, lo cierto es que usualmente esa realidad es fragmentada con el objetivo de influir y manipular. Ahora bien, los programas televisivos cuya función se reduce a una sencilla productora de imágenes tienden a ser el caldo de cultivo perfecto para el desarrollo de un pensamiento acrítico.
Si la televisión estableciera programas dirigidos a la construcción del pensamiento a través de actividades como el debate, el diálogo, la reflexión o mediante la producción de contenidos que promuevan en el adolescente un despertar honesto por las ideas, entonces desembocaría en el florecimiento del virtuosismo, de manera que esta generación pueda asumir a tiempo el compromiso que conlleva la búsqueda de la verdad.
Establecer distinciones entre programas televisivos de calidad y contenidos diseñados para el divertimento, permite determinar que es posible desarrollar contenido educomunicativo de la mano del género del entretenimiento y, al mismo tiempo, sea capaz de contribuir a la construcción del pensamiento crítico.
Por último, se concluye que es urgente asegurar que el adolescente despierte un interés reflexivo sobre lo que acontece a su alrededor. Se debe lograr un acercamiento genuino hacia el mundo desde posiciones éticas y lógicas; esto lo aproxima hacia el camino
de la verdad. Ese camino puede ser mediante el aprovechamiento de programas que, sin perder la gracia y la esencia del entretenimiento, emigren al mundo digital valiéndose de la fomentación de valores y, paralelamente, estén orientados a la reflexión cultural.
En recomendaciones se sugiere, imperiosamente, continuar este estudio para determinar más actividades que le den al estudiante la oportunidad de hacer perceptible su capacidad de pensar críticamente. Habría que decir también que reconocer a tiempo aquello que limita a desarrollar la crítica como arma de protección, representará para el estudiante un aprovechamiento y potencialización de habilidades fundamentales.
Llegados a este punto, es imprescindible recordar a los adolescentes que su largo recorrido hacia el descubrimiento de la verdad depende únicamente de ellos. Se recomienda, por ende, la lectura como estrategia de lucha para con la guerra cultural a la cual está siendo sometida el mundo. La juventud debe permanecer firme y fiel a sus principios frente a aquellos que pretendan adoctrinarlos e instaurarles un modelo autoritario de pensamiento.
Por último, se recomienda a los adolescentes empaparse de conocimientos y cultivar sus virtudes, pues buscar la verdad es un compromiso que deberán asumir imperativamente. Esta investigación es la catapulta y aliciente a instituir un nuevo paradigma en la televisión, a crear programas en los cuales las nuevas generaciones sean los principales promotores.